Insoportablemente viva

Esta historia está narrada desde el punto de vista de Esme y trata sobre los inicios de su relación con Carlisle...

Prefacio

Pensar en nosotros como una sola persona era inevitable, en este momento tenía todo lo que podría querer cualquier persona, era parte de una familia, iba a ser la Sra. Cullen, el solo pensarlo me hacía sonreír, el tiempo y todo lo demás flotaba a mi alrededor sin inmutarme, estaba tan feliz que no podía creerlo siquiera, todo me parecía luminoso y hermoso.

La vida está, sin lugar a dudas, plagada de preciosos momentos que cada persona vive, las acciones se entretejen y logran un numero indeterminado de resultados tan diferentes como los copos de nieve que trae una ventisca, todo lo que existe se relaciona, no importa que tan bueno o malo sea, todo está ahí, esperando. Era imposible pensar lo que iba a pasar.

Era imposible imaginar algo como eso, algo tan desastroso y horrible. No había manera de imaginarlo, no cuando yo estaba tan feliz…


Capitulo 1: Insoportablemente viva

La tarde era oscura y lluviosa, salí de casa para no seguir pensando en mi pequeño, no era posible que no estuviera conmigo, no podía ser, mi bebé no era justo que estuviera muerto, ya nada tenía sentido, no había razón para seguir intentando hacer algo decente de mi vida, a cada oportunidad el destino se había empeñado en destruir mis esperanzas, no se que ha cambiado en mí, quizás al fin deje de creer en algo o alguien pero no importa, al parecer al fin estoy empezando a ver las cosas como deben de ser.

El acantilado.

Esa era la respuesta.

La tumba

Ese era el final.

No había más que decir ni pensar, no podía seguir sufriendo, no quería acabar internada en un siquiátrico. Sola. No iba a dejar que pasara, sin importar nada. Ya no podía seguir esperando a que alguien me salvara, tenía que hacerle frente al destino de una vez por todas. Caminé a paso rápido, no dejaría oportunidad, no había que esperar. Me detuve; los pensamientos y recuerdos se arremolinaban en mi cabeza, mi familia, mi rostro, mi vida, mi bebé.

Sabía que los momentos, estos últimos momentos, serían los que recordaría cuando estuviera en el infierno, esto era tan irónico que casi me hacía reír; como si no me hallara en el infierno ya, el tiempo que me queda es algo insoportable, es tan difícil seguir caminando, ya no quiero pensar nada, no quiero recapacitar mi decisión, estoy lista para morir.

Amar es algo tan complejo, el amor es tan fuerte, es tan hermoso y el dolor es algo similar solo que es completamente abrasador, cada vez que pienso en mi vida siento que por cada persona que he amado en mi vida pagaré con verla morir, estoy tan harta de vivir, no creo que pueda seguir así.

Estoy muy cerca, me siento libre, diez pasos más y me iré lejos, muy lejos de el dolor paradójicamente hablando, se que me va a doler, morir es algo natural y apacible para algunos; doloroso y tormentoso para otros. Hay dos opciones: irme al cielo o al infierno, no se que me he ganado, quizás es mala idea suicidarme pero no importa, echaré a la basura toda esa vida de sacrificios y ternura con tal de acabar de una vez por todas con esto.

Pues bien, ya es hora. Los últimos dos pasos son fáciles; mi avidez de paz me hace casi correrlos, en el momento en que siento la brisa en mi rostro me pregunto como habría sido mi vida si yo no hubiera intentado hacer felices a todos, quizá ya es demasiado tarde para preguntármelo...

El crujido contra la roca fue brutal, no pude evitar gritar pero solo escuché un sollozo, cada parte de mi cuerpo parece a punto de estallar, tengo que reconocer que me dolió bastante y que pude haber recurrido a recursos menos dolorosos pero el momento en que decidí hacerlo era la única oportunidad: yo era tan tonta como para pensar en el dolor que le causaría a los demás con esto y retractarme solo por no hacerlos sentir mal.

Ahora solo bastaba esperar, esperar la muerte, esperar paciente.

..................................................sabía que no tendría tanta suerte


Hola!!! tenía muchísimo tiempo sin venir al foro, jaja, una verdadera eternidad pero la escuela no me dejaba y hasta ahorita recordé todo esto... bueno, el chiste es que hoy, checándo unos archivos de mi USB encontré esta historia, tiene ya bastante tiempo guardada y ya había comenzado a publicarla pero no la terminé por falta de tiempo , (lo bueno es que ya solo me falta el final, pero bueno eso está aun muuuuy lejos) ¿Que les parece? ¿Les gusta?

Amiga hace dias que no podía conectarme al foro y vi tu nuevo fic...me lo leí y realmente se ve muy interesante, lo seguiré...ya te lo pondre en los estrenos...un besito y espero sigas con nosotros

Capitulo 2:
Cruel

Me ahogaba en mi propia miseria, respirar era un suplicio, pero ya no necesitaba sufrir más, quería llorar, quería reír, pero no podía hacer nada, a lo lejos me llegaba el sonido de las olas contra lo roca, empezaba a oír voces; quizá era un indicio de que iba a perder la conciencia pronto. Sentía que se me quitaba un peso de encima, estos últimos momentos harían que todo valiera la pena.

El crepúsculo se acercaba, ¡Que manera tan irónica y bella de morir! me llevaría al sol conmigo, todo me parecía lejano, a punto de irme vi a una persona asomándose desde el borde del acantilado.

-No, por favor no, vete. Déjame morir... no seas cruel-

Eso fue lo último que pude pensar. Ahora solo veía las cosas, mis pensamientos ya no eran coherentes.

No comprendía el porque de salvarme, quería gritarle que no lo hiciera, más personas se asomaban, no quería verlos. Por favor no bajen, déjenme aquí. Varias personas bajaron por la pared de piedra, no, no. Déjenme ir...

Cerré los ojos, yo había intentado no tener miedo al lanzarme, pero ahora que ellos se acercaban estaba aterrorizada; sentía como si ellos fueran a matarme en vida, al salvarme iban a hacerme más daño del que creían posible. Escuché como susurraban entre ellos buscando la forma de levantarme sin hacerme daño. Me envolvieron en una manta, eso me hizo sentir mejor, al menos no tendría frío en mi lecho de muerte, algunas personas me cargaron y no supe más de mí después de eso...


Carlisle:


Había un revuelo, muchas personas se hallaban en la sala de urgencias. Estaba a punto de entrar a mi turno nocturno en el hospital. Me dirigía a la recepción cuando lo escuché, un corazón latía débilmente detrás de la puerta, miré el letrero que colgaba de ella. MORGE.

¿Como era posible que hubiera alguien vivo allí dentro?, entré y la vi. Era una mujer completamente herida, su aroma estaba cargado de sal, su sangre era dulce, muy dulce, me era familiar de algún modo. Su corazón iba cada vez más lento, moriría en unos pocos minutos. Pero no podía dejar que muriera, ella estaba sonriendo pero su cara tenía un gesto totalmente diferente; estaba enojada, quería algo. Verla me rompía el corazón, era esa clase de persona a la que querría proteger de cualquier cosa, darle lo que fuera para hacerla feliz, no era justo que la dejaran allí, al parecer nadie le daba ninguna esperanza, la habían dejado sola, no se habían molestado en verificar que estaba muerta y solo la dejaron allí.

Era un error pero yo tenía que salvarla, ella merecía otra oportunidad. Caminé a la recepción y hablé con Anne la recepcionista y le anuncié que hallaba enfermo y que no podía quedarme y ella me respondió amablemente que podía retirarme.

Llevé mi maletín a mi auto, después volví a entrar al hospital pero esta vez por el techo, tomé a la mujer y corrí fuera, la subí a mi auto y aguardé. ¿Que otra cosa podía hacer? Empecé a darle vueltas al asunto, quizás no era tan buena idea después de todo, pero antes de poder decidir su corazón empezó a detenerse. Actué sin pensarlo y la mordí, ya me las arreglaría después...

como me han gustado los dos primeros capitulos ...espero mas pronto

juju, me vi grocherísima no diciendo ni media palabra en el cap pasado pero es que iba super emocionada a la tienda porque al fin después de meses logré comprar mi iPod! jaja, ok, aquí les dejo este capi, espero y les guste


Iba a la deriva, me alejaba de todo lo demás, podía sentir como si flotara, estaba feliz, quizás me había ganado el cielo.

De pronto el dolor hizo su triunfal aparición, bien, no cabía duda; estaba en el infierno, las llamas me carcomían y no me dejaban salir, el calor era sofocante, al menos eso era bueno porque habría algo que me impidiera pensar, quería irme, muy lejos, ya estaba lejos, la paz en este lugar sería algo raro pero quizá yo no estaba tan turbada ni sorprendida porque desde antes de morir me había hecho la idea de ir al infierno. Era bueno saber que ya nada cambiaría, el dolor era más sofocante a cada instante y me impedía pensar en otra cosa.

Llamas, dolor, quemazón, fuego.

Eso era todo lo que pensaba, el dolor era insoportable, quizá debí dejar que mi esposo me matara y me iría al cielo, mi bebé también estaría en el cielo ¿porque lo hice? Dejé a mi bebé solo de nuevo, quiero vivir pero ya es muy tarde, demasiado tarde. La llamas me hacen retorcerme de dolor, es lo que merezco, dejar solo a alguien inocente y hermoso no es justo y yo lo hice. Todo mi cuerpo se hallaba en llamas, después de un rato las llamas se me hicieron más tolerables, quizás no era tan malo estar en el infierno pero ahora ya estaba totalmente consiente y sentí la agonía de antes, no era posible que ni la muerte hubiera logrado que dejara atrás mi dolor, era difícil comprender al fin que el paraíso no era para mí, que yo no había hecho las cosas de la manera adecuada y que al final había salido de esta vida como una persona que no encajaba en el paraíso. Ahora mismo me sentía como si pudiera arrancarle la cabeza a diez mil personas sin sentir remordimiento ni nada, ya no iba a sentir compasión ni ternura por nadie, todos me habían usado mientras aún vivía, había sido un objeto para todos. La furia me absorbía por completo ¿Qué había ganado al ser gentil con todos? Un esposo golpeador, un matrimonio infeliz y un hijo muerto.

¿Acaso debería de sentir amor por alguien de nuevo? No me sentía capaz de nada en estos instantes, yo era una mala persona porque al tratar de hacer felices a todos en realidad los había hecho sentir peor.

Quizá si alguna vez yo me hubiera impuesto y hecho lo que quería las cosas habrían sido diferentes, las últimas dos decisiones que tomé en vida tuvieron a la muerte como protagonista. Las llamas se extendían por todo mi cuerpo, empezaba a darme cuenta de que toda la eternidad seguiría así, unas lejanas palabras me retumbaron en el cerebro…

“Imagina un pajarito que cada año transporta un pequeño pedazo de montaña en su pico a través de un valle inmenso, cuando ese pequeño pajarito haya transportado toda la enorme montaña al otro lado del valle será el inicio de la eternidad”

Toda la eternidad, bueno, tengo que aceptarlo.

Pasaron horas, días quizás y el fuego empezó a disminuir, se ensañó con mi corazón, sentí como si fuera capaz de arrancarme el corazón con tal de escapar del dolor. Escuchaba voces, voces armoniosas, estaban discutiendo, escuchaba el viento, las hojas de los árboles moverse, escuchaba todo.

Esperaba dejar de sentir a mi corazón que aún latía débilmente.

-Quiero vivir- dije- Necesito ir con él…-

Mi corazón se detuvo, obviamente ya estaba muerta pero no entendía porque no dejaba de oír esas voces, es más, ahora las distinguía con mayor claridad; eran dos hombres que discutían en voz baja, sonaban como el murmullo del viento contra el musgo, totalmente hipnotizadores. Abrí los ojos, no creí que podría hacerlo pero al parecer ya no estaba en el infierno, quizá realmente me había ganado la oportunidad de estar con mi bebé…

Podía ver todo con enorme claridad; no estaba en el cielo. Estaba en alguna casa, estaba viva. Me levanté y los vi; eran dos hombres uno muy joven y de cabello dorado, el otro era un tanto mayor y con cabello rubio, ambos tenían ojos dorados y me miraban con incredulidad.

-¿Qué pasó?- pregunté- ¿Por qué estoy aquí?
-Es algo complicado, ¿Qué es lo último que recuerdas?-

Recordé mis últimos instantes antes de lanzarme al acantilado, todo era oscuro y me sentía molesta, estaba viva.

-¿Por qué? ¿Cuál es la obsesión de todos por mantenerme viva?- pregunté en voz alta

Estaba realmente enojada por esto, ya era suficiente, no tenía sentido que quisiera vivir ¿para qué? Los dos hombres me miraron con suspicacia y el más joven parecía enojado.

Genial, no hay tiempo que perder, me largo. Buscaré una pistola o lo que sea, el punto es que ya no voy a soportarlo más.

-No lo intentes- dijo el muchacho

ya desperto .....ha ver como sigue .......y esta Edward

Interesante..... esperare con ansias el siguiente capitulo
Edward!!!

Capitulo 4: Eternidad

¿Por qué no habría de intentarlo?, espera, ¿acaba de contestar algo que pensé?

-Eres rápida- contestó

¿Qué eres? es decir, ¿Quién eres?

-Soy Edward Cullen, pero será mejor que Carlisle te explique-

Explicaciones. Bien esto va a ser algo complicado. Asumí que el otro sujeto era Carlisle, Edward asintió levemente y salió de la habitación.

-Soy Carlisle Cullen, bienvenida- dijo con una voz que resonaba en mi cabeza con un eco interminable, esa voz me era un tanto familiar, aguardé a que él dijera algo

-Como te habrás dado cuenta, no te sientes igual que antes, ni te ves igual que antes. No sé realmente que pasó pero en el hospital te tenían en la morgue, pues bien, yo creí que no era justo que te tuvieran ahí, tenía que salvarte-

Malditos salvadores.

-¿Alguna vez escuchaste sobre los vampiros?-
-Solo en las historias de terror- contesté
-Pues bien, los vampiros existen realmente, yo soy un vampiro- dijo mirándome a los ojos

Desvié la mirada ¿vampiros? Esme, te luciste con la forma de morir (o enloquecer) nunca creí ser tan creativa, a decir verdad no lo era, eso quería decir que no estaba enloqueciendo, esto era verdad.

-Ahora eres una vampira, yo te convertí en una-

Me llevó algunos segundos digerir la idea, ¿yo? ¿Una vampira? Busqué en mi memoria todo lo que sabía sobre vampiros; se alimentan de sangre, salen de noche, duermen de día, viven para siempre… eso me puso helada, para siempre, no podría soportar tanto, tenía que ser un error.

-Es algo difícil de asimilar, pero no es tan terrible como creen los humanos, hay muchos mitos alrededor de nosotros…- dijo con voz comprensiva
-¿Vivimos para siempre?- pregunté rápidamente rezando porque no fuera así.
-Bueno, eso si es verdad-

No podía ser cierto, no, no quería que fuera cierto ¿vivir para siempre? esa frase molesta volvió a mi cabeza:

“Imagina un pajarito que transporta un pequeño pedazo de montaña en su pico a través de un valle inmenso, cuando ese pequeño pajarito haya transportado toda la enorme montaña al otro lado del valle será el inicio de la eternidad”

La eternidad, eso era difícil

-¡No!- le dije a Carlisle acercándome y casi gritando- por favor, ¡¡dime que no es cierto!!! No puede estar pasando, ¡Quiero morir! por favor, ¡¡¡no puedo vivir eternamente!!! Simplemente no puedo, ¡¡mátame!!-

El me miró fijamente mientras yo casi lloraba. Sus ojos buscaban algún indicio de duda en los míos, pero yo no estaba bromeando.

-Deberías de reflexionarlo, morir no debería de ser una opción para ti. Ahora hay una vida nueva esperando por ti, es una gran oportunidad- me dijo Carlisle con voz queda.

-No se si pueda hacerlo, no quiero continuar así, no hay motivos para hacerlo-

-Vivir no es un trabajo, debes de intentar ser feliz- contestó acercándose a mi- se que no todas las personas podrían alegrarse de vivir eternamente pero no puedes desperdiciar tu vida, te hablaré sobre lo que somos, después podrás tomar tu decisión, nosotros no tomamos sangre humana, solo de los animales, no queremos arrebatar más vidas-

Vidas, las palabras de Carlisle revolotean en mi mente y no me quedan realmente claras, cada cosa que dice tiene algún significado pero realmente no lo comprendo.

-¿Podrías darme un minuto? Necesito entender una sola palabra de lo que dices para que todo tenga sentido- dije confundida

-Sería mejor que te explicara más tarde, pero hay una cosa que tengo que explicarte y es muy importante, ahora sientes la sed, es algo así como hambre para los humanos, no debes dejarte arrastrar por ella, necesitas controlarte-

Ahora que lo mencionaba si sentía la dichosa sed, pero no tenía importancia. Necesitaba pensar sobre que quería y que iba a hacer.

Me quede mirando por la ventana durante bastante tiempo, quizás fueron horas o días no tengo la menor idea pero seguía igual de confundida.

Escuché como se acercaba alguien y tocaba la puerta.

-¿Esme?-preguntó

Volteé y vi a Edward entrando a la habitación

-¿Si?-pregunté, verlo indeciso sobre si entrar o no era algo divertido
-¿Estas bien?-
-Si, claro-
-eh, no me he presentado adecuadamente, soy Edward Cullen, yo he estado preocupado por ti, yo puedo leer la mente de las personas y he estado escuchando lo que piensas, estas muy deprimida- dijo arrastrando las últimas palabras
-¿Realmente escuchas lo que pienso?-
-Si, es una especie de don o habilidad-

Me quedé recordando todo lo que había pensado, realmente yo daba miedo

-Espero que no lo tomes como una grosería pero ¿Por qué quieres matarte?-

No respondí y deje que pasaran por mi mente todos esos sucesos.

-Comprendo, tú misma lo intentaste ¿Realmente no querías que te salvaran?-
-No realmente, quería irme lejos, debía de haber alguna manera. ¿Por qué me salvaron?-
-Fue Carlisle, ni el mismo entiende sus razones-

¡¡¡Ni siquiera el sabía!!! ¿Por qué lo hizo? No era justo, yo estaba tan furiosa…

-Quizá deberías pedirle una explicación- sugirió Edward

Una explicación, oh ya vera que con quien se ha metido. ¡Esto no se va a quedar así! Ya le daré algo más que razones a Carlisle. Y hecha una furia salí de la habitación dispuesta a matarlo…

dispuesta a matarlo nooo eso si que noo

que buen capi quiero masssssssss

Me encontraba algo desconcertada, Edward me tenía inmovilizada, bueno había una buena razón; acababa de atacar a Carlisle. ¿Pero que otra cosa podía hacer? El no logró darme ninguna razón factible para convertirme y yo estaba más histérica a cada momento.

Carlisle me miraba fijamente, quizás arrepintiéndose de haberme convertido, de todas formas el daño estaba hecho y yo seguía aquí. Edward me soltó y salió de la habitación, quizás Carlisle le había pedido que saliera. Carlisle se acercó a mí, estar tan cerca de él me hacía sentir nerviosa, me daban unas ganas indescriptibles de hacer algo pero no sabía de que, así que permanecí en el suelo mirándolo fijamente.

-Ha pasado tanto tiempo, no creí verte de nuevo y aquí estas, intentando matarme esta vez; si yo hubiera sabido en algún momento que volvería a verte nunca hubiera imaginado estas circunstancias-

Eso me hizo buscar frenéticamente en mi cerebro algún recuerdo de él ¿quién era? ¿Dónde lo había conocido?, recorrí cada uno de mis recuerdos y ahí estaba: ese doctor de varios años atrás, era él, su rostro continuaba siendo igual de encantador y ahora lo veía con más claridad que antes, sus ojos dorados refulgían como si estuvieran llenos de miles de luces tintineantes que danzaban de un lado a otro lanzando destellos luminosos a quién los viera, sus labios se curvaban en una sonrisa eterna e inevitable y cada una de sus facciones parecía obra de los mejores escultores de todas las épocas, era insoportable verlo, sentía la necesidad de hacer algo de hablar con él, haría lo que fuera por escuchar esa voz tan hipnotizante y agradable, era como una melodía que podría lograr cualquier cosa en un instante, que lograba que yo no lo odiara y al contrario me incitaba a quererlo. Era algo imposible querer odiar a alguien que miras y piensas “necesita de mí”, eso me hizo recordar a mi bebe, el también necesitaba de mí y ahora iba a ser imposible que yo estuviera con él.

-Se que estás enojada conmigo y tienes mucha razón, bueno, enojada no cubre totalmente tus sentimientos, furiosa, eso es, estás furiosa conmigo- me miró esperando a que dijera algo pero yo me hallaba paralizada y no dije nada

¿Mis sentimientos?, no estaba segura de que sentía ahora, solo estaba segura de que no iba a escucharlo si decía algo que me hiriera, después de haber intentado matarlo era justo que él dijera lo que quisiera y que yo no respondiera ni hiciera nada.

-Yo se que no está bien pero era lo más adecuado en ese caso y no encontré otra solución, puedes irte si no quieres estar con nosotros, eres libre de hacer lo que quieras-

Escuché como Edward llamaba a Carlisle en un susurro casi inaudible pero él lo ignoró

-Discúlpame, no pensé que tú no querrías estar aquí ni en el daño que te hacía. Se que hay gente allá afuera que está preocupada por ti y te necesitan, no hagas algo de lo que podrías arrepentirte-


No había nadie esperando por mí, quizá el no lo sabía.


Edward subió antes de Carlisle pudiera decir algo mas.

Estuvieron hablando en susurros durante algunos minutos y el rostro de Carlisle delataba cada una de las emociones ante las cosas que le contaba Edward; incredulidad, enojo, culpabilidad, sufrimiento…

-Yo… Esme, siento mucho haber dicho, no tenía idea…- empezó a decir Carlisle con la voz embargada de arrepentimiento y tristeza

No podía ser posible, que por simple hecho de ser yo, estuviera lastimando a todas las personas con la que estaba, era tan horrible no sentir más que dolor cada vez que empezaba a sentirme mejor, no estaba haciendo las cosas mas fáciles, al contrario, cada vez las cosas iban peor , me sentía perdida y devastada no había cabida en mi para más, estaba tan lastimada como si me hubiera vuelto a lanzar del acantilado y cada vez que me empezaba a salir de esta agua de perdición me encontraba con que era una momentánea y efímera salida, me hundía cada vez más y nada tenía sentido pero no podía intentar estar con él, no iba a lastimarlo, el era tan perfecto, era como un ángel y los ángeles no deben de ser lastimados, si le infligía alguna especie de dolor eso significaría que yo era mas ruin de lo que la vida podría perdonar, no podía arrastrar conmigo a alguien inocente para no sentirme tan mal.

No esperaba comprensión y aun así la necesitaba, pero no iba a pedirla y ni a recibirla porque eso solo haría mas dura mi caída, lo que podría aspirar era a morir de alguna mística manera y no hacerle daño a nadie más, las únicas dos personas que había en esta casa eran las dos únicas personas que aún se preocupaban por mí, no podía irme sin más y decir “hasta luego”


Edward me miraba fijamente y escuchaba muy atento a cada cosa que yo pensaba y cada gesto que hacía.

Había tanto silencio, eso me hacía sentir incómoda, necesitaba que alguien hiciera o dijera algo. Los dos continuaban parados en el suelo e inmóviles como un par de estatuas, mirándome como un fenómeno de circo

-Basta, ya es hora de terminar con esto, necesito salir- dije y ellos me tendieron la mano para levantarme
-Deberíamos ir de caza, ya tentamos mucho a la suerte; llevas dos días aquí y no te hemos mostrado las reglas - dijo Edward

Me sentí agradecida con él por no continuar con el tema anterior porque estaba segura de que no íbamos a llegar a ninguna parte con eso.

Ellos me pidieron que los siguiera y corrimos hasta un inmenso bosque; me sorprendió ver que me encantaba esta velocidad y calculé que podría estar días así y no me cansaría, nos detuvimos en un inmenso bosque, todos los olores eran maravillosos, las flores, las hojas, el sol, todo era tan maravilloso ahora.

-Solo tienes que seguir tus instintos, concéntrate- dijo Carlisle con una voz muy suave, una melodía natural y perfecta que nadie podría soñar en imitar.

Sentí la tierra bajo mis pies, escuché el viento arrullando a las hojas, y entonces sentí esa sensación; era como una especie de tirón que me impulsó a buscar algo en el sur, corrí hacia allá y lo vi, era un enorme ciervo, sin pensarlo me abalancé sobre él.

Escuché unos pasos rápidos y largos; alguien se aproximaba.

Un hombre alto y moreno se acercó a mi y sonrió; sus ojos eran rojo brillante y avanzaba como una serpiente, rápido, silencioso.

Edward y Carlisle aparecieron frente a mí. Los tres hombres se miraron durante un rato, parecía como si pudieran matarse con una sola mirada.
-Así que estas haciendo nuevas adquisiciones Carlisle- dijo el hombre moreno con una voz burlona y gruesa

-No es de tu incumbencia- le espetó cortante

-De eso no estoy tan seguro ¿de donde sacaste a la muchacha? parece que te metiste en un buen lío por ella- entonces me tendió la mano- mi nombre es Jonathan-

-Aléjate de ella- dijo Edward mirándolo- No- agregó como advertencia

-No sabes que puede querer, esto es interesante, él la quiere- dijo mirándonos en una especie de escrutinio. Al cabo de algunos segundos se dio la vuelta y se fue

Me pregunté si todos los vampiros leían la mente pero me di cuenta de que yo no lo hacía así que no era probable que el pudiera.

Me intrigaba saber que era lo que Jonathan pensaba y porque Edward y Carlisle no me dejaron acercarme a él, claro que no lamentaba que lo hubieran evitado, realmente me daba igual la si lo hacían pero ese vampiro me intrigaba ¿acaso yo le había ocasionado un problema a Carlisle por traerme?

Cuando volvimos a casa le pregunté a Edward sobre lo que había pasado.

-Solo quiere saber que te hace especial, el es capaz de ver tu vida completa incluso aunque no recuerdes todos los sucesos él puede verlos, puede ver cosas que pasaron cuando dormías o estabas inconsciente y puede hacer que tu recuerdes o pienses que pasaron cosas que en realidad no pasaron; puede crear e inducir recuerdos en tu mente con solo quererlo. Es peligroso, no debes acercarte a él-

Me intrigó la forma tan repentina y total con la que me prohibió acercarme a él, eso quería decir que Edward había escuchado cosas que no eran buenas para ninguno de nosotros.

que poder tan curioso tiene ese vampiro puede usarlo para mal o para bien .......aunque esos ojos rojos ya me dicen que muy bueno no sera

parece que Esme va aceptando las cosas ....massss

Capitulo 6:
Bosque

Me encantaría poder decir que justo después de que Edward y Carlisle me explicaran las reglas yo había sido capaz de cumplirlas y adaptarme a ellas instantáneamente pero realmente sería el colmo de la hipocresía hacerlo, la verdad era que las dos primeras veces que había tenido contacto con algún humano, bueno, podría decirse que el humano no había corrido con mucha suerte.

Me sentía muy extraña y realmente un tanto complacida con esos cambios; extrañada porque mis ojos aún conservaban su tono rojo a pesar de que ya llevaba dos meses sin probar sangre humana, aunque la parte buena era que ya no tenían un tono escarlata si no más bien un café rojizo, complacida porque al verme al espejo me di cuenta de que era realmente hermosa, tanto como Carlisle o Edward.

Las cosas empezaban a mejorar, ya me sentía menos extraña en compañía de Edward, incluso teníamos largas platicas sobre muchísimas cosas, con Carlisle las cosas no iban mal pero tampoco bien, todo el día se la pasaba trabajando en el hospital y no es que esa fuera la única razón de que nuestra relación no avanzara como se debía, también era mi culpa, por alguna extraña razón yo le tenía una mezcla de miedo-pena-afecto-nerviosismo que no me ayudaba a tratar con él en lo absoluto.

Vivir con ellos dos era algo realmente extraño, me gustaba fantasear con que éramos una especie de familia vampírica aunque al llegar a la parte de los roles me detenía en seco, no era necesario darle alas a mi imaginación ni a mi corazón. Los días eran algo placentero, después de empezar a superar mi crisis existencial las cosas no parecían tan malas, es decir; estaba viva, le importaba a algunas personas y no me sentía tan triste como al principio ¿Qué más podía pedir?



Bueno, si había algo, pero desde hace algunos días esa imagen ya no era la misma de dos meses atrás. Era una especie de alucinación, pero tan agradable como un sueño aunque concientemente dijera que no me agradaba, inconscientemente me encantaba pensar en ello.
Un pequeño bebé en mis brazos, esta vez el bebé ya no era igual que antes, sus ojos eran como los de… un vampiro vegetariano (los de cierta persona que no debo mencionar por seguridad emocional) era pequeño y hermoso, era algo imposible, su piel era tan blanca como la de los vampiros, era perfecto.

-¿Serías capaz de convertir a un bebe en vampiro?- preguntó alarmado
-Claro que no, es mi bebé, es una manera de verlo, sabes que el era muy pequeño cuando murió, es… la forma en que lo imagino ahora, en alguien como yo soy ahora, no estoy planeando nada de eso, sería… inhumano, yo…- contesté
-Lo siento, es que hay personas que son capaces de hacerlo, hace mucho tiempo la gente lo hacía pero no había buenos resultados, todas esas transformaciones generaron tal caos que los humanos podrían haberse dado cuenta de que existíamos, los que transformaron niños fueron castigados por los Vulturi- dijo interrumpiéndome
-Sé cuales son las reglas Edward, no me pasó por la cabeza intentarlo-
-Ya se, solo quería que quedara claro-
-No te preocupes-
-Me preocupas mucho Esme, no pidas lo contrario-
-Estoy bien, solo divago. Si algo empieza a ir mal conmigo tú serás el primero en saberlo-

El sonrío, dándome a entender que el tema ya había acabado, esa era una de las cosas que me gustaban de Edward, era capaz de entender cuando el tema de conversación era demasiado complicado para continuar.

Me preguntaba que podría hacer ahora, no tenía ninguna obligación, no había nada que hacer, me preguntaba como habían vivido tantos años sin nada que hacer, evidentemente leer era uno de sus pasatiempos favoritos, a veces Edward tocaba el piano o escuchaba música, Carlisle se pasaba el día trabajando y yo solo los observaba diariamente, debería de empezar a planear que iba a hacer con mi vida. Por ahora no podía salir a la calle, era algo arriesgado para los demás y quizás para nosotros también en caso de que alguien en el pueblo me reconociera y aunque esa era una posibilidad muy remota, dado que yo no había vivido en el centro del pueblo, era posible, así que me tenía que mantener escondida hasta que nos fuéramos a vivir a otro lugar lo cual no sería hasta dentro de unos meses.

La tarde era lluviosa y bonita así que decidí salir a cazar un rato, me sentía libre al hacerlo, era un momento en el cual podía entregarme a mis sentidos y no pensar en nada más, todo sencillo, fácil. Escuché unos pasos a lo lejos, eran muy rápidos, demasiado para ser humanos, él estaba aquí. Jonathan venía a verme.

Se acercó a mí lentamente, sin embargo su rostro no tenía la sonrisa amenazadora de la otra ocasión, esta vez parecía preocupado, estaba triste. Dejé que se acercará a mí, los segundos se hicieron lentos y sus ojos me observaban fijamente; había tanto dolor en ellos, era insoportable verlo y no hacer nada por él. Yo tenía que hacer algo por él…

Ya me puse al diaaa! esta bueno este fic! quiero saber que quiere Jonathan!
Gracias Jessie!

ahi esta ya el buen corazon de Esmme ........seguro que Jonathan trama algo

Capitulo 7:
Confío en ti

Me perdí en su tristeza y no pude evitar preguntar la razón.

-No hay razón más que la existencia, una existencia solitaria y sin sentido, sin nadie que te acompañe al paso de los años. Pero hay una cosa peor que no encontrar a nadie y es encontrar a alguien que nunca, ni en tus más remotos pensamientos podría acompañarte, alguien que está fuera de tu alcance y que no piensa en ti- contestó mirando fervientemente, me hacía sentir culpable pero también me hacía sentir amenazada, quería huir pero también quería quedarme y esas dos sensaciones me hacían imposible decidir algo así que seguí clavada en el suelo escuchando a un vampiro extraño que se desmoronaba internamente y esperando que yo hiciera algo. Pero no sabía que hacer, no sabía que decir ni que pensar ¿como ayudar a alguien que tiene el mismo problema que tú? no hay manera de hacerlo. Mis pensamientos se interrumpieron en ese instante.

Jonathan me tomó en sus brazos y acercó sus labios a los míos, no podía pensar en nada más, sus labios recorrían los míos lentamente, sentía lo mismo que él sentía, los dos éramos iguales, el beso se tornó violento, había un anhelo oculto, una necesidad, los deberíamos de estar juntos y nos necesitábamos, no podía ignorar lo que estaba sintiendo.

-¿Te refieres a mí?- le pregunté esquivando su mirada
-Si ¿a quien más podría referirme?- me tomó del mentón para mirarlo a los ojos- tú eres una persona maravillosa, quisiera que me tomaras en cuenta por un solo segundo, si las cosas no funcionan no importa, pero me harías tan feliz si solo me concedieras una oportunidad…-
-No lo sé, yo, necesito pensar en esto-
-Te esperare todo el tiempo que sea necesario-

Llegué a casa y todo estaba quieto y silencioso, nadie estaba en casa. Recordar ese beso era algo asfixiante, era como ver un accidente, no quería pensar en ello pero tampoco podía evitarlo. Jonathan era guapo aunque sus ojos rojos me desconcertaban ¿tendría tan poca edad como yo? pero todas las dudas se resumían en una sola, no era necesario romperme la cabeza para darme cuenta de que había algo que no era normal en él; no habíamos cruzado una sola palabra hasta el día de hoy y él me había dicho que me amaba, me sentía confundida, ¿Por qué iba a quererme después de verme solo una vez? y más importante aún ¿como iba a quererlo después de tan poco tiempo?

Pero lo cierto es que ya lo quería, así que lo único difícil iba a ser dejar mi antiguo hogar ¿como me despediría de ellos? y ¿como les iba a decir que me había enamorado de alguien a quien ellos odiaban?

Bien ese no era mi problema, ya que si yo iba a ser feliz lo demás no importaba, pero lo que en realidad no sabía era si iba a ser feliz, había una amplia probabilidad de que no lo fuera, ni siquiera conocía realmente a Jonathan.

En ese momento Edward entró a casa como un tornado y furioso como un basilisco, Carlisle lo sujetaba de un brazo con toda la fuerza posible.

-¿Qué pasa?- le pregunté a Edward

Carlisle negó con la cabeza y cerró los ojos.

-No es posible, no tiene decencia no puede venir así como así…- empezó a mascullar Edward con voz furiosa y a punto de gritar
-Basta ya- le dijo Carlisle- yo voy a explicarle-

Edward salió de la habitación como un huracán y Carlisle le advirtió en voz alta y autoritaria:
-¡No se te ocurra ir por él!-

-¿Qué sucede Carlisle?- le pregunté
-Hoy viste a Jonathan- afirmó
-No es una pregunta ¿esperas que conteste?- dije
-No, se que él estuvo contigo, los rastros en el bosque no mienten. Pero el que estés con él no es el problema, él te está engañando. Edward lo sabe, ya viste como reaccionó-

Y casi como para reforzar la idea escuché un árbol desgajándose a lo lejos, una cosa era segura: Edward estaba realmente enojado

-¿Qué? y para que me quiere ¿porqué me engaña?- una parte de mi ser se sintió triste después de eso, no había razón para que él me lastimara.
-Ahora eres más fuerte que cualquier vampiro que puedas encontrar, él quiere destruirnos-

Cerré los ojos deseando desaparecer en este instante ¿Por qué querría destruirlos? ellos eran muy importantes para mí. Y ellos estaban diciendo la verdad, así que aunque de verdad me doliera aceptarlo, Jonathan podría irse a freír espárragos. No había ninguna razón para intentar hacerles daño y no le daría a Jonathan la oportunidad de buscarla.

Carlisle me abrazó.

En ese momento me sentí protegida, nada podría ir mal si el estaba aquí.

-Se que no confías en mí pero no voy a dejar que él te haga daño, Edward y yo nos encargaremos de él- dijo aún envolviéndome en sus brazos
-Te equivocas, yo confío en ti. Pero no es necesario que lo maten, eso sería ponerse a su nivel-
-Tienes razón pero no es seguro permanecer aquí, debemos irnos del pueblo cuanto antes-

Solamente asentí, no podía pensar con claridad, el aroma de Carlisle me llenaba los pulmones con esa fragancia suave y profunda que él emitía. Respiraba profundamente y me sentía mucho mejor, todos los malos recuerdos parecían pequeñeces en este instante. Estando con él nada malo podía pasar.

-No se que hice para ganarme tu confianza pero te juro que no la perderé- me dijo
-Quizás ganaste algo más que mi confianza-

Claro que se había ganado algo más que mi confianza, se había ganado mi corazón.


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jeje, gracias chicas, conforme vayan comentando subo los capis, hoy lo puse muy tarde porque mi internet andaba lento, ok, espero y les haya gustado

wowwwwww!!! jajaja que onda jonathan!!! un giro inesperadoooo a me encanta edward furiosoooo no lo puedo encontrar mas sexyyyy

que bueno que al fin se de cuenta a quien ama .......Carlisle es tan tierno ....y concuerdo con Pandy, Edward furioso uffff muy muy sexy

jaja, lo se... me acuerdo que cuando lo escribí nada más me imaginaba a Edward hasta tiró un árbol... bueno, ya publico el siguiente...

Capitulo 8:
Nuevo

De nuevo a empezar la vida, eso me emocionaba; a punto de llegar a nuestro nuevo destino, nos dirigíamos a un pequeño pueblo que estaba muy alejado de nuestro anterior hogar, algo así como 5.000 Km. según lo que había dicho Edward. Me esforzaba por contener mi entusiasmo, realmente estaba feliz de saber que al fin podría salir a la calle regularmente.

Carlisle me había dicho que cada vez que se mudaban a un lugar nuevo tenían que inventar alguna relación entre ellos para vivir juntos. De haber sido humana me hubiera sonrojado como nunca al enterarme del papel que me tocaba interpretar; nada menos que la esposa de Carlisle, si bueno, la palabra me hacía estremecer y es que aunque nuestra relación avanzaba a pasos agigantados no íbamos a un nivel tan avanzado como para pensar en cosas de ese tipo.

Cuando estuvimos frente a nuestra nueva casa no pude evitar sonreír, esta vez ya podría vivir una vida normal, podría salir y quizá con un poco de práctica podría hablar con algunos humanos. Bajé rápidamente y pude ver que algunas personas se asomaban discretamente desde sus ventanas, suspiré; era por culpa de nuestro auto. Cuando vi este enorme pedazo de metal negro por primera vez me sorprendí, nunca en mi vida había visto uno en la vida real que corriera a tal velocidad, para mí no era nada especial pero por la expresión de todos los que nos observaban ellos si lo consideraban algo fantástico. (Recuerden que los autos se inventaron más o menos en los años 20)

Edward bajó del auto secundado por Carlisle que había conducido hasta aquí y no pudo evitar sonreír al ver a toda la gente que espiaba mientras Edward le lanzada una mirada fugaz que no me pasó desapercibida. Carlisle me tomó de la cintura y me condujo dentro de la casa, una vez que traspuse la puerta me quedé estupefacta frente a la entrada; era hermosa, tan luminosa, lujosa pero sencilla y muy elegante, era perfecta y se parecía tanto a la antigua casa como el blanco al negro; todo estaba ordenado y ventilado.

Definitivamente esta casa era perfecta y me encantaba, lo único que extrañaría de la anterior era la cercanía al bosque.

-Pensamos que te gustaría algo diferente a la casa anterior- dijo Edward

-Es preciosa- le contesté

-Esperábamos que te gustara, no queríamos que te quedaras con la idea de nuestra antigua casa, en aquel entonces no nos importaba en lugar donde vivíamos pero ahora tendremos una imagen más pública y es necesario que te sientas cómoda- dijo Carlisle

-Si bueno, al menos hasta que empiece a ser capaz de controlarme, no creo que pueda hablar con humanos, no en este momento, necesito más práctica- dije

-Claro, nosotros te ayudaremos-

-¡No!-dijo Edward

-¿Qué sucede?- preguntó Carlisle

-Ellos vienen a visitarnos, tenemos que salir de aquí-


Carlisle se asomó por la ventana.

-Imposible. Están muy cerca, tenemos que quedarnos- dijo Carlisle

-Esme, tienes que salir, los vecinos se acercan- me advirtió Edward mirándome con temor

-Tiene que quedarse- alegó Carlisle

-¡No es momento de experimentos!- vociferó Edward

-Ya la vieron, no puede irse-

Me agité al pensar en eso, comencé a respirar entrecortadamente; no podría hacerlo, si los mataba tendríamos que irnos de nuevo, casi no había tenido trato con humanos pero si ni siquiera me había tratado de refrenar frente a la sangre animal ¿como podría intentarlo frente a la humana?


-Puedes hacerlo, intenta no hablar mucho- me dijo Carlisle mirándome a los ojos

-Todo me daba vueltas y resultaba de lo más confuso, el ambiente se había tornado tan acelerado que solo habían pasado dos segundos mientras ellos discutían, los vecinos apenas atravesaban la mitad de la acera.

-No respires- me dijo Edward

Se escucharon tres leves toques en la puerta, Edward caminó hacía ella para abrirla.

Carlisle me tomó entre sus brazos y me susurró al oído:

-Puedes hacerlo-

Asentí levemente. Quizá podría hacerlo

O quizás no. Sugirió una voz en mi cerebro

adoro a Carlisle ..........

Que cortito el cap
Estoy de acuerdo con xole!

IX
Junto a ti

Crucé los brazos y puse las manos en mis codos, Carlisle se puso detrás de mí y me rodeo con sus brazos fuertemente mientras me sujetaba las muñecas contra los codos, me esforcé por esbozar una sonrisa mientras Edward abría la puerta.

Un hombre y una mujer traspusieron la puerta, aparentaban unos 30 años, él era rubio y ella pelirroja, ambos tenían ojos color miel, quizá eran pareja. Contuve la respiración, parecían muy amables para matarlos, sería una verdadera tragedia si algo pasara. Ambos sonrieron.

-Hola, sentimos venir a molestarlos pero queríamos darles la bienvenida, mi nombre es Thomas Evans y ella es mi esposa Emily- dijo el hombre, su voz sonaba algo apenada, quizás un poco entusiasta.

-Mi nombre es Carlisle Cullen, ella es mi esposa Esme- me sentí apenada cuando me mencionó- y él es mi hermano Edward-

Sonreí y les tendí la mano a ambos. Edward los saludó y Carlisle los invitó a pasar.

Nos sentamos en la sala y ellos comenzaron a platicar, las cosas iban bien, quizá ni siquiera tendría que hablar, pero no respirar era algo incómodo, me sentía desprotegida y un tanto confundida, no tenía idea de que estaban hablando, Carlisle se dio cuenta y pasó una mano por mi cintura acercándome a él. El gesto me pareció confuso ¿estaba interpretando su papel a la perfección o realmente lo hacía por mí?

La charla iba fluyendo sin necesidad de que yo participara; eso era bueno ya que así no tendría que hablar. Si bueno tenía que pensar eso…

-Esme- dijo una voz baja y aguda

Regresé de golpe a la realidad.

-¿Si?- pregunte con la voz un tanto ahogada
-¿Podrías acompañarme un momento?- preguntó aún más bajo

Carlisle me apretó la mano con muchísima fuerza, era suficiente para destruir una placa de acero pero yo no tendría daño alguno aunque hubiera presionado más fuerte.

Simplemente asentí, no podía arriesgarme a quedarme sin aire, me levanté del asiento y salimos de la sala mientras Edward me miraba alarmado.

Caminé detrás de ella hasta el pasillo y le mostré el lugar a donde quería ir (el baño) es obvio que en esta rara sociedad no se piden las cosas directamente, debemos ser sutiles.

Mientras ella entró me sentí algo menos cohibida, respiré entrecortadamente en el pasillo; cada vez que el aire pasaba por mi garganta era como si pudiera ahogarme en seco, me ardía toda la garganta, como si inhalara llamas en lugar de aire, quise derribar la puerta y matarla en ese instante; era como si con solo llegar a ella pudiera tener el alivio que necesitaba, quería esa sangre, no importaba quien supiera ni lo que perdiera por ella. A punto de derribar la puerta me detuve

Lo que perdería... Iba a perder mucho, iba a perder a mi familia, mi casa, la confianza en mí misma y más importante aún, iba a perder a Carlisle.

Su imagen se apropió de mi mente y nuestros momentos juntos nublaron y arrasaron con todo lo demás, cada vez que estaba con él me sentía mejor, cada vez que me tomaba la mano sentía que una especie de electricidad me invadía, su rostro era la pura representación de la bondad, no podía traicionar a alguien así, no era justo ni correcto. Respiré de nuevo, el ardor fue menos desquiciante que antes, tener mi lista de prioridades bien definida ayudaba a que no olvidara el porqué de evitar la sangre humana.
Cuando Emily salió se veía mucho más tranquila, me sonrió y me preguntó:
-¿Cuánto tiempo llevan casados Carlisle y tú?-

Ja, buena pregunta, quizás debimos haber establecido mejor nuestra historia, tenía que inventar algo, no mucho tiempo, éramos jóvenes para eso, poco, eso era algo parecido a la realidad.

-Realmente no mucho, un poco menos de un año- le dije
-Se nota, él es tan protector contigo. Es una buena persona-
-Si lo es-
-Y está muy enamorado de ti-

¿Enamorado? quizá Carlisle es muy buen actor. O quizá, solo quizá, realmente le gustas…

Regresamos a la sala, Edward me miró con gesto triunfante y en cuanto me senté Carlisle entrelazó su mano con la mía y me sonrió.

La charla continuó amena y tranquila por unas dos horas hasta que ellos decidieron irse.

-Ha sido un gusto conocerlos- dijo Thomas
-Esperamos verlos pronto- les dije.

Ambos atravesaron la puerta, Carlisle y Edward me miraron.

-Bien hecho- dijo Edward sonriéndome
-Sabía que podías hacerlo- concluyó Carlisle

-Junto a ti claro que puedo- pensé

AAA!!! cuando se decidirán y estarán juntos???
buen capi

X
¿Suerte?

Me senté en la sala y pensé en lo ocurrido, las cosas no iban tan mal, de hecho todo parecía mejorar a cada instante.

Carlisle subió las escaleras mientras Edward continuaba recargado en la pared observándome.

Estaba realmente contenta, había logrado aguantar las ganas de matar a un humano y eso me hacía sentir humana pero no solamente eso; me sentía realmente viva y muy agradecida de estarlo ¿Qué importaba lo que pasaría mañana? Si las cosas seguían así la eternidad no sería tan insoportable como cabría esperar.

-Carlisle abusa de su suerte- dijo Edward, parecía que hablaba para si mismo pero en realidad se dirigía a mi.

-¿Por qué crees eso?- pregunté

-La forma en que te trató cuando ellos estaban aquí, eso no es actuación Esme- dijo sonriendo

Miré por la ventana que daba a la calle, en el piso superior escuchaba como Carlisle caminaba de un lado a otro.

-O quizás ya perdió el miedo a que lo mates en la primera oportunidad que tengas- increpó Edward nuevamente riendo ante su ocurrencia.

-Solamente es buen actor ¿Cuántas veces han tenido que fingir algo frente a los humanos?- le pregunté

-No lo sé, si fuera actuación el hubiera sido mucho más cuidadoso, además había otras coartadas disponibles pero el insistió en usar esta-

En mi interior me alegraba que Edward fuera capaz de rebatir cada una de mis suposiciones pero no podía perder la concentración porque él lo sabría, me obligué a buscar algún argumento válido.

-Era lo más lógico ¿o tu querías que dijera otra cosa? Ninguna otra coartada nos haría pasar tan desapercibidos como esta-

-Si bueno, ahora mismo estoy deliberando sobre tu actuación, parecías demasiado cómoda con la situación- dijo acusándome y rompiendo a reír.

-Quizá ya dejé de intentar matarlo, o solo estoy probando una complicada estrategia para que nos dejes solos y cuando menos te lo esperes…-

-Lo sabría en cuanto lo intentaras llevar a cabo, tú no eres tan malvada, aunque quizá debería dejar que lo golpearas un poco antes de intervenir, él se la pasó en grande esta noche…-

-Deja de culparlo- dije riendo

-¿No se te ha ocurrido pensar que quizás solo hago esto para que lo defiendas y luego te enamores perdidamente de él?-

-Jaja, espera un momento ¿desde cuando hablamos de amor?-

-Desde que Emily lo dijo y tú reaccionaste- dijo encogiéndose de hombros

-¿Nos escuchaste?- pregunté sorprendida y con un tono un tanto reprobatorio.

-Solo un poco, estaba esperando a que derribaras la puerta para intervenir, pero luego, simplemente te arrepentiste, pensaste en nosotros, como tu familia y eso fue suficiente para que lo lograras. Nunca había escuchado nada parecido-

-Estarás en graves problemas si le mencionas esto a alguien y si yo fuera tú me andaría con más cuidado-

-Tendré cuidado, me gusta tener la cabeza sobre el cuello- dijo bromeando

-Solamente no le digas a él, puedes seguir escuchando lo que quieras pero por favor no le digas nada a Carlisle- le pedí en voz baja para que Carlisle no pudiera escucharnos

El se dio cuenta de que yo hablaba en serio y asintió.

-Sabes que los dos te queremos, no debes tener miedo de lo que él pueda pensar, él te quiere mucho más de lo que te imaginas, he visto su mente y esta feliz de que estés aquí. Yo mismo te considero de mi familia y él, bueno, te piensa bastante, casi cada segundo del día- dijo aún más bajo.

¿Carlisle me quería? Eso era algo extraño, yo no creía que él pudiera quererme realmente, era algo maravilloso, él realmente me quería. ¿Y yo? Estaba enamorada de él, no podía imaginar a nadie mejor en todo el universo. Si era verdad me quería yo era la persona más afortunada del mundo.

cuando se lo diraaaa