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El Conde Montepulciano
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Re: El Conde Montepulciano
"Sola"
EPOV
-¿Desde cuando te has vuelto tan blando?- me pregunto mi abuelo con una sonrisa burlona.
-Ya hubiese querido verte yo cuando estaba la abuela- le respondí con otra sonrisa y él comenzó a reírse a mandíbula batiente.
-Eso es muy cierto, los hombres nos volvemos unos maricas cuando tenemos a la mujer que amamos a nuestro lado, sobre todo si esa bella mujer es la madre de nuestros hijos- sonreí complacido por aquel comentario, había viajado de vuelta a Francia donde estaba mi abuelo, él había dejado todo aquel orgullo con el que fue criado y que se acentúo aún más con la muerte de Amelie Sanguinetti, su esposa. Él tan decidido y fuerte, viajo a la mansión de Francia para reencontrarse con mi madre y suplicar su perdón, tal cual me había dicho y no solo a él, sino que a mi padre también por haberse negado tantos años a que ellos estuviesen juntos, a evitar por todos los medios que no fuesen felices. Ahora que las cosas estaban bien con mi madre, mi abuelo sonreía por vez primera de manera sincera y pacifica.
«Eres el vivo retrato de tú madre» le dijo con sus ojos anegados en lagrimas en cuanto la vio y basto solo una mirada más para que, padre e hija se reencontraran en un abrazo lleno de amor y perdón.
-¿Crees realmente que sea necesario que entres en tanto detalle sobre la vida de Charles Swan?- le pregunte pasados unos minutos, necesitaba tener la certeza de que la manera de pensar de mi abuelo no terminaría lastimando a Bella.
-Tienes que dejar de protegerla del mundo hijo, Bella ya es toda una mujer y lo a demostrado cuidando de tu hijo por sobre todas las cosas- le sonreí a medias.
-Lo se, de verdad que lo se pero es el recuerdo de su padre.
-Charles Swan no hizo las cosas muy bien y eso es indiscutible pero también hizo cosas buenas y cuando se dio cuenta de lo malo intento remediarlo pero fue demasiado tarde- me miro a los ojos –Bella tiene q entender que a veces los padres nos cegamos tanto en la manera que creemos mejor para cuidar a nuestros hijos que no vemos los errores pero él amaba a su hija y eso pesa por sobre todo- asentí sin darle más vueltas al asunto.
Finalmente cuando regresamos y deje muy bien instalado a mi abuelo, le pedí a Juanita, la cocinera, que llamara a casa de los Vulturis y se hiciera pasar por Aurora Stevenson. Así fue que pude hablar con Bella y planear el modo para que nos pudiésemos ver, el saber que Alec ya la estaba merodeando sin siquiera dejarle un poco de privacidad para hablar con una "amiga" me irritaba a más no poder pero para mi buena suerte el tipo resulto que no era tan inteligente y con algunas excusas quedamos de vernos mañana por la mañana.
Esa misma noche aproveche el insomnio que me producía la ansiedad y revise minuciosamente los últimos informes que me habían reportado acerca de los negocios con Alec.
-¿Todo bien?- la voz de mi abuelo me hizo alzar la mirada hacia la entrada del estudio.
-Ya comenzaron la construcción del viñedo a las afueras de la ciudad por lo que será más fácil cuando tengamos que presentarle los avances a los Vulturis, sobre todo por que se me a informado que Marcus también esta interesado- sonreí contentísimo solo con recordar cuando me lo comunicaron.
-Recuerda que tienes que coordinar con Stevenson acerca de crear dos tipos de cuentas para que tus inversiones queden respaldadas- asentí -¿Qué harás con el dinero que obtendrás de los Vulturis?- ya había pensado en ello y conociendo a Bella como la conozco, sabia muy bien que ella no querría tocar nada de ese fondo, lo que si le plantearía era la idea de darles una parte a la familia de Gianna y a todos aquellos desafortunados que se cruzaron en sus caminos terminando completamente desfalcados.
-Hay mucha gente que a perdido sus bienes por culpa de esa familia por lo que una repartición no les vendría mal- mi abuelo asintió.
-¿Y para la pequeña Anne? Después de todo ella es su hija legítima- chaqué la lenga.
-Puede que la pequeña sea su hija pero ella vivirá como mi hija y a mi lado no le faltara nada por lo que no necesita tener dinero sucio en las manos- fui tajante y esa decisión era irrefutable.
-¡Así habla un verdadero Masen Sanguinetti!- alabo con una sonrisa enorme y rodé los ojos, siempre el apellido era algo tan importante para él.
-¿Tú no deberías estar dormido ya?- le pregunte alzando una ceja y lo que vi por primera vez me dejo asombrado, pensé que no viviría lo suficiente para ver a mi abuelo ruborizarse.
-No es nada- dijo jugueteando con sus largos dedos.
-¿Qué sucede?- le pregunte aún sin poder creerlo y él negó -¡Dilo ya viejo miserable!- le dije con una sonrisa que hizo que él me mirara a los ojos y reflejaran el nerviosismo.
-Estoy algo ansioso- me contesto tan bajito que era casi imperceptible pero pude leer sus labios por lo que comprendí.
-¿Sobre que?- le pregunte ahora más curioso que otra cosa.
-Poder hablar con tu madre y saber que me perdonaba era algo que necesitaba hace mucho hijo, hablar con tu Bella también requiere de cierto tacto ya que se que ella es importante para ti y no quiero ser el responsable de lastimarla más de lo que a sufrido esa pobre muchacha- asentí agradecido por ello -¿Pero sabes hace cuanto no e estado con niños?- e involuntariamente una carcajada salio de mis labios.
-¿Es por los niños?- pregunte sin poder contenerme.
-No se que tiene de gracioso Edward- nuevamente su mirada se poso en sus manos y comenzó a juguetear con sus dedos –Cuando Esme se alejo jamás pude conocerlos de niños y créeme que ni en mis mas locos sueños había pensando en llegar a conocer a mis bisnietos- sus mejillas que aún seguían levemente teñidas de rojo se encendieron aún más.
-No te preocupes que Bella no vendrá mañana con ellos por lo que tendrás un par de días para acostumbrarte a la idea- le dije para calmarlo y a decir verdad podía entenderlo, desde que le había contado que era padre y lo seria nuevamente no hacia más que preguntar como eran los pequeños.
-¿Entonces cuando los traerá?- pude ver la desilusión en su rostro y ese simple gesto me hizo verlo más infantil, algo que ciertamente no acostumbraba a ver.
-Aún es algo complicado debido a la situación que Alec mantiene con Bella, no quisiera exponerla a ella ni al bebe- mi abuelo asintió comprensivamente –Pero no te preocupes que pronto los conocerás, así como pronto conocerás a los hijos de Emmett y de Alice- él sonrío radiante ante aquel pensamiento, cuando estuvimos en Francia lamentablemente no alcanzo a conocer a los pequeños ya que al llegar de improviso no nos enteramos de la familia de Emmett y Jasper habían viajado para poder establecerse como una familia al fin sin temores.
-Realmente llegaste para salvarme- aquella confesión de mi abuelo me erizo la piel por completo, él rara vez se ponía sentimental por lo que cuando lo hacia siempre me pillaba desprevenido.
-Solo dime que no comenzaras a llorar- le dije algo nervioso y él solo comenzó a reírse y así cambiar el ambiente algo empalagoso al que no estaba muy acostumbrado.
-Muy bien, no me puedo quejar ante tal desprecio de mis sentimientos si yo muchos años hice lo mismo- me guiño un ojo –Sabes, tú abuela siempre me preparaba leche con menta cuando tenia insomnio- me contó.
-Puede que este sea un muy buen momento para que me cuentes de ella mientras nos embriagamos con leche y menta- le dije divertido y el sonrío lleno de amor al escuchar que quería conocer recuerdos con mi abuela.
Así fue que juntos nos dirigimos hacia la cocina y me preparo una leche tibia con menta mientras charlábamos de la vida que tuvo junto a Amelie Sanguinetti Platt.
Por la mañana desperté muy ansioso, dos semanas lejos de mi niña realmente habían sido una larga tortura no solo por lo mucho que la extrañaba, sino que necesitaba ver con mis propios ojos que se encontraban en perfecta salud.
-Tranquilo hombre que Theo esta por llegar- me tranquilizo mi abuelo mientras caminaba como desquiciado por el recibidor esperando al fin ver aparecer el vehiculo que traería a mi pequeña. Cuando al fin apareció salí de la casa y corrí como un demente a su encuentro para jalarla desde adentro del vehiculo y tomarla entre mis brazos, inhale fuertemente el dulce aroma de su piel y de sus cabellos para luego llenarla de besos.
-Si no le das un poco de aire, dudo que me dejes poder hablar con ella antes de que se des- escuche la voz de mi abuelo a mi espalda y sonreí cuando sentí el cuerpo de Bella tensarse, nos volteamos para verlo recargado en el marco de la puerta y él con su mirada me pedía permiso para acercársele, le guiñe un ojo divertido más que nada porque podía sentir a Bella nerviosa al conocer a mi abuelo y él, estaba igual o peor que ella.
Hablamos un poco más y le explique que si no le conté el hecho de que mi abuelo estaba aquí para verla era precisamente por que temía que no quisiera verlo pero pasada la primera impresión se llevaron bastante bien, al menos yo me sentía cómodo de que mi abuelo no diría ninguna impertinencia y sabría manejar la situación cuando le contara lo de su padre, algo que me tenia muy nervioso.
La situación cambio completamente cuando mi abuelo me pidió salir del estudio para dejarlo a solas con Bella.
Decidí salir un rato a los jardines para no volverme loco y entrar a ese cuarto para saber de que hablaban.
-¿Todo bien?- me pregunto Theo unos minutos más tarde al verme pasear por el lugar.
-Si todo bien Theo, es solo que mi abuelo le apetecía hablar a solas con Bella- le dije como si nada pero por dentro seguía muy nervioso.
-Me puse en contacto con uno de mis contactos que a estado siguiendo a Dídima las últimas semanas- asentí, esa había sido la primer orden que le había dado mi abuelo cuando llegamos al lugar –Y en efecto el viernes por la noche tiene confirmada la reserva para cenar en el restaurante a las afueras de la ciudad- me sonrío complacido y con cierto aire malévolo que me hizo sonreír.
-Perfecto entonces envíale un ramo de rosas a Jane y en la tarjeta le escribes que pasare por ella a las 8 del día viernes- Theo asintió de inmediato y antes de irse para hacer lo que le pedí se volteo para recordarme algo más.
-Recuerde que dentro de los próximos días vendrá el jefe de proyecto para el asunto de la fabrica en el viñedo, creo que ya esta terminada por lo que falta la inauguración- asentí agradecido.
-Theo- lo llame cuando ya se había volteado –Algunas de las cosas que ya tengo comprado para mi hijo podrías dejarlas en el auto- él sonrío pícaro –Solo que ponla en bolsas del lugar- le pedí y con eso último se fue a hacer lo que le había pedido.
Pasado un largo rato más me di cuenta que ya estaba muy entrado el día y si no queríamos que Alec sospechara de la salida de Bella era mejor que se devolviera aunque me doliera una enormidad, prácticamente no nos habíamos visto anda en esta visita.
Finalmente cuando estuve frente al estudio entre sin avisar y me preocupe cuando vi a Bella abrazada de mi abuelo a punto te llorar.
-¿Interrumpo algo?- pregunte preocupado y ellos se separaron.
-Nada hijo, solo agradecía su buen corazón- la sonrisa sincera de mi abuelo me tranquilizo.
-Es solo que ya se esta haciendo tarde y no quiero que Alec envíe a alguien a buscarla- le dije.
Y así con todo el dolor de mi alma caminamos hacia la salida de la mansión para que Theo se llevara a Bella de regreso, le dije acerca de los regalitos que le había comprado al bebe y ella me sonrío con tanta ternura que la hubiese secuestrado en ese mismo instante.
Me partió el corazón ver aquel triste puchero que se formo en sus labios cuando le dije que no podíamos vernos el viernes ya que tenia pensado salir con Jane, eso si, de inmediato le aclare que no iba en plan romántico si no que comenzaba a mover los peones en este juego de ajedrez.
Cuando Bella finalmente se marcho aquella mañana mi abuelo se veía realmente contento.
-Realmente es una muy buena mujer- dijo sinceramente y no pude estar más de acuerdo con sus palabras.
-La mejor- dije y un suspiro escapo de mis labios solo con su recuerdo.
-No quise mencionar el hecho de querer ver a los niños aún para no preocuparla y sobre todo por que necesitamos que sea cautelosa- asentí agradecido con su consideración.
Los días pasaron y pronto estuvimos a viernes, para mi mala fortuna Alec y Jane se habían ausentado toda la semana de la mansión Vulturi por lo que me dejaban sin excusa para ir a visitarlos, un par de llamadas fue todo lo que pude conseguir para comunicarme con Bella y al menos saber que estaban bien.
Alec estaba emocionado con los evidentes progresos en esta especie de sociedad y Jane por su parte estaba al borde de la locura con tantos preparativos para la boda, cosa que me asusto realmente ya que al terminar esta semana el tiempo se reduciría a nada menos que 5 semanas para la gran boda que toda la ciudad comentaba. No pensaba mucho en ello ya que necesitaba la concentración de mi lado, cada vez quedaba menos tiempo para acabar con todo esto y precisamente esta noche era uno de esos fabulosos días.
-Estás realmente preciosa- sonreí cínicamente a Jane en cuanto termino de bajar la escalera de la mansión.
-Tu te miras muy guapo- me dijo ella con una sonrisa que no me pareció para anda hermosa, no al menos cuando unos metros más allá venia caminando la única dueña de mi corazón, Bella iba algo concentrada en algo que iba pensando y pude notar a través de su largo y holgado camisón que su vientre poco a poco comenzaba a tomar forma, aquella que me fue privada hace ocho años atrás cuando cargaba a mi hijo.
-Buenas noches Isabella- la salude y ella reacciono ante mi voz, sus ojos de inmediato conectaron con los míos demostrándome todo ese dulce amor que nos unía.
-Buenas noches Anthony- recompuso su semblante y su voz sonó seria pero en cuanto Jane me dio la espalda para mirarla le guiñe un ojo y ella casi sonrío.
-Isabella me harías el favor de informarle a mi tía, si llega antes que mi claro, de decirle que he salido con Anthony y no se a que ora regrese- su voz sonó algo sugestiva y Bella enarco una ceja mirándome a mi, le sonreí para calmarla y negué de inmediato para que no se preocupara por cosas que solo pasaban por la cabeza de Jane -¿Nos vamos ya?- me pregunto ella girándose a mi y cogiendo mi brazo.
-Por supuesto- le dije galantemente con una sonrisa y antes de perderme de aquella mansión le lancé un beso a Bella que la hizo sonreír como a una niña.
-¿Dónde vamos esta noche?- me pregunto Jane en cuanto estuvimos en la parte trasera del coche mientras conducía Theo.
-Es una sorpresa- le dije pícaro –Es un lugar que me recomendaron por su excelente vista- dije y sonreí para mis adentros.
-¿Y que haremos después?- pregunto de manera insinuante.
-Lo que tu quieras, esta noche es completamente tuya- dije inocentemente sonriendo de aquella manera que a Bella tanto le gustaba, eso si, pensé en ella para que la sonrisa fuera real por que de otro modo dudo que podría sonreír teniendo a una mujer como esta frente a mi.
-Te das cuenta que estamos a un par de semanas de ser marido y mujer- dijo ella tan entusiasmada que incluso me dio un poco de lastima.
-Es increíble, no- espero haya sonado creíble.
-Supongo que ya terminaste tus votos- su ceño se frunció y lo único que se me ocurrió en ese momento fue acercarme a ella para dejar un casto beso sobre sus labios, un beso que se profundizo con la necesidad que emano de su cuerpo.
-Podríamos practicar para la noche de bodas- la separe con cuidado de mi.
-No creo que sea eso pertinente Jane, queda muy poco como para que estemos perdiendo el juicio en último minuto- un escalofrío me recorrió el cuerpo solo de imaginarme con ella en una situación que solo podría tener con Bella, se supone que las mujeres debían de cuidar de su castidad para llegar vírgenes al matrimonio, algo que al parecer estaba dejando de ser lo suficientemente importante.
-¿Es que no me deseas?- me preguntó ella al borde de las lagrimas.
-Por supuesto que si tontita- mentí sintiéndome inmundo –Es solo que se que para las mujeres es importante llegar a la noche de bodas por lo que no quiero arruinarlo, quiero que todos esa una sorpresa entre nosotros.
-Eres demasiado bueno- dijo con una sonrisa acercándose nuevamente a mis labios, sus manos fueron a mi pecho desabrochando un par de botones, intente zafarme pero ella parecía decidida.
-Disculpe mi Sr. Pero hemos llegado- escuche por el alta voz a Theo y podría jurar con lo bien que lo conocía que estaba aguanta al máximo las ganas de reírse de la situación.
-Gracias Theo- le respondí de vuelta y Jane bufo molesta.
-Lo primero que haga cuando sea la Sra. Sanguinetti será despedir a ese sirviente inepto e intruso que tienes- dijo enojada pero no le di importancia ya que Theo ya nos estaba abriendo la puerta para ayudarnos a salir.
-Espero no lleguemos a esa situación- lo escuche susurrarme al odio cuando pase por su lado.
-¿Mesa?- le pregunte en el mismo tono.
-26 al fondo en las terrazas- se limito a contestar, asentí y tome de la mano a Jane para llevarla al interior.
-Este lugar es completamente perfecto- dijo ella alucinando mirando el lugar, unas hermosas y lujosas lámparas de lagrimas colgaban desde el techo proporcionándole al lugar un aire mágico, las mesas perfectamente decoradas en tonos blanco invierno con candelabros brillantes de plata demostraban lo fino del lugar.
-Y espera a ver la hermosa vista del exterior- le sonreí complacido y ella me la devolvió entusiasmada, el Maître se acerco a nosotros en cuanto nos vio aparecer.
-Sr. Sanguinetti- dijo con una inclinación -Y busco entre la lista de las reservas –Su mesa esta lista- dijo indicándonos al interior y como no tenia la certeza de cual seria la de Dídima simplemente reservamos la más apartada pero al parecer no era suficiente.
-Me gustaría saber si podrías facilitarnos la que esta en las terrazas, ya sabes por la vista y todo eso- le dije mientras amistosamente mientras sentía que Jane asentía vigorosamente.
-Esta noche esa zona esta reservada por completo- dijo lamentándose mire a Jane y la mire triste.
-Lo siento cariño pero otro día podrás conocer ese hermoso paisaje- le dije como si realmente lo lamentara.
-¿No puede hacer nada?- le preguntó indignada al maître -¿A quien tenemos que pagarle?- dijo como si nada y él la miro nervioso.
-Lo siento señorita pero ya esta reservado todo el exterior- Jane bufo exasperada y el maître finalmente nos llevo hasta nuestra mesa que para mi vendita suerte no estaba muy lejos de las puertas que conducían hacia el exterior, sonreí para mi por ello.
-Lo lamento cariño, debí asegurarme cuando reserve- le dije apenado y ella tomo mi mano –Es que el lugar era realmente hermoso y me hubiese gustado que lo conocieras- sus ojos brillaron y luego me sonrío.
-No te preocupes- dijo despreocupada. Sin saber como tomar aquello la cena comenzó en cuanto el mozo se acerco para tomar nuestro pedido, le aconseje los fettuccini con camarones verduras rostizadas y junto a ello el mejor vino blanco.
-Es como un sueño- le dije mientras bebía de mi vino y la miraba a los ojos, tenia que dar mi mejor actuación –Llegue a este país con la intensión de hacer negocios y resulta que e encontrado a la mujer de mi vida- y de inmediato los ojos de Bella llegaron a mi.
-Eres un encanto Anthony, tú eres lo mejor que me a pasado- dijo con una dulzura que me asusto –Y aún no puedo creer que e hayas escogido a mi habiendo tantas mujeres que morirían por tenerte- le sonreí sin saber mucho que decir. Por suerte nuestra cena llego y comenzamos a comer entre pláticas sobre la boda, a decir verdad mientras "ella" me platicaba de la boda y mi cabeza solo pensaba en la manera de hacerla entrar a ese lugar antes de que Dídima y Cayo se fueran del restáurate -¿Dónde esta tu cabecita?- pregunto divertida.
-Es solo que no me gusta cuando no me sale alguna idea que tenga planeada, me siento un estúpido por no haber pensado en el hecho que el lugar se llenara tan pronto- dije con carita de pena.
-Tranquilo cariño que no pienso irme de aquí sin conocer ese lugar- dijo con una sonrisa y en ese momento observo a todos lados y lego me miro dándome una de esas miradas cómplices, se llevo las manos a los labios e hizo un gesto algo infantil junto con un pequeño chitón como para que nadie la descubriese.
-¿Qué haces?- le pregunte fingiendo estar asustado.
-Ya vuelvo- dijo infantilmente escapándose del lugar y caminando entre las mesas llegando finalmente hasta las puertas de cristal perfectamente cubiertas por cortinas gruesas.
Pasaron un par de minutos y todo sucedió muy rápido, un fuerte grito desde el exterior puso a toda la gente en alerta y todos miramos hacia aquellas puertas en las que venia saliendo Jane con su rostro tan abatido con lagrimas en los ojos.
-¡Jane déjame explicarte!- alcance a escuchar a Dídima que venia siguiéndole los talones.
-Sácame de aquí Anthony- dijo ella con su voz completamente rota llegando hasta a mi y abrazándome fuertemente por la solapa de mi chaqueta –Por favor- me suplico mirándome a los ojos y los suyos estaban completamente anegados en lagrimas, antes de poder cumplir lo que ella me estaba pidiendo Dídima nos alcanzo y la enfrento cara a cara.
-Por favor hija déjame explicarte, no es lo que tu…- me quede paralizado cuando la mano de Jane se estampo fuertemente contra la mejilla izquierda de Dídima llegando incluso a voltearle el rostro.
-No me digas hija mujerzuela y no te molestes en tratar de explicarme que no soy una nena como para no saber que es lo que estabas haciendo- dijo con rabia dejando atrás sus sollozos -¡Por Dios, es su hermano!- le grito colérica –Y tu eres una cualquiera- le espeto –Y te aseguro que mi tío se enterara de esto- Sácame de aquí Anthony por favor- me pidió y en ese momento Dídima reparo en que estaba en el lugar, me miro a los ojos suplicando ayuda pero yo la mire como si estuviese completamente confundido sin saber que hacer cuando en realidad por dentro comenzaba a hacer mi propio baile de la felicidad y tomaba el primer puesto para ver y saber que pasaría con su perfecto matrimonio.
Patética, pensé cuando la vi comenzar a llorar por el miedo que invadió su cuerpo, por el rabillo del ojo vi como el menos de los Vulturi prácticamente escapaba del lugar dejando a Dídima completamente sola e internamente sonreí aún más por comenzar a degustar el hecho de verla sola, mañana seria un brillante y luminoso día donde Marcus Vulturi se enteraría de la clase de mujer que a mantenido por tantos años.
EPOV
-¿Desde cuando te has vuelto tan blando?- me pregunto mi abuelo con una sonrisa burlona.
-Ya hubiese querido verte yo cuando estaba la abuela- le respondí con otra sonrisa y él comenzó a reírse a mandíbula batiente.
-Eso es muy cierto, los hombres nos volvemos unos maricas cuando tenemos a la mujer que amamos a nuestro lado, sobre todo si esa bella mujer es la madre de nuestros hijos- sonreí complacido por aquel comentario, había viajado de vuelta a Francia donde estaba mi abuelo, él había dejado todo aquel orgullo con el que fue criado y que se acentúo aún más con la muerte de Amelie Sanguinetti, su esposa. Él tan decidido y fuerte, viajo a la mansión de Francia para reencontrarse con mi madre y suplicar su perdón, tal cual me había dicho y no solo a él, sino que a mi padre también por haberse negado tantos años a que ellos estuviesen juntos, a evitar por todos los medios que no fuesen felices. Ahora que las cosas estaban bien con mi madre, mi abuelo sonreía por vez primera de manera sincera y pacifica.
«Eres el vivo retrato de tú madre» le dijo con sus ojos anegados en lagrimas en cuanto la vio y basto solo una mirada más para que, padre e hija se reencontraran en un abrazo lleno de amor y perdón.
-¿Crees realmente que sea necesario que entres en tanto detalle sobre la vida de Charles Swan?- le pregunte pasados unos minutos, necesitaba tener la certeza de que la manera de pensar de mi abuelo no terminaría lastimando a Bella.
-Tienes que dejar de protegerla del mundo hijo, Bella ya es toda una mujer y lo a demostrado cuidando de tu hijo por sobre todas las cosas- le sonreí a medias.
-Lo se, de verdad que lo se pero es el recuerdo de su padre.
-Charles Swan no hizo las cosas muy bien y eso es indiscutible pero también hizo cosas buenas y cuando se dio cuenta de lo malo intento remediarlo pero fue demasiado tarde- me miro a los ojos –Bella tiene q entender que a veces los padres nos cegamos tanto en la manera que creemos mejor para cuidar a nuestros hijos que no vemos los errores pero él amaba a su hija y eso pesa por sobre todo- asentí sin darle más vueltas al asunto.
Finalmente cuando regresamos y deje muy bien instalado a mi abuelo, le pedí a Juanita, la cocinera, que llamara a casa de los Vulturis y se hiciera pasar por Aurora Stevenson. Así fue que pude hablar con Bella y planear el modo para que nos pudiésemos ver, el saber que Alec ya la estaba merodeando sin siquiera dejarle un poco de privacidad para hablar con una "amiga" me irritaba a más no poder pero para mi buena suerte el tipo resulto que no era tan inteligente y con algunas excusas quedamos de vernos mañana por la mañana.
Esa misma noche aproveche el insomnio que me producía la ansiedad y revise minuciosamente los últimos informes que me habían reportado acerca de los negocios con Alec.
-¿Todo bien?- la voz de mi abuelo me hizo alzar la mirada hacia la entrada del estudio.
-Ya comenzaron la construcción del viñedo a las afueras de la ciudad por lo que será más fácil cuando tengamos que presentarle los avances a los Vulturis, sobre todo por que se me a informado que Marcus también esta interesado- sonreí contentísimo solo con recordar cuando me lo comunicaron.
-Recuerda que tienes que coordinar con Stevenson acerca de crear dos tipos de cuentas para que tus inversiones queden respaldadas- asentí -¿Qué harás con el dinero que obtendrás de los Vulturis?- ya había pensado en ello y conociendo a Bella como la conozco, sabia muy bien que ella no querría tocar nada de ese fondo, lo que si le plantearía era la idea de darles una parte a la familia de Gianna y a todos aquellos desafortunados que se cruzaron en sus caminos terminando completamente desfalcados.
-Hay mucha gente que a perdido sus bienes por culpa de esa familia por lo que una repartición no les vendría mal- mi abuelo asintió.
-¿Y para la pequeña Anne? Después de todo ella es su hija legítima- chaqué la lenga.
-Puede que la pequeña sea su hija pero ella vivirá como mi hija y a mi lado no le faltara nada por lo que no necesita tener dinero sucio en las manos- fui tajante y esa decisión era irrefutable.
-¡Así habla un verdadero Masen Sanguinetti!- alabo con una sonrisa enorme y rodé los ojos, siempre el apellido era algo tan importante para él.
-¿Tú no deberías estar dormido ya?- le pregunte alzando una ceja y lo que vi por primera vez me dejo asombrado, pensé que no viviría lo suficiente para ver a mi abuelo ruborizarse.
-No es nada- dijo jugueteando con sus largos dedos.
-¿Qué sucede?- le pregunte aún sin poder creerlo y él negó -¡Dilo ya viejo miserable!- le dije con una sonrisa que hizo que él me mirara a los ojos y reflejaran el nerviosismo.
-Estoy algo ansioso- me contesto tan bajito que era casi imperceptible pero pude leer sus labios por lo que comprendí.
-¿Sobre que?- le pregunte ahora más curioso que otra cosa.
-Poder hablar con tu madre y saber que me perdonaba era algo que necesitaba hace mucho hijo, hablar con tu Bella también requiere de cierto tacto ya que se que ella es importante para ti y no quiero ser el responsable de lastimarla más de lo que a sufrido esa pobre muchacha- asentí agradecido por ello -¿Pero sabes hace cuanto no e estado con niños?- e involuntariamente una carcajada salio de mis labios.
-¿Es por los niños?- pregunte sin poder contenerme.
-No se que tiene de gracioso Edward- nuevamente su mirada se poso en sus manos y comenzó a juguetear con sus dedos –Cuando Esme se alejo jamás pude conocerlos de niños y créeme que ni en mis mas locos sueños había pensando en llegar a conocer a mis bisnietos- sus mejillas que aún seguían levemente teñidas de rojo se encendieron aún más.
-No te preocupes que Bella no vendrá mañana con ellos por lo que tendrás un par de días para acostumbrarte a la idea- le dije para calmarlo y a decir verdad podía entenderlo, desde que le había contado que era padre y lo seria nuevamente no hacia más que preguntar como eran los pequeños.
-¿Entonces cuando los traerá?- pude ver la desilusión en su rostro y ese simple gesto me hizo verlo más infantil, algo que ciertamente no acostumbraba a ver.
-Aún es algo complicado debido a la situación que Alec mantiene con Bella, no quisiera exponerla a ella ni al bebe- mi abuelo asintió comprensivamente –Pero no te preocupes que pronto los conocerás, así como pronto conocerás a los hijos de Emmett y de Alice- él sonrío radiante ante aquel pensamiento, cuando estuvimos en Francia lamentablemente no alcanzo a conocer a los pequeños ya que al llegar de improviso no nos enteramos de la familia de Emmett y Jasper habían viajado para poder establecerse como una familia al fin sin temores.
-Realmente llegaste para salvarme- aquella confesión de mi abuelo me erizo la piel por completo, él rara vez se ponía sentimental por lo que cuando lo hacia siempre me pillaba desprevenido.
-Solo dime que no comenzaras a llorar- le dije algo nervioso y él solo comenzó a reírse y así cambiar el ambiente algo empalagoso al que no estaba muy acostumbrado.
-Muy bien, no me puedo quejar ante tal desprecio de mis sentimientos si yo muchos años hice lo mismo- me guiño un ojo –Sabes, tú abuela siempre me preparaba leche con menta cuando tenia insomnio- me contó.
-Puede que este sea un muy buen momento para que me cuentes de ella mientras nos embriagamos con leche y menta- le dije divertido y el sonrío lleno de amor al escuchar que quería conocer recuerdos con mi abuela.
Así fue que juntos nos dirigimos hacia la cocina y me preparo una leche tibia con menta mientras charlábamos de la vida que tuvo junto a Amelie Sanguinetti Platt.
Por la mañana desperté muy ansioso, dos semanas lejos de mi niña realmente habían sido una larga tortura no solo por lo mucho que la extrañaba, sino que necesitaba ver con mis propios ojos que se encontraban en perfecta salud.
-Tranquilo hombre que Theo esta por llegar- me tranquilizo mi abuelo mientras caminaba como desquiciado por el recibidor esperando al fin ver aparecer el vehiculo que traería a mi pequeña. Cuando al fin apareció salí de la casa y corrí como un demente a su encuentro para jalarla desde adentro del vehiculo y tomarla entre mis brazos, inhale fuertemente el dulce aroma de su piel y de sus cabellos para luego llenarla de besos.
-Si no le das un poco de aire, dudo que me dejes poder hablar con ella antes de que se des- escuche la voz de mi abuelo a mi espalda y sonreí cuando sentí el cuerpo de Bella tensarse, nos volteamos para verlo recargado en el marco de la puerta y él con su mirada me pedía permiso para acercársele, le guiñe un ojo divertido más que nada porque podía sentir a Bella nerviosa al conocer a mi abuelo y él, estaba igual o peor que ella.
Hablamos un poco más y le explique que si no le conté el hecho de que mi abuelo estaba aquí para verla era precisamente por que temía que no quisiera verlo pero pasada la primera impresión se llevaron bastante bien, al menos yo me sentía cómodo de que mi abuelo no diría ninguna impertinencia y sabría manejar la situación cuando le contara lo de su padre, algo que me tenia muy nervioso.
La situación cambio completamente cuando mi abuelo me pidió salir del estudio para dejarlo a solas con Bella.
Decidí salir un rato a los jardines para no volverme loco y entrar a ese cuarto para saber de que hablaban.
-¿Todo bien?- me pregunto Theo unos minutos más tarde al verme pasear por el lugar.
-Si todo bien Theo, es solo que mi abuelo le apetecía hablar a solas con Bella- le dije como si nada pero por dentro seguía muy nervioso.
-Me puse en contacto con uno de mis contactos que a estado siguiendo a Dídima las últimas semanas- asentí, esa había sido la primer orden que le había dado mi abuelo cuando llegamos al lugar –Y en efecto el viernes por la noche tiene confirmada la reserva para cenar en el restaurante a las afueras de la ciudad- me sonrío complacido y con cierto aire malévolo que me hizo sonreír.
-Perfecto entonces envíale un ramo de rosas a Jane y en la tarjeta le escribes que pasare por ella a las 8 del día viernes- Theo asintió de inmediato y antes de irse para hacer lo que le pedí se volteo para recordarme algo más.
-Recuerde que dentro de los próximos días vendrá el jefe de proyecto para el asunto de la fabrica en el viñedo, creo que ya esta terminada por lo que falta la inauguración- asentí agradecido.
-Theo- lo llame cuando ya se había volteado –Algunas de las cosas que ya tengo comprado para mi hijo podrías dejarlas en el auto- él sonrío pícaro –Solo que ponla en bolsas del lugar- le pedí y con eso último se fue a hacer lo que le había pedido.
Pasado un largo rato más me di cuenta que ya estaba muy entrado el día y si no queríamos que Alec sospechara de la salida de Bella era mejor que se devolviera aunque me doliera una enormidad, prácticamente no nos habíamos visto anda en esta visita.
Finalmente cuando estuve frente al estudio entre sin avisar y me preocupe cuando vi a Bella abrazada de mi abuelo a punto te llorar.
-¿Interrumpo algo?- pregunte preocupado y ellos se separaron.
-Nada hijo, solo agradecía su buen corazón- la sonrisa sincera de mi abuelo me tranquilizo.
-Es solo que ya se esta haciendo tarde y no quiero que Alec envíe a alguien a buscarla- le dije.
Y así con todo el dolor de mi alma caminamos hacia la salida de la mansión para que Theo se llevara a Bella de regreso, le dije acerca de los regalitos que le había comprado al bebe y ella me sonrío con tanta ternura que la hubiese secuestrado en ese mismo instante.
Me partió el corazón ver aquel triste puchero que se formo en sus labios cuando le dije que no podíamos vernos el viernes ya que tenia pensado salir con Jane, eso si, de inmediato le aclare que no iba en plan romántico si no que comenzaba a mover los peones en este juego de ajedrez.
Cuando Bella finalmente se marcho aquella mañana mi abuelo se veía realmente contento.
-Realmente es una muy buena mujer- dijo sinceramente y no pude estar más de acuerdo con sus palabras.
-La mejor- dije y un suspiro escapo de mis labios solo con su recuerdo.
-No quise mencionar el hecho de querer ver a los niños aún para no preocuparla y sobre todo por que necesitamos que sea cautelosa- asentí agradecido con su consideración.
Los días pasaron y pronto estuvimos a viernes, para mi mala fortuna Alec y Jane se habían ausentado toda la semana de la mansión Vulturi por lo que me dejaban sin excusa para ir a visitarlos, un par de llamadas fue todo lo que pude conseguir para comunicarme con Bella y al menos saber que estaban bien.
Alec estaba emocionado con los evidentes progresos en esta especie de sociedad y Jane por su parte estaba al borde de la locura con tantos preparativos para la boda, cosa que me asusto realmente ya que al terminar esta semana el tiempo se reduciría a nada menos que 5 semanas para la gran boda que toda la ciudad comentaba. No pensaba mucho en ello ya que necesitaba la concentración de mi lado, cada vez quedaba menos tiempo para acabar con todo esto y precisamente esta noche era uno de esos fabulosos días.
-Estás realmente preciosa- sonreí cínicamente a Jane en cuanto termino de bajar la escalera de la mansión.
-Tu te miras muy guapo- me dijo ella con una sonrisa que no me pareció para anda hermosa, no al menos cuando unos metros más allá venia caminando la única dueña de mi corazón, Bella iba algo concentrada en algo que iba pensando y pude notar a través de su largo y holgado camisón que su vientre poco a poco comenzaba a tomar forma, aquella que me fue privada hace ocho años atrás cuando cargaba a mi hijo.
-Buenas noches Isabella- la salude y ella reacciono ante mi voz, sus ojos de inmediato conectaron con los míos demostrándome todo ese dulce amor que nos unía.
-Buenas noches Anthony- recompuso su semblante y su voz sonó seria pero en cuanto Jane me dio la espalda para mirarla le guiñe un ojo y ella casi sonrío.
-Isabella me harías el favor de informarle a mi tía, si llega antes que mi claro, de decirle que he salido con Anthony y no se a que ora regrese- su voz sonó algo sugestiva y Bella enarco una ceja mirándome a mi, le sonreí para calmarla y negué de inmediato para que no se preocupara por cosas que solo pasaban por la cabeza de Jane -¿Nos vamos ya?- me pregunto ella girándose a mi y cogiendo mi brazo.
-Por supuesto- le dije galantemente con una sonrisa y antes de perderme de aquella mansión le lancé un beso a Bella que la hizo sonreír como a una niña.
-¿Dónde vamos esta noche?- me pregunto Jane en cuanto estuvimos en la parte trasera del coche mientras conducía Theo.
-Es una sorpresa- le dije pícaro –Es un lugar que me recomendaron por su excelente vista- dije y sonreí para mis adentros.
-¿Y que haremos después?- pregunto de manera insinuante.
-Lo que tu quieras, esta noche es completamente tuya- dije inocentemente sonriendo de aquella manera que a Bella tanto le gustaba, eso si, pensé en ella para que la sonrisa fuera real por que de otro modo dudo que podría sonreír teniendo a una mujer como esta frente a mi.
-Te das cuenta que estamos a un par de semanas de ser marido y mujer- dijo ella tan entusiasmada que incluso me dio un poco de lastima.
-Es increíble, no- espero haya sonado creíble.
-Supongo que ya terminaste tus votos- su ceño se frunció y lo único que se me ocurrió en ese momento fue acercarme a ella para dejar un casto beso sobre sus labios, un beso que se profundizo con la necesidad que emano de su cuerpo.
-Podríamos practicar para la noche de bodas- la separe con cuidado de mi.
-No creo que sea eso pertinente Jane, queda muy poco como para que estemos perdiendo el juicio en último minuto- un escalofrío me recorrió el cuerpo solo de imaginarme con ella en una situación que solo podría tener con Bella, se supone que las mujeres debían de cuidar de su castidad para llegar vírgenes al matrimonio, algo que al parecer estaba dejando de ser lo suficientemente importante.
-¿Es que no me deseas?- me preguntó ella al borde de las lagrimas.
-Por supuesto que si tontita- mentí sintiéndome inmundo –Es solo que se que para las mujeres es importante llegar a la noche de bodas por lo que no quiero arruinarlo, quiero que todos esa una sorpresa entre nosotros.
-Eres demasiado bueno- dijo con una sonrisa acercándose nuevamente a mis labios, sus manos fueron a mi pecho desabrochando un par de botones, intente zafarme pero ella parecía decidida.
-Disculpe mi Sr. Pero hemos llegado- escuche por el alta voz a Theo y podría jurar con lo bien que lo conocía que estaba aguanta al máximo las ganas de reírse de la situación.
-Gracias Theo- le respondí de vuelta y Jane bufo molesta.
-Lo primero que haga cuando sea la Sra. Sanguinetti será despedir a ese sirviente inepto e intruso que tienes- dijo enojada pero no le di importancia ya que Theo ya nos estaba abriendo la puerta para ayudarnos a salir.
-Espero no lleguemos a esa situación- lo escuche susurrarme al odio cuando pase por su lado.
-¿Mesa?- le pregunte en el mismo tono.
-26 al fondo en las terrazas- se limito a contestar, asentí y tome de la mano a Jane para llevarla al interior.
-Este lugar es completamente perfecto- dijo ella alucinando mirando el lugar, unas hermosas y lujosas lámparas de lagrimas colgaban desde el techo proporcionándole al lugar un aire mágico, las mesas perfectamente decoradas en tonos blanco invierno con candelabros brillantes de plata demostraban lo fino del lugar.
-Y espera a ver la hermosa vista del exterior- le sonreí complacido y ella me la devolvió entusiasmada, el Maître se acerco a nosotros en cuanto nos vio aparecer.
-Sr. Sanguinetti- dijo con una inclinación -Y busco entre la lista de las reservas –Su mesa esta lista- dijo indicándonos al interior y como no tenia la certeza de cual seria la de Dídima simplemente reservamos la más apartada pero al parecer no era suficiente.
-Me gustaría saber si podrías facilitarnos la que esta en las terrazas, ya sabes por la vista y todo eso- le dije mientras amistosamente mientras sentía que Jane asentía vigorosamente.
-Esta noche esa zona esta reservada por completo- dijo lamentándose mire a Jane y la mire triste.
-Lo siento cariño pero otro día podrás conocer ese hermoso paisaje- le dije como si realmente lo lamentara.
-¿No puede hacer nada?- le preguntó indignada al maître -¿A quien tenemos que pagarle?- dijo como si nada y él la miro nervioso.
-Lo siento señorita pero ya esta reservado todo el exterior- Jane bufo exasperada y el maître finalmente nos llevo hasta nuestra mesa que para mi vendita suerte no estaba muy lejos de las puertas que conducían hacia el exterior, sonreí para mi por ello.
-Lo lamento cariño, debí asegurarme cuando reserve- le dije apenado y ella tomo mi mano –Es que el lugar era realmente hermoso y me hubiese gustado que lo conocieras- sus ojos brillaron y luego me sonrío.
-No te preocupes- dijo despreocupada. Sin saber como tomar aquello la cena comenzó en cuanto el mozo se acerco para tomar nuestro pedido, le aconseje los fettuccini con camarones verduras rostizadas y junto a ello el mejor vino blanco.
-Es como un sueño- le dije mientras bebía de mi vino y la miraba a los ojos, tenia que dar mi mejor actuación –Llegue a este país con la intensión de hacer negocios y resulta que e encontrado a la mujer de mi vida- y de inmediato los ojos de Bella llegaron a mi.
-Eres un encanto Anthony, tú eres lo mejor que me a pasado- dijo con una dulzura que me asusto –Y aún no puedo creer que e hayas escogido a mi habiendo tantas mujeres que morirían por tenerte- le sonreí sin saber mucho que decir. Por suerte nuestra cena llego y comenzamos a comer entre pláticas sobre la boda, a decir verdad mientras "ella" me platicaba de la boda y mi cabeza solo pensaba en la manera de hacerla entrar a ese lugar antes de que Dídima y Cayo se fueran del restáurate -¿Dónde esta tu cabecita?- pregunto divertida.
-Es solo que no me gusta cuando no me sale alguna idea que tenga planeada, me siento un estúpido por no haber pensado en el hecho que el lugar se llenara tan pronto- dije con carita de pena.
-Tranquilo cariño que no pienso irme de aquí sin conocer ese lugar- dijo con una sonrisa y en ese momento observo a todos lados y lego me miro dándome una de esas miradas cómplices, se llevo las manos a los labios e hizo un gesto algo infantil junto con un pequeño chitón como para que nadie la descubriese.
-¿Qué haces?- le pregunte fingiendo estar asustado.
-Ya vuelvo- dijo infantilmente escapándose del lugar y caminando entre las mesas llegando finalmente hasta las puertas de cristal perfectamente cubiertas por cortinas gruesas.
Pasaron un par de minutos y todo sucedió muy rápido, un fuerte grito desde el exterior puso a toda la gente en alerta y todos miramos hacia aquellas puertas en las que venia saliendo Jane con su rostro tan abatido con lagrimas en los ojos.
-¡Jane déjame explicarte!- alcance a escuchar a Dídima que venia siguiéndole los talones.
-Sácame de aquí Anthony- dijo ella con su voz completamente rota llegando hasta a mi y abrazándome fuertemente por la solapa de mi chaqueta –Por favor- me suplico mirándome a los ojos y los suyos estaban completamente anegados en lagrimas, antes de poder cumplir lo que ella me estaba pidiendo Dídima nos alcanzo y la enfrento cara a cara.
-Por favor hija déjame explicarte, no es lo que tu…- me quede paralizado cuando la mano de Jane se estampo fuertemente contra la mejilla izquierda de Dídima llegando incluso a voltearle el rostro.
-No me digas hija mujerzuela y no te molestes en tratar de explicarme que no soy una nena como para no saber que es lo que estabas haciendo- dijo con rabia dejando atrás sus sollozos -¡Por Dios, es su hermano!- le grito colérica –Y tu eres una cualquiera- le espeto –Y te aseguro que mi tío se enterara de esto- Sácame de aquí Anthony por favor- me pidió y en ese momento Dídima reparo en que estaba en el lugar, me miro a los ojos suplicando ayuda pero yo la mire como si estuviese completamente confundido sin saber que hacer cuando en realidad por dentro comenzaba a hacer mi propio baile de la felicidad y tomaba el primer puesto para ver y saber que pasaría con su perfecto matrimonio.
Patética, pensé cuando la vi comenzar a llorar por el miedo que invadió su cuerpo, por el rabillo del ojo vi como el menos de los Vulturi prácticamente escapaba del lugar dejando a Dídima completamente sola e internamente sonreí aún más por comenzar a degustar el hecho de verla sola, mañana seria un brillante y luminoso día donde Marcus Vulturi se enteraría de la clase de mujer que a mantenido por tantos años.
Bbra- .
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Re: El Conde Montepulciano
kate esta genial!!!!!!!!!!!!!!!!!
gracias, muchas gracias por subir estos nuevos capitulos
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LinaLuna93- .
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Re: El Conde Montepulciano
graciassssss Barbie por poner tantos capis!!!!
han estado genial ........se esta poniendo muy muy interesante ....al fin Didima va ha recivir lo que se merece .....o eso espero .....
han estado genial ........se esta poniendo muy muy interesante ....al fin Didima va ha recivir lo que se merece .....o eso espero .....
xole- .
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Re: El Conde Montepulciano
amiga que bueno que te pusiste al día en esta historia jejejej y encontraste la imagen que le hice a mi amiga lokiicita...gracias amiga por actualizar...esta historia cada vez esta mejor... besos
Atal- .
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6/8/2014, 3:25 pm por Sammy17
» Saludos desde BOLIVIA
18/11/2013, 1:07 pm por silan
» necesito ayuda
29/9/2013, 7:32 pm por an.dii.995
» Emmm hola :) me acabo de unir mucho gusto :3
10/8/2013, 12:23 am por emy1718
» ¿Tu piel es tan suave como parece? (M +18)
17/7/2013, 5:49 pm por Qamiila Quinteros
» Soy nueva :D
25/6/2013, 5:08 pm por valeria maria delosantos
» Soy Nuevo en el Foro y ahora que hago ???
6/6/2013, 10:49 am por bella_1996
» Dakota Fanning / Michael Sheen - Imagenes/Videos de Paparazzi / Estudio/ Eventos etc.
26/5/2013, 1:44 pm por isvilce
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