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"La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
OMG !!!!!!!!!!! estuvo genial uf bastante caluroso el cap
Gracias
Gracias
Nejix- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
La vaerdad era que esperaba que se encontraran con alguien...¡¡¡ PERO CON ROSE!!!.... no no no... esa si que no me la imaginaba por diossssss
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
yo pense q iba a ser Mike q habia ido a buscar a Bella.....no se me ocurrio Rose...bueno la cosa es q los cacharon....
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Jane escribió:yo pense q iba a ser Mike q habia ido a buscar a Bella.....no se me ocurrio Rose...bueno la cosa es q los cacharon....
Viniendo de rose se puede esperar cualquier cosa.... es tan temperamental... eso me da un poquitin de miedo... pero espero que los pueda empujar para que este par de testarudos... abran su corazón y cabeza de una bendita vez... no voy a poner lo que pense que se les tenía que abrir por que ensima vas a pensar que soy una chancha perra jajajaja
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
jajajajajajajjajajja!!....chancha perra jajajajajaja!!.....
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
OH DIOS.....TIENES QUE SUBIR MAS CAPISS!!! =)
Qamiila Quinteros- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Jane escribió:jajajajajajajjajajja!!....chancha perra jajajajajaja!!.....
¿Cómo queres que me defienda?.... despues de leer LA... una queda como una perra en celo ... no digo mas... voy a cerrar mi gran bocota... jejejeje
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Me mata la foto que pusiste en este cap... XD... tiradito ahi en el piso... parece que me esta haciendo una invitación.... esperame bombon ya voy a ti... (jejeje... soñar no cuesta tanto, todavía es gratis jejejej)
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Oh por Dios!!!!!!!!! no te digo como me puso este capitulo!!!!!! No tienes idea jajjaaja Edward es perverso!!!!!!!!!!!!!! lo amo, actualiza pronto porfis esto si es adictivo. Y la foto combinada con la lectura uffffff estoy muy mal...
Karnnlizz- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Te entiendo Ebys.....despues de leer esto quedo hiper grave.....hago unas cuantas llamadas para ver quien esta disponible....jajajajajaj no mentira a mi me gustan las fotos q ponen....esa me matooooo, ahi tiradito con esa manita por allaaaaaaa.....uff
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Capitulo 8
"Entre líneas"
"Entre líneas"
En el momento en el que el señor Cullen abrió la puerta y nos encontramos cara a cara
con Rosalie, me quedé helada. Pude sentir la tensión radiando de él mientras ella se
quedó delante de nosotros con los brazos cruzados y una ceja arqueada.
-“Bueno, que agradable, no? Qué hacían ustedes dos ahí dentro exactamente?“ preguntó
sospechosa, moviendo sus ojos entre nosotros dos. Se me pasó por la cabeza todas las
cosas que pudo haber escuchado y sentí que el corazón se me escapaba del pecho.
Intercambié una mirada con el señor Cullen, y luego volví a mirar a Rosalie y sacudí la
cabeza.
-“Nada, el señor Cullen y yo teníamos algo que discutir. Eso es todo.“ Intenté no darle importancia, pero mi risa nerviosa me delató.
Rosalie negó con la cabeza pero sus ojos lo miraban más a él que a mí.
- “Escuché un ruido dentro pero definitivamente no estaban charlando.“ dijo con tono firme, y se encogió de hombros.
- “Y aunque no los conociera tan bien, no es un secreto que ustedes dos no
charlán para nada; gritn. Así qué? Están saliendo?“
-“No, claro que no!“ exclamamos el señor Cullen y yo a la vez. Nuestras miradas se
encontraron por un breve momento y rápidamente miramos hacia otro lado.
-“Así que… solo follan.“ continuó cortante, más como una afirmación que como una
pregunta, y por un momento ninguno de los dos pudimos encontrar las palabras para
contestar. La tensión en aquel pasillo era tan palpable que era imposible que no se diera
cuenta.
- “Desde cuándo?“
-“Rose…“ comenzó a decir, sacudiendo la cabeza y por primera vez empecé a sentirme
realmente mal por su incomodidad. Nunca antes lo había visto tan intimidado.
-“Desde cuándo, Edward? Bella?“ siguió persistente, pero una vez más, ninguno de los
dos respondió y ella sacudió la cabeza.
-“Tienen que arreglar esta mierda YA!“
-“Rose, yo.. nosotros simplemente…“
Simplemente qué? Que nosotros simplemente teníamos un sexo increíble? Que éramos
como imanes, que nos atraíamos y éramos incapaces de resistir la atracción? Nosotros
simplemente…
-“Nosotros simplemente hemos cometido un error, Rose. Ha sido un error.“ Su voz cortó
mis pensamientos y lo miré en shock.
Mis ojos nunca dejaron de mirarle mientras ella comenzó a hablar.
-“Error o no, tiene que parar ahora. Qué pasa si hubiera sido Esme? Y Edward, eres su jefe! Te has olvidado de eso?“ continuó mirándolo, con una expresión de desapruebo en su cara.
-“Mira, los dos son adultos, y no se que está pasando aquí; pero sea lo que sea, no puedes permitir que Carlisle lo descubra.“
Me tensé un poco al pensar en Carlisle si describiera todo esto, y lo decepcionado que
estaría si esto alguna vez saliera a la luz. No podría soportarlo. No quería que pensaran
en mí de esa manera. Sabía que no deberíamos haber hecho esto, que probablemente
había sido un error. Pero nunca habíamos pronunciado esas palabras, y odiaba admitir
que escucharlas, dolía. Esto tenía que terminar.
-“Eso no será un problema.“ Contesté ligeramente enfadada, clavándole puñales a él con
los ojos.
-“He aprendido de mi error. Si me disculpan...“
Pasé entre ellos hacia las escaleras, con la rabia y el dolor que me causaron sus palabras
clavadas en el pecho. Por qué debería esperar algo diferente de él? Por un momento
pensé que vería una pizca de compasión; una vulnerabilidad de la que nunca antes había
sido testigo. Pero tan rápido como vino, se fue, y todas las razones que tenía para
despreciarlo volvieron a ser claras. Y juro por Dios que si no pensara que nadie se ha
dado cuenta, le sugeriría a su familia que le trataran su especie de desorden de
personalidad. Antes de salir fuera, intenté componerme a mi misma y me senté de nuevo
junto a Mike.
-“Todo bien?“ me preguntó con una amable sonrisa.
Giré la cabeza para mirarlo durante un rato. Era muy atractivo; pelo rubio bien peinado, un
rostro amable y los ojos azules más bonitos que había visto en mi vida. Tenía todo lo que
yo debería desear. Aparté la mirada cuando el señor Cullen volvió a la mesa con Rosalie,
pero rápidamente dejé de mirarlo y sonreí dulcemente a Mike.
-“Sí, es solo que… no me encuentro muy bien. Creo que debería dejarlo por hoy.“
Me puse de pie para besar a Esme en la mejilla, y Mike hizo lo mismo tras de mi.
-“Te acompaño al coche.“ dijo con voz preocupada, y una vez que me despedí de todos, sentí
su mano en mi espalda mientras caminábamos hacia la casa. Ya en el garaje, al lado de mi coche, me dedicó una sonrisa tímida y estrechó mi mano.
-“Ha sido muy agradable conocerte, Bella. Me gustaría llamarte algún día, y quizás, salir a
comer.“
Le devolví la sonrisa y aparté mi mano de la suya. “
-"Dame tu teléfono." Me mordí el labio mientras él sacaba su móvil del bolsillo. Una parte de mí se sentía mal por hacer esto, acababa de estar con otro hombre escaleras arriba no hacía ni 20 minutos, y ahora le estaba dando mi número de teléfono a otro. Pero era hora de pasar página con este enfermizo y enredado juego entre el señor Cullen y yo; y una cita para comer con un chico tan agradable parecía una buena manera de empezar. Sonrió más ampliamente mientras le
devolví su móvil y me entregó una tarjeta con su número en ella. Su mano estrechó la mía
de nuevo y la llevó hasta sus labios.
-“Te llamaré el lunes; espero que las flores no están del todo marchitas.“
Me encogí de hombros ligeramente y me reí.
-“Es la intención lo que cuenta. Gracias.“ Dije
suavemente mientras retiraba un mechón de pelo de mi mejilla que el viento había puesto
ahí. Un gesto tan caballeroso y tierno que debería hacer brincar mi corazón. Pero en vez
de eso, me puse tensa; preocupada por si lo siguiente sería un intento para besarme.
-“Debería irme“ Mike asintió, abriendo la puerta del coche para mí y sonriendo.
-“Por supuesto. Conduce con cuidado, y buenas noches, Bella.“ Me detuve para mirarlo y sonreí. -“Buenas noches Mike.“ Cerró la puerta y arranqué, con la mandíbula apretada y aceleré antes de salir del garaje, observando como desaparecía su silueta en mi espejo retrovisor.
Eché la cabeza hacia atrás en el asiento, con las manos sujetadas con fuerza al volante.
-“Estúpida, estúpida, estúpida.“ me repetí a mi misma.
Cómo pude dejarme a mi misma hacer eso otra vez; dejar que él volviera a tomar el control de mi mente y de mi cuerpo? Por qué un chico tan agradable como Mike no era suficiente para hacerme decir “no“? Cuando llegué a casa, prácticamente corrí hacia el baño para ducharme y cambiarme de ropa, eliminando cualquier traza física de lo ocurrido esa noche. Me puse una camiseta y unos pantalones cortos de chico y me metí en la cama, esperando a quedarme dormida, aunque solo fueran unas horas. Poco a poco mis ojos se cerraron, esperando que el
sueño me liberara de esta pesadilla.
Estaba sola, de eso estaba casi segura. Me ató con tiras de cuero y cubrió mis ojos sin decir nada. Solo sus ojos me dijeron lo que él deseaba… yo. No sabía si debía tener miedo o no, tumbada sobre mi espalda, sin una oportunidad de escapatoria. Una mujer inteligente debería ser capaz, pero todo lo que sentía estaba muy vivo. Mi mente pelaba con mi cuerpo, diciéndome que esto estaba mal. Diciéndome que no quería esto. Pero lo quería… más que nada.
Antes de dejarme, pasó ligeramente los dedos por la cinta que cubría mis ojos, bajando por mi cuello hasta mi pezón; trazando círculos en el endurecido bulto. Se me escapó un gemido mientras arqueaba la espalda por su tacto, mientras mis manos tiraban de las cuerdas de cuero. Con una última caricia de su mano, deslizó su largo dedo por mi abdomen hasta el dolor entre mis piernas. Quería que presionara, que me llenara y que parara este incesante anhelo. Pero con un último círculo alrededor de mi clítoris, retiró la mano y se fue. Los minutos pasaron, la anticipación de lo que iba a pasar crecía cada vez más con cada segundo que pasaba. Qué iba a hacerme? Dios, la de cosas que quería que hiciera. Cada nervio de mi cuerpo se encendió ante la anticipación.
Mis muñecas estaban atadas por encima de la cabeza con tiras de suave cuero, y mis piernas estaban atadas por los tobillos, dejándome abierta y expuesta. Debería sentirme avergonzada. Debería sentirme humillada. Pero no podía ni siquiera preocuparme por eso. Nunca me había sentido tan lasciva, tan preparada para que me tomara. Escuché un sonido a mi derecha, y rápidamente giré la cabeza, esforzándome para distinguir ese ruido. Había alguien ahí? El miedo me recorrió el cuerpo al pensar que alguien pudiera verme así. Ahí estaba otra vez. Estaba él ahí? Estaba observándome? El
pecho me pesaba, y la piel se me puso de gallina. Todos mis músculos estaban tan tenso que podía sentir como todo el cuerpo me vibraba. Necesitaba hacer algo. Tiré de las cuerdas de cuero sin resultados. Si me hubieras preguntado por esto hace unos meses, hubiera dicho que incluso imaginándome una situación como esta, me hubiera entrado el pánico. Pero ahora, todo lo que sentía era alivio. Una extraña y poderosa sensación de alivio al ser capaz de dejar de controlar mis propias acciones; de dejar que alguien se encargara de darme placer. Era la cosa más erótica que había experimentado. Pero no era uno cualquiera el que deseaba. Era él. Continué forcejeando hasta que una voz aterciopelada sonó a través de la silenciosa habitación.
“Mmmm. Tan preciosa…“ dijo en voz baja desde algún lado de la habitación. Mi respiración se detuvo y giré la cabeza para buscarlo. “Verte así; desnuda, abierta para mí, completamente vulnerable, es la cosa más preciosa del mundo. “ Su voz ahora sonaba más cerca de mí, y me imaginé que estaría de pie junto a mí, observándome. Ese simple pensamiento fue suficiente para mandar un visible escalofrío a lo largo de mi cuerpo.
Escuché algo de metal seguido de un sonido como si frotara algo de tela. Su cinturón? Algo frío y suave rozó mi pantorrilla, haciendo que mi pierna temblara y jadeé. “No me malinterpretes, “ dijo con suavidad, todavía rozando mi cuerpo. “No es que no adore tu fuego. Pero hay algo en ti al estar totalmente indefensa...; saber que puedo hacerte cualquier cosa que quiera… saber que puedo hacer que me hagas cualquier cosa que yo desee.“ Sentí su aliento en mi piel mientras me inclinaba para susurrar en mi oído. “Me la pone más dura de lo que imaginas. Quieres sentirla?“
Sentí que al aire abandonaba mis pulmones, y mis pezones se pusieron tan duros que dolían. Demasiada orgullosa para decir las palabras, me mordí el labio y asentí con la cabeza. “Oh, estoy seguro de que quieres, mi pequeña provocadora. Pero has sido una chica muy mala. Disfrutas haciéndome sufrir?“ Se apartó de mi y sentí algo de cuero subir por mis piernas y por mi entrepierna. Bufé al sentir que algo finalmente me tocaba donde yo quería. Estaba tan excitada que podría hacer cualquier cosa que él me pidiera. “Caminando con esos vestidos tan sexis. Te gusta ponérmela dura, verdad?“ El frío cuero acarició mis pezones. Lo sentí dándome latigazos contra mi piel bruscamente, y me sorprendió el gemido que escapó de mis labios. Qué me estaba pasando? Algo como un picotazo golpeó mi muslo, sacándome de mis pensamientos y haciéndome llorar. La sensación era increíble. Dolía un poco, pero también era placentero. Quería que lo
volviera a hacer. “Respóndeme.“ dijo bruscamente, con su boca una vez más cerca de mi oreja. Estaba tan atrapada con esa sensación que no podía recordar que me había preguntado. Sentí como me tiraba del pelo y lo agarraba con su puño; lo sacudió y volvió a hablar. “He dicho que me respondas.“ gruñó.
“Si, señor. “ susurré entre jadeos. Podía sentir la humedad y el deseo, deseando desesperadamente poder cerrar las piernas para liberar algo de dolor. “Y te mereces ser castigada, verdad?“ Su nariz recorrió mi mandíbula, con su aliento caliente chocando en mi cuello. Tiré de las cuerdas que ataban mi cintura, deseando alcanzarlo y acercarlo a mí. “Sí, señor.“ Susurré de nuevo. “Por favor, castígueme.“ No podía creer que acabara de decir esas palabras. No era algo propio de mi persona, pero nunca antes me había sentido tan libre.
Liberó mi pelo y se apartó. El sonido de una cremallera llamó mi atención y giré la cabeza, intentando descifrar algo más. Asumí que estaba quitándose el resto de la ropa y dejé volar mi imaginación, viéndolo delante de mí, desnudo. Solo el recuerdo de su cuerpo hacía que mis caderas se elevaran ligeramente. El dolor entre las piernas se había vuelto tan incómodo que podría hacer cualquier cosa para remediarlo. Sus manos fuertes se movieron por mis tobillos, ajustando las cuerdas. Las deslizó por mi cuerpo e hizo lo mismo con las de las muñecas. Sentí como me sujetaba por debajo de los brazos y fácilmente me deslizó mesa arriba, dejando mi cabeza suspendida por el borde. Todavía estaba atada y con los ojos tapados cuando las puntas de sus dedos recorrieron mis pechos, agarrándolos y acariciando los pezones con los pulgares, antes de subir por mi cuello, hasta mi pelo.
Algo caliente y suave rozó mi labio superior, y jadeé sorprendida por la extraña sensación. Mis labios se abrieron instintivamente y me acerqué. “Abre, mi pequeña provocadora.“ dijo con voz ronca. Gemí en cuanto me di cuenta de que era la punta de su polla, acariciando mis labios de un lado a otro. Estaba de pie, junto a mi cabeza, en el cabecero de la mesa. Abrí la boca con ansiedad. El ángulo permitía que entrase en mi boca con facilidad. Yo no era de las que daban su brazo a torcer a la primera, pero la sensación de darle placer de esta manera era tan erótica que gemí en voz alto a su alrededor. “Joder, estás tan guapa con la boca llena…“ Comenzó a mover las caderas; una mano sujetaba mi cabeza y la otra se deslizaba arriba y abajo por mi cuerpo. “Dios, lo haces tan bien. Te gusta hacerlo, verdad, mi pequeña calientapollas?“ Gemí como respuesta y lo tomé más profundamente en mi boca, obteniendo un enorme gemido por su parte. Nunca antes me había sentido tan abrumada con la necesidad de darle placer a un hombre, pero si era como si en este momento, mi único propósito fuera darle placer. Inclinado sobre mí, su mano paso entre mis pechos hasta mi clítoris. No pude reprimir un profundo jadeo en cuanto sus dedos trazaron círculos y me provocaron. “Me encanta follar tu preciosa boca.“ gruñó mientras continuaba con su indulgencia y embestía en mi boca. “Quizás debería mantenerte aquí atada y esconderte de los demás hombres. No comparto lo que es mío. Lo entiendes?“ Su voz se había vuelto tensa y asentí como pude; chupando más fuerte como respuesta. “Oh joder… voy a… joder voy a correrme. Quieres eso, mi pequeña provocadora? Joder… Quieres que me corra en esa preciosa boca?“ Gimoteé con sus palabras, no había nada que deseara más que aliviarlo. Mi cuerpo me dolía y temblaba, cada músculo luchaba y empujaba para liberarse. Sus manos se movieron hasta mi pelo, y él comenzó a jadear y soltar tacos casi sin aliento, y con un última embestida se estremeció y se corrió en mi boca. Me lo tragué y continué chupando, deleitándome con su orgasmo tanto como él.
Se apartó de mi boca, y se cambió de postura, descansando su cabeza entre mis pechos, tratando de calmar su respiración. “Jodidamente bueno.“ jadeó contra mi piel, y comenzó a recorrer con sus labios y su lengua mi pecho izquierdo. Gemí e intenté arquear la espalda para su impaciente boca, pero todavía estaba atada a esa mesa. Se puso de pie
y reajustó las cintas de cuero. Agarró mi cabeza gentilmente, y deslizó mi cuerpo hacia abajo, para que estuviera otra vez completamente tumbada sobre la mesa de cuero. Sus fuertes manos subieron y bajaron por mis brazos, frotando suavemente, dejando que mi circulación volviera a la normalidad. Agarrando mi cabeza, besó ambos lados de mi cara y susurró en mi oreja. “Me has dado tanto placer.“ Mi cuerpo cantó en cuanto lo dijo, y volví la mejilla para que me tocara. “Cómo podría recompensarte?“ susurró de manera seductora, todo el rato besando mi cuello. “Dime. Cómo quieres que te recompense? Con mi boca?“ Lamió mis pezones, agarrándolos entre sus dientes y mordiendo. “Con mis manos?“ Sus largos dedos recorrieron mi abdomen, para luego introducirse profundamente en mí. Se me escapó un gemido desesperado, mientras me retorcía y forcejeaba, deseando más. “O con mi polla?“ Solo pensar en él, follándome con eso, fue suficiente para que mi cuerpo diera un espasmo alrededor de sus dedos. “Ahh. Es eso lo que quieres? Suplícame. Dime que quieres mi polla dentro de ti.“ Añadió otro dedo y besó mi muslo. “Sí.“ supliqué, retorciéndome inútilmente para liberarme. “Por favor. Quiero tu polla dentro de mí. Oh dios. Por favor. Haré lo que sea.“ Nunca me había sentido tan consumida por la lujuria como en ese momento. Cada palabra era de verdad. Haría lo que fuese. Quería que reclamara mi cuerpo, para calmar esta necesidad insaciable que tenía por él. Retiró sus dedos y sentí como escalaba encima de la mesa y se situaba entre mis muslos. Una humedad tocó mis labios mientras los acariciaba. “Sientes lo preparada que estás?“ Mi lengua lamió mis labios, saboreándome a mi misma. Ni siquiera me sorprendió que me gustara. Este hombre me hacía querer cosas que nunca había soñado: a renunciar a todas mis ideas preconcebidas acerca de como las mujeres debían comportarse, y entregarme a esta fuerza magnética que sentía cuando estaba con él. Se tumbó más cerca de mí, con su pecho acariciando mis sensibles pezones; plantó un beso en cada uno de mis ojos cubiertos. “Dime de quién eres.“ susurró, rozando sus labios contra mis mejillas, mi frente y finalmente mis labios. Subió la mano y me quitó la venda de los ojos. “Quiero ver tus ojos cuando me digas que eres mía. De quién eres?“ Parpadeé varias veces, ajustando la vista a la tenue luz. La punta de su erección presionó contra mi clítoris, causándome la más deliciosa de las sensaciones por todo mi cuerpo. “Tuya.“ gemí, finalmente viendo su perfecta cara. “Soy tuya.“ “Mía.“ jadeó, mientras empujaba en mi interior. Torné los ojos ante la sensación de sentirlo llenar mi interior. El mundo a nuestro alrededor había desaparecido en cuanto comenzó a moverse; retirándose casi por completo antes de volver a meterla profundamente. La fuerza que usaba hacía que el cuero chirriara haciéndola casi dolorosa, mientras su cuerpo me apretaba más contra la mesa. Pero solo lo hacía mejor. A medida que su ritmo se incrementaba, pellizcaba mis pezones y mordía la tierna piel de mi cuello. Estaba abrumada por la dulce mezcla de placer y dolor que nunca habría esperado; la manera animal con la que se clavaba en mí, las palabras posesivas que susurraba contra mi piel, y el placer de su polla en mi interior. Nunca había pensando que
estar tan indefensa me haría sentir tan hermosa. Sus gruñidos se volvieron más sonoros y la necesidad en mi comenzó a crecer. Con cada embestida sentía que la realidad desaparecía. “Me perteneces.“ jadeó, deslizándome ligeramente hacia arriba para profundizar las embestidas. “Nadie te tocará como yo jamás. Eres mía, Bella.“ “Sí, solo tuya.“ No podía prolongarlo más tiempo. “Tómame!“ grité, sin poder reprimirme. “Fóllame… por favor… hazme tuya. “ Mi orgasmo explotó en mi interior, y estaba avergonzada de todos los gritos que inundaron la habitación. Endureciéndose encima de mí, su cara se lleno de placer, y sus gritos se unieron a los míos en cuanto se corrió.
Me erguí en la cama de golpe, con los ojos medio abiertos y miré a mi alrededor. Dónde
estaba? Confusa, me pasé la mano por el pecho, sorprendida al sentir el suave algodón
de mi camiseta. Mi garganta estaba seca, y mi corazón palpitaba velozmente mientras
trataba de controlar mi respiración. Encendí la lámpara de mi mesilla de noche con las
manos temblorosas, y reconocí la habitación donde estaba. Estaba en casa, no en
ninguna extraña sala, atada a una mesa. Mi cama era una maraña de sábanas y gruñí en
cuanto vi la hora en el despertador. 4:30. Genial.
Intenté concentrarme en lo que acababa de pasar. Qué demonios era eso? Había tenido
tantos sueños sexuales con él que no podía contarlos, pero nada comparado a esto.
Me di cuenta de que no iba a ser capaz de volver a quedarme dormida, y como no quería
quedarme ahí tumbada y darle vueltas a eso, decidí levantarme. Mi cuerpo estaba
pegajoso por el sudor y todavía sentía la excitación en mi abdomen. Así que me dirigí al
baño a darme una ducha.
Pero incluso cuando estaba limpiando mi cuerpo, no podía hacer lo mismo con mi mente.
La manera en que él me hacía sentir. El hecho de que yo lo disfrutaba. Suplicaba por él, lo
quería dentro de mí. No era muy diferente de lo que había pasado la noche anterior.
Había intentado a duras penas luchar contra eso en la realidad, pero en mi sueño lo había
agradecido, me entusiasmaba.
Habíamos cometido un error.
Sus palabras de la otra noche todavía repiqueteaban en mi cabeza. Y eso, unido a mi
sueño, solo fortalecía mi determinación para luchar contra esto, para terminar con esta
adicción tan despreciable, con las cosas que le hacía a mi cuerpo. Por lo menos tenía clase de yoga con Alice esa mañana. Podía evadirme con los movimientos, y no pensar en él a cada momento. Era una manera de salir de ahí. Sin embargo, una vez que llegué, me di cuenta de que no iba a tener tanta suerte. Decir que no estaba nada centrada era quedarme corta. No había manera de esquivar mis pensamientos, siempre terminaban en dos lugares; ese jodido baño o ese jodido sueño. Dios, había pasado tanto tiempo recreándome en esas dos escenas, que ahora me
resultaba muy difícil diferenciar la realidad de la fantasía. Y honestamente, no sabía que
me horrorizaba más; las cosas que me dejaba hacer por él o las que me imaginaba. No
había duda absoluta que si le daba la oportunidad, podría hacer ese sueño realidad. Y me
di cuenta por primera vez, que me había llamado Bella. Era un pequeño detalle, pero
nunca se lo había escuchado. Despertaba en mi un sentimiento extraño y poco familiar,
pero me gustaba. Tomé aire profundamente y cerré los ojos, maldiciendo esa cara y ese
cuerpo tan bonito por enésima vez en la mañana.
La voz del instructor rompió mis pensamientos mientras nos guiaba para la siguiente
postura. Mirando hacia Alice, volví a considerar la idea de echarle agallas al asunto. Había
llegado a la conclusión de que realmente necesitaba hablar de esto con alguien. Estaba
Angela, pero ella trabajaba con Emmett y no podía mantener un secreto si su vida
dependiera de ello. Estaba definitivamente tachada de la lista. Sabía que podría hablar
con Rosalie si se lo pidiera, pero ella era una Cullen y sabiendo lo que había escuchado,
me sentiría bastante incómoda.
Este era uno de esos momentos en que los desearía que mi madre siguiera viva. Al
pensar eso, un dolor se me acumuló en el pecho y las lágrimas aparecieron en mis ojos.
Trasladarme aquí para pasar sus últimos años de vida con ella había sido la mejor
decisión que había tomado. Y aunque vivir tan lejos de mi padre y mis amigos era, a
veces, duro, sabía que todo pasaba por alguna razón. Y deseaba que esa razón
apareciera pronto.
Podría contarle esto a Alice? Tengo que admitir que me aterrorizaba lo que ella pudiera
pensar de mi. Pero más que eso, me aterrorizaba decir esas palabras en voz alta.
Mirando en su dirección una vez más, me encontré con la mirada desconcertada de Alice.
-“Vale, que está pasando?“ me preguntó preocupada.
Intenté no decirle nada, intenté no parecer preocupada y decirle que estaba siendo
absurda. Pero no pude. La enorme presión de las últimas semanas me estaba
aplastando, y antes de poder controlarla, mi barbilla tembló y comencé a balbucear como
un bebé.
-“Eso es lo que pensaba. Vamos.“ Me ofreció su manos y me ayudó a levantarme
del suelo. Cogimos nuestras pertenencias y salimos por la puerta.
Veinte minutos, dos Mimosas* y una crisis emocional más tarde, estaba sentada enfrente
de una Alice en estado de shock, en la mesa de nuestro restaurante favorito. Se lo conté
todo; lo de las bragas desgarradas y lo mucho que me gustaban , los diferentes lugares,
Rosalie pillándonos, mi culpabilidad al sentir que había traicionado a Carlisle y Esme, lo
de Mike, las declaraciones cavernícolas del señor Cullen, y finalmente, mi sueño. Cuando
levanté la cabeza para mirarla, me estremecí; parecía que acababa de ver un accidente
de coche. Si para mí todo esto sonaba muy mal, podía imaginarme como le sonaría a otra
persona.
-“Vale, déjame asegurarme de que lo he entendido.“ Asentí mientras ella continuaba.
-“Te estás tirando a tu jefe.“ Me encogí ligeramente por la connotación.
-“El mismo jefe al que cariñosamente llamas “Capullo buenorro“. Suspiré con fuerza y asentí de nuevo.
-“Pero lo odias.“
-“Correcto.“ Contesté de acuerdo, apartando mis ojos de ella.
-“No quieres estar con él, pero tampoco te puedes alejar.“ Añadió, con una mirada confusa
en su rostro.
-“Dios, suena incluso peor escuchándolo de otra persona.“ Gruñí mientras enterraba mi
cara en mis manos.
-“Pero es bueno.“ dijo por un toque de humor en su voz.
-“Bueno ni si quiera se acerca, Alice. Fenomenal, intenso, me nubla la mente, estoy
increíblemente multi-orgasmizada.“ En ese punto tuve que dejar de mirarla.
-“Orgasmizada es una palabra?“ preguntó riéndose.
Froté mi cara con fuerza con mis manos y volví a suspirar. -“No lo se. No lo se! Pero no
voy a ponerme a discutir eso, Alice.“
-“Cierto… Bueno, “ contestó pensativa, aclarándose la garganta.
-“Supongo que un pene pequeño no es su problema, después de todo.“
Gruñí y dejé caer mi cabeza sobre los brazos, encima de la mesa.
-“No. Definitivamente no lo es.“ Subí la cabeza ligeramente al escuchar su risa escandalosa.
-“Alice! No tiene gracia!“ Protesté.
-“Lo siento, Bella.“ dijo, intentando recomponerse.
-“Pero tienes que ver que esto es insano. Escucha, de todas las personas que conozco, tu serías la última que me imaginaría en esta situación. Siempre has sido tan seria, con cada uno de tus pasos en tu vida, tan planeada. Solo has estado con tres chicos, y con esos tres has tenido una relación. Ese tío tiene que ser algo más para ti.“
La miré y fruncí el ceño, sabiendo que sus palabras me molestaban tanto porque sabía exactamente cuanta razón tenía.
-“Y ese sueño, te tuvo que dejar flipando, no?“ preguntó consternada.
-“Oh, eso es quedarse corto. A ver, estaba atada a una mesa y con los ojos tapados.
Indefensa y vulnerable. Esa no era yo, “ Dije más alto de lo necesario.
-“Y me encantó; estaba rogando por ello. Nunca antes había fantaseado con algo así.“
-“Sabes, “ comenzó, -“Te apuesto a que ese sueño quiere decir algo. Vamos a verlo.“ Sacó
su Blackberry, y buscó algo, antes de estallar en risas.
-“Qué pasa?“ le pregunté, muerta de miedo por su respuesta.
-“Oh, te va a encantar eso: << Soñar con estar atada y esclavizada representa aspectos
de tus emociones o personalidad que están demasiado reprimidas. Puede ser que estés
restringiendo tus necesidades de expresarte, o sientes que eres prisionera de tus
circunstancias. >> Bueno, no se lo que quiere decir.“ dijo riendo.
-“Genial.“ Suspiré,
-“Alice, se que no hay nada de malo en tener una relación puramente sexual con alguien. Eso puedo soportarlo. Y se que a veces puedo ser demasiado controladora, pero cuando estoy con él, no puedo ser así. No tengo control sobre mí misma. Y ni siquiera me gusta, y tampoco lo soporto.“
Alice tomó un sorbo de su Mimosa, y pude ver como poco a poco iba digiriendo lo que le
había dicho, mientras pensaba lo que iba a decir.
-“Bueno, ya sabes la respuesta, no?“ contestó muy seria. La miré expectante.
-“Tienes que parar esto. Evitar estar con él a solas a toda costa.“
-“Alice, no es tan simple.“ le contesté, sacudiendo la cabeza.
-“Trabajo con él, para él. Estar a solas con él no es algo fácilmente evitable. Y, aún por encima, tengo una conferencia con él en Seattle dentro de dos semanas. En el mismo hotel.“
-“Bella, que te está pasando?“ Preguntó Alice con cara de asombro.
-“O sea, que quieres que esto contínue?“
-“No!“ exclamé defensiva, clavando mis ojos en su mirada escéptica.
-“A ver… Nunca nadie me había afectado de esta manera. Me hace desear cosas que antes no quería. Solo me gustaría que fuera otra persona, alguien agradable, como Mike por ejemplo.“
-“Que tipo de cosas? Que te de azotes?“ respondió Alice riéndose, pero cuando me mordí
el labio y miré hacia otro lado, la escuché jadear.
-“Oh dios mío! Te azota?!“
Mis ojos se abrieron aún más.
-“Un poco más alto, Alice. El chico de atrás creo que no te ha escuchado.“ Siseé mientras sacudía la cabeza. Tan pronto como me aseguré que nadie miraba, me retiré mechones de pelo de la frente, y le respondí.
-“Mira, se que tengo que parar todo esto, pero yo…“
Dejé de hablar en cuanto sentí un cosquilleo en la parte posterior de mi cuello, los pelos
se me erizaron y sentí que se me ponía la piel de gallina. Instintivamente giré la cabeza y
el aire se me detuvo en la garganta en cuanto miré hacia la puerta.
Ahí estaba él; vestido con una camiseta negra y unos vaqueros, con deportivas y su
alborotado pelo más sexy de lo normal. Volví a mirar a Alice, sintiendo que toda la sangre
subía a mi cara.
-“Bella, que pasa? Parece que has visto a un fantasma.“ Dijo preocupada, tocando mi
brazo.
Tragué saliva para aclararme la voz, y la miré.
-“Alice, ves a ese Chico vestido de negro justo en la puerta?“ Le susurré mientras ella levantaba la cabeza para mirarlo, y le di una pequeña patada por debajo de la mesa.
-“No seas tan obvia! Esees mi jefe.“
Los ojos de Alice se abrieron y abrió la boca.
-“Oh dios mío, “ jadeó con un suspiro mientras sus ojos se movían de arriba abajo, obviamente, mirándolo a él.
-“No bromeabas, Bella. Ese si que es un buenorro. Yo no podría echarlo de mi cama. “
-“Alice! No me estás ayudando para nada!“
-“Quién es la rubia?“ preguntó, moviendo la cabeza en hacia donde estaban. Me giré para
mirar, observando como se dirigían a una mesa, con su mano en la espalda de ella,
mientras apartaba una silla para que ella se sentara.
-“Menudo gilipollas pretencioso.“ dije entre dientes, sacudiendo la cabeza y mirando de
nuevo a mi mesa. Justo cuando Alice iba a hablar, sonó su teléfono y lo buscó en su
bolso. El "hola cariño" me alertó de que era Jasper, y eso le iba a llevar un tiempo. Me
volví para mirar de nuevo al señor Cullen, hablando y riendo con la rubia; y no pude
apartar la mirada. Estaba mucho más atractivo ahora que parecía relajado; sonriendo,
moviendo los ojos cuando se reía.
Muy meloso, Cullen.
Como si hubiera escuchado mis pensamientos, giró la cabeza hacia donde estaba, y nos
miramos. Apreté la mandíbula con fuerza y miré a otro lado, dejando mi servilleta sobre la
mesa. Tenía que salir de allí.
-“Ahora vuelvo, Alice“
Asintió, sin cortar la conversación. Me puse de pie y rápidamente pasé de lado por su
mesa, asegurándome de no mirarlo. Justo cuando había girado la esquina del baño de
señoras, sentí una mano en mi hombro.
-“Espera.“ El simple sonido de su voz sacudió mi cuerpo.
Vale Bella, puedes hacerlo. Simplemente gírate, míralo, y dile que se joda. Es el gilipollas
que anoche dijo que eras un error y ahora está con una rubia recauchada.
Enderecé los hombros y me giré para mirarlo. Mierda. De cerca estaba mucho mejor.
Nunca lo había visto vestido con algo que no fueran sus perfectos trajes. Obviamente esa
mañana no se había afeitado, y en vez de darle un aspecto desaliñado, solo lo hacía más
sexy. Tuve que morderme el labio para evitar gemir al pensar en esa barba entre mis
piernas. Qué coño me pasaba?
-“Qué demonios quieres?“ le espeté, apartando su mano de mi hombro. Pude ver que
tenía unas enormes ojeras debajo de sus ojos. Parecía cansado. Bien.. Si sus noches
eran la mitad de malas que las mías, me daría por satisfecha. Se pasó las manos por el pelo, y miró a nuestro alrededor, incómodo.
-“Solo quiero hablar contigo. Para explicarte lo de anoche.“
-“Qué tienes que explicar? Obviamente ya lo tienes superado.“ Dije, moviendo la cabeza
hacia su mesa, donde estaba la rubia allí sentada.
-“Muy rápido, incluso para ti.“
-“De que me estás hablando?“ dijo, bromeando, y mirando hacia atrás.
-“Estás hablando de Tasha?“
-“Oh, se llama así? Bueno, que tengán Tasha y tú una agradable velada, señor Cullen.“
Justo cuando me giré para irme, me volvió a detener.
-“Joder! Quieres dejarme ir?“
-“Por qué tienes que ser tan zorra todo el tiempo? Y por qué te importa lo que haga?“
Nuestra pequeña discusión empezaba a llamar la atención de los empleados del
restaurante cada vez que pasaban hacia la cocina. Así que después de mirar a nuestro
alrededor, me empujó hasta el baño y cerró la puerta.
-“Que te crees que estás haciendo? Y a que te refieres con que me importa lo que haces?
No hace ni 24 horas que me follaste y ahora estás comiendo con otra!“ Le grité. Estaba
tan enfadada que mis uñas prácticamente se estaban clavando en las palmas de mis
manos.
-“Piensas que esto es una cita? Dios mío.“ exhaló, sacudiendo la cabeza.
-“Esto es jodidamente increíble. Tasha es una vieja amiga. Va a organizar un evento de caridad, y
Cullen Inc. va a contribuir con ella. Se supone que tenía que reunirme con ella el lunes
para firmar algunos papeles pero tuvo que cambiar su vuelo a última hora y se va del país
esta tarde.“ Se pasó los dedos por el pelo de nuevo.
- “No he estado con ninguna otra desde el incidente de la vent…“ se detuvo, pensando de nuevo lo que iba a decir.
- “Desde nuestro primer… ya sabes..“
Estaba de coña?. Nos quedamos allí, mirándonos mientras yo intentaba asimilar sus palabras. No había estado con ninguna otra. Podía ser eso posible? Sabía que era un mujeriego. Lo había
visto con mujeres en su despacho muchas veces. Por no mencionar las historias que se
contaban por todo el edificio. Y aunque todo eso fuera verdad, no cambiaba el hecho de
que él era mi jefe y todo esto estaba mal.
-“Realmente piensas que me lo voy a creer? Todas esas mujeres tirándose a tus pies y no
te has tirado a ninguna? Oohh… me ha llegado al alma.“ Dije sarcásticamente mientras
me volvía a girar hacia la puerta.
-“No es tan difícil de creer.“ gruñó enfadado, sintiendo como sus ojos se clavaban en mi
espalda.
-“Oh, claro, porque eres hombre de una sola mujer, verdad? Dame una sola razón por la
que debería creerte. Y que conste que me da igual.“ Le dije por encima del hombro
mientras alcanzaba el pomo de la puerta.
-“Sabes que? No importa. Total, solo ha sido un error, verdad?“
-“Eso es de lo que quería hablarte.“ Se acercó más a mí, y su esencia me invadió,
llevándome de vuelta a mi sueño. De repente sentí pánico, como si no hubiera suficiente
oxígeno en el pequeño baño. Necesitaba salir de allí, ahora. Que acababa de decir Alice
hacía cinco minutos? Que no me quedara a solas con él? Buen consejo. Me gustaban
mucho el par de bragas que llevaba puestas y no quería que terminaran rotas en su
bolsillo. Vale… eso era mentira.
-“Mira, da igual. Tengo que irme.“ Una extraña sensación de deja-vu comenzó a recorrer mi
cabeza y sabía lo que iba a pasar si seguía allí.
-“Vas a volver a ver a Mike?“ preguntó detrás de mí.
Mi mano estaba sobre el pomo todo lo que tenía que hacer era irme, y estaría a salvo. Me quedé helada, mirando el maldito pomo durante lo que parecieron minutos, luchando conmigo misma. Sería tan fácil quedarme… Mis ojos se cerraron y mis pezones se endurecieron solo de pensarlo. Sal de ahí, Bella.
-“A ti que te importa?“ Se me puso la piel de gallina. Era tan estúpida. Sentí como se
acercaba más a mí.
-“Creía que lo habíamos hablado anoche.“ dijo, con su cálido aliento contra mi pelo.
-“Sí, ayer hablamos de muchas cosas.“ La punta de sus dedos se movió por mi brazo y
separó el tirante de mi camiseta de mi hombro; sus labios rozaron mi piel.
-“No era mi intención.“ susurró contra mi piel.
-“Eso no quiere decir que no sea verdad.“ Mi cuerpo instintivamente se pegó al suyo,
ladeando ligeramente la cabeza para dejarle más acceso.
-“No debí decirlo.“ Separó la coleta de mi hombro, y movió sus suaves labios por mi
espalda. Mi respiración se volvió más profunda y cada nervio de mi cuerpo respondió ante
él. Por qué tenía que dejarlo?
-“Date la vuelta.“ Sus palabras eran simples, pero crearon un enorme conflicto en mi
cabeza. A él no le costaría nada presionarme contra la pared y sujetarme, pero ahora la
decisión era mía. Me mordí el labio con fuerza, intentando no girarme. Mi mano estaba ya
girando el pomo, pero me vencí.
Me di la vuelta despacio, mirándolo a los ojos. Estaban llenos de lujuria y sentí como las
piernas me flaqueaban intensamente. Su mano subió hasta mi cara, acariciando mi labio
con su pulgar. Nuestras respiraciones sonaban con fuerza a nuestro alrededor, y cuando
pensé que no podía aguantarlo más, se apretó contra mí, chocando sus labios contra los
míos.
En el momento en que nos besamos, mi cuerpo dejo de luchar. Mi bolso aterrizó en el
suelo y mis manos volaron hasta su pelo, atrayéndolo a mí. Nuestros besos eran fieros y
tensos, tocándonos la piel con las manos. Me puso contra la pared y movió sus manos
hasta mi trasero, levantándome ligeramente. Gemí cuando sentí su erección presionando
contra mí. Sus manos se deslizaron por dentro de mis pantalones de yoga y agarró mi
culo, sobre mis bragas.
-“Joder. Que llevas puesto?“ Gruñó contra mi cuello, acariciando el satén rosa.
Casi sonrei cuando recordé que par llevaba puesto. La parte de atrás tenía forma de corazón. Eran nuevas y muy caras. Me elevó más aún y puse mis piernas alrededor de su cintura,
presionándome con fuerza contra la pared, frotando su dura entrepierna contra mí. Gimió
cuando le agarré el lóbulo de la oreja con mis dientes.
Apartó un lado de mi camiseta y tomó un pezón con la boca. Eché la cabeza hacia atrás
contra la pared y sentí su barba rozar mis pechos. Un sonido estridente rompió el silencio
y lo escuché soltar una maldicion. Mi móvil. Puse un pie en el suelo, y el se apartó un poco de
mí, volviendo a poner su habitual cara de mala leche. Me arreglé la ropa rápidamente y
alcancé mi bolso, sacando el teléfono y poniendo cara de desagrado en cuando vi la foto
en la pantalla.
-“Hola, Alice.“ dije casi si aliento.
-“Bella, dónde diablos estás? Y por qué hay aquí una rubia aburrida sentada sola?“
preguntó.
-“Estaré ahí en un segundo, vale?“ escuché como seguía preguntando mientras cerraba la
tapa del móvil y lo volví a meter en el bolso, evitando mirarlo.
-“Mira, yo...“ el sonido de mi móvil lo cortó.
“Dios, Alice! Te he dicho que estaré ahí en un segundo!“ grité. Pero no era Alice.
-“Bella?“ la voz confusa de Mike sonó por el altavoz.
-“Oh.. hola. “ Mierda. Esto no podía estar pasándome a mí.
-“Mira, no puedo hablar ahora.“
-“Sí, siento fastidiarte el domingo, pero no podía dejar de pensar en ti. Y no quiero que
nadie se meta en un lío ni nada de eso, pero acabo de revisar mis emails y hay una
confirmación de que las flores te llegaron.“
-“De verdad?“ pregunté, fingiendo que me interesaba. Mi mirada estaba fija en él; tenía las
aletas de la nariz abiertas y la mandíbula tensa, obviamente intentando descubrir con
quien estaba hablando.
-“Bueno, parece que fueron firmadas por Edward Cullen.“....
******************************************************
A la Noche les regalo otro capi
Citly Patzz- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
QUERES MATARME CITLY???... ESA FOTO ES PEOR QUE LA OTRA... es como si contestara el mismo mi mensaje anterior diciendome: "ven no prometas... solo ven a mi" XD
UUUFFFFF!!!! justo cuando el Sr. cullen lograba avanzar... Mike llamo, las flores, eso lo va a menter en problemas...
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
wooooooooow!!....jajajajajjajaja!!..ayyyy Sr. Cullen
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
OMG!!!!!!!!!!!!!!!! El sueño de Bella estuvo intenso!! Pero ya decubrieron q sienten algo el uno por el otro!!! Y Mike descubrio a Edward jejejej actualiza pronTo please tu fic me hace sudar jejeje
Karnnlizz- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Otro!!!!! otro!!!! otro!!!!! por favor linda Citly
Nejix- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Capitulo 9
"Lección Aprendida"
"Lección Aprendida"
Era un idiota. No había otra manera de explicarlo. Allí, de pie, mirando a Rosalie, las
palabras salieron solas. Había sido un error. Podía ver a la señorita Swan mirándome por
el rabillo del ojo; y al ver el dolor y el shock en su cara me hizo sentir como si me hubieran
golpeado el estómago. Podía imaginarme como se sentía. Acababa de compartir con ella
una de las experiencias sexuales más intensas e increíbles de mi vida, y me había
referido a ello como un error. Dios, incluso yo quería darme una patada en el culo.
-“Error o no, tiene que parar ahora.“ Las palabras de Rosalie me sacaron de mis
pensamientos.
-“Que pasa si hubiera sido Esme? Y Edward, eres su jefe! Te has olvidado de eso?“
Esa afirmación solo profundizo la vergüenza que sentía por mi comportamiento.
Me estaba aprovechando de ella? Volví a pensar en nuestros numerosos encuentros, y
me aliviaba de alguna manera pensar que ella había sido una participante activa en todo
esto, pero ni así conseguía calmar mi culpa.
-“Mira, los dos soN adultos y no se que está pasando aquí. Pero sea lo que sea, no puedes permitir que Carlisle lo descubra.“
Mi padre. Con todo lo que había ocurrido, no me había parado a considerar las
consecuencias si él nos hubiera descubierto. No solo sería una profunda mierda para mi;
para la señorita Swan sería devastador. Había visto de primera mano como se llevaba
como mis padres, y este tipo de situación dañaría esa relación sin reparación posible. Mis
padres eran buena gente, amables, y sabía que nunca se lo tomarían muy severamente,
pero eso no cambiaba el hecho de que estarían profundamente disgustados… con
nosotros dos. Sentí como se tensaba en cuanto Rosalie llamó a mi padre. Sabía que
estaba teniendo la misma batalla interna que yo. Pero todavía no estaba preparado para
su respuesta en cuanto la dijo.
-“Eso no será problema.“ dijo, mirándome de una manera que me hizo retroceder
ligeramente.
-“Aprenderé de mi error. Si me disculpn.“ Antes incluso de poder pensar en
una manera de detenerla, se dio la vuelta y bajó las escaleras.
-“Has perdido el juicio, Edward?“ el intentó de Rosalie por susurrar fue en vano. Me giré
rápidamente para mirarla en cuanto su puño golpeo mi bíceps.
-“Rose!“, le grité, frotando el punto dolorido mientras la miraba.
-“Qué demonios te pasa?“
-“Desde cuándo estas con esto? Tengo la sensación de que esta no ha sido la primera
vez.“ No quería que se metiera en esto, especialmente, aquí.
-“Rose, te quiero, pero esto no es asunto tuyo.“ Sus ojos se abrieron más y abrió la boca.
-“Que no es asunto mío?“ espetó enfadada.
- “Bueno, si quieres mantenerlo en secreto, no deberíais haber follado en el baño mientras toda tu familia estaba escaleras abajo.“
-“No voy a seguir discutiendo esto contigo.“ dije, finalizando la conversación.
-“Y te pido por favor que esto se quede entre nosotros. No quiero que nadie se involucre.“ Ella continuó mirándome, pero no respondió. Decidí que ya había hablado demasiado y me giré para
irme, pero me detuvo poniendo una mano sobre mi antebrazo.
-“Realmente eres un capullo a veces. Lo sabes, verdad?“ Sin esperar una respuesta, paso
por mi lado para volver a la cena. Mientras bajaba el primer peldaño, se volvió para mirarme.
-“Y por el amor de dios, arréglate el pelo.“ Fruncí el ceño, pero automáticamente me pasé la mano por el pelo, peinándolo con los dedos mientras bajaba las escaleras detrás de ella.
En cuanto salimos al jardín, me sentí abrumado por la necesidad de estrangular a Mike.
Estaba sentando, inclinado hacia ella, con una expresión de preocupación en su cara,
preguntandole si se encontraba bien. Lo estaba? Antes de que me pudiera sentar, ella dijo que no se encontraba bien y que ya había sido suficiente por hoy. Estaba a punto de ofrecerme para acompañarla cuando Mike se puso de pie. Jodido Newton. Me lo estaba poniendo muy fácil para odiarlo. Puse la excusa de una importante llamada de teléfono, y los seguí en silencio, esperando
en la puerta. Mi pecho se llenó con una rabia animal mientras los observaba juntos, y el
aire dejó mis pulmones cuando vi que se cambiaban los teléfonos. Eso quería decir algo;
iba a verlo otra vez, incluso después de lo que habíamos hecho. Solté una maldicion entre
dientes cuando él se acercó y besó su mano, colocando un mechón de pelo detrás de su
oreja. La misma oreja que yo acababa de besar y susurrar. Mike se quedó de pie,
observando como ella se iba antes de volver a la casa. Nuestros ojos se encontraron y
juro que me estaba desafiando. Eso era. Tenía que hacer esto bien.
Esa noche dormí fatal. Me tiré sobre mi enorme cama durante horas, observando las
luces de la ciudad desde mi ventana; los recuerdos de esa noche se repitieron una y otra
vez en mi cabeza. Mi plan había desaparecido delante de mi cara, pero todavía no podía
lamentarme por las cosas que nos habíamos hecho el uno al otro. Estaba mal, era
complicado y enrevesado, y estábamos jodidos, pero todo eso no quitaba que fuera
increíble. Sacudí la cabeza, pensando que al decir que era increíble, me quedaba corto.
Mis pelotas se tensaron y mi polla se movió nerviosa por el mero hecho de pensar en
follármela. Era el cielo y el infierno al mismo tiempo, y la cosa más intensa que había
experimentado jamás. No importaba cuanto pensara en ello. Estaba completamente
perdido en como resolver algo así por primera vez en mi vida.
La luz del sol comenzó a impregnar la ciudad, reflejándose en el cromo y el cristal de los
edificios. Me levanté de la cama a regañadientes y me dirigí a la ducha; si me daba prisa,
podría correr un poco antes de quedar con Tasha para firmar los papeles de la donación.
Nunca trabajaba los domingos, pero cuando ella me llamó la pasada noche y me explicó
la situación de su viaje, acepté. En realidad todo lo que quería hacer era conducir muy
lejos para alejarme de mis problemas tanto como pudiera, pero como siempre, el trabajo
era lo primero. El resto podría esperar.
A las 10:30, quedé con Tasha en la puerta de un pequeño bistró en el centro de la
ciudad, y nos saludamos con cortesía. Mi familia conocía a la suya desde hacía años, y
ella organizaba las obras benéficas más influyentes para niños autistas de todo el país.
Era guapa e inteligente, y aunque éramos grandes amigos, nunca nos interesamos el uno
por el otro de manera romántica. Mantuve la puerta abierta para dejarla pasar, y la guié
hasta nuestra mesa, asegurándome de apartar su silla. Mi madre me había educado para
ser un caballero, no importaba lo mucho que parecía que llevaba ignorándolo.
Estuvimos bromeando acerca de nuestra relación, cuando de repente sentí que estaba
siendo observado. Levanté la cabeza, y mi estómago dio un vuelco cuando me encontré
con los ojos de la señorita Swan. Enseguida apartó la mirada, molesta por haberla pillado,
y habló con su amiga. Cuando sonó el teléfono de la otra chica, se excusó y se dirigió a la
parte de atrás del restaurante. Antes de planear algo, le dije a Tasha que volvería pronto.
Asintió con una pequeña sonrisa y un guiño, y me puse de pie para seguir a la señorita
Swan a través del restaurante.
Dios, estaba muy sexy, vestida de fin de semana, con unos pantalones negros y
ceñidos y una camiseta blanca. Llevaba el pelo recogido en una coleta, y mientras
caminaba delante de mí no pude evitar mirar su perfecto culo, recordando la última vez
que lo había visto dispuesto para mí. Agarré su brazo, y la forcé a mirarme. Sabía que iba a oponerse; nada entre nosotros era fácil. Nuestras emociones siempre eran una constante batalla, sin poder coexistir pacíficamente. Así éramos los dos.
-“Qué demonios quieres?“ parecía totalmente furiosa, y no podía culparla. Mi
comportamiento había sido tan… injustificado y despreciable. Haciendo y diciendo algo
primero, y actuando de la manera opuesta después Tenía que hacer lo correcto.
-“Solo quiero hablar contigo. Para explicarte lo de anoche.“ dije, pasando mis dedos por el
pelo, nervioso. Si parecía tan nervioso como me sentía, estaba en un lio. Conocía la mirada que ella me estaba echando; estaba pensando en arrancarme el corazón y dármelo de comer.
-“Qué tienes que explicar? Obviamente ya lo tienes superado“ dijo, asintiendo hacia mi
mesa.
- “Muy rápido, incluso para ti.“
De que estaba hablando? Entonces caí en la cuenta; Tasha. Se pensaba que estaba en
una cita? la observé por un breve momento, estupefacto. Cabía la posibilidad de que ella
también sintiera esa insana y loca obsesión? Quería preguntarle porqué le importaba,
pero necesitaba hacerlo en privado. Vi la puerta abierta, la empuje dentro y cerré detrás
de mí. Fue entonces cuando me di cuenta de donde estábamos. Mierda… otro cuarto de baño.
Antes de que pudiera responder, ella se me quedó mirando; se pensaba que me estaba
tirando a otra. No podía creer lo que estaba escuchando. Intenté explicarle lo de Tasha,
que solo éramos amigos y que era algo totalmente inocente. En cuanto puso los ojos en
blanco me di cuenta de que no se lo creía. Me encogí al pensar en lo que tendría que
decirle. Por qué tenía que justificarme ante esta mujer, cuando ella, obviamente, iba a
darse la vuelta y hacerme lo mismo? Podía ser tan hipócrita? Sin embargo, me sentí
obligado a explicarme.
-“No he estado con ninguna otra desde el incidente de la vent..“ me paré. No iba a usar
ese término.
-“Desde nuestro primer… ya sabes...“
-“Realmente piensas que me lo voy a creer? Todas esas mujeres tirandose a tus pies y no
te has tirado a ninguna? Oh… me ha llegado al alma.“ Se estaba riendo de mí.
-“No es tan difícil de creer.“ gruñí. Esto era jodidamente increíble. Qué demonios tenía que
hacer para que me creyera? Tenía que admitir que era un jodido gilipollas, pero nunca le
di ninguna razón para que dudara de mis palabras. Parecía celosa… Tuve que parar y
dejar que ese pensamiento me inundara por un momento. Su actitud era casi tan insana
como la mía.
Se dio la vuelta para irse, pero se paró para mirarme por encima del hombro.
-“Oh, claro. Porque eres hombre de una sola mujer, verdad? Dame una sola razón para que te crea. Y que conste que me da igual… Sabes que? No importa. Solo ha sido un error, verdad?“
Sentí nauseas en el estómago. Sabía que esas palabras habían sido dolorosas, pero no
sabía exactamente cuanto le habían dolido. No podía dejarla ir.
“Eso es de lo que quería hablarte.“ dije mientras me acercaba a ella. Ella todavía
intentaba irse, y sentí pánico, así que dije la primera cosa que se me pasó por la cabeza.
-“Vas a volver a ver a Mike?“ Antes de darme cuenta, su mano se quedó congelada sobre
el pomo de la puerta.
-“A ti que te importa?“ preguntó despacio. Parecía que estaba luchando contra la idea de
irse, y como siempre, yo no sabía que quería que hiciera. Nunca fue una buena idea que
nos quedáramos a solas como ahora. Habían pasado menos de dos minutos desde que
empezamos a hablar, y mi cuerpo traidor estaba comenzando a responder a su presencia.
Sin pensarlo, me acerqué a ella, presionando mi cuerpo a su espalda.
-“Creía que lo habíamos hablado anoche.“ dije. Su piel se puso de gallina y mi cuerpo hizo
caso omiso a mi cerebro. Aparté el delgado tirando de su hombro y puse mis labios
delicadamente sobre si piel, perdiéndome en su aroma.
-“Sí, ayer hablamos de muchas cosas.“ contestó suavemente.
-“No fue mi intención.“ murmuré contra su piel.
-“Eso no quiere decir que no sea verdad.“ Inclinó la cabeza ligeramente, dándome acceso
para saborear su cuello.
-“No debí decirlo.“ Moví su coleta para poder besar el largo de su cuello, y escuché como
se aceleraba su respiración. Su cuerpo respondía de la misma manera enfermiza que lo
hacía el mío hacia el suyo.
-“Date la vuelta.“ susurré contra su pelo, esperando su respuesta. Tenía que ser su
elección. Mi mente quería que me detuviera, que me diera un tortazo y se fuera. Pero mi
cuerpo tenía otras ideas. Mi egoísta cuerpo quería besarla y tocarla; hacerla mía. Observé
su mano, esperando a que se fuera, todo ese silencio que rogaba para que lo hiciera.
Pero cuando su mano se apartó, mis ojos se cerraron, derrotados. Ella tampoco era lo
suficientemente fuerte.
Se dio la vuelta despacio, mirándome a los ojos; unos ojos que parecían tan derrotados
como yo. La acerqué a mí, con mi mano en su pelo. Intenté parar; intenté decirme a mi
mismo que la dejara ir, pero no pude. Nos besamos, nos tocamos, nos mordimos. Quería
más y la elevé, conectándola justo donde mas lo necesitaba. Nuestros gemidos se
armonizaron, y nuestras bocas buscaban más. Mis manos se deslizaron por dentro de sus
pantalones, subiéndola más y presionándola contra la pared. Podía sentir la suave seda y
el encaje que cubrían su culo, con la parte trasera cortada en forma de corazón.
-“Joder. Qué llevas puesto?“ susurré en su cuello. La elevé más aún, y me respondió
colocando sus piernas alrededor de mi cintura.
Acaricié su pecho con mis labios mientras le levantaba la camiseta. Acababa de atrapar
uno de sus perfectos pezones con mi boca cuando escuché el sonido de un teléfono
sonando. Por supuesto. Puso los pies en el suelo, se colocó la camiseta y alcanzó el bolso para buscar su móvil. Me pasé las manos por el pelo una y otra vez, tratando de calmar mis ganas de coger esE móvil y tirarlo por el retrete.
Debía ser la amiga que estaba con ella en la mesa. Así que esa era Alice; la prometida del
gran revelador de mi apodo. La maldije en silencio mientras ella colgaba. Estaba
guardándolo de nuevo cuando volvió a sonar.
-“Dios, Alice! Te he dicho que estaré ahí en un minuto!“ gritó, pero sus ojos se abrieron
más y se le puso una expresión severa en la cara. Rabia, bochorno, enfado… curiosidad?
Levantó la cabeza para verme, y sus ojos se quedaron fijos en los míos, a medida que
crecía la tensión en el baño. Vagamente pude escuchar la voz de un hombre al otro lado
del teléfono, y el cavernícola comenzó a despertarse. Quién demonios la estaba
llamando?
De repente frunció el ceño, y una pequeña voz interior me advirtió que debería ponerme
nervioso.
-“Bueno, muchas gracias por decírmelo. Si. Si. Vale. Si, te llamaré cuando me decida. Gracias por llamar, Mike.“
Mike? Jodido Newton.
Terminó la llamada y lentamente guardó el móvil en su bolso. Mirando hacia abajo,
sacudió la cabeza y una pequeña risa escapó de sus labios. La voz en mi interior hablaba
ahora más alto. Me miró, y una malvada sonrisa apareció en su cara.
-“Hay algo que quieras contarme?“ me preguntó con dulzura, y por alguna razón, me hizo estar más ansioso. Me estrujé el cerebro, pero no podía pensar en nada. De qué estaba hablando?
-“Verás, “ dijo mientras seguía sacudiendo la cabeza.
- “Esta ha sido la conversación más extraña que he tenido. Parece ser que cuando Mike comprobó sus emails esta mañana, tenía la confirmación de entrega de mis flores. A que no adivinas lo que me ha dicho?“
Dio un paso hacia mí, e instintivamente yo di uno hacia atrás. No me gustaba lo que estaba pasando. “Al parecer alguien firmó las flores.“
Oh.. mierda.!
“El recibo decia Edward Cullen.“
Jooooooooooder…
Por qué diablos habré firmado con mi nombre? Intenté pensar en una respuesta, pero mi
mente se quedó en blanco. Obviamente, mi abrupto silencio le había dicho todo lo que
ella necesitaba saber.
-“Hijo de perra! Las firmaste y luego me mentiste!“ gritó, empujando violentamente mi
pecho. Yo sentí la necesidad de proteger mis pelotas.
-“Por qué hiciste eso?“ Mi espalda estaba ahora contra la pared, y empecé a buscar una salida alternativa. Por qué no había planeado esto mejor?
-“Respóndeme, maldita sea!“
Necesitaba una respuesta, y la necesitaba ya. Me pasé las manos por el pelo por enésima
vez en los últimos cinco minutos. Decidí que lo mejor era ser claro.
-“No lo se, ok?!“ Le grité.
-“Yo solo… joder!“ Me froté la cara, y comencé a caminar por el baño. Levanté la cabeza, y me di cuenta de que ella había cogido de nuevo su móvil y estaba escribiendo un mensaje a alguien. -“Qué estás haciendo?“ le pregunté.
-“No es cosa tuya, pero le estoy diciendo a Alice que se vaya sin mí. No me iré de aquí
hasta que me digas la verdad.“ Me miró y pude sentir la rabia que emanaba de ella.
Consideré por un momento contarle a Tasha lo que estaba pasando, pero conociéndola,
ya se habría dado cuenta.
-“Y bien? Estoy esperando, Cullen.“ Me encontré con sus ojos y suspiré. No iba a haber
manera de que pudiera explicarme sin parecer un loco.
“Vale. Las firmé.“ Contesté exasperante. Ella simplemente se quedó mirándome, con la
mandíbula apretada y los puños cerrados con tanta fuerza que los nudillos eran blancos.
-“Y…?“ dijo, sin dejar de mirarme a los ojos.
-“Y… tiré las flores.“ Mientras permanecía de pie, mirándola, me di cuenta de que me
merecía toda su rabia. Había sido improcedente; no le había ofrecido nada, cuando yo
podía ser ese que podría dárselo todo. No era justo, y no estaba bien, pero no podía
luchar contra ello. Era como un drogadicto. Estar con su sexualidad era el subidón más
intenso que había experimentado. Cuando nos separábamos, me encontraba a mi mismo
rememorando cada uno de nuestros encuentros, odiándolos y deseando encontrar una
solución, al mismo tiempo.
-“Eres jodidamente increíble, “ murmuró a través de los dientes cerrados.
Sabía que estaba haciendo todo lo posible para no lanzarse y darme una paliza.
-“Por qué? Por qué lo hiciste?“
Ahí estaba la parte a la que no quería llegar.
- “Porque…“ Me mordí el labio, y me rasqué la nuca, intentado pensar en la mejor manera de responder a eso. Odiaba haber llegado a esta jodida situación. Dejé salir un largo suspiro, y lo solté.
- “Porque no quería que salieras con Mike, vale?“
-“Quién demonios te crees que eres? Solo porque hayamos tenido sexo no significa que
tomes decisiones en mi vida. No somos una pareja, no estamos saliendo. Joder, ni siquiera nos gustamos!“ gritó.
-“Y crees que no lo se?! No tiene sentido. Pero cuando vi esas flores… venga, eran unas
jodidas rosas, por el amor de Dios!“ exclamé sin pensar.
-“Te has olvidado de tu medicación? Que tiene que ver que fueran rosas para que hicieras
eso?“ Probablemente todo el mundo en el restaurante nos habría escuchado. Gracias a
Dios que era domingo y estaba casi vacio.
-“Joder! No lo se! Las vi y reaccioné. No me paré a pensarlo. Solo pensé en él tocándote como…“ Mis puños se cerraron y mi voz se fue apagando a medida que trataba de mantener la compostura. Me estaba cabreando a cada segundo; conmigo por ser un blando y dejar que mis emociones me dominaran, y con ella por seguir teniendo ese jodido e inexplicable control en mí.
-“Mira, no estoy de acuerdo contigo, pero entiendo lo que has hecho… de alguna manera.“
Mis ojos volaron hasta ella, en shock.
-“Mentiría si dijera que no tengo lo mismos… sentimientos posesivos.“ dijo a regañadientes. No podía creer lo que estaba escuchando. Acababa de admitir que ella sentía eso, también?
- “Pero eso no cambia el hecho de que me has mentido. Pensaba que eras un gilipollas arrogante casi todo el tiempo, pero siempre habías sido alguien honesto en el que confiaba.“ Sus palabras se me clavaron.
Tenía razón.
-“Lo siento.“ Mis palabras flotaron el aire, y no estaba seguro sobre quién estaba mas
sorprendido; ella o yo. Estábamos de pie, uno enfrente del otro, sin dejar de mirarnos, ni
saber que decir.
-“Demuéstralo.“ Me miró con calma, sin ningún tipo de emoción visible en su cara.
Que quería decir? Entonces, me di cuenta. Demuéstralo. No podíamos hacerlo con
palabras, porque con las palabras siempre acabábamos mal. Así éramos, y si ella me
estaba dando una oportunidad para arreglar lo que había hecho, no podía desperdiciarla.
La odiaba tanto en este momento. Odiaba que tuviera razón y yo no, y odiaba que me
estuviera forzando a tomar una decisión. Odiaba cuanto la deseaba por todo eso.
Acorté la distancia entre los dos, rodeando su nuca con mi mano. La atraje a mí con
fuerza, mirándonos a los ojos en cuanto coloqué mi boca sobre la suya. Esto era un
desafío sin palabras. Ninguno de los dos iba a echarse atrás y admitir que esto… fuera lo
que fuera… se nos había ido de las manos.
En el momento en que nuestros labios se tocaron, un entusiasmo familiar recorrió mi
cuerpo. Sus manos se quedaron a ambos lados de su cuerpo, dejándome manejar el
beso; en cuanto mi lengua se encontró con la suya, gimió dentro en mi boca.
Mis manos cogieron su pelo, forzándola a doblarse para besarme. Estaba seguro de que
podía controlarlo. Presioné mi cuerpo contra el de ella, y gemí en cuanto noté cada una
de sus curvas. Necesitaba que esto desapareciera, quedarme satisfecho e irme; pero
cada vez que la sentía, era mejor de lo que recordaba.
Me puse de rodillas y agarré su cadera para acercarla mientras mis labios acariciaban la
cintura de su pantalón. Le levanté la camiseta y besé cada parte visible de su piel,
disfrutando de como se tensaban sus músculos a medida que la exploraba. Anclé mis
dedos en la cintura de su pantalón y la miré. Tenía los ojos cerrados mientras se mordía el
labio. Sentí como mi polla vibraba al pensar en lo que estaba a punto de hacer.
Tiré de sus pantalones, bajándolo por sus muslos; se le puso la piel de gallina mientras
mis dedos acariciaban sus piernas. Le di la vuelta ligeramente, y finalmente tuve la
oportunidad ver las bragas que me había estado imaginando. Satén rosa, y la parte de
atrás, tenía un corte en forma de corazón, rodeado de encaje rosa, pero dejando a la vista
suficiente piel para excitarme. Sus manos agarraron mi pelo y tiraron bruscamente. Joder,
me encantaba cuando hacía eso. Me mordí el labio y levanté la cabeza para mirarla. Mis
dedos recorrieron los bordes del delicado satén, parando en las delgadas tiras de sus
caderas.
-“Estas son casi demasiado bonitas para romperlas.“ dije, agarrando una tira en cada mano. -“Casi.“ Con un rápido tirón se rompieron con facilidad, permitiéndome deslizar la tela rosa entre sus piernas con lentitud y guardarlas en mi bolsillo.
Una sensación de urgencia me invadió. Liberé unas de sus piernas y la coloqué sobre mi
hombro. Mientras mis labios se encontraban con su sensible piel, sus dedos tiraron
ligeramente de mi pelo y movió sus caderas contra mi boca. Me di cuenta de que ella
estaba tan desamparada en esto como yo, y la intensidad de ese pensamiento casi me
abruma. La sentía cálida y húmeda contra mis labios, y saboreé cada momento, el sabor,
y el sonido de mi lengua provocando su piel caliente. Quería memorizar cada gemido y
cada súplica que se escapara de su boca, y sabía que yo era el causante. La sensación
era tan vívida que gemí contra ella, haciendo que gritara y se retorciera.
-“Oh, dios, Cullen“ susurró casi sin aliento mientras sus manos se movían hacia su cabeza
para presionar contra la puerta. Deslicé mis dedos en su interior, e inmediatamente se
tensó a mi alrededor, mientras llegaba al clímax.
Me apartó ligeramente y rápidamente se arregló la ropa, mirando hacia abajo, donde
estaba arrodillado. La vuelta a la realidad me cogió desprevenido en cuanto escuché el
ruido de la gente cenando al otro lado de la puerta, mezclado con el sonido de nuestras
respiraciones, pesadas.
-“No estás perdonado.“ dijo mientras recogía su bolso, dejando el baño sin decir nada más.
Me puse de pie, despacio, observando como cerraba la puerta, tratando de poner en
orden lo que acababa de pasar. Debería estar furioso. Debería ir detrás de ella y hacer
que terminara lo que había empezado. Pero una sonrisa apareció en la comisura de mis
labios y casi me rio por lo absurdo de mis pensamientos. Maldita sea, lo había vuelto a
hacer. Una vez más, demostró que era igual que yo al haberme derrotado en mi propio
juego. Solo un pensamiento pasó por mi mente: El juego sigue, señorita Swan.
Mi noche había sido como el infierno. Apenas pude dormir o comer, y estaba sufriendo un
constante empalme desde que me fui del restaurante. Sabía que iba a estar así mientras
me dirigía al trabajo. Ella iba a hacer todo lo que pudiera para torturarme y castigarme por
haberle mentido; lo enfermizo de todo eso era que… lo estaba buscando. Ella era tan
zorra, y de alguna manera, eso hacía que la deseara aún más.
Me sorprendió encontrar el hall de la oficina vacío en cuanto llegué. Era extraño,pensé,
ella nunca llegaba tarde. Continué mi camino hacia la oficina y comencé a poner en orden
mis tareas para ese día. Quince minutos más tarde, el sonido de un portazo me distrajo
de mi llamada telefónica. Bueno, ciertamente no estaba defraudada; pude escuchar como
tiraba carpetas y documentos más fuerte de lo necesario, y sabía que eso iba a hacer el
día muy interesante.
A las 10:15, fui interrumpido por el interfono. “Señor Cullen.“ Su fría voz lleno el silencio de
mi despacho y a pesar de su evidente enfado, no pude evitar sonreír mientras presionaba
el botón para responder.
-“Sí, señorita Swan?“ respondí sarcástico.
-“Tenemos que estar en la sala de conferencias en quince minutos. Tiene la comida con el
presidente de Industrias Kelly a las 12:30.“ respondió con un tono enteramente
profesional.
-“Va a acompañarme?“ pregunté confuso: era una ocurrencia bastante rara. Una parte de
mi se preguntaba si estaba evitando estar conmigo a solas otra vez. No estaba seguro de
como sentirme por eso.
-“No, señor. Solamente dirección.“ respondió a regañadientes, y escuché como pasaba
papeles mientras continuaba hablando.
- “Además, tengo que arreglar los preparativos para Seattle.“
Bueno, eso tenía sentido… supongo.
-“De acuerdo, estaré fuera en un momento.“ contesté y aparté el dedo del botón, poniéndome de pie y arreglándome la corbata.
Cuando salí del despacho, mis ojos aterrizaron inmediatamente en ella. Cualquier duda
acerca de si ella iba a hacerme sufrir, fueron confirmadas. Allí estaba, inclinada sobre su
mesa, con un precioso vestido blando, con estampados dorados, marrones y bronces,
que dejaban ver a la perfección sus largas y delgadas piernas. Su pelo estaba recogido
sobre su cabeza, acentuando su precioso cuello, y cuando se dio la vuelta para mirarme,
vi que llevaba puestas sus gafas. Como iba a apañármelas para hablar con coherencia
con ella sentada a mi lado?
Con su portátil, la Blackberry y un bolígrafo en la mano, se enderezó y miró en mi
dirección.
- “Está listo, señor Cullen?“ dijo con un tono casual mientras se giraba y comenzaba a caminar hacia el ascensor. Hoy parecía que sus caderas se contoneaban más, como si tratara de provocarme, para hacerme estallar. Algo que tenia intención de preguntarle después de la reunión.
De pie, en el abarrotado ascensor, nuestros cuerpos se presionaron intencionadamente, y
dejé escapar un gemido. Podía haber sido mi imaginación, pero vi como sonreía mientras
“accidentalmente“ se rozaba contra mi polla casi erecta. Esta mujer era malvada y me
confundía, pero nunca pararía de asombrarme. Durante las siguientes dos horas, yo estaba inmerso en mi infierno personal. Cada vez que la miraba, estaba haciendo algo para hacer que cayera de rodillas; miradas a escondidas, mientras se lamía el labio superior y cruzaba las piernas, o enroscando un mechón de pelo en el dedo. En un momento dado, tiró el bolígrafo al suelo y casualmente, puso su mano en mi muslo mientras se doblaba para recogerlo debajo de la mesa. Me incliné y susurré en su oído.
-“Exactamente, qué está haciendo, señorita Swan?“ No me miró a los ojos mientras
estudiaba con detenimiento los documentos que tenía enfrente.
-“Me temo que no se de lo que está hablando, señor Cullen.“ respondió en voz baja.
-“Oh, creo que si lo sabe, pequeña provocadora. Vamos a hablar sobre esto?“
-“Creo que…, “ dijo, mirándome a los ojos rápidamente, antes de volver a mirar a otro lado,
-“…. que ya hemos discutido esto. Se lo dije ayer- no está perdonado.“
Miré a mi alrededor para asegurarme que los demás seguían interesados en el pase de
diapositivas. Me incliné para acercarme y susurré.
-“Bueno, eso quiere decir que memgustaría tener otra oportunidad para demostrar cuanto lo siento.“ Podía aparentar frialdad, pero la conocía lo suficiente para ver a través de ella.
-“Señor Cullen, estoy muy segura de que sus días para demostrarme nada se han
terminado.“
-“Yo no estaría tan seguro, señorita Swan.“ dije antes de volver a apoyar la espalda sobre
el respaldo. Qué demonios estaba haciendo? Me había vuelto loco? Esta mujer no era la
más indicada para putear, hasta yo lo sabía.
Como diría la ley de Murphy, la reunión duró más de lo esperado y mi padre, mi hermano
y yo tuvimos que irnos inmediatamente para la comida que teníamos a continuación.
Asentía y hablaba cuando era necesario, pero realmente no tenía la cabeza allí. Estaba
más interesado en escapar de esa reunión y poder volver a la oficina, para demostrarle a
que tipo de juego estaba jugando.
Cuando volvimos, la señorita Swan estaba hablando por teléfono, en un tono casi audible.
-“Bueno, tengo que dejarte, papá. Tengo que ocuparme de unos asuntos. Te diré lo más
pronto posible cuando podré ir a visitarte. Necesitas dormir, vale?“ dijo suavemente.
Después de una breve pausa, se rió, pero entonces no dijo nada durante un largo rato. Ni
yo ni las dos personas que tenía a mi lado se atrevieron a decir nada.
-“Yo también te quiero, papá.“
Se me encogió el estómago en cuanto escuché el adorable tono de su voz cuando dijo
esas palabras. Giró la silla, y sus ojos se agrandaron cuando nos vio a los tres detrás de
ella, y comenzó a ordenar los papeles de su mesa. Me miró antes de dedicarle una
mirada más amable a mi familia.
-“Cómo ha ido la reunión, Carlisle? Emmett? dijo dulcemente, como si yo no estuviera en
la sala. Puse los ojos en blanco ante su comportamiento infantil.
-“Bien, Bella.“ contestó mi padre, sonriéndola cálidamente.
-“Ha ido como la seda, como siempre. Tú y Angela habéis hecho un gran trabajo ocupados de todo. No se que harían mis hijos sin vosotras.“ Ella arqueó la echa mientras se aclaraba la garganta para hablar.
-“Señor, hay algo de lo que necesitaba hablar contigo y con tu hijo: Necesito unos días
para ir a casa durante un tiempo.“ Me sorprendió el pánico que sentí durante un momento
en cuanto lo dijo. Nunca había pedido vacaciones, y rara vez llamaba para decir que
estaba enferma, así que me cogió desprevenido.
-“Cuándo?“ pregunté, tratando de parecer despreocupado.
Mi padre se acercó a ella antes de que pudiera hablar, y puso su mano en su hombro.
-“Creo que es una excelente idea. Hace tiempo que no vas a casa; será bueno para ti.“
-“Pero“ intenté interrumpir pero mi padre sacudió la cabeza.
-“Puedes arreglártelas con la ayuda de una sustituta, Edward.“ dijo mi padre severamente.
Sentí como se me apretaban los dientes.
-“Podemos discutir eso más tarde. Ahora mismo, los tres tenéis que atender una
conferencia telefónica en el despacho del señor Cullen.“ dijo sonriéndoles a ellos,
evitando mirarme a los ojos.
Asentí, pero por dentro estaba echando humo. No me cabía duda de que, aunque el
deseo de ver a su padre era sincero, también era una manera de distanciarse de mi.
Quizás eso era algo bueno; disipar la tentación de ser una víctima.
-“Por supuesto. Disfrute de sus vacaciones, señorita Swan.“ y con eso, entré en mi
despacho, dando un portazo. En el momento en que lo hice, me arrepentí. Genial. Mi padre iba a patearme el culo por haberme comportado otra vez de esa manera. Caminé hacia mi mesa, e hice una mueca en cuanto mi padre y Emmett entraron. No dijeron nada mientras se ponían cómodos, y evité mirarlos mientras me inclinaba para ver unos papeles que tenía sobre la mesa.
-“Edward.“ Suspiré en cuanto mi padre habló, y dejé el bolígrafo antes de mirarlo. Estaba
sentado el sofá de piel, con expresión de decepción.
-“Edward, realmente tenemos que seguir adelante con esto?“
-“No malgastes tu tiempo, papá.“ dijo Emmett, metiendo baza desde el otro lado del
despacho. Estaba de pie junto a la ventana, inclinado, observando el tráfico.
-“Ya he tenido esta conversación con él. No servirá de nada.“
Fruncí el ceño mientras lo miraba. Judas.
-“Es que no entiendo porqué no podéis ser amables el uno con el otro. Los dos sois
inteligentes, maravillosos, determinados, y obviamente trabajáis muy bien juntos. Nunca
te he escuchado ningún comentario acerca de su rendimiento.“ Pensaba que había
escuchado una risa de Emmett pero mi atención volvió rápidamente en mi padre.
-“Supongo que he fallado al ver la conexión. Hijo, ya ha pasado casi un año. Por qué no
podéis simplemente actuar como adultos?“ preguntó con sencillez.
Antes incluso de que pudiera pensar en una respuesta, Emmett se giró para mirarme.
-“Te diré lo mismo que le dije a él; son muy parecidos. Los dos son demasiado testarudos para
retroceder y admitir que han juzgado mal a alguien.“ dijo, con aires de suficiencia.
-“Estoy de acuerdo con tu hermano, Edward. He visto como trabajáis juntos; hacéis un
equipo increíble. Solo tenéis que llevarlo a un nivel más personal.“ Su cara se volvió seria
de repente. “Los dos tenéis ese encuentro del IABC en Seattle la semana que viene, verdad?“
Asentí fríamente. No me gustaba a donde nos iba a llevar esto.
-“Durante tres días, tú y Bella estaréis juntos sin puertas de despachos de por medio, y no
habrá nadie más para interrumpiros. Espero que te comportes tal y como te hemos
enseñado y que la trates con el mayor de los respetos. Y antes de que te pongas a la
defensiva, “ añadió, agarrándose las manos..
-“Ya he hablando con Bella de esto."
Mis ojos se agrandaron y lo miré hecho una furia. Había hablado con la señorita Swan de
nuestra relación personal?
-“Sí, me temo que esto no es solo cosa tuya; y me aseguró que da lo mejor de si. Por qué
crees que la sugerí como tu asistenta en primer lugar? No tenía duda de que podría ser lo
mejor para ti. Cuántas asistentas tuviste durante el año anterior a volver a Chicago,
Edward?“ preguntó con una sonrisa.
Emmett ni siquiera intentó aguantarse la risa esta vez. Era verdad que durante mi último
año en Louis Vuitton, tuve dos asistentas, pero porque mis expectativas eran muy altas.
No tenía nada que ver con mi actual situación con la señorita Swan.
Fruncí el ceño ligeramente al darme cuenta de algo: ella había hablado en mi defensa.
Podía haber dicho fácilmente que yo era desagradable con ella, pero en vez de eso, le
dijo a mi padre que también era culpa de ella y que podría arreglarlo. Decir que estaba
sobrecogido era quedarme corto.
-“Papá, admito que mi relación con la señorita Swan es poco convencional.“ comencé,
rezando para que ninguno de los dos viera el verdadero significado de esa frase.
-“Pero te aseguro, que no dificulta en nuestra habilidad para conducir los negocios. No tienes que
preocuparte de nada.“ Eso pareció calmar a mi padre, y enseguida comenzamos a tratar
otros asuntos mientras esperábamos nuestra llamada.
-“Bueno…“ comenzó a decir mi hermano,
-“Habéis escuchado algo sobre una pequeña timba de poker que algunos de los becarios montaron la pasada noche en la sala de correo? Me han dicho que fue bastante buena. “ Sacudió la cabeza mientras se reía.
-“Son unos personajes“ dijo mi padre, en broma.
-“Emmett, como diablos te enteras de estas cosas?“ Incluso yo sentía curiosidad.
-“Oh, se bastante de lo que suele pasar por aquí.“ dijo, remarcando. Puede que fuera mi
culpable consciencia, pero juro que me miró más tiempo del necesario.
-“Tengo que decir, que algunos de esos becarios me asustan“ Me reí, contagiado por su risa. No podía estar más de acuerdo. Nuestra conversación fue interrumpida por el zumbido del interfono, informándonos de que nuestra llamada estaba lista.
El resto del día fue ajetreado, pero sin incidentes. Cuanto más pensaba en las vacaciones
inminentes de la Srta. Swan más parecía una buena idea. Estaba gastando demasiado
tiempo y energía pensando en la situación. Casi no recordaba nada de la reunión de esta
mañana, y yo, por encima de todas las demás personas, sabía que no era muy buena
manera de hacer negocios. La magnitud de esta distracción era algo tan extraño para mí,
que en realidad daba un poco de miedo. Sería mejor conseguir tener las cosas bajo
control antes de pasar tres días juntos, con sólo una pared delgada del hotel
separándonos. A pesar de mis esfuerzos, el solo pensamiento de este simple hecho fue
suficiente para que mi polla se endureciera un poco. Sabía que estaba frente a otra larga
noche.
Los siguientes días fueron de mucho trabajo. No tuve más que unos instantes a solas con
ella, lo que extrañamente aumentó la tensión sexual que constantemente vibraba entre
nosotros. Los pequeños detalles, como su mano rozando la mía cuando me pasaba algún
documente durante una reunión, una mirada sobre la mesa sentados en una conferencia
en el almuerzo, o incluso el sonido de su voz en mi buzón de voz, parecía elevar mi libido
más aún. Cuando amaneció el martes por la mañana, sabía que íbamos a tener una
conversación. Estaría fuera de la oficina hasta el viernes, y hoy era nuestro último día
juntos en el resto de la semana. Ella había estado en una clase con los demás asistentes
de dirección toda la mañana, y sentí que me estaba poniendo ansioso con respecto a lo
que le diría. Sabía que quería follármela otra vez, no había absolutamente ninguna duda
sobre eso. A pesar de mis pensamientos inapropiados, mi conciencia y mi propia
necesidad de auto-preservación me habían estado asolando toda la semana.
Tenía razón para poner distancia entre nosotros. Esta atracción que sentíamos cuando
estábamos juntos era totalmente enfermiza. Nada bueno podía salir de ahí, y decidí una
vez más utilizar el tiempo de separación para crear una especie de resistencia a ella. Al
entrar en la oficina después del almuerzo, me sorprendió encontrarla sentada en su
escritorio muy ocupada trabajando en el ordenador. Me detuve al llegar a la puerta, una
vez más sorprendido por lo hermosa que era realmente. Nunca se lo diría, pero era
imposible de ignorar.
-"No sabía que estaría aquí, Srta. Swan", dije, tratando de no mostrar ningún tipo de
emoción de mi voz.
-"Sí, surgieron algunas cosas a última hora por lo de Seattle, y aún tengo que discutir con
usted mi ausencia", dijo, sin mirar hacia arriba de su pantalla de ordenador.
-"¿Le gustaría pasar a mi despacho, entonces?" Le pregunté, sin saber cómo quería que
respondiera.
-"No", dijo rápidamente.
- "Creo que podemos manejar esto aquí mismo." Mirando hacia mí con una mirada astuta indicó a la silla frente a ella.
-"¿Le importaría sentarse, Sr. Cullen?"
Ahhh, la ventaja de campo. Casi me eché a reír cuando me di cuenta que estaba usando
uno de mis propios trucos contra mí. Vacilante ocupé el asiento frente a ella y esperé a
que empezara.
-"Sé que se habrá ido mañana, así que no hay razón para que yo este aquí. He arreglado
que tenga una ayudante temporal mientras que yo este ausente la próxima semana, y ya
le he dado Angela una lista detallada de la programación y las cosas que usted necesita.
Dudo que haya ningún problema, pero por si acaso, ella se comprometió a mantenerle
vigilado ", arqueó una ceja con el reto y yo entorné mis ojos a cambio.
-"Tiene mi número, incluido el número de la casa de mi padre en Forks, si necesita algo."
Empezó a comprobar una lista delante de ella, y me di cuenta de cómo y que eficiente
era. No es que no estuviera al tanto de estas cosas, pero de alguna manera me pareció
un poco más evidente en ese momento. Mirando hacia arriba, nuestros ojos se
encontraron y ella continuó:
-"Mi plan es recogerlo directamente en el aeropuerto de Seattle."
Nuestros ojos se encontraron un momento, y estaba casi seguro de que nuestros
pensamientos eran los mismos, Seattle sería una prueba colosal. Si de algún modo
lográbamos mantenernos alejados el uno del otro, tal vez todo saldría bien.
La atmósfera en la sala comenzó a cambiar poco a poco, el silencio decía más que las
palabras. Apreté la mandíbula fuertemente cuando me di cuenta de que su respiración se
había detenido. Me costó cada pedacito de la fuerza de voluntad que tenía no
abalanzarme por encima de la mesa y besarla.
-"Entonces, la veré en Seattle" dije en voz baja, consciente de que mis palabras entrañaban más de un significado.
-“Sí.“ respondió simplemente.
-“Que tenga buen viaje, señorita Swan.“ dije, ocultando en mi voz la confusión que sentía
en mi interior. Me puse de pie, asintiendo cortésmente y entrando en mi despacho, dando
otra portazo a mis espaldas.
Todo el fin de semana me lo pasé pensando como sería no tener a la señorita Swan
durante toda la semana. Por un lado, sería agradable poder pasar un día entero en el
trabajo sin estar empalmado, o tener una de mis “sesiones aliviadoras“ en el baño. Por
otro, me preguntaba si sería raro no tenerla allí. Ella había sido una constante en mi vida
durante este año, y a pesar de que no me gustaba su personalidad, de alguna manera,
me reconfortaba tenerla a mi alrededor.
Angela entró en mi despacho a las nueve en punto, sonriendo abiertamente mientras se
aproximaba a mí. La seguía una atractiva morena de unos veintitantos. Se llamaba Kat,
mi asistenta sustituta. Me miró con una sonrisa tímida, y vi como Angela ponía su mano
sobre su hombro. Fruncí un poco el ceño, dándome cuenta de lo que significaba: ya le
había informado acerca de lo de “capullo buenorro“. Genial.
Decidí que era mi oportunidad. Iba a demostrarle a todo el mundo que mi inmerecida
reputación era el resultado de trabajar con alguien tan antipático como la señorita Swan, y
que no tenía nada que ver conmigo.
-“Me alegro mucho de conocerla, Kat.“ dije, con una gran sonrisa, ofreciéndole mi mano
para que la estrechara. Me miró extrañada, con la mirada vidriosa, antes de sacudir
ligeramente la cabeza y estrechar mi mano.
-“Lo mismo digo, señor.“ dijo sin pensarlo, mientras miraba a Angela inquisitivamente.
Angela miró mi mano y después a mí, extrañada, antes de hablar con Kat.
-“Vale. Bueno, ya he revisado todo lo que Bella me ha dejado. Aquí está tu mesa.“ dijo,
acompañándola a la silla de la señorita Swan.
Una sensación extraña me invadió ante la imagen de otra persona sentada ahí. No me
gustaba. Lo sabía muy bien. Sentí como desaparecía mi sonrisa cuando miré a Angela.
-“Bueno, si necesita algo que me lo diga. Estaré en mi despacho.“ Antes de darme la
vuelta, observé como Kat y ella se intercambiaban miradas de terror. Sabía que debería
disculparme, pero simplemente, no me importaba.
Kat se fue antes del almuerzo. Aparentemente me puse bastante brusco cuando
desparramó el café sobre mi mesa, y se las apañó para encender un pequeño fuego en el
microondas de la sala de descanso. Lo último que vi fue que estaba llorando mientras
salía corriendo por mi puerta, diciendo algo sobre un ambiente de trabajo hostil.
El segundo becario llegó sobre las dos en punto de ese mismo día. Era un tipo joven
llamado Leon. Leon parecía altamente inteligente, y yo buscaba trabajar con alguien que
no fuera una mujer. Me encontré a mi mismo sonriendo por el cambio.
Desafortunadamente, había hablado demasiado temprano.
Mientras estaba sentado al lado de Leon durante una presentación de finanzas en el
centro de la ciudad, me empecé a sentir algo incómodo, y me di cuenta de que no todo
era lo que parecía. Cada poco, sentía como sus pantorrillas acariciaban las mías por
debajo de la mesa, o miraba mi entrepierna por el rabillo del ojo.
Uff…. eso no fue nada. Mis sospechas se confirmaron en el ascensor, subiendo hacia
nuestra planta. En cuanto la puerta se abrió y entraron más personas, me empujaron
contra el cuerpo de Leon. Levanté la cabeza rápidamente en cuanto sentí algo muy firme
detrás de mi.
Leon fue despedido quince minutos después.
La tercera no fue mejor. Su nombre era Kathy; hablaba demasiado, su ropa era
demasiado ceñida y la manera en que roía el capuchón de su bolígrafo, la hacía parecer
un animal intentado librarse de una trampa. No tenía nada que ver con la manera en que
la señorita Swan sujetaba su bolígrafo con los dientes, pensativa. Eso era sutil y sexy,
pero nada obsceno.
Se fue el jueves por la tarde.
La semana continuó de la misma manera, con cinco asistentas más. Escuché la
estrepitosa risa de mi hermano en el descansillo de la oficina en más de una ocasión.
Tonto del culo. Ni siquiera trabajaba en esta planta.
Empecé a sentir que la gente disfrutaba mucho con mi miseria; uno recoge lo que siembra.
Aunque no tenía ninguna duda de que la señorita Swan ya habría sido informada del
asunto de las asistentas por Angela, recibí bastante mensajes de ella durante la semana,
comprobando como iban las cosas. Empecé a esperar ansioso esos mensajes, mirando
de vez en cuando mi móvil para ver si me había saltado alguno. Odiaba admitirlo, pero en
este punto, habría vendido mi Porsche y mi huevo derecho para tenerla otra vez a mi
disposición.
Era obvio, que además de echar de menos su cuerpo, por lo que estaba desesperado,
tengo que admitir que también echaba de menos las broncas entre los dos. Ella sabía que
yo era un capullo, y se aprovechaba de ello. No tenía ni idea de porqué, pero lo hacía.
Empecé a sentir respeto profesional por ella, y también personal, durante esa semana.
Me encontré a mi mismo preguntándome que estaría haciendo y quién lo estaría
haciendo. Me pregunté brevemente si Mike la habría llamado más veces. Consideré por
un momento llamar a mi madre, y preguntarle casualmente si sabía si habían quedado,
pero eso solo me ocasionaría más preguntas.
Empecé a hacer las maletas para mi vuelo del domingo por la noche, y escuché mi móvil
vibrar. Lo alcancé y me sorprendí al ver de quien era el mensaje.
B: Lo recogeré mañana por la mañana. 11:30 Terminal B, al lado de los paneles de llegadas.
Avíseme en cuanto aterrice.
Hice una pequeña pausa, al darme cuenta de que la vería mañana.
E: Lo haré. Gracias
Por un momento me pregunté si me respondería, pero seguí haciendo la maleta. Cuando
mi móvil volvió a vibrar un minuto más tarde, me quedé mirándolo. No podía ser ella otra
B: De nada. Todo va bien?
Me sorprendió que me preguntara por mi semana. Nos estábamos metiendo en un
territorio desconocido. Nos escribíamos mensajes y emails con frecuencia, pero
normalmente se restringían a responder “si“ o “no“. Nunca había nada personal. Sería
posible que sintiera la misma frustración que tuve yo durante la semana?
E: Genial. Y tú?
Me reí mientras pulsaba el botón de enviar; esta situación se estaba volviendo muy
extraña. En menos de un minuto, recibí otro.
B: Mi padre está genial. Lo echaba de menos. Me alegra haber vuelto a casa. Te veo mañana.
Puse la alarma en mi teléfono, y lo dejé en la mesa camilla, mientras me sentaba al lado
de la maleta, en la cama. La iba a ver en menos de doce horas. No sabía como sentirme.
Mi vida se había vuelto tan inestable, y esto era un estado completamente extraño para
mi. Había muchas razones para mantenerme alejado de ella, y otras muchas por las que
no podía hacerlo. Esta semana la había llevado bien, pero ella estaba a 2000 millas. Que
pasaría si nos pasáramos todo el día juntos, durmiendo en la habitación de al lado? No
sabía si estaba preparado para eso. Me encogí de hombros mientras me daba cuenta de
que, preparado o no, iba a pasar.
Solo esperaba tener la fuerza necesaria para resistirme.
Citly Patzz- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Guau es amor es amor bravo Sr Cullen
gracias por el cap me lo devore jajajaja
cariños nejix
gracias por el cap me lo devore jajajaja
cariños nejix
Nejix- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Esto esta empezando a suseder si si si... se estan dando cuenta que estan sintiendo que bueno que bueno jejejejej..... Si Sr. Cullen justo ud. se quiere resistir jajaja... hagame reir... ME ENCANTO GRACIAS
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
woooow!!.....buenisimooo!!...me mori de la risa con Leon jajajajaja!!.....
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Jajajajajaja no puedo creer q Edward tuviera un asistente gay!!!! y bueno como no cualquiera querria comerselo!! jejeje actualiza pronto esta increible, deseo saber q haran en Seattle!!
Karnnlizz- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Yo estoy muy segura que lo que van a ser en Sesattle... pero creo que este par se va a dar cuenta de muchas mas cosas de las que hagan jajajajajaj
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
jajajajajaja no si todas sabemos q van a hacer en Seattle..... eso no se discute.....
Jane- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Por favorrrrr que pasa que no sub cap..... ¡¡¡¡YO QUIERO SABER QUE VAN A HACER EN SEATLEEE!!!!... tengo una idea pero quiero leerloooooo!!!!! TE ESTAS DEMORANDO MUCHO CITYL
Ebys Cullen- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
Apoyo la mocion de Ebys yo tambien muero de curiosidad
Nejix- .
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Re: "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
donde esta nuestra querida Citly????....nos estamos muriendo
Jane- .
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