"El Amor es la mejor Medicina"

CAPITULO 8: RABIA CONTENIDA
PVO EDWARD

Ya habían pasado 4 semanas y media desde que Bella me había rechazado, todo era como si no nos conociéramos, solo hablaba conmigo cuando ya no tenía opción y la entendía no quería hacerme sufrir, pero ella no entendía que el verla era la única cura que podría servirme… que gracioso era mucho peor la cura que la enfermedad…

Tenía tantas cosas en la cabeza, estaba a punto de explotar y el ver a Bella 2 veces a la semana no ayudaba a aclarar mi mente, cuando quería verla nunca me la encontraba y ahora la veía hasta en la sopa y no me gusta la sopa, sabía más que cualquiera que no estaba a su alcance, pero nunca creí que tanto y para colmo mi pequeño hermano se había dado cuenta de mi estado de depresión, lo único que me preocupaba era que no se notara durante las clases, y ya que nadie me había preguntado sobre ello creo que estaba aparentando lo suficiente.

Emmet en su intento por mejorar mi ánimo, me llevo obligado y sin poder evitarlo a uno de los tantos bares que existían en Los Ángeles, sabía que no era una buena idea y si tomaba nada acabaría bien, pero creo que eso era lo que más necesitaba en estos momentos, olvidarme por completo de Bella.

- Eddie ¿podemos irnos ya? Jasper nos está esperando – la insistencia de mi hermano era tal que ya estaba por arrepentirme de aceptar ir

- Si Em, ya podemos irnos –

- Que bueno porque ya estoy mas que aburrido – eso era algo muy típico de mi hermano todo lo aburría

- Claro –

- Eddie ¿Cuándo vas a decirme que fue lo que te pasó? Soy tu hermano y aunque discutamos todo el tiempo sabes que te apoyaré siempre – nadie sabía acerca de Bella, no hablaría con nadie sobre ella y mucho menos con Emmet, no sabía como iba a reaccionar y no sabia cual seria mi reacción al volver a hablar de ella.

- No creo que puedas comprenderlo, tú siempre has tenido todo cuando se habla de mujeres… -

- Así que una mujer te rechazó… - suspiró y siguió diciendo – Eddie eso siempre pasa, hasta a mi me ha pasado; créeme tendrás que fracasar muchas veces antes de encontrar a la mujer perfecta para ti –

- Hay está el problema mi querido hermano, ya la encontré, pero creo que yo no soy lo suficiente para ella – dije tratando de evitar la lluvia de recuerdos que insistían en invadir mi cabeza

- ¿Por qué crees que es así? Tal vez ella tenga sus motivos para rechazarte… Eddie ¿quién es ella? – y tenia que hacer la única pregunta que no quería responder – ¿Acaso la conozco? Sabes qué si no quieres decirme está bien, no volveré a preguntarte sobre ella. Oye cambiando de tema crees que podrías darme el número de Bella, quiero preguntarle sobre su linda amiga Rosalie ¿Puedes? – en el preciso instante en el que mencionó su nombre mi mundo se vino abajo, los recuerdos reprimidos invadieron mi mente y mi corazón, pero ¿qué le podía reprochar a Emmet?

- Eddie no me digas que es ella, como pudiste enamorarte de tu propia estudiante, sabes que eso no esta permitido en… -

- Eso ya lo sé no tienes que repetírmelo, ya tengo suficiente con que ella no quiera volver a saber nada de mi, solo faltabas tú y tu discurso sobre quien puedo o no enamorarme, sabes qué puedes irte a tomar tú solo, no me interesa salir con alguien que ni siquiera puede pensar antes de hablar, tú solo hablas y hablas y no piensas en los demás, sólo te interesas por ti mismo, tú, tú y sólo tú, ese es tu principio de vida, ya déjame tranquilo, y si Jasper te pregunta sobre mi dile que fuiste tú quien me deprimió lo suficiente como para no ir –

- Edward se que estas mal pero no es culpa mía, si quieres que las cosas cambien habla con ella, dile como te sientes, pero no te descargues con alguien que ni siquiera sabia de tus sentimientos… -

Cuando pude calmarme y los recuerdos volvieron al lugar al que habían pertenecido estas últimas semanas, supe que tenia razón, no podía enojarme con él, era mi hermano, y no podía descargar mi rabia y mi frustración con él.

- Em… en verdad lo siento es solo que… -

- Lo sé, Edward lo sé, estas tiste y decepcionado, lo que debes hacer es hablar con ella, decirle como te sientes… es la única manera de que tu actitud cambie – suspiró, se paso la mano por el cabello y siguió – ven con nosotros para que te relajes y dejes de pensar en ella, al menos por hoy y… ¿Qué dices? ¿vienes? –

- Emmet no se, no creo que sea una buena idea… no quiero tomar nada de alcohol, es mas que seguro que terminaré haciendo alguna locura de la cual me arrepentiré mañana en la mañana –

- Si es que te acuerdas mi querido hermano, si es que te acuerdas, vamos, anímate –

- Esta bien, está bien, eres bastante insistente sabes –

- Si, lo se, por eso es que me quieres tanto –

- Si claro, en que planeta es que te quiero tanto –

- Por favor, trata de animarte –

- Trataré, pero no prometo nada –

La noche fue tal y como yo esperaba, una cerveza tras otra, mientras trataba de ahogar mis penas.

De las ultimas cosas que recuerdo fue haber cogido un taxi, y para ser sincero no recuerdo la dirección que le di. El hecho fue que cuando baje de éste me encontraba en frente de la residencia de Bella.

CAPITULO 9: ¿RENDICIÓN?
PVO BELLA

No había podido dormir bien desde hace más de 3 semanas, y cuando por fin logre conciliar el sueño resulta y pasa que golpean mi puerta como si el mundo se estuviera acabando.

Eran como las 3 de la mañana del sábado cuando Sue golpeo en mi departamento.

- Bella te necesitan – dijo claramente frustrada y molesta

- ¿E… enserio? – dije sorprendida y medio dormida, no esperaba a nadie y mucho menos a esa hora

- Es mejor que bajes antes de que te metas en serios problemas –

- De acuerdo, bajaré –

Cuando llegue a la puerta me encontré con la única persona en el mundo a la que no quería ver, Edward, el cual al verme enloqueció; antes de que despertara a todos en la residencia le pedí a Sue que me ayudara a subirlo a la azotea.

- Sue en verdad muchas gracias –

- Ni que lo digas, solo lo hago por que no quiero que te metas en problemas tiene que irse de aquí antes de que los demás despierten ¿de acuerdo? –

- No tienes que decirlo, gracias –

- Tranquila, ya me voy a la cama –

- Si, que descanses –

No tenia idea de que hacer con Edward en el estado en el que estaba, aun así, hasta me alegraba verlo.

- Edward ¿qué haces aquí? – dije moviéndole los hombros - Edward… ¿estas borracho? –

- No lo etoy –

- Si, si lo estas –

- Que no lo etoy, ohe ¿polque hay dos Bellas? – esta situación me frustraba y me ponía de muy mal genio, pero ¿Qué podía hacer con él en el estado en el que estaba?

- De acuerdo, te quedaras aquí hasta que te recuperes –

Tiró de mi mano, poso en mi sus ojos llenos de lágrimas y terminó diciendo - Me vas a dejal –

- No, no lo hare, trata de dormir un poco, estaré aquí cuando despiertes –

No podía creer que esto me pasara a mí, precisamente a mí, siempre me había mantenido alejada de los problemas, pero esto era algo que me superaba con creces, no tenia ni la menor idea de lo que iba a pasar de ahora en adelante. Ya de por si mi fuerza y mi negativa hacia Edward estaban desfalleciendo y el verlo de esa manera, tan destrozado, tiste y desolado, no había ayudado a reforzar mi rechazo; sabía que no podía mantenerme alejada de él por mucho tiempo.

Medité mucho y traté de imaginar que sería de nuestras vidas sin éxito alguno, me había enamorado de un profesor, lo amaba más que a mi propia vida y milagrosamente el sentía lo mismo por mi, y aun así, ¿por qué no podía simplemente estar con él? ¿Por qué tenia que pensar constantemente en los problemas que este amor produciría en nuestras vidas?

Tenía miedo, demasiado miedo, no quería salir lastimada y no sabia que hacer, mi mente era un remolino de pensamientos e imágenes, algunas pasaban tan deprisa que no les podía prestar mucha atención y otras se quedaban por mucho tiempo volviéndome loca. Ya había amanecido, mire el reloj, eran las 5:30am, me voltee para encontrarme con la mirada de Edward fija en mi; aún seguía algo confundido y parecía sorprendido de verme.

- ¿Cómo te sientes? ¿Te encuentras mejor? – dije para romper el silencio

- Si, eso creo – no creo que se acordara de nada, decidí no abrumarlo con la cantidad de preguntas que ahogaban mi mente

- Me alegra – respondí y mi voz sonó mas áspera de lo que quería, suspire y decidí que era mejor para los dos que este encuentro acabara lo mas pronto posible - pero es mejor que vayas a tu casa, descanses y tomes algo para la resaca –

- Adelante, se nota que tienes mucho que preguntarme – dijo mientras lo ayudaba a pararse, cuando estuvo de pie se paso la mano por el cabello; he de admitir que esa costumbre me volvía loca, incluso su mas mínimo gesto y el mas mínimo toque, hacían que mi corazón tratara de salirse de mi pecho.

- No, lo dejare para después, debes descansar y dudo que mis preguntas te ayuden –

- ¿Eso quiere decir que te veré luego? – dijo esperanzado

- No se, tal vez –

- Bella… cuanto lo siento, no se que me paso, estaba con Emmet y… -

- Eso lo explica todo… - ya era tarde la rabia y la frustración se habían apoderado de mi, ya solo podía desahogarme - Edward tranquilo, no ha pasado nada, solo viniste a mi casa borracho y casi me metes en problemas, interrumpiendo la única noche en la que había podido dormir decentemente en las últimas 3 semanas y me tuviste despierta durante 2 horas y media, aparte de eso, nada –

- Lo siento, hice que te enfadaras, en verdad lo siento –

- No estoy enfadada –

- Tienes razón, estás a la defensiva –

- Y mucho menos a la defensiva –

- Si tu lo dices – dijo con esa sonrisa torcida en sus labios que tanto adoraba

- Edward es mejor que te vayas, ahora –

- Si, eso hare – suspiró y siguió diciendo – Bella en verdad no se como enmendar esto, deja que te invite a cenar, hare lo que sea para compensarte –

- Si es así, entonces hazme un favor, vete para tu casa y descansa – le dije ya mas calmada

- De acuerdo, pero prométeme una cosa –

- ¿Que cosa? –

- Promete que saldrás conmigo mañana – dijo con sus ojos fijos en los míos haciendo estragos en mi mente

- Si lo hago, ¿te irás? –

- Hasta mañana, mi adorada Bella – susurró en mi oído y se fue

- Edward… - la única cosa que me cuestionaba era el por qué había venido, no me quería quedar con esa intriga y le pregunte - ¿Por qué viniste? –

- No lo sé, para serte sincero, no recuerdo mucho de lo que paso, lo único que recuerdo es… - paró de hablar de un momento a otro que me preocupe un poco y no quise agobiarlo mas con mis preguntas.

- Tranquilo, te acompañare al taxi, puedes llegar a tu casa solo ¿verdad? –

- Si, no me encuentro tan mal como parece – dijo regalándome una gran sonrisa

- Gracias por todo Bella, en verdad lamento mucho si te metí en problemas, mañana te lo compensaré, lo prometo –

- Claro; cuando llegues a tu casa llámame, con eso o me preocupare –

- Lo hare –

Todos en la residencia seguían dormidos, ya en mi departamento y con un café caliente en la mano, encendí la televisión sin fijarme en la pantalla, mi mente se empeñaba en rememorar las ultimas 3 horas, Edward dominaba mi mente, su voz que me hacía viajar a la luna con solo oírla, sus ojos que con solo verlos hacían estragos en todo mi ser, sin pensarlo y sin imaginarlo si quiera él había robado mi corazón y ya nunca volvería a se como antes. A las 6:30am sonó mi celular y la voz de Edward alegro mi mañana, pese a que fuera una conversación rápida de mi parte, él dijo que me llamaría después para fijar la hora en la que me recogería el domingo.