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Re: Una nueva esperanza (+18)
WaaaaaaaW Atal, me encantó...es preciosa tu historia.......al igual que a Mar....me encantaron los mensajitos de texto...y esa frase tan linda que escribiste.........ahhhhhh...ahora a esperar con impaciencia que llegue el domingo...para leer el siguiente capitulo....lo espero con ansias....felicidades Atal....
Dakota- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Lo prometio, aquí el nuevo capítulo, espero les guste...
un beso y dejen sus huellas...
un beso y dejen sus huellas...
Capítulo 6
BPOV
Aún estaba en la cama pensando en todo lo vivido con Edward, en sus halagos, en sus caricias, en su hermosa letra que tenía a pesar de ser un hombre, era de forma tan caligráfica,…
De pronto me llegó un mensaje en mi celular y me pareció extraño, lo levanté, me fijé y era un número desconocido, lo abrí y me quedé pasmada. Era de él.
"No sé qué te pasó, no sé si hice algo que te incomodó,
pero necesito verte una vez más,
no quiero que te lleves una impresión equivocada,
¿Te espero mañana?",
Edward.
pero necesito verte una vez más,
no quiero que te lleves una impresión equivocada,
¿Te espero mañana?",
Edward.
¿Edward quedó preocupado por haberme ido? ¡Me quería ver otra vez! Sonreí como una tonta. Max me quedó mirando y le contesté.
"no te preocupes, mañana iré y aclararemos todo,
descansa,
Bella"
descansa,
Bella"
Sabía que no tendría mensaje de vuelta, ya que el mío fue bien cortante, pero explícito.
Estaba feliz, no sé por qué, pero lo estaba, quería volver a verlo y sentir sus manos, su rostro y volver a ver su mirada.
-¿¡Qué me pasa Bella!... deja de pensar tanto –me dije acomodándome en la cama para dormir.
APOV
-papá y mamá, Edward me llamó porque tuvo un encuentro cercano con Bella –le dije a mis padres al llegar después de dejar a mi hermanito.
-¿qué? –respondieron a coro los dos.
-hubo conexión, lo que me dijo mi hermanito es que los dos se conectaron y estoy más que segura que Bella esta tan cautivada como Edward por ella. Edward fue un poco directo en algunas cosas que le dijo y Bella se asustó –me reí. Mis padres estaban expectantes por saber más.
-pero hija, ¿por qué crees que Bella se asustó? –pregunto mi madre.
-bueno porque Bella, me contó que hace mucho tiempo que no se relaciona con el sexo opuesto en cuanto a alguna atracción, además la única y última relación que tuvo no fue muy buena que digamos. Así que creo que mi hermanito debe ir lento por las piedras. Debe de a poco abrir el corazón de ella. Además no sabemos si se ha olvidado de Tanya completamente, bueno creo que jamás la olvidará, pero espero que sí la haya dejado de amar.
-hija, eso hay que dejarlo al tiempo, además no nos desagrada saber que a él le llamó la atención de Bella. Ella se ve una mujer buena, muy diferente a Tanya, y Creo que le haría bien que se desconectara del pasado y que viva el presente. –dijo mi madre.
-sí, se nota que es muy considerada, eso de estar pendiente de él en estos días, la deja bien parada. Me gusta ver sonreír a mi hijo y si es por ella, mejor –mi padre opinó de lo que ha visto de Bella.
-sí, a mi me gusta para Edward, y como dices tú papá, se ve lindo verle sonreír de nuevo, no importa si es por Bella o no, pero ella tiene que ver en eso -lo dije muy convincente.
EPOV
Al saber que Bella vendría, mi corazón se había tranquilizado. Desperté ansioso, sabía que ella vendría por la tarde así que por la mañana vinieron mis ejercicios con el kinesiólogo y fonoaudiólogo. Una mañana muy ajetreada, en mi mente solo estaba ella. Quería recuperar mi voz, quería decirle tantas cosas. Quería sentarme en mi piano y tocar, componer alguna melodía. Recuperar mi afición que tanto me gustaba antes de estar con Tanya. Hasta eso dejé de lado. La música era muy importante para mí, pero después la reemplacé por mi novia.
Sé que nuestra actitud fue egoísta, nos sumimos en un mundo de dos personas, ahí no caía nada más que nosotros. Nadie de familia, de hobbies,…creo que fue realmente una actitud que no quería volver a cometerla. El estar sin mi familia por todo este tiempo me ha hecho recapacitar en lo importante que son en mi vida.
No sé cómo pasó el día, sabía que en algún momento u otro llegaría Bella. Ese día me tocó baño, las enfermeras en especial Jesica se deleitaba en hacerlo, ya que me veía desnudo y aunque no quisiera me tocaba con sus manos enjabonadas. No me daba vergüenza, solo cuando me lavaban los genitales, pero era su profesión, lo hacían todos los días, así que me dejé querer.
Ya estaba con piyama limpio, sabanas limpias y perfumadas. Solo faltaba que llegara ella.
Abrí un libro que me había traído mi hermana. Era de toque romántico, un vampiro se enamoraba de una humana. Era un Best Sellers y estaba leyendo justo cuando tienen su primer encuentro. Estaba tan metido en la lectura que no me di cuenta que Bella estaba ahí, con sus mejillas sonrojadas, observándome detenidamente.
La miré y dejé de lado el libro y le tendí la mano para que se acercara. Bella se acercó y tomó mi mano y habló.
-¡hola!, estabas entretenido leyendo, no quise molestarte –tomó mi mano que le ofrecía y sin más comencé a acariciarla. Me la llevé a mis labios y le di un beso, Bella estática se quedó observándome.
-¡hola!- le contesté, tratando de decirlo por mi mismo para no utilizar la libreta con el bolígrafo, pero me salió la voz tan ronca y con tanto esfuerzo.
-¡no hables!, escríbeme- me dijo Bella acercándome con su mano mi libreta y el lápiz.
-ok, gracias por venir,… -arrugué mi frente para querer escribir lo necesario –me haces sentir muy bien estando a mi lado –no quería sonar tan directo pero me era imposible.
Bella al leer lo que había escrito se puso más roja y noté que sus ojos brillaban con gran intensidad.
-Edward, tenemos que hablar- me dijo gran ímpetu- no… no puedo negarte que me siento muy bien cuando estoy junto a ti, pero esto tan raro, apenas nos conocemos,… llegaste a mi vida por un accidente que no debería haber pasado, tienes un pasado amoroso que te llevó al borde de no saber nada, en cambio yo no tengo ninguno que me haga perder la cabeza- Bella hablaba y yo solo la escuchaba detenidamente –desde que vi tus ojos cuando estabas en la acera no he podido dejar de pensar en ti…no creas que soy directa pero creo que los dos somos adultos y la sinceridad ante todo… sé que no soy como tu ex novia, pero sí sé lo que te puedo entregar, que es mi corazón…
Me quedé helado por su confesión y sin pensarlo dos veces, tomé fuerzas y sin más me senté y tomé su rostro con mis manos y la besé. Al principio fue sutil, mis labios acariciaron los suyos casi rosándolos, me estremecí cuando sentí que no me rechazaba.
Bella al principio no movió ni un centímetro sus labios solo dejó que yo tomara su esencia, cuando estaba rosando su labio inferior los abrió capturando los míos y tomando mis cabellos con sus manos. Al sentir mis cabellos siendo acariciados por ella, sentí erizar toda mi piel y una corriente que viajo por toda mi columna vertebral hasta la punta de mis pies.
Fue muy extraño lo que sentí, con Tanya nunca sentí eso, con ella era todo pasional, en cambio con Bella era algo que no podía definir.
Sus labios eran una porción de la mejor golosina, eran suaves, deliciosos, un manjar que no sabía que existía.
Sentí que Bella no respiraba así que nos separamos unos centímetros para que pudiera recuperar el aliento, me quedé observándola, estaba con sus ojos cerrados respirando agitadamente al igual que yo. Lentamente abrió sus ojos y me dio una hermosa sonrisa y me abrazó, escondió su rostro en mi cuello. Sentí su respiración en mi oído y la apreté más a mí, cerrando más mis brazos en su espalda.
Aspiré su aroma, que al sentirla en mis fosas nasales mi corazón volvió a latir más rápido.
-Edward…-me dijo respirando en forma compasada – ¿qué piensas tu sobre todo esto?
La miré haciendo un mohín porque tenía que separarme de ella para poder escribirle.
-a mí me pasa lo mismo contigo,… pensé que nunca más iba a sentir mi corazón latir por una mujer… tú has llegado a mi vida como un ángel, para que sea diferente al pasado… la miré cuando estaba leyéndola.
-no es mucho lo que te puedo ofrecer en este momento, pero al igual que tu solo tengo mi corazón para que sea totalmente tuyo –le di una sonrisa tímida esperando lo que me iba a decir.
-lo acepto, pero con una condición –la miré con expectación –que tu corazón lo compartas con tu familia.
La miré con adoración y admiración, realmente era la mujer que siempre esperé qué estuviera a mi lado. La allegué a mí y la abracé con todas mis fuerzas y la volví a besar, sellando así y dándole a entender que aceptaba su corazón también.
Una vez más probé su dulce boca y sentí el golpe eléctrico por mi cuerpo. Ahora fue Bella la que se separó dejando su frente pegada a la mía.
-¿Edward…qué somos? –fue una interrogante fácil de contestar, pero faltaba algo que debía hacer.
Tomé mi libreta y escribí con una sonrisa de par en par -"¿Quieres ser mi novia?".
Bella lo leyó y sus ojitos brillaron y una sonrisa apareció en sus labios y volvió a mirarme.
-¡Sí!… ¡claro que quiero ser tu novia, Edward! –me lo afirmó con lágrimas que bajaban por sus hermosas mejillas.
-no llores amor, no cuando me has hecho el hombre más feliz de este mundo, un hombre que lo has vuelto a la vida…
-Edward, no lloro por pena o tristeza, mis lágrimas son de plena alegría…junto a ti me siento viva, completa,…
-ahora falta recuperarme bien y salir de aquí y poder retomar mi vida… ¿Bella,… me ayudarás?
-claro mi amor, estaré ahí para ti…
-y yo para ti mi ángel… me gustas mucho Bella Swan –se lo dije con mi voz ronca y áspera uniéndonos en un hermoso beso.
BPOV
Al llegar a su habitación, me quedé observándolo detenidamente, estaba leyendo, nada menos que "Crepúsculo" dónde Robert vampiro se enamora de Kristen la humana, era uno de mis libros preferidos. Se veía tan concentrado en lo que estaba haciendo, que solo me dediqué a mirarlo hasta que se dio cuenta que había llegado.
Me tendió la mano, dejando de lado el libro y yo sin más se la tomé. Se la llevó a su boca besándola. Con solo su toqué mi piel reaccionó una vez más a su calidez.
Lo saludé y el trató de hacerlo, pero su voz salió tan forzada y ronca, que se notaba que estaba haciendo el mayor esfuerzo de recuperarla. Era lógico pensar que quería expresarse y comunicarse con su voz y no con una libreta. Le acerqué el papel para que no siguiera esforzándose y me escribiera lo que quería decirme.
Empezamos a conversar y yo sin más le dije lo que me estaba pasando respecto a él. Se sorprendió porque en su semblante no había sorpresa, más bien felicidad, Edward me quedó mirando y se acomodo en la cama sin mover sus ojos de los míos y tomó mi rostro con sus manos en forma tan delicada y posó sus labios en los míos, no era un beso pasional, no, era seductor, sus labios solo me rosaban de forma majestuosa, mis latidos estaban a cien por hora. No pude más y cuando rosaba mi labio inferior capturé los suyos en forma desesperada, esperaba probar sus labios, su sabor, su ternura me estaba enloqueciendo. Lo tomé de su cabeza y comencé a acariciarlo en forma suave pero cada vez aumentaba la intensidad. Realmente Edward me había encontrado muy débil en la parte sentimental, pero obstante, él era diferente a cualquier hombre que pudiera haber deseado en todo este tiempo de soledad. Él era diferente.
Se separó de mí un poco y pude respirar, ya que me estaba faltando el aire estando sumida en su sabor y en la sensación extrañamente grata al estar junto a él.
Edward me escribió confesando que sentía lo mismo después que yo le preguntara qué era lo que pensaba y que lo único que podía ofrecerme en ese momento era su corazón, ya que quería retomar su vida, pero quería hacerlo junto a mí.
Al leer sus palabras, me inundé en una felicidad inexplicable, pero recordé su familia en todo lo mal que habían pasado cuando estuvo con Tanya y después al desaparecer. Así que le dije que todo ese amor no podía ser solo mío si no que teníamos que compartirlo con las personas que lo rodeaban en especial su familia.
Después de unos minutos Edward me pidió ser su novia, yo volaba de tanta felicidad, la tonta se puso a llorar, no lo pude impedir, mis lágrimas eran porque Edward me estaba haciendo la mujer más feliz del planeta.
Sé que sería difícil dejar el pasado de un día para otro, pero le ayudaría en ese proceso. Merecíamos ser felices a costa del pasado, por lo cual no quería cometer los mismos errores de Tanya, ella lo quiso mucho, pero lo separo de su familia y yo, trataría de no hacerlo. Él era muy talentoso por lo que su familia me había contado, así que le ayudaría a retomar sus gustos, sus hobbies, todo.
Me asustaba la idea que fuese solo un impulso por parte de los dos, pero si estaba segura que a los dos nos pasaban cosas estando juntos y más cuando nuestras pieles se juntaban.
Edward solo quería hablar, se esforzó mucho al decirme que le gustaba. Solo con eso me derretí y nos unimos en un beso más profundo cargado de emoción y pasión.
Ese día se fue tan rápido, al llegar a casa después de dejarlo en el hospital, no dejaba de acariciar mis labios, recordando sus labios en los míos.
Me vi tendida en mi cama y me imaginé a él a mi lado. ¿Llegaremos a eso? ¿Me llegará a desear tanto como yo lo deseo a él? Eran muchas interrogantes que se pasaron en la mente hasta que me quedé dormida después de tanto pensar en Edward y en lo exquisito que es y en la gran ternura que me profesa.
Espero les haya gustado...
Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
esta spr waaai en vdd qk liindo0 su primer bexo0o0 jiji esta geniial grax atal x el cap esta genjial y qk buueno0 qk yaso0n noviio0s y qk libro0 tan genniial estav leeyendo0 edward XD espero0 el prox cap graxiiax bexo0ox
estreliitap- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
ay algo que no esta bien Atal no me gusta ..que hace Jesica labandole sus partes intimas!!!!!!! nonono eso no vale
por lo demas esta genial el capi y lo del libro de Crepusculo ,Robert y Kristen es buenisimo ........hasta el proximo
por lo demas esta genial el capi y lo del libro de Crepusculo ,Robert y Kristen es buenisimo ........hasta el proximo
xole- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
jajajajajaj pero si jessica es enfermera es su trabajo...solo eso....no es nada relevante jejejej.... ¿omo te gustaria ser jessica?
Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
sera su trabajo pero siendo "Jesica" seguro que ella no lo ve asi
y ser ella no me gustaria me gustaria tener su trabajo y labar a Edward todo enterito
y ser ella no me gustaria me gustaria tener su trabajo y labar a Edward todo enterito
xole- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Gracias Atal, me encanto el capitulo...ahhhh...su primer besoooooo....y ya son noviossss...que emocionnnnn.......y lo del librooooo...genial....jajaja...espero con ansias el siguiente capitulo....nos tienes atrapadas con tu historiaaaaa...saluditos...
Dakota- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
gracias amiga....Edawrd se ve ansioso, pero se vera despues que pasara...me alegro q te guste...
SON DIVINAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
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Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Woooo Atal amee este capitulo tanto como los otros.. q lindooss.. noooo me morii de amor... q lindo cuando le dice esto : -No es mucho lo que te puedo ofrecer en este momento, pero al igual que tu solo tengo mi corazón para que sea totalmente tuyo- ahhh me encantoo.. gracias.. y a esperar el proximoo.. saluditoss... !! ..
...Mar..- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
aaa boy a llorar
evan anthony- Cantidad de envíos : 17
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Re: Una nueva esperanza (+18)
jajja e lloradp muchoo
sigo llorando
jajaj no puedo dejar de llorar :P
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AMIGA RECUERDA QUE NO SE PUEDE POSTEAR DOS O TRES VECES SEGUIDAS
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evan anthony- Cantidad de envíos : 17
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Amigas por fin tengo mi pc para poder continuar con las actualizaciones y escribir mi fic...
las extrañé muchímo espero les guste los dos capitulos...
espero sus hueyas, besos
Capítulo 7
EPOV
-…me gustas mucho Bella Swan –se lo dije con mi voz ronca y áspera uniéndonos en un hermoso beso.
Me quedé solo después que mi ángel se había ido. Era extraordinaria, será porque ha pasado mucho tiempo, pero Bella con su solo probar sus labios mi cuerpo reaccionó. Menos mal que estaba tapado con las tapa de la cama, o si no me hubiera dado mucha vergüenza que Bella se hubiera dado cuenta de mi situació Stories
Mi niño estaba dormido hace mucho tiempo, pero el placer que era estar con Bella unidos por nuestros besos, reaccionó y despertó después de tanto tiempo.
Mi Bella, mi hermoso ángel, se notaba su miedo a sufrir una desilusión. Me gustaba mucho, más de lo que pensé, pero con solo besarla por primera vez, mi cuerpo reaccionó y mis sentidos también.
Sé que se me va a ser difícil, pero sé que saldré a delante con ella a mi lado.
BPOV
Me vi tendida en mi cama y me imaginé a él a mi lado. ¿Llegaremos a eso? ¿Me llegará a desear tanto como yo lo deseo a él? Eran muchas interrogantes que se pasaron en la mente hasta que me quedé dormida después de tanto pensar en Edward y en lo exquisito que es y en la gran ternura que me profesa.
Fue una noche tranquila, después de tanto tiempo tengo un novio,… un novio… después de Jacob no pensé nunca que llegaría alguien a ocupar ese rol en mi vida. Con Jacob nunca tuve el deseo de estar con él, lo llegué a querer, pero no lo suficiente para entregarme en cuerpo y alma. Él era atractivo, pero mi cuerpo no reaccionaba a sus encantos. Me imagino la frustración que tuvo todo el tiempo que estuvimos juntos, el llegar a violar a cuanta chica que se le cruzaba en el camino después que yo le rechazaba.
A veces me pregunto ¿por qué nunca me violó? Era una pregunta que siempre se repetía al pensar en su situación. ¿Quizás si me hubiera entregado él no hubiera cometido tantas violaciones?
En cambio ahora que conocí a Edward, desde el momento de tocar su piel, mi cuerpo lo deseaba. Era tan extraño, mis vellos se erizaban tan solo sentirlo junto a mí. Edward despertaba todo lo que mi cuerpo ha rechazado entregar. Por primera vez, Edward lograba que lo deseara, no tan solo sexualmente, sino que deseaba solo con verlo, con sentir su esencia, ver sus perlas verdes, su rostro resplandeciente.
Sentir sus besos fue el manjar mas delicioso que he probado, solo me falta escuchar su voz normal, pero al escucharlo por si solo fue una enorme alegría, una explosión de felicidad. Él quería hablarme, y yo quería escucharlo. Solo faltaba que la recuperara y conocer su tono. El sentir su respiración en mi oído fue una sensación extraña. Solo quería en ese momento tocarlo por todas partes y besarlo, besarlo.
Al día siguiente pasé por el hospital, iba ser el último día, ya le darían de alta. Su voz poco a poco recuperaría la normalidad.
Esa tarde fue muy reconfortante, su voz se veía un poco más clara aunque igual seguía utilizando su libreta para poder hablar. Se sentí emocionado por volver a casa, pero preocupado, ya que no sabía como iba a reaccionar ante sus recuerdos.
Edward no me había dicho mucho, lo que sabía era por Alice, pero sin decir nada le veía en su semblante una leve preocupación. Sabía que iba a ser difícil para volver a la normalidad sin que le pesara el pasado. Su sufrimiento fue profundo y muy duro. Eso lo entendí muy bien.
Esa tarde no hubo ningún momento meloso, que pudiéramos habernos preocupado, pero los dos nos deseábamos, aunque no dijéramos nada, lo sabíamos y lo sentíamos.
Edward era muy tierno conmigo, de alguna forma su dulzura me atrapaba más a la inconciencia de que era un nuevo comienzo para él y para mí.
Esa tarde después de haber jugado a las cartas y pasar un tiempo en su compañía, me pidió si era posible lo acompañara cuando le dieran el alta a su casa. No quería llegar sin mí.
No podía negarme, ese día tenía solo que ir a la universidad a cumplir horario, así que pedí el día libre, mis jefes eran muy comprensivos, yo nunca pedía licencia, nunca faltaba a mi trabajo, así que era primera vez que pedía algo así y a favor mío me lo concedieron.
EPOV
Estuve el último día en el hospital en compañía de mi Bella, mi princesa. Fue una tarde bien relajada estando a su lado. Jugamos a las cartas y para variar ella también me ganó, no era muy bueno en eso, pero la pasé muy bien. Éramos como una pareja de adolescentes que compartían sus primeras citas de noviazgo.
Estaba a pesar de toda la distracción que me provocaba mi niña, pero mi mente estaba con la preocupación del día siguiente, ya que volvería a mi casa después de estos años. Ahí tenía todo mi pasado, todos mis recuerdos. Sin más le pedí a Bella que si era posible estuviera conmigo al llegar a casa, pensé que era algo imposible, pero intenté pedírselo y me quedé feliz al saber que ella había hecho ya los preparativos para acompañarme.
Después de esa hermosa tarde me quedé en mi cama pensando en cómo reaccionaría a volver a mi casa, a mi dormitorio donde había pasado tantas cosas con Tanya. ¿Por qué ya no me dolía pensar en ella y en nombrarla?
Sé que la amé mucho, más que todo lo que me rodeaba, pero sé que fue un amor enfermizo, porque pude dejar de lado todo, sin importarme nada y eso me dolía pero sabía que la vida me estaba dando una nueva oportunidad para remediarlo y a la vez tener esa felicidad plena.
No fue una buena noche, la preocupación no me dejó descansar como debía. Pero cuando vi entrar a la habitación ami hermosa novia, los temores se me fueron. Ella se veía tan linda en las primeras horas del día, andaba con su cabello a medio tomar, le caían algunos mechones por sus hombros, se veía tan apetitosa, con unos jeans ceñidos a sus piernas, y una blusa con un escote que me provocaba ver que había debajo de ella.
Yo ya estaba vestido con ropa que mi madre me había venido a dejar. Se notaba que eran nuevas, ya que no recordaba que las tenía. Bella me quedó viendo asombrada por verme así ya que estos días habían sido con bata de hospital. Sin querer me sonrojé como un chiquillo, le sonreí y sus brazos se apoderaron de mi cuerpo. Reaccioné a su cariño y la besé en la frente, nos quedamos mirándonos.
-¿preparado? –al escuchar a Bella me sorprendió.
Ella sabía cuan difícil era volver a mi realidad después de haber pasado por todo.
-sí amor, me siento seguro, solo porque estas conmigo- le dije con una seguridad, a pesar de mi voz. Sabía que era así, ella me daba la fortaleza y la valentía de enfrentar lo que viniera.
-Sé que saldrás victorioso Edward, no estás solo, estoy contigo, y toda tu familia- sus palabras me dio más fuerza.
Mi padre nos fue a buscar, ya todo el papeleo estaba listo. Mi madre y Bella me acompañaron, Alice me esperaba en casa con Jasper. Aunque no lo dijeran pero mi Carlisle y Esme estaban ansiosos y nerviosos por mi reacción. Temían a que tuviera una recaída de mi ánimo. Pero teníamos que enfrentarlo, y si lo hacemos lo antes posible, mejor.
BPOV
AL entrar a la habitación esa mañana, ya con ropa de calle y de pie, me quedé sin habla, se veía tan lindo, tan hermoso, un hombre normal, con una apariencia que cualquier mujer lo desearía con solo con verlo. Ya era el primer paso para volver a su nueva vida.
Se veía ansioso, nervioso. Al verle me fui directo a sus brazos y lo apreté con todas mis fuerzas, aunque no eran muchas, pero lo hice para que supiera que estaba con él y que no lo dejaría solo, que enfrentaríamos todo, pero juntos.
Él me abrazó con sus brazos y me sentí completa. Besó mi frente y me quedó mirando.
-¿preparado? –le pregunté, sin esperar que me contestara.
Pero lo hizo, con dificultad, pero lo hizo sin su libreta. Su voz estaba más segura. Derepente le salían gallitos igual como un adolescente cuando estaban cambiando la voz. Solo que la de Edward era pastosa y ronca.
El tenerlo en mis brazos y sentir los suyos en mi cintura me estremecí. Sentí su pecho junto al mío, a pesar de la ropa, pero pude sentirlo, un duro cuerpo, sabía que no debía pensar así en ese momento, pero era inútil. Edward me hacía reaccionar de una forma tan diferente.
Cuando estaba en mis pensamientos, entraron sus padres, ya estaba todo listo, solo faltaba que nos fuéramos rumbo a su casa. Me tomó de la mano y la entrelazó entre sus dedos y salimos de ahí.
Subimos al carro del papá y ellos se veían tan nerviosos como Edward, pero trataban de disimular, pero yo los sentí. Y no era para menos, tenían temor a que Edward recayera, quizás no estaba preparado aun para afrontarlo. Pero yo sabía que lo lograría, tenía mucha confianza en él. A pesar que no le conocía mucho, sabía que en su corazón estaba el anhelo de dejar todo el pasado a un lado y seguir viviendo, pero diferente.
EPOV
No dejaba de acariciar la mano de Bella, estaba ansioso, nadie decía nada, el camino a casa se me hacía conocido, comencé a recordar la avenida principal, las calles cercanas de casa, lugares por donde había caminado con Tanya, por un momento dejé de respirar y al recordar hacerlo salió del fondo de mi ser un suspiro profundo. Bella se percató y apretó mi mano para de alguna forma darme aliento y fuerzas.
Con solo llevar el recuerdo de Tanya a mi mente, se venía una sensación de perdida y vacío, pero esta vez al verla en mis recuerdos no lo sentí. Llegamos a casa, mis padres bajaron rápidamente, Carlisle tomó a mi madre de la mano y esperaron que con Bella bajáramos del carro.
-¿si quieres nos quedamos un rato antes de entrar?- me dijo Bella con mucha prudencia, sabiendo que me era difícil estar en esta situación.
-no, solo dame unos segundos, tengo sentimientos encontrados amor, estoy feliz por volver, pero tengo temor a que no lo haya superado- le dije sin mirarla, con mi vista perdida en la nada.
-lo sé, Edward, solo sé que estoy contigo y que no te dejaré… a menos que tú me…-antes que terminara la besé.
-Bella, tú eres mi vida ahora, y jamás, entiéndelo, jamás te alejaré de mí- se lo dije mirándola a sus ojos para que supiera de verdad que lo que siento por ella es de verdad.
Bajamos mientras Alice estaba en la entrada esperando mi determinación por entrar, ninguno de la familia me insistió en entrar, esperaron pacientemente que lo hiciera a mi ritmo. Bella estaba a mi lado, unidos con nuestras manos, no me sentía vacío, sentía un gran alivio que en esta circunstancia estuviera con ella.
Miré mi casa por fuera, hasta llegar al segundo piso donde estaba mi habitación, se veía con las mismas cortinas que antes. Me vinieron las ganas de entrar e ir hacia ella, para así terminar con la incertidumbre y salir de todo esto y poder enfrentar mi pasado y dejarlo de lado y seguir adelante con mi presente que era mi nueva vida y mi futuro que era con Bella.
Me dispuse a entrar, Alice me abrazó con mucha ternura, no dije nada, solo solté a Bella y le dije que quería ir solo a mi habitación, ella sin decir nada solo me dejó…
las extrañé muchímo espero les guste los dos capitulos...
espero sus hueyas, besos
Capítulo 7
EPOV
-…me gustas mucho Bella Swan –se lo dije con mi voz ronca y áspera uniéndonos en un hermoso beso.
Me quedé solo después que mi ángel se había ido. Era extraordinaria, será porque ha pasado mucho tiempo, pero Bella con su solo probar sus labios mi cuerpo reaccionó. Menos mal que estaba tapado con las tapa de la cama, o si no me hubiera dado mucha vergüenza que Bella se hubiera dado cuenta de mi situació Stories
Mi niño estaba dormido hace mucho tiempo, pero el placer que era estar con Bella unidos por nuestros besos, reaccionó y despertó después de tanto tiempo.
Mi Bella, mi hermoso ángel, se notaba su miedo a sufrir una desilusión. Me gustaba mucho, más de lo que pensé, pero con solo besarla por primera vez, mi cuerpo reaccionó y mis sentidos también.
Sé que se me va a ser difícil, pero sé que saldré a delante con ella a mi lado.
BPOV
Me vi tendida en mi cama y me imaginé a él a mi lado. ¿Llegaremos a eso? ¿Me llegará a desear tanto como yo lo deseo a él? Eran muchas interrogantes que se pasaron en la mente hasta que me quedé dormida después de tanto pensar en Edward y en lo exquisito que es y en la gran ternura que me profesa.
Fue una noche tranquila, después de tanto tiempo tengo un novio,… un novio… después de Jacob no pensé nunca que llegaría alguien a ocupar ese rol en mi vida. Con Jacob nunca tuve el deseo de estar con él, lo llegué a querer, pero no lo suficiente para entregarme en cuerpo y alma. Él era atractivo, pero mi cuerpo no reaccionaba a sus encantos. Me imagino la frustración que tuvo todo el tiempo que estuvimos juntos, el llegar a violar a cuanta chica que se le cruzaba en el camino después que yo le rechazaba.
A veces me pregunto ¿por qué nunca me violó? Era una pregunta que siempre se repetía al pensar en su situación. ¿Quizás si me hubiera entregado él no hubiera cometido tantas violaciones?
En cambio ahora que conocí a Edward, desde el momento de tocar su piel, mi cuerpo lo deseaba. Era tan extraño, mis vellos se erizaban tan solo sentirlo junto a mí. Edward despertaba todo lo que mi cuerpo ha rechazado entregar. Por primera vez, Edward lograba que lo deseara, no tan solo sexualmente, sino que deseaba solo con verlo, con sentir su esencia, ver sus perlas verdes, su rostro resplandeciente.
Sentir sus besos fue el manjar mas delicioso que he probado, solo me falta escuchar su voz normal, pero al escucharlo por si solo fue una enorme alegría, una explosión de felicidad. Él quería hablarme, y yo quería escucharlo. Solo faltaba que la recuperara y conocer su tono. El sentir su respiración en mi oído fue una sensación extraña. Solo quería en ese momento tocarlo por todas partes y besarlo, besarlo.
Al día siguiente pasé por el hospital, iba ser el último día, ya le darían de alta. Su voz poco a poco recuperaría la normalidad.
Esa tarde fue muy reconfortante, su voz se veía un poco más clara aunque igual seguía utilizando su libreta para poder hablar. Se sentí emocionado por volver a casa, pero preocupado, ya que no sabía como iba a reaccionar ante sus recuerdos.
Edward no me había dicho mucho, lo que sabía era por Alice, pero sin decir nada le veía en su semblante una leve preocupación. Sabía que iba a ser difícil para volver a la normalidad sin que le pesara el pasado. Su sufrimiento fue profundo y muy duro. Eso lo entendí muy bien.
Esa tarde no hubo ningún momento meloso, que pudiéramos habernos preocupado, pero los dos nos deseábamos, aunque no dijéramos nada, lo sabíamos y lo sentíamos.
Edward era muy tierno conmigo, de alguna forma su dulzura me atrapaba más a la inconciencia de que era un nuevo comienzo para él y para mí.
Esa tarde después de haber jugado a las cartas y pasar un tiempo en su compañía, me pidió si era posible lo acompañara cuando le dieran el alta a su casa. No quería llegar sin mí.
No podía negarme, ese día tenía solo que ir a la universidad a cumplir horario, así que pedí el día libre, mis jefes eran muy comprensivos, yo nunca pedía licencia, nunca faltaba a mi trabajo, así que era primera vez que pedía algo así y a favor mío me lo concedieron.
EPOV
Estuve el último día en el hospital en compañía de mi Bella, mi princesa. Fue una tarde bien relajada estando a su lado. Jugamos a las cartas y para variar ella también me ganó, no era muy bueno en eso, pero la pasé muy bien. Éramos como una pareja de adolescentes que compartían sus primeras citas de noviazgo.
Estaba a pesar de toda la distracción que me provocaba mi niña, pero mi mente estaba con la preocupación del día siguiente, ya que volvería a mi casa después de estos años. Ahí tenía todo mi pasado, todos mis recuerdos. Sin más le pedí a Bella que si era posible estuviera conmigo al llegar a casa, pensé que era algo imposible, pero intenté pedírselo y me quedé feliz al saber que ella había hecho ya los preparativos para acompañarme.
Después de esa hermosa tarde me quedé en mi cama pensando en cómo reaccionaría a volver a mi casa, a mi dormitorio donde había pasado tantas cosas con Tanya. ¿Por qué ya no me dolía pensar en ella y en nombrarla?
Sé que la amé mucho, más que todo lo que me rodeaba, pero sé que fue un amor enfermizo, porque pude dejar de lado todo, sin importarme nada y eso me dolía pero sabía que la vida me estaba dando una nueva oportunidad para remediarlo y a la vez tener esa felicidad plena.
No fue una buena noche, la preocupación no me dejó descansar como debía. Pero cuando vi entrar a la habitación ami hermosa novia, los temores se me fueron. Ella se veía tan linda en las primeras horas del día, andaba con su cabello a medio tomar, le caían algunos mechones por sus hombros, se veía tan apetitosa, con unos jeans ceñidos a sus piernas, y una blusa con un escote que me provocaba ver que había debajo de ella.
Yo ya estaba vestido con ropa que mi madre me había venido a dejar. Se notaba que eran nuevas, ya que no recordaba que las tenía. Bella me quedó viendo asombrada por verme así ya que estos días habían sido con bata de hospital. Sin querer me sonrojé como un chiquillo, le sonreí y sus brazos se apoderaron de mi cuerpo. Reaccioné a su cariño y la besé en la frente, nos quedamos mirándonos.
-¿preparado? –al escuchar a Bella me sorprendió.
Ella sabía cuan difícil era volver a mi realidad después de haber pasado por todo.
-sí amor, me siento seguro, solo porque estas conmigo- le dije con una seguridad, a pesar de mi voz. Sabía que era así, ella me daba la fortaleza y la valentía de enfrentar lo que viniera.
-Sé que saldrás victorioso Edward, no estás solo, estoy contigo, y toda tu familia- sus palabras me dio más fuerza.
Mi padre nos fue a buscar, ya todo el papeleo estaba listo. Mi madre y Bella me acompañaron, Alice me esperaba en casa con Jasper. Aunque no lo dijeran pero mi Carlisle y Esme estaban ansiosos y nerviosos por mi reacción. Temían a que tuviera una recaída de mi ánimo. Pero teníamos que enfrentarlo, y si lo hacemos lo antes posible, mejor.
BPOV
AL entrar a la habitación esa mañana, ya con ropa de calle y de pie, me quedé sin habla, se veía tan lindo, tan hermoso, un hombre normal, con una apariencia que cualquier mujer lo desearía con solo con verlo. Ya era el primer paso para volver a su nueva vida.
Se veía ansioso, nervioso. Al verle me fui directo a sus brazos y lo apreté con todas mis fuerzas, aunque no eran muchas, pero lo hice para que supiera que estaba con él y que no lo dejaría solo, que enfrentaríamos todo, pero juntos.
Él me abrazó con sus brazos y me sentí completa. Besó mi frente y me quedó mirando.
-¿preparado? –le pregunté, sin esperar que me contestara.
Pero lo hizo, con dificultad, pero lo hizo sin su libreta. Su voz estaba más segura. Derepente le salían gallitos igual como un adolescente cuando estaban cambiando la voz. Solo que la de Edward era pastosa y ronca.
El tenerlo en mis brazos y sentir los suyos en mi cintura me estremecí. Sentí su pecho junto al mío, a pesar de la ropa, pero pude sentirlo, un duro cuerpo, sabía que no debía pensar así en ese momento, pero era inútil. Edward me hacía reaccionar de una forma tan diferente.
Cuando estaba en mis pensamientos, entraron sus padres, ya estaba todo listo, solo faltaba que nos fuéramos rumbo a su casa. Me tomó de la mano y la entrelazó entre sus dedos y salimos de ahí.
Subimos al carro del papá y ellos se veían tan nerviosos como Edward, pero trataban de disimular, pero yo los sentí. Y no era para menos, tenían temor a que Edward recayera, quizás no estaba preparado aun para afrontarlo. Pero yo sabía que lo lograría, tenía mucha confianza en él. A pesar que no le conocía mucho, sabía que en su corazón estaba el anhelo de dejar todo el pasado a un lado y seguir viviendo, pero diferente.
EPOV
No dejaba de acariciar la mano de Bella, estaba ansioso, nadie decía nada, el camino a casa se me hacía conocido, comencé a recordar la avenida principal, las calles cercanas de casa, lugares por donde había caminado con Tanya, por un momento dejé de respirar y al recordar hacerlo salió del fondo de mi ser un suspiro profundo. Bella se percató y apretó mi mano para de alguna forma darme aliento y fuerzas.
Con solo llevar el recuerdo de Tanya a mi mente, se venía una sensación de perdida y vacío, pero esta vez al verla en mis recuerdos no lo sentí. Llegamos a casa, mis padres bajaron rápidamente, Carlisle tomó a mi madre de la mano y esperaron que con Bella bajáramos del carro.
-¿si quieres nos quedamos un rato antes de entrar?- me dijo Bella con mucha prudencia, sabiendo que me era difícil estar en esta situación.
-no, solo dame unos segundos, tengo sentimientos encontrados amor, estoy feliz por volver, pero tengo temor a que no lo haya superado- le dije sin mirarla, con mi vista perdida en la nada.
-lo sé, Edward, solo sé que estoy contigo y que no te dejaré… a menos que tú me…-antes que terminara la besé.
-Bella, tú eres mi vida ahora, y jamás, entiéndelo, jamás te alejaré de mí- se lo dije mirándola a sus ojos para que supiera de verdad que lo que siento por ella es de verdad.
Bajamos mientras Alice estaba en la entrada esperando mi determinación por entrar, ninguno de la familia me insistió en entrar, esperaron pacientemente que lo hiciera a mi ritmo. Bella estaba a mi lado, unidos con nuestras manos, no me sentía vacío, sentía un gran alivio que en esta circunstancia estuviera con ella.
Miré mi casa por fuera, hasta llegar al segundo piso donde estaba mi habitación, se veía con las mismas cortinas que antes. Me vinieron las ganas de entrar e ir hacia ella, para así terminar con la incertidumbre y salir de todo esto y poder enfrentar mi pasado y dejarlo de lado y seguir adelante con mi presente que era mi nueva vida y mi futuro que era con Bella.
Me dispuse a entrar, Alice me abrazó con mucha ternura, no dije nada, solo solté a Bella y le dije que quería ir solo a mi habitación, ella sin decir nada solo me dejó…
Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Capítulo 8
ESPOV
-¿Carlisle?, no deberíamos dejarlo solo en este momento –le dije a mi esposo.
-tenemos que dejarlo, no te preocupes, estará bien, Edward se ve más fuerte que antes, además en algún momento a otro tiene que hacerlo –Carlisle hablaba con tanta seguridad que de alguna forma me sentía tranquila.
Pero como madre sabía que a mi hijo le costaría enfrentar el fantasma del pasado. Pero también sabía que todos lo ayudaríamos. Ahora no solo estábamos nosotros si no que también estaba Bella, que se notaba que aunque solo se conocían días era como si se conocieran por mucho tiempo, además se notaba que sus sentimientos hacia a él eran verdaderos y sinceros.
Alice estaba ansiosa por subir detrás de su hermano, pero Bella le pidió que no lo hiciera, que le diera un poco de privacidad. Nos quedamos esperando unos treinta minutos hasta que sentimos a Edward abrir la puerta de su habitación. Se produjo un silencio majestuoso, hasta que Edward me llamó.
Mi corazón parecía que estaba sujetándose de un hilo, pero al escuchar a mi hijo llamándome, se me vino el alma al cuerpo, ya que me sentí feliz ir al llamado de él.
-¡enseguida voy! –le conteste, fui directamente a la entrada de la escalera donde estaba Bella y Alice.
-no se preocupen chicas, parece que esta bien –les dije para que se tranquilizaran.
Subí rápidamente, estaba mi hijo parado en la puerta con su rostro ido. Me preocupé, pero de inmediato Edward me miró y se lanzó a mis abrazos como un niño pequeño.
-¡mamá!, ¿por qué no me di cuenta de todo ese tiempo que estuve separados de ustedes?, ¿por qué no me di cuenta de que el amar a una persona no es solo encerrarse en una burbuja y dejar de lado todo lo demás?
Edward se puso a llorar abrazándome muy fuerte, parecía que lo necesitaba, parecía que todas las lágrimas derramadas en el pasado no habían sido por esto. No se había dado cuenta que nos había apartado sin querer hacerlo. Poco a poco se soltó de mí y me miró.
-Esme, tendremos que hacer algunos cambios en mi habitación, pero por ahora no quiero estar en ella, ¿podría dormir en la habitación de visitas? –me lo dijo con una ternura, vi que nuestra preocupación por enfrentar a su pasado podría haberle jugado chueco, pero estaba bien, mi hijo había madurado, y de alguna forma sabía que su nueva novia había ayudado en algo, no sé qué, pero ella le había dado a mostrar que en su entorno hay personas que pueden darnos muchas cosas valiosas.
-claro Edward, esta lista, sabíamos que nos lo pedirías, Alice te ayudará a remodelar tu habitación, además ahora tienes a Bella y sé que también te ayudará y la dejarán como nueva –le dije con una alegría en mi corazón por ver a mi hijo recuperado y con ganas de seguir viviendo.
-OH, se me olvidaba Bella, mamá, dile que venga –me lo pidió al recordar que ella estaba esperando.
-OK, te la llamo –le dije dándole un beso en su frente.
EPOV
Al entrar a casa y ver que estaba igual que cuando la dejé, me perturbo un poco, aunque no lo demostré. Solté a Bella y le pedí que quería ir a mi habitación solo, ella comprensivamente lo acepto, aunque sé que estaba tan preocupada como el resto de mi familia.
Subí calmadamente hasta llegar en frente de mi habitación, sentía un gran temor, la abrí y percibí que estaba igual a cuando me fui solo que la cama estaba tendida, me di cuenta que se habían preocupado de asearla, mis casa seguían tal cual como las había dejado ese día. Mi colección de CD estaban intactos, mis libros en mi velador… todo seguía igual.
Me quedé helado al ver la fotografía que estaba en la repisa, ahí estábamos con Tanya, al verla se me llenaron los ojos de lágrimas, la tomé en mis manos y me senté en mi cama sin dejar de verla.
Se vinieron muchos recuerdos de nosotros dos a mi mente, pero el dolor de saber que no estaba, había pasado. Mis lágrimas no eran por que la extrañaba, no, era porque sabía que ya no estaba y que era el tiempo adecuado de dejarla ahí, en mis recuerdos. Ya no podía seguir viviendo con el pasado, ya no volvería, y ahora debía seguir adelante, con nuevas luchas, nuevas metas, nueva vida.
Ahora mi vida se veía más llena, estaba mi familia y además estaba ella, Bella, mi Bella, la mujer que con solo su mirar aunque se pareciera a Tanya, era una mujer distinta, con una templanza que me daba seguridad. La mujer que me hacía sentir cosas nuevas, la que ha logrado de forma indirecta volver a mi familia.
Toqué el rostro de Tanya en la foto y me despedí.
-fuiste muy importante en mi vida, te ame como nunca pensé, pero no lo hicimos bien, ahora tengo la oportunidad de hacerlo correctamente, pero tengo dejarte ir, dejar de pensar y lamentarme que ya no estás, pero debemos seguir nuestros caminos, tú, en tu descanso eterno y yo con mi nueva vida –me lo decía a mí mismo y al recuerdo de ella, pero a la vez pensando en Bella, ahora realmente era diferente.
Después de desahogarme por unos minutos, dejé la fotografía donde estaba y me levanté de la cama y desde el portal de mi habitación llamé a mi madre. Sabía que ella estaba tan preocupada como todos, pero ella era una de la que más había sufrido por mi lejanía.
Mi madre vino enseguida y la abracé como nunca, me sentía protegido en sus brazos, me desahogué una vez más recibiendo el consuelo de mi madre que tanto añoraba. Al soltarla después de unos minutos en sus tiernos brazos, le pedí que quería alojarme en la habitación de alojados hasta que me remodelaran mi habitación. Ella asistió inmediatamente dándome una hermosa sonrisa. Sabía que el volver a casa y a mi pasado, no me había afectado.
Pero quería estar con Bella y decirle que no quería arruinar nada de lo que me había propuesto, y que lo nuestro era lo más importante en este momento junto con recuperar a mi familia.
Fui caminando a mi nueva habitación y esperé a mi novia. Se sentía bien escuchar la palabra novia, sabía que Bella estaba tan nerviosa, pero ella confiaba en mí. No sabía el por qué ella creía tanto en mí, había visto en mi interior en pocos días. Tanya no supo ver más allá de lo que quería ver ella, en cambio Bella veía las cosas que yo quería y que me hacían bien.
-¿puedo? –me dijo Bella estando en el umbral de la puerta.
Se veía tan hermosa, pero al mirarla me dio una paz enorme.
-¡claro amor! acércate –ella lo hizo y la abracé. Nuestros brazos se entrelazaron y nos unimos en una hermosa caricia. Después no separamos y capturé sus labios, se sentían suaves, embriagadores, fue un beso tierno, pero que los dos lo necesitábamos, Bella me había cautivado con su mirada, pero ella, era más de lo que pensé encontrar en una mujer.
-¿estás bien? –me preguntó con mucha ternura.
-mejor de lo que esperaba –le dije con toda sinceridad.
-me alegro, de todo corazón, estábamos preocupados, pero a la vez sabíamos que lo enfrentarías bien –me dijo con su frente unida a la mía.
-tu has hecho que lo enfrentara bien y que tuviera fuerzas para poder enfrentar el pasado… al verla en la fotografía de mi habitación me despedí, la dejé ir y ya no duele pensarlo ni decirlo –le confesé lo que había hecho.
Bella al escucharme comenzó a besarme, pero dándome besitos por todo mi rostro, me quedé estático sintiendo todo lo que ella me provocaba, era tierna. Mis vellos se pararon cuando sus labios rozaron los míos sin profundizar sus besos, mis manos actuaron por si solas y provocaron acariciarla por su espalda. Bella hizo una pausa en su quehacer, pero después de unos segundos siguió melosamente complaciéndome.
Sentí como reaccionaba ante mis caricias. En ese momento solo quería tocar más allá pero no era el momento, ni el lugar. Aunque de alguna manera los dos nos deseábamos.
-¿me ayudarás a remodelar mi habitación?, quiero que lo hagamos a nuestro gusto, para que sea nuestro rincón de la casa –le dije mi deseo para enfriar el momento candente que estábamos teniendo.
Mientras me seguía besando, Bella me dijo que me ayudaría –¿nuestro rincón? –preguntó.
-sí, solo nuestro –le dije de forma suspicaz, tratando a que me refería.
-pensé que nuestro rincón sería mi casa, sé que aun no la conoces, pero creo que ahora Max tendrá más compañía –me dijo con su cabecita agachada, temiendo a que no estuviera de acuerdo.
-¿Max?, ¿quién es Max? –pregunté con una gran preocupación.
-mi mascota, mi gato, se llama Max y es mi compañero, mi bebé –me lo dijo sonrojándose.
-jajajaja ¡tu gato! Jajajaj –me reí al saber, y la abracé y la di vuelta en el aire. Me había preocupado, no pensé nada, pero me llamó la atención.
En mi interior me había olvidado que Bella ya tenía una vida, era profesional, independiente, a pesar que era un año menor que yo, ella se había realizado como persona.
-¿bajemos? – me preguntó mi novia.
-sí, vamos –la tomé de la mano y nos fuimos a donde estaba mi familia.
Realmente, era diferente, si hubiera estado así con Tanya no hubiera nunca pedido ir donde estaban todos, no le gustaba compartir con ellos, en cambio Bella, era considerada. No era que no quisiera estar conmigo, era que no quería apartarme de mis raíces.
Bajamos y ahí estaba Alice y mis padres, se sorprendieron al vernos, pero vieron que así iba a ser desde ahora. Alice me abrazó y me comenzó a decir cómo podríamos remodelar mi habitación, le dije que Bella también debía opinar, ya que ella pasaría tiempo ahí también. Les pedí a mis padres que a las demás habitaciones también deberían hacerles una remodelación o decoración diferente. Mi madre miró a mi padre y los dos sonrieron y aceptaron mi petición así que Alice tendría mucho trabajo desde ahora.
Pasaron las horas, ese mismo día comencé a embalar mis cosas de mi antigua habitación, bote muchas cosas, cosas que no tenían significado y otras las guarde en una caja especial, sobre todo libros, cd, fotografías del tiempo que me recordaba el pasado. Ahora quería empezar de nuevo y con todo.
Bella observaba todo, y preguntaba donde guardar, entre trabajo y trabajo me quedaba observando a Bella como me ayudaba, ese día lo tenía libre y me lo estaba dedicando solo a mí. Se veía toda una dueña de casa, me la imaginaba como sería si estuviera así todos los días, era un pensamiento irracional, ya que eso sería solo los fines de semana cuando no estuviera trabajando, en mi mente pensaba si estuviéramos casados como una familia.
Ese día habíamos dejado la habitación lista para que comenzara el proceso de decorarla y trasformar los rincones, Bella pasaba todos los días después de su trabajo para estar conmigo. De apoco fui retomando el gusto por la música, me puse un horario para tocar el piano durante el día, poco a poco estaba volviendo a mi normalidad de antes de conocer a Tanya. Solo que ahora estaba Bella, y ella completamente diferente, teníamos nuestros momentos de intimidad en mi habitación, solo entre besos y caricias que me nos dejaban jadeando por el deseo de más, siempre nuestra excusa para enfriar el momento era compartir con la familia, cenábamos todos juntos y después le ayudaba a corregir certámenes de sus alumnos y después se iba.
Habían pasado varias semanas, y aun no conocía su casa, no sé el por qué, pero Bella no quería que fuese todavía. Yo quería conocer su rincón que también sería el mío. Quería estar con ella, ya era casi un mes que estábamos juntos, y todos los días me dejaba con ganas de más, siempre salía que aun no estaba preparada, y que en mi casa no, cosas así, pero creo que de alguna forma ella sabía que si íbamos a su casa ese sería el rincón para amarnos sin tapujos y por eso aun no me llevaba.
Quería tenerla entre mis brazos, besarla completamente sin dejar ningún rincón de su cuerpo. Cuando sentía sus caricias por lo tierna que era me dejaba loco de deseo por ella, y se daba cuanta de ello. Bella lo hacía a propósito, me estaba calentando la agüita y ya la tetera estaba hirviendo por ella, y ya no aguantaba más. Lo que más podía avanzar era tocarla por encima de sus ropas y cuando comenzaba, ella hacía cualquier cosa para alejarse y romper el momento.
Sabía que con su ex novio, había tenido caricias, pero ella nunca lo dejó ir más allá.
-¿Bella, no me deseas? –le pregunté después de haberle acariciado sus pechos y después que se había alejado de mí para ver no sé que cosa de su bolso.
-¿por qué me preguntas eso, Edward? –me respondió con otra pregunta cerrando sus ojos desimuladamente.
-porque cada vez que quiero acariciarte más y tocarte, y besarte, me rehuyes, y me dejas así –le enseñé para que se fijara en mi pelvis para que viera como estaba debajo de mis pantalones.
-lo siento Edward, no es que no te desee, es que aun no estoy preparada –me lo dijo con sus ojos brillantes- nunca desee tanto a un hombre como te deseo a ti, pero tengo miedo…
-no tienes que tener miedo mi amor, es algo normal, debes dejarte llevar por tus emociones cuando estas conmigo, pero aceptaré que no estés preparada, debemos entonces no ser tan meloso, porque no podré contenerme –me sinceré.
-¡perdóname Edward!, no quiero dejarte así, pero no quiero que pienses que soy una pervertida, pero me gusta cuando me acaricias, y no quiero dejar de sentirte –me dijo sonrojándose y agachando su cabeza.
-OH, mi amor me haces tan feliz escucharte que también me deseas, pensé en un momento que no querías, que no me deseabas, que te daba asco –le dije mi teoría al respecto.
-¿asco? ¿por qué sentiría asco por ti? –me preguntó frunciendo su frente.
-bueno porque fui un mendigo, sucio,…-me dejo sin continuar
-tontito…¡¿como voy a sentir asco por que fuiste un mendigo?, te adoro del día que te vi así, no seas ridículo en pensar así, y a pesar de que estabas todo barbón, sucio, mal oliente, me enamoré desde que nuestras miradas se juntaron en la acera –Bella me abrazó y me lo dijo con tanto ímpetu, claro que el día en que te ví en el hospital todo aseado y con tu cabello corto y sin barba, te desee en ese momento –sonrió poniendo sus mejillas todas rosaditas por lo que me estaba confesando. –es solo que aun no estoy preparada para entregarme a ti, es por eso que quiero que me des tiempo.
-claro amor, no te preocupes, esperaré hasta que tú me lo digas y me lo pidas ese día será el más añorado, porque serás mía completamente y uniremos nuestro amor y lo sellaremos para la eternidad - al terminar de decírselo atrapé sus labios y se los devoré con mis manos en su cintura atrayéndola hacia a mí para poder sentir su fricción con mi cuerpo y darle a entender que aunque no nos habíamos entregado en cuerpo yo ya era de ella.
BPOV
Después de ese día, Edward estaba retomando su vida y volvía poco a poco a su normalidad. Estaba tocando piano diariamente, estaba haciendo los trámites para volver a la universidad. Su habitación ya estaba casi lista, después que Alice la remodelara. Había quedado hermosa, con un estilo moderno, jovial, muy cómoda, lo que más me gustó fue la cama que escogió mi novio, bueno fuimos los dos, era grande, alta, se veía muy cómoda, aun no la robábamos ya que de alguna forma Edward no quería volver ahí, pero era entendible.
Nuestros días eran hermosos, yo pasaba después del trabajo para estar con él, aun no lo llevaba a mi casa, aunque él me lo pedía, quería conocer a Max y nuestro rincón. Sabía que al llevarlo, nuestras emociones y nuestros instintos, nos jugarían una mala pasada. Aun no me sentía reparada en entregarme a él, aunque lo deseaba con toda mi alma. Pero tenía miedo a no hacerlo bien, era virgen y en cambio el ya había tenido experiencia, mis temores iban por ese lado. Temía que no lo podría hacer bien, pero sabía que él me ayudaría, pero aun no me sentía preparada y no quería dejar a Edward frustrado.
Ya llegaría el momento, pero por ahora dejaría que poco a poco nuestro amor se consolidara…
ESPOV
-¿Carlisle?, no deberíamos dejarlo solo en este momento –le dije a mi esposo.
-tenemos que dejarlo, no te preocupes, estará bien, Edward se ve más fuerte que antes, además en algún momento a otro tiene que hacerlo –Carlisle hablaba con tanta seguridad que de alguna forma me sentía tranquila.
Pero como madre sabía que a mi hijo le costaría enfrentar el fantasma del pasado. Pero también sabía que todos lo ayudaríamos. Ahora no solo estábamos nosotros si no que también estaba Bella, que se notaba que aunque solo se conocían días era como si se conocieran por mucho tiempo, además se notaba que sus sentimientos hacia a él eran verdaderos y sinceros.
Alice estaba ansiosa por subir detrás de su hermano, pero Bella le pidió que no lo hiciera, que le diera un poco de privacidad. Nos quedamos esperando unos treinta minutos hasta que sentimos a Edward abrir la puerta de su habitación. Se produjo un silencio majestuoso, hasta que Edward me llamó.
Mi corazón parecía que estaba sujetándose de un hilo, pero al escuchar a mi hijo llamándome, se me vino el alma al cuerpo, ya que me sentí feliz ir al llamado de él.
-¡enseguida voy! –le conteste, fui directamente a la entrada de la escalera donde estaba Bella y Alice.
-no se preocupen chicas, parece que esta bien –les dije para que se tranquilizaran.
Subí rápidamente, estaba mi hijo parado en la puerta con su rostro ido. Me preocupé, pero de inmediato Edward me miró y se lanzó a mis abrazos como un niño pequeño.
-¡mamá!, ¿por qué no me di cuenta de todo ese tiempo que estuve separados de ustedes?, ¿por qué no me di cuenta de que el amar a una persona no es solo encerrarse en una burbuja y dejar de lado todo lo demás?
Edward se puso a llorar abrazándome muy fuerte, parecía que lo necesitaba, parecía que todas las lágrimas derramadas en el pasado no habían sido por esto. No se había dado cuenta que nos había apartado sin querer hacerlo. Poco a poco se soltó de mí y me miró.
-Esme, tendremos que hacer algunos cambios en mi habitación, pero por ahora no quiero estar en ella, ¿podría dormir en la habitación de visitas? –me lo dijo con una ternura, vi que nuestra preocupación por enfrentar a su pasado podría haberle jugado chueco, pero estaba bien, mi hijo había madurado, y de alguna forma sabía que su nueva novia había ayudado en algo, no sé qué, pero ella le había dado a mostrar que en su entorno hay personas que pueden darnos muchas cosas valiosas.
-claro Edward, esta lista, sabíamos que nos lo pedirías, Alice te ayudará a remodelar tu habitación, además ahora tienes a Bella y sé que también te ayudará y la dejarán como nueva –le dije con una alegría en mi corazón por ver a mi hijo recuperado y con ganas de seguir viviendo.
-OH, se me olvidaba Bella, mamá, dile que venga –me lo pidió al recordar que ella estaba esperando.
-OK, te la llamo –le dije dándole un beso en su frente.
EPOV
Al entrar a casa y ver que estaba igual que cuando la dejé, me perturbo un poco, aunque no lo demostré. Solté a Bella y le pedí que quería ir a mi habitación solo, ella comprensivamente lo acepto, aunque sé que estaba tan preocupada como el resto de mi familia.
Subí calmadamente hasta llegar en frente de mi habitación, sentía un gran temor, la abrí y percibí que estaba igual a cuando me fui solo que la cama estaba tendida, me di cuenta que se habían preocupado de asearla, mis casa seguían tal cual como las había dejado ese día. Mi colección de CD estaban intactos, mis libros en mi velador… todo seguía igual.
Me quedé helado al ver la fotografía que estaba en la repisa, ahí estábamos con Tanya, al verla se me llenaron los ojos de lágrimas, la tomé en mis manos y me senté en mi cama sin dejar de verla.
Se vinieron muchos recuerdos de nosotros dos a mi mente, pero el dolor de saber que no estaba, había pasado. Mis lágrimas no eran por que la extrañaba, no, era porque sabía que ya no estaba y que era el tiempo adecuado de dejarla ahí, en mis recuerdos. Ya no podía seguir viviendo con el pasado, ya no volvería, y ahora debía seguir adelante, con nuevas luchas, nuevas metas, nueva vida.
Ahora mi vida se veía más llena, estaba mi familia y además estaba ella, Bella, mi Bella, la mujer que con solo su mirar aunque se pareciera a Tanya, era una mujer distinta, con una templanza que me daba seguridad. La mujer que me hacía sentir cosas nuevas, la que ha logrado de forma indirecta volver a mi familia.
Toqué el rostro de Tanya en la foto y me despedí.
-fuiste muy importante en mi vida, te ame como nunca pensé, pero no lo hicimos bien, ahora tengo la oportunidad de hacerlo correctamente, pero tengo dejarte ir, dejar de pensar y lamentarme que ya no estás, pero debemos seguir nuestros caminos, tú, en tu descanso eterno y yo con mi nueva vida –me lo decía a mí mismo y al recuerdo de ella, pero a la vez pensando en Bella, ahora realmente era diferente.
Después de desahogarme por unos minutos, dejé la fotografía donde estaba y me levanté de la cama y desde el portal de mi habitación llamé a mi madre. Sabía que ella estaba tan preocupada como todos, pero ella era una de la que más había sufrido por mi lejanía.
Mi madre vino enseguida y la abracé como nunca, me sentía protegido en sus brazos, me desahogué una vez más recibiendo el consuelo de mi madre que tanto añoraba. Al soltarla después de unos minutos en sus tiernos brazos, le pedí que quería alojarme en la habitación de alojados hasta que me remodelaran mi habitación. Ella asistió inmediatamente dándome una hermosa sonrisa. Sabía que el volver a casa y a mi pasado, no me había afectado.
Pero quería estar con Bella y decirle que no quería arruinar nada de lo que me había propuesto, y que lo nuestro era lo más importante en este momento junto con recuperar a mi familia.
Fui caminando a mi nueva habitación y esperé a mi novia. Se sentía bien escuchar la palabra novia, sabía que Bella estaba tan nerviosa, pero ella confiaba en mí. No sabía el por qué ella creía tanto en mí, había visto en mi interior en pocos días. Tanya no supo ver más allá de lo que quería ver ella, en cambio Bella veía las cosas que yo quería y que me hacían bien.
-¿puedo? –me dijo Bella estando en el umbral de la puerta.
Se veía tan hermosa, pero al mirarla me dio una paz enorme.
-¡claro amor! acércate –ella lo hizo y la abracé. Nuestros brazos se entrelazaron y nos unimos en una hermosa caricia. Después no separamos y capturé sus labios, se sentían suaves, embriagadores, fue un beso tierno, pero que los dos lo necesitábamos, Bella me había cautivado con su mirada, pero ella, era más de lo que pensé encontrar en una mujer.
-¿estás bien? –me preguntó con mucha ternura.
-mejor de lo que esperaba –le dije con toda sinceridad.
-me alegro, de todo corazón, estábamos preocupados, pero a la vez sabíamos que lo enfrentarías bien –me dijo con su frente unida a la mía.
-tu has hecho que lo enfrentara bien y que tuviera fuerzas para poder enfrentar el pasado… al verla en la fotografía de mi habitación me despedí, la dejé ir y ya no duele pensarlo ni decirlo –le confesé lo que había hecho.
Bella al escucharme comenzó a besarme, pero dándome besitos por todo mi rostro, me quedé estático sintiendo todo lo que ella me provocaba, era tierna. Mis vellos se pararon cuando sus labios rozaron los míos sin profundizar sus besos, mis manos actuaron por si solas y provocaron acariciarla por su espalda. Bella hizo una pausa en su quehacer, pero después de unos segundos siguió melosamente complaciéndome.
Sentí como reaccionaba ante mis caricias. En ese momento solo quería tocar más allá pero no era el momento, ni el lugar. Aunque de alguna manera los dos nos deseábamos.
-¿me ayudarás a remodelar mi habitación?, quiero que lo hagamos a nuestro gusto, para que sea nuestro rincón de la casa –le dije mi deseo para enfriar el momento candente que estábamos teniendo.
Mientras me seguía besando, Bella me dijo que me ayudaría –¿nuestro rincón? –preguntó.
-sí, solo nuestro –le dije de forma suspicaz, tratando a que me refería.
-pensé que nuestro rincón sería mi casa, sé que aun no la conoces, pero creo que ahora Max tendrá más compañía –me dijo con su cabecita agachada, temiendo a que no estuviera de acuerdo.
-¿Max?, ¿quién es Max? –pregunté con una gran preocupación.
-mi mascota, mi gato, se llama Max y es mi compañero, mi bebé –me lo dijo sonrojándose.
-jajajaja ¡tu gato! Jajajaj –me reí al saber, y la abracé y la di vuelta en el aire. Me había preocupado, no pensé nada, pero me llamó la atención.
En mi interior me había olvidado que Bella ya tenía una vida, era profesional, independiente, a pesar que era un año menor que yo, ella se había realizado como persona.
-¿bajemos? – me preguntó mi novia.
-sí, vamos –la tomé de la mano y nos fuimos a donde estaba mi familia.
Realmente, era diferente, si hubiera estado así con Tanya no hubiera nunca pedido ir donde estaban todos, no le gustaba compartir con ellos, en cambio Bella, era considerada. No era que no quisiera estar conmigo, era que no quería apartarme de mis raíces.
Bajamos y ahí estaba Alice y mis padres, se sorprendieron al vernos, pero vieron que así iba a ser desde ahora. Alice me abrazó y me comenzó a decir cómo podríamos remodelar mi habitación, le dije que Bella también debía opinar, ya que ella pasaría tiempo ahí también. Les pedí a mis padres que a las demás habitaciones también deberían hacerles una remodelación o decoración diferente. Mi madre miró a mi padre y los dos sonrieron y aceptaron mi petición así que Alice tendría mucho trabajo desde ahora.
Pasaron las horas, ese mismo día comencé a embalar mis cosas de mi antigua habitación, bote muchas cosas, cosas que no tenían significado y otras las guarde en una caja especial, sobre todo libros, cd, fotografías del tiempo que me recordaba el pasado. Ahora quería empezar de nuevo y con todo.
Bella observaba todo, y preguntaba donde guardar, entre trabajo y trabajo me quedaba observando a Bella como me ayudaba, ese día lo tenía libre y me lo estaba dedicando solo a mí. Se veía toda una dueña de casa, me la imaginaba como sería si estuviera así todos los días, era un pensamiento irracional, ya que eso sería solo los fines de semana cuando no estuviera trabajando, en mi mente pensaba si estuviéramos casados como una familia.
Ese día habíamos dejado la habitación lista para que comenzara el proceso de decorarla y trasformar los rincones, Bella pasaba todos los días después de su trabajo para estar conmigo. De apoco fui retomando el gusto por la música, me puse un horario para tocar el piano durante el día, poco a poco estaba volviendo a mi normalidad de antes de conocer a Tanya. Solo que ahora estaba Bella, y ella completamente diferente, teníamos nuestros momentos de intimidad en mi habitación, solo entre besos y caricias que me nos dejaban jadeando por el deseo de más, siempre nuestra excusa para enfriar el momento era compartir con la familia, cenábamos todos juntos y después le ayudaba a corregir certámenes de sus alumnos y después se iba.
Habían pasado varias semanas, y aun no conocía su casa, no sé el por qué, pero Bella no quería que fuese todavía. Yo quería conocer su rincón que también sería el mío. Quería estar con ella, ya era casi un mes que estábamos juntos, y todos los días me dejaba con ganas de más, siempre salía que aun no estaba preparada, y que en mi casa no, cosas así, pero creo que de alguna forma ella sabía que si íbamos a su casa ese sería el rincón para amarnos sin tapujos y por eso aun no me llevaba.
Quería tenerla entre mis brazos, besarla completamente sin dejar ningún rincón de su cuerpo. Cuando sentía sus caricias por lo tierna que era me dejaba loco de deseo por ella, y se daba cuanta de ello. Bella lo hacía a propósito, me estaba calentando la agüita y ya la tetera estaba hirviendo por ella, y ya no aguantaba más. Lo que más podía avanzar era tocarla por encima de sus ropas y cuando comenzaba, ella hacía cualquier cosa para alejarse y romper el momento.
Sabía que con su ex novio, había tenido caricias, pero ella nunca lo dejó ir más allá.
-¿Bella, no me deseas? –le pregunté después de haberle acariciado sus pechos y después que se había alejado de mí para ver no sé que cosa de su bolso.
-¿por qué me preguntas eso, Edward? –me respondió con otra pregunta cerrando sus ojos desimuladamente.
-porque cada vez que quiero acariciarte más y tocarte, y besarte, me rehuyes, y me dejas así –le enseñé para que se fijara en mi pelvis para que viera como estaba debajo de mis pantalones.
-lo siento Edward, no es que no te desee, es que aun no estoy preparada –me lo dijo con sus ojos brillantes- nunca desee tanto a un hombre como te deseo a ti, pero tengo miedo…
-no tienes que tener miedo mi amor, es algo normal, debes dejarte llevar por tus emociones cuando estas conmigo, pero aceptaré que no estés preparada, debemos entonces no ser tan meloso, porque no podré contenerme –me sinceré.
-¡perdóname Edward!, no quiero dejarte así, pero no quiero que pienses que soy una pervertida, pero me gusta cuando me acaricias, y no quiero dejar de sentirte –me dijo sonrojándose y agachando su cabeza.
-OH, mi amor me haces tan feliz escucharte que también me deseas, pensé en un momento que no querías, que no me deseabas, que te daba asco –le dije mi teoría al respecto.
-¿asco? ¿por qué sentiría asco por ti? –me preguntó frunciendo su frente.
-bueno porque fui un mendigo, sucio,…-me dejo sin continuar
-tontito…¡¿como voy a sentir asco por que fuiste un mendigo?, te adoro del día que te vi así, no seas ridículo en pensar así, y a pesar de que estabas todo barbón, sucio, mal oliente, me enamoré desde que nuestras miradas se juntaron en la acera –Bella me abrazó y me lo dijo con tanto ímpetu, claro que el día en que te ví en el hospital todo aseado y con tu cabello corto y sin barba, te desee en ese momento –sonrió poniendo sus mejillas todas rosaditas por lo que me estaba confesando. –es solo que aun no estoy preparada para entregarme a ti, es por eso que quiero que me des tiempo.
-claro amor, no te preocupes, esperaré hasta que tú me lo digas y me lo pidas ese día será el más añorado, porque serás mía completamente y uniremos nuestro amor y lo sellaremos para la eternidad - al terminar de decírselo atrapé sus labios y se los devoré con mis manos en su cintura atrayéndola hacia a mí para poder sentir su fricción con mi cuerpo y darle a entender que aunque no nos habíamos entregado en cuerpo yo ya era de ella.
BPOV
Después de ese día, Edward estaba retomando su vida y volvía poco a poco a su normalidad. Estaba tocando piano diariamente, estaba haciendo los trámites para volver a la universidad. Su habitación ya estaba casi lista, después que Alice la remodelara. Había quedado hermosa, con un estilo moderno, jovial, muy cómoda, lo que más me gustó fue la cama que escogió mi novio, bueno fuimos los dos, era grande, alta, se veía muy cómoda, aun no la robábamos ya que de alguna forma Edward no quería volver ahí, pero era entendible.
Nuestros días eran hermosos, yo pasaba después del trabajo para estar con él, aun no lo llevaba a mi casa, aunque él me lo pedía, quería conocer a Max y nuestro rincón. Sabía que al llevarlo, nuestras emociones y nuestros instintos, nos jugarían una mala pasada. Aun no me sentía reparada en entregarme a él, aunque lo deseaba con toda mi alma. Pero tenía miedo a no hacerlo bien, era virgen y en cambio el ya había tenido experiencia, mis temores iban por ese lado. Temía que no lo podría hacer bien, pero sabía que él me ayudaría, pero aun no me sentía preparada y no quería dejar a Edward frustrado.
Ya llegaría el momento, pero por ahora dejaría que poco a poco nuestro amor se consolidara…
Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
que bonitos los 2 capitulo la tengo ganas de seguir leyendo amiga
la_xika_89- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Uhhhh Atal... te pasaste estan muy lindo los nuevos capitulos.. espero que pronto subas mas.... muy linda de verdad
Karito León- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
han estado genial los capis .......las hormonas estan todas revolucionadas
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Bueno aquí les dejo el último de los capítulos, no he tenido mucha inspiracion ultimamente ya que estuve varios dias sin mi pc...espero les guste.
ADVRTENCIA, en este capítulo hay lenguaje eplícito para mayores de 18 años...
ADVRTENCIA, en este capítulo hay lenguaje eplícito para mayores de 18 años...
Capitulo 9
BPOV
Durante estos meses juntos, mi vida se había transformado muy distinta a lo que era hace un año atrás. Antes era una rutina día a día, en cambio ahora con Edward en mi vida, los días eran todos distintos. Cada vez nos uníamos más, él ya había retomado sus hobbies que solía hacer, y yo compartía mis cosas con él.
Edward durante este tiempo había sido muy paciente conmigo en cuanto al asunto de nuestra intimidad. Aun no llegaba el día en que dejara mis miedos a un lado. Sabía que eso nos estaba perjudicando de algún modo, pero no era que no quisiera estar con él, sino que no sabía porque de mi actitud.
Un día en el trabajo al ser tan torpe al caminar me tropecé y me torcí el tobillo haciéndome una fisura con un esguince. Me llevaron al hospital y al sacarme radiografías determinaron que necesitaba que me enyesaran, llamé inmediatamente a Edward para que me fuera a buscar. Me habían dado dos semanas de licencia, ya que no podía caminar, era una leve fisura que tenía que cicatrizar bien.
Sería primera vez que Edward entraba a mi casa, siempre me dejaba afuera cuando me iba a dejar después de pasar por su casa al terminar mi trabajo. Siempre había una escusa para que le impidiera entrar. De alguna forma utilizaba eso para no estar solos completamente y propiciar un encuentro más cercano. Edward no era tonto, se daba cuenta de mis intenciones, pero nunca me reprochaba nada.
Llevaba una semana y Edward todos los días me visitaba y estaba conmigo muchas horas. Se había hecho muy amigo de Max, era como si fuesen conocidos toda su vida. Edward se ocupaba de hacer las compras, me atendía, ya que los primeros días evité moverme por el yeso, realmente era muy incomodo estar inmovilizada. Edward me lo tenía lleno de dibujos.
Al estar acompañándome en mi cama casi todo el día, Edward evitaba ser meloso, no quería incomodarme, solo que una tarde, nos habíamos quedado dormidos, yo vestía mi típico piyama, unas pantaletas con una polera con tiritas. Sabía que a Edward lo dejaba mal, ya que a pesar que nos besábamos, siempre quedaba con ganas. Se excitaba con facilidad, e inmediatamente lo notaba. Yo no era fría, todo lo contrario, pero trataba de no incitarlo a que fuésemos más allá.
Solo que ese día, al despertar, se veía tan hermoso. Se veía tan sereno al respirar, sus pestañas se movían al compás de los latidos del corazón. Su piel se veía tan tersa. Lo contemplé varios minutos. Mi cuerpo comenzó a sentir un calor que me recorría todo el cuerpo. Mis manos las sentía sudadas por resistirme a no tocarlo. No resistía más.
Me acerqué a él, con gran dificultad porque mi pierna me pesaba. Le desabroché cuidadosamente los botones e su camisa y al tener su pecho descubierto, mis manos se fueron como un imán escondido que encuentra metal para unirse a él. Mis manos estaban en su deleite al acariciar su piel. Mi cuerpo ya estaba por fundirse por tanta calor. Sin pensar más mis labios no resistieron más y le comencé a besar. Sentía su pecho respirar, mis labios recorrían desde el cuello hasta el límite de sus pantalones. Lo besé saboreándolo poco a poco, hasta que e devolví a su pecho y mordí sus pezones.
No me había dado cuenta, pero Edward estaba despierto, se estaba dejando querer. No miramos sin decir nada, nos besamos con toda la pasión que teníamos guardada. Nuestras manos acariciaban todo a su paso, sin más Edward me había sacado la parte de arriba de mi piyama y había quedado solo con mi pantaletas. Mis pechos quedaron a su merced. Edward los devoraba como una gran golosina, mi cuerpo reaccionaba a toda su pasión, sin más le desabroche su cinturón y sus jeans, él como si nada se los sacó tan rápido que los dos quedamos con una sola prenda de ropa.
Me ruboricé al ver su bóxer tan erguido por su gran erección. Era mi primera vez que estaba con un hombre en esa situación. Dejé mi pudor de lado, solo quería saciar mis deseos de estar con Edward y entregarme a él. Sabía perfectamente que Edward era el hombre de mi vida, sabía que solo él me hacía sentir importante, delicada, deseada. Era mi sueño hecho realidad. Había encontrado al hombre que quería dar todo de mí.
Edward era tan delicado. Devoró mis senos con una dulzura que me derretía a su contacto. Mis pantaletas estaban empapadas por tanta excitación que sentía. Sentía como la lengua de Edward recorrían mis pezones y todo a su alrededor. Sus manos no dejaban de acariciarme.
-oh Edward, te amo y te deseo tanto- salieron mis palabras sin importar nada.
-esperaba este día, Bella, hoy consumaremos nuestro amor- Edward con mi pezón derecho en su boca me lo dijo sin dejar de jugar con él.
Lo tomé de sus cabellos y lo atraje a mi boca. Quería saborear su boca, quería demostrarle que lo amaba más que a mi vida. Me abrazó con tanta fuerza mientras nuestras lenguas se enroscaban entre sí para no separase. Mis manos no esperaron más y las llevé a sus nalgas por debajo de su ropa interior. Las sentí tan duras y tersas que las atraje hacía mi pelvis para restregarme en él. Su erección la percibí y sin más le bajé su bóxer y comencé a acariciarle. Le tomé su miembro y lo acaricié suavemente. Era tan grande que apenas mi mano lo tomaba entero. Hasta ahí mi Edward era perfecto. Me separé y me quedé viéndolo sin decir nada, solo mi mano estaba acariciando mi nuevo juguete.
-no pensé que era tan grande- le dije sin pestañar, solo sintiendo y viendo que estaba disfrutando de mis caricias.
-¿y te gusta así?- me preguntó mirándome directamente con sus ojitos verdes.
-me asusta- le dije con sinceridad.
-es tuyo, haz lo que quieras con él- me dijo mientras seguía en mi labor.
Edward estaba disfrutando tanto como yo. Pensaba que esa tremenda cosa entraría en mí, realmente me asustaba, pero sabía que era Edward y que de alguna forma me había guardado para él. El día de entregarme en cuerpo y alma había llegado y ya no resistía más.
Mi mano ya estaba cansada con el vaivén que llevaba, hasta que me atreví a besárselo. Edward quedó en shock, dejó de respirar cuando mi lengua comenzó a recorrer su glande y toda su longitud. Se sentía fantásticamente bien. Su sabor no era desagradable y su olor era realmente extraordinario. La piel de Edward emanaba un olor a canela con aroma a madero, a sándalo, era una mezcla extraordinaria.
Las manos acariciaban mis cabellos mientras me saciaba con su miembro. Yo aún estaba con mis pantaletas que hace altura estaban empapadas. Sin dejar de tragarme mi golosina comencé a bajarme única prenda que llevaba. Mi pierna enyesaba realmente era molesta, ya que no quería pegarle, y menos echar a perder este momento que tanto habíamos esperado.
Los dos estábamos desnudos. Edward tomó mi rostro y lo llevó a sus labios. Se acomodó entre mis piernas y comenzó a dejar besos por todos lados bajando desde mi cuello hasta llegar a mi entre pierna. Me mordí el labio al sentir la lengua de Edward recorriendo mis pliegues y sus labios capturando mi clítoris. Lo mordía suavemente, después lo tiraba y lo chupaba.
-Bella cómo estás de mojada y es solo para mí- me dijo mientras arrasaba con todos mis fluidos que solo él provocaba.
Sentía mi cuerpo como lana, mis músculos estaban sintiendo los estragos de la boca de Edward, comenzaron a tensarse ya que sentía que iba a estallar.
-a…ahh…¡Edward…! –cerré los ojos al sentir una sensación tan exquisita. Comencé a sentir espasmos al sentir que llegaba a la gloria.
Edward volvió con sus labios a posarse junto a los míos y sentí como su miembro rosaba mi vulva. Abrí mis piernas dándole permiso para que me poseyera. Edward me besó como nunca antes y se puso en la entrada. Despegó sus labios de los míos y me miró. Comenzó a entrar lentamente, sentí su gran miembro penetrar mis paredes. Eran estrechas y mis lágrimas no demoraron en salir por el dolor que estaba sintiendo. Era mi primera vez, y realmente estaba sintiendo dolor. Edward no dejaba de mirarme, al ver mis lágrimas se detuvo.
-Bella, si es mucho el dolor no sigo- me dijo sin salirse de mí.
-nooo…sigue, es normal amor, te quiero entero dentro de mí- le dije casi tartamudeando.
-pero aun solo llevo la punta- me dijo.
-lo sé, hazme tuya Edward, ¡hazlo!- me imploró.
Sin dejar mis ojos, nuevamente movió su pelvis y penetró un poco más, hasta que llegó a mi pared. Una vez más se detuvo y me besó.
-Bella, amor, te amo, no sabes cuánto anhele este momento, haz hecho que mi vida vuelva a sentir felicidad plena…
No dije nada, solo comencé a mover mi pelvis para darle a entender que siguiera con su labor, y él recibió el mensaje. De un golpe penetró entero y atravesó mi pared de un golpe. Mis uñas se las enterré y a la vez le mordí su hombro. El dolor era soportable. Comenzó a entrar y salir y de alguna forma comencé a relajarme, el dolor poco a poco se fue desvaneciendo y se convirtió en placer indescriptible.
Le ayudé moviendo mi pelvis siguiendo su ritmo, sentía como nuestros jugos se compenetraban, y eso me excitaba más. Al sentí su cuerpo como vibraba junto al mío nos besamos para así demostrarnos cuanto nos amábamos. Los jadeos de los dos eran más excitante, nuestros cuerpos sudaban por tanto calor. Nos abrazamos sin parar nuestro vaivén. Mis paredes se acoplaron tan bien que su miembro era la pieza que encajaba perfectamente en ese espacio.
No quería que terminara nuestra unión. Le abracé y como pude me puse encima de él. No sabía qué hacer, me quedé paralizada. Edward tomó mis caderas con sus manos y las movió como debía hacerlo. El yeso me molestaba pero no le hice caso y así seguí con el vaivén que me había indicado mi novio. Cabalgué de tal forma que ni yo sé como aprendí tan rápido.
Edward me tomó y me dio vueltas, tomó mi pierna sin yeso y la tomó y la levantó a la altura de su cara y la besó. Era un maestro, ni se había salido ni un centímetro de mi cavidad. Se veía que no había olvidado cómo hacerlo. Tenía mucha práctica. En cambio yo tenía que aprender. Pero me reconfortaba saber que Edward también estaba disfrutando tanto como yo.
-Bella, falta poco para acabar, hagámoslo junto amor- me dijo entre jadeos y besos.
Yo no fui capaz en hablar solo asentí con mi cabeza. Su ritmo fue aumentando hasta que nuestros cuerpos llegaron al final, los dos seguimos moviéndonos pero solo por inercia, no quería que se saliera de mí. Éramos dos locos enamorados entregándonos de tal forma que solo importaban nuestros sentimientos.
-te amo Edward- mis palabras eran entre jadeos y risa, ya que la felicidad me inundaba por completo.
-oh, Bella, cuanto esperé para que te decidieras- me dijo besándome la frente.
-si hubiera sabido que era así de bueno, no lo hubiera dudado dos veces- le dije besándolo tiernamente.
Nuestros miembros aun estaban unidos. Edward aun no salía de mí. Sentía como estaba lacio. Pero no dejábamos de movernos. Nuestras pieles estaban pegajosas, pero en ese momento no nos importaba, los dos nos habíamos amados, después de meses de habernos deseado desde el primer día que nos vimos.
Edward capturó mis labios y me besó, al principio tan suave que sin darme cuenta, enrollé mi pierna sana a su cintura, y comencé el vaivén, con más ahínco. Edward notó que estaba excitada nuevamente ya que él entraba y salía sin dificultad de mi cavidad y siguió mi vaivén. Una vez más nos amamos esa tarde. No recuerdo cuantas veces lo hicimos ese día, ya que Edward no se fue a su casa, se quedó conmigo, pero en un descanso de una de las veces avisó a Esme que no lo esperaran.
Ese día fue maravilloso. Supe lo que era realmente amar a un hombre con todo el corazón. Edward era el mejor amante que cualquier mujer desearía. Desde ese día nuestra unión era muy estrecha. Todos los días Edward me visitaba, aunque no siempre hacíamos el amor. Por parte de los dos no queríamos que nuestra relación se fundara en eso solamente. Y de alguna forma los dos lo queríamos así. Él era muy comprensivo y muy sensato. No quería cometer los mismos errores del pasado y eso me daba tranquilidad absoluta.
Ya mi pierna estaba casi curada y tenía que volver a mi normalidad. Mi trabajo fue entorpecido por varios días pero que me sirvieron para que mi novio y yo pudiéramos conocernos más y sobre todo en la intimidad. Edward había demostrado ser un excelente dueño de casa. Un buen jefe de hogar, ya que se preocupó de todo. Él organizó y me ayudó en todo, incluso fue hasta mi hombre de compañía. Eso fue lo mejor.
Cada vez que nos entregábamos, era cada vez más intenso. Edward era un maestro en el sexo. Me hacía el amor de tal forma que con una sola vez no era suficiente, me dejaba con ganas de más. Me reconfortaba saber que no era un sentimiento que me inundaba solo a mí, él también quedaba con deseos de más.
Nuestros cuerpos se fundían en placer, no hay palabras para describirlo, nuestros cuerpos se unían como un rompecabezas, fuimos hechos para estar juntos. Lo más importante de cada vez que estábamos juntos, era que veía a Edward feliz. Hace mucho tiempo que su mirada ya no existía la tristeza.
Todos los días me iba a buscar a la universidad, pasábamos por su casa, cenábamos con su familia y después me iba a dejar a casa. Ahí se quedaba conmigo por algunas horas, o a veces se quedaba conmigo. Ya me estaba acostumbrando a dormir acompañada en mi cama. Los días que me llegaba mi período eran los más tediosos para los dos, ya que yo me ponía un poco sensible o gruñona, y Edward era tan paciente que me seguía todo y comprendía. Siempre lo echaba para que no pagara el pato por mis arranques hormonales. Él solo me daba un beso y sin decir nada se iba y me dejaba.
Pero ya era algo normal en nosotros. Llevábamos casi un año juntos. El tiempo había pasado muy rápido y no nos habíamos dado cuenta. La vida de Edward era ya normal. Ya había comenzado sus estudios y había encontrado trabajo para ayudar, aunque no era necesario ya que sus padres se lo daban todo.
Un día en busca de Edward lo veo que estaba con una mujer rubia. Estaban conversando cuando de pronto veo que se abrazan. Me estacioné y me vino una angustia muy grande. Estuvieron unos cuantos minutos abrazados. Me percaté que estaba llorando. Sin más me bajé del carro y fui donde estaban los dos. Edward se percató que venía y soltó a la rubia y me encaró.
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Re: Una nueva esperanza (+18)
que capi mas inteso te salio Atal ...........ha estado genial .........que dudas quien sera esa rubia
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Re: Una nueva esperanza (+18)
ella es ....??? qk mas jeje creo qk ya nos dejaste biien emociionadas el cap te kedo0 geniial tal felicidades jeje espraremos el otro con ancia XD
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Re: Una nueva esperanza (+18)
Amiga les dejo el último capítulo, no me maten ya? jajaja es cortito pero inspiración no he tenido mucho jejejej besos y espero les guste...dejen sus huellas
besos
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Capítulo anterior
Un día en busca de Edward lo veo que estaba con una mujer rubia. Estaban conversando cuando de pronto veo que se abrazan. Me estacioné y me vino una angustia muy grande. Estuvieron unos cuantos minutos abrazados. Me percaté que estaba llorando. Sin más me bajé del carro y fui donde estaban los dos. Edward se percató que venía y soltó a la rubia y me encaró.
-Bella, ella es….
Capítulo 10
BPOV
-…amor ella es Irina, hermana de Tanya…-Edward al verme se separó de ella y se secó las lagrimas y explicó quién era ella.
-mucho gusto, yo soy Isabela Swan –le dije seria, pero sin demostrar mis miedos.
Vi a Edward tan triste, no sabía que pensar en ese momento, hace mucho tiempo que no veía en su mirada esa sensación. Me llené de miedo, de inseguridad. La mujer estaba frente a mí y la observé. Era una mujer hermosa, se parecía a Tanya, pero me percaté que llevaba un anillo de compromiso. Al instante ella se despidió excusándose que tenía que hacer y sin más se despidió cortésmente de los dos, pero a mi novio le dijo que estaba feliz de verlo bien y lo dejó invitado a su casa.
Al irse, Edward me tomó de la cintura y me dirigió a mi auto, él tomó el volante y nos fuimos a mi casa. Durante el trayecto él no dijo nada, yo tampoco. Sabía que el encuentro que había tenido, le había afectado. El pasado había vuelto y sin buscarlo. Muchas veces me había preguntado si ya lo tenía superado después de este año. Pero me di cuenta que de alguna forma, aún no completamente, y me dio medio al pensarlo.
Edward amó mucho a Tanya, pero muchas veces él me había dicho que jamás la había amado como me amaba a mí. De alguna forma sabía que mis miedos eran sin fundamentos, pero igual no podía sacarlos de lado.
Llegamos y nos bajamos, como siempre Edward me abre la puerta del carro y me toma de la mano. Él tenía llaves de mi casa así que la abrió y entramos. Cuando estábamos dentro, sin decir nada, me toma bruscamente y me besa con pasión, yo no dije nada, solo sentía su calor, y sus lagrimas que brotaban de sus ojos cerrados.
Separamos nuestros labios y me abrazó fuertemente así como un niño se aferra a su madre después de sentirse vulnerable a su alrededor.
-…no sabes cuánto te amo Bella… no sabría qué sería de mi vida si alguna vez te perdiera, no podría soportarlo, esta vez me moriría contigo, mi vida no valdría la pena sin estar a tu lado…-Edward me lo dijo sollozando apretándome.
Sentía su angustia, no pensé que al encontrarse con su ex cuñada vendría el medio de perderme. Eso era lo que le daba esa angustia, no era que extrañaba a Tanya, era que pensó que algún día podría perderme y pensó en su vida.
Tomé su cara y nuestras miradas se juntaron y me estremeció verlo con su rostro todo mojado por sus lágrimas, mis manos lo acariciaron tiernamente pasándolas por todo su rostro.
-Edward, tu eres mi vida, y también te amo tanto que también moriría contigo si te pasara algo- le dije mirando sus ojos esmeraldas que estaban tan brillantes.
Lo besé, le mordí su labio inferior, puse mis brazos en su cuello y lo acerqué a mi cuerpo, él se estremeció y sus labios se fueron a besar entre mi cuello y mi clavícula, di un jadeo ya que sentí sus besos recorrer esa parte tan sensible, mis manos ya había bajado para sacar su camisa de sus pantalones, él era tan hábil para sacarme mis prendas sin darme cuenta, ya estaba solo con mi sostén y mi falda, él se había sacado ya su camisa y entre caricias y caricias me toma en sus brazos y me lleva a nuestro dormitorio, me deja tendida en la cama y me saca el resto de ropa que me quedaba, me deja desnuda y se me queda mirándome mientras se sacaba lo que le quedaba a él.
Al estar desnudos, se posa encima de mí, besándome tiernamente, sus manos tomaron mis pechos y se los llevó a su boca para que su lengua y labios hicieran estragos de sensaciones en mi interior. Ya sentí como me humedecía, solo con el contacto de la piel de mi novio. Una de sus manos bajo a mi entrepierna y se dio cuenta de cómo estaba, sin más fue bajando con sus labios llegando a mi vientre, fue poco a poco dejando besos hasta que llegó a mi entrepierna, abrí mis piernas para darle mejor vista y mejor acceso, mi respiración eran jadeos, mi corazón latía a una velocidad que parecía que se saldría de mi pecho.
Edward al verme tan húmeda, se lamió sus labios y me miró, me dio una sonrisa torcida de las me mataba y se hundió en mis pliegues, su lengua fue absorbiendo todos mis jugos que por culpa de él tenía, la sensación que al sentirlo explorándome, era magnifica, mi cuerpo reaccionaba a sus caricias, cuando sentí su lengua entrar rápidamente en mi vagina, mi cuerpo se arqueó por lo exquisito que se sentía. Su lengua bombeaba rápidamente, y sus labios succionaba todo a su paso, mientras su lengua estaba dentro de mí, su pulgar se posó en mi botoncito que estaba esperando por sus caricias, en ese momento, sentí como mi cuerpo se convulsionaba, mis piernas se tensaron porque estaba sintiendo un orgasmo extraordinario, mi pelvis se movía sin querer, solo por el impulso de prolongar el placer inexplicable que me estaba dando mi novio. Mis jadeos ya eran gemidos fuertes, mis dedos de mis pies estaban tan erizados por lo que estaba sintiendo.
Edward subió sus labios a los míos y nos besamos extasiados, enredé mis piernas en su cintura y sentí su miembro tan erecto que rosó mi cavidad que seguía más que húmeda, y moví mi pelvis para darle acceso y sin más entró en mí suavemente, eso me enloquecía, hacía rogarle por más fuerte y eso le encantaba, escuchar mis ruegos por más velocidad, pero esta vez Edward al estar dentro hasta el fondo, se salió y entro fuertemente, y así fue, entraba y salía con furia, yo estaba que estallaba al ver su rostro como expresaba su placer estando dentro de mí. Edward gemía mi nombre fuertemente hasta que llegamos al orgasmo justos diciendo cuanto nos amábamos.
En ese momento agradecí el encuentro que había tenido mi novio porque se dio cuenta cuanto me amaba y cuanto me necesitaba.
EPOV
Al terminar el día de práctica me fui a la biblioteca a buscar unos libros de música, cuando ya está saliendo al estacionamiento para esperar a Bella vi a una mujer que me dejó sin respirar, no pensé tener una reacción así cuando la vi, era mi cuñada,…Irina, la hermana de Tanya. Estaba igual a como la deje de ver hace algunos años atrás.
Me acerqué y la saludé. Fue un encuentro fortuito ya que ella al verme se le llenó sus ojos de lágrimas. Me abrazó fuertemente y yo hice lo mismo. Le tenía mucho cariño a ella ya que era muy unida con Tanya, nos llevábamos muy bien aunque poco la veía. La última vez fue en el funeral y yo ya estaba trastornado. Fueron días muy malos y ella me vio así.
Ahora me veía tan repuesto, nos quedamos ahí hablando, se puso tan feliz al saber que estaba rehaciendo mi vida, y que había encontrado una mujer que me haya hecho ese cambio. Fue un encuentro cortó pero que me sirvió ver cuánto amo a Bella y lo que sería de mi vida si en algún momento la perdiera.
Se me llenaron los ojos de lágrimas con solo pensar eso, Irina me abrazó y en eso veo que venía Bella. Ella nos miró con dudas, pero reaccioné y solté a mi ex cuñada y se la presenté. Irina fue muy amable y se excusó que tenía algunas cosas que hacer antes de irse a su casa y se despidió de los dos.
Fue un camino a casa de Bella tortuoso, ya que ninguno de los dos dijo nada, se sentía un ambiente pesado. Sabía que ella estaba sintiendo temor por pensar que quizás los recuerdos y los sentimientos por Tanya se habían hecho ver una vez más, pero no sabía que el único sentimiento era que no quería perderla a ella.
Al llegar entramos sin decir nada, solo que cuando ya estábamos dentro, la tomé bruscamente y la besé con desesperación y le dije cuanto la amaba y lo que significa ella en mi vida. La hice mía como a ella le gustaba, la hice sentir lo más hermoso que tenía, lo más preciado. Ella era todo.
Ver su cuerpo que era solo mío y que me lo entregaba para que le hiciera lo que quisiera, era magnífico, Bella me hacía sentir el semental más grande del mundo. Me gustaba escucharla rogarme por más rapidez, me gustaba torturarla así aunque ella sabía que yo también disfrutaba de sus peticiones.
Hicimos el amor dos o tres veces más, perdía el sentido del tiempo cuando estaba con ella. En un momento recordé que en ninguna de las veces que hicimos el amor me había puesto protección. Bella siempre me lo recordaba, pero esta vez a los dos se nos olvidó.
Ya estaba amaneciendo, ya era fin de semana y desperté antes que ella. Me quedé observándola como respiraba en mi pecho y como se veía en las primeras horas del día después de haber hecho el amor durante toda la noche. Se veía cansada pero se veía tan hermosa con una sonrisa en sus labios. Se veía feliz, igual como yo lo estaba.
De alguna forma llegó a mi mente una preocupación por no habernos protegido, pero a la vez sonreí al pensar que teníamos la posibilidad de que tuviéramos una consecuencia por nuestros actos y mi corazón se estremeció al pensar que teníamos la oportunidad de ser padres.
Me imaginé a Bella con pancita, besársela, sentir las patadas en su vientre… mis pensamientos se fueron cuando sentí a mi novia moverse y abrazarme dándome un beso en mi pecho. La abracé y la besé en su cabecita. Sus cabellos caían por su espalda encima de mi brazo que la sostenía.
-buenos días mi amor- le dije al sentirla estirarse encima de mí.
-mmm me encanta despertar así- me dijo levantando su rostro para mirarme y me dio un besito en mi barbilla.
-me encanta a mí también- le dije embobado con verla tan linda así.
-¿amor? A noche no nos protegimos- le dije con precaución.
-Edward… lo sé,…me percaté, pero no quise decir nada, quería sentirte, completamente, sé que estuvo mal, pero quería sentirte por completo y aunque tengamos consecuencias será la más hermosa… ¿estás… enojado?...- me dijo con preocupación y temor en sus palabras y en su mirar.
-nunca podría enojarme contigo amor, es solo que pensé que no querías dar ese paso- le dije tomado sus rostro- si hay consecuencias será el fruto de nuestro amor, este amor que me ha hecho completamente feliz, sería el padre más gozoso de los hijos que me des.
-oh Edward, te amo y quiero darte hijos, no sé si estoy preparada para ser madre, pero quiero dártelos y que formemos una familia y poder criarlos, educarlos, y ver como se enamoran y tener nietos y mimarlos…bueno yo no sé si seré egoísta y tu querrás lo mismo, pero eso es lo que quiero…- me dijo con vehemencia, besándome eufóricamente.
Sin más volvimos a amarnos, era sábado así que teníamos todo el día para los dos. Desde ese día lo hacíamos sin nada. Yo también quería tener un fruto de nuestro amor, con solo pensarlo lo hacía con más ahínco. Sentir nuestros sexos juntos sin que algo nos separara aunque milimétricamente, era fabuloso, sentir sus jugos haciendo que mi miembro se deslizaba fácilmente.
Bella era maestra, bueno yo le había enseñado muchas cosas, y había sido una muy buena alumna, sobre todo cuando su boca hacía estragos en mi pene, era majestuosa la sensación. Habíamos practicado muchas poses para lograr mejor placer, pero siempre llegábamos a la más corriente, ella debajo de mí con las sus piernas en mi hombros, ella me sentía profundamente y a mí me gustaba porque sabía que le hacía sentir mucho placer. Bella a pesar de que ya llevábamos un tiempo en esto, seguía tan estrecha como la primera vez.
Su cavidad se amoldaba a mí con facilidad, después de un tiempo se había rasurado un poco su vulva, pero sabía que me gustaba con un poco de vello, ya que me gustaba jugar con sus rizos, así que me lo mantenía a mi gusto.
Me gustaba mucho cuando ella tomaba la iniciativa y se posaba encima de mi dándome la espalda y se inclinaba a mi pecho, se sentí muy bien, yo la ayudaba a seguir el ritmo para tener mejor fricción, así me facilitaba tocarle su clítoris para que sintiera más placer. Ya a esta altura Bella era una máster en darme placer. Llevábamos tres meses haciendo el amor sin protección y aunque lo esperábamos, aun Bella o tenía ningún síntoma de haber concebido.
Durante estos tres meses, inconscientemente lo habíamos hecho con más ganas. Pero hasta el momento no había nada de nada. Bella se estaba poniendo ansiosa ya que anhelaba darme un hijo y por mi parte lo deseaba también, pero no quería ilusionarme, solo quería esperar que el momento llegara cuando sea el correcto.
Atal- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
que mal rato el recordar todas las cosas que duelen .....pero siempre es vueno para valorar mas lo que se tiene .....muy buen capi
xole- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
esta geniial el cap lastims qk sera tan carto jeje pero esta SPR WAIII
estreliitap- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
que pasa con eso de no estar esperando un bebe todavía???
Muy buen Capi!! Gracias Atal por subir capítulos!!!! y pucha que lastima que no andes muy inspirada! pero si puedes escribir estas cosas cuando no lo estas, ni me imagino que buenos capítulos escribirás cuando lo estés!!!
Animo amigaaaa!!!
Muy buen Capi!! Gracias Atal por subir capítulos!!!! y pucha que lastima que no andes muy inspirada! pero si puedes escribir estas cosas cuando no lo estas, ni me imagino que buenos capítulos escribirás cuando lo estés!!!
Animo amigaaaa!!!
Pandy_Cullen- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
esta genial tu fic espero que actualices pronto,lo se soy... una ansiosa pero me encanta y no veo el momento de leer mas sobre esta historia
patty- .
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Re: Una nueva esperanza (+18)
que lindas son todas...bueno falta poco para terminar el siguiente...solo esperen jeje besitos
Atal- .
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6/8/2014, 3:25 pm por Sammy17
» Saludos desde BOLIVIA
18/11/2013, 1:07 pm por silan
» necesito ayuda
29/9/2013, 7:32 pm por an.dii.995
» Emmm hola :) me acabo de unir mucho gusto :3
10/8/2013, 12:23 am por emy1718
» ¿Tu piel es tan suave como parece? (M +18)
17/7/2013, 5:49 pm por Qamiila Quinteros
» Soy nueva :D
25/6/2013, 5:08 pm por valeria maria delosantos
» Soy Nuevo en el Foro y ahora que hago ???
6/6/2013, 10:49 am por bella_1996
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