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Atal
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
ok no te preocupes amiga en eso estoy a pesar del poco tiempo que me queda
Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
este capitulo estubo buenisimio el sue;o de edward bueno y me gusto lo q bella le escribio ojala publiques pronto otro capitulo lo voy a esperar ansiosa
vaneian08- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
Capitulo 4: “Hipnotizada”
BPOV
Llegue a casa después de tantas emociones en esta mañana, me sentía feliz de haber visto a Jacob, estaba igual, solo que ahora más hombre, estaba igual de bello que cuando niño. Pero la emoción más grande fue haber conocido a Edward Cullen, era perfecto, aunque no le conocía, lo que vi, sentí inmediatamente que era un buen chico. Además de bien parecido. Lo que me cautivo fue su timidez, como se sonrojaba como yo.
Llegue a casa y pedí un pizza para el almuerzo, para que comiéramos con Charlie. Estaba por llegar, estaba ansiosa de que llegara y contarle lo que me había pasado en el hospital y que me digiera más de Edward.
-¡Bella! Llegué ¿dónde estás?- Dijo mi padre al llegar a casa-
-¡Aquí papá en mi dormitorio! ¡Bajo inmediatamente!- Le conteste.-
Bajé las escaleras y me lancé a los brazos de Charlie saludándolo y dándole un beso en la mejilla por tanta emoción que me embargaba.
-parece que te fue bien en la entrevista- me dijo con curiosidad.
-¡Sí! Fue buena, empiezo el lunes a trabajar- le dije con emoción en mis palabras.
-¡qué bueno hija! Y ¿cómo te trato Carlisle?- Preguntó.
-él fue muy amable, me dio mucha confianza, fue como si ya nos conociéramos- le dije.
-me alegro mucho Bells, creo que él debe estar tan emocionado como tu, él tiene muchas expectativas contigo, ya que quiere lo mejor para el hospital- Me dijo con serenidad en su tono de voz. Y -¿qué más te sucedió? -Me preguntó como si supiera que tuve más emociones a parte de la entrevista.
-Bueno me encontré con Jacob, fue emocionante verlo después de tantos años, nos pusimos de acuerdo de salir el domingo- le dije con emoción.
-¿y nada más te sucedió?, te pregunto porque tienes una mirada que ayer no tenías- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Bueno papá, conocí a uno de los hijos de Carlisle- le dije sonrojándome.
-y ¿a quién de todos?- preguntó.
-Al que está a punto de salir de médico- le dije.
-Parece que te deslumbró Edward- rió.
-¡papá!.. Bueno es lindo- le dije sonriendo. –me pareció interesante- dije eso mordiéndome el labio inferior, sin percatarme que Charlie estaba con una sonrisa tan amplia que me dio a entender que le gustaba como me refería de Edward
-Edward es un buen muchacho, nunca a tenido novia, es un chico ejemplar, inteligente, buen hijo, intachable- me dijo mirándome.
-¿a caso papá me lo estas recomendando?- le pregunte sintiendo mis mejillas arder.
-Bueno hija, él es un buen partido y si te pareció interesante, no deberías negar a conocerlo mejor, ¿cierto?- me guiñó el ojo como aprobando su sugerencia.
-¿entonces estas de acuerdo que quiera conocer a Edward?- le pregunté.
-¡claro hija! Yo lo conozco hace tiempo y me encantaría que pudiesen ser más que simples amigos y colegas- me guiñó el ojo y tomó mis manos.
Nos sentamos, nos servimos la pizza que encargue y nos levantamos de la mesa mientras lavaba los platos y los cubiertos. Charlie se fue a descansar unos minutos antes de irse a su trabajo y yo me fui a mi dormitorio. Al rato se despidió desde abajo y yo le contesté.
Me tiré en mi cama y me vino a mi mente esos ojos tan hermosos de Edward, me vinieron sensaciones extrañas, pero me gustaba, cerré los ojos imaginándome sus manos tocarme, y su piel rozando la mía, me vino una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, abrí los ojos y sentí mis mejillas ardiendo y como mi respiración era más agitada.
-si fuera real este sueño- me dije sonriendo con ansiedad de verle de nuevo.
Era increíble lo que me había pasado con Edward, solo su mirada me cautivo inmediatamente, fue como un hechizo, ¿era a caso él la persona que esperaba encontrar? ¿era a caso el hombre que sería para toda la vida?, con solo pensar así mi cuerpo se tenso, no era de miedo, sino de placer al pensar que podía ser la posibilidad de estar para siempre con Edward.
Me quedé dormida pensando en Edward y comencé a soñar con él…
“Estaba sentada en un prado hermoso, lleno de flores silvestres, de pronto sentí detrás mío unas manos en mis hombros y unos suaves labios rozando mi cuello, sabía que era él, solo deje que hiciera lo que estaba dispuesto hacer, le tomé sus cabellos y me di vuelta para poder sentir sus labios en los míos, era dulce, tierno, nos devoramos con nuestras lenguas húmedas y jadeantes. Sentía que sus manos me acercaban hacía él y sentir como nuestros cuerpos reaccionaban, una de sus manos fueron a mis pechos para acariciándolos suavemente encima de mi blusa, sentía como con el tacto de sus manos empezaban a endurecerse y a erectarse mis pezones, sus labios no dejaban los míos, cuando bajaba por mi cuello y llegó a mi clavícula, sus manos luchaban con los botones de mi blusa para dejarme sin ella y así seguía besando mis hombros acariciándolos y bajando las tiras de mi brasier llegó al comienzo de mis pechos y sin más me lo quitó y besó mis pechos con locura, gemí de placer agarrando sus cabello, mi respiración era aun más agitada, mis manos reaccionaron e hicieron lo que deseaban que era tocarlo, le saque su camisa y bese su pecho que estaba deliciosamente marcado con un vientre duro y mis manos lo tocaban con desesperación y sin más llegué a la cremallera de su pantalón, y se lo bajé para liberar lo que quería salir, era enorme, solo suspiré y le miré con devoción, lo primero que hizo mi instinto fue llevar mis manos a él y acariciándolo, sentía como Edward gemía mi nombre y me tomaba de mis cabellos, sin más esperar me lo llevé a mi boca besándolo tragándomelo casi entero, ya que mi boca no era lo suficientemente grande para tenerlo entero ahí, salía y entraba sintiendo el exquisito sabor de su miembro. Estábamos extasiados, mi cuerpo lo reclamaba, le pedí que quería era sentirlo dentro de mí. Él sin más me sacó bragas y acaricio con sus dedos mi centro que estaba más que preparado para él, ya que estaba tan húmeda que Edward se mordió los labios con solo sentirme así, se posó encima de mí puso una pierna en uno de sus hombros y la otra rodeo su cintura y me folló suavemente, era mágica la sensación de tenerle así sentí como nuestros jugos se juntaban y al chocar en mi, sonaba nuestra fricción y era sensacional…”
De repente desperté agitada al escuchar mi teléfono sonar, quedé choqueada con el sueño que había tenido, era mi primer sueño tan real y con alguien real. Me levanté para coger mi fono y saber quien era, me sentí mojada entre mis piernas, y supe que había tenido un orgasmo con las imágenes de mi subconsciente.
Era Charlie para avisarme que no llegaría en la noche porque estaría arreglando algunos casos en la oficina. Así que me quedé tirada en la cama pensando que ponerme el día de mañana para la cena en la casa de los Cullen. Recorrí todo mi armario, que no era mucho, pero encontré un pantalón negro, era formal pero casual, una blusa azul petróleo con un escote que era especialmente para Edward, me reí al pensar eso, y encontré unos tacos, así estaba perfecto para estar un poco a la altura de Edward.
Quería deslumbrarlo, conquistarlo, al saber que nunca había tenido novia, era difícil entonces pensar que tenía alguna oportunidad con él, pero me la jugaría por completo hasta que él fuese mío, solo mío.
Me fui a bañar y me fui a la cama, nunca había deseado así a algún hombre, nadie me había llamado la atención de esa manera, ni de ninguna otra. Edward era el primero y el único, solo quería probar sus labios y tener su cuerpo solo para mí... En mis sueños se veía perfecto, pero no me importaba si era todo lo contrario en la realidad, lo quería solo a el. Y no importaba nada.
Desperté con la llegada de Charlie, pero solo sentí que entró a su dormitorio y no lo sentí más, supuse que estaría durmiendo después de una noche llena de trabajo. Desconocía mucho de la vida de mi padre, así que no sabía que en una de esas tuviera una pareja por ahí, pero me encantaría que la tuviera. Había estado mucho tiempo solo.
Me levanté me hice desayuno y me fui a la sala a ver televisión. De repente sonó el teléfono y atendí.
-¡aló! ¿Quién habla? -Pregunte.
-¿Bella?, soy yo Jacob- me dijo
-¡Jacob!, que alegría- le dije con emoción.
-No hallaba la hora de poder conversar contigo, Bella- me dijo ¿podemos vernos hoy y no mañana?
-No puede ser Jacob- le dije. – hoy tenemos una cena en la casa de lo Cullen con mi papá y será una tarde llena de arreglo.
-¿a sí? ¿Irán a cenar?- preguntó con cierto desencanto en su voz.
-Sí, Carlisle nos invitó ayer después de mi entrevista, además sé que con mi padre son muy amigos, así que acepte de inmediato- le dije.
-¿y ya conociste a alguno de sus hijos?- me preguntó.
-En verdad de pasada conocí a Edward- le conteste. Si me hubiera visto vería como estaban mis mejillas de rojas con solo decir el nombre de mi dios.
-¡Ah Edward! Sí es uno de mis mejores amigos, hemos ido a la misma universidad, así que lo conozco muy bien- me dijo.
-¿así? Que bueno que lo conozcas, así podré contar contigo…- le dije riéndome.
-¿perdón? ¿Contar conmigo?- me dijo riendo -¿para qué?
-mmm, bueno para conquistarlo- le dije con timidez.
-¿te gusta sin conocerlo?- me dijo.
-Bueno es lindo y he recibido buenas recomendaciones- le dije.
Bueno entonces debes hacer lo que dicta el corazón- me dijo. – Edward es un buen muchacho, un muy buen amigo, se merece una mujer como tu a su lado, no se le ha conocido ninguna novia, así que si logras conquistarlo serás la única.
-Gracias Jack, me halaga tus palabras- le dije. -No sé si seré la ideal para él, pero sé que me gusta con solo verle- ¿entonces puedo contar contigo?
-¡Claro! Puedes contar conmigo, Edward esun buen chico y estaría feliz viéndolo contigo- dijo.
-entonces nos vemos el domingo Jack, te espero, beso- le dije.
-Bye Bella, nos vemos el domingo, que te vaya bien en la cena- se despidió con un tono de decepción.
Estuve toda la mañana nerviosa, estuve ordenando mis cosas que aun las tenía en cajas, después almorzamos con Charlie, lave los cubiertos después de eso y me fui a mi dormitorio para dormir un poco antes de arreglarme para la cena con los Cullen.
Llegó la hora de irnos con mi padre hasta la casa de lo Cullen, estaba muy nerviosa con solo saber que él estaría ahí y lo vería de nuevo.
Bajamos de la patrulla de papá y tocamos el timbre de la mansión, sí, parecía una mansión. LA casa de los Cullen era de tres pisos llenos de ventanales, era hermosa a comparación de la casa de Charlie, pero al entrar era aun más hermosa. Era muy clara, decoradamente entre lo antiguo y lo moderno, había un contraste. Nos recibió Carlisle dándonos la bienvenida y nos guió a la sala. Yo estaba embobada con todas las cosas que tenían, realmente era hermosa. En algún momento de me olvido el nerviosismo que tenía con lo deslumbrada que estaba admirando la casa. De pronto escuche voces que venían hacia nosotros y me di vuelta y lo ví.
Edward Cullen se veía divino con unos pantalones negros de tela y una camisa sin abotonarse en el pecho de color crema, se veía apetecible en especial al ver parte de su pecho descubierto, estaba supongo con su madre, una mujer joven con una sonrisa angelical, con un rostro que solo infundía amor y ternura.
-Charlie, Bella, ¡Bienvenidos!- dijo Edward, dándome un beso en la mejilla. Sentí mi rostro arder al ver que él también reaccionó igual. El sentir sus labios en mi mejilla, sentí como una corriente corrió por mi cuerpo. Era fascinante, verle como le contestaba a Charlie sobre su futuro examen.
De pronto vi venir a ser pequeño con un vestido verde con unos cabellos cortos como duendecillo, con un rostro hermoso y con los mismos ojos de Edward.
-Bueno como nadie me presenta, me presento yo- dijo acercándose a Bella - ¡Soy Alice, hermana menor de Edward! Es un placer conocerte- dijo abrazándome tomándome de los hombros. -Él es Jasper mi novio-
-Soy Bella, es un gusto Alice y Jasper- Dije.
-Bella ella es mi madre, Esme, Esme ella es Bella- me presentó Edward.
Esme me abrazó y me dio un beso en la mejilla, era muy tierna -Es un gusto señora, Charlie me ha hablado mucho de ustedes y de lo cálidos que son y creo que tenía razón. Dije con mucha pasión dándole una mirada a mi dios que tenía en frente.
-Que bueno que tengas una buena impresión de nosotros, así como nos vez, somos, dijo Esme.
Esme dijo que pasáramos a la mesa que ya la cena estaba lista, así que nos dirigimos todos y nos sentamos, Edward se sentó frente a mi, Alice al lado de Jasper, Charlie frente a Carlisle al lado mío y Esme frente a Charlie. La cena fue hermosa, comimos todos riéndonos, contando nuestras anécdotas, hablamos de partidos de béisbol, hasta que salió el tema de parejas. Sentí a Edward tensarse cuando hable del tema.
-¿Así que no tienes novia Edward?- Dije dándole una mirada entre ojos.
-No, aun no- contestó todo tímido agachando la cabeza.
Todos se callaron al escuchar lo que estábamos diciendo y Charlie y Carlisle se estaban riendo junto con Esme como cómplices de algo.
-¿Supongo que tu dejaste tu novio en Andrew?- preguntó con curiosidad.
-Reí antes de contestar, ¡Nop! No deje a nadie, espero encontrarlo aquí- dije levantando la mirada hacia él sonrojándome levemente mis mejillas.
Edward se quedó en silencio solo me miró con una sonrisa hermosa en su rostro y una mirada de esperanzas.
Esme se levantó diciendo – es la hora del postre, ¿Por qué mejor no vamos a la sala de música a escuchar una nueva composición de Edward?-
Edward miró con asombro a su mamá por sus palabras, yo me levanté y Edward me dirigió a la sala, me senté en uno de los sofás frente a Edward, al mirarlo me sonrió. Él se sentó en el banco del piano y el resto me acompañó en los lugares de mi lado. Sin dejar de mirarme puso sus manos en las teclas y comenzó a tocar, sus manos fluían con libertad, sus ojos se penetraban en los míos, mi respiración era agitada. Al terminar la pieza quedé hipnotizada por su talento y por lo hermosa pieza musical. Sentí como los aplausos de su familia y los de Charlie eran sinceros. Yo no dije nada solo lo miraba, les dio las gracias y Carlisle los llevó a la sala. Yo no me moví de donde estaba.
-¡Fue hermoso!- Susurré desde donde estaba.
Se percató que yo estaba ahí y que estábamos solos. Me miró y preguntó -¿Te gustó?
-Sí y mucho, no sabía que tocabas piano y menos que fueses compositor- Le dije con asombro.
-Es mi hobbie favorito, pero hace mucho que no componía, no había tenido inspiración- me dijo.
-¿Y por qué ahora compusiste?- Pregunté con curiosidad. ¿A caso tienes una musa de inspiración?
-Me inspiran muchas cosas, pero para esta me inspiró un rostro hermoso que conocí, como de una muñeca, con los ojos más hermosos que jamás había conocido- Me dijo sin dejar de mirarme. Dándome a entender que era yo su musa inspiradora.
-Debe sentirse orgullosa esa musa que tienes, por lo hermoso que le has compuesto- le dije sin dejar mirarlo acercándome cada vez más cerca de él.
-Yo soy el orgulloso de haber tenido la oportunidad de haberla conocido y de enamorarme de su hermoso rostro- me confesó sin temor.
-¿Te enamoraste de ella? ¿Sin conocerla?- Le dije ya a casi a pocos centímetros de mi rostro.
-Creo que sí, me hipnotizó con sus ojos, aunque creo que cuando la conozca más me enamoraré de todo de ella- me dijo agitando mi pecho casi jadeando por lo cerca que estábamos.
-¿Y ella siente lo mismo?- Le pregunté.
-Aun no lo sé, pero de todos modos la conquistaré y será mía, solo mía, para siempre- Me dijo casi rozando mis labios.
-¿Estas seguro que la podrás conquistar?- Dije ya casi sintiendo sus labios encima de los míos.
-¡Sí! Estoy seguro- me dijo alejándose de mí -Mejor vamos a la sala con el resto antes que nos vengan buscar- me tomó la mano y nos fuimos.
Al sentir mis manos entre las suyas otra vez la corriente sentí por mi cuerpo, más cuando puso sus dedos entre los míos, sus dedos eran largos, su piel cálida. Estaba en las nubes. Me puse nerviosa al ver las miradas de todos cuando llegamos a la sala de la mano ya que todos nos miraban con asombro.
Estaban todos ya instalados para ponernos a ver una película, me senté al lado de mi papá y Edward al otro lado, al sentarnos nos soltamos de las manos. Al sentir que no tenía sus manos, me vino una sensación de vacío. Apagaron las luces y nos acomodamos, nos quedamos quietitos y vi que Edward se cruzó de brazos, yo sin pensarlo puse mi mano por debajo de sus brazos y le tomé la mano y nos acariciamos por más de la mitad de la película. No dijimos nada, solo estábamos sintiendo nuestros roces tiernos. De repente pensé en que esa era la oportunidad de decirle lo que estaba sintiendo, me levante y le pregunte a
Alice que me llevara al baño, lo hizo y no me demoré nada.
Dentro de él, saque mi libreta y un lápiz y escribí:
Edward,
No quiero que pienses que soy de esas mujeres sueltas y atrevidas, pero desde que te vi ayer en el hospital, no sé lo que me pasa, pero me vienes a todo momento, tu sonrisa, tus cabellos, tus labios, todo. Nunca he tenido novio, pero creo que esto es algo nuevo.
El roce de tu mano en la mía ha sido la sensación más hermosa que he sentido en mi vida.
¿Cómo me gustaría ser tu musa inspiradora de tan hermosa melodía?
Espero que tengas una buena impresión de mi persona, solo quiero que sepas que pienso en ti en ti en cada momento desde que te conocí por primera vez en el día de ayer.
Duerme bien y sueña conmigo como lo haré yo contigo,
Bella.
Salí del baño y volvimos rápidamente a mi lugar, llevaba la nota entre mis manos y volví a mi posición de mis manos. Le entregué la nota en sus manos a escondidas y seguimos con nuestras manos tomadas. Él disimuladamente la guardó entre sus pantalones. Ni siquiera nos mirábamos, solo nos tocábamos.
Llegó el final de la película y mi papá se levantó y dijo que era hora de irnos.
Me acerqué a Edward, lo miré y le susurré en el oído –Léela- me despedí dándole un beso en la comisura de sus labios. Estuve a punto de besarlo, ahí sí que no sé que hubiese pasado después.
Nos fuimos a casa y me fui en silencio pero con una sonrisa en mi rostro que no me la quitaba nadie. Charlie se percató de eso.
-¿parece que te gustó la familia Cullen?- Dijo.
-Sí, son muy agradables- dije sin mirarle.
-Edward y tu se ven hermosos juntos- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Papá ¿tu crees? ¿a caso te gusta para mí?- le dije.
-Hija tu sabes que tienes mi consentimiento con Edward, así que no lo dudes, a él quiero para ti, lo conozco desde que llegaron a Fork y es como tu lo vez, un chico sano, inteligente, buena persona, así que no debes preocuparte de lo que pienso yo. Solo deja llevarte por tus sentimientos y si son correspondidos mejor aún- me dijo guiñándome el ojo.
-Gracias papá, me haces muy feliz- le dije.
Llegamos a la casa, me despedí de Charlie y me fui a mi dormitorio. Me puse mi ropa de dormir y me quede dormida pensando en Edward y si ya habría leído mi nota y mi declaración. Ahora sabía más que nada que quería a Edward solo para mí. Solo mío.
Llegue a casa después de tantas emociones en esta mañana, me sentía feliz de haber visto a Jacob, estaba igual, solo que ahora más hombre, estaba igual de bello que cuando niño. Pero la emoción más grande fue haber conocido a Edward Cullen, era perfecto, aunque no le conocía, lo que vi, sentí inmediatamente que era un buen chico. Además de bien parecido. Lo que me cautivo fue su timidez, como se sonrojaba como yo.
Llegue a casa y pedí un pizza para el almuerzo, para que comiéramos con Charlie. Estaba por llegar, estaba ansiosa de que llegara y contarle lo que me había pasado en el hospital y que me digiera más de Edward.
-¡Bella! Llegué ¿dónde estás?- Dijo mi padre al llegar a casa-
-¡Aquí papá en mi dormitorio! ¡Bajo inmediatamente!- Le conteste.-
Bajé las escaleras y me lancé a los brazos de Charlie saludándolo y dándole un beso en la mejilla por tanta emoción que me embargaba.
-parece que te fue bien en la entrevista- me dijo con curiosidad.
-¡Sí! Fue buena, empiezo el lunes a trabajar- le dije con emoción en mis palabras.
-¡qué bueno hija! Y ¿cómo te trato Carlisle?- Preguntó.
-él fue muy amable, me dio mucha confianza, fue como si ya nos conociéramos- le dije.
-me alegro mucho Bells, creo que él debe estar tan emocionado como tu, él tiene muchas expectativas contigo, ya que quiere lo mejor para el hospital- Me dijo con serenidad en su tono de voz. Y -¿qué más te sucedió? -Me preguntó como si supiera que tuve más emociones a parte de la entrevista.
-Bueno me encontré con Jacob, fue emocionante verlo después de tantos años, nos pusimos de acuerdo de salir el domingo- le dije con emoción.
-¿y nada más te sucedió?, te pregunto porque tienes una mirada que ayer no tenías- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Bueno papá, conocí a uno de los hijos de Carlisle- le dije sonrojándome.
-y ¿a quién de todos?- preguntó.
-Al que está a punto de salir de médico- le dije.
-Parece que te deslumbró Edward- rió.
-¡papá!.. Bueno es lindo- le dije sonriendo. –me pareció interesante- dije eso mordiéndome el labio inferior, sin percatarme que Charlie estaba con una sonrisa tan amplia que me dio a entender que le gustaba como me refería de Edward
-Edward es un buen muchacho, nunca a tenido novia, es un chico ejemplar, inteligente, buen hijo, intachable- me dijo mirándome.
-¿a caso papá me lo estas recomendando?- le pregunte sintiendo mis mejillas arder.
-Bueno hija, él es un buen partido y si te pareció interesante, no deberías negar a conocerlo mejor, ¿cierto?- me guiñó el ojo como aprobando su sugerencia.
-¿entonces estas de acuerdo que quiera conocer a Edward?- le pregunté.
-¡claro hija! Yo lo conozco hace tiempo y me encantaría que pudiesen ser más que simples amigos y colegas- me guiñó el ojo y tomó mis manos.
Nos sentamos, nos servimos la pizza que encargue y nos levantamos de la mesa mientras lavaba los platos y los cubiertos. Charlie se fue a descansar unos minutos antes de irse a su trabajo y yo me fui a mi dormitorio. Al rato se despidió desde abajo y yo le contesté.
Me tiré en mi cama y me vino a mi mente esos ojos tan hermosos de Edward, me vinieron sensaciones extrañas, pero me gustaba, cerré los ojos imaginándome sus manos tocarme, y su piel rozando la mía, me vino una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, abrí los ojos y sentí mis mejillas ardiendo y como mi respiración era más agitada.
-si fuera real este sueño- me dije sonriendo con ansiedad de verle de nuevo.
Era increíble lo que me había pasado con Edward, solo su mirada me cautivo inmediatamente, fue como un hechizo, ¿era a caso él la persona que esperaba encontrar? ¿era a caso el hombre que sería para toda la vida?, con solo pensar así mi cuerpo se tenso, no era de miedo, sino de placer al pensar que podía ser la posibilidad de estar para siempre con Edward.
Me quedé dormida pensando en Edward y comencé a soñar con él…
“Estaba sentada en un prado hermoso, lleno de flores silvestres, de pronto sentí detrás mío unas manos en mis hombros y unos suaves labios rozando mi cuello, sabía que era él, solo deje que hiciera lo que estaba dispuesto hacer, le tomé sus cabellos y me di vuelta para poder sentir sus labios en los míos, era dulce, tierno, nos devoramos con nuestras lenguas húmedas y jadeantes. Sentía que sus manos me acercaban hacía él y sentir como nuestros cuerpos reaccionaban, una de sus manos fueron a mis pechos para acariciándolos suavemente encima de mi blusa, sentía como con el tacto de sus manos empezaban a endurecerse y a erectarse mis pezones, sus labios no dejaban los míos, cuando bajaba por mi cuello y llegó a mi clavícula, sus manos luchaban con los botones de mi blusa para dejarme sin ella y así seguía besando mis hombros acariciándolos y bajando las tiras de mi brasier llegó al comienzo de mis pechos y sin más me lo quitó y besó mis pechos con locura, gemí de placer agarrando sus cabello, mi respiración era aun más agitada, mis manos reaccionaron e hicieron lo que deseaban que era tocarlo, le saque su camisa y bese su pecho que estaba deliciosamente marcado con un vientre duro y mis manos lo tocaban con desesperación y sin más llegué a la cremallera de su pantalón, y se lo bajé para liberar lo que quería salir, era enorme, solo suspiré y le miré con devoción, lo primero que hizo mi instinto fue llevar mis manos a él y acariciándolo, sentía como Edward gemía mi nombre y me tomaba de mis cabellos, sin más esperar me lo llevé a mi boca besándolo tragándomelo casi entero, ya que mi boca no era lo suficientemente grande para tenerlo entero ahí, salía y entraba sintiendo el exquisito sabor de su miembro. Estábamos extasiados, mi cuerpo lo reclamaba, le pedí que quería era sentirlo dentro de mí. Él sin más me sacó bragas y acaricio con sus dedos mi centro que estaba más que preparado para él, ya que estaba tan húmeda que Edward se mordió los labios con solo sentirme así, se posó encima de mí puso una pierna en uno de sus hombros y la otra rodeo su cintura y me folló suavemente, era mágica la sensación de tenerle así sentí como nuestros jugos se juntaban y al chocar en mi, sonaba nuestra fricción y era sensacional…”
De repente desperté agitada al escuchar mi teléfono sonar, quedé choqueada con el sueño que había tenido, era mi primer sueño tan real y con alguien real. Me levanté para coger mi fono y saber quien era, me sentí mojada entre mis piernas, y supe que había tenido un orgasmo con las imágenes de mi subconsciente.
Era Charlie para avisarme que no llegaría en la noche porque estaría arreglando algunos casos en la oficina. Así que me quedé tirada en la cama pensando que ponerme el día de mañana para la cena en la casa de los Cullen. Recorrí todo mi armario, que no era mucho, pero encontré un pantalón negro, era formal pero casual, una blusa azul petróleo con un escote que era especialmente para Edward, me reí al pensar eso, y encontré unos tacos, así estaba perfecto para estar un poco a la altura de Edward.
Quería deslumbrarlo, conquistarlo, al saber que nunca había tenido novia, era difícil entonces pensar que tenía alguna oportunidad con él, pero me la jugaría por completo hasta que él fuese mío, solo mío.
Me fui a bañar y me fui a la cama, nunca había deseado así a algún hombre, nadie me había llamado la atención de esa manera, ni de ninguna otra. Edward era el primero y el único, solo quería probar sus labios y tener su cuerpo solo para mí... En mis sueños se veía perfecto, pero no me importaba si era todo lo contrario en la realidad, lo quería solo a el. Y no importaba nada.
Desperté con la llegada de Charlie, pero solo sentí que entró a su dormitorio y no lo sentí más, supuse que estaría durmiendo después de una noche llena de trabajo. Desconocía mucho de la vida de mi padre, así que no sabía que en una de esas tuviera una pareja por ahí, pero me encantaría que la tuviera. Había estado mucho tiempo solo.
Me levanté me hice desayuno y me fui a la sala a ver televisión. De repente sonó el teléfono y atendí.
-¡aló! ¿Quién habla? -Pregunte.
-¿Bella?, soy yo Jacob- me dijo
-¡Jacob!, que alegría- le dije con emoción.
-No hallaba la hora de poder conversar contigo, Bella- me dijo ¿podemos vernos hoy y no mañana?
-No puede ser Jacob- le dije. – hoy tenemos una cena en la casa de lo Cullen con mi papá y será una tarde llena de arreglo.
-¿a sí? ¿Irán a cenar?- preguntó con cierto desencanto en su voz.
-Sí, Carlisle nos invitó ayer después de mi entrevista, además sé que con mi padre son muy amigos, así que acepte de inmediato- le dije.
-¿y ya conociste a alguno de sus hijos?- me preguntó.
-En verdad de pasada conocí a Edward- le conteste. Si me hubiera visto vería como estaban mis mejillas de rojas con solo decir el nombre de mi dios.
-¡Ah Edward! Sí es uno de mis mejores amigos, hemos ido a la misma universidad, así que lo conozco muy bien- me dijo.
-¿así? Que bueno que lo conozcas, así podré contar contigo…- le dije riéndome.
-¿perdón? ¿Contar conmigo?- me dijo riendo -¿para qué?
-mmm, bueno para conquistarlo- le dije con timidez.
-¿te gusta sin conocerlo?- me dijo.
-Bueno es lindo y he recibido buenas recomendaciones- le dije.
Bueno entonces debes hacer lo que dicta el corazón- me dijo. – Edward es un buen muchacho, un muy buen amigo, se merece una mujer como tu a su lado, no se le ha conocido ninguna novia, así que si logras conquistarlo serás la única.
-Gracias Jack, me halaga tus palabras- le dije. -No sé si seré la ideal para él, pero sé que me gusta con solo verle- ¿entonces puedo contar contigo?
-¡Claro! Puedes contar conmigo, Edward esun buen chico y estaría feliz viéndolo contigo- dijo.
-entonces nos vemos el domingo Jack, te espero, beso- le dije.
-Bye Bella, nos vemos el domingo, que te vaya bien en la cena- se despidió con un tono de decepción.
Estuve toda la mañana nerviosa, estuve ordenando mis cosas que aun las tenía en cajas, después almorzamos con Charlie, lave los cubiertos después de eso y me fui a mi dormitorio para dormir un poco antes de arreglarme para la cena con los Cullen.
Llegó la hora de irnos con mi padre hasta la casa de lo Cullen, estaba muy nerviosa con solo saber que él estaría ahí y lo vería de nuevo.
Bajamos de la patrulla de papá y tocamos el timbre de la mansión, sí, parecía una mansión. LA casa de los Cullen era de tres pisos llenos de ventanales, era hermosa a comparación de la casa de Charlie, pero al entrar era aun más hermosa. Era muy clara, decoradamente entre lo antiguo y lo moderno, había un contraste. Nos recibió Carlisle dándonos la bienvenida y nos guió a la sala. Yo estaba embobada con todas las cosas que tenían, realmente era hermosa. En algún momento de me olvido el nerviosismo que tenía con lo deslumbrada que estaba admirando la casa. De pronto escuche voces que venían hacia nosotros y me di vuelta y lo ví.
Edward Cullen se veía divino con unos pantalones negros de tela y una camisa sin abotonarse en el pecho de color crema, se veía apetecible en especial al ver parte de su pecho descubierto, estaba supongo con su madre, una mujer joven con una sonrisa angelical, con un rostro que solo infundía amor y ternura.
-Charlie, Bella, ¡Bienvenidos!- dijo Edward, dándome un beso en la mejilla. Sentí mi rostro arder al ver que él también reaccionó igual. El sentir sus labios en mi mejilla, sentí como una corriente corrió por mi cuerpo. Era fascinante, verle como le contestaba a Charlie sobre su futuro examen.
De pronto vi venir a ser pequeño con un vestido verde con unos cabellos cortos como duendecillo, con un rostro hermoso y con los mismos ojos de Edward.
-Bueno como nadie me presenta, me presento yo- dijo acercándose a Bella - ¡Soy Alice, hermana menor de Edward! Es un placer conocerte- dijo abrazándome tomándome de los hombros. -Él es Jasper mi novio-
-Soy Bella, es un gusto Alice y Jasper- Dije.
-Bella ella es mi madre, Esme, Esme ella es Bella- me presentó Edward.
Esme me abrazó y me dio un beso en la mejilla, era muy tierna -Es un gusto señora, Charlie me ha hablado mucho de ustedes y de lo cálidos que son y creo que tenía razón. Dije con mucha pasión dándole una mirada a mi dios que tenía en frente.
-Que bueno que tengas una buena impresión de nosotros, así como nos vez, somos, dijo Esme.
Esme dijo que pasáramos a la mesa que ya la cena estaba lista, así que nos dirigimos todos y nos sentamos, Edward se sentó frente a mi, Alice al lado de Jasper, Charlie frente a Carlisle al lado mío y Esme frente a Charlie. La cena fue hermosa, comimos todos riéndonos, contando nuestras anécdotas, hablamos de partidos de béisbol, hasta que salió el tema de parejas. Sentí a Edward tensarse cuando hable del tema.
-¿Así que no tienes novia Edward?- Dije dándole una mirada entre ojos.
-No, aun no- contestó todo tímido agachando la cabeza.
Todos se callaron al escuchar lo que estábamos diciendo y Charlie y Carlisle se estaban riendo junto con Esme como cómplices de algo.
-¿Supongo que tu dejaste tu novio en Andrew?- preguntó con curiosidad.
-Reí antes de contestar, ¡Nop! No deje a nadie, espero encontrarlo aquí- dije levantando la mirada hacia él sonrojándome levemente mis mejillas.
Edward se quedó en silencio solo me miró con una sonrisa hermosa en su rostro y una mirada de esperanzas.
Esme se levantó diciendo – es la hora del postre, ¿Por qué mejor no vamos a la sala de música a escuchar una nueva composición de Edward?-
Edward miró con asombro a su mamá por sus palabras, yo me levanté y Edward me dirigió a la sala, me senté en uno de los sofás frente a Edward, al mirarlo me sonrió. Él se sentó en el banco del piano y el resto me acompañó en los lugares de mi lado. Sin dejar de mirarme puso sus manos en las teclas y comenzó a tocar, sus manos fluían con libertad, sus ojos se penetraban en los míos, mi respiración era agitada. Al terminar la pieza quedé hipnotizada por su talento y por lo hermosa pieza musical. Sentí como los aplausos de su familia y los de Charlie eran sinceros. Yo no dije nada solo lo miraba, les dio las gracias y Carlisle los llevó a la sala. Yo no me moví de donde estaba.
-¡Fue hermoso!- Susurré desde donde estaba.
Se percató que yo estaba ahí y que estábamos solos. Me miró y preguntó -¿Te gustó?
-Sí y mucho, no sabía que tocabas piano y menos que fueses compositor- Le dije con asombro.
-Es mi hobbie favorito, pero hace mucho que no componía, no había tenido inspiración- me dijo.
-¿Y por qué ahora compusiste?- Pregunté con curiosidad. ¿A caso tienes una musa de inspiración?
-Me inspiran muchas cosas, pero para esta me inspiró un rostro hermoso que conocí, como de una muñeca, con los ojos más hermosos que jamás había conocido- Me dijo sin dejar de mirarme. Dándome a entender que era yo su musa inspiradora.
-Debe sentirse orgullosa esa musa que tienes, por lo hermoso que le has compuesto- le dije sin dejar mirarlo acercándome cada vez más cerca de él.
-Yo soy el orgulloso de haber tenido la oportunidad de haberla conocido y de enamorarme de su hermoso rostro- me confesó sin temor.
-¿Te enamoraste de ella? ¿Sin conocerla?- Le dije ya a casi a pocos centímetros de mi rostro.
-Creo que sí, me hipnotizó con sus ojos, aunque creo que cuando la conozca más me enamoraré de todo de ella- me dijo agitando mi pecho casi jadeando por lo cerca que estábamos.
-¿Y ella siente lo mismo?- Le pregunté.
-Aun no lo sé, pero de todos modos la conquistaré y será mía, solo mía, para siempre- Me dijo casi rozando mis labios.
-¿Estas seguro que la podrás conquistar?- Dije ya casi sintiendo sus labios encima de los míos.
-¡Sí! Estoy seguro- me dijo alejándose de mí -Mejor vamos a la sala con el resto antes que nos vengan buscar- me tomó la mano y nos fuimos.
Al sentir mis manos entre las suyas otra vez la corriente sentí por mi cuerpo, más cuando puso sus dedos entre los míos, sus dedos eran largos, su piel cálida. Estaba en las nubes. Me puse nerviosa al ver las miradas de todos cuando llegamos a la sala de la mano ya que todos nos miraban con asombro.
Estaban todos ya instalados para ponernos a ver una película, me senté al lado de mi papá y Edward al otro lado, al sentarnos nos soltamos de las manos. Al sentir que no tenía sus manos, me vino una sensación de vacío. Apagaron las luces y nos acomodamos, nos quedamos quietitos y vi que Edward se cruzó de brazos, yo sin pensarlo puse mi mano por debajo de sus brazos y le tomé la mano y nos acariciamos por más de la mitad de la película. No dijimos nada, solo estábamos sintiendo nuestros roces tiernos. De repente pensé en que esa era la oportunidad de decirle lo que estaba sintiendo, me levante y le pregunte a
Alice que me llevara al baño, lo hizo y no me demoré nada.
Dentro de él, saque mi libreta y un lápiz y escribí:
Edward,
No quiero que pienses que soy de esas mujeres sueltas y atrevidas, pero desde que te vi ayer en el hospital, no sé lo que me pasa, pero me vienes a todo momento, tu sonrisa, tus cabellos, tus labios, todo. Nunca he tenido novio, pero creo que esto es algo nuevo.
El roce de tu mano en la mía ha sido la sensación más hermosa que he sentido en mi vida.
¿Cómo me gustaría ser tu musa inspiradora de tan hermosa melodía?
Espero que tengas una buena impresión de mi persona, solo quiero que sepas que pienso en ti en ti en cada momento desde que te conocí por primera vez en el día de ayer.
Duerme bien y sueña conmigo como lo haré yo contigo,
Bella.
Salí del baño y volvimos rápidamente a mi lugar, llevaba la nota entre mis manos y volví a mi posición de mis manos. Le entregué la nota en sus manos a escondidas y seguimos con nuestras manos tomadas. Él disimuladamente la guardó entre sus pantalones. Ni siquiera nos mirábamos, solo nos tocábamos.
Llegó el final de la película y mi papá se levantó y dijo que era hora de irnos.
Me acerqué a Edward, lo miré y le susurré en el oído –Léela- me despedí dándole un beso en la comisura de sus labios. Estuve a punto de besarlo, ahí sí que no sé que hubiese pasado después.
Nos fuimos a casa y me fui en silencio pero con una sonrisa en mi rostro que no me la quitaba nadie. Charlie se percató de eso.
-¿parece que te gustó la familia Cullen?- Dijo.
-Sí, son muy agradables- dije sin mirarle.
-Edward y tu se ven hermosos juntos- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-Papá ¿tu crees? ¿a caso te gusta para mí?- le dije.
-Hija tu sabes que tienes mi consentimiento con Edward, así que no lo dudes, a él quiero para ti, lo conozco desde que llegaron a Fork y es como tu lo vez, un chico sano, inteligente, buena persona, así que no debes preocuparte de lo que pienso yo. Solo deja llevarte por tus sentimientos y si son correspondidos mejor aún- me dijo guiñándome el ojo.
-Gracias papá, me haces muy feliz- le dije.
Llegamos a la casa, me despedí de Charlie y me fui a mi dormitorio. Me puse mi ropa de dormir y me quede dormida pensando en Edward y si ya habría leído mi nota y mi declaración. Ahora sabía más que nada que quería a Edward solo para mí. Solo mío.
Espero que les guste
espero sus comentarios
besitos
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Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18)
Hola me encanto el capitulo se va alternado los capitulos desde el punto de vista de Edward y el de Bella eso me gusta haci podemos saber que piensa cada uno de la situacion bueno sige haci y para cuando el proximo capitulo no tardes demaciado ok
bueno hasta pronto
y les dejo muchos
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alejandra_vazquez88- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
a mi tanbien me gusto mucho este capitulo y saber q pinsa bella de edward, ojala publiques pronto mas capitulos
vaneian08- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
y eso que no eras buena con las escenas subiditas diossssssssss casi que lo vivi
genial me encanto espero el proximo
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xole- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
Capítulo 5: “Seguridad”
EPOV
Tuve un despertar hermoso tranquilo, me quedé dormido pensando en Bella y con la nota entre mis brazos, lo volví a leer y se vino una sonrisa a mis labios de gozo. Esa noche no había tenido ningún sueño que recordara, pero no importaba. Sabía que en algún momento se harían realidad todos mis anhelos que Bella había hecho sentir en mi vida.
Me levanté y me fui a la regadera para darme un buen baño y empezar con mis estudios matutinos. Sabía que tendría varios días sin ver a Bella. Mañana iba a ser su primer día de trabajo y sería todo nuevo para ello. Yo tendría que concentrarme en mis estudios para mi examen y no podía distraerme. Ahora con saber que mis sentimientos eran correspondidos estaba tranquilo. El problema es que Bella no sabe de mis sentimientos pero lo sospecha, ayer fui bien directo con mis comentarios, no sabe del todo que estoy loco por ella. Tenía que decírselo, ¿cómo? No sé pero tengo que decírselo pronto o si no pensará que no me importa y que no hablaba enserio.
Me quedé pensando en cómo hacerlo y se me ocurrió escribirle una nota como la de ella.
Hoy era domingo y tendría que mañana ir al hospital, y trataría de que no me viera y dejársela entre sus cosas. Yo conocía cada rincón del establecimiento, así que no sería difícil esconderme para que no viera y me sorprenda en el acto.
Bajé ya que el almuerzo estaba listo y ya mi familia estaba sentada. Saludé a todos con una evidente sonrisa en mi rostro que todos percibieron y me miraban de reojo sin que nadie digiera nada.
-Bueno porque me miran así y no dicen nada- Rompí el silencio.
-Bueno es que estamos feliz de verte radiante en este día a pesar de la noche de trasnoche- me dijo mi madre.
-Bueno no es para menos, ayer fue la noche más maravillosa de toda mi vida- le respondí con un gran suspiro.
-Parece que mi hermanito se enamoró- dijo Alice con un tono burlón pero a la vez feliz. –Bella es muy linda y sobre todo simpática, ayer no la pude conocer mucho ya que te la acaparaste todo el rato, pero creo que seremos muy buenas amigas. Es una chica sana. Ella se ve que también está embobada por ti hermanito.- me dijo dándome un golpe en mi hombro.
-Sí, ella es perfecta- lo dije sin pensar, solo fluyó.
-Hijo, tienes que concentrarte en tu examen y debes ir pausadamente con Bella, no apures las cosas, ella se ve que también corresponde a tus sentimientos, pero no quiero que por primera vez pierdas la cabeza.- me dijo Carlisle preocupado.
-Papá no te preocupes, sé que soy un inexperto en estos asuntos, pero no quiero arruinar todo mi esfuerzo por años.- le dije. –quédate tranquilo, bueno todos quédense tranquilos que será responsable, pero deben saber que ya encontré la mujer con la que quiero compartir mi vida.- les miré dándome una sonrisa de orgullo.
Fue una tarde de estudios, ya estaba cansado de tanto leer. Me dispuse a dar una vuelta en bicicleta así que le avisé a Esme y me fui, pensé en ir a visitar a Jacob en la Push, así que me fui directo para allá.
Estaba a punto de llegar a la playa, ya que sabía que el domingo mi amigo se la pasaba en la playa con los demás chicos de la reserva.
A acercarme me quedé paralizado, me escondí detrás de una roca y ahí la ví, era Bella con Jacob. Estaban juntos. Se veía feliz, sonriendo, era tan natural. Se abrazaron y me dio un coraje, mi respiración se agitó, pero debía tranquilizarme. No sabía lo que realmente estaba pasando, pero sí sabía que se conocían y que había mucha confianza entre ellos.
Me di media vuelta y me fui a casa. Con una incertidumbre tan grande. Sabía que tenía que salir de la incógnita y más tarde llamaría a Jacob para salir de la gran interrogante.
Por primera vez sentí celos por una mujer. Me desconocí a mi mismo por la reacción. Supe así que de verdad Bella era la mujer de mi vida. Me maraville de su sonrisa, en ese instante al verla de lejos, me contuve con ir y agarrarla y besarla con pasión.
-¡Edward que te pasa!- Me dije sonrojándome, menos mal nadie me veía para sentir más vergüenza por mis pensamientos.
Pasaron las horas y ya eran como las diez de la noche, pensé que era una hora prudente para llamar a Jacob, ya que a esa hora estaría en su casa.
-¿Aló Jacob?- pregunté por el celular.
-Oh Edward, que tal- dijo Jacob con un tono de alegría en su voz.
-Sí, solo te llamaba para saber cómo estas, hace tiempo que no hablamos amigo- le dije.
-sí hace tiempo que no nos juntamos, deberíamos juntarnos en una día de esto- me dijo con ansias. –Tenemos que hablar amigo.
-¿A sí? Y ¿sobre qué? si se puede saber- le pregunté.
-Bueno es sobre una mujer- me dijo.
-¡Ajalé1 no sabía que había una mujer en tu vida amigo- le dije cómo que no sabía nada de lo de Bella.
-Sí, es una mujer maravillosa, aparte de hermosa, es sensible, amorosa, muy tierna- me dijo con tanto ímpetu.
-Parece amigo que te enamoraste- le dije apretando los puños de ira.
-Sí, desde niño, pero ella solo me quiere como un amigo y como un hermano- me dijo con un tono de tristeza.
-Lo siento amigo, pero ¿cómo sabes eso?- le pregunté un poco más relajado al escuchar lo último.
-Bueno porque ella me dijo que está interesada en otra persona y creo que de verdad por primera vez está enamorada- me dijo.
-Bueno amigo llámame cuando tengas tiempo para que vayamos a tomar algo para conversar- le dije con intensión de despedirme.
-Claro amigo, yo te llamo, cuídate y no sabes lo afortunado que eres- al decirme eso me cortó.
Con lo que me dijo supe que ella le había hablado de mí. Me quedé tranquilo y pensé que debía dormir para hacer con tranquilidad lo que haría mañana.
Comencé a escribirla y la terminé y espere que pasara toda la noche.
Me levanté muy temprano y me fui al hospital es mi carro. Llegué tan rápido que solo quería dejar la nota e irme nuevamente para seguir mis estudios. Pero dentro de mi corazón quería verla aunque fuese de lejos solo por unos segundos. Entre al hospital y me dirigí hacia los casilleros del personal, muchas veces estaban abiertos estos estantes. Hice como que iba al mío para sacar lo que me quedaba ahí, en realidad fue buena idea ya que tenía dos libros que servirían para mi preparación, alcé la vista para ver que ya no quedaba nadie y me dediqué a buscar el casillero de Bella. Por fin lo encontré, pero estaba cerrado, fruncí mis labios y puse la nota entre la abertura de la puerta, solo dejé una punta para cuando ella llegara viera el papel que sobresalía.
Al dejarla ahí, salí rápidamente del lugar, miré por pasillo y me di cuanta que venía Bella, entré nuevamente a la pieza de los casilleros y la esperé. Me escondí solo para verle sin que ella se diera cuenta de mi presencia. Se veía radiante, feliz, se veía tan hermosa con la toca y el delantal de enfermera. Se le notaba toda su figura. Se veía a simple vista que no llevaba nada debajo de su delantal, solo su ropa interior del mismo color que el delantal. Se veía muy sexy, preciosa, divina y deseable, su delantal no era tan corto como el de mis sueños, pero igual se veía hermosa.
Se acercó a su casillero y se percató de mi nota, la sacó de la ranura y la abrió para leerla.
Mi querida Bella,
Lamentablemente hoy no he tenido ningún sueño. Solo sé que mi dormir fue pensando en ti al leer tu nota una vez más y mi despertar fue hermoso porque lo hice con tu imagen en mi mente.
Solo quiero que sepas, que a mí me pasa lo mismo que a ti, no dejo de pensar en ti. Vienes a mi mente en todo momento. No niego que me da susto esto, pero me agrada sentir que me haces sentir vivo.
Me gustas mucho, más de lo que te imaginas. No quiero interponerme entre tu nuevo trabajo. Tú sabes que estoy en mi preparación para el examen final y quiero concentrarme pero a la vez quiero estar tranquilo que sabes que me interesas y que no quiero que esto se acabe, sin haber empezado.
No dejes de pensar en mí,…yo no lo haré.
Espero verte pronto para y decirte todo esto mirándote a tus hermosos ojos que me han hipnotizado.
Tuyo desde ahora,
Edward.
Vi cómo llevó la nota a su corazón y sonrió de felicidad, llevó la nota hacia sus labios y la besó y dijo –sí Edward, me gustas tanto y pensaré en ti hasta que nos veamos. Me gustas más de lo normal, serás mío, solo mío, ya eres mío y yo tuya y de nadie más. Te haré feliz como yo lo seré al estar a tu lado.
Estaba hablando en voz alta, como si supiera que yo estaba ahí para escucharle. Dobló la nota y la dejó en su casillero. Miró para todos lados como sí supiera que no estaba sola y salió del cuarto. Al percatarme estaba con una sonrisa estática en mis labios. Era de felicidad, de placer al saber que yo le gustaba tanto como ella a mí.
Me fui a mis deberes y estuve casi todo el día en mi cuarto leyendo concentradísimo. Ya era la hora de la cena, mi padre estaba llegando a casa después de un día lleno de trabajo. Bajé y le fui a saludar con un beso en la mejilla.
-¿Cómo estuvo tu estudio hijo? Me preguntó.
-Sí, fue productivo, le contesté con una sonrisa en mi rostro.
-¿Y porqué tan feliz? ¿A caso tienes algo que contarme? Me pregunto con curiosidad.
-Bueno, después necesito tener una charla de hijo a padre y necesito que me des algunos consejito, reí sonrojándome agachando mi rostro ante mi padre.
-OK hijo, después de la cena hablaremos, dijo sonriéndome.
Necesitaba confesarle lo que estaba sintiendo a alguien y que mejor contárselo a mi padre que a parte de tener una lazo de padre e hijo él era mi amigo, mi confidente, el ejemplo a seguir en muchos aspectos. Era un padre aunque no era el biológico, era el que nos hacia sentir protegidos, amados y sobre todo muy importantes en sus vidas sin dejar de mencionar a mi madre que juntos formaban una pareja ejemplar y hermosa. Quería contarle esto que era nuevo en mi vida, era primera vez que sentía estos sentimientos hacia una mujer.
Era primera vez que una mujer hacía que mi cuerpo reaccionara con solo tomar su mano. Era mi musa que hacía que salieran melodías hermosas con solo pensar en cada parte de su cuerpo. Tenía que preguntarle tantas cosas a mi padre. A pesar que estudiaba medicina, sabía mucho de anatomía, mucha teoría, pero de cómo reaccionaba el cuerpo con algunas situaciones era solo lectura que en algún momento leí. Necesitaba saber algunas cosas que solo se hablan de hombre a hombre, sabía que Bella iba a ser mía en algún momento y no quería dejar saber que era un inexperto. Quería que mi primera mujer fuese Bella. Yo no sabía si Bella tenia el mismo estado que yo, no importaba en todo caso, solo sabía que quería que ella fuese mi primera mujer. Quería entregarle todo de mí, y no quería cometer ningún error.
Terminamos la cena y me fui al dormitorio a ponerme el pijama, al estar listo me fui al despacho de mi padre, en el camino me encontré con Alice que estaba hablando con Jasper por celular, se le veía tan feliz, saltaba como una pelotita de tenis de mesa, era tan liviana. Era divertido ver a mi hermana cuando estaba feliz. Generalmente lo estaba, más cuando este estado involucraba a Jasper.
Estaba nervioso, era mi primera vez que hablaría con mi padre sobre estos temas, pero sabía que él me entendería. Me paré fuera del despacho y toqué.
-¡Pasa hijo¡ dijo mi padre, te estaba esperando.
-Fui a ponerme mi pijama para después de esto seguir con mis estudios nocturnos, dije con una sonrisa en mi rostro demostrando nerviosismo.
-Bueno hijo ¿de qué quieres hablar? Hace tiempo que no hacemos esto, la última vez fue cuando no sabías en qué área de la medicina te especializarías, dijo con una voz tan paternal.
-Me sonrojé y le dije: ahora papá necesito que hablemos de mujeres, mi voz era con temor y a la vez con pudor.
-¿A caso te interesa más de lo normal y no sabes como decírselo? Me dijo con curiosidad.
-En realidad papá ya se lo dije, pero quiero saber cosas más íntimas para cuando sea el momento no cometer ningún error con ella. Dije con seguridad en lo decía.
-¿A caso esa mujer que ya te has confesado es alguien que recién llegó a la ciudad y a nuestro hospital? Dijo sabiendo a quien me refería.
-Sí padre, es quién te imaginas, la mujer más bella que he visto en mi vida, la que ha despertado sensaciones nuevas, la que esta haciendo que mi vida tenga sentido, Es Bella Swan, mi Bella, le confesé mirándolo a los ojos. ¡Papá!, ella me ha confesado que le paso lo mismo que a mí, piensa en todo momento en mí, le gusté desde que nos vimos por primera vez fuera de tu oficina. Me escribió una carta y me la dio el ayer cuando veíamos la película en la sala. Yo se lo confesé así también. Le pedí tiempo hasta que diera mi examen para poder conversar de nuestros sentimientos. Pero papá, sé y estoy seguro que Bella es la mujer con la que quiero estar toda la vida. Es la que quiero que sea la madre de mis hijos, quiero que sea ella la que me haga feliz día a día con solo tenerla entre mis brazos.
Carlisle solo me escuchaba y se maravillaba como me fluían las palabras llenas de ímpetu y de pasión al referirme de Bella. Y la seguridad de mis palabras al anhelar a Bella como mi gran tesoro.
Se acercó a mí y me abrazó para felicitarme por fijarme en Bella y por estar tan seguro en mis sentimientos y estar seguro que en algún momento iba a ser parte de la familia.
Comenzamos a hablar de los temas que más preocuparan y él escuchó y luego me aconsejó de muchas cosas. Lo mejor fue que me dio pasos a seguir, pautas que trataría seguir a los pies de la letra tratando de no cometer ningún error. No quería herir a Bella y quedar como un inexperto en esta área. En varias ocasiones mi padre me hacía sonrojarme por algunas cosas que me estaba diciendo, pero sabía que era necesario saberlas. Me aseguró que estar con la persona que amaba y era uno solo era el placer más increíble que se podría imaginar y sentir. Más cuando era la primera vez.
Terminamos de conversar después de dos horas. Al terminar le abracé y le expresé cuanto lo amaba y me fui al cuarto para comenzar con mis estudios nocturnos, pero estaba tan emocionado con todo lo que mi padre me había aconsejado, que con solo saber que en algún momento estaría así con Bella, mi mente no podía pensar en otra cosas que en ella. Sin saber me quedé dormido pensando en mi musa.
Fue un dormir placentero, y en paz…
Tuve un despertar hermoso tranquilo, me quedé dormido pensando en Bella y con la nota entre mis brazos, lo volví a leer y se vino una sonrisa a mis labios de gozo. Esa noche no había tenido ningún sueño que recordara, pero no importaba. Sabía que en algún momento se harían realidad todos mis anhelos que Bella había hecho sentir en mi vida.
Me levanté y me fui a la regadera para darme un buen baño y empezar con mis estudios matutinos. Sabía que tendría varios días sin ver a Bella. Mañana iba a ser su primer día de trabajo y sería todo nuevo para ello. Yo tendría que concentrarme en mis estudios para mi examen y no podía distraerme. Ahora con saber que mis sentimientos eran correspondidos estaba tranquilo. El problema es que Bella no sabe de mis sentimientos pero lo sospecha, ayer fui bien directo con mis comentarios, no sabe del todo que estoy loco por ella. Tenía que decírselo, ¿cómo? No sé pero tengo que decírselo pronto o si no pensará que no me importa y que no hablaba enserio.
Me quedé pensando en cómo hacerlo y se me ocurrió escribirle una nota como la de ella.
Hoy era domingo y tendría que mañana ir al hospital, y trataría de que no me viera y dejársela entre sus cosas. Yo conocía cada rincón del establecimiento, así que no sería difícil esconderme para que no viera y me sorprenda en el acto.
Bajé ya que el almuerzo estaba listo y ya mi familia estaba sentada. Saludé a todos con una evidente sonrisa en mi rostro que todos percibieron y me miraban de reojo sin que nadie digiera nada.
-Bueno porque me miran así y no dicen nada- Rompí el silencio.
-Bueno es que estamos feliz de verte radiante en este día a pesar de la noche de trasnoche- me dijo mi madre.
-Bueno no es para menos, ayer fue la noche más maravillosa de toda mi vida- le respondí con un gran suspiro.
-Parece que mi hermanito se enamoró- dijo Alice con un tono burlón pero a la vez feliz. –Bella es muy linda y sobre todo simpática, ayer no la pude conocer mucho ya que te la acaparaste todo el rato, pero creo que seremos muy buenas amigas. Es una chica sana. Ella se ve que también está embobada por ti hermanito.- me dijo dándome un golpe en mi hombro.
-Sí, ella es perfecta- lo dije sin pensar, solo fluyó.
-Hijo, tienes que concentrarte en tu examen y debes ir pausadamente con Bella, no apures las cosas, ella se ve que también corresponde a tus sentimientos, pero no quiero que por primera vez pierdas la cabeza.- me dijo Carlisle preocupado.
-Papá no te preocupes, sé que soy un inexperto en estos asuntos, pero no quiero arruinar todo mi esfuerzo por años.- le dije. –quédate tranquilo, bueno todos quédense tranquilos que será responsable, pero deben saber que ya encontré la mujer con la que quiero compartir mi vida.- les miré dándome una sonrisa de orgullo.
Fue una tarde de estudios, ya estaba cansado de tanto leer. Me dispuse a dar una vuelta en bicicleta así que le avisé a Esme y me fui, pensé en ir a visitar a Jacob en la Push, así que me fui directo para allá.
Estaba a punto de llegar a la playa, ya que sabía que el domingo mi amigo se la pasaba en la playa con los demás chicos de la reserva.
A acercarme me quedé paralizado, me escondí detrás de una roca y ahí la ví, era Bella con Jacob. Estaban juntos. Se veía feliz, sonriendo, era tan natural. Se abrazaron y me dio un coraje, mi respiración se agitó, pero debía tranquilizarme. No sabía lo que realmente estaba pasando, pero sí sabía que se conocían y que había mucha confianza entre ellos.
Me di media vuelta y me fui a casa. Con una incertidumbre tan grande. Sabía que tenía que salir de la incógnita y más tarde llamaría a Jacob para salir de la gran interrogante.
Por primera vez sentí celos por una mujer. Me desconocí a mi mismo por la reacción. Supe así que de verdad Bella era la mujer de mi vida. Me maraville de su sonrisa, en ese instante al verla de lejos, me contuve con ir y agarrarla y besarla con pasión.
-¡Edward que te pasa!- Me dije sonrojándome, menos mal nadie me veía para sentir más vergüenza por mis pensamientos.
Pasaron las horas y ya eran como las diez de la noche, pensé que era una hora prudente para llamar a Jacob, ya que a esa hora estaría en su casa.
-¿Aló Jacob?- pregunté por el celular.
-Oh Edward, que tal- dijo Jacob con un tono de alegría en su voz.
-Sí, solo te llamaba para saber cómo estas, hace tiempo que no hablamos amigo- le dije.
-sí hace tiempo que no nos juntamos, deberíamos juntarnos en una día de esto- me dijo con ansias. –Tenemos que hablar amigo.
-¿A sí? Y ¿sobre qué? si se puede saber- le pregunté.
-Bueno es sobre una mujer- me dijo.
-¡Ajalé1 no sabía que había una mujer en tu vida amigo- le dije cómo que no sabía nada de lo de Bella.
-Sí, es una mujer maravillosa, aparte de hermosa, es sensible, amorosa, muy tierna- me dijo con tanto ímpetu.
-Parece amigo que te enamoraste- le dije apretando los puños de ira.
-Sí, desde niño, pero ella solo me quiere como un amigo y como un hermano- me dijo con un tono de tristeza.
-Lo siento amigo, pero ¿cómo sabes eso?- le pregunté un poco más relajado al escuchar lo último.
-Bueno porque ella me dijo que está interesada en otra persona y creo que de verdad por primera vez está enamorada- me dijo.
-Bueno amigo llámame cuando tengas tiempo para que vayamos a tomar algo para conversar- le dije con intensión de despedirme.
-Claro amigo, yo te llamo, cuídate y no sabes lo afortunado que eres- al decirme eso me cortó.
Con lo que me dijo supe que ella le había hablado de mí. Me quedé tranquilo y pensé que debía dormir para hacer con tranquilidad lo que haría mañana.
Comencé a escribirla y la terminé y espere que pasara toda la noche.
Me levanté muy temprano y me fui al hospital es mi carro. Llegué tan rápido que solo quería dejar la nota e irme nuevamente para seguir mis estudios. Pero dentro de mi corazón quería verla aunque fuese de lejos solo por unos segundos. Entre al hospital y me dirigí hacia los casilleros del personal, muchas veces estaban abiertos estos estantes. Hice como que iba al mío para sacar lo que me quedaba ahí, en realidad fue buena idea ya que tenía dos libros que servirían para mi preparación, alcé la vista para ver que ya no quedaba nadie y me dediqué a buscar el casillero de Bella. Por fin lo encontré, pero estaba cerrado, fruncí mis labios y puse la nota entre la abertura de la puerta, solo dejé una punta para cuando ella llegara viera el papel que sobresalía.
Al dejarla ahí, salí rápidamente del lugar, miré por pasillo y me di cuanta que venía Bella, entré nuevamente a la pieza de los casilleros y la esperé. Me escondí solo para verle sin que ella se diera cuenta de mi presencia. Se veía radiante, feliz, se veía tan hermosa con la toca y el delantal de enfermera. Se le notaba toda su figura. Se veía a simple vista que no llevaba nada debajo de su delantal, solo su ropa interior del mismo color que el delantal. Se veía muy sexy, preciosa, divina y deseable, su delantal no era tan corto como el de mis sueños, pero igual se veía hermosa.
Se acercó a su casillero y se percató de mi nota, la sacó de la ranura y la abrió para leerla.
Mi querida Bella,
Lamentablemente hoy no he tenido ningún sueño. Solo sé que mi dormir fue pensando en ti al leer tu nota una vez más y mi despertar fue hermoso porque lo hice con tu imagen en mi mente.
Solo quiero que sepas, que a mí me pasa lo mismo que a ti, no dejo de pensar en ti. Vienes a mi mente en todo momento. No niego que me da susto esto, pero me agrada sentir que me haces sentir vivo.
Me gustas mucho, más de lo que te imaginas. No quiero interponerme entre tu nuevo trabajo. Tú sabes que estoy en mi preparación para el examen final y quiero concentrarme pero a la vez quiero estar tranquilo que sabes que me interesas y que no quiero que esto se acabe, sin haber empezado.
No dejes de pensar en mí,…yo no lo haré.
Espero verte pronto para y decirte todo esto mirándote a tus hermosos ojos que me han hipnotizado.
Tuyo desde ahora,
Edward.
Vi cómo llevó la nota a su corazón y sonrió de felicidad, llevó la nota hacia sus labios y la besó y dijo –sí Edward, me gustas tanto y pensaré en ti hasta que nos veamos. Me gustas más de lo normal, serás mío, solo mío, ya eres mío y yo tuya y de nadie más. Te haré feliz como yo lo seré al estar a tu lado.
Estaba hablando en voz alta, como si supiera que yo estaba ahí para escucharle. Dobló la nota y la dejó en su casillero. Miró para todos lados como sí supiera que no estaba sola y salió del cuarto. Al percatarme estaba con una sonrisa estática en mis labios. Era de felicidad, de placer al saber que yo le gustaba tanto como ella a mí.
Me fui a mis deberes y estuve casi todo el día en mi cuarto leyendo concentradísimo. Ya era la hora de la cena, mi padre estaba llegando a casa después de un día lleno de trabajo. Bajé y le fui a saludar con un beso en la mejilla.
-¿Cómo estuvo tu estudio hijo? Me preguntó.
-Sí, fue productivo, le contesté con una sonrisa en mi rostro.
-¿Y porqué tan feliz? ¿A caso tienes algo que contarme? Me pregunto con curiosidad.
-Bueno, después necesito tener una charla de hijo a padre y necesito que me des algunos consejito, reí sonrojándome agachando mi rostro ante mi padre.
-OK hijo, después de la cena hablaremos, dijo sonriéndome.
Necesitaba confesarle lo que estaba sintiendo a alguien y que mejor contárselo a mi padre que a parte de tener una lazo de padre e hijo él era mi amigo, mi confidente, el ejemplo a seguir en muchos aspectos. Era un padre aunque no era el biológico, era el que nos hacia sentir protegidos, amados y sobre todo muy importantes en sus vidas sin dejar de mencionar a mi madre que juntos formaban una pareja ejemplar y hermosa. Quería contarle esto que era nuevo en mi vida, era primera vez que sentía estos sentimientos hacia una mujer.
Era primera vez que una mujer hacía que mi cuerpo reaccionara con solo tomar su mano. Era mi musa que hacía que salieran melodías hermosas con solo pensar en cada parte de su cuerpo. Tenía que preguntarle tantas cosas a mi padre. A pesar que estudiaba medicina, sabía mucho de anatomía, mucha teoría, pero de cómo reaccionaba el cuerpo con algunas situaciones era solo lectura que en algún momento leí. Necesitaba saber algunas cosas que solo se hablan de hombre a hombre, sabía que Bella iba a ser mía en algún momento y no quería dejar saber que era un inexperto. Quería que mi primera mujer fuese Bella. Yo no sabía si Bella tenia el mismo estado que yo, no importaba en todo caso, solo sabía que quería que ella fuese mi primera mujer. Quería entregarle todo de mí, y no quería cometer ningún error.
Terminamos la cena y me fui al dormitorio a ponerme el pijama, al estar listo me fui al despacho de mi padre, en el camino me encontré con Alice que estaba hablando con Jasper por celular, se le veía tan feliz, saltaba como una pelotita de tenis de mesa, era tan liviana. Era divertido ver a mi hermana cuando estaba feliz. Generalmente lo estaba, más cuando este estado involucraba a Jasper.
Estaba nervioso, era mi primera vez que hablaría con mi padre sobre estos temas, pero sabía que él me entendería. Me paré fuera del despacho y toqué.
-¡Pasa hijo¡ dijo mi padre, te estaba esperando.
-Fui a ponerme mi pijama para después de esto seguir con mis estudios nocturnos, dije con una sonrisa en mi rostro demostrando nerviosismo.
-Bueno hijo ¿de qué quieres hablar? Hace tiempo que no hacemos esto, la última vez fue cuando no sabías en qué área de la medicina te especializarías, dijo con una voz tan paternal.
-Me sonrojé y le dije: ahora papá necesito que hablemos de mujeres, mi voz era con temor y a la vez con pudor.
-¿A caso te interesa más de lo normal y no sabes como decírselo? Me dijo con curiosidad.
-En realidad papá ya se lo dije, pero quiero saber cosas más íntimas para cuando sea el momento no cometer ningún error con ella. Dije con seguridad en lo decía.
-¿A caso esa mujer que ya te has confesado es alguien que recién llegó a la ciudad y a nuestro hospital? Dijo sabiendo a quien me refería.
-Sí padre, es quién te imaginas, la mujer más bella que he visto en mi vida, la que ha despertado sensaciones nuevas, la que esta haciendo que mi vida tenga sentido, Es Bella Swan, mi Bella, le confesé mirándolo a los ojos. ¡Papá!, ella me ha confesado que le paso lo mismo que a mí, piensa en todo momento en mí, le gusté desde que nos vimos por primera vez fuera de tu oficina. Me escribió una carta y me la dio el ayer cuando veíamos la película en la sala. Yo se lo confesé así también. Le pedí tiempo hasta que diera mi examen para poder conversar de nuestros sentimientos. Pero papá, sé y estoy seguro que Bella es la mujer con la que quiero estar toda la vida. Es la que quiero que sea la madre de mis hijos, quiero que sea ella la que me haga feliz día a día con solo tenerla entre mis brazos.
Carlisle solo me escuchaba y se maravillaba como me fluían las palabras llenas de ímpetu y de pasión al referirme de Bella. Y la seguridad de mis palabras al anhelar a Bella como mi gran tesoro.
Se acercó a mí y me abrazó para felicitarme por fijarme en Bella y por estar tan seguro en mis sentimientos y estar seguro que en algún momento iba a ser parte de la familia.
Comenzamos a hablar de los temas que más preocuparan y él escuchó y luego me aconsejó de muchas cosas. Lo mejor fue que me dio pasos a seguir, pautas que trataría seguir a los pies de la letra tratando de no cometer ningún error. No quería herir a Bella y quedar como un inexperto en esta área. En varias ocasiones mi padre me hacía sonrojarme por algunas cosas que me estaba diciendo, pero sabía que era necesario saberlas. Me aseguró que estar con la persona que amaba y era uno solo era el placer más increíble que se podría imaginar y sentir. Más cuando era la primera vez.
Terminamos de conversar después de dos horas. Al terminar le abracé y le expresé cuanto lo amaba y me fui al cuarto para comenzar con mis estudios nocturnos, pero estaba tan emocionado con todo lo que mi padre me había aconsejado, que con solo saber que en algún momento estaría así con Bella, mi mente no podía pensar en otra cosas que en ella. Sin saber me quedé dormido pensando en mi musa.
Fue un dormir placentero, y en paz…
Espero sus comentarios
besitos
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
yo tambien quiero un hombre asi y un amor asi
sigue subiendo cap Atal please
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
bueno amiguita hoy recien puse este la proxima actualizacion no se cuando lo hara solo espera jajaj tengo solo tres capitulos mas y no quiero que me pillen en el camino jajaj
espera un poquito, besitosy gracias por leerla
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
jajjaja tranquila esperare no hay problema
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Re: Todo a su tiempo (+18)
me encanta la historia y que por fin Edward se enamorara por primera vez al igual que Bella quiero mas y como me gustaria ser Bella sige escribiendo asi y espero el proximo capitulo pronto
bueno les dejo muchos
Hola Altavira estoy en la espera del sigiente capitulo espero que lo subas pronto porque me tienes super intrigada con la historia espero tu repuesta pronto hasta luego
bueno les dejo muchos
Hola Altavira estoy en la espera del sigiente capitulo espero que lo subas pronto porque me tienes super intrigada con la historia espero tu repuesta pronto hasta luego
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
PERDONA POR EL RETRASO AQUI UN CAPÍTULO MÁS
Capítulo 6: “Los amigos son para toda la vida”
Capítulo 6: “Los amigos son para toda la vida”
BPOV
Desperté después de una noche reparadora, después de una noche llena de emociones junto a la familia Cullen. Volví a ver a esos ojos esmeraldas que me cautivaron. Volví a ver al primer hombre que a hecho que mi cuerpo reaccionara teniendo sensaciones nuevas, verdaderas. Sensaciones que en mi vida no había tenido, ni deseado.
En mi piel aún tenía el efecto de estar tomada de su mano. Él tenía unas manos suaves, velludas, pero a la vez varoniles, con unos largos dedos especiales para deleitarme con una hermosa melodía. ¿Cómo sería sentir sus manos explorarme por todos lados? – Deja de pensar esas cosas Bella- pensé.
Reaccioné y me bajé de la cama, me fui a dar un baño y despejarme y empezar a organizarme para mañana el primer día en el hospital y para hoy que tendré el reencuentro con mi mejor amigo. Sí con Jacob, ansiaba poder conversar con él después de tanto tiempo, él había sido mi mejor amigo y el único en mi niñez y cada vez que venía a ver a mi padre él hacía que mi estancia fuera más interesante.
Siempre pensé que nuestra amistad duraría por siempre. Yo desde que entre al instituto y menos cuando entré a la Universidad en otro estado, nos alejamos, pero el sentimiento estaba allí. Seguía igual cómo antes, al verlo en el hospital con delantal de médico me llenó de orgullo, él era un buen muchacho, esforzado y sobre todo un hombre que se merecía lo mejor.
Desayuné sola ya que Charlie se había ido a pescar muy temprano, lave los trastes y me fui al dormitorio para asearle ya que con tantas cosas en estos días llegaba solo a dormir y a estirar mi cama y ordenar por ahí. Ya eran casi medio día cuando sentí el ruido de una moto fuera de la casa, observé por la ventana y vi que era Jacob, había llegado temprano, pero lo entendí ya que sabía que estaba ansioso por nuestro encuentro.
Sentí tocar la puerta y bajé de inmediato, abrí y estaba ahí con esa sonrisa que se caracterizaba cuando niño mostrando sus dientes blanquísimos, con un brillo en sus ojos. Me lancé a sus brazos para darle un fuerte abrazo. Al hacerlo me percaté cuanto había cambiado su cuerpo, ya no era el chico delgado, con cabello largo, ahora era un hombre atractivo con fuetes brazos fornidos, duro como piedra, con una espalda ancha. Me imaginaba que su novia agradecía tener un hombre como él.
Cuando éramos pequeños a él le gustaban dos mujeres y me decía que cuando creciéramos iba a ser difícil decidir ya que a las dos las quería. Una era Leah una chica de la misma reserva, muy bella. Y la otra era yo aunque yo siempre le dejaba claro que él era mi mejor amigo y que jamás pensaría en él como otra cosa.
Ahora lo sabía más que nunca ya que con haber cocido a Edward sabía que él era el hombre que quería para toda la vida. Y Jacob era el amigo de siempre.
-¡Jacob! Por fin llegaste- le dije eufórica.
-Sabía que estarías aburrida ya que Charlie anda con mi padre y Carlisle y sabía que estabas sola- me dijo con alegría en su tono.
-Bueno no he estado tan aburrida, he estado aseando mi dormitorio- le dije riéndome.
-Bueno espero que hayas terminado ya que te vine a buscar para ir almorzar a la casa y estar en la Push durante la tarde, así lleva tu traje de baño- me dijo guiñándome el ojo.
-Ok, pero debes saber que aun no he aprendido a nadar y que no espero saberlo ahora, así que no me bañaré, solo tomaré un poco de sol, aunque dudo que salga algún rayo- le dije riéndonos al mismo tiempo. -¡espérame un rato! ¿ok?
Subí rápidamente, me cambié me puse mi bañador de una pieza y bajé ya estando lista. Se me había olvidado que me subiría a su moto. Era extraña la sensación, nunca me había subido a una y de pronto me dieron ganas de hacerlo.
Bajé después de estar lista y salimos, puse mi bolso cruzado y me pasó su casco, él iría sin él, se lo agradecí porque en el fondo estaba ansiosa pero aterrada al mimo tiempo.
Nos fuimos y con sentir el viento en mi rostro, recibí la más rica experiencia. Iba abrazada de la cintura de Jacob y sentí su abdomen duro igual que sus brazos. Me sonrojé al pensar que mi amigo se había convertido en un hombre muy atractivo.
Llegamos a su casa y estaba igual a como era antes. Una casa sencilla y modesta, pero con una calidez enorme. Me senté en su sofá y me eché para atrás recordando los momentos que habíamos pasado antes.
Cocinamos unos pescados que tenía en el congelador, pelamos unas patatas y las cocinamos para acompañarlos. Jacob hizo casi todo ya que no me dejó a ayudarlo mucho. Mientras tanto yo me deleitaba con el paisaje, era tan cómo lo recordaba. A pesar del tiempo no había cambiado nada. Almorzamos, conversamos de nuestras experiencias en la universidad y los desafíos que se vendrían ahora en mi trabajo y las expectativas que tenía él después de dar su examen final.
Después de un rato, lavamos los platos y nos fuimos a la playa, caminamos y nos instalamos, nos sentamos y me llevé mis rodillas a mi pecho y las abracé mirando el océano. Me imaginé en ese momento estar con Edward en ese lugar tan hermoso.
-¿en qué o en quién piensas Bella?- me preguntó con curiosidad.
Me reí y me di vuelta y lo tomé de los tobillos y lo voté a mi lado. Comenzamos a jugar, luchando en la arena, recordando cuando éramos niños. Nos reímos tanto cuando los dos nos llenamos de arena mojada nuestro rostro, nos veíamos tan chistosos. En realidad me di cuenta que le echaba de menos. Que mis momentos de niñez habían sido muy importantes en mi vida y sobre todo su hermosa amistad.
-¿Bella? ¿te puedo preguntar algo?- me dijo con timidez.
-Claro, todo lo que quieras- le dije con una sonrisa en mis labios.
-¿Hay alguien en tu corazón?- me dijo con cautela ruborizándose un poco.
Le miré y sonreí antes de contestar.
-Bueno hay muchas personas en mi corazón que son muy importantes- le dije sabiendo que eso no era lo que me estaba preguntando.
-¡Bella! Eso no es lo que te pregunté- me dijo frunciendo su frente.
-Jacob antes de llegar a Fork, no había nadie, solo que hace unos día atrás conocí al ser más hermoso, sencillo, tierno, con unos ojos que me hechizaron y que desde que le vi, no pienso en nadie más- le dije sin decir el nombre.
-¿Es Cullen cierto?- me dijo sin tapujo.
Me sonrojé al escuchar que él lo sabía.
-¿y cómo lo sabes?- le dije sorprendida.
-bueno tu me contaste que lo habías conocido en el hospital y vi ese día como brillaban tus ojos cuando me lo dijiste- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-bueno ya lo sabes, es Edward y creo que le pasa lo mismo que a mí- le dije con resignación -En realidad Jacob no sé que me pasa, es algo nuevo, pero pienso todo el día en él. Es cómo si mi cuerpo necesita de su presencia aunque este lejos pero cerca de la vez- le dije con euforia.
-Parece que enamoraste Bella- me lo dijo con resignación. –Edward es un buen amigo, muy fiel y leal, además de ser un buen hijo, muy responsable, ejemplar tanto o más que sus hermanos. Si no te a dicho nada aun es porque debe ser complicado para él esta situación ya que él nunca a tenido novia o algo parecido, siempre se dedicó a sus debes en la universidad a pesar que ahí muchas chicas lo codiciaban y lo acosaban. Él nunca tuvo una mirada o un sentimiento por alguien.
-¿Jacob, y tu tienes en tu corazón algún sentimiento especial por alguna mujer?- fui más directa al preguntarle y le miré.
-bueno tu sabes que siempre he tenido ojos para dos mujeres, pero una ya tendré que descartarla- me dijo riéndose.
-¿o sea que Leah sigue en tu corazoncito amigo?- pregunté.
-sí, aunque estamos lejos, pero sigue aquí. Hablamos casi todos los días y nos vemos por el MSN, claro no es lo mismo que estar juntos, pero algo es algo mientras terminamos nuestros estudios. Ella esta estudiando biología marina, así que pronto estaremos juntos, solo le falta algunos meses par ello- me dijo con ansias es sus palabras.
-me alegro amigo, me alegro que estén juntos y que sus sentimientos están fundidos en sus corazones- le dije esperando en mi corazón que nuestros sentimientos con Edward fuesen igual o mejor que eso.
En eso nos abrazamos tan fuerte por lo que nos habíamos confesado y en ese momento sentí que alguien nos miraba, pero fue una sensación extraña, no había nadie a nuestro alrededor. Estuvimos abrazados por algunos minutos, nos soltamos y nos fuimos a la casa a comer algo ya que habíamos pasado toda la tarde en la playa y no habíamos llevado nada para el estomago y ya nuestros estómago nos estaba pidiendo a gritos algo de comida.
Después de eso me llevó a casa y nos despedimos. Entré luego feliz de haber estado con mi amigo de la infancia y de las confesiones que nos habíamos hecho. Sonreí como una chiquilla al pensar que era verdad lo que sentía por Edward. Él me había cambiado mi esquema de vida y de pensar, ya que añoraba con verle de nuevo o simplemente escuchar su voz. Me fui a la cama pero antes revisé la libreta de Charlie donde salían los números de teléfono importante y encontré el de la residencia de los anoté en mí celular pensando en llamar a Edward para saludarle o simplemente escuchar su voz sin decir nada. Estaba loca, no sabía que me pasaba, años atrás no hubiese pensado hacer nada de eso.
Ya eran las como las diez de la noche y antes que se me hiciera más tarde marque el número y por desgracia sonaba ocupado, colgué e intenté de nuevo y seguía ocupado, me rendí y me quedé con las ganas de escucharle y maldije por saber su celular para por último mandarle un mensaje de texto.
Me quedé dormida con la sensación de frustración en mi corazón y sentía ganas de llorar por no haber cumplido mi objetivo. Pero el cansancio llegó y quedé profundamente dormida sintiendo cómo una lágrima bajaba por mi mejilla.
No supe como llegó la mañana y me levantaba para dirigirme a mi primer día de trabajo en el hospital, Charlie me llevó después de desayunar. Llegamos y el jefe de personal era un atractivo varón llamado James y me dio la bienvenida y me mostró mi casillero para guardar mis cosas.
Comencé con mis obligaciones vistiendo con mi cabello tomado y un delantal blanco, solo llevaba eso puesto y mi ropa interior con unas pantys medias de color blanco, me sentía feliz estar vestida con mi uniforme oficial. Creí en ese momento que era un poco provocativo pero me dio igual al pensar que le hacía un favor a mi persona. Inicié haciendo revisión de los medicamentos en algunos pacientes, me dirigí a mi casillero para buscar algo que se me había quedado, entré y encontré entre la abertura de la puerta un papel, me reí y la tomé en mis manos y la abrí para leerla.
Mi querida Bella,
Lamentablemente hoy no he tenido ningún sueño. Solo sé que mi dormir fue pensando en ti al leer tu nota una vez más y mi despertar fue hermoso porque lo hice con tu imagen en mi mente.
Solo quiero que sepas, que a mí me pasa lo mismo que a ti, no dejo de pensar en ti. Vienes a mi mente en todo momento. No niego que me da susto esto, pero me agrada sentir que me haces sentir vivo.
Me gustas mucho, más de lo que te imaginas. No quiero interponerme entre tu nuevo trabajo. Tú sabes que estoy en mi preparación para el examen final y quiero concentrarme pero a la vez quiero estar tranquilo que sabes que me interesas y que no quiero que esto se acabe, sin haber empezado.
No dejes de pensar en mí,…yo no lo haré.
Espero verte pronto para y decirte todo esto mirándote a tus hermosos ojos que me han hipnotizado.
Tuyo desde ahora,
Edward.
Al terminar de leerla me llevé la nota a mi corazón y sonreí de felicidad, llevé la nota hacia mis labios y la besé.
–sí Edward, me gustas tanto y pensaré en ti hasta que nos veamos. Me gustas más de lo normal, serás mío, solo mío, ya eres mío y yo tuya y de nadie más. Te haré feliz como yo lo seré al estar a tu lado- dije voz alta. No me importó si había alguien, reaccioné y vi a mi alrededor por si había alguien, guarde mi nota en mi casillero y salí de ahí con una sonrisa de par en par, me inundaba la felicidad al saber que a Edward no le era indiferentes.
Cumplí con mi turno del día y regresé a mi casa. Volví a leer la nota de Edward y sentí la necesidad de llamarle, pero iba a respetar lo que me había pedido en la nota de esperarlo. No quería arruinar nada por mi impaciencia. Quería verlo y abrazarlo y volver a tomar sus manos.
La tarde corrió tan rápido que llegó la noche y me entregué a Morfeo pensando en mis ojos esmeraldas que ansiaba verlos.
Desperté después de una noche reparadora, después de una noche llena de emociones junto a la familia Cullen. Volví a ver a esos ojos esmeraldas que me cautivaron. Volví a ver al primer hombre que a hecho que mi cuerpo reaccionara teniendo sensaciones nuevas, verdaderas. Sensaciones que en mi vida no había tenido, ni deseado.
En mi piel aún tenía el efecto de estar tomada de su mano. Él tenía unas manos suaves, velludas, pero a la vez varoniles, con unos largos dedos especiales para deleitarme con una hermosa melodía. ¿Cómo sería sentir sus manos explorarme por todos lados? – Deja de pensar esas cosas Bella- pensé.
Reaccioné y me bajé de la cama, me fui a dar un baño y despejarme y empezar a organizarme para mañana el primer día en el hospital y para hoy que tendré el reencuentro con mi mejor amigo. Sí con Jacob, ansiaba poder conversar con él después de tanto tiempo, él había sido mi mejor amigo y el único en mi niñez y cada vez que venía a ver a mi padre él hacía que mi estancia fuera más interesante.
Siempre pensé que nuestra amistad duraría por siempre. Yo desde que entre al instituto y menos cuando entré a la Universidad en otro estado, nos alejamos, pero el sentimiento estaba allí. Seguía igual cómo antes, al verlo en el hospital con delantal de médico me llenó de orgullo, él era un buen muchacho, esforzado y sobre todo un hombre que se merecía lo mejor.
Desayuné sola ya que Charlie se había ido a pescar muy temprano, lave los trastes y me fui al dormitorio para asearle ya que con tantas cosas en estos días llegaba solo a dormir y a estirar mi cama y ordenar por ahí. Ya eran casi medio día cuando sentí el ruido de una moto fuera de la casa, observé por la ventana y vi que era Jacob, había llegado temprano, pero lo entendí ya que sabía que estaba ansioso por nuestro encuentro.
Sentí tocar la puerta y bajé de inmediato, abrí y estaba ahí con esa sonrisa que se caracterizaba cuando niño mostrando sus dientes blanquísimos, con un brillo en sus ojos. Me lancé a sus brazos para darle un fuerte abrazo. Al hacerlo me percaté cuanto había cambiado su cuerpo, ya no era el chico delgado, con cabello largo, ahora era un hombre atractivo con fuetes brazos fornidos, duro como piedra, con una espalda ancha. Me imaginaba que su novia agradecía tener un hombre como él.
Cuando éramos pequeños a él le gustaban dos mujeres y me decía que cuando creciéramos iba a ser difícil decidir ya que a las dos las quería. Una era Leah una chica de la misma reserva, muy bella. Y la otra era yo aunque yo siempre le dejaba claro que él era mi mejor amigo y que jamás pensaría en él como otra cosa.
Ahora lo sabía más que nunca ya que con haber cocido a Edward sabía que él era el hombre que quería para toda la vida. Y Jacob era el amigo de siempre.
-¡Jacob! Por fin llegaste- le dije eufórica.
-Sabía que estarías aburrida ya que Charlie anda con mi padre y Carlisle y sabía que estabas sola- me dijo con alegría en su tono.
-Bueno no he estado tan aburrida, he estado aseando mi dormitorio- le dije riéndome.
-Bueno espero que hayas terminado ya que te vine a buscar para ir almorzar a la casa y estar en la Push durante la tarde, así lleva tu traje de baño- me dijo guiñándome el ojo.
-Ok, pero debes saber que aun no he aprendido a nadar y que no espero saberlo ahora, así que no me bañaré, solo tomaré un poco de sol, aunque dudo que salga algún rayo- le dije riéndonos al mismo tiempo. -¡espérame un rato! ¿ok?
Subí rápidamente, me cambié me puse mi bañador de una pieza y bajé ya estando lista. Se me había olvidado que me subiría a su moto. Era extraña la sensación, nunca me había subido a una y de pronto me dieron ganas de hacerlo.
Bajé después de estar lista y salimos, puse mi bolso cruzado y me pasó su casco, él iría sin él, se lo agradecí porque en el fondo estaba ansiosa pero aterrada al mimo tiempo.
Nos fuimos y con sentir el viento en mi rostro, recibí la más rica experiencia. Iba abrazada de la cintura de Jacob y sentí su abdomen duro igual que sus brazos. Me sonrojé al pensar que mi amigo se había convertido en un hombre muy atractivo.
Llegamos a su casa y estaba igual a como era antes. Una casa sencilla y modesta, pero con una calidez enorme. Me senté en su sofá y me eché para atrás recordando los momentos que habíamos pasado antes.
Cocinamos unos pescados que tenía en el congelador, pelamos unas patatas y las cocinamos para acompañarlos. Jacob hizo casi todo ya que no me dejó a ayudarlo mucho. Mientras tanto yo me deleitaba con el paisaje, era tan cómo lo recordaba. A pesar del tiempo no había cambiado nada. Almorzamos, conversamos de nuestras experiencias en la universidad y los desafíos que se vendrían ahora en mi trabajo y las expectativas que tenía él después de dar su examen final.
Después de un rato, lavamos los platos y nos fuimos a la playa, caminamos y nos instalamos, nos sentamos y me llevé mis rodillas a mi pecho y las abracé mirando el océano. Me imaginé en ese momento estar con Edward en ese lugar tan hermoso.
-¿en qué o en quién piensas Bella?- me preguntó con curiosidad.
Me reí y me di vuelta y lo tomé de los tobillos y lo voté a mi lado. Comenzamos a jugar, luchando en la arena, recordando cuando éramos niños. Nos reímos tanto cuando los dos nos llenamos de arena mojada nuestro rostro, nos veíamos tan chistosos. En realidad me di cuenta que le echaba de menos. Que mis momentos de niñez habían sido muy importantes en mi vida y sobre todo su hermosa amistad.
-¿Bella? ¿te puedo preguntar algo?- me dijo con timidez.
-Claro, todo lo que quieras- le dije con una sonrisa en mis labios.
-¿Hay alguien en tu corazón?- me dijo con cautela ruborizándose un poco.
Le miré y sonreí antes de contestar.
-Bueno hay muchas personas en mi corazón que son muy importantes- le dije sabiendo que eso no era lo que me estaba preguntando.
-¡Bella! Eso no es lo que te pregunté- me dijo frunciendo su frente.
-Jacob antes de llegar a Fork, no había nadie, solo que hace unos día atrás conocí al ser más hermoso, sencillo, tierno, con unos ojos que me hechizaron y que desde que le vi, no pienso en nadie más- le dije sin decir el nombre.
-¿Es Cullen cierto?- me dijo sin tapujo.
Me sonrojé al escuchar que él lo sabía.
-¿y cómo lo sabes?- le dije sorprendida.
-bueno tu me contaste que lo habías conocido en el hospital y vi ese día como brillaban tus ojos cuando me lo dijiste- me dijo con una sonrisa en sus labios.
-bueno ya lo sabes, es Edward y creo que le pasa lo mismo que a mí- le dije con resignación -En realidad Jacob no sé que me pasa, es algo nuevo, pero pienso todo el día en él. Es cómo si mi cuerpo necesita de su presencia aunque este lejos pero cerca de la vez- le dije con euforia.
-Parece que enamoraste Bella- me lo dijo con resignación. –Edward es un buen amigo, muy fiel y leal, además de ser un buen hijo, muy responsable, ejemplar tanto o más que sus hermanos. Si no te a dicho nada aun es porque debe ser complicado para él esta situación ya que él nunca a tenido novia o algo parecido, siempre se dedicó a sus debes en la universidad a pesar que ahí muchas chicas lo codiciaban y lo acosaban. Él nunca tuvo una mirada o un sentimiento por alguien.
-¿Jacob, y tu tienes en tu corazón algún sentimiento especial por alguna mujer?- fui más directa al preguntarle y le miré.
-bueno tu sabes que siempre he tenido ojos para dos mujeres, pero una ya tendré que descartarla- me dijo riéndose.
-¿o sea que Leah sigue en tu corazoncito amigo?- pregunté.
-sí, aunque estamos lejos, pero sigue aquí. Hablamos casi todos los días y nos vemos por el MSN, claro no es lo mismo que estar juntos, pero algo es algo mientras terminamos nuestros estudios. Ella esta estudiando biología marina, así que pronto estaremos juntos, solo le falta algunos meses par ello- me dijo con ansias es sus palabras.
-me alegro amigo, me alegro que estén juntos y que sus sentimientos están fundidos en sus corazones- le dije esperando en mi corazón que nuestros sentimientos con Edward fuesen igual o mejor que eso.
En eso nos abrazamos tan fuerte por lo que nos habíamos confesado y en ese momento sentí que alguien nos miraba, pero fue una sensación extraña, no había nadie a nuestro alrededor. Estuvimos abrazados por algunos minutos, nos soltamos y nos fuimos a la casa a comer algo ya que habíamos pasado toda la tarde en la playa y no habíamos llevado nada para el estomago y ya nuestros estómago nos estaba pidiendo a gritos algo de comida.
Después de eso me llevó a casa y nos despedimos. Entré luego feliz de haber estado con mi amigo de la infancia y de las confesiones que nos habíamos hecho. Sonreí como una chiquilla al pensar que era verdad lo que sentía por Edward. Él me había cambiado mi esquema de vida y de pensar, ya que añoraba con verle de nuevo o simplemente escuchar su voz. Me fui a la cama pero antes revisé la libreta de Charlie donde salían los números de teléfono importante y encontré el de la residencia de los anoté en mí celular pensando en llamar a Edward para saludarle o simplemente escuchar su voz sin decir nada. Estaba loca, no sabía que me pasaba, años atrás no hubiese pensado hacer nada de eso.
Ya eran las como las diez de la noche y antes que se me hiciera más tarde marque el número y por desgracia sonaba ocupado, colgué e intenté de nuevo y seguía ocupado, me rendí y me quedé con las ganas de escucharle y maldije por saber su celular para por último mandarle un mensaje de texto.
Me quedé dormida con la sensación de frustración en mi corazón y sentía ganas de llorar por no haber cumplido mi objetivo. Pero el cansancio llegó y quedé profundamente dormida sintiendo cómo una lágrima bajaba por mi mejilla.
No supe como llegó la mañana y me levantaba para dirigirme a mi primer día de trabajo en el hospital, Charlie me llevó después de desayunar. Llegamos y el jefe de personal era un atractivo varón llamado James y me dio la bienvenida y me mostró mi casillero para guardar mis cosas.
Comencé con mis obligaciones vistiendo con mi cabello tomado y un delantal blanco, solo llevaba eso puesto y mi ropa interior con unas pantys medias de color blanco, me sentía feliz estar vestida con mi uniforme oficial. Creí en ese momento que era un poco provocativo pero me dio igual al pensar que le hacía un favor a mi persona. Inicié haciendo revisión de los medicamentos en algunos pacientes, me dirigí a mi casillero para buscar algo que se me había quedado, entré y encontré entre la abertura de la puerta un papel, me reí y la tomé en mis manos y la abrí para leerla.
Mi querida Bella,
Lamentablemente hoy no he tenido ningún sueño. Solo sé que mi dormir fue pensando en ti al leer tu nota una vez más y mi despertar fue hermoso porque lo hice con tu imagen en mi mente.
Solo quiero que sepas, que a mí me pasa lo mismo que a ti, no dejo de pensar en ti. Vienes a mi mente en todo momento. No niego que me da susto esto, pero me agrada sentir que me haces sentir vivo.
Me gustas mucho, más de lo que te imaginas. No quiero interponerme entre tu nuevo trabajo. Tú sabes que estoy en mi preparación para el examen final y quiero concentrarme pero a la vez quiero estar tranquilo que sabes que me interesas y que no quiero que esto se acabe, sin haber empezado.
No dejes de pensar en mí,…yo no lo haré.
Espero verte pronto para y decirte todo esto mirándote a tus hermosos ojos que me han hipnotizado.
Tuyo desde ahora,
Edward.
Al terminar de leerla me llevé la nota a mi corazón y sonreí de felicidad, llevé la nota hacia mis labios y la besé.
–sí Edward, me gustas tanto y pensaré en ti hasta que nos veamos. Me gustas más de lo normal, serás mío, solo mío, ya eres mío y yo tuya y de nadie más. Te haré feliz como yo lo seré al estar a tu lado- dije voz alta. No me importó si había alguien, reaccioné y vi a mi alrededor por si había alguien, guarde mi nota en mi casillero y salí de ahí con una sonrisa de par en par, me inundaba la felicidad al saber que a Edward no le era indiferentes.
Cumplí con mi turno del día y regresé a mi casa. Volví a leer la nota de Edward y sentí la necesidad de llamarle, pero iba a respetar lo que me había pedido en la nota de esperarlo. No quería arruinar nada por mi impaciencia. Quería verlo y abrazarlo y volver a tomar sus manos.
La tarde corrió tan rápido que llegó la noche y me entregué a Morfeo pensando en mis ojos esmeraldas que ansiaba verlos.
gracias por la espera
besitos
sigan posteando
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Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
me encanta porque mezclas la ternura con la pasion
no pares de escribir
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xole- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
bueno creo que el amor es asi es una mezcla de todo no es solo pasion, eso es un complemento...creo
Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
atal acabe de leer tu historia me necanto es como amor a primera vista amiga enserio que que romantica eres me encanta espero que subas mas
Irina Denali- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
me alegro que te haya gustado amiga, espero subir pronto, besitos
Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18)
estoy totalmente decuerdo con ustedes chicas la historia es super romantica y me encanta la forma en la que escribes sige asi y espero el proximo capitulo pronto hasta pronto para seguirnos leyendo
les dejo muchos
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alejandra_vazquez88- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
aqui otro capitulo, visto por Carlisle y Charlie
Capítulo 7: “Confabulación”
Capítulo 7: “Confabulación”
Semanas antes…
CHARPOV
-Carlisle estoy tan frustrado por no poder estar con mi hija en su graduación- le dije a mi amigo.
-pero no te preocupes, ella estará pronto contigo y podrás mimarla como siempre has querido- me dijo dándome apoyo.
Carlisle era uno de mis mejores amigos junto a Billy, pero con él podía contarles mis temores que tenía respecto a mi hija. A pesar que hace tiempo que no nos veíamos, teníamos mucha confianza con ella, casi todos los días conversábamos por teléfono, ella me contaba todo lo que le pasaba, siempre le preguntaba si había conocido a alguien y siempre era la misma respuesta –papá aun no esta en mis planes- siempre era lo mismo, en su mente y en su corazón no estaba la idea de fijarse en alguien, habían otras prioridades en su vida.
Cuando le conté a Carlisle que Bells ya estaba por terminar y graduarse de enfermera, me pidió que convenciera a mi hija a que viniera a una entrevista de trabajo, ya que quedaría una bacante a fines de este mes como jefe de enfermería. Eso me dio mucha felicidad al solo pensar que podría tener la posibilidad de tener a mi hija junto a mí.
-¿papá? Hola- me dijo mi hija.
-¡Bella! ¿Cómo has salido?- le pregunté.
-¡¡Bien!! ya me dieron todas las calificaciones y me graduaré con honores, así debes estar orgulloso de tu hija- me dijo con regocijo en sus palabras.
-siempre lo he estado hija, aun sin tus calificaciones- le dije con orgullo.
-papá lamento de verdad que no puedas estar conmigo ese día, pero lo entiendo- me dijo con pena en sus palabras.
-que bueno que me entiendas, pero ya tendremos tiempo de ponernos al día cuando estés aquí conmigo- le dije sin dar más detalles.
-¿cómo?- me preguntó con un tono de no entender a lo que me refería.
-bueno te tengo una petición, bueno no es mía en su totalidad, sino que del Director del hospital de Forks, el Dr. Carlisle Cullen- le comencé a explicar. –él supo que yo tenía una hija que estaba saliendo de enfermería y con muy buena referencias de la universidad y de los lugares donde había hecho sus prácticas y me pidió que vinieras a una entrevista para la bacante de Jefe de enfermería.
-¡de verdad papá!- me dijo con entusiasmo.
-sí hija, con tu tono de voz me dices ¿qué vendrás a la entrevista?- le pregunté para cerciorarme.
-¡claro que sí papá!, cómo voy a despreciar esta oportunidad de trabajo y de poder estar a tu lado- me dijo eufórica por la emoción. –debes avisarme cuando es la entrevista para prepararme, ten e cuenta que si no resulta el trabajo, me quedaré por un tiempo contigo, ¿ok papá?
-hija que emoción de tenerte en casa otra vez después de tanto tiempo, pero si tienes otra oportunidad si es que no te resulta aquí, no quiero ser el obstáculo de que pierdas esa circunstancia- le dije.
-no papá, esa decisión ya la tenía en mente, mi madre ya lo sabía, así que no hay nada de que hablar, ¿ok?- me dijo.
-¿o sea que si no hubiera existido la entrevista, ibas a venir igual?- le dije.
-sí papá- me contestó. –papito, hace mucho tiempo que no estoy contigo y eso le pedí a mi madre que me dejara como regalo de graduación, aunque ella no me dejara, iba a ir igual.
-hija ¡te amo tanto!- le dije con mi voz quebrajada.
-yo también a ti, no sabes cuanto- me contestó.
-ya hija, me voy despidiendo, y ya sabes yo te avisaré para cuando tienes la entrevista, para que te prepares- le dije con pena pero a la vez emocionado por su decisión.
-ok papá, cuídate mucho y recuerda que pronto estaré contigo y me tendrás que soportar- me dijo riéndose. –te quiero bye.
-bye hija, te amo- le contesté y colgué.
Estaba emocionado por lo que mi hija iba hacer, no me lo esperaba, después de mucho tiempo estaríamos juntos otra vez. Le avisaría a Carlisle la decisión de Bella, sabía que la noticia le haría bien porque de alguna manera los dos albergábamos la esperanza de que Bella con Edward se conocieran y quién sabe más adelante podríamos ser familia.
Eso me daba una sensación esperanzadora porque siempre he admirado a Edward, creo que siempre he querido un chico como él para mi hija, su forma de ser era le modelo de yerno que quería. Y si es él, mejor aún, de alguna forma, los dos con Carlisle queríamos intentarlo.
CARPOV
-Esme, estoy tan preocupado que Edward este tan solo, desde que le tenemos siempre fue nuestro hijo más responsable- le dijo a su esposa.
-amor, no te preocupes, ya llegará el tiempo de que conocerá a una chica y tendrá la experiencia de tener y sentir a alguien a su lado- le contestó.
-pero amor, durante todo el tiempo que estamos en Forks y cuando estuvo en la universidad, nunca a traído a nadie, menos hemos sabido que ha tenido por ahí alguna aventura- le dijo con preocupación.
-lo que pasa Carlisle es que nuestro hijo nos salió más responsable de lo normal- se rió abrazando a Esme. –está esperando el tiempo necesario.
-sí, primero es lo primero, y en este momento son sus estudios- dijo Esme.
-¿Sabes? Tengo el presentimiento que muy pronto llegará esa chica que hará que nuestro hijo tenga otras prioridades- le dijo besándola suavemente. –Solo debes acordarte de nosotros, nos vimos a primera vista y supimos que éramos el uno para el otro, creo que a Edward le pasará lo mismo- le dijo profundizando otro beso.
-¿te conté que Bella, la hija de Charlie le falta una semana para graduarse de enfermera?- le dijo.
-Noo,…- lo miró con intriga. –¿Carlisle no pensarás presentársela a Edward?
-No, pienso proponerle trabajo en el hospital, ya que el jefe de enfermero se va al hospital de Chicago y quedará una bacante, además lo que sé es una excelente estudiante y pedí referencias de ella y ha obtenido las mejores calificaciones de su generación- le dijo con expectativas. –además es hija de uno de mis mejores amigos y ¿qué mejor que venga a Forks y estar junto a su padre?
-ok, pensemos que esa es tu intensión- le dijo riéndose sabiendo lo que pensaba.
-Charlie piensa lo mismo que yo amor, su hija es muy parecida en eso a nuestro hijo en que hay prioridades a medida que pasa el tiempo, así que ella a dejado para después la parte sentimental- le dijo explicando sus intensiones. –además ¿cómo sabes las cosas pueden ser favorables para todos?- le guiñó el ojo y le abrazó.
Charlie siempre le había dicho a Carlisle que Edward sería un buen yerno para cualquier padre, por ser tan responsable, caballero, inteligente y un montón de cualidades positivas, y que deseaba que su hija pudiera conocer un chico como él.
Carlisle pensó en eso y lo conversó con Charlie y los dos se pusieron de acuerdo en que harían lo que fuese necesario para acercarlos. Eso implicaría que Bella aceptara la bacante del hospital, y lo demás vendría de añadidura. Pasaron los días y faltaban pocos días para que Edward terminara su residencia. Había sido bastante buena para ejercer la cirugía en el área de urgencias, se había desempeñado muy bien en su papel, así que solo le faltaba dar su examen y regresar para ser parte del plantel del hospital.
-¿papá?- me preguntó. –y ¿quién tomará la nueva bacante del jefe de enfermería, hasta que yo sé Demetri se fue esta semana a Chicago y no has contratado a nadie?
-Bueno Edward, este viernes tengo una entrevista con una enfermera recién graduada, que tiene un muy buen prontuario por sus calificaciones en la universidad y en sus prácticas. Ha salido con distinción- le dije.
-¿y quien es esa mujer que te tiene embobado?- me preguntó.
-bueno sencillamente para tu información es la hija de Charlie, Isabella Swan- le dije con una sonrisa en los labios, pensando en mis planes.
-¿la hija de Charlie es enfermera?- dijo sorprendido.
-sí, no te acuerdas que una vez lo comentó y de lo orgulloso que estaba por tener una hija tan dedicada y responsable- le dije.
-No, tu sabes que las veces que Charlie ha ido a casa no comparto mucho, tu sabes que soy medio aburrido a veces- me dijo con sarcasmo.
-no hijo, solo que tu eres diferente, hay cosas más importante- le dije abrazándolo. –así que hijo debes darle la bienvenida cuando llegue, creo que será muy valioso que ella este entre nosotros.
-claro papá, cuenta con ello- creo que si yo fuera a trabajar donde no me conocen me gustaría mucho que fuesen cordiales y amables conmigo- respondió.
-Además Charlie dice que Isabella es muy bella- le miré y le guiñé el ojo.
-¡papá!, no me vengas con eso ya, tu sabes que aun no he pensado en chicas y no lo haré hasta que termine esta etapa, ok- me dijo un poco molesto.
-ok hijo pero no esta demás el dato que te doy, en una de esas puede tener alguna amiga para que te la presente- me reí contagiándolo.
-tú y tus suposiciones papá, te quiero- me abrazo y se salió de mi oficina.
CHARPOV
-Carlisle estoy tan frustrado por no poder estar con mi hija en su graduación- le dije a mi amigo.
-pero no te preocupes, ella estará pronto contigo y podrás mimarla como siempre has querido- me dijo dándome apoyo.
Carlisle era uno de mis mejores amigos junto a Billy, pero con él podía contarles mis temores que tenía respecto a mi hija. A pesar que hace tiempo que no nos veíamos, teníamos mucha confianza con ella, casi todos los días conversábamos por teléfono, ella me contaba todo lo que le pasaba, siempre le preguntaba si había conocido a alguien y siempre era la misma respuesta –papá aun no esta en mis planes- siempre era lo mismo, en su mente y en su corazón no estaba la idea de fijarse en alguien, habían otras prioridades en su vida.
Cuando le conté a Carlisle que Bells ya estaba por terminar y graduarse de enfermera, me pidió que convenciera a mi hija a que viniera a una entrevista de trabajo, ya que quedaría una bacante a fines de este mes como jefe de enfermería. Eso me dio mucha felicidad al solo pensar que podría tener la posibilidad de tener a mi hija junto a mí.
-¿papá? Hola- me dijo mi hija.
-¡Bella! ¿Cómo has salido?- le pregunté.
-¡¡Bien!! ya me dieron todas las calificaciones y me graduaré con honores, así debes estar orgulloso de tu hija- me dijo con regocijo en sus palabras.
-siempre lo he estado hija, aun sin tus calificaciones- le dije con orgullo.
-papá lamento de verdad que no puedas estar conmigo ese día, pero lo entiendo- me dijo con pena en sus palabras.
-que bueno que me entiendas, pero ya tendremos tiempo de ponernos al día cuando estés aquí conmigo- le dije sin dar más detalles.
-¿cómo?- me preguntó con un tono de no entender a lo que me refería.
-bueno te tengo una petición, bueno no es mía en su totalidad, sino que del Director del hospital de Forks, el Dr. Carlisle Cullen- le comencé a explicar. –él supo que yo tenía una hija que estaba saliendo de enfermería y con muy buena referencias de la universidad y de los lugares donde había hecho sus prácticas y me pidió que vinieras a una entrevista para la bacante de Jefe de enfermería.
-¡de verdad papá!- me dijo con entusiasmo.
-sí hija, con tu tono de voz me dices ¿qué vendrás a la entrevista?- le pregunté para cerciorarme.
-¡claro que sí papá!, cómo voy a despreciar esta oportunidad de trabajo y de poder estar a tu lado- me dijo eufórica por la emoción. –debes avisarme cuando es la entrevista para prepararme, ten e cuenta que si no resulta el trabajo, me quedaré por un tiempo contigo, ¿ok papá?
-hija que emoción de tenerte en casa otra vez después de tanto tiempo, pero si tienes otra oportunidad si es que no te resulta aquí, no quiero ser el obstáculo de que pierdas esa circunstancia- le dije.
-no papá, esa decisión ya la tenía en mente, mi madre ya lo sabía, así que no hay nada de que hablar, ¿ok?- me dijo.
-¿o sea que si no hubiera existido la entrevista, ibas a venir igual?- le dije.
-sí papá- me contestó. –papito, hace mucho tiempo que no estoy contigo y eso le pedí a mi madre que me dejara como regalo de graduación, aunque ella no me dejara, iba a ir igual.
-hija ¡te amo tanto!- le dije con mi voz quebrajada.
-yo también a ti, no sabes cuanto- me contestó.
-ya hija, me voy despidiendo, y ya sabes yo te avisaré para cuando tienes la entrevista, para que te prepares- le dije con pena pero a la vez emocionado por su decisión.
-ok papá, cuídate mucho y recuerda que pronto estaré contigo y me tendrás que soportar- me dijo riéndose. –te quiero bye.
-bye hija, te amo- le contesté y colgué.
Estaba emocionado por lo que mi hija iba hacer, no me lo esperaba, después de mucho tiempo estaríamos juntos otra vez. Le avisaría a Carlisle la decisión de Bella, sabía que la noticia le haría bien porque de alguna manera los dos albergábamos la esperanza de que Bella con Edward se conocieran y quién sabe más adelante podríamos ser familia.
Eso me daba una sensación esperanzadora porque siempre he admirado a Edward, creo que siempre he querido un chico como él para mi hija, su forma de ser era le modelo de yerno que quería. Y si es él, mejor aún, de alguna forma, los dos con Carlisle queríamos intentarlo.
CARPOV
-Esme, estoy tan preocupado que Edward este tan solo, desde que le tenemos siempre fue nuestro hijo más responsable- le dijo a su esposa.
-amor, no te preocupes, ya llegará el tiempo de que conocerá a una chica y tendrá la experiencia de tener y sentir a alguien a su lado- le contestó.
-pero amor, durante todo el tiempo que estamos en Forks y cuando estuvo en la universidad, nunca a traído a nadie, menos hemos sabido que ha tenido por ahí alguna aventura- le dijo con preocupación.
-lo que pasa Carlisle es que nuestro hijo nos salió más responsable de lo normal- se rió abrazando a Esme. –está esperando el tiempo necesario.
-sí, primero es lo primero, y en este momento son sus estudios- dijo Esme.
-¿Sabes? Tengo el presentimiento que muy pronto llegará esa chica que hará que nuestro hijo tenga otras prioridades- le dijo besándola suavemente. –Solo debes acordarte de nosotros, nos vimos a primera vista y supimos que éramos el uno para el otro, creo que a Edward le pasará lo mismo- le dijo profundizando otro beso.
-¿te conté que Bella, la hija de Charlie le falta una semana para graduarse de enfermera?- le dijo.
-Noo,…- lo miró con intriga. –¿Carlisle no pensarás presentársela a Edward?
-No, pienso proponerle trabajo en el hospital, ya que el jefe de enfermero se va al hospital de Chicago y quedará una bacante, además lo que sé es una excelente estudiante y pedí referencias de ella y ha obtenido las mejores calificaciones de su generación- le dijo con expectativas. –además es hija de uno de mis mejores amigos y ¿qué mejor que venga a Forks y estar junto a su padre?
-ok, pensemos que esa es tu intensión- le dijo riéndose sabiendo lo que pensaba.
-Charlie piensa lo mismo que yo amor, su hija es muy parecida en eso a nuestro hijo en que hay prioridades a medida que pasa el tiempo, así que ella a dejado para después la parte sentimental- le dijo explicando sus intensiones. –además ¿cómo sabes las cosas pueden ser favorables para todos?- le guiñó el ojo y le abrazó.
Charlie siempre le había dicho a Carlisle que Edward sería un buen yerno para cualquier padre, por ser tan responsable, caballero, inteligente y un montón de cualidades positivas, y que deseaba que su hija pudiera conocer un chico como él.
Carlisle pensó en eso y lo conversó con Charlie y los dos se pusieron de acuerdo en que harían lo que fuese necesario para acercarlos. Eso implicaría que Bella aceptara la bacante del hospital, y lo demás vendría de añadidura. Pasaron los días y faltaban pocos días para que Edward terminara su residencia. Había sido bastante buena para ejercer la cirugía en el área de urgencias, se había desempeñado muy bien en su papel, así que solo le faltaba dar su examen y regresar para ser parte del plantel del hospital.
-¿papá?- me preguntó. –y ¿quién tomará la nueva bacante del jefe de enfermería, hasta que yo sé Demetri se fue esta semana a Chicago y no has contratado a nadie?
-Bueno Edward, este viernes tengo una entrevista con una enfermera recién graduada, que tiene un muy buen prontuario por sus calificaciones en la universidad y en sus prácticas. Ha salido con distinción- le dije.
-¿y quien es esa mujer que te tiene embobado?- me preguntó.
-bueno sencillamente para tu información es la hija de Charlie, Isabella Swan- le dije con una sonrisa en los labios, pensando en mis planes.
-¿la hija de Charlie es enfermera?- dijo sorprendido.
-sí, no te acuerdas que una vez lo comentó y de lo orgulloso que estaba por tener una hija tan dedicada y responsable- le dije.
-No, tu sabes que las veces que Charlie ha ido a casa no comparto mucho, tu sabes que soy medio aburrido a veces- me dijo con sarcasmo.
-no hijo, solo que tu eres diferente, hay cosas más importante- le dije abrazándolo. –así que hijo debes darle la bienvenida cuando llegue, creo que será muy valioso que ella este entre nosotros.
-claro papá, cuenta con ello- creo que si yo fuera a trabajar donde no me conocen me gustaría mucho que fuesen cordiales y amables conmigo- respondió.
-Además Charlie dice que Isabella es muy bella- le miré y le guiñé el ojo.
-¡papá!, no me vengas con eso ya, tu sabes que aun no he pensado en chicas y no lo haré hasta que termine esta etapa, ok- me dijo un poco molesto.
-ok hijo pero no esta demás el dato que te doy, en una de esas puede tener alguna amiga para que te la presente- me reí contagiándolo.
-tú y tus suposiciones papá, te quiero- me abrazo y se salió de mi oficina.
espero sus opiniones
disfrútenlo
besitos a todas
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Re: Todo a su tiempo (+18)
me encanta que pongas los puntos de vista de los demas ya me imaginaba que algo asi avian planeado algo asi Charlie y Carlisle para juntarlos espero el proximo capitulo pronto
alejandra_vazquez88- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
que picarones estos papas
concuerdo con Bella me encanta ver el punto de vista de los demas tambien ....ahora esperaremos el proximooo
concuerdo con Bella me encanta ver el punto de vista de los demas tambien ....ahora esperaremos el proximooo
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
Aquí el capítulo que estaban esperando...
Capítulo 8: “Primer beso”
Capítulo 8: “Primer beso”
EPOV
Al día siguiente, toda la mañana estudie, cuando tomaba un respiro pensaba en Bella y me venía las ganas de verla y de estar con ella. Ya era hora de almorzar, bajé y encontré a mi madre poniendo la mesa para comer, Alice llegaba hasta la tarde, solo estábamos los dos, sabía que sería un almuerzo lleno de preguntas, ya que sabía que mi padre le había contado de nuestra conversación del día anterior.
-¡Hola mamá!- Le saludé con beso en la mejilla.
-¡Hola hijo! ¿Cómo estuvieron los estudios?- Me preguntó respondiendo mi beso. -Se te ve bien hoy, mi curiosidad es el ¿por qué tienes esa carita?, tus ojitos te brillan como nunca. ¿A caso hay algo que no me has contado?
-¡Mamá no te hagas! Si sé que papá te ha contado- le dije riéndole.
-Bueno hijo solo es que quiero que me lo cuentes tú- me dijo con una sonrisa en sus labios guiñándome el ojo.
-Bueno ya sabes, pronto verás a tu hijo completo, llegó esa parte que me faltaba mamá- se lo dije abrazándola fuerte y dándole vuelta por tanta felicidad que tenía al saber que Bella estaba en mi vida y que era correspondido.
-Me hace tan feliz verte así de feliz hijo, solo quería que llegara este momento, de ver como mi hijo más hermoso lo flechara cupido, no le digas eso a tus hermanos de lo más bello- me dijo riéndose.
-Mamá ella es lo que siempre había deseado, es hermosa, suave, tierna, ingenua e inteligente, es… es todo lo que deseaba en una mujer a pesar de que no la conozco casi nada, pero es como si la conociera de toda la vida, es como que llegó para estar completo, ya no siento ese vacío que he tenido durante este tiempo en mis estudios- le dije con un énfasis en mis palabras. -Creo que si todo sale bien la familia aumentará- le dije riéndome a carcajada y besando a mi madre en su cuello. Le encantaba eso, cuando jugábamos siempre era igual, siempre la imagen de mi madre era la perfección de mujer, quizás me gusta Bella porque en cierta forma se parece a Esme, en lo cálida. Sé que a medida que la conociera me haría cautivarme cada vez más y vería más cualidades de ella.
Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer.
-¿Edward así que le ya le dijiste a Bella de tus sentimientos?- me preguntó.
-En cierta forma ya lo sabe mamá, solo que me falta decírselo frente a frente, se lo dije por medio de una carta respondiendo a la suya- Le dije.
-¿Y cuándo se lo dirás?- preguntó mi madre.
-A penas dando mi examen mamá- le respondí.
-¡Pero eso en un mes hijo! ¿Cómo vas a esperar tanto?, creo que no debería esperar, tus estudios son importante, pero sé que con decírselo no influirá en tu preparación, todo lo contrario, estarás más tranquilo y no estarás nervioso en forma doble- Me dijo aconsejándome a decirle lo antes posible a Bella sobre mis sentimientos.
-Tienes razón mamá, pensaré cómo decírselo o ¿acaso me quieres ayudar a pensar cómo tener una velada romántica para decírselo?- le dije.
-Bueno si quieres te ayudo a preparar algo, creo que sé cómo a las mujeres nos gusta las cosas- me dijo guiñándome el ojo tomando mi mano encima de la mesa.
-¿Sabes que te amo mamá?- Le dije besando su mano.
-No tanto cómo yo a ti hijo- me dijo cayendo por sus mejillas una gota por la emoción que le hacía tener a mi madre.
Aunque no era mi madre biológica, la amaba como tal, me había dado tanto amor cuando llegué a su compañía con mi padre, ellos eran lo más hermoso que tenía en mi vida y sabía que todo lo que me hacía feliz a mí, les daría felicidad a ellos. Ahora también estaba Bella en mi vida, pero ella nunca ocuparía el lugar de mis padres.
Terminamos de almorzar y me fui a mi recamara a seguir con mis estudios, sin antes de pensar en mi musa más hermosa,… ¿qué estará haciendo?, ¿Con quién estará?,…Dios cuídala y has que pronto estemos juntos, miré al cielo suplicando, necesitaba verla, estar con ella aunque solo sea mirar esos ojos color chocolate que me cautivaban.
Sin dejar mis estudios ya había pasado toda la semana y ya estábamos en viernes, di un respiro y salí a correr por el bosque, corrí y corrí y llegué sin darme cuenta a la casa de los Swan, eran casi las seis de la tarde, vi que estaba la patrulla de Charlie y que estaba saliendo por la puerta, cuando me vio que pasaba por fuera y me llamó.
-¡¡Edward!!- gritó llamándome.
-¡hola Charlie!- Le saludé sin dejar de trotar.
-¿Qué lejos andas en tus ejercicios?- me dijo riéndose.
-Sí es que no me percaté y llegué hasta aquí- le dije jadeando sintiendo mis mejillas arder, pero no se notaba por lo agitado que estaba.
-¿No quieres pasar a saludar a Bella?- está dentro y está un poco aburrida- me dijo como sabiendo que en mi interior deseaba ver a su hija.
-¡Claro! Solo que me enfriaré y necesitaré un baño pronto- le dije parando mí trote.
-Entonces me voy tranquilo sabiendo que Bella se quedará con alguien- me dijo subiendo a la patrulla y yéndose.
Llegué hasta la entrada y toqué sintiendo mis piernas temblar y por el nerviosismo. Por fin la vería después de una semana sin saber de ella, solo que su trabajo en el hospital había sido impecable y que mi padre estaba muy satisfecho por tenerla entre el personal. De pronto se abrió la puerta y era ella, vi cómo su rostro se iluminó con una sonrisa en sus labios y sus ojos se abrieron de par en par al verme parado ahí enfrente a ella.
-¡Hola!- Le dije. -Pasaba por aquí y Charlie me dijo que estabas un poco aburrida y no dudé en pasar a saludarte.
-¡Hola!- Me dijo mordiendo su labio inferior y mirándome. Que lastima que pasaste porque mi padre te pidió que pasaras y no fue por tu propio gusto- me reprochó.
-¡No!, iba a pasar igual, aunque no me atrevía, no sabía como lo tomarías al verme así todo sudado- Le dije con pena.
-Te vez adorable así, más apetecible que nunca- me dijo quitando su mirada de mi la mía ruborizándose.
-¿De verdad piensas que soy apetecible?- Le pregunté tomando su mandíbula inferior y subiéndola para verle sus ojos.
-¡Sí! No sabes cuanto- sin quitar su mirada en la mía. Viéndola como su pecho estaba tan agitado.
Al escucharla me acerqué a ella y sin decir nada posé mis labios encima de los de ellos, fue un beso suave y tierno. No sabía como hacerlo era el primer beso que daba en mi vida, y sin pensarlo dos veces creo que el de ella también. Fue un beso calido, inocente y casto. Me estremecí al sentir sus suaves labios pegados en los míos. Sentir su sabor exquisito y sentir su aroma a fresa que emanaba en ella. Nos separamos un poco para poder respirar, y nos dimos cuenta que estábamos en la entrada y que no había entrado, se disculpó y me jaló hacía dentro de la casa y cerró. Tomó mi cuello como poseyéndolo y me jaló hacia ella con ímpetu y me besó, esta vez ella lo hizo y fue un beso tan bueno como el primero, se separó y me miró riéndose.
-¡Que bueno que viniste! ¡Te extrañe todo este tiempo!- Me dijo mirándome.
-No sabes cuanto lo hice yo- le respondí tomando su cintura entre mis manos.
-¿Cómo fue tu primera semana en el hospital?- Le pregunté.
-¡Bien!, solo que no hallo la hora de que este un médico que tiene que llegar, es un cirujano plástico- me miró riéndose -necesito que me haga unos arreglitos por algunas imperfecciones que hay en mi cuerpo.
-Mmm bueno ya llegará, pero ¿sabes? No creo que necesites de esa cirugía, estas perfecta- le dije dándole un besito en la frente dejando que no viera mi sonrojo.
-¿De verdad te gusto Edward?- Preguntó como que aun no estaba segura.
-¡Claro!, no sabes lo que has hecho en mi vida, a cambiado mucho, no hay momento que no pienso en ti y de estar así, juntos. No hallaba la hora de verte, era una necesidad tan grande, no sabes que me has hecho nena, te confesaré que es la primera vez que me pasa, no se si tu sabes, pero nunca he tenido una novia, nunca había dado un beso a ninguna mujer, solo a mi madre y hermana en la mejilla, me reí avergonzado, pero nuestro primer beso fue lo más hermoso- le dije con timidez en mi voz mirándola fijamente.
-Edward yo también nunca he tenido novio, ni tampoco había dado un beso, así que es mi primera vez también- me dijo mirándome con unos ojos llenos de emoción, brillando de amor.
Nos abrazamos fuerte, que sentí cuanto la necesitaba tenerla tan cerca, era maravilloso tenerla así- Me separé y le dije que tenía que irme a bañar antes que se hiciera más tarde. Me hizo un mohín y preguntó cuando la vería de nuevo.
-Más tarde, te vendré a buscar para que salgamos a dar una vuelta, ¿ok? ¿Saldrías conmigo?- le pregunté sabiendo lo que me diría.
-Me sonrió, ¡claro que te espero y que saldría contigo a donde tú quieras llevarme!- Dijo besando mis labios.
-Entonces me voy ¡ya!, pero dejo mi corazón con el tuyo- le besé y salí por la puerta rumbo a la casa.
Ella quedó en la puerta viéndome alejar, se veía tan hermosa, había tenido su primer beso y ella el mío, me sentía en el aire, pensando en que ya estábamos seguros que estábamos unidos por nuestros sentimientos.
Cuando iba rumbo a casa de vuelta, fui pensando a dónde la llevaría en nuestra primera cita, de inmediato pensé en llevarla a cenar. Me acordé que debía decirle a Esme que no hiciera nada, ya que le había dicho a Bella de mis sentimientos, de una manera que jamás pensé. No fue la forma más romántica, pero fue original, y quizás fue la mejor.
Llegué a casa y llegué aun más sudado por la emoción, que Esme se percató y me siguió sin decir nada hacia mi habitación.
-¿Edward por qué esa carita?- me dijo.
-¡Mamá ya se lo dije! Así que no debes preparar nada, más tarde la iré a buscar y saldremos a comer- le dije contándole abrazándola con fuerza.
-Hijo me haces tan feliz escucharte con la emoción de cómo te refieres a Bella, ya la amo por hacerte tan feliz- me dijo con emoción.
-Lo sé mamá, por eso te amo, me voy a la ducha, porque apesto- le dije.
Esme me dejó y yo entré a la ducha y me saqué todo el sudor de mi cuerpo, mientras me acordaba de sus cálidos labios juntos en los míos. En su sabor dulce y en cuerpo que al estar tan pegado a mi sentí como temblaba de nerviosismo. En ese momento no sabía si esos temblores eran en realidad de ella o eran los míos.
Me estremecí mientras el agua caía en mi piel, pensando en mi niña, mi princesa, mi reina de todo mi ser.
Al día siguiente, toda la mañana estudie, cuando tomaba un respiro pensaba en Bella y me venía las ganas de verla y de estar con ella. Ya era hora de almorzar, bajé y encontré a mi madre poniendo la mesa para comer, Alice llegaba hasta la tarde, solo estábamos los dos, sabía que sería un almuerzo lleno de preguntas, ya que sabía que mi padre le había contado de nuestra conversación del día anterior.
-¡Hola mamá!- Le saludé con beso en la mejilla.
-¡Hola hijo! ¿Cómo estuvieron los estudios?- Me preguntó respondiendo mi beso. -Se te ve bien hoy, mi curiosidad es el ¿por qué tienes esa carita?, tus ojitos te brillan como nunca. ¿A caso hay algo que no me has contado?
-¡Mamá no te hagas! Si sé que papá te ha contado- le dije riéndole.
-Bueno hijo solo es que quiero que me lo cuentes tú- me dijo con una sonrisa en sus labios guiñándome el ojo.
-Bueno ya sabes, pronto verás a tu hijo completo, llegó esa parte que me faltaba mamá- se lo dije abrazándola fuerte y dándole vuelta por tanta felicidad que tenía al saber que Bella estaba en mi vida y que era correspondido.
-Me hace tan feliz verte así de feliz hijo, solo quería que llegara este momento, de ver como mi hijo más hermoso lo flechara cupido, no le digas eso a tus hermanos de lo más bello- me dijo riéndose.
-Mamá ella es lo que siempre había deseado, es hermosa, suave, tierna, ingenua e inteligente, es… es todo lo que deseaba en una mujer a pesar de que no la conozco casi nada, pero es como si la conociera de toda la vida, es como que llegó para estar completo, ya no siento ese vacío que he tenido durante este tiempo en mis estudios- le dije con un énfasis en mis palabras. -Creo que si todo sale bien la familia aumentará- le dije riéndome a carcajada y besando a mi madre en su cuello. Le encantaba eso, cuando jugábamos siempre era igual, siempre la imagen de mi madre era la perfección de mujer, quizás me gusta Bella porque en cierta forma se parece a Esme, en lo cálida. Sé que a medida que la conociera me haría cautivarme cada vez más y vería más cualidades de ella.
Nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer.
-¿Edward así que le ya le dijiste a Bella de tus sentimientos?- me preguntó.
-En cierta forma ya lo sabe mamá, solo que me falta decírselo frente a frente, se lo dije por medio de una carta respondiendo a la suya- Le dije.
-¿Y cuándo se lo dirás?- preguntó mi madre.
-A penas dando mi examen mamá- le respondí.
-¡Pero eso en un mes hijo! ¿Cómo vas a esperar tanto?, creo que no debería esperar, tus estudios son importante, pero sé que con decírselo no influirá en tu preparación, todo lo contrario, estarás más tranquilo y no estarás nervioso en forma doble- Me dijo aconsejándome a decirle lo antes posible a Bella sobre mis sentimientos.
-Tienes razón mamá, pensaré cómo decírselo o ¿acaso me quieres ayudar a pensar cómo tener una velada romántica para decírselo?- le dije.
-Bueno si quieres te ayudo a preparar algo, creo que sé cómo a las mujeres nos gusta las cosas- me dijo guiñándome el ojo tomando mi mano encima de la mesa.
-¿Sabes que te amo mamá?- Le dije besando su mano.
-No tanto cómo yo a ti hijo- me dijo cayendo por sus mejillas una gota por la emoción que le hacía tener a mi madre.
Aunque no era mi madre biológica, la amaba como tal, me había dado tanto amor cuando llegué a su compañía con mi padre, ellos eran lo más hermoso que tenía en mi vida y sabía que todo lo que me hacía feliz a mí, les daría felicidad a ellos. Ahora también estaba Bella en mi vida, pero ella nunca ocuparía el lugar de mis padres.
Terminamos de almorzar y me fui a mi recamara a seguir con mis estudios, sin antes de pensar en mi musa más hermosa,… ¿qué estará haciendo?, ¿Con quién estará?,…Dios cuídala y has que pronto estemos juntos, miré al cielo suplicando, necesitaba verla, estar con ella aunque solo sea mirar esos ojos color chocolate que me cautivaban.
Sin dejar mis estudios ya había pasado toda la semana y ya estábamos en viernes, di un respiro y salí a correr por el bosque, corrí y corrí y llegué sin darme cuenta a la casa de los Swan, eran casi las seis de la tarde, vi que estaba la patrulla de Charlie y que estaba saliendo por la puerta, cuando me vio que pasaba por fuera y me llamó.
-¡¡Edward!!- gritó llamándome.
-¡hola Charlie!- Le saludé sin dejar de trotar.
-¿Qué lejos andas en tus ejercicios?- me dijo riéndose.
-Sí es que no me percaté y llegué hasta aquí- le dije jadeando sintiendo mis mejillas arder, pero no se notaba por lo agitado que estaba.
-¿No quieres pasar a saludar a Bella?- está dentro y está un poco aburrida- me dijo como sabiendo que en mi interior deseaba ver a su hija.
-¡Claro! Solo que me enfriaré y necesitaré un baño pronto- le dije parando mí trote.
-Entonces me voy tranquilo sabiendo que Bella se quedará con alguien- me dijo subiendo a la patrulla y yéndose.
Llegué hasta la entrada y toqué sintiendo mis piernas temblar y por el nerviosismo. Por fin la vería después de una semana sin saber de ella, solo que su trabajo en el hospital había sido impecable y que mi padre estaba muy satisfecho por tenerla entre el personal. De pronto se abrió la puerta y era ella, vi cómo su rostro se iluminó con una sonrisa en sus labios y sus ojos se abrieron de par en par al verme parado ahí enfrente a ella.
-¡Hola!- Le dije. -Pasaba por aquí y Charlie me dijo que estabas un poco aburrida y no dudé en pasar a saludarte.
-¡Hola!- Me dijo mordiendo su labio inferior y mirándome. Que lastima que pasaste porque mi padre te pidió que pasaras y no fue por tu propio gusto- me reprochó.
-¡No!, iba a pasar igual, aunque no me atrevía, no sabía como lo tomarías al verme así todo sudado- Le dije con pena.
-Te vez adorable así, más apetecible que nunca- me dijo quitando su mirada de mi la mía ruborizándose.
-¿De verdad piensas que soy apetecible?- Le pregunté tomando su mandíbula inferior y subiéndola para verle sus ojos.
-¡Sí! No sabes cuanto- sin quitar su mirada en la mía. Viéndola como su pecho estaba tan agitado.
Al escucharla me acerqué a ella y sin decir nada posé mis labios encima de los de ellos, fue un beso suave y tierno. No sabía como hacerlo era el primer beso que daba en mi vida, y sin pensarlo dos veces creo que el de ella también. Fue un beso calido, inocente y casto. Me estremecí al sentir sus suaves labios pegados en los míos. Sentir su sabor exquisito y sentir su aroma a fresa que emanaba en ella. Nos separamos un poco para poder respirar, y nos dimos cuenta que estábamos en la entrada y que no había entrado, se disculpó y me jaló hacía dentro de la casa y cerró. Tomó mi cuello como poseyéndolo y me jaló hacia ella con ímpetu y me besó, esta vez ella lo hizo y fue un beso tan bueno como el primero, se separó y me miró riéndose.
-¡Que bueno que viniste! ¡Te extrañe todo este tiempo!- Me dijo mirándome.
-No sabes cuanto lo hice yo- le respondí tomando su cintura entre mis manos.
-¿Cómo fue tu primera semana en el hospital?- Le pregunté.
-¡Bien!, solo que no hallo la hora de que este un médico que tiene que llegar, es un cirujano plástico- me miró riéndose -necesito que me haga unos arreglitos por algunas imperfecciones que hay en mi cuerpo.
-Mmm bueno ya llegará, pero ¿sabes? No creo que necesites de esa cirugía, estas perfecta- le dije dándole un besito en la frente dejando que no viera mi sonrojo.
-¿De verdad te gusto Edward?- Preguntó como que aun no estaba segura.
-¡Claro!, no sabes lo que has hecho en mi vida, a cambiado mucho, no hay momento que no pienso en ti y de estar así, juntos. No hallaba la hora de verte, era una necesidad tan grande, no sabes que me has hecho nena, te confesaré que es la primera vez que me pasa, no se si tu sabes, pero nunca he tenido una novia, nunca había dado un beso a ninguna mujer, solo a mi madre y hermana en la mejilla, me reí avergonzado, pero nuestro primer beso fue lo más hermoso- le dije con timidez en mi voz mirándola fijamente.
-Edward yo también nunca he tenido novio, ni tampoco había dado un beso, así que es mi primera vez también- me dijo mirándome con unos ojos llenos de emoción, brillando de amor.
Nos abrazamos fuerte, que sentí cuanto la necesitaba tenerla tan cerca, era maravilloso tenerla así- Me separé y le dije que tenía que irme a bañar antes que se hiciera más tarde. Me hizo un mohín y preguntó cuando la vería de nuevo.
-Más tarde, te vendré a buscar para que salgamos a dar una vuelta, ¿ok? ¿Saldrías conmigo?- le pregunté sabiendo lo que me diría.
-Me sonrió, ¡claro que te espero y que saldría contigo a donde tú quieras llevarme!- Dijo besando mis labios.
-Entonces me voy ¡ya!, pero dejo mi corazón con el tuyo- le besé y salí por la puerta rumbo a la casa.
Ella quedó en la puerta viéndome alejar, se veía tan hermosa, había tenido su primer beso y ella el mío, me sentía en el aire, pensando en que ya estábamos seguros que estábamos unidos por nuestros sentimientos.
Cuando iba rumbo a casa de vuelta, fui pensando a dónde la llevaría en nuestra primera cita, de inmediato pensé en llevarla a cenar. Me acordé que debía decirle a Esme que no hiciera nada, ya que le había dicho a Bella de mis sentimientos, de una manera que jamás pensé. No fue la forma más romántica, pero fue original, y quizás fue la mejor.
Llegué a casa y llegué aun más sudado por la emoción, que Esme se percató y me siguió sin decir nada hacia mi habitación.
-¿Edward por qué esa carita?- me dijo.
-¡Mamá ya se lo dije! Así que no debes preparar nada, más tarde la iré a buscar y saldremos a comer- le dije contándole abrazándola con fuerza.
-Hijo me haces tan feliz escucharte con la emoción de cómo te refieres a Bella, ya la amo por hacerte tan feliz- me dijo con emoción.
-Lo sé mamá, por eso te amo, me voy a la ducha, porque apesto- le dije.
Esme me dejó y yo entré a la ducha y me saqué todo el sudor de mi cuerpo, mientras me acordaba de sus cálidos labios juntos en los míos. En su sabor dulce y en cuerpo que al estar tan pegado a mi sentí como temblaba de nerviosismo. En ese momento no sabía si esos temblores eran en realidad de ella o eran los míos.
Me estremecí mientras el agua caía en mi piel, pensando en mi niña, mi princesa, mi reina de todo mi ser.
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besitos
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Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18)
lo dicho me encanta tu historia y me Encanta el beso de Edward con Bella sensillo pero a la vez espontaneo espero el proximo capitulo pronto
les dejo muchos besositos
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alejandra_vazquez88- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
me encanta tanto romanticismo la verdad que ultimamente eso se esta perdiendo y ya me hacia falta una dosis
genial Atal como siempre ..............ahora ha espperar con ganas el siguiente
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
Aquí un capítilo más
Capítulo 9: “Anhelo hecho realidad”
Capítulo 9: “Anhelo hecho realidad”
BPOV
Desde que recibí la nota de Edward aclarando sus sentimientos hacia mí, ya había pasado algunos días sin saber de él. No quise llamarle porque me hice la promesa que iba a respetar lo que me pidió, esperar.
Me morí de ganas por escucharle aunque haya sido un momento, pero me las aguanté, sabía que llegaría el momento para verle de nuevo. Él estaría preparándose para su examen y no quería ser inoportuna.
Mis primeros días en el trabajo fueron muy agradables, conocí a mucha gente que sería de gran ayuda y apoyo en mi labor en el hospital. Carlisle me había visto unas pocas veces solo para saber como me iba sintiendo y si de alguna manera me adaptaba. Vio que estaba muy bien y que me estaba manejando en mis labores y mis nuevas responsabilidades. Me puse feliz al saber que él estaba muy conforme con mi ingreso.
Me moría por preguntarle por Edward, pero me daba vergüenza al hacerlo y me quedaba con las ganas de saber de él. Cada día que llegaba a casa me quedaba durmiendo leyendo la nota de Edward. Suspiraba y me quedaba en blanco, solo pensando en el día que estuviera junto a él.
Ansiaba con sentirlo cerca, sentir sus labios…cuánto lo añoraba, era tan frágil mi corazón que ahora sabía que había encontrado al adecuado.
Me impacientaba pensar cómo sería nuestro primer encuentro después de habernos confesado, me impacientaba nuestro primer beso. Iba a ser el primero de mi vida, solo sabía la teoría, no quería echarlo a perder, quería que fuese especial. Ansiaba tenerlo, sabía que él era el primero que me hacía sentir sensaciones nuevas sin haber estado aun con él.
Era viernes, estaba terminando mi turno del día y me iría a casa, a pesar de estar feliz en mi nuevo trabajo, me sentía cansada, pero no agotada, quería estar en mi casa, hacer un poco de vida familiar, aunque sabía que con Charlie era difícil porque siempre estaba en su trabajo y lo veía poco durante el día. Pero ansiaba estar con él y conversar como lo hacíamos por teléfono día a día, pero ahora estábamos juntos.
Al llegar a casa ya estaba Charlie, me sorprendí porque no era hora para que estuviera ahí.
-¿papá que haces tan temprano en casa?- le pregunté sorprendida.
-sí solo vine por ropa hija, me ausentaré por esta noche y mañana sábado, ya que tengo cosas que hacer, en un caso complicado- me dijo con tono de preocupación por dejarme sola.
-¡oh papá! Y yo que quería pasar este fin de semana en familia- dije con tono de decepción.
-Lo siento hija, pero tu sabes cómo es mi trabajo, lo dejaremos para otro día, ¿ok?- me dijo con pena en sus palabras.
Me resigné en pensar que estaría sola, pero bueno pensaría algunas cosas que hacer, ordenaría mis cosas que aun seguían en cajas, asearía mi dormitorio…muchas cosas, añoraba ver a Edward, solo me conformaba con verlo aunque fuese de lejos. Lo anhelaba tanto, tanto, que con solo pensar en él mi corazón latía con gran velocidad.
Charlie ya estaba listo para irse.
-amor cualquier cosa me llamas al celular, ¿ok?- me dijo Charlie.
-no te preocupes papá, estaré bien, en todo caso no dudaré en llamarte por cualquier cosa- le dije.
Me besó en la frente y se fue, yo subí a mi dormitorio y después de unos minutos sentí la puerta sonar, pensé que a Charlie se le habían olvidado las llaves y bajé deprisa y abrí.
Me quedé inmóvil al ver que el que estaba parado fuera de la puerta no era mi padre si no que era la persona que añoraba con tenerlo cerca y deseaba verlo. Era Edward, se veía adorable, con ropa deportiva y sobre todo su rostro y cabello sudoroso. Se veía tan sexy, sus mejillas rojas por la actividad, aunque juraría que se le pusieron más intensas cuando me vio al abrir la puerta.
-¡Hola!- Me dijo. -Pasaba por aquí y Charlie me dijo que estabas un poco aburrida y no dudé en pasar a saludarte.
-¡Hola!- Le respondí mordiendo mi labio inferior y mirándole. Que lastima que pasaste porque mi padre te pidió que pasaras y no fue por tu propio gusto- le reproché.
-¡No!, iba a pasar igual, aunque no me atrevía, no sabía como lo tomarías al verme así todo sudado- Me dijo con pena.
-Te vez adorable así, más apetecible que nunca- no se de dónde salieron esas palabras, le dije viendo cómo se esquivaba de mi mirar y ruborizado.
-¿De verdad piensas que soy apetecible?- Me preguntó tomando mi mandíbula inferior y subiéndola para verle sus ojos.
-¡Sí! No sabes cuanto- le dije sin dejar de mirarlo fijamente, haciendo que mis palabras me hicieran agitarme tanto que mi respiración se tornó más rápida y mis piernas empezaron a temblar al estar tan cerca de él.
Sin decir nada, no sé cómo Edward se acercó tanto que sin darme cuenta sus labios los posó encima de los míos y me besó tan suavemente. Fue un beso tierno, casto, tan puro pero con tantas ansias. Sentí como Edward se estremecía al estar sintiéndome. Era mutua la sensación, yo estaba igual, mi cuerpo flotaba como una pluma. Era mi primer beso, mis labios vírgenes recibían uno iguales a los míos. Noté que para Edward también era la primera vez. No fue un beso torpe, pero los dos hicimos lo mejor.
Sus labios estaban salados por que su sudor se estaba enfriando en su cuerpo y en su rostro, pero era un sabor exquisito, a pesar de su traspiración su olor era mezcla de perfume con hombría. Se veía tan sabroso. Nunca pensé que un hombre en ese estado me haría estremecer mi cuerpo y mi alma.
Nos separamos un momento y nos dimos cuenta que estábamos en la entrada, lo jalé del brazo y nos entramos. Estando solo él y yo, me dejé influenciar por mi impulso y sin decir nada le tomé del cuello, y lo besé con más pasión. Fue un beso de desesperación. Sentí como sus labios respondieron a los míos y cómo nuestros cuerpos se fundían al estar tan cerca. Se separó para respirar y se me salió una risa.
-¡Que bueno que viniste! ¡Te extrañe todo este tiempo!- Le dije mirándole.
-No sabes cuanto lo hice yo- me respondió tomando su cintura entre sus manos.
-¿Cómo fue tu primera semana en el hospital?- Me preguntó.
-¡Bien!- le respondí. -solo que no hallo la hora de que esté un médico que tiene que llegar, es un cirujano plástico- me miró riéndose -necesito que me haga unos arreglitos por algunas imperfecciones que hay en mi cuerpo- le miré a su ojos como confesándome que le añoraba cerca.
-No creo que necesites de esa cirugía, estas perfecta- me dijo dándome un besito en la frente haciendo que no le viera su sonrojo.
-¿De verdad te gusto Edward?- Pregunté con inseguridad.
-¡Claro!, no sabes lo que has hecho en mi vida, a cambiado mucho, no hay momento que no pienso en ti y de estar así, juntos. No hallaba la hora de verte, era una necesidad tan grande, no sabes que me has hecho nena, te confesaré que es la primera vez que me pasa, no se si tu sabes, pero nunca he tenido una novia, nunca había dado un beso a ninguna mujer, solo a mi madre y hermana en la mejilla, me reí avergonzado, pero nuestro primer beso fue lo más hermoso- me dijo con timidez en su voz mirándome fijamente.
-Edward yo también nunca he tenido novio, ni tampoco había dado un beso, así que es mi primera vez también- le dije mirándolo con unos ojos llenos de emoción, brillando de amor.
Estaba tan emocionada con este encuentro, no lo pensaba así, pero fue perfecto, nos abrazamos tan fuerte, que sentí una necesidad de no separarme de él, pero lo tenía que hacer.
Nos separamos y me dijo que tenía que irse a bañar antes que se hiciera más tarde. Le hice un mohín y le pregunté cuando nos veríamos de nuevo.
-Más tarde, te vendré a buscar para que salgamos a dar una vuelta, ¿ok? ¿Saldrías conmigo?- me preguntó.
-Le sonreí, ¡claro que te espero y que saldría contigo a donde tú quieras llevarme!- Dije besando sus labios.
-Entonces me voy ¡ya!, pero dejo mi corazón con el tuyo- me besó y salió por la puerta rumbo a su casa.
Le quedé mirando por la puerta hasta que se alejó. Había tenido mi primer beso con el hombre más hermoso del mundo, más adorable, más… sentía como que Edward y yo estábamos destinados a estar juntos.
Reaccioné después que mis pensamientos estaban en las nubes y me di cuenta que en unas horas más me vendría a buscar a cenar. Tendríamos nuestra primera cita. No supe que ponerme, mi ropa era tan aburrida, era tan casual, no tenía que ponerme. No sabía si íbamos a algo elegante o algo más sencillo.
Conociendo el poco tiempo a Edward pensé que sería un lugar elegante, él era tan caballero, pero a la vez con una timidez adorable. Creo que esa cualidad era una de las cosas que más me gusta de él y una de las cosas por la cual me cautivó.
Comencé a soñar despierta, pensando en sus calidos y suaves labios. Me estremecí al recordar sus labios rozar y saborear los míos.
-¿si fue su primer beso, entonces es virgen también? Oh Dios, tenemos eso en común. Espero que el día que me entregue a alguien sea un hombre como él. Y si es él, sería perfecto.
-¿Bella te estas viendo en el futuro con Edward?- me pregunté sin sacar una conclusión.
Ya era hora, Edward ya estaría en cualquier momento tocando mi puerta, así que debía dejar de pensar tanto y terminar de alistarme en espera de mi hombre.
Desde que recibí la nota de Edward aclarando sus sentimientos hacia mí, ya había pasado algunos días sin saber de él. No quise llamarle porque me hice la promesa que iba a respetar lo que me pidió, esperar.
Me morí de ganas por escucharle aunque haya sido un momento, pero me las aguanté, sabía que llegaría el momento para verle de nuevo. Él estaría preparándose para su examen y no quería ser inoportuna.
Mis primeros días en el trabajo fueron muy agradables, conocí a mucha gente que sería de gran ayuda y apoyo en mi labor en el hospital. Carlisle me había visto unas pocas veces solo para saber como me iba sintiendo y si de alguna manera me adaptaba. Vio que estaba muy bien y que me estaba manejando en mis labores y mis nuevas responsabilidades. Me puse feliz al saber que él estaba muy conforme con mi ingreso.
Me moría por preguntarle por Edward, pero me daba vergüenza al hacerlo y me quedaba con las ganas de saber de él. Cada día que llegaba a casa me quedaba durmiendo leyendo la nota de Edward. Suspiraba y me quedaba en blanco, solo pensando en el día que estuviera junto a él.
Ansiaba con sentirlo cerca, sentir sus labios…cuánto lo añoraba, era tan frágil mi corazón que ahora sabía que había encontrado al adecuado.
Me impacientaba pensar cómo sería nuestro primer encuentro después de habernos confesado, me impacientaba nuestro primer beso. Iba a ser el primero de mi vida, solo sabía la teoría, no quería echarlo a perder, quería que fuese especial. Ansiaba tenerlo, sabía que él era el primero que me hacía sentir sensaciones nuevas sin haber estado aun con él.
Era viernes, estaba terminando mi turno del día y me iría a casa, a pesar de estar feliz en mi nuevo trabajo, me sentía cansada, pero no agotada, quería estar en mi casa, hacer un poco de vida familiar, aunque sabía que con Charlie era difícil porque siempre estaba en su trabajo y lo veía poco durante el día. Pero ansiaba estar con él y conversar como lo hacíamos por teléfono día a día, pero ahora estábamos juntos.
Al llegar a casa ya estaba Charlie, me sorprendí porque no era hora para que estuviera ahí.
-¿papá que haces tan temprano en casa?- le pregunté sorprendida.
-sí solo vine por ropa hija, me ausentaré por esta noche y mañana sábado, ya que tengo cosas que hacer, en un caso complicado- me dijo con tono de preocupación por dejarme sola.
-¡oh papá! Y yo que quería pasar este fin de semana en familia- dije con tono de decepción.
-Lo siento hija, pero tu sabes cómo es mi trabajo, lo dejaremos para otro día, ¿ok?- me dijo con pena en sus palabras.
Me resigné en pensar que estaría sola, pero bueno pensaría algunas cosas que hacer, ordenaría mis cosas que aun seguían en cajas, asearía mi dormitorio…muchas cosas, añoraba ver a Edward, solo me conformaba con verlo aunque fuese de lejos. Lo anhelaba tanto, tanto, que con solo pensar en él mi corazón latía con gran velocidad.
Charlie ya estaba listo para irse.
-amor cualquier cosa me llamas al celular, ¿ok?- me dijo Charlie.
-no te preocupes papá, estaré bien, en todo caso no dudaré en llamarte por cualquier cosa- le dije.
Me besó en la frente y se fue, yo subí a mi dormitorio y después de unos minutos sentí la puerta sonar, pensé que a Charlie se le habían olvidado las llaves y bajé deprisa y abrí.
Me quedé inmóvil al ver que el que estaba parado fuera de la puerta no era mi padre si no que era la persona que añoraba con tenerlo cerca y deseaba verlo. Era Edward, se veía adorable, con ropa deportiva y sobre todo su rostro y cabello sudoroso. Se veía tan sexy, sus mejillas rojas por la actividad, aunque juraría que se le pusieron más intensas cuando me vio al abrir la puerta.
-¡Hola!- Me dijo. -Pasaba por aquí y Charlie me dijo que estabas un poco aburrida y no dudé en pasar a saludarte.
-¡Hola!- Le respondí mordiendo mi labio inferior y mirándole. Que lastima que pasaste porque mi padre te pidió que pasaras y no fue por tu propio gusto- le reproché.
-¡No!, iba a pasar igual, aunque no me atrevía, no sabía como lo tomarías al verme así todo sudado- Me dijo con pena.
-Te vez adorable así, más apetecible que nunca- no se de dónde salieron esas palabras, le dije viendo cómo se esquivaba de mi mirar y ruborizado.
-¿De verdad piensas que soy apetecible?- Me preguntó tomando mi mandíbula inferior y subiéndola para verle sus ojos.
-¡Sí! No sabes cuanto- le dije sin dejar de mirarlo fijamente, haciendo que mis palabras me hicieran agitarme tanto que mi respiración se tornó más rápida y mis piernas empezaron a temblar al estar tan cerca de él.
Sin decir nada, no sé cómo Edward se acercó tanto que sin darme cuenta sus labios los posó encima de los míos y me besó tan suavemente. Fue un beso tierno, casto, tan puro pero con tantas ansias. Sentí como Edward se estremecía al estar sintiéndome. Era mutua la sensación, yo estaba igual, mi cuerpo flotaba como una pluma. Era mi primer beso, mis labios vírgenes recibían uno iguales a los míos. Noté que para Edward también era la primera vez. No fue un beso torpe, pero los dos hicimos lo mejor.
Sus labios estaban salados por que su sudor se estaba enfriando en su cuerpo y en su rostro, pero era un sabor exquisito, a pesar de su traspiración su olor era mezcla de perfume con hombría. Se veía tan sabroso. Nunca pensé que un hombre en ese estado me haría estremecer mi cuerpo y mi alma.
Nos separamos un momento y nos dimos cuenta que estábamos en la entrada, lo jalé del brazo y nos entramos. Estando solo él y yo, me dejé influenciar por mi impulso y sin decir nada le tomé del cuello, y lo besé con más pasión. Fue un beso de desesperación. Sentí como sus labios respondieron a los míos y cómo nuestros cuerpos se fundían al estar tan cerca. Se separó para respirar y se me salió una risa.
-¡Que bueno que viniste! ¡Te extrañe todo este tiempo!- Le dije mirándole.
-No sabes cuanto lo hice yo- me respondió tomando su cintura entre sus manos.
-¿Cómo fue tu primera semana en el hospital?- Me preguntó.
-¡Bien!- le respondí. -solo que no hallo la hora de que esté un médico que tiene que llegar, es un cirujano plástico- me miró riéndose -necesito que me haga unos arreglitos por algunas imperfecciones que hay en mi cuerpo- le miré a su ojos como confesándome que le añoraba cerca.
-No creo que necesites de esa cirugía, estas perfecta- me dijo dándome un besito en la frente haciendo que no le viera su sonrojo.
-¿De verdad te gusto Edward?- Pregunté con inseguridad.
-¡Claro!, no sabes lo que has hecho en mi vida, a cambiado mucho, no hay momento que no pienso en ti y de estar así, juntos. No hallaba la hora de verte, era una necesidad tan grande, no sabes que me has hecho nena, te confesaré que es la primera vez que me pasa, no se si tu sabes, pero nunca he tenido una novia, nunca había dado un beso a ninguna mujer, solo a mi madre y hermana en la mejilla, me reí avergonzado, pero nuestro primer beso fue lo más hermoso- me dijo con timidez en su voz mirándome fijamente.
-Edward yo también nunca he tenido novio, ni tampoco había dado un beso, así que es mi primera vez también- le dije mirándolo con unos ojos llenos de emoción, brillando de amor.
Estaba tan emocionada con este encuentro, no lo pensaba así, pero fue perfecto, nos abrazamos tan fuerte, que sentí una necesidad de no separarme de él, pero lo tenía que hacer.
Nos separamos y me dijo que tenía que irse a bañar antes que se hiciera más tarde. Le hice un mohín y le pregunté cuando nos veríamos de nuevo.
-Más tarde, te vendré a buscar para que salgamos a dar una vuelta, ¿ok? ¿Saldrías conmigo?- me preguntó.
-Le sonreí, ¡claro que te espero y que saldría contigo a donde tú quieras llevarme!- Dije besando sus labios.
-Entonces me voy ¡ya!, pero dejo mi corazón con el tuyo- me besó y salió por la puerta rumbo a su casa.
Le quedé mirando por la puerta hasta que se alejó. Había tenido mi primer beso con el hombre más hermoso del mundo, más adorable, más… sentía como que Edward y yo estábamos destinados a estar juntos.
Reaccioné después que mis pensamientos estaban en las nubes y me di cuenta que en unas horas más me vendría a buscar a cenar. Tendríamos nuestra primera cita. No supe que ponerme, mi ropa era tan aburrida, era tan casual, no tenía que ponerme. No sabía si íbamos a algo elegante o algo más sencillo.
Conociendo el poco tiempo a Edward pensé que sería un lugar elegante, él era tan caballero, pero a la vez con una timidez adorable. Creo que esa cualidad era una de las cosas que más me gusta de él y una de las cosas por la cual me cautivó.
Comencé a soñar despierta, pensando en sus calidos y suaves labios. Me estremecí al recordar sus labios rozar y saborear los míos.
-¿si fue su primer beso, entonces es virgen también? Oh Dios, tenemos eso en común. Espero que el día que me entregue a alguien sea un hombre como él. Y si es él, sería perfecto.
-¿Bella te estas viendo en el futuro con Edward?- me pregunté sin sacar una conclusión.
Ya era hora, Edward ya estaría en cualquier momento tocando mi puerta, así que debía dejar de pensar tanto y terminar de alistarme en espera de mi hombre.
Espero les guste
Atal- .
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Re: Todo a su tiempo (+18) Completo
yo quiero una historia de amor asi en mi vidaaaaaaaaaa ..........amor a primera vista, pasion con solo pensar en el
tu historia Atal me hace soñar............. que bonito es el estar enamorada
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xole- .
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