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Un amor en 1920 (Completo)
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
jeje sorry pero la autora se tarda bastante
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
jajajaja si me he dado cuenta jajaja pero toca remotarse de pasiencia jajaja como simpre
Irina Denali- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
si pero sirve para volver a leerla y asi entender mejor el contenido
Atal- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
espero lo que sea para ver que pasa....
Zafrina- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
emm bueno yo estoy igual no se q pueda pasar xq ahora se tienen q enfrentar a carlisle y despues los obstaculos por ser de diferentes clases
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
“La Boda”.
-Alice...bueno…nosotros…lo que tú viste…yo -me sentía horrible, no podía hilar una frase coherente, la sensación de mentirle a mi amiga era terrible pero ser descubierta era aún peor.
-Alice es simple- Edward se escuchaba confiado pero a la vez algo molesto –Amo a Bella y me pone sumamente feliz decir que ella corresponde de igual manera a ese amor, y si, estamos juntos- Amaba la seguridad de Edward, el saber que él me amaba con la misma intensidad me hacia estar segura del amor que cada día crecía más y más.
Alice se quedo en silencio unos minutos entre pasmada y analizando la situación, su rostro lo pasaba rápidamente de mí a Edward y así sucesivamente, me veía venir el regaño hacia mi persona ya que a Edward no le recriminaría pues por lo que Alice me contó una vez, él siempre ha sido reservado.
-Bella, ¡Esto es fantástico, seremos hermanas! si antes te consideraba como una, ahora lo eres con mayor razón, tenemos muchas cosas que hablar, tendrás que contarme todo- que es peor ¿Qué se enoje? O ¿el inminente interrogatorio –Pero eso no te exime de que no me lo hallas dicho, pensé que confiabas más en mi, pero ya habrá tiempo para eso.
-Alice una ultima cosa, no se si lo entiendes pero quisiera que esto quede aquí, ya hablare con Emmett y quisiera que no lo comentaras menos en frente de nuestro padre, ya hablare yo con él- Definitivamente era eso lo que más le preocupaba a Edward y yo confiaría mi vida ha Alice así que me relajaba saber que no diría nada.
-Hermano no tienes ni que decirlo, el vestido de Bella esta listo así que no me necesitan más por aquí- tras decir eso Alice se fue, dejándonos solos en su habitación.
Intente cubrirme con un chal que estaba a los pies de la cama de Alice, ya que estaba un poco descubierta y Edward no dejaba de mirarme, estaba con una sonrisa tonta pegada al rostro, en parte me hacia sentir bien, en parte avergonzada.
-Amor, te dejo que te vistas- ¿Qué es mas hermoso que Edward? Un Edward avergonzado. Me acerque para besarlo de manera rápida por si alguien entraba.
-Nos vemos más tarde en nuestro lugar-le dije y me miro con carita llena de felicidad, me abrazo y me beso parte del hombro descubierto, me regalo mi sonrisa predilecta y se fue del cuarto.
Que fácil se le da dejarme híperventilando y luego marcharse como si nada, no es algo que espere, ya está conversado pero ¿Cómo lo hace? Quizás no sea tan tentadora para alguien como él.
-Amor ¿estas aquí?-pregunte mientras entraba por el living de nuestra casita particular, tengo que decir que en lo verlo me pone ansiosa, se supone que aquí nos encontraríamos ahora en la tarde y no verlo me hace estar mal.
Sentí unas manos cubrir mis ojos desde detrás de mi espalda, si ya me había dejado un poco exaltada en la habitación de Alice, no es justo que ahora me deje igual sobre todo si estamos solos.
-Te eche de menos, creí que nunca llegarías- me susurro al oído, ese pequeño acto provocaba estragos en todo mi cuerpo.
Me gire para quedar frente a él, sus manos las dejo en mi cintura, sus ojos reflejaban una paz interior que me decía que todo estaría bien, para mi estar con él es estar bien pero el saber que no estaba sola en esto me da la valentía de luchar por este amor a cada día.
-Amor te tengo un regalo- le dije, me miro extrañado, hace unos días atrás le había dicho lo mismo y le regale una pañoleta mía ya que él había mencionado lo mucho que le gustaba mi olor, pero antes de saber que era me había dicho que no quería regalos de mi parte, ya que el solo hecho de tenerme era más que suficiente, que no gastara en él. Él debería de saber que no gastaría, no por que fuera en él, sino por que me prometí desde que estábamos juntos que el dinero de mi padre ahí se quedaba, con mi padre. No quiero que el tema monetario sea un impedimento entre los dos, y de los dos es más fácil para mí dejar las comodidades.
-Bella, sabes que no quiero que gastes en mi- pero al ver el pucherito que le estaba dando cambio su semblante a uno más alegre –A ver, dame acá- me dijo divertido.
-Se que no quieres que gaste, y no te preocupes que no lo he hecho, pero lo que te daré tiene más valor incluso que lo halla comprado, cierra los ojos amor- y cuando los cerro aproveche de besarlo, instantáneamente me sonrió.
Le abroche un gargantilla con un corazón pequeño de oro que mi madre me había regalado un año antes de morir, mi madre me había dicho que a pesar de que el corazón era pequeño, el amor que somos capaz de entregar le supera en infinidades y para mi este caso es el mismo.
-Amor, no puedo aceptar esto, esto es tuyo te lo he visto puesto- lo silencie con un beso y le conté la historia de aquella gargantilla además de decirle que para mi es especial que él la tenga por que representa lo mucho que lo amo y cuan especial es.
-Lo cuidare de la misma forma en la que cuidare el tuyo- posiciono su mano en mi pecho y me beso, su beso estaba lleno de ternura, amor y los sentimientos más profundos que se puedan pedir –Te Amo- y una hermosa sonrisa se dibujo en su rostro, son pequeños detalles que él me da pero son suficientes para que mi pecho quiera explotar de emoción.
Transcurrieron rápidamente los días, ya estábamos a lunes y dentro de 2 días seria la boda de Rose y Emmett, con Edward ya no nos quedaba mucho tiempo para estar juntos, en parte por que debíamos ayudar con los detalles finales y por otra parte no queríamos dejar a Alice y a Emmett mucho tiempo a solas con Carlisle.
Cuando volví por la tarde a mi casa, sobre la mesa de arrimo se encontraba una nota que debieron dejar ahí durante el día, iba dirigida a mí con letra familiar.
“Isabella:
Los planes que tenía para ti se han tenido que adelantar un poco, necesito que estés aquí a más tardar el viernes, yo ya estaré fuera del país cuando leas la nota, Carlisle sabe los planes así que él te traerá a la ciudad, te extraño hija, espero que tu estadía allá haya sido fructífera pero ¡felicidades! Estarás de vuelta en tu realidad y veras a tus amigas que han preguntado mucho por ti, cariños Charles S.”
¿El compromiso? Como lo pude olvidar, este ultimo mes desde que he estado con Edward mi vida en la ciudad quedo completamente olvidada y aplazada pero sobre todo había perdido la noción del tiempo, sabia que tenia que volver tarde o temprano y que tenia que explicarle a Edward los planes de mi padre, planes de los cuales yo no compartía, solo espero que no se moleste por haberlo olvidado y en parte haberlo ocultado, pero ¿Qué es lo que sabia Carlisle?. Mi estado de animo cambio drásticamente al saber que solo me quedaban 4 días y prácticamente dos de ellos no los podría compartir a gusto con Edward.
Al día siguiente estaba sumamente conciente de mi falta de atención y demostración de amor hacia Edward, pero mi mente seguía procesando la mejor manera de decirle las cosas, lo evitaba estando con Carlisle hablando de Aura y de otras cosas banales, cuando Carlisle anuncio que debía ir a arreglar unas cosas para viajar el viernes a la ciudad se me revolvio el estomago y mi rostro rápidamente cambio a un rojo intenso, esperando a que Edward no lo notara fui a la habitación donde estaban Alice y Rose excusándome que debía estar ahí para una ultima platica entre chicas solteras, pero conociendo a Edward y como él me conoce a mi, tuvo que haber intuido que algo andaba mal.
Las chicas me invitaron a pasar la noche con ellas y de inmediato acepte ya que aún no me sentía preparada para una caminata hasta mi casa co Edward a mi lado.
La noche la pasamos platicando, Rose no cabía de la emoción y esta la emanaba como si fuera luz, de cierta forma la envidiaba, ella podía demostrar su amor públicamente y la mejor constatación a ese hecho es que mañana a esta hora ella estaría casada con el hombre de su vida, hecho que veía cada vez más lejano.
Alice no encontró mejor tema para hablar que de mi relación con Edward, estando con estas dos mujeres realmente insistentes me vi obligada en profundizar un poco más en los detalles, desde que aceptamos en estar juntos a prácticamente nuestra nula existencia de actividad física, me avergonzaba decirlo pues Rose no tenia problemas en afirmar que ella un par de meses después de Conocer a Emmett se le estaba haciendo muy difícil esperar hasta casarse y ambos no resistieron más, por otra parte Alice me aseguraba que ella también pensaba como yo pero cuando conoció a Jasper sabia que él seria su hombre, incluso antes de que lo conociera y no tuvo miedos en entregársele y mucho menos en pensar que él podía cuestionar su decisión pensando que quizás ella era una mujer fácil, por el contrario con una carita llena de risa recordó que Jasper estuvo muy feliz por su decisión.
Estaba comenzando a cuestionarme las razones de Edward, el ser tan patosa y tener poca gracia físicamente en comparación con Rose y Alice debe ser un factor para que un hombre se desanime sexualmente.
-Bella, no pienses ni por un solo Segundo en esa cabecita loca que mi hermano no quiera estar contigo- dijo Alice ¿acaso era demasiado obvia en lo que estaba pensando?
-Pero Alice, entonces ¿explícame que es?, no quiero parecer insistente cuando estoy con él, menos desesperada, se lo que quiero al igual que ustedes, se que Edward es el hombre de mi vida y con la única persona con la que quiero estar y por ende perder mi virginidad- No comprendía de donde estaba sacando tanto valor para hablar estos temas, aunque los este hablando con mujeres, mujeres que les tengo mucha confianza nunca se me a dado hablar tan libremente de esto, sobre todo por que crecí a cargo de un hombre que hasta aproximadamente los trece años me seguía explicando tontamente que provenía de la cigüeña, como si aún tuviese cinco, pero realmente necesitaba sacar mis frustraciones a luz y que alguien al menos me sacara o me confirmara lo que pensaba.
-Bella, deberías saber a estas alturas como es Edward, siempre hemos agradecido la educación que nos han dado nuestros padres, pero incluso ni ellos pueden contra algo tan fuerte como es el amor y la pasión, pero Edward es otra cosa, el es maldito romántico que cree que con demostrarte su amor de manera física él estará faltándote el respeto, lamento decir que si no juegas bien tus cartas tendrás que esperar hasta casarte- Alice estaba que se echaba a reír, de no ser por mi cara de frustración, y si, debo admitir que así me sentía, cada día, cada tarde y cada noche que pasaba con Edward se me hacia más difícil él contenerme para estar más cerca de él, pero siempre encontraba la manera de evitarme o que hiciéramos otras cosas. Moria de ganas de ver su lado pasional su lado más intimo.
Fui interrumpida por mis pensamientos -Ya chicas es hora de dormir- dijo de pronto Esme desde el otro lado de la puerta y tras eso nos acomodamos para dormir, aunque no se a que hora lo conseguí ya que seguía pensando en Edward.
La mañana estaba realmente magnifica, un cielo claro y despejado en toda su extensión, salimos a bañarnos y a desayunar para encontrarnos con la casa solo con Esme quien nos explico que los hombres se fueron a la casa de un amigo de Emmett para pasar el día ahí antes de llegar a la iglesia, me sentía un poco incompleta el no haber visto a Edward y extrañamente había despertado con una rara sensación en el pecho, como si algo fuese a suceder, pero deben ser los nervios, una boda es una boda y debe salir todo perfecto.
Pasamos el resto de la mañana preparándonos, mi vestido aunque algo escotado lucia hermoso junto con un peinado que Alice había hecho con mucho esmero, dejando pequeños rizos sueltos al viento, ella junto con Esme lucían hermosas pero sin duda la que se robaba toda la atención era Rose, su vestido de un color blanco ingles hermoso, su cabello iba suelto rizado, formando una cascada por su espalda, tenia el detalle que entre los rizos iban incrustados pequeñas flores blancas, la palabra hermosa y radiante quedaban pequeñas ante tanta belleza, Emmett sin duda se había ganado una mujer realmente magnifica.
Al llegar a la iglesia claramente estaba todo el toque de Alice, lleno de flores blancas adornando hasta los puestos de los invitados, todo era muy sencillo pero de muy buen gusto. Si existía el día en que mi padre me casara de seguro no seria de esta manera, mi padre se encargaría de que fuera todo de la manera más pomposa por el contrario para mi seria un sueño casarme así, sencillo igual que Edward y como yo misma.
Me ubique en segunda fila por dos razones, la primera es que en la primera fila de ambos lados estaban los padres y los padrinos, los padrinos de Rose eran Alice y Jasper, sentados al lado de los padres de ella, por éste lado estaban los padrinos de Emmett, una amiga de él de nombre Ángela y Edward junto con sus padres, Emmett se disculpo de no haberme considerado a mi pero como solo hace unos días atrás se había enterado de mi relación con Edward y ya le había pedido a Ángela que fuera su madrina.
La ceremonia fue adorable, los votos estaban cargados de puro amor, confianza, decisión, promesas, necesidad que me hizo verme en esa situación. Edward constantemente se giraba a mirarme, en parte por que sentía las mismas ganas que tenia de vivir algo así, en parte por que mi pareja de puesto era Eric un amigo de Emmett.
Al salir de la iglesia sentí que susurraban en el odio con una voz aterciopelada –Amor, te ves hermosa- y se fue a abrazar a su hermano y a su ya cuñada, mientras me dejaba anclada al suelo llena de escalofríos por el cuerpo.
Habíamos llegado a una pequeña recepción para los amigos y familiares más cercanos, todo seguía de muy buen gusto al igual que en la iglesia, el baile fue iniciado como de costumbre por un hermoso vals de los novios, seguido por los padrinos y los padres, ver bailar a Edward de esa manera tan delicada y acompasada me hacia reír como boba pero a la vez estaba celosa de que fuera con otra mujer y no conmigo. Eric observo como miraba radiante a las parejas (cosa que en realidad era una sola pareja) en la pista creyendo que lo que quería era bailar y me saco a la pista, no quería pero cuando Carlisle me animo a que fuera no tuve opción, que le podía decir “no gracias estoy esperando a Edward”. El baile no había sido tan malo como pensaba, Eric intentaba ser delicado pero nunca se le comparaba con mi Edward, cuando éste noto que bailaba no despego la mirada de nosotros, en su rostro se veía la cólera que le estaba causando pero unos pasos más allá estaban sus padres así que no le convenía hacer un espectáculo. Edward se acerco a nosotros para pedir cambio de parejas
-¿Podría bailar con la señorita, que es amiga de la familia?-pregunto con brillo en los ojos, acentuando la ultima frase para que Eric no tuviera argumentos para protestar, cambiamos de pareja y pronto estuve en los brazos que más anhelaba.
-No te imaginas como te he extrañado amor y verte en los brazos de ese baboso me estaba quitando todo el autocontrol que poseo de no apartarlo de ti- iba a protestar pero nos quedaba tan poco tiempo que no quería desperdiciarlo en ello, iba a preguntarle acerca de Ángela cuando él me gano –Amor, prométeme que nunca me dejaras- dijo de pronto e incluso me hizo estremecer ya que en su carita se reflejaba algo de tristeza. No sabía como contestar a ello, no sabia si él tenia conocimiento de mí partida dentro de dos días, o solo lo decía para que nuestro amor perdurara por siempre.
-Te lo prometo amor, nuestros corazones y nuestras mentes estarán siempre juntas, este amor es tan grande que nada nos separara- era la verdad, solo que intente acomodarla un poco a mi favor.
Bailar junto a él fue como estar bailando entre nubes, en una burbuja privada que nadie más que nosotros existían, esa burbuja fue drásticamente disuelta cuando Ben apareció junto con Carlisle.
-¿Amor, por que hasta hoy haz estado tan esquiva? ¿es que he hecho algo malo?- ver su carita con preocupación me acongojaba como no creí poder, quizás podría utilizar este momento de diversión para decirle lo que me tenia mal, pero fuimos interrumpidos.
-Vamos hijo, deja que otros disfruten de la compañía de nuestra visita, Eric habla nada más que de Marie (mi otro nombre que utilizaron para que nadie pudiera reconocerme)- el tono que utilizo Carlisle más que protector hacia mi persona parecía más preocupado de los actos de Edward, ¿que más parodiamos hacer? Empecé a bailar nuevamente con Eric, pero sus brazos no pudieron darme el consuelo que necesite tras separarme de los brazos que tanto deseaba.
Un rato después Eric me invito a tomar un refresco, accedí encantada ya que no quería seguir incitando a Edward para que viniera y tomara represalias contra Eric, cuando estuvimos algo apartados del resto de la familia, lo que me parecía sospechoso ya que habían refrescos por todos lados, Eric me giro frente a él bruscamente.
-No se que tienes pero me haz vuelto loco, en este lugar no existe hombre que no haya notado tu presencia pero soy yo el afortunado de tenerte junto a mi- iba a explicarle que no lo había elegido ante nadie cuando poso sus labios sobre los míos, forcejee con él intentando quitármelo de encima pero al parecer él lo interpreto como pasión por mi parte ya que llevo sus manos hacia mis piernas subiéndolas lentamente por mis muslos, por unos segundos conseguí separarme y grite fuertemente pero nuevamente capturo mis labios violentamente, no dejaba de tocarme cuando se despego violentamente de mi y vi como Edward lo separaba y comenzaba a pegarle, lo amenazo de que si volvía a acercase a mi lo pagaría, Eric prácticamente huyo cuando comprendió que Edward y yo estábamos juntos, él amorosamente acuno mi rostro y me pregunto
-¿Amor estas bien? Discúlpame si deje que ese entupido te separara de mi, te amo y te prometí que nunca te dejaría- y me besó, pero el beso no alcanzo a profundizarse ya que escuchamos un carraspeo, gire enojada para regañar a Emmett o a Alice por interrumpir magnifico momento, pero al voltearme el corazón se me fue al piso al descubrir que no solo estaban ellos ahí, sino que mucho de los invitados, pero sobre todo estaba él, con los ojos abiertos de par en par, demostrando su asombro, descontento pero sobre todo desilusión…Carlisle.
-Alice...bueno…nosotros…lo que tú viste…yo -me sentía horrible, no podía hilar una frase coherente, la sensación de mentirle a mi amiga era terrible pero ser descubierta era aún peor.
-Alice es simple- Edward se escuchaba confiado pero a la vez algo molesto –Amo a Bella y me pone sumamente feliz decir que ella corresponde de igual manera a ese amor, y si, estamos juntos- Amaba la seguridad de Edward, el saber que él me amaba con la misma intensidad me hacia estar segura del amor que cada día crecía más y más.
Alice se quedo en silencio unos minutos entre pasmada y analizando la situación, su rostro lo pasaba rápidamente de mí a Edward y así sucesivamente, me veía venir el regaño hacia mi persona ya que a Edward no le recriminaría pues por lo que Alice me contó una vez, él siempre ha sido reservado.
-Bella, ¡Esto es fantástico, seremos hermanas! si antes te consideraba como una, ahora lo eres con mayor razón, tenemos muchas cosas que hablar, tendrás que contarme todo- que es peor ¿Qué se enoje? O ¿el inminente interrogatorio –Pero eso no te exime de que no me lo hallas dicho, pensé que confiabas más en mi, pero ya habrá tiempo para eso.
-Alice una ultima cosa, no se si lo entiendes pero quisiera que esto quede aquí, ya hablare con Emmett y quisiera que no lo comentaras menos en frente de nuestro padre, ya hablare yo con él- Definitivamente era eso lo que más le preocupaba a Edward y yo confiaría mi vida ha Alice así que me relajaba saber que no diría nada.
-Hermano no tienes ni que decirlo, el vestido de Bella esta listo así que no me necesitan más por aquí- tras decir eso Alice se fue, dejándonos solos en su habitación.
Intente cubrirme con un chal que estaba a los pies de la cama de Alice, ya que estaba un poco descubierta y Edward no dejaba de mirarme, estaba con una sonrisa tonta pegada al rostro, en parte me hacia sentir bien, en parte avergonzada.
-Amor, te dejo que te vistas- ¿Qué es mas hermoso que Edward? Un Edward avergonzado. Me acerque para besarlo de manera rápida por si alguien entraba.
-Nos vemos más tarde en nuestro lugar-le dije y me miro con carita llena de felicidad, me abrazo y me beso parte del hombro descubierto, me regalo mi sonrisa predilecta y se fue del cuarto.
Que fácil se le da dejarme híperventilando y luego marcharse como si nada, no es algo que espere, ya está conversado pero ¿Cómo lo hace? Quizás no sea tan tentadora para alguien como él.
-Amor ¿estas aquí?-pregunte mientras entraba por el living de nuestra casita particular, tengo que decir que en lo verlo me pone ansiosa, se supone que aquí nos encontraríamos ahora en la tarde y no verlo me hace estar mal.
Sentí unas manos cubrir mis ojos desde detrás de mi espalda, si ya me había dejado un poco exaltada en la habitación de Alice, no es justo que ahora me deje igual sobre todo si estamos solos.
-Te eche de menos, creí que nunca llegarías- me susurro al oído, ese pequeño acto provocaba estragos en todo mi cuerpo.
Me gire para quedar frente a él, sus manos las dejo en mi cintura, sus ojos reflejaban una paz interior que me decía que todo estaría bien, para mi estar con él es estar bien pero el saber que no estaba sola en esto me da la valentía de luchar por este amor a cada día.
-Amor te tengo un regalo- le dije, me miro extrañado, hace unos días atrás le había dicho lo mismo y le regale una pañoleta mía ya que él había mencionado lo mucho que le gustaba mi olor, pero antes de saber que era me había dicho que no quería regalos de mi parte, ya que el solo hecho de tenerme era más que suficiente, que no gastara en él. Él debería de saber que no gastaría, no por que fuera en él, sino por que me prometí desde que estábamos juntos que el dinero de mi padre ahí se quedaba, con mi padre. No quiero que el tema monetario sea un impedimento entre los dos, y de los dos es más fácil para mí dejar las comodidades.
-Bella, sabes que no quiero que gastes en mi- pero al ver el pucherito que le estaba dando cambio su semblante a uno más alegre –A ver, dame acá- me dijo divertido.
-Se que no quieres que gaste, y no te preocupes que no lo he hecho, pero lo que te daré tiene más valor incluso que lo halla comprado, cierra los ojos amor- y cuando los cerro aproveche de besarlo, instantáneamente me sonrió.
Le abroche un gargantilla con un corazón pequeño de oro que mi madre me había regalado un año antes de morir, mi madre me había dicho que a pesar de que el corazón era pequeño, el amor que somos capaz de entregar le supera en infinidades y para mi este caso es el mismo.
-Amor, no puedo aceptar esto, esto es tuyo te lo he visto puesto- lo silencie con un beso y le conté la historia de aquella gargantilla además de decirle que para mi es especial que él la tenga por que representa lo mucho que lo amo y cuan especial es.
-Lo cuidare de la misma forma en la que cuidare el tuyo- posiciono su mano en mi pecho y me beso, su beso estaba lleno de ternura, amor y los sentimientos más profundos que se puedan pedir –Te Amo- y una hermosa sonrisa se dibujo en su rostro, son pequeños detalles que él me da pero son suficientes para que mi pecho quiera explotar de emoción.
Transcurrieron rápidamente los días, ya estábamos a lunes y dentro de 2 días seria la boda de Rose y Emmett, con Edward ya no nos quedaba mucho tiempo para estar juntos, en parte por que debíamos ayudar con los detalles finales y por otra parte no queríamos dejar a Alice y a Emmett mucho tiempo a solas con Carlisle.
Cuando volví por la tarde a mi casa, sobre la mesa de arrimo se encontraba una nota que debieron dejar ahí durante el día, iba dirigida a mí con letra familiar.
“Isabella:
Los planes que tenía para ti se han tenido que adelantar un poco, necesito que estés aquí a más tardar el viernes, yo ya estaré fuera del país cuando leas la nota, Carlisle sabe los planes así que él te traerá a la ciudad, te extraño hija, espero que tu estadía allá haya sido fructífera pero ¡felicidades! Estarás de vuelta en tu realidad y veras a tus amigas que han preguntado mucho por ti, cariños Charles S.”
¿El compromiso? Como lo pude olvidar, este ultimo mes desde que he estado con Edward mi vida en la ciudad quedo completamente olvidada y aplazada pero sobre todo había perdido la noción del tiempo, sabia que tenia que volver tarde o temprano y que tenia que explicarle a Edward los planes de mi padre, planes de los cuales yo no compartía, solo espero que no se moleste por haberlo olvidado y en parte haberlo ocultado, pero ¿Qué es lo que sabia Carlisle?. Mi estado de animo cambio drásticamente al saber que solo me quedaban 4 días y prácticamente dos de ellos no los podría compartir a gusto con Edward.
Al día siguiente estaba sumamente conciente de mi falta de atención y demostración de amor hacia Edward, pero mi mente seguía procesando la mejor manera de decirle las cosas, lo evitaba estando con Carlisle hablando de Aura y de otras cosas banales, cuando Carlisle anuncio que debía ir a arreglar unas cosas para viajar el viernes a la ciudad se me revolvio el estomago y mi rostro rápidamente cambio a un rojo intenso, esperando a que Edward no lo notara fui a la habitación donde estaban Alice y Rose excusándome que debía estar ahí para una ultima platica entre chicas solteras, pero conociendo a Edward y como él me conoce a mi, tuvo que haber intuido que algo andaba mal.
Las chicas me invitaron a pasar la noche con ellas y de inmediato acepte ya que aún no me sentía preparada para una caminata hasta mi casa co Edward a mi lado.
La noche la pasamos platicando, Rose no cabía de la emoción y esta la emanaba como si fuera luz, de cierta forma la envidiaba, ella podía demostrar su amor públicamente y la mejor constatación a ese hecho es que mañana a esta hora ella estaría casada con el hombre de su vida, hecho que veía cada vez más lejano.
Alice no encontró mejor tema para hablar que de mi relación con Edward, estando con estas dos mujeres realmente insistentes me vi obligada en profundizar un poco más en los detalles, desde que aceptamos en estar juntos a prácticamente nuestra nula existencia de actividad física, me avergonzaba decirlo pues Rose no tenia problemas en afirmar que ella un par de meses después de Conocer a Emmett se le estaba haciendo muy difícil esperar hasta casarse y ambos no resistieron más, por otra parte Alice me aseguraba que ella también pensaba como yo pero cuando conoció a Jasper sabia que él seria su hombre, incluso antes de que lo conociera y no tuvo miedos en entregársele y mucho menos en pensar que él podía cuestionar su decisión pensando que quizás ella era una mujer fácil, por el contrario con una carita llena de risa recordó que Jasper estuvo muy feliz por su decisión.
Estaba comenzando a cuestionarme las razones de Edward, el ser tan patosa y tener poca gracia físicamente en comparación con Rose y Alice debe ser un factor para que un hombre se desanime sexualmente.
-Bella, no pienses ni por un solo Segundo en esa cabecita loca que mi hermano no quiera estar contigo- dijo Alice ¿acaso era demasiado obvia en lo que estaba pensando?
-Pero Alice, entonces ¿explícame que es?, no quiero parecer insistente cuando estoy con él, menos desesperada, se lo que quiero al igual que ustedes, se que Edward es el hombre de mi vida y con la única persona con la que quiero estar y por ende perder mi virginidad- No comprendía de donde estaba sacando tanto valor para hablar estos temas, aunque los este hablando con mujeres, mujeres que les tengo mucha confianza nunca se me a dado hablar tan libremente de esto, sobre todo por que crecí a cargo de un hombre que hasta aproximadamente los trece años me seguía explicando tontamente que provenía de la cigüeña, como si aún tuviese cinco, pero realmente necesitaba sacar mis frustraciones a luz y que alguien al menos me sacara o me confirmara lo que pensaba.
-Bella, deberías saber a estas alturas como es Edward, siempre hemos agradecido la educación que nos han dado nuestros padres, pero incluso ni ellos pueden contra algo tan fuerte como es el amor y la pasión, pero Edward es otra cosa, el es maldito romántico que cree que con demostrarte su amor de manera física él estará faltándote el respeto, lamento decir que si no juegas bien tus cartas tendrás que esperar hasta casarte- Alice estaba que se echaba a reír, de no ser por mi cara de frustración, y si, debo admitir que así me sentía, cada día, cada tarde y cada noche que pasaba con Edward se me hacia más difícil él contenerme para estar más cerca de él, pero siempre encontraba la manera de evitarme o que hiciéramos otras cosas. Moria de ganas de ver su lado pasional su lado más intimo.
Fui interrumpida por mis pensamientos -Ya chicas es hora de dormir- dijo de pronto Esme desde el otro lado de la puerta y tras eso nos acomodamos para dormir, aunque no se a que hora lo conseguí ya que seguía pensando en Edward.
La mañana estaba realmente magnifica, un cielo claro y despejado en toda su extensión, salimos a bañarnos y a desayunar para encontrarnos con la casa solo con Esme quien nos explico que los hombres se fueron a la casa de un amigo de Emmett para pasar el día ahí antes de llegar a la iglesia, me sentía un poco incompleta el no haber visto a Edward y extrañamente había despertado con una rara sensación en el pecho, como si algo fuese a suceder, pero deben ser los nervios, una boda es una boda y debe salir todo perfecto.
Pasamos el resto de la mañana preparándonos, mi vestido aunque algo escotado lucia hermoso junto con un peinado que Alice había hecho con mucho esmero, dejando pequeños rizos sueltos al viento, ella junto con Esme lucían hermosas pero sin duda la que se robaba toda la atención era Rose, su vestido de un color blanco ingles hermoso, su cabello iba suelto rizado, formando una cascada por su espalda, tenia el detalle que entre los rizos iban incrustados pequeñas flores blancas, la palabra hermosa y radiante quedaban pequeñas ante tanta belleza, Emmett sin duda se había ganado una mujer realmente magnifica.
Al llegar a la iglesia claramente estaba todo el toque de Alice, lleno de flores blancas adornando hasta los puestos de los invitados, todo era muy sencillo pero de muy buen gusto. Si existía el día en que mi padre me casara de seguro no seria de esta manera, mi padre se encargaría de que fuera todo de la manera más pomposa por el contrario para mi seria un sueño casarme así, sencillo igual que Edward y como yo misma.
Me ubique en segunda fila por dos razones, la primera es que en la primera fila de ambos lados estaban los padres y los padrinos, los padrinos de Rose eran Alice y Jasper, sentados al lado de los padres de ella, por éste lado estaban los padrinos de Emmett, una amiga de él de nombre Ángela y Edward junto con sus padres, Emmett se disculpo de no haberme considerado a mi pero como solo hace unos días atrás se había enterado de mi relación con Edward y ya le había pedido a Ángela que fuera su madrina.
La ceremonia fue adorable, los votos estaban cargados de puro amor, confianza, decisión, promesas, necesidad que me hizo verme en esa situación. Edward constantemente se giraba a mirarme, en parte por que sentía las mismas ganas que tenia de vivir algo así, en parte por que mi pareja de puesto era Eric un amigo de Emmett.
Al salir de la iglesia sentí que susurraban en el odio con una voz aterciopelada –Amor, te ves hermosa- y se fue a abrazar a su hermano y a su ya cuñada, mientras me dejaba anclada al suelo llena de escalofríos por el cuerpo.
Habíamos llegado a una pequeña recepción para los amigos y familiares más cercanos, todo seguía de muy buen gusto al igual que en la iglesia, el baile fue iniciado como de costumbre por un hermoso vals de los novios, seguido por los padrinos y los padres, ver bailar a Edward de esa manera tan delicada y acompasada me hacia reír como boba pero a la vez estaba celosa de que fuera con otra mujer y no conmigo. Eric observo como miraba radiante a las parejas (cosa que en realidad era una sola pareja) en la pista creyendo que lo que quería era bailar y me saco a la pista, no quería pero cuando Carlisle me animo a que fuera no tuve opción, que le podía decir “no gracias estoy esperando a Edward”. El baile no había sido tan malo como pensaba, Eric intentaba ser delicado pero nunca se le comparaba con mi Edward, cuando éste noto que bailaba no despego la mirada de nosotros, en su rostro se veía la cólera que le estaba causando pero unos pasos más allá estaban sus padres así que no le convenía hacer un espectáculo. Edward se acerco a nosotros para pedir cambio de parejas
-¿Podría bailar con la señorita, que es amiga de la familia?-pregunto con brillo en los ojos, acentuando la ultima frase para que Eric no tuviera argumentos para protestar, cambiamos de pareja y pronto estuve en los brazos que más anhelaba.
-No te imaginas como te he extrañado amor y verte en los brazos de ese baboso me estaba quitando todo el autocontrol que poseo de no apartarlo de ti- iba a protestar pero nos quedaba tan poco tiempo que no quería desperdiciarlo en ello, iba a preguntarle acerca de Ángela cuando él me gano –Amor, prométeme que nunca me dejaras- dijo de pronto e incluso me hizo estremecer ya que en su carita se reflejaba algo de tristeza. No sabía como contestar a ello, no sabia si él tenia conocimiento de mí partida dentro de dos días, o solo lo decía para que nuestro amor perdurara por siempre.
-Te lo prometo amor, nuestros corazones y nuestras mentes estarán siempre juntas, este amor es tan grande que nada nos separara- era la verdad, solo que intente acomodarla un poco a mi favor.
Bailar junto a él fue como estar bailando entre nubes, en una burbuja privada que nadie más que nosotros existían, esa burbuja fue drásticamente disuelta cuando Ben apareció junto con Carlisle.
-¿Amor, por que hasta hoy haz estado tan esquiva? ¿es que he hecho algo malo?- ver su carita con preocupación me acongojaba como no creí poder, quizás podría utilizar este momento de diversión para decirle lo que me tenia mal, pero fuimos interrumpidos.
-Vamos hijo, deja que otros disfruten de la compañía de nuestra visita, Eric habla nada más que de Marie (mi otro nombre que utilizaron para que nadie pudiera reconocerme)- el tono que utilizo Carlisle más que protector hacia mi persona parecía más preocupado de los actos de Edward, ¿que más parodiamos hacer? Empecé a bailar nuevamente con Eric, pero sus brazos no pudieron darme el consuelo que necesite tras separarme de los brazos que tanto deseaba.
Un rato después Eric me invito a tomar un refresco, accedí encantada ya que no quería seguir incitando a Edward para que viniera y tomara represalias contra Eric, cuando estuvimos algo apartados del resto de la familia, lo que me parecía sospechoso ya que habían refrescos por todos lados, Eric me giro frente a él bruscamente.
-No se que tienes pero me haz vuelto loco, en este lugar no existe hombre que no haya notado tu presencia pero soy yo el afortunado de tenerte junto a mi- iba a explicarle que no lo había elegido ante nadie cuando poso sus labios sobre los míos, forcejee con él intentando quitármelo de encima pero al parecer él lo interpreto como pasión por mi parte ya que llevo sus manos hacia mis piernas subiéndolas lentamente por mis muslos, por unos segundos conseguí separarme y grite fuertemente pero nuevamente capturo mis labios violentamente, no dejaba de tocarme cuando se despego violentamente de mi y vi como Edward lo separaba y comenzaba a pegarle, lo amenazo de que si volvía a acercase a mi lo pagaría, Eric prácticamente huyo cuando comprendió que Edward y yo estábamos juntos, él amorosamente acuno mi rostro y me pregunto
-¿Amor estas bien? Discúlpame si deje que ese entupido te separara de mi, te amo y te prometí que nunca te dejaría- y me besó, pero el beso no alcanzo a profundizarse ya que escuchamos un carraspeo, gire enojada para regañar a Emmett o a Alice por interrumpir magnifico momento, pero al voltearme el corazón se me fue al piso al descubrir que no solo estaban ellos ahí, sino que mucho de los invitados, pero sobre todo estaba él, con los ojos abiertos de par en par, demostrando su asombro, descontento pero sobre todo desilusión…Carlisle.
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
cada vez me gusta masa esta historia
Atal- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
OMG esta historia cada vez se pone mejor jajajaj esperoel otro capitulo con pasiencia
Irina Denali- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
GRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAACIAS empezar a pensar q esta semana no ibas a poder publicar mas capitulos se q no seria tu culpa por tenes q esperar a q la autora publique mas capitulos. CADA VEZ SE PONE MAS INTERESANTE AHORA BELLA TIENE Q VER COMO SE LO DICE A EDWARD LO Q SE VA Y Q SE VA CASAR CON OTRO Y TAMBIEN COMO CE LO VAN A ESPLICAE A CARLISLE. ESPERO Q MA;ANA PUBLIQUES MAS CAPITULOS
vaneian08- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
siiiiii y le tienen q explicar a carlisle tambien estoy como ustedes chicas espero impaciente por el resto de la historia
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
amiga listo ya lo puse al principio
Atal- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
por FAVOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR cuando vas poder publicar mas capitulos no puedo esperar mas quiero saber q va va pasar
vaneian08- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
vaneian08 escribió:por FAVOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOR cuando vas poder publicar mas capitulos no puedo esperar mas quiero saber q va va pasar
amiga toca esperar con mucha paciencia por la historia no esta completa y toca esperar a que la autora lo publique para ponerlos aquii solo toca rogar a dios que la autora se ispere creeme que no es culpa de barbie por ella los publicaria diariso pero toca esperar y de cada capitulo son de 2 a 3 semanas a que lo publique eso que haveces es menos timpo yo tambien quiero mas capitulos pero no toca aguantar
Irina Denali- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
Bueno chiks deleitense
Edward si es malo
“Destrozada”
Carlisle… ¿Qué íbamos a hacer? De seguro escucho y vio todo lo que acabábamos de hacer con Edward.
-Esme, cariño lleva a los demás a la recepción, al parecer nunca han visto una pareja de jóvenes enamorados, además este es el día de Emmett y Rose, nada tiene que empañar este día- y tras decir eso todas las personas que nos estaban mirando se sintieron avergonzadas y volvieron a la recepción, me sentía confundida pero aliviada, Carlisle hablo de nosotros como jóvenes enamorados, quizás después de todo nos entendia y nos apoyaría de igual manera que lo ha hecho Esme. Nos quedamos los tres solos, en un silencio un tanto incomodo ya que ninguno de los tres sabía que decir o quien debía romper aquel silencio.
-Espérenme aquí un minuto- y tras decir eso salió rápidamente, el alivio se transformo en incertidumbre, comencé a ponerme nerviosa y sentía a Edward de la misma manera, ninguno de los dos fue capaz de decir algo. Tras un par de minutos Carlisle regreso con Jasper, que miraba en todas direcciones, evitando nuestra mirada.
-Bella, Jasper te llevara a tu casa- el tono de voz de Carlisle dejo de ser el de un hombre comprensivo que hablo de jóvenes enamorados al de un hombre desilusionado y molesto –Aunque estaba previsto que tu regreso fuese el viernes, tu padre mencionó que era una aproximación a más tardar, por ende puedo entender que puedes volver antes, así que mañana pasare por ti para llevarte a la ciudad- ¿Qué está diciendo? ¿Me quiere llevar? primero recorde que estaba hablando de algo que aún no había comentado con Edward, y fue fácil pues la cara de desconcierto de Edward era única. Segundo me estaba separando del único hombre que he amado, esto no puede ser.
-Padre ¿de qué estás hablando? A Bella aún le quedan unas semanas aquí, si es por lo que acabas de presenciar, puedo decirte que el culpable soy yo, Bella nada tiene que ver en este asunto.
-Edward, hay cosas que tu no conoces así que te pediría que por el momento te mantengas al margen ya hablaremos más tarde, por el momento no quiero que Emmett y Rose se den cuenta que algo anda mal, quiero que salgas a la fiesta y estés apoyando a tu hermano, Bella sabe que tiene que estar en su casa donde le corresponde preparando sus cosas.
-Papá por favor, no me hagas esto, yo…yo…yo la amo- Edward estaba realmente afligido, en su voz se escuchaba quebrada ademas se distinguia la confusión y la desesperación y de paso me estaba matando, lo único que no quería en este mundo era causarle algún mal, algún dolor.
-Bella, podrías por favor seguir a Jasper, no es justo para él abandonar la celebración, se que comprendes la situación- Carlisle podría ser muy amable, pero realmente cuanto estaba serio intimidaba con su mirada. Entendía su postura, es su hijo y quiere lo mejor para él al igual que yo, esta es una situación que yo presione y no dejaría que él quedara como el malo de la historia.
-Comprendo Carlisle, no te preocupes, te esperare en mi casa, solo espero que me entiendas y logres perdonarme, nunca quise ser una molestia en tu familia, solo espero que no pierda lo que gane estos días acá, tu cariño y el de tu familia para mí son realmente importantes- no quería llorar, pero si no me iba pronto de aquel lugar no conseguiría frenar las lagrimas que amenazaban con salir.
-Bella ¿de qué estás hablando, estas aceptando así sin más irte?- el tono de voz de Edward fue como una daga en mi pecho, había dolor, desconcierto y más confusión pero en mayor grado de cómo le hablo a Carlisle
-Edward, no lo hagas más difícil, luego hablaremos, no quiero que se le haga más tarde a Jasper- Edward iba a protestar, veía en su rostro que tenía pensado al menos pedir que él fuera a dejarme y al parecer Carlisle también lo noto así ya que rápidamente me tomo del brazo y me saco de ahí, dejando a Edward solo lleno de preguntas y con el corazón dolido.
El viaje con Jasper no fue incomodo, pero si muy silencioso para mi gusto, hubiese deseado que me retara o que me dijera que hice mal, pero nada, de cierta forma sabía que estaba todo mal pero su sola presencia me tranquilizaba. Ya estábamos a un par de metros de mi casa cuando Jasper cortó el silencio.
-Bueno Bella, espero de todo corazón que las cosas se soluciones de la mejor manera, conozco lo suficiente a Edward y a ti para saber que el amor que se tienen es puro y verdadero, es solo que es aun amor poco hecho para esta época, quizás en un futuro-
No deje que Jasper continuara, él tenía razón en todo lo que había dicho, desde el amor que nos teníamos con Edward hasta que no era para nosotros, pero no quería escucharlo, no ahora, no cuando estaba a horas de regresar a la ciudad sin haberme despedido de mi Amor y haberle dado alguna explicación más que sea.
No pude dormir, me revolvía en mi cama cada cinco minutos intentando encontrar el lado para al menos estar cómoda y descansar, pero ni eso. Cuando el cielo se estaba volviendo un poco más claro, comprendí que ya no podría dormir. Al menos me quedaría unos minutos más en la cama hasta que llegara Carlisle, pero eso fue desechado cuando escuche unas fuertes voces de hombre gritando mi nombre fuera de mi casa, rápidamente me puse la bata y me levante a ver que era ese escándalo… Edward.
Edward se encontraba con dos hombres más que no supe reconocer debido a que no los conocía pero a pesar de ello apoyaban a Edward en gritar mi nombre, corrí fuera de la casa para que dejaran de hacer escándalos, lo que menos me apotecia en este momento era tener algún conflicto con los pocos vecinos que se encontraban en los alrededores, es que sin duda su escándalo estaba siendo tan fuerte que hasta en la ciudad los escucharían.
-Edward ¿Qué estás haciendo? ¿Estás loco?- intento abrazarme y lo separa instantáneamente en el momento en que sentí el fuerte olor a alcohol que tenia, sin duda estaba borracho.
-¡SI AMOR, ESTOY LOCO, PERO LOCO DE AMOR POR TI!-seguía gritando a todo pulmón, por lo que rápidamente tape su boca con mis manos, sus amigos por otro lado estaban tan borrachos que no se percataban de nosotros, lo dejaron conmigo y siguieron caminando en otra dirección cantando quizás que cosas.
-Edward ¿Por qué estás haciendo todo esto?- su mirada estaba llena de dolor, de mi propio dolor.
-Bella amor, no me dejes ¿Es verdad que te vas a casar?-comenzó a sollozar- quizás no sea tan rico como ese tipo con el que te vas a casar, pero nunca nadie te amara como yo te amo, como te mereces que te amen- y ahí estaba mi respuesta, Carlisle le había contado aquello que debí decirle hace un tiempo, que estaba comprometida de palabra y que al llegar a la ciudad esto se consumaría en un asqueroso y falso matrimonio.
-Amor, hay cosas que debo explicarte, perdóname pero no puedo hacerlo si estas así, de esta manera no es adecuado, necesito que estés bien para que me entiendas- por la forma en que estaba su rostro podría decirse que estaba pensando, reflexionando acerca de algo que venía dando vueltas por su cabeza y eso me asusto…mucho.
-¡¿Amor?! Bella por favor no seas más cruel de lo que ya has sido, si me tratas de amor pienso que realmente me amas y me das falsas esperanzas, pero si me amaras no me hubieses mentido, no hubieses ilusionado a este pobre corazón con un falso amor- su rostro me dolía, quería acariciarlo y besarlo, pero él tenía razón, estaba siendo cruel y egoísta si seguía con algo que no podría concretar, lo amaba como nada en el mundo, daría mi vida por él, pero si existía algo en el mundo que no podría evitar sería conseguir dar a torcer una decisión de mi padre.
-Edward por favor-intente sujetarlo por el brazo para que entrara conmigo a la casa, las razones principales era que no me agradable tener una conversación de este tipo en medio de la calle donde cualquiera podría escucharnos, además el frio de la madrugada aún seguía siendo penetrante.
-¡Suéltame!-grito, ahora su mirada estaba cargada con cierto resentimiento- Cuando Carlisle me dijo que estabas comprometida y que volvías a la ciudad para concretarlo en matrimonio no podía creerle, pense que lo hacia para que te dejara partir más fácilmente, él me aseguro que era una orden impuesta por tu padre, pero sabes, no le creo, lo que creo es que eres una embustera que solo me utilizo como toda niñita consentida, mimada que se estaba echando una canita al aire antes del matrimonio con un simple campesino al que no le debería nada y que nada te reclamaria- su mirada cargada de resentimiento me estaba aniquilando el corazón.
-No Edward, todo lo que sucedió entre nosotros es real, te amo, es solo que hay cosas que no puedo evitar y la principal son las imposiciones de mi padre- ya no pude resistirlo y las lagrimas se hicieron presentes.
-¡MENTIROSA! Deja de seguir jugando conmigo y al menos se honesta una vez en tu vida, reconoce que para ti esto fue un relajo, como una despedida de soltera- no dejaba de llorar, lo que había sido el tiempo más maravilloso se estaba convirtiendo en el momento más horrible de mi vida, delante de mi estaba el ser que más he amado matándome con su mirada, diciendo cosas que quizás se arrepienta o no, cosas que quizás siempre ha pensado pero que ahora en este estado es capaz de decirlas en voz alta.
-Edward, me estas lastimando- dije mientras me tapaba el rostro con las manos, no quería verlo, no quería que esa mirada fuese la ultima que viera, quería que los recuerdos que llevaba de ese lugar fueran los mejores, los vividos en el río, en el bungaló o junto a la familia Cullen, no aquí y ahora.
-¡Mírame!- intento sacar mis manos -Maldita sea Bella mírame, si te queda algo de dignidad al menos mírame, no es necesario que finjas un llanto delante de mí, lo que pienso de ti no cambiara con un par de lagrimas.
-A si, se puede saber ¿qué es lo que piensas de mí?- intente respirar y volver a mirarlo para decirle aquello, no quería escuchar lo que me diría, pero seria de ayuda para terminar las cosas más rápidamente.
-Pienso que eres una cualquie…-y antes de que terminara lo que iba a decir, antes de que mis odios y mi cabeza registraran lo que tan dolorosamente iba a decir, le di una cachetada, la mano me ardía por la fuerza que utilice y a la vez me ardía por haberla utilizado en algo que a mí me causaba daño, el dañarlo a él mismo.
Me gire dándole la espalda, quería correr hacia mi casa, necesitaba refugiarme de aquel dolor, pero él con fuerza tomo mi brazo y me giro nuevamente hacia él y me beso, fuertemente posiciono sus labios sobre los míos, cálidos como siempre pero rudos, su beso transmitía todo el dolor que sentía, la rabia, la pena, el arrepentimiento pero sobre todo amor, no resistí mucho y se lo devolví, lo bese como sabia que seria, el último beso que le daría. Así como rápidamente me beso, así rápidamente se separo, mis labios sintieron la pérdida y lloraban y rogaban que fueran atendidos por aquellos labios que sabía que serian los únicos que provocarían las mil y una sensaciones que causaban.
-Esto es solo la confirmación de lo que eres, no tienes sentimientos ni escrúpulos, estaba tan equivocado de ti Bella que te creí por un momento, de verdad de compre el papel de niñita en contra de su injusta y millonaria vida, solo lamento haber perdido mi tiempo.
-Sabes, si, merezco todo lo que me dices, todo lo que piensas, pero escúchame bien, cada cosa que dije y que hice fue real, el amor que siento por ti es real pero imposible, no por mí, sino por mi padre, una vez te dije que por ti dejaría todo, pero no podría soportar que algo te sucediera por mi culpa- intente recobrar algo de tranquilidad para decir todo aquello.
-Si fuese así, me decepcionas y me lastima saber que fue un amor tan mínimo, incapaz de luchar por lo que te interesa ¿Qué sucedió con la chica que lucharía por sus ideales, por su mundo utópico?, de saberlo no te hubiese pedido que fueras mi novia- y al decir eso tomo mi mano he intento sacar mi anillo de compromisos que él hizo y regalo para mí
-¡No!- le dije- aunque no lo creas es importante para mí.
-Bueno, igual tendrás que sacártelo cuando tu flamante novio ponga en ese dedo el anillo que tanto ansias, una verdadera joya que podría alimentar a toda una nación, una joya que pesa tanto pero que tiene tan poco valor sentimental como el que siento en este momento por ti- y tras decir todo aquello se giro dándome la espalda y se fue, se fue dejándome ahí plantada con el corazón, si es que algo quedaba, destrozado.
Carlisle… ¿Qué íbamos a hacer? De seguro escucho y vio todo lo que acabábamos de hacer con Edward.
-Esme, cariño lleva a los demás a la recepción, al parecer nunca han visto una pareja de jóvenes enamorados, además este es el día de Emmett y Rose, nada tiene que empañar este día- y tras decir eso todas las personas que nos estaban mirando se sintieron avergonzadas y volvieron a la recepción, me sentía confundida pero aliviada, Carlisle hablo de nosotros como jóvenes enamorados, quizás después de todo nos entendia y nos apoyaría de igual manera que lo ha hecho Esme. Nos quedamos los tres solos, en un silencio un tanto incomodo ya que ninguno de los tres sabía que decir o quien debía romper aquel silencio.
-Espérenme aquí un minuto- y tras decir eso salió rápidamente, el alivio se transformo en incertidumbre, comencé a ponerme nerviosa y sentía a Edward de la misma manera, ninguno de los dos fue capaz de decir algo. Tras un par de minutos Carlisle regreso con Jasper, que miraba en todas direcciones, evitando nuestra mirada.
-Bella, Jasper te llevara a tu casa- el tono de voz de Carlisle dejo de ser el de un hombre comprensivo que hablo de jóvenes enamorados al de un hombre desilusionado y molesto –Aunque estaba previsto que tu regreso fuese el viernes, tu padre mencionó que era una aproximación a más tardar, por ende puedo entender que puedes volver antes, así que mañana pasare por ti para llevarte a la ciudad- ¿Qué está diciendo? ¿Me quiere llevar? primero recorde que estaba hablando de algo que aún no había comentado con Edward, y fue fácil pues la cara de desconcierto de Edward era única. Segundo me estaba separando del único hombre que he amado, esto no puede ser.
-Padre ¿de qué estás hablando? A Bella aún le quedan unas semanas aquí, si es por lo que acabas de presenciar, puedo decirte que el culpable soy yo, Bella nada tiene que ver en este asunto.
-Edward, hay cosas que tu no conoces así que te pediría que por el momento te mantengas al margen ya hablaremos más tarde, por el momento no quiero que Emmett y Rose se den cuenta que algo anda mal, quiero que salgas a la fiesta y estés apoyando a tu hermano, Bella sabe que tiene que estar en su casa donde le corresponde preparando sus cosas.
-Papá por favor, no me hagas esto, yo…yo…yo la amo- Edward estaba realmente afligido, en su voz se escuchaba quebrada ademas se distinguia la confusión y la desesperación y de paso me estaba matando, lo único que no quería en este mundo era causarle algún mal, algún dolor.
-Bella, podrías por favor seguir a Jasper, no es justo para él abandonar la celebración, se que comprendes la situación- Carlisle podría ser muy amable, pero realmente cuanto estaba serio intimidaba con su mirada. Entendía su postura, es su hijo y quiere lo mejor para él al igual que yo, esta es una situación que yo presione y no dejaría que él quedara como el malo de la historia.
-Comprendo Carlisle, no te preocupes, te esperare en mi casa, solo espero que me entiendas y logres perdonarme, nunca quise ser una molestia en tu familia, solo espero que no pierda lo que gane estos días acá, tu cariño y el de tu familia para mí son realmente importantes- no quería llorar, pero si no me iba pronto de aquel lugar no conseguiría frenar las lagrimas que amenazaban con salir.
-Bella ¿de qué estás hablando, estas aceptando así sin más irte?- el tono de voz de Edward fue como una daga en mi pecho, había dolor, desconcierto y más confusión pero en mayor grado de cómo le hablo a Carlisle
-Edward, no lo hagas más difícil, luego hablaremos, no quiero que se le haga más tarde a Jasper- Edward iba a protestar, veía en su rostro que tenía pensado al menos pedir que él fuera a dejarme y al parecer Carlisle también lo noto así ya que rápidamente me tomo del brazo y me saco de ahí, dejando a Edward solo lleno de preguntas y con el corazón dolido.
El viaje con Jasper no fue incomodo, pero si muy silencioso para mi gusto, hubiese deseado que me retara o que me dijera que hice mal, pero nada, de cierta forma sabía que estaba todo mal pero su sola presencia me tranquilizaba. Ya estábamos a un par de metros de mi casa cuando Jasper cortó el silencio.
-Bueno Bella, espero de todo corazón que las cosas se soluciones de la mejor manera, conozco lo suficiente a Edward y a ti para saber que el amor que se tienen es puro y verdadero, es solo que es aun amor poco hecho para esta época, quizás en un futuro-
No deje que Jasper continuara, él tenía razón en todo lo que había dicho, desde el amor que nos teníamos con Edward hasta que no era para nosotros, pero no quería escucharlo, no ahora, no cuando estaba a horas de regresar a la ciudad sin haberme despedido de mi Amor y haberle dado alguna explicación más que sea.
No pude dormir, me revolvía en mi cama cada cinco minutos intentando encontrar el lado para al menos estar cómoda y descansar, pero ni eso. Cuando el cielo se estaba volviendo un poco más claro, comprendí que ya no podría dormir. Al menos me quedaría unos minutos más en la cama hasta que llegara Carlisle, pero eso fue desechado cuando escuche unas fuertes voces de hombre gritando mi nombre fuera de mi casa, rápidamente me puse la bata y me levante a ver que era ese escándalo… Edward.
Edward se encontraba con dos hombres más que no supe reconocer debido a que no los conocía pero a pesar de ello apoyaban a Edward en gritar mi nombre, corrí fuera de la casa para que dejaran de hacer escándalos, lo que menos me apotecia en este momento era tener algún conflicto con los pocos vecinos que se encontraban en los alrededores, es que sin duda su escándalo estaba siendo tan fuerte que hasta en la ciudad los escucharían.
-Edward ¿Qué estás haciendo? ¿Estás loco?- intento abrazarme y lo separa instantáneamente en el momento en que sentí el fuerte olor a alcohol que tenia, sin duda estaba borracho.
-¡SI AMOR, ESTOY LOCO, PERO LOCO DE AMOR POR TI!-seguía gritando a todo pulmón, por lo que rápidamente tape su boca con mis manos, sus amigos por otro lado estaban tan borrachos que no se percataban de nosotros, lo dejaron conmigo y siguieron caminando en otra dirección cantando quizás que cosas.
-Edward ¿Por qué estás haciendo todo esto?- su mirada estaba llena de dolor, de mi propio dolor.
-Bella amor, no me dejes ¿Es verdad que te vas a casar?-comenzó a sollozar- quizás no sea tan rico como ese tipo con el que te vas a casar, pero nunca nadie te amara como yo te amo, como te mereces que te amen- y ahí estaba mi respuesta, Carlisle le había contado aquello que debí decirle hace un tiempo, que estaba comprometida de palabra y que al llegar a la ciudad esto se consumaría en un asqueroso y falso matrimonio.
-Amor, hay cosas que debo explicarte, perdóname pero no puedo hacerlo si estas así, de esta manera no es adecuado, necesito que estés bien para que me entiendas- por la forma en que estaba su rostro podría decirse que estaba pensando, reflexionando acerca de algo que venía dando vueltas por su cabeza y eso me asusto…mucho.
-¡¿Amor?! Bella por favor no seas más cruel de lo que ya has sido, si me tratas de amor pienso que realmente me amas y me das falsas esperanzas, pero si me amaras no me hubieses mentido, no hubieses ilusionado a este pobre corazón con un falso amor- su rostro me dolía, quería acariciarlo y besarlo, pero él tenía razón, estaba siendo cruel y egoísta si seguía con algo que no podría concretar, lo amaba como nada en el mundo, daría mi vida por él, pero si existía algo en el mundo que no podría evitar sería conseguir dar a torcer una decisión de mi padre.
-Edward por favor-intente sujetarlo por el brazo para que entrara conmigo a la casa, las razones principales era que no me agradable tener una conversación de este tipo en medio de la calle donde cualquiera podría escucharnos, además el frio de la madrugada aún seguía siendo penetrante.
-¡Suéltame!-grito, ahora su mirada estaba cargada con cierto resentimiento- Cuando Carlisle me dijo que estabas comprometida y que volvías a la ciudad para concretarlo en matrimonio no podía creerle, pense que lo hacia para que te dejara partir más fácilmente, él me aseguro que era una orden impuesta por tu padre, pero sabes, no le creo, lo que creo es que eres una embustera que solo me utilizo como toda niñita consentida, mimada que se estaba echando una canita al aire antes del matrimonio con un simple campesino al que no le debería nada y que nada te reclamaria- su mirada cargada de resentimiento me estaba aniquilando el corazón.
-No Edward, todo lo que sucedió entre nosotros es real, te amo, es solo que hay cosas que no puedo evitar y la principal son las imposiciones de mi padre- ya no pude resistirlo y las lagrimas se hicieron presentes.
-¡MENTIROSA! Deja de seguir jugando conmigo y al menos se honesta una vez en tu vida, reconoce que para ti esto fue un relajo, como una despedida de soltera- no dejaba de llorar, lo que había sido el tiempo más maravilloso se estaba convirtiendo en el momento más horrible de mi vida, delante de mi estaba el ser que más he amado matándome con su mirada, diciendo cosas que quizás se arrepienta o no, cosas que quizás siempre ha pensado pero que ahora en este estado es capaz de decirlas en voz alta.
-Edward, me estas lastimando- dije mientras me tapaba el rostro con las manos, no quería verlo, no quería que esa mirada fuese la ultima que viera, quería que los recuerdos que llevaba de ese lugar fueran los mejores, los vividos en el río, en el bungaló o junto a la familia Cullen, no aquí y ahora.
-¡Mírame!- intento sacar mis manos -Maldita sea Bella mírame, si te queda algo de dignidad al menos mírame, no es necesario que finjas un llanto delante de mí, lo que pienso de ti no cambiara con un par de lagrimas.
-A si, se puede saber ¿qué es lo que piensas de mí?- intente respirar y volver a mirarlo para decirle aquello, no quería escuchar lo que me diría, pero seria de ayuda para terminar las cosas más rápidamente.
-Pienso que eres una cualquie…-y antes de que terminara lo que iba a decir, antes de que mis odios y mi cabeza registraran lo que tan dolorosamente iba a decir, le di una cachetada, la mano me ardía por la fuerza que utilice y a la vez me ardía por haberla utilizado en algo que a mí me causaba daño, el dañarlo a él mismo.
Me gire dándole la espalda, quería correr hacia mi casa, necesitaba refugiarme de aquel dolor, pero él con fuerza tomo mi brazo y me giro nuevamente hacia él y me beso, fuertemente posiciono sus labios sobre los míos, cálidos como siempre pero rudos, su beso transmitía todo el dolor que sentía, la rabia, la pena, el arrepentimiento pero sobre todo amor, no resistí mucho y se lo devolví, lo bese como sabia que seria, el último beso que le daría. Así como rápidamente me beso, así rápidamente se separo, mis labios sintieron la pérdida y lloraban y rogaban que fueran atendidos por aquellos labios que sabía que serian los únicos que provocarían las mil y una sensaciones que causaban.
-Esto es solo la confirmación de lo que eres, no tienes sentimientos ni escrúpulos, estaba tan equivocado de ti Bella que te creí por un momento, de verdad de compre el papel de niñita en contra de su injusta y millonaria vida, solo lamento haber perdido mi tiempo.
-Sabes, si, merezco todo lo que me dices, todo lo que piensas, pero escúchame bien, cada cosa que dije y que hice fue real, el amor que siento por ti es real pero imposible, no por mí, sino por mi padre, una vez te dije que por ti dejaría todo, pero no podría soportar que algo te sucediera por mi culpa- intente recobrar algo de tranquilidad para decir todo aquello.
-Si fuese así, me decepcionas y me lastima saber que fue un amor tan mínimo, incapaz de luchar por lo que te interesa ¿Qué sucedió con la chica que lucharía por sus ideales, por su mundo utópico?, de saberlo no te hubiese pedido que fueras mi novia- y al decir eso tomo mi mano he intento sacar mi anillo de compromisos que él hizo y regalo para mí
-¡No!- le dije- aunque no lo creas es importante para mí.
-Bueno, igual tendrás que sacártelo cuando tu flamante novio ponga en ese dedo el anillo que tanto ansias, una verdadera joya que podría alimentar a toda una nación, una joya que pesa tanto pero que tiene tan poco valor sentimental como el que siento en este momento por ti- y tras decir todo aquello se giro dándome la espalda y se fue, se fue dejándome ahí plantada con el corazón, si es que algo quedaba, destrozado.
Edward si es malo
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
no yo se que edward no es malo yo lo se no lo es verdad que no no no lo es yo lo se solo es que bella no lo dijo nda y eso que te lodigan de una afecta hay que entenderlo un poquito pero reconoser que se paso solo espero que publiques proximamente el otro hermanita por faaaa
Irina Denali- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
Edward se siente traicionado y tiene razon bella tendria q haber hablado con el y haberle dicho la verdad me dolio mucho todo lo q le dijo edward pero bella se tendria q jugar por su amor y escaparse juntos. ojala consigas mas capitulos pronto
vaneian08- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
si, bella debio decirle pero el tampoco trato de entenderla
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
ucha q se demora la autora en publicar otro capitulo nos tiene en ascuas
Atal- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
"Cartas"
Llore…llore como hace mucho no lo hacia.
Iba en la parte trasera del auto manejado por Carlisle de camino al mismísimo infierno, mi casa en la ciudad, no me había dado cuenta de la manera en que lloraba o quizás que reflejaba mi rostro por la pena, al parecer mi llanto era tan desgarrador que en mitad del viaje el auto se detuvo estacionándose a la orilla del camino, Carlisle se giro para mirarme directamente a los ojos.
-Bella, cariño por favor intenta tranquilizarte, aunque no lo creas me parte el alma verte así, esto es para mejor, tu mejor que nadie sabe que eso nunca hubiese funcionado, aunque tu y Edward lucharan contra el mundo no se puede, si lo amas realmente dejaras su corazón tranquilo, y tu por tu parte llevaras la vida que se te fue elegida.
-Carlisle ¿Qué harías tú si te separaran de Esme? Si sientes que todo ese amor que tienes en tu corazón, en tu pecho, en tu mete, no puede ser, pero no por que no sea mutuo, sino por que terceras personas lo impiden y peor aún no te arrancan sin dejarte alternativa ¿crees que podrías seguir viviendo como si nada? Poder vivir con todo ese amor que te carcome la vida día a día por no poder ser libre- su rostro se desfiguro en una profunda tristeza, sus ojos estaban vidriosos y su mandíbula desencajada, sentía como su cuerpo comenzaba a tiritar y su mente estaba lejos de aquí –Disculpa lo que dije, nunca ha sido mi intención contradecirte, por favor solo olvídalo.
-No Bella, no me tienes que pedir disculpas, digamos que te entiendo y que quizás por ese amor que veo en tus ojos y el que veo en los ojos de Edward es que cometeré una locura, quizás me equivoque, pero soy humano y siempre existe la posibilidad de hacerlo ¿no?- me regalo su mejor sonrisa tranquilizadora mientras palmeaba mi espalda, intente sonreírle pero era imposible, siempre se me a dado horrible el mentir y en esta ocasión no creo que pueda mejorar, comenzó a buscar algo de entre su abrigo, pronto tenia un sobre en su mano –Pensé que seria mejor para ambos si no te entregaba esto Bella, pero no creo ser quien para interferir con el destino, solo espero de todo corazón que encuentren el camino correcto para que nadie salga herido en esta historia- tomo mi mano y deposito el sobre en ella, me abrazo y me beso en la mejilla, miro hacia el frente y puso el auto en marcha.
Me temblaban las manos, pues cuando mire el sobre éste estaba dirigido a mi con una inconfundible letra, no sabia si abrirla o no, las palabras de Carlisle calaron hondo en mi corazón, se que él se refería a salir herido por alguna acción que pueda tomar padre, amo a mi padre por sobre todas las cosas, pero lo conozco y se de lo que es capaz con tal de conseguir el dichoso matrimonio que tanto desea para mi. Finalmente en toda la batalla interna que estaba teniendo decidí abrir el sobre y dentro de ella estaba la carta escrita desde su mismo puño, deslice mis dedos por aquel papel que envidie por unos momentos por haber tenido la dicha de ser rozado ante tal magnifica piel, toque las letras tan hermosas, prolijas pero cargadas de tristeza, también note que en ciertas frases la tinta estaba corrida produciendo ciertos manchones, se me apretó el corazón de pensar en que mientras escribía la carta mi Edward estaba llorando, finalmente me decidí en leerla.
"Bella, mi amor
Primero que todo, perdóname, perdóname por ser un imbecil, un estupido romántico que no supo hasta donde estaba el limite de lo que vivimos, de no darme cuenta antes que todo esto era un imposible pero sobre todo el haberme enamorado de ti, perdóname por mi comportamiento de ayer, solo puedo decir a mi defensa que hable desde un corazón herido, que en esos momentos lo único que quería era gritar todo el dolor que esta sintiendo, estoy avergonzado por mi forma de actuar y el poco razonamiento que tuve, quiero decirte que jamás pensaría de ti de esa manera, fue la peor de las blasfemias ¿Cómo es que un ángel terrenal puede ser todo aquello? Eso es imposible, como te dije, solo hable por la herida, herida que continua y me dificulta el poder decirte todo esto como un caballero debería hacerlo, en persona, pero no tengo fuerzas de verte y no abalanzarme sobre ti, de no abalanzarme sobre tus labios que me piden a grito que los bese y que les demuestre todo el amor que siento por ti, por miedo a ello es que solo te dejo estas líneas, por miedo a sentir que si te beso, ese beso será robado, robado de alguien mas que espera por ti, por tomar tu mano y todo aquello que anhelo desde que te conocí. Pero puedo asegurarte que no volveré a molestarte, este idiota con un corazón que solo late por ti y que es feliz solo si tu lo eres no estropeara jamás tu bienestar. Acepte un trabajo que se me había ofrecido hace mucho y mi única razón por haberlo rechazado en estos momentos va de camino a su verdadera realidad, una realidad que esta a kilómetros de la mía, igual que su corazón, cuando leas esta carta yo ya estaré lejos, intentando vanamente olvidarte, intentando sobrevivir por mi familia y de alguna forma esconder este amor, aunque este presente conmigo siempre y que nunca se detendrá y estará siempre aquí para ti con una estupida ilusión de que algún día sea correspondido Por siempre tuyo E."
Se fue, se fue definitivamente de mi vida, se fue la única razón de mi existencia, la única persona que me hizo conocer el verdadero amor, la paz, la felicidad, ahora como tendría las fuerzas necesarias para enfrentarme a todo aquello que temo, todo aquello que aborrezco, pero sobre todo como lo haré para no derrumbarme en el intento. Tome la carta y la apreté a mi pecho pidiéndole a Dios que me diera las fuerzas que había encontrado al estar cerca de Edward, que me diera una mínima posibilidad de encontrar algo de felicidad después de haber saboreado aquel elixir cargado de felicidad en una magnitud tan inmensa, ahora sol pido aunque sea un ápice de ello solo para poder vivir.
Leí la carta una y otra vez, intentando convencerme de que todo lo vivido había terminado abruptamente, pero sobre todo convencerme que había sido real y no un sueño, necesitaba confirmar aquello para atesorarlo como los mejores recuerdos.
Finalmente habíamos llegado, ahí delante de mis ojos la puerta al otro mundo, a un mundo que nunca me ha pertenecido pero que se aferra como un parasito a mí, la puerta que una vez que se cierre así quedara haga lo que haga y me alejara del ser más perfecto, maravilloso y creado para mi pero que es mi imposible, al menos en esta vida.
Para mi mala suerte estaría sola o acompañada con el eco de mi desgracia que irradiaba ampliamente. Esme llegaría dentro de dos días ya que aun tenia los detalles post bodas que solucionar, boda que disfrute una milésima de tiempo mientras estuve envuelta en esos brazos llenos de amor…Bella deja de pensar en ello por favor, me repetía más que nada para convencerme de que hacia el intento.
Si quería salir con vida de todo esto sin arrastrar a nadie, tenia que ser fuerte y aprender a disimular y a unirme a este mundo lleno de mentiras para que mi padre no descubra que algo anda mal.
Pase cerca de cuatro días inerte en mi cama, sin vida, solo me levantaba para ir al baño cuando era urgentemente necesario, los días que Esme no estuvo aquí, la cocinera puntualmente a cada hora de la comida llegaba con la charola llena de alimento y a la siguiente comida cuando traía otra charola con comida se encontraba con la charola anterior intacta, intento razonar conmigo pero cuando vio que seria imposible, espero a que Esme llegara para que consiguiera lo que ella no pudo en dos enteros días, Esme apenas me vio comprendió todo aquello que me sucedía, todo aquello que me aflige desde lo mas profundo de mi ser.
-Corazón si no quieres morir debes comer, por favor- me suplicaban sus palabras y sus ojos a la vez.
-Esme ¿El está muy mal, verdad? Se que lo eche todo a perder por ser una cobarde, una maldita cobarde- me recriminaba, lo único que quería para poder conseguir algo de paz y tranquilidad era saber que él estuviese bien.
-Bella si realmente lo amas, por favor come algo, él sufre es verdad, pero sufriría aun más si supiera que pareces alma en pena, no le causes mas sufrimiento de lo que le podrías causar si algo te sucediera por no alimentarte bien, o es que acaso ¿tu no estarías preocupada si él no comiera o simplemente se limitara a respirar?- y aquellas palabras fueron como un gatillo en algún lugar de mi cerebro para intentar salir del hoyo en el que me estaba hundiendo. Mire a Esme para infundirme fuerzas pero fue peor ya que en sus ojos, estaban los ojos de Edward, ese mismo verde hechizante. Desvié la mirada a la charola y comencé a comer nuevamente y debo de reconocer que ya estaba famélica pues cuando sentí en mi paladar aquellos magníficos alimentos el agujero vació de mi estomago acrecentó demostrando cuanta hambre existía.
Mi peor pesadilla se hizo tangible cuando mi padre apareció por mi habitación para confirmarme que había llegado de su viaje de negocias en el exterior, me abrazo fuertemente y de cierta forma sentí aquel abrazo como una disculpa, como si debiera resignarme por algo y la verdad es que así era, pues me estaba obligando a ser desdichada. Si creía que esto era lo peor, la verdad es que esto solo fue una antesala a lo catastrófico.
-Hija, que felicidad que estés al fin aquí y para demostrártelo te tengo una magnifica sorpresa- ¿sorpresa? Viniendo de él la magnifica sorpresa debe ser una magnifica desgracia, al parecer mi intriga fue reflejada en mi rostro –Quiero que te bañes y te vistas, tienes una cara como si no hubieses podido dormir hace días, te espero al pie de la escalera, por favor intenta apurarte- y salio de mi habitación, a regañadientes me levante y salí de mi refugio, mi cama lugar que por cuatro días a sentido mi sufrimiento, mis lamentos y a oído mis llantos.
Cuando finalmente conseguí tener una apariencia que mi padre consideraría como aceptable, salí de mi habitación bajando al primer piso, al pie de la escalara como lo había dicho estaba mi padre con una enorme sonrisa, bueno al menos en este infierno llamada casa alguien podía ser feliz, caminamos hasta la sala de estar, indicándome que teníamos visitas, perfecto lo que necesitaba para mi actuación del día, tener que fingir delante de otras personas.
Cuando entre me quede estática de igual manera que mi corazón ante lo que mis ojos veían, Padre e hijo Black, en otras palabras mi suegro y mi futuro marido respectivamente, cualquier otra persona que no fuese yo o la familia Cullen podría tomar mi reacción como si estuviese nerviosa ante el hecho de estar frente a frente a mi "prometido" pero la verdad es otra, me congele ante el hecho de que mis peores temores y pesadillas al fin se estaban haciendo palpables.
-Bella, cariño quizás no recuerdas a Billy, él es el padre de este caballero que esta aquí- dijo ubicándose detrás del muchacho tocando sus hombros indicándome que él es mí prometido, el corazón y las entrañas se me apretaron de una manera que me daba nauseas.
-Hola Bella, al fin nos conocemos- dijo mi prometido, debo de reconocer que es muy guapo y que quizás si mis ojos no hubiesen sido cegados por la belleza de Edward, hubiese quedado maravillada ante aquellos ojos negros profundos, sonrisa perfectamente blanca y su piel de un tono bronceado –Soy Jacob- me tendió su mano para que la tomara, y al hacerlo la beso -Tenia muchas ansias de conocerte, papá dijo que eres muy linda pero veo que sus palabras no te hacen justicia.
Pasamos prácticamente todo el día hablando de nosotros, mi padre y Billy decidieron darnos espacio para conocernos mejor y debo de reconocer que Jacob es bastante agradable, sus palabras y su mirada siempre reflejan sinceridad ante todo y transmitían mucha paz, el "pequeño" inconveniente es que me obligan a casarme con él, quizás en otras circunstancias en otro momento en donde mi corazón no reclamara fervientemente el amor de otro, podría aceptar las obligaciones impuestas por mi padre.
Me hablo de los estudios que acababa de terminar en Europa y la felicidad que siente al volver después de tantos años a su país de nacimiento. Inevitablemente llegamos al tema de la boda y por un pequeño momento lo sentí igual de incomodo como yo ante aquel hecho.
Nuestros padres llegaron justo para la hora del almuerzo, en donde estuvimos los cuatro sentados esperando por nuestra comida, cuando Esme lo vio, ahí sentado frente a mi, instantáneamente me miro con ojos tristes y supe de inmediato que su tristeza se debía a que ella al igual que yo desearía que ese puesto estuviese ocupado por su hijo, por mi amor, por Edward.
Estuve distraída gran parte de la comida y de vez en cuando contestaba con ciertos monosílabos a preguntas amables que me hacia Jacob o Billy, pero en cierto momento escuche la frase «¿Para cuando programamos la boda?» y en el ipso facto todos mis sentidos estuvieron pendiente de aquella conversación, pero para mi desgracia comprendí que la fatídica fecha estaba prevista para unos meses más, esperando a que pase mi cumpleaños número dieciocho.
-Ahora que tenemos a los novios presentes se facilitara la organización- dijo mi padre –Bella, es cosa de que me digas cuando iras donde alguna diseñadora para que veas tu vestido, podrías pedirle a alguna de tus amigas que te acompañe- Pensé en lo ultimo que dijo y en lo irónico del asunto, por que mi mejor amiga es Alice, pero veo poco probable que quiera acompañarme en la búsqueda de un vestido que será utilizado con otra persona que no es su hermano. Pero toda esta conversación, el darme cuenta que la fecha es en un plazo corto he inevitable comenzó a asustarme, me puse tan nerviosa y aterrada que comencé a sentirme mal, mal de adentro, mal del corazón, quería llorar y llorar hasta que aquellos calidos y fuertes brazos me acunaran y que sus labios pronunciaran las palabras que tanto deseaba escuchar «Todo esta bien amor, siempre estaremos juntos»
-Permiso Padre, Jacob, Billy- dije mientras me inclinaba para despedirme, me levantaba de la silla –No me siento muy bien, creo que algo me cayo pesado al estomago, estaré en mi habitación si me necesitas- no espere respuesta, solo me limite a correr a mi refugio.
Una vez en mi cuarto tuve la necesidad de desahogarme, tome pluma y papel y trace aquellas palabras que mi corazón gritaba de menara ferviente.
"Edward Amor mi:
Si, así es, amor mío, por que eso eres para mi, mi único y verdadero amor, decirte que nada tengo que perdonarte, todo lo contrario soy yo la que debe pedirte perdón por haberte ocultado mi nefasto compromiso, asegurarte que aquel lazo que debo cumplir va en contra de todos mis deseos y claro está en contra de mis sentimientos, la libertad que siempre he querido para mí en este momento está siendo profanada por mi padre, él a dispuesto que me convierta en esposa de un hombre al cual no amo y que nunca podre amar pues ese lugar está ocupado solo por ti. Por otra cosa por la que debo pedirte que me perdones es por ser una cobarde, por no tener el valor de enfrentar a mi padre e imponer mis propias decisiones, el luchar por mis ideas, deseos y sentimientos, pero no puedo, tengo miedo, no podría vivir jamás si algo te sucediera por mi culpa, si mi padre descubriera que es a ti a quien le pertenece mi corazón no dudaría que intentaría todo por separarnos. Por favor amor mío, no dudes jamás del inmenso amor que te profeso, este amor que me enloquece, que me fortalece y me debilita a la vez donde no te puedo tener junto a mí, no dudes de los magníficos momentos que vivimos por que fueron reales, cada palabra, cada caricia que nos dimos fue simplemente el acto de demostración de nuestro amor. Siempre recuerda que te amo más que a mi propia vida y eso jamás podrá cambiar, el único cambio existente es que crece cada día. Eres mi sueño y mi realidad, gracias a ti descubrí que es amar y ser amada. Eternamente tuya B."
Cuando termine de expresar todos aquello que quisiera gritar a viva voz, note que lo escrito parecía más una carta a mi ser amado que una expresión solo de sentimientos. Cuando me había levante de la mesa en el comedor me sentía tan enojada y triste por tener que separarme de las única persona que he amado de verdad y que no podamos estar juntos que no pude evitar terminar escribiendo más que la verdad, no sé si fue el destino o mi conciencia que me impulso a hacer eso. Decisión, eso es lo que tenía que hacer ahora, si era lo correcto o no ya después se vería, estaba aburrida de tener que hacer lo que se supone es lo correcto y no lo que quiero, tras decidir ello, tome la carta, la metí en un sobre y la oculte entre mi ropa interior, baje las escaleras rápidamente teniendo cuidado el no tropezar. La busque rápidamente para no toparme con mi padre o con algún invitado indeseado.
-Esme, te he estado buscando, necesito que me hagas el ultimo favor, por favor te lo pido- le roge con el corazón, con los ojos y la voz, mientras sacaba la carta y se la tendía, ella vio de que se trataba y me miro directo a los ojos.
-Bella, cariño por favor, deja las cosas tal cual están.
-No Esme, no entiendes, Edward cree que no lo amo y que el tiempo que estuvimos juntos para mí fue solo como un pasatiempo, tú sabes que eso no es verdad, que lo amo como ha nadie.
-Pequeña lo sé, y por qué se aquello es que te pido que dejes las cosas como están, para que decir verdades dolorosas, si Edward sabe que lo amas nada conseguirás, tu padre nunca permitirá que estén juntos, hazlo por él y su seguridad, Edward es un chico fuerte y se repondrá-
-Por favor Esme, es lo último que te pido, hazlo por mí, más que sea para que conserve el mejor recuerdo de mi y que no piense que lo utilice, te lo ruego Esme- y como no había cambios en su rostro, no iba a ceder, comencé a llorar, llore por todo aquello que me afligía, por aquel amor que me estaba consumiendo el alma, por aquel amor que me destrozaba el corazón por no poder ser gritado a los cuatro vientos, llore por él y su propio sufrimiento, pero sobre todo llore por la vida que quisiera tener junto a él, caí al suelo por que ya no me podía las piernas, Esme rápidamente me abrazo y juntas estuvimos abrazadas, ella intento calmarme y de cierta manera lo consiguió, finalmente tomo la carta resignada, creo que más que nada porque realmente vio que estaba sufriendo al igual que Edward, ahora solo debía esperar su respuesta junto con su perdón.
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“Amistad”
-¡Esme, Esme!, por favor dime que haz traído una respuesta para mi, al menos no escrita, pero por favor ya no soporto más el pensar que ni eso quiere enviar para mí- le pregunte ansiosa, como lo hacia todos los días que llegaba a casa desde hace dos meses, si desde hace dos meses, dos meses que le entregue mi carta a Esme para Edward y los mismos dos meses desde que espero impaciente cualquier respuesta o señal de su parte.
-Lo siento pequeña, pero no ha dicho nada y sinceramente no creo que lo haga- fue la misma conclusión a la que yo había llegado, pero seguía preguntando aunque con menos esperanza.
Por otra parte algo extraño había sucedido, mi corazón estaba tan destrozado por su lejanía, por su silencio que de manera extraña Jacob, mi “prometido”, noto mi tristeza y de a poco comenzó a acercase a mí de forma preocupada y desinteresada. Intento sacarme muchas veces a caminar para dar un paseo, al principio mis respuestas siempre eran las mismas. ¡No, gracias!, pero cuando me invito al teatro, cosa que mi padre no me dejaba por que él encontraba que era un sitio para personas sin moral por que daban ideas a niñitas perdidas como yo, acepte, dándole una oportunidad para demostrarme que no era para nada como yo creí que era, su forma de ser es totalmente diferente a todos los niñitos ricos consentido de sus padres, él era más como yo, más tranquilo, soñador y desinteresado en el dinero, desde aquella invitación accedí a salir más con él, más que nada para poder despejar mi mente y no hundirme en el pozo negro de melancolía en la que me estaba sumiendo. Pasábamos las tardes entre los parques, la biblioteca, la librería, el teatro o simplemente conversando como dos grandes amigos, aprovechando siempre estar al aire libre, pues a pesar de que nos encontrábamos en invierno, el calor que hacia en el día era abrumador, por las noches se encontraba su contraparte, el hielo. Los expertos en el clima temían por la sequía que azotaría al país, pues las cosechas comenzarían a secarse, pero eso es otra cosa.
Jacob amablemente me acompañaba a las tediosas reuniones sociales que mi padre me obligaba a asistir para que no me sintiera tan sola y aburrida, escuche varias veces sin querer que las madres de mis “amistades” hablaban entre ellas diciendo que me veían muy feliz y al fin emocionalmente estable, referente a que es conocido por todos que desde que mi madre murió, mi actitud siempre a sido algo mas retraída y desinteresada en entablar alguna relación de pareja que conlleve al matrimonio, como debería de haberlo hecho ya una dama de mi edad, es decir, a punto de cumplir los dieciocho. Lo que ellas no sabían, es que todo el dolor lo llevo por dentro, el dolor que siento de estar lejos de Edward y sentirme rechazada por él es lo que me tiene mal, pero así como muy bien dicen, soy retraída con mis sentamientos, con mis emociones y jamás demostrare ante desconocidos la pena que me carcome a diario.
Si no fuera por Jacob que de vez en cuando me logra sonsacar una risa, olvidaría lo que es reír, pero no conseguía hacerme olvidarlo y dudo que alguien lo consiga.
Jacob llego como de costumbre por la tarde a visitarme y luego paseábamos por alguna plaza o por los alrededores por largas horas platicando como simples amigos hasta que llegaba mi padre y teníamos que hablar acerca de preparativos, invitaciones, decoración y otras cosas de la boda. Pero en particular esa tarde Jacob llego algo cabizbajo y por lo poco o casi nada común que era verlo así, me preocupe, me acerque a él tomando su rostro entre mis manos.
-Jake ¿Qué sucede?- estaba preocupada, realmente él se había ganado mi corazón y mi amistad a pulso, ya que en un principio siempre mi actitud era reacia, pero con su paciencia y entusiasmo consiguió poco a poco mi afecto y cariño, no el que merecería un prometido, pero era lo que podía ofrecerle.
-Nada pequeña- me dijo besando mi frente y entrando a mi casa –Estoy bien, solo que algo cansado, espero que no te moleste pero quisiera que hoy nos quedáramos aquí- y por supuesto que lo complacería, él siempre hacia de todo para subirme el animo y esta vez retribuiría a ello ayudándole.
-Jake no te preocupes, no tengo problemas en quedarme aquí si estás cansado podría hacerte un masaje si gustas- le ofrecí mientras me regalaba una linda sonrisa en forma de agradecimiento, pero su sonrisa no le llego sus ojos como de costumbre, lo que agrandaba mi preocupación. Jacob Estaba sentado en el sillón de la salita de estar, cuando lleve mis manos a sus hombros note que realmente estaba tenso, llevaba un buen rato en ello y aún no conseguía que se relajara cien por ciento, que era lo que yo quería así que acelere un poco, apretando mis manos un poco más, de pronto se levando asustándome un poco por lo repentino del acto.
-Jake, perdóname si te apreté o te lastime- le dije rápidamente por la torpeza que halla hecho para que se levantara, estaba cómodo y más relajado a como había llegado he hice que se pusiera tenso otra vez.
-Bella no te preocupes, no haz hecho nada, aunque quisieras lastimarme dudo que con tus manitos lo consigas- me regalo una pequeña sonrisa y me beso las manos –Solo me estaba preguntando si me harías un pequeño favor, claro esta si no te incomoda o molesta.
-Por supuesto Jacob, por ti lo que quieras- le dije sonriente para conseguir algo de felicidad en sus ojos apagados. Fue extraño, por que nada dijo, solo se limito a observarme, tomo mi rostro entre sus manos y poco a poco se acerco a mi, comencé a temblar ante ello pues sabia que vendría a continuación y aunque no estábamos juntos con Edward, me sentía mal engañándolo, besando otros labios que no fueran los suyos.
Jacob me miro directo a los ojos, escrutándolos, sin duda algo buscaba en ellos pero no sabia que, cerro sus ojos y me besó, fue extraño besar otros labios, no fue ni mejor ni peor, solo fue diferente, su aliento era una mezcla diferente entre madera y cítrico, diferente al sabor dulce y refrescante de Edward. El recordarlo causo una nuevamente una angustia en mi pecho, realmente lo necesitaba y seria una completa mentirosa si seguía negándolo –Edward- suspire, cuando Jacob tenso su agarre en mi rostro me di cuenta que había pensado en el nombre de mi amado pero en voz alta, me quede esperando la rabia de Jacob hacia mi, era insólito que su prometida dijera el nombre de otro hombre mientras te besan.
-Bella ¿Quién es Edward?- su voz estaba más angustiada que antes, me quería morir ¿en que momento me convertí en un monstruo? Hice sufrir a Edward y ahora lo estoy haciendo con Jacob.
-Jacob, discúlpame, no se en que estaba pensando- pero claro que lo sabia, solo de recordar esos suaves y dulces labios que me besaban como nadie lo haría me hacía temblar y pensar en él, en sus manos acariciándome, besándome dulce y apasionadamente, Jacob seguía mirándome y me ruborice ante mis pensamientos egoístas.
-Bella discúlpame a mi por mi imprudencia, no debí besarte, será mejor que me vaya- me beso la frente y salio de mi casa sin más, corrí a mi habitación a refugiarme nuevamente por la sarta de tonteras que estaba cometiendo últimamente, Jacob realmente ha sido muy bueno conmigo y lo que menos quiero es hacerlo sufrir.
-Bella- dijo Esme entrando a mi habitación –Tu padre aviso que no llegara a cenar para que no lo esperes- me dijo mientras entraba con la charola con la cena.
-Esme ¿no se que hacer?- le dije al borde de las lagrimas, dejo la bandeja en la mesita cerca de la ventana y me abrazo.
-Hija, todo pasa por algo, después de la tormenta sale el sol, no te aflijas más- mientras acariciaba mi cabello infundándome esperanzas.
-Pero Esme, hice sufrir a Edward y ahora hago lo mismo con Jacob, soy un monstruo de persona- le dije ya sin poder aguantarme las lagrimas.
-Cariño no se que a sucedido entre tu y Jacob para que te sientas así, pero no puedes corresponder a los sentimientos de todos, si Jacob esta enamorado de ti y tu no claramente el saldrá dañado pero no debes de recriminarte más las cosas, el amor no se impone o se obliga, solo se siente por quien el corazón reclama, si ese lugar le pertenece a mi hijo…- pero no continuo, levante mi vista para mirar esos ojos verdes tan similares a los que me paralizan el corazón.
-¿Si le pertenece que Esme?- necesitaba escuchar lo que pensaba, si tenia una solución a mi problema, gustosa lo acogería.
-Nada pequeña, será mejor que comas y descanses- fue por la bandeja de la cena, me beso los cabellos y salio.
No había visto a Jacob en toda esa semana, me sentía mal por ello, ya que de seguro estaba escapando de mi, mi padre me vio triste ya que sin Jacob había vuelto a mi tristeza y ahora era el doble, pues no tenia a Edward y tampoco tenia a mi amigo pero sobre todo me sentía mal por causarle dolor, le dije que era por que no había visto a Jacob ya que estaba acostumbrada a su compañía, lo que no era mentira, pero evitando otros detalles, él me explico que Jacob estaba teniendo mucho trabajo por consiguiente no podía venir tan seguido, sabia que era excusas pero le daría su espacio.
Desde aquel beso mi insistencia por saber si Edward se había comunicado volvió a crecer tras la ultima conversación con Esme, le preguntaba todas las mañanas como si no hubiese transcurrido tiempo desde que comencé a esperar su respuesta, todas las mañanas seguía la misma respuesta, ¡nada!, pero seguía insistido, el corazón me decía que no me rindiera, aquel beso con Jacob me corroboro que jamás podría llegar a amar a otra persona, por muy perfecta que fuera, yo necesitaba de Edward, de su perfección, esa perfección que nadie más que él podría darme.
Mi padre llego más temprano de lo acostumbrado, debido a que tenia que viajar al extranjero con suma urgencia, solo dijo que eran asuntos de trabajo, pero que no estaría sola ya que había hablado con Jacob quien en un par de días me visitaría y se fue, se veía algo nervioso así que no quise inmiscuirme, aprovecharía los días que el no estaba para leer al aire libre. Así pasaba mis tardes, preferentemente sumergida en la lectura que en la agonía y la tristeza. Pero al día siguiente cuando corrí por las escaleras para recibir a Esme me lleve una sorpresa, me miraba con cierta tristeza, se veía incomoda y deseosa de salir de ahí, pero como era de costumbre le pregunte por Edward, esta vez a diferencia de las otras veces se quedo en silencio y bajo su rostro, no sabia como interpretar aquello pero me asuste y mi corazón se acelero.
-Esme ¿Me ha enviado algo?- silencio- ¿que sucede?, Edward esta bien ¿verdad? no quería sonar histeria pero su reacción estaba provocando que comenzara a parecerlo.
-Si Bella…está bien… mmm... tengo cosas que hacer en la cocina- me dijo intentando zafarse de mí, pero no se lo permití y le impedí el paso.
-Esme, no me has contestado ¿Edward te envío algo esta vez?- y fue cuando me di cuenta de la razón por la cual mi corazón se acelero, por la esperanza, la minima esperanza de que esta vez si me había contestado.
-Bella, cariño no se si sea lo mejor, ¿por que no dejas las cosas así?- su brazo estaba tenso metido en su abrigo, y sus ojos rehuían los míos.
-Esme por favor- le suplique, ella me vio con tristeza y me tendió la carta, la sonrisa que se me dibujo en el rostro me sorprendió ya que hace mucho que no lo hacia, pero ésta se debilito cuando vi los ojos vidriosos de Esme que se retiro a la cocina. Subí corriendo a mi habitación temerosa ante la reacción de Esme, quizás yo estaba fantaseando el contenido de la carta en donde decía que mi Edward vendría por mi y me llevaría lejos de este país, solo nosotros dos luchando por este amor, o quizás así era y volví a sonreír, solo que a Esme no le parecía ya que tendría que alejarse de su hijo y temía por la reacción de mi padre cuando se enterara que nos habíamos escapado. Decidí dejar de especular, tome el sobre abrí la carta y volví a sonreír cuando descubrí aquella hermosa caligrafía.
“Bella
Por favor deja de insistirle a mi madre noticias de mi, si no lo he hecho es precisamente para alejarme de ti, no tengo nada de que perdonarte pero es mejor dejar las cosas como están. Necesito aunque sea intentar olvidarte Bella, es difícil, pero si no lo intento y me lo digo a diario a mi mismo no se como conseguir vivir, estos meses se han hecho sumamente difíciles vivirlos sin ti, intentar no saber de ti, hacer odios sordos a los comentarios que me llegan de ti y tu prometido paseando por la ciudad felices o yendo a reuniones que ambos están acostumbrados a asistir, me llena de celos, pero a la vez saber que él te hace feliz me hace querer seguir también adelante. Me hace daño amarte como te amo si nunca te tendré para mí y solo para mí. Las ilusiones que algún día tuve ya se perdieron, así que déjalas ahí por favor, no hagas que se vuelvan a unir para seguir sufriendo, tu te vas a casar y harás a alguien feliz, aunque quisiera con todo mi ser que esa felicidad fuera para mi, no lo es y debo aprender a vivir con ello, déjame intentar olvidarte o mejor dicho, aplacar este amor por favor. E”
«Déjame intentar olvidarte» era lo que se repetía en mi mente, solo esas tres simples frases pero que juntas, terminaron de quebrar mi corazón. Definitivamente por mi cobardía había perdido al hombre más maravilloso que podría llegar a conocer. Después de todo, debí de seguido el consejo de Esme y haber dejado las cosas como estaban, la esperanza de que Edward lucharía por nosotros era mejor consuelo que saber que quería olvidarme.
Estaba enojada conmigo misma y por consiguiente con el resto del mundo, necesitaba culpar a los demás por los errores que he cometido para calmar el dolor y por primera vez desde que mamá murió, me encerré en mi habitación con llave, para que nadie me molestara, cuando sintiera realmente la necesidad de comer lo haría, pero por el momento no había llegado, ya que la única necesidad era de aislarme de las personas para dejar de hacerles daño. Necesitaba hablar con Jacob para disculparme y ser sincera de una vez por todas y aunque fuese egoísta de mi parte dejaría que la decisión de si aún quería seguir con los planes de la boda la tomara él.
Como si fuese un lector de mentes Jacob llego a mi casa por la tarde, Esme llamo a mi puerta para avisar que Jacob me esperaba en el salón, como no quería dejar mi cuarto le pedí por favor que lo hiciera subir mi habitación. Cuando sonó nuevamente me levante para abrirla, al otro lado de la puerta se encontraba un tímido Jake mirándome triste y feliz a la vez, lo hice pasar rápidamente, ya que no quería que Esme se colara por la puerta, pues lo que menos quería en ese momento es que me recordara más de lo normal a Edward. Una vez dentro, me abalance sobre él para abrasarlo, realmente lo había extrañado.
-Jake ¿Por qué no habías venido a visitarme?- le pregunte aunque más bien parecía una recriminación así que me contuve para que no pensara que era una novia celosa y lo solté, tenia que mantener sus expectativas a raya así que me limite a sentarme en el silloncito que quedaba de espaldas a mi cama.
-Bella, necesitaba pensar y ordenar mi cabeza, ahora bien, necesito hablar de algo importante contigo- me dijo dando vueltas por la habitación sin mirarme mientras haciendo sonar los huesos de sus manos y cuello, realmente estaba nervioso.
-Jake, también necesito hablar contigo, tengo que contarte la verdad- movió sus labios en señal de interrumpirme, así que rápidamente lo acalle –No Jake, por favor déjame continuar es importante, necesito contarte la verdad de mis sentimientos, si después de que te cuente ya no quieres casarte conmigo prometo que lo entenderé.
-Bella ¿de que hablas?- estaba extrañado pero a la vez se veía un poco más relajado.
-Jake… yo…yo…-uf que difícil es poder decirle a alguien que te ama que tu no le correspondes a sus sentimientos -Yo no te amo Jake, si me estoy casando contigo es por mi padre, Edward, el nombre que salio de mis labios el día que me besaste es a quien realmente amo- dije rápidamente mientras me ruborizaba, mi padre definitivamente si estuviera aquí intentaría matarme por estar revelándole estas cosas a mi futuro marido, estaba tan nerviosa que no supe en que momento Jake me levando del sillón.
-Bella- dijo mientras me abrazaba con fuerza ¿podía sentirme peor de lo que me estoy sintiendo? Jake seguramente estaba dolido por mis palabras, que tonta fui, intentando hacer las cosas bien le dije la verdad, verdad que de seguro debí callar, cuando me separo de su abrazo dirigí mi vista tímidamente a su rostro en el que observe…
Llore…llore como hace mucho no lo hacia.
Iba en la parte trasera del auto manejado por Carlisle de camino al mismísimo infierno, mi casa en la ciudad, no me había dado cuenta de la manera en que lloraba o quizás que reflejaba mi rostro por la pena, al parecer mi llanto era tan desgarrador que en mitad del viaje el auto se detuvo estacionándose a la orilla del camino, Carlisle se giro para mirarme directamente a los ojos.
-Bella, cariño por favor intenta tranquilizarte, aunque no lo creas me parte el alma verte así, esto es para mejor, tu mejor que nadie sabe que eso nunca hubiese funcionado, aunque tu y Edward lucharan contra el mundo no se puede, si lo amas realmente dejaras su corazón tranquilo, y tu por tu parte llevaras la vida que se te fue elegida.
-Carlisle ¿Qué harías tú si te separaran de Esme? Si sientes que todo ese amor que tienes en tu corazón, en tu pecho, en tu mete, no puede ser, pero no por que no sea mutuo, sino por que terceras personas lo impiden y peor aún no te arrancan sin dejarte alternativa ¿crees que podrías seguir viviendo como si nada? Poder vivir con todo ese amor que te carcome la vida día a día por no poder ser libre- su rostro se desfiguro en una profunda tristeza, sus ojos estaban vidriosos y su mandíbula desencajada, sentía como su cuerpo comenzaba a tiritar y su mente estaba lejos de aquí –Disculpa lo que dije, nunca ha sido mi intención contradecirte, por favor solo olvídalo.
-No Bella, no me tienes que pedir disculpas, digamos que te entiendo y que quizás por ese amor que veo en tus ojos y el que veo en los ojos de Edward es que cometeré una locura, quizás me equivoque, pero soy humano y siempre existe la posibilidad de hacerlo ¿no?- me regalo su mejor sonrisa tranquilizadora mientras palmeaba mi espalda, intente sonreírle pero era imposible, siempre se me a dado horrible el mentir y en esta ocasión no creo que pueda mejorar, comenzó a buscar algo de entre su abrigo, pronto tenia un sobre en su mano –Pensé que seria mejor para ambos si no te entregaba esto Bella, pero no creo ser quien para interferir con el destino, solo espero de todo corazón que encuentren el camino correcto para que nadie salga herido en esta historia- tomo mi mano y deposito el sobre en ella, me abrazo y me beso en la mejilla, miro hacia el frente y puso el auto en marcha.
Me temblaban las manos, pues cuando mire el sobre éste estaba dirigido a mi con una inconfundible letra, no sabia si abrirla o no, las palabras de Carlisle calaron hondo en mi corazón, se que él se refería a salir herido por alguna acción que pueda tomar padre, amo a mi padre por sobre todas las cosas, pero lo conozco y se de lo que es capaz con tal de conseguir el dichoso matrimonio que tanto desea para mi. Finalmente en toda la batalla interna que estaba teniendo decidí abrir el sobre y dentro de ella estaba la carta escrita desde su mismo puño, deslice mis dedos por aquel papel que envidie por unos momentos por haber tenido la dicha de ser rozado ante tal magnifica piel, toque las letras tan hermosas, prolijas pero cargadas de tristeza, también note que en ciertas frases la tinta estaba corrida produciendo ciertos manchones, se me apretó el corazón de pensar en que mientras escribía la carta mi Edward estaba llorando, finalmente me decidí en leerla.
"Bella, mi amor
Primero que todo, perdóname, perdóname por ser un imbecil, un estupido romántico que no supo hasta donde estaba el limite de lo que vivimos, de no darme cuenta antes que todo esto era un imposible pero sobre todo el haberme enamorado de ti, perdóname por mi comportamiento de ayer, solo puedo decir a mi defensa que hable desde un corazón herido, que en esos momentos lo único que quería era gritar todo el dolor que esta sintiendo, estoy avergonzado por mi forma de actuar y el poco razonamiento que tuve, quiero decirte que jamás pensaría de ti de esa manera, fue la peor de las blasfemias ¿Cómo es que un ángel terrenal puede ser todo aquello? Eso es imposible, como te dije, solo hable por la herida, herida que continua y me dificulta el poder decirte todo esto como un caballero debería hacerlo, en persona, pero no tengo fuerzas de verte y no abalanzarme sobre ti, de no abalanzarme sobre tus labios que me piden a grito que los bese y que les demuestre todo el amor que siento por ti, por miedo a ello es que solo te dejo estas líneas, por miedo a sentir que si te beso, ese beso será robado, robado de alguien mas que espera por ti, por tomar tu mano y todo aquello que anhelo desde que te conocí. Pero puedo asegurarte que no volveré a molestarte, este idiota con un corazón que solo late por ti y que es feliz solo si tu lo eres no estropeara jamás tu bienestar. Acepte un trabajo que se me había ofrecido hace mucho y mi única razón por haberlo rechazado en estos momentos va de camino a su verdadera realidad, una realidad que esta a kilómetros de la mía, igual que su corazón, cuando leas esta carta yo ya estaré lejos, intentando vanamente olvidarte, intentando sobrevivir por mi familia y de alguna forma esconder este amor, aunque este presente conmigo siempre y que nunca se detendrá y estará siempre aquí para ti con una estupida ilusión de que algún día sea correspondido Por siempre tuyo E."
Se fue, se fue definitivamente de mi vida, se fue la única razón de mi existencia, la única persona que me hizo conocer el verdadero amor, la paz, la felicidad, ahora como tendría las fuerzas necesarias para enfrentarme a todo aquello que temo, todo aquello que aborrezco, pero sobre todo como lo haré para no derrumbarme en el intento. Tome la carta y la apreté a mi pecho pidiéndole a Dios que me diera las fuerzas que había encontrado al estar cerca de Edward, que me diera una mínima posibilidad de encontrar algo de felicidad después de haber saboreado aquel elixir cargado de felicidad en una magnitud tan inmensa, ahora sol pido aunque sea un ápice de ello solo para poder vivir.
Leí la carta una y otra vez, intentando convencerme de que todo lo vivido había terminado abruptamente, pero sobre todo convencerme que había sido real y no un sueño, necesitaba confirmar aquello para atesorarlo como los mejores recuerdos.
Finalmente habíamos llegado, ahí delante de mis ojos la puerta al otro mundo, a un mundo que nunca me ha pertenecido pero que se aferra como un parasito a mí, la puerta que una vez que se cierre así quedara haga lo que haga y me alejara del ser más perfecto, maravilloso y creado para mi pero que es mi imposible, al menos en esta vida.
Para mi mala suerte estaría sola o acompañada con el eco de mi desgracia que irradiaba ampliamente. Esme llegaría dentro de dos días ya que aun tenia los detalles post bodas que solucionar, boda que disfrute una milésima de tiempo mientras estuve envuelta en esos brazos llenos de amor…Bella deja de pensar en ello por favor, me repetía más que nada para convencerme de que hacia el intento.
Si quería salir con vida de todo esto sin arrastrar a nadie, tenia que ser fuerte y aprender a disimular y a unirme a este mundo lleno de mentiras para que mi padre no descubra que algo anda mal.
Pase cerca de cuatro días inerte en mi cama, sin vida, solo me levantaba para ir al baño cuando era urgentemente necesario, los días que Esme no estuvo aquí, la cocinera puntualmente a cada hora de la comida llegaba con la charola llena de alimento y a la siguiente comida cuando traía otra charola con comida se encontraba con la charola anterior intacta, intento razonar conmigo pero cuando vio que seria imposible, espero a que Esme llegara para que consiguiera lo que ella no pudo en dos enteros días, Esme apenas me vio comprendió todo aquello que me sucedía, todo aquello que me aflige desde lo mas profundo de mi ser.
-Corazón si no quieres morir debes comer, por favor- me suplicaban sus palabras y sus ojos a la vez.
-Esme ¿El está muy mal, verdad? Se que lo eche todo a perder por ser una cobarde, una maldita cobarde- me recriminaba, lo único que quería para poder conseguir algo de paz y tranquilidad era saber que él estuviese bien.
-Bella si realmente lo amas, por favor come algo, él sufre es verdad, pero sufriría aun más si supiera que pareces alma en pena, no le causes mas sufrimiento de lo que le podrías causar si algo te sucediera por no alimentarte bien, o es que acaso ¿tu no estarías preocupada si él no comiera o simplemente se limitara a respirar?- y aquellas palabras fueron como un gatillo en algún lugar de mi cerebro para intentar salir del hoyo en el que me estaba hundiendo. Mire a Esme para infundirme fuerzas pero fue peor ya que en sus ojos, estaban los ojos de Edward, ese mismo verde hechizante. Desvié la mirada a la charola y comencé a comer nuevamente y debo de reconocer que ya estaba famélica pues cuando sentí en mi paladar aquellos magníficos alimentos el agujero vació de mi estomago acrecentó demostrando cuanta hambre existía.
Mi peor pesadilla se hizo tangible cuando mi padre apareció por mi habitación para confirmarme que había llegado de su viaje de negocias en el exterior, me abrazo fuertemente y de cierta forma sentí aquel abrazo como una disculpa, como si debiera resignarme por algo y la verdad es que así era, pues me estaba obligando a ser desdichada. Si creía que esto era lo peor, la verdad es que esto solo fue una antesala a lo catastrófico.
-Hija, que felicidad que estés al fin aquí y para demostrártelo te tengo una magnifica sorpresa- ¿sorpresa? Viniendo de él la magnifica sorpresa debe ser una magnifica desgracia, al parecer mi intriga fue reflejada en mi rostro –Quiero que te bañes y te vistas, tienes una cara como si no hubieses podido dormir hace días, te espero al pie de la escalera, por favor intenta apurarte- y salio de mi habitación, a regañadientes me levante y salí de mi refugio, mi cama lugar que por cuatro días a sentido mi sufrimiento, mis lamentos y a oído mis llantos.
Cuando finalmente conseguí tener una apariencia que mi padre consideraría como aceptable, salí de mi habitación bajando al primer piso, al pie de la escalara como lo había dicho estaba mi padre con una enorme sonrisa, bueno al menos en este infierno llamada casa alguien podía ser feliz, caminamos hasta la sala de estar, indicándome que teníamos visitas, perfecto lo que necesitaba para mi actuación del día, tener que fingir delante de otras personas.
Cuando entre me quede estática de igual manera que mi corazón ante lo que mis ojos veían, Padre e hijo Black, en otras palabras mi suegro y mi futuro marido respectivamente, cualquier otra persona que no fuese yo o la familia Cullen podría tomar mi reacción como si estuviese nerviosa ante el hecho de estar frente a frente a mi "prometido" pero la verdad es otra, me congele ante el hecho de que mis peores temores y pesadillas al fin se estaban haciendo palpables.
-Bella, cariño quizás no recuerdas a Billy, él es el padre de este caballero que esta aquí- dijo ubicándose detrás del muchacho tocando sus hombros indicándome que él es mí prometido, el corazón y las entrañas se me apretaron de una manera que me daba nauseas.
-Hola Bella, al fin nos conocemos- dijo mi prometido, debo de reconocer que es muy guapo y que quizás si mis ojos no hubiesen sido cegados por la belleza de Edward, hubiese quedado maravillada ante aquellos ojos negros profundos, sonrisa perfectamente blanca y su piel de un tono bronceado –Soy Jacob- me tendió su mano para que la tomara, y al hacerlo la beso -Tenia muchas ansias de conocerte, papá dijo que eres muy linda pero veo que sus palabras no te hacen justicia.
Pasamos prácticamente todo el día hablando de nosotros, mi padre y Billy decidieron darnos espacio para conocernos mejor y debo de reconocer que Jacob es bastante agradable, sus palabras y su mirada siempre reflejan sinceridad ante todo y transmitían mucha paz, el "pequeño" inconveniente es que me obligan a casarme con él, quizás en otras circunstancias en otro momento en donde mi corazón no reclamara fervientemente el amor de otro, podría aceptar las obligaciones impuestas por mi padre.
Me hablo de los estudios que acababa de terminar en Europa y la felicidad que siente al volver después de tantos años a su país de nacimiento. Inevitablemente llegamos al tema de la boda y por un pequeño momento lo sentí igual de incomodo como yo ante aquel hecho.
Nuestros padres llegaron justo para la hora del almuerzo, en donde estuvimos los cuatro sentados esperando por nuestra comida, cuando Esme lo vio, ahí sentado frente a mi, instantáneamente me miro con ojos tristes y supe de inmediato que su tristeza se debía a que ella al igual que yo desearía que ese puesto estuviese ocupado por su hijo, por mi amor, por Edward.
Estuve distraída gran parte de la comida y de vez en cuando contestaba con ciertos monosílabos a preguntas amables que me hacia Jacob o Billy, pero en cierto momento escuche la frase «¿Para cuando programamos la boda?» y en el ipso facto todos mis sentidos estuvieron pendiente de aquella conversación, pero para mi desgracia comprendí que la fatídica fecha estaba prevista para unos meses más, esperando a que pase mi cumpleaños número dieciocho.
-Ahora que tenemos a los novios presentes se facilitara la organización- dijo mi padre –Bella, es cosa de que me digas cuando iras donde alguna diseñadora para que veas tu vestido, podrías pedirle a alguna de tus amigas que te acompañe- Pensé en lo ultimo que dijo y en lo irónico del asunto, por que mi mejor amiga es Alice, pero veo poco probable que quiera acompañarme en la búsqueda de un vestido que será utilizado con otra persona que no es su hermano. Pero toda esta conversación, el darme cuenta que la fecha es en un plazo corto he inevitable comenzó a asustarme, me puse tan nerviosa y aterrada que comencé a sentirme mal, mal de adentro, mal del corazón, quería llorar y llorar hasta que aquellos calidos y fuertes brazos me acunaran y que sus labios pronunciaran las palabras que tanto deseaba escuchar «Todo esta bien amor, siempre estaremos juntos»
-Permiso Padre, Jacob, Billy- dije mientras me inclinaba para despedirme, me levantaba de la silla –No me siento muy bien, creo que algo me cayo pesado al estomago, estaré en mi habitación si me necesitas- no espere respuesta, solo me limite a correr a mi refugio.
Una vez en mi cuarto tuve la necesidad de desahogarme, tome pluma y papel y trace aquellas palabras que mi corazón gritaba de menara ferviente.
"Edward Amor mi:
Si, así es, amor mío, por que eso eres para mi, mi único y verdadero amor, decirte que nada tengo que perdonarte, todo lo contrario soy yo la que debe pedirte perdón por haberte ocultado mi nefasto compromiso, asegurarte que aquel lazo que debo cumplir va en contra de todos mis deseos y claro está en contra de mis sentimientos, la libertad que siempre he querido para mí en este momento está siendo profanada por mi padre, él a dispuesto que me convierta en esposa de un hombre al cual no amo y que nunca podre amar pues ese lugar está ocupado solo por ti. Por otra cosa por la que debo pedirte que me perdones es por ser una cobarde, por no tener el valor de enfrentar a mi padre e imponer mis propias decisiones, el luchar por mis ideas, deseos y sentimientos, pero no puedo, tengo miedo, no podría vivir jamás si algo te sucediera por mi culpa, si mi padre descubriera que es a ti a quien le pertenece mi corazón no dudaría que intentaría todo por separarnos. Por favor amor mío, no dudes jamás del inmenso amor que te profeso, este amor que me enloquece, que me fortalece y me debilita a la vez donde no te puedo tener junto a mí, no dudes de los magníficos momentos que vivimos por que fueron reales, cada palabra, cada caricia que nos dimos fue simplemente el acto de demostración de nuestro amor. Siempre recuerda que te amo más que a mi propia vida y eso jamás podrá cambiar, el único cambio existente es que crece cada día. Eres mi sueño y mi realidad, gracias a ti descubrí que es amar y ser amada. Eternamente tuya B."
Cuando termine de expresar todos aquello que quisiera gritar a viva voz, note que lo escrito parecía más una carta a mi ser amado que una expresión solo de sentimientos. Cuando me había levante de la mesa en el comedor me sentía tan enojada y triste por tener que separarme de las única persona que he amado de verdad y que no podamos estar juntos que no pude evitar terminar escribiendo más que la verdad, no sé si fue el destino o mi conciencia que me impulso a hacer eso. Decisión, eso es lo que tenía que hacer ahora, si era lo correcto o no ya después se vería, estaba aburrida de tener que hacer lo que se supone es lo correcto y no lo que quiero, tras decidir ello, tome la carta, la metí en un sobre y la oculte entre mi ropa interior, baje las escaleras rápidamente teniendo cuidado el no tropezar. La busque rápidamente para no toparme con mi padre o con algún invitado indeseado.
-Esme, te he estado buscando, necesito que me hagas el ultimo favor, por favor te lo pido- le roge con el corazón, con los ojos y la voz, mientras sacaba la carta y se la tendía, ella vio de que se trataba y me miro directo a los ojos.
-Bella, cariño por favor, deja las cosas tal cual están.
-No Esme, no entiendes, Edward cree que no lo amo y que el tiempo que estuvimos juntos para mí fue solo como un pasatiempo, tú sabes que eso no es verdad, que lo amo como ha nadie.
-Pequeña lo sé, y por qué se aquello es que te pido que dejes las cosas como están, para que decir verdades dolorosas, si Edward sabe que lo amas nada conseguirás, tu padre nunca permitirá que estén juntos, hazlo por él y su seguridad, Edward es un chico fuerte y se repondrá-
-Por favor Esme, es lo último que te pido, hazlo por mí, más que sea para que conserve el mejor recuerdo de mi y que no piense que lo utilice, te lo ruego Esme- y como no había cambios en su rostro, no iba a ceder, comencé a llorar, llore por todo aquello que me afligía, por aquel amor que me estaba consumiendo el alma, por aquel amor que me destrozaba el corazón por no poder ser gritado a los cuatro vientos, llore por él y su propio sufrimiento, pero sobre todo llore por la vida que quisiera tener junto a él, caí al suelo por que ya no me podía las piernas, Esme rápidamente me abrazo y juntas estuvimos abrazadas, ella intento calmarme y de cierta manera lo consiguió, finalmente tomo la carta resignada, creo que más que nada porque realmente vio que estaba sufriendo al igual que Edward, ahora solo debía esperar su respuesta junto con su perdón.
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“Amistad”
-¡Esme, Esme!, por favor dime que haz traído una respuesta para mi, al menos no escrita, pero por favor ya no soporto más el pensar que ni eso quiere enviar para mí- le pregunte ansiosa, como lo hacia todos los días que llegaba a casa desde hace dos meses, si desde hace dos meses, dos meses que le entregue mi carta a Esme para Edward y los mismos dos meses desde que espero impaciente cualquier respuesta o señal de su parte.
-Lo siento pequeña, pero no ha dicho nada y sinceramente no creo que lo haga- fue la misma conclusión a la que yo había llegado, pero seguía preguntando aunque con menos esperanza.
Por otra parte algo extraño había sucedido, mi corazón estaba tan destrozado por su lejanía, por su silencio que de manera extraña Jacob, mi “prometido”, noto mi tristeza y de a poco comenzó a acercase a mí de forma preocupada y desinteresada. Intento sacarme muchas veces a caminar para dar un paseo, al principio mis respuestas siempre eran las mismas. ¡No, gracias!, pero cuando me invito al teatro, cosa que mi padre no me dejaba por que él encontraba que era un sitio para personas sin moral por que daban ideas a niñitas perdidas como yo, acepte, dándole una oportunidad para demostrarme que no era para nada como yo creí que era, su forma de ser es totalmente diferente a todos los niñitos ricos consentido de sus padres, él era más como yo, más tranquilo, soñador y desinteresado en el dinero, desde aquella invitación accedí a salir más con él, más que nada para poder despejar mi mente y no hundirme en el pozo negro de melancolía en la que me estaba sumiendo. Pasábamos las tardes entre los parques, la biblioteca, la librería, el teatro o simplemente conversando como dos grandes amigos, aprovechando siempre estar al aire libre, pues a pesar de que nos encontrábamos en invierno, el calor que hacia en el día era abrumador, por las noches se encontraba su contraparte, el hielo. Los expertos en el clima temían por la sequía que azotaría al país, pues las cosechas comenzarían a secarse, pero eso es otra cosa.
Jacob amablemente me acompañaba a las tediosas reuniones sociales que mi padre me obligaba a asistir para que no me sintiera tan sola y aburrida, escuche varias veces sin querer que las madres de mis “amistades” hablaban entre ellas diciendo que me veían muy feliz y al fin emocionalmente estable, referente a que es conocido por todos que desde que mi madre murió, mi actitud siempre a sido algo mas retraída y desinteresada en entablar alguna relación de pareja que conlleve al matrimonio, como debería de haberlo hecho ya una dama de mi edad, es decir, a punto de cumplir los dieciocho. Lo que ellas no sabían, es que todo el dolor lo llevo por dentro, el dolor que siento de estar lejos de Edward y sentirme rechazada por él es lo que me tiene mal, pero así como muy bien dicen, soy retraída con mis sentamientos, con mis emociones y jamás demostrare ante desconocidos la pena que me carcome a diario.
Si no fuera por Jacob que de vez en cuando me logra sonsacar una risa, olvidaría lo que es reír, pero no conseguía hacerme olvidarlo y dudo que alguien lo consiga.
Jacob llego como de costumbre por la tarde a visitarme y luego paseábamos por alguna plaza o por los alrededores por largas horas platicando como simples amigos hasta que llegaba mi padre y teníamos que hablar acerca de preparativos, invitaciones, decoración y otras cosas de la boda. Pero en particular esa tarde Jacob llego algo cabizbajo y por lo poco o casi nada común que era verlo así, me preocupe, me acerque a él tomando su rostro entre mis manos.
-Jake ¿Qué sucede?- estaba preocupada, realmente él se había ganado mi corazón y mi amistad a pulso, ya que en un principio siempre mi actitud era reacia, pero con su paciencia y entusiasmo consiguió poco a poco mi afecto y cariño, no el que merecería un prometido, pero era lo que podía ofrecerle.
-Nada pequeña- me dijo besando mi frente y entrando a mi casa –Estoy bien, solo que algo cansado, espero que no te moleste pero quisiera que hoy nos quedáramos aquí- y por supuesto que lo complacería, él siempre hacia de todo para subirme el animo y esta vez retribuiría a ello ayudándole.
-Jake no te preocupes, no tengo problemas en quedarme aquí si estás cansado podría hacerte un masaje si gustas- le ofrecí mientras me regalaba una linda sonrisa en forma de agradecimiento, pero su sonrisa no le llego sus ojos como de costumbre, lo que agrandaba mi preocupación. Jacob Estaba sentado en el sillón de la salita de estar, cuando lleve mis manos a sus hombros note que realmente estaba tenso, llevaba un buen rato en ello y aún no conseguía que se relajara cien por ciento, que era lo que yo quería así que acelere un poco, apretando mis manos un poco más, de pronto se levando asustándome un poco por lo repentino del acto.
-Jake, perdóname si te apreté o te lastime- le dije rápidamente por la torpeza que halla hecho para que se levantara, estaba cómodo y más relajado a como había llegado he hice que se pusiera tenso otra vez.
-Bella no te preocupes, no haz hecho nada, aunque quisieras lastimarme dudo que con tus manitos lo consigas- me regalo una pequeña sonrisa y me beso las manos –Solo me estaba preguntando si me harías un pequeño favor, claro esta si no te incomoda o molesta.
-Por supuesto Jacob, por ti lo que quieras- le dije sonriente para conseguir algo de felicidad en sus ojos apagados. Fue extraño, por que nada dijo, solo se limito a observarme, tomo mi rostro entre sus manos y poco a poco se acerco a mi, comencé a temblar ante ello pues sabia que vendría a continuación y aunque no estábamos juntos con Edward, me sentía mal engañándolo, besando otros labios que no fueran los suyos.
Jacob me miro directo a los ojos, escrutándolos, sin duda algo buscaba en ellos pero no sabia que, cerro sus ojos y me besó, fue extraño besar otros labios, no fue ni mejor ni peor, solo fue diferente, su aliento era una mezcla diferente entre madera y cítrico, diferente al sabor dulce y refrescante de Edward. El recordarlo causo una nuevamente una angustia en mi pecho, realmente lo necesitaba y seria una completa mentirosa si seguía negándolo –Edward- suspire, cuando Jacob tenso su agarre en mi rostro me di cuenta que había pensado en el nombre de mi amado pero en voz alta, me quede esperando la rabia de Jacob hacia mi, era insólito que su prometida dijera el nombre de otro hombre mientras te besan.
-Bella ¿Quién es Edward?- su voz estaba más angustiada que antes, me quería morir ¿en que momento me convertí en un monstruo? Hice sufrir a Edward y ahora lo estoy haciendo con Jacob.
-Jacob, discúlpame, no se en que estaba pensando- pero claro que lo sabia, solo de recordar esos suaves y dulces labios que me besaban como nadie lo haría me hacía temblar y pensar en él, en sus manos acariciándome, besándome dulce y apasionadamente, Jacob seguía mirándome y me ruborice ante mis pensamientos egoístas.
-Bella discúlpame a mi por mi imprudencia, no debí besarte, será mejor que me vaya- me beso la frente y salio de mi casa sin más, corrí a mi habitación a refugiarme nuevamente por la sarta de tonteras que estaba cometiendo últimamente, Jacob realmente ha sido muy bueno conmigo y lo que menos quiero es hacerlo sufrir.
-Bella- dijo Esme entrando a mi habitación –Tu padre aviso que no llegara a cenar para que no lo esperes- me dijo mientras entraba con la charola con la cena.
-Esme ¿no se que hacer?- le dije al borde de las lagrimas, dejo la bandeja en la mesita cerca de la ventana y me abrazo.
-Hija, todo pasa por algo, después de la tormenta sale el sol, no te aflijas más- mientras acariciaba mi cabello infundándome esperanzas.
-Pero Esme, hice sufrir a Edward y ahora hago lo mismo con Jacob, soy un monstruo de persona- le dije ya sin poder aguantarme las lagrimas.
-Cariño no se que a sucedido entre tu y Jacob para que te sientas así, pero no puedes corresponder a los sentimientos de todos, si Jacob esta enamorado de ti y tu no claramente el saldrá dañado pero no debes de recriminarte más las cosas, el amor no se impone o se obliga, solo se siente por quien el corazón reclama, si ese lugar le pertenece a mi hijo…- pero no continuo, levante mi vista para mirar esos ojos verdes tan similares a los que me paralizan el corazón.
-¿Si le pertenece que Esme?- necesitaba escuchar lo que pensaba, si tenia una solución a mi problema, gustosa lo acogería.
-Nada pequeña, será mejor que comas y descanses- fue por la bandeja de la cena, me beso los cabellos y salio.
No había visto a Jacob en toda esa semana, me sentía mal por ello, ya que de seguro estaba escapando de mi, mi padre me vio triste ya que sin Jacob había vuelto a mi tristeza y ahora era el doble, pues no tenia a Edward y tampoco tenia a mi amigo pero sobre todo me sentía mal por causarle dolor, le dije que era por que no había visto a Jacob ya que estaba acostumbrada a su compañía, lo que no era mentira, pero evitando otros detalles, él me explico que Jacob estaba teniendo mucho trabajo por consiguiente no podía venir tan seguido, sabia que era excusas pero le daría su espacio.
Desde aquel beso mi insistencia por saber si Edward se había comunicado volvió a crecer tras la ultima conversación con Esme, le preguntaba todas las mañanas como si no hubiese transcurrido tiempo desde que comencé a esperar su respuesta, todas las mañanas seguía la misma respuesta, ¡nada!, pero seguía insistido, el corazón me decía que no me rindiera, aquel beso con Jacob me corroboro que jamás podría llegar a amar a otra persona, por muy perfecta que fuera, yo necesitaba de Edward, de su perfección, esa perfección que nadie más que él podría darme.
Mi padre llego más temprano de lo acostumbrado, debido a que tenia que viajar al extranjero con suma urgencia, solo dijo que eran asuntos de trabajo, pero que no estaría sola ya que había hablado con Jacob quien en un par de días me visitaría y se fue, se veía algo nervioso así que no quise inmiscuirme, aprovecharía los días que el no estaba para leer al aire libre. Así pasaba mis tardes, preferentemente sumergida en la lectura que en la agonía y la tristeza. Pero al día siguiente cuando corrí por las escaleras para recibir a Esme me lleve una sorpresa, me miraba con cierta tristeza, se veía incomoda y deseosa de salir de ahí, pero como era de costumbre le pregunte por Edward, esta vez a diferencia de las otras veces se quedo en silencio y bajo su rostro, no sabia como interpretar aquello pero me asuste y mi corazón se acelero.
-Esme ¿Me ha enviado algo?- silencio- ¿que sucede?, Edward esta bien ¿verdad? no quería sonar histeria pero su reacción estaba provocando que comenzara a parecerlo.
-Si Bella…está bien… mmm... tengo cosas que hacer en la cocina- me dijo intentando zafarse de mí, pero no se lo permití y le impedí el paso.
-Esme, no me has contestado ¿Edward te envío algo esta vez?- y fue cuando me di cuenta de la razón por la cual mi corazón se acelero, por la esperanza, la minima esperanza de que esta vez si me había contestado.
-Bella, cariño no se si sea lo mejor, ¿por que no dejas las cosas así?- su brazo estaba tenso metido en su abrigo, y sus ojos rehuían los míos.
-Esme por favor- le suplique, ella me vio con tristeza y me tendió la carta, la sonrisa que se me dibujo en el rostro me sorprendió ya que hace mucho que no lo hacia, pero ésta se debilito cuando vi los ojos vidriosos de Esme que se retiro a la cocina. Subí corriendo a mi habitación temerosa ante la reacción de Esme, quizás yo estaba fantaseando el contenido de la carta en donde decía que mi Edward vendría por mi y me llevaría lejos de este país, solo nosotros dos luchando por este amor, o quizás así era y volví a sonreír, solo que a Esme no le parecía ya que tendría que alejarse de su hijo y temía por la reacción de mi padre cuando se enterara que nos habíamos escapado. Decidí dejar de especular, tome el sobre abrí la carta y volví a sonreír cuando descubrí aquella hermosa caligrafía.
“Bella
Por favor deja de insistirle a mi madre noticias de mi, si no lo he hecho es precisamente para alejarme de ti, no tengo nada de que perdonarte pero es mejor dejar las cosas como están. Necesito aunque sea intentar olvidarte Bella, es difícil, pero si no lo intento y me lo digo a diario a mi mismo no se como conseguir vivir, estos meses se han hecho sumamente difíciles vivirlos sin ti, intentar no saber de ti, hacer odios sordos a los comentarios que me llegan de ti y tu prometido paseando por la ciudad felices o yendo a reuniones que ambos están acostumbrados a asistir, me llena de celos, pero a la vez saber que él te hace feliz me hace querer seguir también adelante. Me hace daño amarte como te amo si nunca te tendré para mí y solo para mí. Las ilusiones que algún día tuve ya se perdieron, así que déjalas ahí por favor, no hagas que se vuelvan a unir para seguir sufriendo, tu te vas a casar y harás a alguien feliz, aunque quisiera con todo mi ser que esa felicidad fuera para mi, no lo es y debo aprender a vivir con ello, déjame intentar olvidarte o mejor dicho, aplacar este amor por favor. E”
«Déjame intentar olvidarte» era lo que se repetía en mi mente, solo esas tres simples frases pero que juntas, terminaron de quebrar mi corazón. Definitivamente por mi cobardía había perdido al hombre más maravilloso que podría llegar a conocer. Después de todo, debí de seguido el consejo de Esme y haber dejado las cosas como estaban, la esperanza de que Edward lucharía por nosotros era mejor consuelo que saber que quería olvidarme.
Estaba enojada conmigo misma y por consiguiente con el resto del mundo, necesitaba culpar a los demás por los errores que he cometido para calmar el dolor y por primera vez desde que mamá murió, me encerré en mi habitación con llave, para que nadie me molestara, cuando sintiera realmente la necesidad de comer lo haría, pero por el momento no había llegado, ya que la única necesidad era de aislarme de las personas para dejar de hacerles daño. Necesitaba hablar con Jacob para disculparme y ser sincera de una vez por todas y aunque fuese egoísta de mi parte dejaría que la decisión de si aún quería seguir con los planes de la boda la tomara él.
Como si fuese un lector de mentes Jacob llego a mi casa por la tarde, Esme llamo a mi puerta para avisar que Jacob me esperaba en el salón, como no quería dejar mi cuarto le pedí por favor que lo hiciera subir mi habitación. Cuando sonó nuevamente me levante para abrirla, al otro lado de la puerta se encontraba un tímido Jake mirándome triste y feliz a la vez, lo hice pasar rápidamente, ya que no quería que Esme se colara por la puerta, pues lo que menos quería en ese momento es que me recordara más de lo normal a Edward. Una vez dentro, me abalance sobre él para abrasarlo, realmente lo había extrañado.
-Jake ¿Por qué no habías venido a visitarme?- le pregunte aunque más bien parecía una recriminación así que me contuve para que no pensara que era una novia celosa y lo solté, tenia que mantener sus expectativas a raya así que me limite a sentarme en el silloncito que quedaba de espaldas a mi cama.
-Bella, necesitaba pensar y ordenar mi cabeza, ahora bien, necesito hablar de algo importante contigo- me dijo dando vueltas por la habitación sin mirarme mientras haciendo sonar los huesos de sus manos y cuello, realmente estaba nervioso.
-Jake, también necesito hablar contigo, tengo que contarte la verdad- movió sus labios en señal de interrumpirme, así que rápidamente lo acalle –No Jake, por favor déjame continuar es importante, necesito contarte la verdad de mis sentimientos, si después de que te cuente ya no quieres casarte conmigo prometo que lo entenderé.
-Bella ¿de que hablas?- estaba extrañado pero a la vez se veía un poco más relajado.
-Jake… yo…yo…-uf que difícil es poder decirle a alguien que te ama que tu no le correspondes a sus sentimientos -Yo no te amo Jake, si me estoy casando contigo es por mi padre, Edward, el nombre que salio de mis labios el día que me besaste es a quien realmente amo- dije rápidamente mientras me ruborizaba, mi padre definitivamente si estuviera aquí intentaría matarme por estar revelándole estas cosas a mi futuro marido, estaba tan nerviosa que no supe en que momento Jake me levando del sillón.
-Bella- dijo mientras me abrazaba con fuerza ¿podía sentirme peor de lo que me estoy sintiendo? Jake seguramente estaba dolido por mis palabras, que tonta fui, intentando hacer las cosas bien le dije la verdad, verdad que de seguro debí callar, cuando me separo de su abrazo dirigí mi vista tímidamente a su rostro en el que observe…
les recuerdo q el fic no es mio, espero q les guste
Bbra- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
QUE QUE QUE bella que obserbo noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo como es de mala la escritora por que me muero y me da algo queiro saber aunque creo que el le va a decir que el no la ama tengo esperanzas de eso
Irina Denali- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
me tinca quer Jacob tiene algo escondido tambien
Atal- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
yo quede igual q ustedes chiks
yo creo q jake tambien le tiene una noticia a bella
yo creo q jake tambien le tiene una noticia a bella
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
ohhhh
ya llegue y quede... uhhh
espero el otro
ya llegue y quede... uhhh
espero el otro
Zafrina- .
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
Buff... empezé ayer a leer el fic y me encantaa
Creo que Jake está en la misma situación que Bella, que no se quiere casar con ella . (aunque no sepa el motivo, pero alomejor quiere a otra chicaa ....ya me gustaria que fuese así )
Cuando puedas sube más capituloss!!
Creo que Jake está en la misma situación que Bella, que no se quiere casar con ella . (aunque no sepa el motivo, pero alomejor quiere a otra chicaa ....ya me gustaria que fuese así )
Cuando puedas sube más capituloss!!
Patriciaa- Cantidad de envíos : 12
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Re: Un amor en 1920 (Completo)
yo crteo q tiene otramina jajajosea esta enamorado de otra
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