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"Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Un BRAVO... un EXCELENTE... un par de LÁGRIMAS... al leer tu cap, tenes un talento especial para poder escribir y entremezclar los sentimientos y las descripciones... haces que visualice todo lo que queres mostrar.... ME ENCANTO TU CAP.... FELICIDADESSSSS!!!!!
Ebys Cullen- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Ebys!!....la verdad que fue un cap con muchas emociones....pueda ser que Damon vuelva a su vida de antes o no se....Elena tiene mucho en que pensar ahora....
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
CAPITULO 8
ELENA POV
Me encontré caminando a lo largo de un pasillo iluminado por pequeñas y raras lámparas en forma de caracol pegadas en la pared, podía sentir el frio del piso a través de la piel desnuda de mis pies, vestía toda de blanco y en mi mano cargaba una llave.
Me pregunte donde estaba y que era ese extraño lugar, levante la vista y pude distinguir a lo lejos una puerta color azul al final del pasillo haciendo contraste con el blanco de las paredes, seguramente la llave en mi mano abría esa puerta.
Camine hacia ella con desesperación pero no lograba llegar, parecía que entre más pasos daba más lejos me encontraba de tocarla.
Ese lugar se me hacía muy familiar y tenía la sensación de que había estado ahí antes, de repente escuche una voz que decía mi nombre “Elena” voltee hacia atrás y me encontré con una pared justo detrás de mí, seguí caminando y esta vez me estaba acercando a la puerta azul, una vez más escuche mi nombre “Elena” era una voz femenina, pero la ignore porque sentía una necesidad increíble de llegar al final del pasillo y ver lo que había detrás de la misteriosa puerta.
Cuando por fin pude tocar el llavín lo gire y abrí lentamente, en cuanto entre la puerta se cerro de golpe a mis espaldas haciendo que me sobresaltara.
Estaba en una habitación del mismo color blanco del pasillo, la luz del día entraba por un ventanal de vidrio a un extremo de la pared, a través de la ventana vi a una niña de cabello rizado sentada en medio de un jardín con variedad de flores “¿Blake?” pensé, grite su nombre pero no me escucho, di unos golpes en la ventana para llamar su atención pero fue en vano.
Volví la vista hacia el cuarto rendida al no obtener respuesta de la niña, no había ni un tal solo mueble a excepción de una pequeña cuna en una de las esquinas del cuarto, de repente todo tuvo sentido.
Con desesperación me acerque a la cuna esperando ver en carne y hueso la imagen que tenía en mi cabeza en ese momento, pero no encontré más que una cuna vacía, en segundos la incertidumbre se apodero de mi y voltee hacia todos lados esperando encontrar lo que buscaba dentro de la pequeña cuna, fue cuando note que el ventanal por donde se colaba la luz del día había desparecido y poco a poco el cuarto se fue oscureciendo, la temperatura bajo estrepitosamente y me abrase a mi misma a causa del frio, sentí miedo al encontrarme completamente sola… “Elena…Elena”
-Elena, hija ¿Me escuchas?
Abrí los ojos al escuchar mi nombre de nuevo, el rostro de mi madre fue lo primero que vi, recorrí con la vista la habitación en la que estaba, Jenna también estaba ahí, se puso de pie al verme despierta y se acerco a la cama.
-Estábamos esperando que despertaras hija ¿Cómo te sientes? – dijo pasando su mano por mi cabeza
-Bien creo – me moví un poco en la cama, estaba incomoda
-Yo te ayudo – dijo Jenna mientras ponía algunas almohadas debajo de mi espalda – has dormido mucho, ni siquiera te diste cuenta cuando te subieron a este cuarto ¿cierto? – negué con la cabeza, no sé si era porque estaba un poco adormilada todavía pero sentí una rara vibra en el ambiente
-¿Pasa algo? – pregunte, pero antes de que contestaran la expresión de sus rostros ya lo había dicho todo. Recordé mi sueño.
-Elena… - dijo Jenna
-No, Jenna no…
-No pudieron hacer nada hija, no resistió al golpe – mi madre me miraba queriendo consolarme, pero no había nada que lo pudiera hacer
-Quiero estar sola
-Elena… -dijo Jenna
-Por favor – me di la vuelta despacio dándoles la espalda, ellas no tenían culpa de nada pero necesitaba estar sola, escuche cuando la puerta se cerró cuando salieron.
Todo parecía tan irreal que enterré mis uñas en mis brazos con la esperanza de que solo fuera un mal sueño, pero estaba más que despierta, y muy triste.
Escuche de nuevo la puerta que se cerraba, seguramente mi madre no iba a desistir en acompañarme, la entendía y apreciaba su preocupación pero necesitaba mi espacio.
-Dije que quería estar sola – me senté y me gire hacia la puerta encontrándome no a mi madre sino a la persona que quizás había llamado con el pensamiento.
-Damon – susurre - se quedo de pie a pocos pasos de la cama esperando mi reacción, su rostro denotaba cansancio y sus ojos no tenían el brillo que solían tener al encontrar los míos. Se acerco a mí sentándose a un lado de la cama y me envolvió en sus brazos
-Suéltame – le dije sin fuerzas e intentando quitarme sus manos de encima sin lograr hacerlo - ¡déjame! - apoye mi barbilla sobre su hombro y comencé a golpear repetidamente su brazo, las lagrimas empezaron a deslizarse por mi cara – yo lo quería Damon – logre decir entre sollozos – yo lo quería
-Lo sé cariño, yo también, te juro que yo también – me decía apretándome hacia el
Me aparte un poco después de unos minutos y lo mire a los ojos
-Me engañaste
-No lo hice – dijo negando con la cabeza – sería incapaz de hacerte daño, esto debe tener una explicación
-Me gustaría creer eso, pero está más que claro
-Podemos resolver esto Elena – paso su dedo pulgar por mi cara secando mis lagrimas – nos tenemos el uno al otro
-¿Te tengo? ¿Estás seguro de eso?
-No tienes porque preguntarlo, te amo Elena – me miraba fijamente con sus intensos ojos azules, podía sentir su aliento acariciar mi cara, era la primera vez que le escuchaba decir que me amaba, y Dios sabía que yo también, lo amaba con todo mi ser.
-Eso no es suficiente – le dije con mucho dolor - todo esto es mucho para mí Damon – me aparte completamente de él y seque mis lagrimas – necesito pensar y ahora no tengo cabeza para hacerlo.
Se puso de pie y se agarro la cabeza despeinando su pelo.
-¿Crees que yo no me siento mal? ¿Qué todo esto no me afecta? Apenas pude dormir anoche pensando en todo este desastre ¿Y me dices que amarte no es suficiente? Estas siendo egoísta
-Egoísta no, soy realista, tu decidiste enredarte con Rose y echar todo al traste
-No seguiré negando algo que yo sé que no he hecho, me canse de hacerlo, esperaba que me creyeras a la primera pero veo que tampoco es suficiente – hizo énfasis en las últimas tres palabras haciendo que me estremeciera
-Sera mejor que nos separemos Damon – dije con dificultad al sentir una punzada en mi pecho y tratando de no llorar porque sabía lo que vendría después, se me quedo viendo apretando su mandíbula – es lo mejor para los dos.
De pronto sentí la enorme distancia que ahora nos separaba y eso hacia mas difícil pedirle que se quedara, lo estaba perdiendo, Dios mío lo estaba perdiendo.
-No quiero volver a verte – le dije apretando mis manos a mis brazos
-Si eso es lo que quieres así será – su voz era grave y decidida, dio una última mirada a la habitación y se dio la vuelta, abrió la puerta y la tiro de golpe.
-Damon – susurre
Me abrace a mis piernas y llore en silencio, me dolía dejarlo ir sin poderle decir que también lo amaba, pero no podía hacerlo, el había traicionado mi confianza y lo que teníamos de la peor manera.
Por la tarde ya estaba en casa, mi mama no dejaba que moviera un dedo y en cuanto llegue me obligo a acostarme en mi cama, Jenna entro a mi cuarto con un vaso de jugo en las manos.
-Te traje algo para tomar – dijo dejando el vaso sobre mi mesa de noche
-Gracias Jenna
-Elena, sabes que puedes hablar conmigo, Alaric me conto lo que paso
-¿Te dijo que Damon me engaño? ¿O acaso lo defendió?
-Según Alaric, Rose planto todo para que creyeras que había pasado algo entre ellos
-Típico, los amigos siempre cubriéndose entre si
-¿Y si fuera así?
-¿Por qué lo haría Jenna? Ellos tuvieron un pasado y encontrarse de nuevo no fue por casualidad, yo misma la vi salir de la habitación, la cama estaba… - sentí nauseas al recordar la escena – Damon me traiciono y es algo que no puedo olvidar
-Elena – se sentó junto a mí en la cama - se sincera ¿Lo amas? – su pregunta abrió aun más la herida en mi corazón, trate pero me fue imposible no llorar
-Lo amo Jenna – dije entre sollozos – y no puedo hacer nada contra eso, lo amo – mi tía me abrazo para consolar la pena que me inundaba pasando su mano por mi cabeza
-Llora todo lo que quieras Elena, desahógate – me dijo en tono tranquilizador, me solté a llorar sacando todo lo que había reprimido desde que Damon había cruzado la puerta pero llorar no iba a ser suficiente para calmar mi dolor.
-Perdí una parte de mi ayer, parte de él y yo – Jenna continuo acariciando mi cabeza y diciéndome que sacara todo lo que llevaba dentro.
Poco a poco me separe de ella y limpie mis lágrimas
-Estoy hecha un desastre – le dije tratando de hablar entre sollozos
-Han sido muchas cosas por las que has pasado en poco tiempo, necesitas descansar Elena
-No creo que pueda, cada vez que cierro los ojos es una pesadilla – baje la cabeza y jugué un poco con mis manos – quisiera que todo fuera solo eso, una pesadilla
Tuve que hacer uso de una pastilla que Jenna había dejado en mi mesa y resulto más que suficiente para dormir toda la noche, lo malo fue que al abrir los ojos a la mañana los pensamientos que había burlado en la noche inundaban mi cabeza nuevamente. Si por mí fuera tomaría relajantes todo el día para no pensar en nada.
Sin querer me encontré preguntándome que estaría haciendo Damon en ese momento, ya había pasado más de una semana desde la última vez que lo vi, Jenna trataba de visitarme todos los días y cuando no lo hacía me llamaba por teléfono, ella era un gran apoyo para mi, a veces quería sacar el tema y mencionaba a Damon pero yo de inmediato cambiaba la conversacion, en realidad esos últimos días había pensado mucho en el, demasiado diría yo.
Los ladridos de Max me distrajeron y me asome a la ventana de mi cuarto al verlo salir corriendo por las escaleras, el timbre sonó y baje a la planta baja.
-Max cállate por favor – le dije mientras intentaba abrir la puerta, no dejaba de ladrar y estaba volviéndome loca, cuando por fin pude hacerlo vi que la visita era para mi
-Stefan – dije al verlo frente a mí
-Hola Elena – vi que un taxi se había aparcado frente a la casa – espero no molestarte con mi presencia.
-Claro que no, pasa – le ayude a entrar empujando su silla y lo recibí en la sala, Max no dejaba de ladrar – disculpa a mi perro pero no se qué le pasa hoy
-No te preocupes, ladra porque soy un desconocido para el
Max, como si supiera que hablamos de él ladro con más intensidad
-Por Dios, parece que no va a parar, permíteme un segundo ¡Jeremy! – grite hacia las escaleras llamando a mi hermano quien bajo en cuanto escucho su nombre
-¿Qué pasa?
-¿Puedes llevarte a Max? Esta ladrando como loco y no para – Jeremy miro a Stefan que nos miraba atentamente desde su silla – Oh ¿Recuerdas a Stefan? es el hermano de…es el tío de Blake
-¿Qué tal? – dijo Stefan, Jeremy no lo miro con buenos ojos y únicamente levanto la cabeza como saludo, me pareció grosero de su parte.
-Jeremy ¿Qué…?
-Ven Max – le dijo tomando en brazos al perro y sacando su correa de debajo de las escaleras evitando mi pregunta – vamos a dar un paseo
-Gracias Jeremy – mi hermano pasó a lado de Stefan y ni siquiera se despidió
-Disculpa a Jeremy, el es…es un adolescente todavía
-Tranquila Elena, todos pasamos por esa etapa
-Si – le conteste encogiendo mis hombros – creo que tienes razón - ¿Quieres tomar algo? ¿Agua o algo?
-No gracias, así estoy bien, cuéntame ¿Cómo has estado?
-He estado mejor
-Siento mucho lo que paso con el…bebe – cerré los ojos un momento para controlar mis emociones, apreté mis manos en mis rodillas y luego levante la vista
-Sí, este…gracias
-Se que todo es muy reciente pero tenía que ver con mis propios ojos que estabas bien ¿recuerdas que una vez venimos a dejarte? – asentí – bien, recordé la dirección, llame un taxi y aquí estoy
-Para serte sincera me sorprendió verte al otro lado de la puerta
-Espero que me consideres tu amigo Elena, aun con todo lo que paso – se acerco con su silla hacia donde yo estaba sentada – una cosa es lo que haya pasado entre mi hermano y tu – me acomode en el sillón y tome aire – y otra es nuestra amistad
-Tú y yo somos amigos Stefan, no veo por qué cambiar eso, al igual que Blake, a propósito ¿Cómo esta ella?
-Bien, ya está de vacaciones y pasa la mañana conmigo y con Caroline que llega a atenderla en cosas que yo no puedo, ya sabes, bañarla y hacerle comida
-Me hace mucha falta, no sabes cuanto quiero a esa chiquitina
-Pregunta mucho por ti, a veces no quiere comer y no obedece a Caroline cuando le pide hacer algo, se ha puesto un poco rebelde – sonrió de lado al decirlo
-¿En serio? No te lo puedo creer, le llamare un día de estos para saludarla y hablar con ella, la extraño mucho
-Se te extraña en casa – me acomode el pelo detrás de la oreja e intente sonreír
-Yo también los extraño – y era cierto, no había un momento en que no pensara en los días que había pasado en esa casa, las tardes que pasaba con Blake y verla jugar en su cuarto, las largas pláticas en la cocina con Stefan y verlo a él…ver a Damon.
-¿Sabes Elena? Damon es mi hermano pero no comparto para nada lo que hizo
-Stefan no quiero hablar de eso…
-Escúchame – me detuvo antes que me pusiera de pie – lo que hizo fue horrible y me da vergüenza estar ahora frente a ti, yo intente advertirte contándote como él era antes y su gusto por las mujeres, te enamoraste de la persona equivocada Elena.
-¿Por qué me dices todo esto? No sabes por lo que estoy pasando
-Porque necesitas abrir los ojos y enfrentar lo que esta pasando - no merecías esto Elena – intento tomar la mano que tenia sobre mi pierna pero como un reflejo la aparte – el no te merece.
Me quede ahí viéndole a los ojos por unos segundos pero tuve que bajar la cabeza al sentirme cohibida
-Eres una gran mujer que merece solo lo mejor – escuchamos el sonar del claxon del taxi que lo había llevado hasta la casa – será mejor que me de prisa - dijo poniéndose en marcha hacia la puerta
-Te agradezco que hayas venido – le dije mas tranquila
-Cualquier cosa que necesites ya sabes que puedes llamarme y como sea tratare de ayudarte – asentí nuevamente y le ayude a llegar hasta el taxi, ahí el conductor se encargo de pasarlo al asiento y subir su silla – hasta pronto Elena.
No podía negar que su visita se me había hecho muy extraña, y aparte me incomodo un poco lo que me dijo, pero después de pensarlo bien Stefan tenía razón, en muchas de nuestras conversaciones me había dicho cosas de su hermano que quizás había ignorado por estar cegada por su encanto.
Tal vez me había precipitado en esa relación. Si bien su visita me agrado también me dejo confundida, quizás Damon Salvatore no era lo que yo había creído y era el mismo que todos conocían. Un mujeriego.
Jeremy entro justo cuando me servía un vaso con agua en la cocina, le quito la correa a Max y este corrió hacia mí moviendo su cola
-Vaya, ahora ya estas tranquilo – le dije al perro
-Es muy raro que Max se ponga así de inquieto, tal vez tu amigo no es de su agrado – dijo Jeremy apoyando sus manos en el desayunador
-Fuiste grosero con Stefan hoy, ni siquiera lo saludaste
-Lo hice
-Pero no educadamente
-Para serte sincero el no me agrada y no me importa que este en silla de ruedas, para mi ese tipo es un patán.
-¡Jeremy! – reclame
-Desde que lo conocí en la boda de Jenna me cayó muy mal y eso que solo hable con él unos minutos, no me inspira confianza – se acerco al refrigerador y saco un soda - nada comparado con Damon, con el si podía conversar a gusto.
Jeremy y Damon habían congeniado muy bien, Damon solía llevarlo a partidos de basquetbol con asientos en primera fila, platicaban por horas y nunca supe sobre que hablaban tanto pero se llevaban más que bien, algo extraño en mi mal humorado y especial hermano.
-Se que Damon y tu eran amigos…
-Somos – me corrigió
-Jeremy ¿No te das cuenta de lo que me hizo?
-Estoy seguro que él no hizo nada de lo que tú y los demás piensan – tomo un sorbo de soda – Damon no es de ese tipo y tu Elena – puso su dedo índice en mi frente y empujo mi cabeza hacia atrás – estas cometiendo un gran error al desconfiar de él.
-Tú no viste lo que yo vi – le dije ya molesta por su comentarios
-Muchas veces crees ver algo que en realidad no es
-¿Lo estas defendiendo?
-Damon es mi amigo te guste o no
-Jeremy ¿Has estado aquí los últimos días? Estuve en el hospital ¡y tuve un aborto!!Todo a causa de él! ¿Eso no significa nada para ti?
-¿Quién crees que soy? Te escucho llorar en tu cuarto por las noches ¡claro que me duele por lo que has pasado! Pero piensa Elena ¿En verdad crees que Damon sea capaz de hacerte algo así? Piensa en todo lo que pasaste junto a él y te darás cuenta que estas siendo injusta
-Gracias por apoyarme Jeremy – le dije pasando a su lado y llevándome de encuentro su brazo
-Sabes que estoy en lo correcto, un día agradecerás lo que te dije
Era ridículo ¿Cómo se atrevía a defender Damon después de lo que había hecho? El no estuvo ahí el día que encontré a Rose semi desnuda en la casa, Jeremy ni nadie podían decir lo contrario.
De nuevo el timbre sonó antes de que pudiera subir las escaleras, abrí la puerta de mala gana después de discutir con Jeremy.
-Hola Elena
-¡Bonnie! – me fui sobre mi amiga y nos fundimos en un abrazo, hacia mucho que no la veía, después de visitar a su abuela fuera de la ciudad había sido poco lo que nos veíamos. La tome del brazo y la arrastre a mi habitación y cerré la puerta
-Elena amiga cuanto lo siento – me dijo abrazándome nuevamente – me siento terrible por no haber podido estar ahí contigo
-Tranquila Bonnie, se que estabas cuidando de tu abuela ¿Cómo sigue Sheila? – nos sentamos en la cama
-Ya sabes, su enfermedad avanza con el tiempo, el Parkinson no tiene piedad de nadie, pero mi abuela es fuerte ¿Sabes? Tiene una mente muy positiva y eso esta bien, pero bueno – me dijo tomándome de las manos – cuéntame ¿Cómo estás?
-Más o menos – suspire al contestarle – pero sobreviviré
-¿Quiere hablar de eso?
-¿Jenna te conto cierto?
-No la culpes, yo insistí en saber lo que había pasado ¿Has hablado con él?
-No, desde que fue a verme al hospital no he sabido nada de él, le dije que lo mejor era separarnos, prácticamente terminamos, le dije que no lo quería volver a ver – suspire de nuevo, eso ya se me estaba haciendo costumbre
-Hiciste lo correcto, un tipo así no vale la pena, no, no me cabe en la cabeza ¡nos engaño a todos! Debí saber cuándo lo conocí que su de porte arrogante y vividor no era solo eso…
-Bonnie…por favor – Bonnie solía apasionarse con las situaciones y esta
vez no era la excepción – mejor cambiemos de tema ¿Si?
Fin de semana igual que el anterior, le había prometido a mi madre que saldría de mi cuarto más seguido y que también saldría de la casa a dar una vuelta con Bonnie o Jenna pero no lo había hecho, mi habitación se había convertido en mi cuartel general, me sentía segura ahí adentro lejos de las preguntas y comentarios de mi familia.
Mi padre no podía verme por la casa sin que de su boca saliera una cantidad de insultos para Damon, y eso que el mismo había dicho que el nombre de Damon Salvatore no se iba mencionar jamás en nuestra casa, el mismo rompía sus propias reglas.
Mi madre era más reservada, sabía que guardaba resentimiento contra Damon pero no me molestaba con eso y se lo agradecía ya que tenía suficiente en mi cabeza.
Me acosté temprano y trate de conciliar el sueño, las cosas que había dicho Jeremy por la tarde pusieron mi cabeza a trabajar como nunca, la manera en que defendía su posición de que Damon era incapaz de hacer algo para herirme me pareció muy real ¿Y si tenía razón? ¿Y si me había precipitado en tomar una decisión?...
Lunes por la mañana. Me levante temprano, me mire al espejo y vi las enormes ojeras que adornaban mi cara, apenas había dormido la noche anterior, tome un baño, arregle mi cabello y me vestí para salir
-¿Vas a salir? – pregunto mi mama desde la puerta
-Si
-¿Y puedo saber adónde? Puedo ir contigo si quieres
-Gracias mama pero prefiero ir sola - dio unos pasos hacia mí y se sentó en la silla del tocador
-Me gusta ver que empiezas a salir de nuevo Elena, se que eres una mujer fuerte, todo va salir bien de ahora en adelante
-Oye mama ¿Crees que las cosas que ves no siempre son como las ves?
-¿Qué…? – pregunto mi mama al escuchar mi enredada y confusa pregunta
-Olvídalo – le dije tomando mi bolso – me voy – me acerque a ella y bese su mejilla
-Cuídate – alcance a decir cuando bajaba las escaleras.
Era la primera vez que salía de la casa después de mi estadía en el hospital, me parecía que no había salido en meses, pero tenía que hacerlo, no iba a quedarme encerrada toda la vida, tenía que enfrentar mi situación como la mujer fuerte que era, al menos eso quería pensar.
Mis manos comenzaron a sudar en cuanto di la vuelta en la avenida que daba al Dark Room, estaba nerviosa, conocía el horario de trabajo de Damon por eso sabía que no lo encontraría por ahí, pero tenía un raro presentimiento.
Y tenía razón, su camioneta negra no estaba aparcada frente al local, me estacione en la acera de enfrente y me quede ahí esperando nada. El no estaba así que ¿Qué esperaba encontrar ahí? Dos golpes en el vidrio hicieron que me sobresaltara, vi quien era y me apresure a bajar el vidrio
-Hey Elena
-Tyler ¿Cómo estás?
-Bien, tuve que venir temprano hoy, tengo que arreglar el almacén, ya sabes órdenes del jefe
-Ya veo – fue cuando se me ocurrió preguntarle acerca de lo ocurrido aquel día
-Tyler… ¿Puedo preguntarte algo?
-Claro
-¿Podrías decirme si Damon salió temprano de aquí el día en que…? Tú sabes - Vi que el semblante con el que me había saludado cambio de repente – no quiero incomodarte Tyler, pero de verdad necesito saber
Apoyo sus manos en la base de la ventana para que pudiera escucharlo mejor
-Mira Elena, Damon además de ser mi jefe es mi amigo también aunque a veces sea un idiota, pero estoy seguro que no hizo nada de lo que dicen – era la tercera persona que decía lo mismo, primero Alaric luego Jeremy y ahora Tyler – ese día estuvo trabajando y charlamos por un rato, me dejo las llaves del local y salió pasadas las cuatro…
-Entonces…
-Déjame terminar – me interrumpió – cuando salió, Rose lo intercepto en la salida, desde la barra pude ver que ella no lo dejaba irse y Damon se notaba desesperado, luego caminaron juntos en dirección a la oficina creo, desde donde yo estaba ya no podía verlos, lo que si vi claramente es que Salvatore salió a pocos minutos del restaurante y estaba que se lo llevaba el demonio, estaba muy enojado.
-¿Enojado?
-Si – y mucho – mira Elena no sé si hago bien en contarte esto pero Rose prácticamente acosaba a Damon, no había día en el que no preguntara por él…era algo enfermizo la verdad. Pero él nunca hizo nada para alentarla a algo más, jamás – quito sus manos del borde de la ventana y se acomodo su mochila al brazo – quizás la puso en su lugar porque Rose salió echando humo de aquí minutos después – me quede quieta sujetando el timón como si estuviera aferrándome a una montaña rusa en pleno recorrido
-¿Y sabes que mas? Se quedo atorado en el trafico por más de dos horas, le mande un mensaje de texto preguntándole donde había dejado las llaves del almacén y me comento que llevaba rato en medio de un enredo de autos, si quieres te lo puedo mostrar – me dijo sacando su celular de la bolsa de su pantalon.
Su relato me estaba matando, todo lo que Tyler había dicho tenía sentido ahora, Damon me había dicho la verdad en todo momento y yo no había creído en él. Me sentí la mujer más estúpida del mundo, él nunca me mintió, los dos habíamos sido víctimas de un engaño que trajo consigo la perdida de nuestro bebe. Agarre mi cabeza con las manos al sentirme totalmente abrumada.
-¿Te sientes bien? – pregunto Tyler preocupado
-Es solo que… - el aire comenzaba a escasear dentro del auto a pesar que la ventana estaba abierta – tengo que irme – dije poniendo en marcha el auto
- ¿Adónde vas?
-Necesito hablar con Damon – avance un poco pero me detuve al escuchar a Tyler
-¡Espera! – Se acerco de nuevo a la ventana - ¿No lo sabes?
-¿A qué te refieres? – podía apostar mi vida a que su respuesta no me iba a gustar
-Damon y Blake se fueron ayer para Europa, Alaric y yo fuimos a despedirlos al aeropuerto
Con un casi audible “¿Qué?” por respuesta deje caer mi cabeza hacia atrás y trate de no llorar frente a la persona que me había abierto los ojos a una verdad que siempre estuvo ahí pero que me había negado a creerla.
ELENA POV
Me encontré caminando a lo largo de un pasillo iluminado por pequeñas y raras lámparas en forma de caracol pegadas en la pared, podía sentir el frio del piso a través de la piel desnuda de mis pies, vestía toda de blanco y en mi mano cargaba una llave.
Me pregunte donde estaba y que era ese extraño lugar, levante la vista y pude distinguir a lo lejos una puerta color azul al final del pasillo haciendo contraste con el blanco de las paredes, seguramente la llave en mi mano abría esa puerta.
Camine hacia ella con desesperación pero no lograba llegar, parecía que entre más pasos daba más lejos me encontraba de tocarla.
Ese lugar se me hacía muy familiar y tenía la sensación de que había estado ahí antes, de repente escuche una voz que decía mi nombre “Elena” voltee hacia atrás y me encontré con una pared justo detrás de mí, seguí caminando y esta vez me estaba acercando a la puerta azul, una vez más escuche mi nombre “Elena” era una voz femenina, pero la ignore porque sentía una necesidad increíble de llegar al final del pasillo y ver lo que había detrás de la misteriosa puerta.
Cuando por fin pude tocar el llavín lo gire y abrí lentamente, en cuanto entre la puerta se cerro de golpe a mis espaldas haciendo que me sobresaltara.
Estaba en una habitación del mismo color blanco del pasillo, la luz del día entraba por un ventanal de vidrio a un extremo de la pared, a través de la ventana vi a una niña de cabello rizado sentada en medio de un jardín con variedad de flores “¿Blake?” pensé, grite su nombre pero no me escucho, di unos golpes en la ventana para llamar su atención pero fue en vano.
Volví la vista hacia el cuarto rendida al no obtener respuesta de la niña, no había ni un tal solo mueble a excepción de una pequeña cuna en una de las esquinas del cuarto, de repente todo tuvo sentido.
Con desesperación me acerque a la cuna esperando ver en carne y hueso la imagen que tenía en mi cabeza en ese momento, pero no encontré más que una cuna vacía, en segundos la incertidumbre se apodero de mi y voltee hacia todos lados esperando encontrar lo que buscaba dentro de la pequeña cuna, fue cuando note que el ventanal por donde se colaba la luz del día había desparecido y poco a poco el cuarto se fue oscureciendo, la temperatura bajo estrepitosamente y me abrase a mi misma a causa del frio, sentí miedo al encontrarme completamente sola… “Elena…Elena”
-Elena, hija ¿Me escuchas?
Abrí los ojos al escuchar mi nombre de nuevo, el rostro de mi madre fue lo primero que vi, recorrí con la vista la habitación en la que estaba, Jenna también estaba ahí, se puso de pie al verme despierta y se acerco a la cama.
-Estábamos esperando que despertaras hija ¿Cómo te sientes? – dijo pasando su mano por mi cabeza
-Bien creo – me moví un poco en la cama, estaba incomoda
-Yo te ayudo – dijo Jenna mientras ponía algunas almohadas debajo de mi espalda – has dormido mucho, ni siquiera te diste cuenta cuando te subieron a este cuarto ¿cierto? – negué con la cabeza, no sé si era porque estaba un poco adormilada todavía pero sentí una rara vibra en el ambiente
-¿Pasa algo? – pregunte, pero antes de que contestaran la expresión de sus rostros ya lo había dicho todo. Recordé mi sueño.
-Elena… - dijo Jenna
-No, Jenna no…
-No pudieron hacer nada hija, no resistió al golpe – mi madre me miraba queriendo consolarme, pero no había nada que lo pudiera hacer
-Quiero estar sola
-Elena… -dijo Jenna
-Por favor – me di la vuelta despacio dándoles la espalda, ellas no tenían culpa de nada pero necesitaba estar sola, escuche cuando la puerta se cerró cuando salieron.
Todo parecía tan irreal que enterré mis uñas en mis brazos con la esperanza de que solo fuera un mal sueño, pero estaba más que despierta, y muy triste.
Escuche de nuevo la puerta que se cerraba, seguramente mi madre no iba a desistir en acompañarme, la entendía y apreciaba su preocupación pero necesitaba mi espacio.
-Dije que quería estar sola – me senté y me gire hacia la puerta encontrándome no a mi madre sino a la persona que quizás había llamado con el pensamiento.
-Damon – susurre - se quedo de pie a pocos pasos de la cama esperando mi reacción, su rostro denotaba cansancio y sus ojos no tenían el brillo que solían tener al encontrar los míos. Se acerco a mí sentándose a un lado de la cama y me envolvió en sus brazos
-Suéltame – le dije sin fuerzas e intentando quitarme sus manos de encima sin lograr hacerlo - ¡déjame! - apoye mi barbilla sobre su hombro y comencé a golpear repetidamente su brazo, las lagrimas empezaron a deslizarse por mi cara – yo lo quería Damon – logre decir entre sollozos – yo lo quería
-Lo sé cariño, yo también, te juro que yo también – me decía apretándome hacia el
Me aparte un poco después de unos minutos y lo mire a los ojos
-Me engañaste
-No lo hice – dijo negando con la cabeza – sería incapaz de hacerte daño, esto debe tener una explicación
-Me gustaría creer eso, pero está más que claro
-Podemos resolver esto Elena – paso su dedo pulgar por mi cara secando mis lagrimas – nos tenemos el uno al otro
-¿Te tengo? ¿Estás seguro de eso?
-No tienes porque preguntarlo, te amo Elena – me miraba fijamente con sus intensos ojos azules, podía sentir su aliento acariciar mi cara, era la primera vez que le escuchaba decir que me amaba, y Dios sabía que yo también, lo amaba con todo mi ser.
-Eso no es suficiente – le dije con mucho dolor - todo esto es mucho para mí Damon – me aparte completamente de él y seque mis lagrimas – necesito pensar y ahora no tengo cabeza para hacerlo.
Se puso de pie y se agarro la cabeza despeinando su pelo.
-¿Crees que yo no me siento mal? ¿Qué todo esto no me afecta? Apenas pude dormir anoche pensando en todo este desastre ¿Y me dices que amarte no es suficiente? Estas siendo egoísta
-Egoísta no, soy realista, tu decidiste enredarte con Rose y echar todo al traste
-No seguiré negando algo que yo sé que no he hecho, me canse de hacerlo, esperaba que me creyeras a la primera pero veo que tampoco es suficiente – hizo énfasis en las últimas tres palabras haciendo que me estremeciera
-Sera mejor que nos separemos Damon – dije con dificultad al sentir una punzada en mi pecho y tratando de no llorar porque sabía lo que vendría después, se me quedo viendo apretando su mandíbula – es lo mejor para los dos.
De pronto sentí la enorme distancia que ahora nos separaba y eso hacia mas difícil pedirle que se quedara, lo estaba perdiendo, Dios mío lo estaba perdiendo.
-No quiero volver a verte – le dije apretando mis manos a mis brazos
-Si eso es lo que quieres así será – su voz era grave y decidida, dio una última mirada a la habitación y se dio la vuelta, abrió la puerta y la tiro de golpe.
-Damon – susurre
Me abrace a mis piernas y llore en silencio, me dolía dejarlo ir sin poderle decir que también lo amaba, pero no podía hacerlo, el había traicionado mi confianza y lo que teníamos de la peor manera.
Por la tarde ya estaba en casa, mi mama no dejaba que moviera un dedo y en cuanto llegue me obligo a acostarme en mi cama, Jenna entro a mi cuarto con un vaso de jugo en las manos.
-Te traje algo para tomar – dijo dejando el vaso sobre mi mesa de noche
-Gracias Jenna
-Elena, sabes que puedes hablar conmigo, Alaric me conto lo que paso
-¿Te dijo que Damon me engaño? ¿O acaso lo defendió?
-Según Alaric, Rose planto todo para que creyeras que había pasado algo entre ellos
-Típico, los amigos siempre cubriéndose entre si
-¿Y si fuera así?
-¿Por qué lo haría Jenna? Ellos tuvieron un pasado y encontrarse de nuevo no fue por casualidad, yo misma la vi salir de la habitación, la cama estaba… - sentí nauseas al recordar la escena – Damon me traiciono y es algo que no puedo olvidar
-Elena – se sentó junto a mí en la cama - se sincera ¿Lo amas? – su pregunta abrió aun más la herida en mi corazón, trate pero me fue imposible no llorar
-Lo amo Jenna – dije entre sollozos – y no puedo hacer nada contra eso, lo amo – mi tía me abrazo para consolar la pena que me inundaba pasando su mano por mi cabeza
-Llora todo lo que quieras Elena, desahógate – me dijo en tono tranquilizador, me solté a llorar sacando todo lo que había reprimido desde que Damon había cruzado la puerta pero llorar no iba a ser suficiente para calmar mi dolor.
-Perdí una parte de mi ayer, parte de él y yo – Jenna continuo acariciando mi cabeza y diciéndome que sacara todo lo que llevaba dentro.
Poco a poco me separe de ella y limpie mis lágrimas
-Estoy hecha un desastre – le dije tratando de hablar entre sollozos
-Han sido muchas cosas por las que has pasado en poco tiempo, necesitas descansar Elena
-No creo que pueda, cada vez que cierro los ojos es una pesadilla – baje la cabeza y jugué un poco con mis manos – quisiera que todo fuera solo eso, una pesadilla
Tuve que hacer uso de una pastilla que Jenna había dejado en mi mesa y resulto más que suficiente para dormir toda la noche, lo malo fue que al abrir los ojos a la mañana los pensamientos que había burlado en la noche inundaban mi cabeza nuevamente. Si por mí fuera tomaría relajantes todo el día para no pensar en nada.
Sin querer me encontré preguntándome que estaría haciendo Damon en ese momento, ya había pasado más de una semana desde la última vez que lo vi, Jenna trataba de visitarme todos los días y cuando no lo hacía me llamaba por teléfono, ella era un gran apoyo para mi, a veces quería sacar el tema y mencionaba a Damon pero yo de inmediato cambiaba la conversacion, en realidad esos últimos días había pensado mucho en el, demasiado diría yo.
Los ladridos de Max me distrajeron y me asome a la ventana de mi cuarto al verlo salir corriendo por las escaleras, el timbre sonó y baje a la planta baja.
-Max cállate por favor – le dije mientras intentaba abrir la puerta, no dejaba de ladrar y estaba volviéndome loca, cuando por fin pude hacerlo vi que la visita era para mi
-Stefan – dije al verlo frente a mí
-Hola Elena – vi que un taxi se había aparcado frente a la casa – espero no molestarte con mi presencia.
-Claro que no, pasa – le ayude a entrar empujando su silla y lo recibí en la sala, Max no dejaba de ladrar – disculpa a mi perro pero no se qué le pasa hoy
-No te preocupes, ladra porque soy un desconocido para el
Max, como si supiera que hablamos de él ladro con más intensidad
-Por Dios, parece que no va a parar, permíteme un segundo ¡Jeremy! – grite hacia las escaleras llamando a mi hermano quien bajo en cuanto escucho su nombre
-¿Qué pasa?
-¿Puedes llevarte a Max? Esta ladrando como loco y no para – Jeremy miro a Stefan que nos miraba atentamente desde su silla – Oh ¿Recuerdas a Stefan? es el hermano de…es el tío de Blake
-¿Qué tal? – dijo Stefan, Jeremy no lo miro con buenos ojos y únicamente levanto la cabeza como saludo, me pareció grosero de su parte.
-Jeremy ¿Qué…?
-Ven Max – le dijo tomando en brazos al perro y sacando su correa de debajo de las escaleras evitando mi pregunta – vamos a dar un paseo
-Gracias Jeremy – mi hermano pasó a lado de Stefan y ni siquiera se despidió
-Disculpa a Jeremy, el es…es un adolescente todavía
-Tranquila Elena, todos pasamos por esa etapa
-Si – le conteste encogiendo mis hombros – creo que tienes razón - ¿Quieres tomar algo? ¿Agua o algo?
-No gracias, así estoy bien, cuéntame ¿Cómo has estado?
-He estado mejor
-Siento mucho lo que paso con el…bebe – cerré los ojos un momento para controlar mis emociones, apreté mis manos en mis rodillas y luego levante la vista
-Sí, este…gracias
-Se que todo es muy reciente pero tenía que ver con mis propios ojos que estabas bien ¿recuerdas que una vez venimos a dejarte? – asentí – bien, recordé la dirección, llame un taxi y aquí estoy
-Para serte sincera me sorprendió verte al otro lado de la puerta
-Espero que me consideres tu amigo Elena, aun con todo lo que paso – se acerco con su silla hacia donde yo estaba sentada – una cosa es lo que haya pasado entre mi hermano y tu – me acomode en el sillón y tome aire – y otra es nuestra amistad
-Tú y yo somos amigos Stefan, no veo por qué cambiar eso, al igual que Blake, a propósito ¿Cómo esta ella?
-Bien, ya está de vacaciones y pasa la mañana conmigo y con Caroline que llega a atenderla en cosas que yo no puedo, ya sabes, bañarla y hacerle comida
-Me hace mucha falta, no sabes cuanto quiero a esa chiquitina
-Pregunta mucho por ti, a veces no quiere comer y no obedece a Caroline cuando le pide hacer algo, se ha puesto un poco rebelde – sonrió de lado al decirlo
-¿En serio? No te lo puedo creer, le llamare un día de estos para saludarla y hablar con ella, la extraño mucho
-Se te extraña en casa – me acomode el pelo detrás de la oreja e intente sonreír
-Yo también los extraño – y era cierto, no había un momento en que no pensara en los días que había pasado en esa casa, las tardes que pasaba con Blake y verla jugar en su cuarto, las largas pláticas en la cocina con Stefan y verlo a él…ver a Damon.
-¿Sabes Elena? Damon es mi hermano pero no comparto para nada lo que hizo
-Stefan no quiero hablar de eso…
-Escúchame – me detuvo antes que me pusiera de pie – lo que hizo fue horrible y me da vergüenza estar ahora frente a ti, yo intente advertirte contándote como él era antes y su gusto por las mujeres, te enamoraste de la persona equivocada Elena.
-¿Por qué me dices todo esto? No sabes por lo que estoy pasando
-Porque necesitas abrir los ojos y enfrentar lo que esta pasando - no merecías esto Elena – intento tomar la mano que tenia sobre mi pierna pero como un reflejo la aparte – el no te merece.
Me quede ahí viéndole a los ojos por unos segundos pero tuve que bajar la cabeza al sentirme cohibida
-Eres una gran mujer que merece solo lo mejor – escuchamos el sonar del claxon del taxi que lo había llevado hasta la casa – será mejor que me de prisa - dijo poniéndose en marcha hacia la puerta
-Te agradezco que hayas venido – le dije mas tranquila
-Cualquier cosa que necesites ya sabes que puedes llamarme y como sea tratare de ayudarte – asentí nuevamente y le ayude a llegar hasta el taxi, ahí el conductor se encargo de pasarlo al asiento y subir su silla – hasta pronto Elena.
No podía negar que su visita se me había hecho muy extraña, y aparte me incomodo un poco lo que me dijo, pero después de pensarlo bien Stefan tenía razón, en muchas de nuestras conversaciones me había dicho cosas de su hermano que quizás había ignorado por estar cegada por su encanto.
Tal vez me había precipitado en esa relación. Si bien su visita me agrado también me dejo confundida, quizás Damon Salvatore no era lo que yo había creído y era el mismo que todos conocían. Un mujeriego.
Jeremy entro justo cuando me servía un vaso con agua en la cocina, le quito la correa a Max y este corrió hacia mí moviendo su cola
-Vaya, ahora ya estas tranquilo – le dije al perro
-Es muy raro que Max se ponga así de inquieto, tal vez tu amigo no es de su agrado – dijo Jeremy apoyando sus manos en el desayunador
-Fuiste grosero con Stefan hoy, ni siquiera lo saludaste
-Lo hice
-Pero no educadamente
-Para serte sincero el no me agrada y no me importa que este en silla de ruedas, para mi ese tipo es un patán.
-¡Jeremy! – reclame
-Desde que lo conocí en la boda de Jenna me cayó muy mal y eso que solo hable con él unos minutos, no me inspira confianza – se acerco al refrigerador y saco un soda - nada comparado con Damon, con el si podía conversar a gusto.
Jeremy y Damon habían congeniado muy bien, Damon solía llevarlo a partidos de basquetbol con asientos en primera fila, platicaban por horas y nunca supe sobre que hablaban tanto pero se llevaban más que bien, algo extraño en mi mal humorado y especial hermano.
-Se que Damon y tu eran amigos…
-Somos – me corrigió
-Jeremy ¿No te das cuenta de lo que me hizo?
-Estoy seguro que él no hizo nada de lo que tú y los demás piensan – tomo un sorbo de soda – Damon no es de ese tipo y tu Elena – puso su dedo índice en mi frente y empujo mi cabeza hacia atrás – estas cometiendo un gran error al desconfiar de él.
-Tú no viste lo que yo vi – le dije ya molesta por su comentarios
-Muchas veces crees ver algo que en realidad no es
-¿Lo estas defendiendo?
-Damon es mi amigo te guste o no
-Jeremy ¿Has estado aquí los últimos días? Estuve en el hospital ¡y tuve un aborto!!Todo a causa de él! ¿Eso no significa nada para ti?
-¿Quién crees que soy? Te escucho llorar en tu cuarto por las noches ¡claro que me duele por lo que has pasado! Pero piensa Elena ¿En verdad crees que Damon sea capaz de hacerte algo así? Piensa en todo lo que pasaste junto a él y te darás cuenta que estas siendo injusta
-Gracias por apoyarme Jeremy – le dije pasando a su lado y llevándome de encuentro su brazo
-Sabes que estoy en lo correcto, un día agradecerás lo que te dije
Era ridículo ¿Cómo se atrevía a defender Damon después de lo que había hecho? El no estuvo ahí el día que encontré a Rose semi desnuda en la casa, Jeremy ni nadie podían decir lo contrario.
De nuevo el timbre sonó antes de que pudiera subir las escaleras, abrí la puerta de mala gana después de discutir con Jeremy.
-Hola Elena
-¡Bonnie! – me fui sobre mi amiga y nos fundimos en un abrazo, hacia mucho que no la veía, después de visitar a su abuela fuera de la ciudad había sido poco lo que nos veíamos. La tome del brazo y la arrastre a mi habitación y cerré la puerta
-Elena amiga cuanto lo siento – me dijo abrazándome nuevamente – me siento terrible por no haber podido estar ahí contigo
-Tranquila Bonnie, se que estabas cuidando de tu abuela ¿Cómo sigue Sheila? – nos sentamos en la cama
-Ya sabes, su enfermedad avanza con el tiempo, el Parkinson no tiene piedad de nadie, pero mi abuela es fuerte ¿Sabes? Tiene una mente muy positiva y eso esta bien, pero bueno – me dijo tomándome de las manos – cuéntame ¿Cómo estás?
-Más o menos – suspire al contestarle – pero sobreviviré
-¿Quiere hablar de eso?
-¿Jenna te conto cierto?
-No la culpes, yo insistí en saber lo que había pasado ¿Has hablado con él?
-No, desde que fue a verme al hospital no he sabido nada de él, le dije que lo mejor era separarnos, prácticamente terminamos, le dije que no lo quería volver a ver – suspire de nuevo, eso ya se me estaba haciendo costumbre
-Hiciste lo correcto, un tipo así no vale la pena, no, no me cabe en la cabeza ¡nos engaño a todos! Debí saber cuándo lo conocí que su de porte arrogante y vividor no era solo eso…
-Bonnie…por favor – Bonnie solía apasionarse con las situaciones y esta
vez no era la excepción – mejor cambiemos de tema ¿Si?
Fin de semana igual que el anterior, le había prometido a mi madre que saldría de mi cuarto más seguido y que también saldría de la casa a dar una vuelta con Bonnie o Jenna pero no lo había hecho, mi habitación se había convertido en mi cuartel general, me sentía segura ahí adentro lejos de las preguntas y comentarios de mi familia.
Mi padre no podía verme por la casa sin que de su boca saliera una cantidad de insultos para Damon, y eso que el mismo había dicho que el nombre de Damon Salvatore no se iba mencionar jamás en nuestra casa, el mismo rompía sus propias reglas.
Mi madre era más reservada, sabía que guardaba resentimiento contra Damon pero no me molestaba con eso y se lo agradecía ya que tenía suficiente en mi cabeza.
Me acosté temprano y trate de conciliar el sueño, las cosas que había dicho Jeremy por la tarde pusieron mi cabeza a trabajar como nunca, la manera en que defendía su posición de que Damon era incapaz de hacer algo para herirme me pareció muy real ¿Y si tenía razón? ¿Y si me había precipitado en tomar una decisión?...
Lunes por la mañana. Me levante temprano, me mire al espejo y vi las enormes ojeras que adornaban mi cara, apenas había dormido la noche anterior, tome un baño, arregle mi cabello y me vestí para salir
-¿Vas a salir? – pregunto mi mama desde la puerta
-Si
-¿Y puedo saber adónde? Puedo ir contigo si quieres
-Gracias mama pero prefiero ir sola - dio unos pasos hacia mí y se sentó en la silla del tocador
-Me gusta ver que empiezas a salir de nuevo Elena, se que eres una mujer fuerte, todo va salir bien de ahora en adelante
-Oye mama ¿Crees que las cosas que ves no siempre son como las ves?
-¿Qué…? – pregunto mi mama al escuchar mi enredada y confusa pregunta
-Olvídalo – le dije tomando mi bolso – me voy – me acerque a ella y bese su mejilla
-Cuídate – alcance a decir cuando bajaba las escaleras.
Era la primera vez que salía de la casa después de mi estadía en el hospital, me parecía que no había salido en meses, pero tenía que hacerlo, no iba a quedarme encerrada toda la vida, tenía que enfrentar mi situación como la mujer fuerte que era, al menos eso quería pensar.
Mis manos comenzaron a sudar en cuanto di la vuelta en la avenida que daba al Dark Room, estaba nerviosa, conocía el horario de trabajo de Damon por eso sabía que no lo encontraría por ahí, pero tenía un raro presentimiento.
Y tenía razón, su camioneta negra no estaba aparcada frente al local, me estacione en la acera de enfrente y me quede ahí esperando nada. El no estaba así que ¿Qué esperaba encontrar ahí? Dos golpes en el vidrio hicieron que me sobresaltara, vi quien era y me apresure a bajar el vidrio
-Hey Elena
-Tyler ¿Cómo estás?
-Bien, tuve que venir temprano hoy, tengo que arreglar el almacén, ya sabes órdenes del jefe
-Ya veo – fue cuando se me ocurrió preguntarle acerca de lo ocurrido aquel día
-Tyler… ¿Puedo preguntarte algo?
-Claro
-¿Podrías decirme si Damon salió temprano de aquí el día en que…? Tú sabes - Vi que el semblante con el que me había saludado cambio de repente – no quiero incomodarte Tyler, pero de verdad necesito saber
Apoyo sus manos en la base de la ventana para que pudiera escucharlo mejor
-Mira Elena, Damon además de ser mi jefe es mi amigo también aunque a veces sea un idiota, pero estoy seguro que no hizo nada de lo que dicen – era la tercera persona que decía lo mismo, primero Alaric luego Jeremy y ahora Tyler – ese día estuvo trabajando y charlamos por un rato, me dejo las llaves del local y salió pasadas las cuatro…
-Entonces…
-Déjame terminar – me interrumpió – cuando salió, Rose lo intercepto en la salida, desde la barra pude ver que ella no lo dejaba irse y Damon se notaba desesperado, luego caminaron juntos en dirección a la oficina creo, desde donde yo estaba ya no podía verlos, lo que si vi claramente es que Salvatore salió a pocos minutos del restaurante y estaba que se lo llevaba el demonio, estaba muy enojado.
-¿Enojado?
-Si – y mucho – mira Elena no sé si hago bien en contarte esto pero Rose prácticamente acosaba a Damon, no había día en el que no preguntara por él…era algo enfermizo la verdad. Pero él nunca hizo nada para alentarla a algo más, jamás – quito sus manos del borde de la ventana y se acomodo su mochila al brazo – quizás la puso en su lugar porque Rose salió echando humo de aquí minutos después – me quede quieta sujetando el timón como si estuviera aferrándome a una montaña rusa en pleno recorrido
-¿Y sabes que mas? Se quedo atorado en el trafico por más de dos horas, le mande un mensaje de texto preguntándole donde había dejado las llaves del almacén y me comento que llevaba rato en medio de un enredo de autos, si quieres te lo puedo mostrar – me dijo sacando su celular de la bolsa de su pantalon.
Su relato me estaba matando, todo lo que Tyler había dicho tenía sentido ahora, Damon me había dicho la verdad en todo momento y yo no había creído en él. Me sentí la mujer más estúpida del mundo, él nunca me mintió, los dos habíamos sido víctimas de un engaño que trajo consigo la perdida de nuestro bebe. Agarre mi cabeza con las manos al sentirme totalmente abrumada.
-¿Te sientes bien? – pregunto Tyler preocupado
-Es solo que… - el aire comenzaba a escasear dentro del auto a pesar que la ventana estaba abierta – tengo que irme – dije poniendo en marcha el auto
- ¿Adónde vas?
-Necesito hablar con Damon – avance un poco pero me detuve al escuchar a Tyler
-¡Espera! – Se acerco de nuevo a la ventana - ¿No lo sabes?
-¿A qué te refieres? – podía apostar mi vida a que su respuesta no me iba a gustar
-Damon y Blake se fueron ayer para Europa, Alaric y yo fuimos a despedirlos al aeropuerto
Con un casi audible “¿Qué?” por respuesta deje caer mi cabeza hacia atrás y trate de no llorar frente a la persona que me había abierto los ojos a una verdad que siempre estuvo ahí pero que me había negado a creerla.
Última edición por Jane el 3/4/2012, 11:08 pm, editado 2 veces
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Ohhhhhhhhhhhh tremendo capitulo que estupuda esa Elena por no creer en el probre de Damon que fue engañado por esa Bruja!!!... pero quedo muy muy weno oajal vuelva el pobrecito para que las cosas esten bien denuevo....
Muy bueno tu fic Jane te felicito
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Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
les dije que se iba a poner interesante...Elena es una boba...a ver que hace con Damon al otro lado del charco...osea Europa jejeje!!...se viene el POV de Damon!!!!....
Gracias por leer y comentar Karito de mis amores!!
Gracias por leer y comentar Karito de mis amores!!
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Ya sabes que aqui tienes una Fans jejejeje
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
HHHHHHHHHHHHHHuuuuuuuuuuuuuuuu!!!
Mucho mejor de lo que me habías planteado POR DIIIIOSSSSSSS...
Elena se quiere cortar las venas con una galletita de agua jajajajja
MAS MAS MAS QUIERO MAS MAS MAS!!!!!
Mucho mejor de lo que me habías planteado POR DIIIIOSSSSSSS...
Elena se quiere cortar las venas con una galletita de agua jajajajja
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
jejejejejejeje ya estoy trabajando en el POV de Damon....que cosas interesantes suceden en Europa
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Lo prometido es deuda...aqui esta el capitulo 9... espero les guste
CAPITULO 9
DAMON POV
Faltaba poco para llegar a la estación Santa Maria Novella, según lo habia dicho el tipo que nos atendía en el tren, así que desperté a Blake quien se habia quedado dormida a los diez minutos de viaje.
En un mes y medio recorrimos parte de Europa y aun así sentía que me faltaba algo, era un viaje que había planeado hacer junto a Elena pero no me quejaba de estar solo con mi hija, hacia mucho que no viajamos y era hora de salir de la rutina y de alejarme por completo de mi vida en casa.
Podía dar lugar a comentarios de que me iba escapando de todo lo que sucedió, pero me importaba un carajo lo que pensaran o dijeran.
Elena había dicho claramente que no quería volver a verme y sus deseos fueron órdenes para mí, así que ¿Por qué desperdiciar los boletos que ya tenía?
Adiós a todos.
Próxima parada: Florencia, Italia, a la casa de Giuseppe Salvatore, mi padre.
Blake se me quedo viendo con sus ojos entrecerrados cuando despertó
-Llegamos cielo, pronto estaremos en casa del abuelo – le dije mientras cubría su cabeza con un gorro, el clima era lluvioso y hacia mucho frio, ella me ayudo poniéndose su abrigo y sus guantes
-¿Podre dormir en casa del abuelo papi?
-Claro que si preciosa – bese su frente y luego me puse mi abrigo negro y bufanda.
El tren se detuvo y esperamos a que dieran la orden de bajar, habia dormido poco y me sentía cansado, quería llegar pronto a casa de mi padre y descansar.
Al salir de la estación un señor de unos cincuenta años se acerco a nosotros y muy amablemente ofreció sus servicios de taxi, saque un papel de la bolsa de mi abrigo donde tenía la dirección de la casa y se lo entregue
-Vado a questo indirizzo – le dije con una pésima pronunciación, mis padres hablaban perfecto el italiano y nos lo habían enseñado a Stefan y mi cuando éramos pequeños pero ya habían pasado muchos años de eso y se me hacía difícil recordar algunas palabras. Pero el señor entendió, tomo nuestras maletas y las metió al taxi.
- ¿E 'la prima volta in Italia? - dijo el taxista mirándome por el retrovisor
-¿Qué? – pregunte confundido, no tenía ganas de conversar y menos en italiano
-Disculpe ¿Habla español? Hable más despacio por favor
-¿Cosa?
-Español – repetí – no estoy de ánimo para hablar con usted – le dije mirando hacia la ventana
El hombre comenzó a decir cantidad de cosas que no pude distinguir, no sabía siquiera si me estaba insultando pero por sus carcajadas parecía que no.
-Non parlo italiano molto bene – dijo Blake haciendo que me girara a verla boquiabierto al escucharla hablar, el hombre la miro por el retrovisor y detuvo el taxi, se dio la vuelta para mirarla y sonrió de oreja a oreja, por un momento pensé que estábamos en el taxi de un maniático.
-¡Si parla molto bene! – dijo haciendo señas con sus manos, Blake sonrió y le contesto
-Grazie – el hombre rió y de nuevo puso en marcha el taxi
-¿De qué me perdí? – le pregunte a Blake - ¿Dónde aprendiste eso? – su respuesta fue encogerse de hombros y recostarse en mi. Definitivamente Blake era una cajita de sorpresas.
Llegamos a la villa florentina donde residía mi padre y un joven de unos diez o doce años y de aspecto amigable se acerco a nosotros en cuanto vio el taxi detenerse. Se asomo a la ventana.
-Buon pomeriggio, posso aiutarti con qualcosa?
Esta vez pude entender lo que me decía, llegue a la conclusión que el taxista me puso nervioso con su entusiasmo y por eso me bloquee con el idioma.
-Io sono Damon Salvatore e questa è la casa di mio padre – el joven se me quedo viendo como analizando mi cara, era ridículo - ¿Nos vas a dejar entrar si o no? – dije arqueando una ceja.
Se aparto con una sonrisa y abrió el enorme portón que protegía la casa y luego salió corriendo gritando a todo pulmón algo que no pude distinguir.
A medida que entrabamos se me vinieron recuerdos de mi infancia cuando solíamos pasar vacaciones ahí, Stefan y yo nos eternizábamos jugando en el pequeño bosque que había detrás de la casa, los árboles me hicieron recordar la libertad con que corría por todo el jardín, sin preocupaciones, sin presiones y sin angustias.
En cuanto nos bajamos del taxi se abrió la puerta principal y vi salir a alguien que la verdad no pensé ver.
-¿Lía? – entrecerré los ojos para ver mejor
- Mi pequeño Damon – me dijo acercándose a mí y abriendo sus brazos para envolverme en ellos.
-No puedo creer que estés aquí, pensé que…
-¿Qué estaba muerta?
-La verdad si – le conteste mientras la abrazaba y suspendía un poco del suelo
-No cariño, esta vieja tiene mucho tiempo todavía – dijo riendo y tocando mi cara – mírate, eres todo un hombre
-Ha pasado mucho, tenia doce años cuando te fuiste – Blake me halo del brazo para llamar mi atención – Oh, mira te presento a mi hija Blake
-¡Pero qué criatura más linda! – Se inclino hacia ella para verla mejor – es idéntica a ti Damon ¿Cómo estas pequeña?
-Bien – contesto Blake tímidamente
-Yo cuide a tu papa ¿sabes?
-¿Eras su niñera?
-Sí, algo así
-Yo tengo una, se llama Elena
-¿Ah sí? ¿Y porque no viene contigo?
-¿Mi padre está en casa? – me aclare la garganta y pregunte interrumpiendo la conversación, Lía se incorporo y me miro con curiosidad pero no dijo nada
-Sí, está en la sala, vamos entren hace frio aquí afuera y los está esperando desde que llamaste hace quince días.
Saque las maletas y le pague al taxista.
Lía había sido nuestra nana desde que Stefan y yo éramos muy pequeños, tuvo regresar a Italia cuando se entero que su madre había enfermado y viajo a cuidarla, desde ese entonces no volví a saber de ella hasta hoy y era agradable volverla a ver. Sus ojos denotaban cansancio y el paso de los años en ella era evidente, ahora canas adornaban su larga cabellera agarrada en su tradicional moño, pero su esencia era la misma.
La casa era como la recordaba, algunos muebles eran los mismos incluso los cuadros que alguna vez Stefan y yo habíamos querido bajar para pintar sobre ellos seguían ahí, ese día mí padre nos hizo pararnos en una esquina durante media hora.
La casa era de una sola planta, y era enorme, había dos salas, una para las visitas y otra para uso familiar, en total había diez habitaciones. A menudo recibían visitas de amigos y les encantaba acogerlos en la casa pero al morir mi madre la casa se volvió un poco solitaria.
Blake no me soltaba de la mano y había vuelto con su maña de llevarse el dedo a la boca, podía entenderla ya que era un lugar totalmente extraño para ella. Atravesamos la primera sala y entramos por un ancho y largo pasillo, se me vino a la mente cuando Stefan se cayó en ese mismo lugar al verse perseguido por mí cuando tenía ocho años, me reí al recordarlo.
-¿Te trae recuerdos verdad? – pregunto Lía viéndome de reojo
-Si
-A mi tampoco se me olvida que tu hermano se cayó mientras lo perseguías con una lagartija en la mano
-¿Cómo olvidar eso? – le conteste soltando una risita
Llegamos a la sala familiar y mi padre se levanto de su silla al vernos.
-Hijo mío – al igual que Lía abrió sus brazos hacia mi
-Hola papa – nos abrazamos por largo rato, tenia años de no verlo, nunca había sido muy apegado a él, y bueno yo nunca he sido aficionado a demostrar mis sentimientos pero tenerlo frente a mi me reconfortaba y me hacía sentir que no estaba solo.
-Pensé que no vendrían – se quedo viendo a Blake que se había quedado a lado de Lía - ¿Ella es Blake? – asentí
-Vamos Blake, saluda a tu abuelo Giuseppe – le dije tomándola de la mano y acercándola a él.
-¡Ciao bella! Io sono tuo nonno
-Papá ella no habla italiano no te va entender – Blake se soltó de mi mano y se paro frente a el
-Tu sei il mio nonno? – le dijo Blake
-¿Ves que si habla? – mi papa soltó una carcajada y tomo a Blake en brazos – ¡ella es toda una Salvatore! Mira nada más esos ojos
Yo seguía con la boca abierta y preguntándome ¿Dónde diablos había aprendido Blake a hablar italiano? En casa ni por cerca lo hablamos, ni siquiera teníamos un canal italiano.
-Tenía muchas ganas de conocerte – le decía mi padre, la miraba orgulloso una y otra vez - ¿Te gusta la pasta? – Blake asintió - te voy a preparar los mejores espaguetis que jamás has probado
-¿Desde cuándo cocinas? Si a ti se quema el agua – me burle y me deje caer en un sillón grande muy cómodo y lleno de cojines.
-No te burles Damon, en la cena te darás cuenta que se defenderme en la cocina
-De haberlo sabido hubiera pasado por una farmacia a comprar algo para después de la cena
-Ya veo que eres el mismo Damon – dijo mi padre mientras ponía a Blake en el piso, ella corrió hacia mí y se subió a mis piernas – no cambias
Mire a la puerta y el mismo chico que nos había recibido en la entrada estaba de pie viéndonos tímidamente.
-No te quedes ahí parado Nico, entra – el chico entro con las manos sujetando los tirantes de su pantalón.
-Nico no seas maleducado – dijo Lía – saluda
- Buenas tardes
-Hola chico, así que hablas español, perfecto – hubiera sido de mucha ayuda que lo hubiera mencionado al recibirnos en la entrada en vez de quedarse viéndome como un idiota.
-Damon, te presento a Nico Salvatore, tu hermano – dijo mi papá posando su mano sobre el hombro del chico, mire a Lía preguntándole con la mirada sí lo que decía era cierto
-¿Que? Por Dios papá no puedo creer que a tu edad andes de viejo zorro
-¿De qué hablas? No es lo que estas pensando, Nico ¿Por qué no le muestras a Blake su habitación?
-Yo iré con ellos – dijo Lía – vamos Nico, ven Blake tengo chocolate caliente en la cocina
Blake me miro esperando mi aprobación
-Ve con ellos preciosa, yo te alcanzo luego.
En cuanto salieron mi padre se acerco al mini bar y se sirvió un trago
-¿Quieres uno? – me pregunto
-Claro, después de semejante noticia claro que quiero uno
-Después que tu madre murió y regrese aquí, me sentí muy solo en esta enorme casa y con ustedes dos lejos pensé que enloquecería, necesitaba un propósito, algo o alguien por quien seguir viviendo ¿Sabes? No una mujer, tu madre fue y será siendo la única – me dio el vaso con whisky y volvió a su silla – así que adopte a Nico
-¿Cómo le dan un chico a un hombre de sesenta años? Es un milagro que no estés preso
-Nico no tenía a nadie cuando lo encontré, su casa eran las calles y su único techo eran los puentes, lo traje a casa y Lía me ha ayudado con él, le di mi apellido Damon, todos sus papeles están en regla, asiste a la escuela y es muy buen alumno. Nico fue quien me aviso de que estabas aquí, estaba muy emocionado de conocer a su hermano mayor.
Me tome el whisky de un solo trago y puse el vaso sobre la mesa
-No lo puedo creer, tengo suficiente con Stefan y ahora otro hermano más
-Damon…
-Solo bromeo papá – los dos nos pusimos de pie - en serio, es admirable lo que has hecho, recoger un chico de la calle y darle todo lo que le negaron quienes lo trajeron al mundo es muy admirable papá - le pase la mano por el hombro – bueno, iré a conocer mejor a mi nuevo hermanito – dije mientras atravesaba la puerta
-¿Damon? – me di la vuelta al escucharlo
-¿Si?
-¿Cómo esta Stefan? – pude ver la pena en su rostro al preguntar por él, Zach lo puso al tanto de su estado luego de llegar de Irak
-El está bien, no quiso venir con nosotros según él no quería ser una carga para mí y además no quería dejar su terapia.
-Oh, ya veo
-Stefan está bien papa, no lo deje a su suerte, una de mis empleadas pasa todos los días por la casa para atenderlo y también está mi socio Alaric quien pasa seguido por la casa no te preocupes
-Lo sé, se que tu no lo dejarías solo, gracias hijo, el siempre quiso ser como tu ¿Sabes? – no dije nada, solo hice una mueca y me fui.
Menuda sorpresa la que me tenia, resulta que tenía un nuevo hermanito así que me tome la tarde para conversar y conocer a Nico, me di cuenta que aunque la sangre no nos unía se parecía un poco a mí y Lía me lo confirmo al decirme “Su picardía es muy a lo Damon” bien, ese chico comenzaba a caerme bien.
Una vez instalados en casa fui directo a la cama, estaba agotado, no tanto físicamente sino mentalmente, aun y cuando había estado en constante movimiento de un lado a otro por Europa, no podía escapar de mis pensamientos, cada cosa me recordaba a ella, cada niño o niña que había visto en las distintas plazas de Berlín, Madrid o Paris me recordaba al que pudo ser nuestro.
Era demasiado, todo lo que había retenido durante el último mes me estaba consumiendo, en cualquier momento explotaría, era cuestión de tiempo, solo esperaba no llevarme de encuentro a nadie.
Blake se adapto rápido al ambiente de la casa, ella y mi nuevo hermano habían hecho buena dupla, me gustaba que además de jugar Nico cuidaba de ella.
Una tarde recorrí la casa de principio a fin, recordando los días que habíamos pasado ahí como familia, me quede en la salita que mi madre utilizaba para leer, era un espacio donde según ella se desconectaba de todo, me quede junto a la ventana y desde ahí podía ver a Blake correr de un lado a otro por el jardín, el rostro de Elena y los momentos junto a ella inundaron mi mente cuando de pronto escuche dos golpes en la puerta, era Liz.
-Llevo unos minutos viéndote desde aquí ¿En qué piensas? – me pregunto dando unos pasos dentro de la salita con sus manos cruzadas.
-Solo miraba jugar a Blake
-No me creas tonta Damon, estos últimos días te he notado distante ¿Pasa algo?
-No es nada – le dije cruzándome de brazos y apoyándome en la pared
-¿Tiene algo que ver con alguien llamada Elena? – levante la mirada y arquee una ceja, sin lugar a dudas a Lía no se le escapaba nada – lo siento pero Blake no deja de hablarme de ella, dice que tu quieres mucho a Elena pero que estas molesto con ella.
-¿Qué? – por Dios, a otra que no se le escapaba nada era a mi ahora italiana hija.
-Puedes contarme lo que sea
-No hay nada que contar – le dije mientras caminaba hacia la puerta
-Sempre così testardo – dijo entre dientes
-Te escuche
-Esa era la intención – me dijo en tono de reprimenda – a propósito, hoy por la noche tu padre dará una cena, vendrán algunos amigos y conocidos de la familia
-¿Ah sí? ¿Y cuál es la ocasión?
-Está contento de tenerlos aquí, además quiere presentar a Blake a sus amigos
-Yo paso, no tengo ánimos de codearme con gente estirada que ni siquiera conozco ¿No hay algún buen bar cerca? Me gustaría beber algo fuera de aquí.
-No le hagas un desaire a Giuseppe – con la manera en que me miro no me dejo más opción
- Non ti arrabbiare – le dije mientras besaba su frente – ahí estaré
-Grazie – dijo soltando una risita
Para la dichosa cena Lía vistió a Blake con un vestido que le compre en Atenas, mi padre quería lucirse con su nieta así que lo haría sentirse orgulloso. De mi parte, pantalones, camisa y mi inseparable chaqueta de piel negra seria mi atuendo escogido, es decir, el mismo de siempre.
Escuche el motor de los autos entrando por el portón principal, me recosté en la cama, encendí la televisión y comencé a cambiar los canales.
Nico entro al cuarto sin avisar.
-Hey ¿No tocas antes de entrar? ¿Podría haber estado desnudo aquí? – Se me quedo viendo apenado – tranquilo solo bromeo, dime ¿Por qué la urgencia?
-Papa quiere que vayas a la sala, los invitados ya están aquí – Nico vestía muy bien esa noche, lo que más llamo mi atención fue que por primera vez en lo que llevaba en casa no traía el pelo sobre los ojos, se había peinado.
-¿Quiénes están ahí? – pregunte poniéndome de pie y acomodando mi chaqueta.
-Este… - dijo Nico tratando de recordar los nombres
-Descuida, no hace falta que lo digas, total y me importa un carajo, vamos.
La sala estaba repleta, apenas pude recordar el rostro de algunos. Como era de esperarse fui al mini bar a pedir un trago. Me quede apoyado en la pared a esperar algún momento bochornoso entre italianos borrachos.
Blake se acerco a mí, se veía muy linda con su vestido blanco y los adornos en su pelo, parecía una pequeña diosa griega
-¿Te diviertes cariño? Pensé que estarías con Nico
-El nonno lo mando por algo a la bodega no fui porque me da miedo ese lugar
-Te entiendo, a tu tío Stefan le daba terror entrar ahí – le dije riendo con malicia
-¡Elena! – grito Blake, me tomo de la mano y me arrastro por en medio de la gente, apenas me quedo tiempo de terminar mi trago y ponerlo sobre una mesa
-¿A dónde me llevas? – le pregunte mientras trataba de no golpear a nadie a mi paso
-Es Elena – repetía una y otra vez – ¡vamos papi!
Vi la figura de una mujer de cabello largo hasta la cintura, estaba de espaldas y conversaba con mi padre y otro más.
-Blake no – le dije al ver que halaba una de las manos de la mujer, pero era demasiado tarde
-Elena – dijo Blake, la mujer en cuestión se dio la vuelta y mi corazón se paralizo por unos segundos
-¡Oh! Pero si es la pequeña Blake – dijo la joven.
No podía ser cierto, sus ojos, su cabello ¡Por Dios su cara! ¿Sería posible tanto parecido?
-¿Te sucede algo? – me pregunto viéndome con curiosidad
-Lo siento…mi hija te confundió con alguien – dije negando con la cabeza
-Hijo, ya que estas aquí quiero que conozcas al General Baltasar Petrova y a su hija Katherina
El general tenía muy buen puesto el nombre de “General” su rostro era inexpresivo, no podía saber si estaba feliz, enojado o que. Tenía la sensación de que debía saludarlo como si estuviera en la escuela militar.
Estrechamos las manos en un cordial saludo y luego me dirigí a su hija
-Un placer conocerte Damon, precisamente Giuseppe nos estaba hablando de ti
-¿Ah sí? Espero no haya omitido detalles – le conteste sin dejar de mirarla
-¿Con quién confundiste a Katherina? – pregunto mi padre a Blake
-Con Elena – contesto llevándose el dedo a la boca.
-¿Elena es alguna amiguita tuya? – mi padre era demasiado curioso
-Es su antigua niñera – interrumpí – le tomo mucho cariño
-Lo siento, pensé que eras ella – le dijo Blake a Katherina
-No te preocupes pequeña.
Nico apareció con una botella de whisky y se la entrego a mi padre
-Hasta que apareces muchacho, mira Baltasar – dijo dirigiéndose al general – este es el whisky del que te hable, ven vamos a tomar un poco.
-Nico ¿Podrías llevarte a Blake contigo? Vayan a jugar o a molestar a alguien por ahí, tienen todo mi permiso
Nico rio y se llevo a Blake con él, dejándome solo con Katherina.
-Tienes una hija muy linda - dijo mientras se llevaba una copa de vino a la boca.
-Gracias – me sentía intimidado con su presencia, apenas y podía hablar.
Su cabello era castaño y caía en largos rizos por su espalda, cuando hablaba no podía despegar mis ojos de sus labios rojos, tenía una gracia fascinante al hablar y sus gestos eran hermosos.
-¿Me estas poniendo atención?
-Lo siento, hoy ando muy distraído
-¿Te pasa seguido?
-No – fingí reír – no me hagas caso – ¿Me decías?
-Giuseppe dice que tienes negocios en América, la idea de un Bar – Restaurante es un muy buen gancho para atraer gente, yo planifico y organizo eventos
-¿En serio?
-¿Qué? ¿No parece?
-Disculpa pero pensé que ibas a la universidad
-Me halagas pero no, termine mi carrera en Milán hace tres años
-Ya veo – estaba quedando como un completo idiota y eso empezaba a molestarme
-Bonito anillo – dijo tocando mi mano pero me aparte de su tacto
-Fue un regalo de graduación de mi padre, mi hermano tiene uno igual – mire hacia todos lados encontrándome solo con caras desconocidas, buscaba algún pretexto para apartarme de ella, necesitaba salir de ahí – fue un placer conocerte Katherina pero tengo algo que hacer – me aleje de ella ante su sorprendida mirada.
-¿Adónde vas? – Me pregunto Lía al toparme con ella en la puerta principal, tome las llaves del auto de mi padre – Por Dios Damon ¿Te llevas el auto de Giuseppe?
-No digas nada solo necesito salir de aquí Liz, cuida a Blake por favor – cruce la puerta y fui hacia el mustang negro que mi padre guardaba celosamente en el garaje y me fui sin rumbo, todo lo que quería era alejarme de esa casa, alejarme de ella y de los recuerdos que llegaron al verla.
El parecido de Katherina con Elena era innegable, era una versión más sofisticada que hacia contraste con la sencillez de Elena. Aun al otro lado del mundo y a miles de kilómetros el recuerdo de su desprecio me perseguía.
Llegue a un lugar llamado La Grotta, ahí definitivamente había lo que buscaba, alcohol.
Y encontré algo más. Compañía
Después de beberme casi toda una botella de Vodka, salí del lugar acompañado de una mujer llamada Simone, al menos eso es lo que recordaba
Conduje por una estrecha calle de piedra y llegamos a un edificio de apartamentos y subí con ella hasta el segundo piso.
-È il momento di divertirsi – me decía mientras me arrastraba hacia su cama. Me beso apasionadamente y yo respondi.
-Es igual a ella – dije entre beso y beso – es igual a ella
-Tranquillo, tutto è bene
-Es igual a ella – repeti una vez más antes de rendirme y saciarme de la mujer que tenía frente a mí.
A la mañana siguiente abrí los ojos con dificultad ya que el resplandor de la luz del día entraba directamente hacia donde me encontraba ¿Dónde diablos estaba? ¿Qué era ese extraño lugar? Me vi envuelto en una sabana de colores estampados, vi mi ropa tirada por toda la habitación y me incorpore para tomarla. La cabeza me dio mil vueltas al levantarme y recordé todo lo que había hecho la noche anterior.
Me vestí y tome las llaves del auto para largarme de ese lugar. Cuando abrí la puerta me encontré con la mujer con la que había pasado la noche
-Quítate de mi camino - le dije mientras pasaba una mano por mi despeinado pelo y con la otra apartándola de la puerta.
- ¿Vuoi il mio numero di teléfono?
-En tus sueños cariño – le dije dándole la espalda.
Durante el trayecto a casa y con un fuerte dolor de cabeza me puse a reflexionar acerca de lo sucedido. Había actuado como el viejo Damon solía hacerlo, el que ahogaba sus penas en alcohol y se llevaba a la cama a cualquier mujer que estuviera dispuesta. Ese Damon era del pasado y no debía permitir un retroceso. Ya no, era ser racional no un animal que actuaba por instinto.
Llegue a la casa y en cuanto entre mi padre me esperaba en la sala familiar
-Llegas temprano – me dijo con ironía sin quitar la vista del periódico que tenía en las manos - ¿El mustang está a salvo? ¿O tengo que mandar a alguien para remolcarlo?
-Tu auto está bien
-Perfecto – contesto sin verme
-¿Eso es lo que te interesa? ¿Tu auto? – le dije reclamándole, esta vez levanto la vista y me miro por encima de sus anteojos para leer.
-Se que tu viaje hasta aquí no fue precisamente para visitarme, tus motivos fueron otros que desconozco pero sé que están ahí ¿Quieres hablar de ello? Porque soy todo oídos – dejo a un lado el periódico y puso sus manos sobre su regazo.
-No es nada
-Sigue repitiéndote eso, decías lo mismo después de que Ally murió, te desmoronaste por completo.
-No hables de Ally.
Mi padre estaba presionando y estaba logrando arrinconarme en el más oscuro rincón de mi alma.
-¡Por una maldita vez había logrado avanzar y abrirme una vez más a las personas! ¡Una maldita vez que me enamoraba de nuevo y estoy hecho una basura!
-Aquí vamos, sácalo todo hijo
-¡Soy un completo idiota! ¡Creer que alguien como Elena se fijara en alguien como yo es una estupidez!
-¿Qué paso con ella?
-Todo fue un enredo de una mujer con la que tuve algo años antes, nos hizo una mala jugada y caímos en ella, Elena no creyó en mi palabra papá, por mi culpa perdimos en bebe.
-No te culpes por eso
-¿Ah no? Después de escucharlo tantas veces empiezo a creer que es así
-Entonces huiste hasta acá
- Ella dijo claramente que no quería volver a verme nunca, necesitaba un respiro, estaba asfixiándome allá ¡Estaba cansado de que todas las desgracias fueran culpa de Damon Salvatore!
Creí que viniendo acá podría descansar mi mente pero ayer… -apreté la mandíbula y pensé dos veces antes de contestar pero ya que me estaba sincerando con mi padre tenía que decirlo – Katherina me recuerda a Elena, son tan parecidas físicamente que no soporte tenerla frente a mí
-Katherina es una chica muy hermosa y distinguida, debes sentirte halagado ¿Sabes? Después que desapareciste pregunto por ti toda la noche
-No estoy interesado gracias – dije haciendo un gesto de asco, no por que Katherina lo causara sino por la idea de llegar a algo con ella, era algo morboso.
-Gánale la batalla al miedo, vamos, no te estoy pidiendo que te cases con Katherina, solo conócela un poco más y si no te agrada no pasa nada, solo debes probarte a ti mismo que puedes seguir adelante aun y cuando ella te la recuerde como dices – se quito sus anteojos y los guardo en un estuche color negro que estaba sobre la mesa junto a su sillón – quien sabe, a lo mejor y ella y tu…
-No no – negué con la cabeza – de algo estoy seguro y escúchalo bien “El único amor consecuente, fiel, comprensivo, que todo lo perdona, que nunca nos defrauda y nos acompaña hasta la muerte es al amor propio”
-Bien, veo que Oscar Wilde te inspira
-Es un genio – le conteste – no quiero saber nada del amor, a menos que sea amor por mí mismo y en eso soy un experto.
-Deja que el tiempo cure tus heridas Damon, si tu destino es estar con Elena lo sabrás, se libre hijo.
Pocas veces mi papá y yo hablábamos así, y tenía que admitir que sentí un alivio al contarle lo que me sucedía. Nada mejor que las palabras de un padre.
-¿No fue tan malo hablar conmigo cierto? – alzo una ceja al preguntar, tal y como yo lo hacia
-Espero que lo hayas disfrutado porque no lo repetiré de nuevo – dije en broma y viendo hacia el piso, levante la cabeza nuevamente y lo mire – gracias papá
-Cuando quieras hijo, espero que te sientas mejor – tomo de nuevo el periódico y se dispuso a sacar otra vez los anteojos de su estuche.
Una idea que había considerado días atrás pero que inmediatamente había descartado se cruzo por mi cabeza de nuevo y en ese momento tomo forma.
-Oye papá - mi padre volvió a verme poniéndome atención - ¿La escuela a la que asiste Nico es buena?
-La mejor de esta zona, tienen sistemas educativos muy modernos y avanzados ¿Por qué preguntas?
-Estoy pensando inscribir a Blake, es su primer año de escuela.
-¿Hablas en serio? ¿Van a quedarse? – se puso de pie, era evidente que la idea lo entusiasmaba
-Claro que sí somos un estorbo para ti nos…
-No digas estupideces ¡si esta es su casa! – Me abrazo tan fuerte que no tuve otra que abrazarlo también – voy a contarle a Lía la noticia, Nico se pondrá muy feliz
-No más feliz que tú – dije para mi mismo al verlo cruzar la puerta diciendo palabras en italiano.
Mi padre tuvo razón en algo, tenía que comenzar a sanar y que mejor lugar que al otro lado del mundo, lejos de juzgamientos y recriminaciones. Alaric pondría el grito en el cielo cuando le dijera que me quedaría por un tiempo en Italia, pero sabía que después lo entendería y me apoyaría.
Ahora estaba ese otro asunto, aunque al principio la idea de conocer a Katherina me pareció morbosa y totalmente fuera de lugar también tenía curiosidad de conocerla.
Busque entre las cosas que mi padre guardaba en una gaveta de su escritorio su libreta de contactos pero lo único que encontré fueron recibos, chequeras y más papeles. Entonces vi la mesa del teléfono, claro Damon eres un idiota, como si no fuera más obvio, ahí estaba el directorio telefónico junto a un cuaderno con los nombres de sus más cercanos amigos ordenados alfabéticamente.
Busque en la letra “P” y en la tercera línea decía “Baltasar Petrova” era el numero de la casa del general, sin ápice de vergüenza tome el teléfono y marque el numero, era domingo así que supuse que ella estaría en casa. Dos veces fueron suficientes antes de que contestaran.
-Buongiorno – escuche la voz femenina al otro lado de la línea y supe que era ella.
-Katherina, soy Damon Salvatore, nos conocimos anoche en casa de mi padre
-Oh, el escurridizo hijo de Giuseppe – dijo en tono de burla – te me perdiste toda la noche
-Sí y lo siento, no me sentía bien y no quise arruinarte la velada
-Por supuesto que no, es mas quede con ganas de conversar contigo
-Por eso mismo te llamo – me deje caer en el sillón de mi padre y cruce las piernas - ¿Estas libre esta noche?
CAPITULO 9
DAMON POV
Faltaba poco para llegar a la estación Santa Maria Novella, según lo habia dicho el tipo que nos atendía en el tren, así que desperté a Blake quien se habia quedado dormida a los diez minutos de viaje.
En un mes y medio recorrimos parte de Europa y aun así sentía que me faltaba algo, era un viaje que había planeado hacer junto a Elena pero no me quejaba de estar solo con mi hija, hacia mucho que no viajamos y era hora de salir de la rutina y de alejarme por completo de mi vida en casa.
Podía dar lugar a comentarios de que me iba escapando de todo lo que sucedió, pero me importaba un carajo lo que pensaran o dijeran.
Elena había dicho claramente que no quería volver a verme y sus deseos fueron órdenes para mí, así que ¿Por qué desperdiciar los boletos que ya tenía?
Adiós a todos.
Próxima parada: Florencia, Italia, a la casa de Giuseppe Salvatore, mi padre.
Blake se me quedo viendo con sus ojos entrecerrados cuando despertó
-Llegamos cielo, pronto estaremos en casa del abuelo – le dije mientras cubría su cabeza con un gorro, el clima era lluvioso y hacia mucho frio, ella me ayudo poniéndose su abrigo y sus guantes
-¿Podre dormir en casa del abuelo papi?
-Claro que si preciosa – bese su frente y luego me puse mi abrigo negro y bufanda.
El tren se detuvo y esperamos a que dieran la orden de bajar, habia dormido poco y me sentía cansado, quería llegar pronto a casa de mi padre y descansar.
Al salir de la estación un señor de unos cincuenta años se acerco a nosotros y muy amablemente ofreció sus servicios de taxi, saque un papel de la bolsa de mi abrigo donde tenía la dirección de la casa y se lo entregue
-Vado a questo indirizzo – le dije con una pésima pronunciación, mis padres hablaban perfecto el italiano y nos lo habían enseñado a Stefan y mi cuando éramos pequeños pero ya habían pasado muchos años de eso y se me hacía difícil recordar algunas palabras. Pero el señor entendió, tomo nuestras maletas y las metió al taxi.
- ¿E 'la prima volta in Italia? - dijo el taxista mirándome por el retrovisor
-¿Qué? – pregunte confundido, no tenía ganas de conversar y menos en italiano
-Disculpe ¿Habla español? Hable más despacio por favor
-¿Cosa?
-Español – repetí – no estoy de ánimo para hablar con usted – le dije mirando hacia la ventana
El hombre comenzó a decir cantidad de cosas que no pude distinguir, no sabía siquiera si me estaba insultando pero por sus carcajadas parecía que no.
-Non parlo italiano molto bene – dijo Blake haciendo que me girara a verla boquiabierto al escucharla hablar, el hombre la miro por el retrovisor y detuvo el taxi, se dio la vuelta para mirarla y sonrió de oreja a oreja, por un momento pensé que estábamos en el taxi de un maniático.
-¡Si parla molto bene! – dijo haciendo señas con sus manos, Blake sonrió y le contesto
-Grazie – el hombre rió y de nuevo puso en marcha el taxi
-¿De qué me perdí? – le pregunte a Blake - ¿Dónde aprendiste eso? – su respuesta fue encogerse de hombros y recostarse en mi. Definitivamente Blake era una cajita de sorpresas.
Llegamos a la villa florentina donde residía mi padre y un joven de unos diez o doce años y de aspecto amigable se acerco a nosotros en cuanto vio el taxi detenerse. Se asomo a la ventana.
-Buon pomeriggio, posso aiutarti con qualcosa?
Esta vez pude entender lo que me decía, llegue a la conclusión que el taxista me puso nervioso con su entusiasmo y por eso me bloquee con el idioma.
-Io sono Damon Salvatore e questa è la casa di mio padre – el joven se me quedo viendo como analizando mi cara, era ridículo - ¿Nos vas a dejar entrar si o no? – dije arqueando una ceja.
Se aparto con una sonrisa y abrió el enorme portón que protegía la casa y luego salió corriendo gritando a todo pulmón algo que no pude distinguir.
A medida que entrabamos se me vinieron recuerdos de mi infancia cuando solíamos pasar vacaciones ahí, Stefan y yo nos eternizábamos jugando en el pequeño bosque que había detrás de la casa, los árboles me hicieron recordar la libertad con que corría por todo el jardín, sin preocupaciones, sin presiones y sin angustias.
En cuanto nos bajamos del taxi se abrió la puerta principal y vi salir a alguien que la verdad no pensé ver.
-¿Lía? – entrecerré los ojos para ver mejor
- Mi pequeño Damon – me dijo acercándose a mí y abriendo sus brazos para envolverme en ellos.
-No puedo creer que estés aquí, pensé que…
-¿Qué estaba muerta?
-La verdad si – le conteste mientras la abrazaba y suspendía un poco del suelo
-No cariño, esta vieja tiene mucho tiempo todavía – dijo riendo y tocando mi cara – mírate, eres todo un hombre
-Ha pasado mucho, tenia doce años cuando te fuiste – Blake me halo del brazo para llamar mi atención – Oh, mira te presento a mi hija Blake
-¡Pero qué criatura más linda! – Se inclino hacia ella para verla mejor – es idéntica a ti Damon ¿Cómo estas pequeña?
-Bien – contesto Blake tímidamente
-Yo cuide a tu papa ¿sabes?
-¿Eras su niñera?
-Sí, algo así
-Yo tengo una, se llama Elena
-¿Ah sí? ¿Y porque no viene contigo?
-¿Mi padre está en casa? – me aclare la garganta y pregunte interrumpiendo la conversación, Lía se incorporo y me miro con curiosidad pero no dijo nada
-Sí, está en la sala, vamos entren hace frio aquí afuera y los está esperando desde que llamaste hace quince días.
Saque las maletas y le pague al taxista.
Lía había sido nuestra nana desde que Stefan y yo éramos muy pequeños, tuvo regresar a Italia cuando se entero que su madre había enfermado y viajo a cuidarla, desde ese entonces no volví a saber de ella hasta hoy y era agradable volverla a ver. Sus ojos denotaban cansancio y el paso de los años en ella era evidente, ahora canas adornaban su larga cabellera agarrada en su tradicional moño, pero su esencia era la misma.
La casa era como la recordaba, algunos muebles eran los mismos incluso los cuadros que alguna vez Stefan y yo habíamos querido bajar para pintar sobre ellos seguían ahí, ese día mí padre nos hizo pararnos en una esquina durante media hora.
La casa era de una sola planta, y era enorme, había dos salas, una para las visitas y otra para uso familiar, en total había diez habitaciones. A menudo recibían visitas de amigos y les encantaba acogerlos en la casa pero al morir mi madre la casa se volvió un poco solitaria.
Blake no me soltaba de la mano y había vuelto con su maña de llevarse el dedo a la boca, podía entenderla ya que era un lugar totalmente extraño para ella. Atravesamos la primera sala y entramos por un ancho y largo pasillo, se me vino a la mente cuando Stefan se cayó en ese mismo lugar al verse perseguido por mí cuando tenía ocho años, me reí al recordarlo.
-¿Te trae recuerdos verdad? – pregunto Lía viéndome de reojo
-Si
-A mi tampoco se me olvida que tu hermano se cayó mientras lo perseguías con una lagartija en la mano
-¿Cómo olvidar eso? – le conteste soltando una risita
Llegamos a la sala familiar y mi padre se levanto de su silla al vernos.
-Hijo mío – al igual que Lía abrió sus brazos hacia mi
-Hola papa – nos abrazamos por largo rato, tenia años de no verlo, nunca había sido muy apegado a él, y bueno yo nunca he sido aficionado a demostrar mis sentimientos pero tenerlo frente a mi me reconfortaba y me hacía sentir que no estaba solo.
-Pensé que no vendrían – se quedo viendo a Blake que se había quedado a lado de Lía - ¿Ella es Blake? – asentí
-Vamos Blake, saluda a tu abuelo Giuseppe – le dije tomándola de la mano y acercándola a él.
-¡Ciao bella! Io sono tuo nonno
-Papá ella no habla italiano no te va entender – Blake se soltó de mi mano y se paro frente a el
-Tu sei il mio nonno? – le dijo Blake
-¿Ves que si habla? – mi papa soltó una carcajada y tomo a Blake en brazos – ¡ella es toda una Salvatore! Mira nada más esos ojos
Yo seguía con la boca abierta y preguntándome ¿Dónde diablos había aprendido Blake a hablar italiano? En casa ni por cerca lo hablamos, ni siquiera teníamos un canal italiano.
-Tenía muchas ganas de conocerte – le decía mi padre, la miraba orgulloso una y otra vez - ¿Te gusta la pasta? – Blake asintió - te voy a preparar los mejores espaguetis que jamás has probado
-¿Desde cuándo cocinas? Si a ti se quema el agua – me burle y me deje caer en un sillón grande muy cómodo y lleno de cojines.
-No te burles Damon, en la cena te darás cuenta que se defenderme en la cocina
-De haberlo sabido hubiera pasado por una farmacia a comprar algo para después de la cena
-Ya veo que eres el mismo Damon – dijo mi padre mientras ponía a Blake en el piso, ella corrió hacia mí y se subió a mis piernas – no cambias
Mire a la puerta y el mismo chico que nos había recibido en la entrada estaba de pie viéndonos tímidamente.
-No te quedes ahí parado Nico, entra – el chico entro con las manos sujetando los tirantes de su pantalón.
-Nico no seas maleducado – dijo Lía – saluda
- Buenas tardes
-Hola chico, así que hablas español, perfecto – hubiera sido de mucha ayuda que lo hubiera mencionado al recibirnos en la entrada en vez de quedarse viéndome como un idiota.
-Damon, te presento a Nico Salvatore, tu hermano – dijo mi papá posando su mano sobre el hombro del chico, mire a Lía preguntándole con la mirada sí lo que decía era cierto
-¿Que? Por Dios papá no puedo creer que a tu edad andes de viejo zorro
-¿De qué hablas? No es lo que estas pensando, Nico ¿Por qué no le muestras a Blake su habitación?
-Yo iré con ellos – dijo Lía – vamos Nico, ven Blake tengo chocolate caliente en la cocina
Blake me miro esperando mi aprobación
-Ve con ellos preciosa, yo te alcanzo luego.
En cuanto salieron mi padre se acerco al mini bar y se sirvió un trago
-¿Quieres uno? – me pregunto
-Claro, después de semejante noticia claro que quiero uno
-Después que tu madre murió y regrese aquí, me sentí muy solo en esta enorme casa y con ustedes dos lejos pensé que enloquecería, necesitaba un propósito, algo o alguien por quien seguir viviendo ¿Sabes? No una mujer, tu madre fue y será siendo la única – me dio el vaso con whisky y volvió a su silla – así que adopte a Nico
-¿Cómo le dan un chico a un hombre de sesenta años? Es un milagro que no estés preso
-Nico no tenía a nadie cuando lo encontré, su casa eran las calles y su único techo eran los puentes, lo traje a casa y Lía me ha ayudado con él, le di mi apellido Damon, todos sus papeles están en regla, asiste a la escuela y es muy buen alumno. Nico fue quien me aviso de que estabas aquí, estaba muy emocionado de conocer a su hermano mayor.
Me tome el whisky de un solo trago y puse el vaso sobre la mesa
-No lo puedo creer, tengo suficiente con Stefan y ahora otro hermano más
-Damon…
-Solo bromeo papá – los dos nos pusimos de pie - en serio, es admirable lo que has hecho, recoger un chico de la calle y darle todo lo que le negaron quienes lo trajeron al mundo es muy admirable papá - le pase la mano por el hombro – bueno, iré a conocer mejor a mi nuevo hermanito – dije mientras atravesaba la puerta
-¿Damon? – me di la vuelta al escucharlo
-¿Si?
-¿Cómo esta Stefan? – pude ver la pena en su rostro al preguntar por él, Zach lo puso al tanto de su estado luego de llegar de Irak
-El está bien, no quiso venir con nosotros según él no quería ser una carga para mí y además no quería dejar su terapia.
-Oh, ya veo
-Stefan está bien papa, no lo deje a su suerte, una de mis empleadas pasa todos los días por la casa para atenderlo y también está mi socio Alaric quien pasa seguido por la casa no te preocupes
-Lo sé, se que tu no lo dejarías solo, gracias hijo, el siempre quiso ser como tu ¿Sabes? – no dije nada, solo hice una mueca y me fui.
Menuda sorpresa la que me tenia, resulta que tenía un nuevo hermanito así que me tome la tarde para conversar y conocer a Nico, me di cuenta que aunque la sangre no nos unía se parecía un poco a mí y Lía me lo confirmo al decirme “Su picardía es muy a lo Damon” bien, ese chico comenzaba a caerme bien.
Una vez instalados en casa fui directo a la cama, estaba agotado, no tanto físicamente sino mentalmente, aun y cuando había estado en constante movimiento de un lado a otro por Europa, no podía escapar de mis pensamientos, cada cosa me recordaba a ella, cada niño o niña que había visto en las distintas plazas de Berlín, Madrid o Paris me recordaba al que pudo ser nuestro.
Era demasiado, todo lo que había retenido durante el último mes me estaba consumiendo, en cualquier momento explotaría, era cuestión de tiempo, solo esperaba no llevarme de encuentro a nadie.
Blake se adapto rápido al ambiente de la casa, ella y mi nuevo hermano habían hecho buena dupla, me gustaba que además de jugar Nico cuidaba de ella.
Una tarde recorrí la casa de principio a fin, recordando los días que habíamos pasado ahí como familia, me quede en la salita que mi madre utilizaba para leer, era un espacio donde según ella se desconectaba de todo, me quede junto a la ventana y desde ahí podía ver a Blake correr de un lado a otro por el jardín, el rostro de Elena y los momentos junto a ella inundaron mi mente cuando de pronto escuche dos golpes en la puerta, era Liz.
-Llevo unos minutos viéndote desde aquí ¿En qué piensas? – me pregunto dando unos pasos dentro de la salita con sus manos cruzadas.
-Solo miraba jugar a Blake
-No me creas tonta Damon, estos últimos días te he notado distante ¿Pasa algo?
-No es nada – le dije cruzándome de brazos y apoyándome en la pared
-¿Tiene algo que ver con alguien llamada Elena? – levante la mirada y arquee una ceja, sin lugar a dudas a Lía no se le escapaba nada – lo siento pero Blake no deja de hablarme de ella, dice que tu quieres mucho a Elena pero que estas molesto con ella.
-¿Qué? – por Dios, a otra que no se le escapaba nada era a mi ahora italiana hija.
-Puedes contarme lo que sea
-No hay nada que contar – le dije mientras caminaba hacia la puerta
-Sempre così testardo – dijo entre dientes
-Te escuche
-Esa era la intención – me dijo en tono de reprimenda – a propósito, hoy por la noche tu padre dará una cena, vendrán algunos amigos y conocidos de la familia
-¿Ah sí? ¿Y cuál es la ocasión?
-Está contento de tenerlos aquí, además quiere presentar a Blake a sus amigos
-Yo paso, no tengo ánimos de codearme con gente estirada que ni siquiera conozco ¿No hay algún buen bar cerca? Me gustaría beber algo fuera de aquí.
-No le hagas un desaire a Giuseppe – con la manera en que me miro no me dejo más opción
- Non ti arrabbiare – le dije mientras besaba su frente – ahí estaré
-Grazie – dijo soltando una risita
Para la dichosa cena Lía vistió a Blake con un vestido que le compre en Atenas, mi padre quería lucirse con su nieta así que lo haría sentirse orgulloso. De mi parte, pantalones, camisa y mi inseparable chaqueta de piel negra seria mi atuendo escogido, es decir, el mismo de siempre.
Escuche el motor de los autos entrando por el portón principal, me recosté en la cama, encendí la televisión y comencé a cambiar los canales.
Nico entro al cuarto sin avisar.
-Hey ¿No tocas antes de entrar? ¿Podría haber estado desnudo aquí? – Se me quedo viendo apenado – tranquilo solo bromeo, dime ¿Por qué la urgencia?
-Papa quiere que vayas a la sala, los invitados ya están aquí – Nico vestía muy bien esa noche, lo que más llamo mi atención fue que por primera vez en lo que llevaba en casa no traía el pelo sobre los ojos, se había peinado.
-¿Quiénes están ahí? – pregunte poniéndome de pie y acomodando mi chaqueta.
-Este… - dijo Nico tratando de recordar los nombres
-Descuida, no hace falta que lo digas, total y me importa un carajo, vamos.
La sala estaba repleta, apenas pude recordar el rostro de algunos. Como era de esperarse fui al mini bar a pedir un trago. Me quede apoyado en la pared a esperar algún momento bochornoso entre italianos borrachos.
Blake se acerco a mí, se veía muy linda con su vestido blanco y los adornos en su pelo, parecía una pequeña diosa griega
-¿Te diviertes cariño? Pensé que estarías con Nico
-El nonno lo mando por algo a la bodega no fui porque me da miedo ese lugar
-Te entiendo, a tu tío Stefan le daba terror entrar ahí – le dije riendo con malicia
-¡Elena! – grito Blake, me tomo de la mano y me arrastro por en medio de la gente, apenas me quedo tiempo de terminar mi trago y ponerlo sobre una mesa
-¿A dónde me llevas? – le pregunte mientras trataba de no golpear a nadie a mi paso
-Es Elena – repetía una y otra vez – ¡vamos papi!
Vi la figura de una mujer de cabello largo hasta la cintura, estaba de espaldas y conversaba con mi padre y otro más.
-Blake no – le dije al ver que halaba una de las manos de la mujer, pero era demasiado tarde
-Elena – dijo Blake, la mujer en cuestión se dio la vuelta y mi corazón se paralizo por unos segundos
-¡Oh! Pero si es la pequeña Blake – dijo la joven.
No podía ser cierto, sus ojos, su cabello ¡Por Dios su cara! ¿Sería posible tanto parecido?
-¿Te sucede algo? – me pregunto viéndome con curiosidad
-Lo siento…mi hija te confundió con alguien – dije negando con la cabeza
-Hijo, ya que estas aquí quiero que conozcas al General Baltasar Petrova y a su hija Katherina
El general tenía muy buen puesto el nombre de “General” su rostro era inexpresivo, no podía saber si estaba feliz, enojado o que. Tenía la sensación de que debía saludarlo como si estuviera en la escuela militar.
Estrechamos las manos en un cordial saludo y luego me dirigí a su hija
-Un placer conocerte Damon, precisamente Giuseppe nos estaba hablando de ti
-¿Ah sí? Espero no haya omitido detalles – le conteste sin dejar de mirarla
-¿Con quién confundiste a Katherina? – pregunto mi padre a Blake
-Con Elena – contesto llevándose el dedo a la boca.
-¿Elena es alguna amiguita tuya? – mi padre era demasiado curioso
-Es su antigua niñera – interrumpí – le tomo mucho cariño
-Lo siento, pensé que eras ella – le dijo Blake a Katherina
-No te preocupes pequeña.
Nico apareció con una botella de whisky y se la entrego a mi padre
-Hasta que apareces muchacho, mira Baltasar – dijo dirigiéndose al general – este es el whisky del que te hable, ven vamos a tomar un poco.
-Nico ¿Podrías llevarte a Blake contigo? Vayan a jugar o a molestar a alguien por ahí, tienen todo mi permiso
Nico rio y se llevo a Blake con él, dejándome solo con Katherina.
-Tienes una hija muy linda - dijo mientras se llevaba una copa de vino a la boca.
-Gracias – me sentía intimidado con su presencia, apenas y podía hablar.
Su cabello era castaño y caía en largos rizos por su espalda, cuando hablaba no podía despegar mis ojos de sus labios rojos, tenía una gracia fascinante al hablar y sus gestos eran hermosos.
-¿Me estas poniendo atención?
-Lo siento, hoy ando muy distraído
-¿Te pasa seguido?
-No – fingí reír – no me hagas caso – ¿Me decías?
-Giuseppe dice que tienes negocios en América, la idea de un Bar – Restaurante es un muy buen gancho para atraer gente, yo planifico y organizo eventos
-¿En serio?
-¿Qué? ¿No parece?
-Disculpa pero pensé que ibas a la universidad
-Me halagas pero no, termine mi carrera en Milán hace tres años
-Ya veo – estaba quedando como un completo idiota y eso empezaba a molestarme
-Bonito anillo – dijo tocando mi mano pero me aparte de su tacto
-Fue un regalo de graduación de mi padre, mi hermano tiene uno igual – mire hacia todos lados encontrándome solo con caras desconocidas, buscaba algún pretexto para apartarme de ella, necesitaba salir de ahí – fue un placer conocerte Katherina pero tengo algo que hacer – me aleje de ella ante su sorprendida mirada.
-¿Adónde vas? – Me pregunto Lía al toparme con ella en la puerta principal, tome las llaves del auto de mi padre – Por Dios Damon ¿Te llevas el auto de Giuseppe?
-No digas nada solo necesito salir de aquí Liz, cuida a Blake por favor – cruce la puerta y fui hacia el mustang negro que mi padre guardaba celosamente en el garaje y me fui sin rumbo, todo lo que quería era alejarme de esa casa, alejarme de ella y de los recuerdos que llegaron al verla.
El parecido de Katherina con Elena era innegable, era una versión más sofisticada que hacia contraste con la sencillez de Elena. Aun al otro lado del mundo y a miles de kilómetros el recuerdo de su desprecio me perseguía.
Llegue a un lugar llamado La Grotta, ahí definitivamente había lo que buscaba, alcohol.
Y encontré algo más. Compañía
Después de beberme casi toda una botella de Vodka, salí del lugar acompañado de una mujer llamada Simone, al menos eso es lo que recordaba
Conduje por una estrecha calle de piedra y llegamos a un edificio de apartamentos y subí con ella hasta el segundo piso.
-È il momento di divertirsi – me decía mientras me arrastraba hacia su cama. Me beso apasionadamente y yo respondi.
-Es igual a ella – dije entre beso y beso – es igual a ella
-Tranquillo, tutto è bene
-Es igual a ella – repeti una vez más antes de rendirme y saciarme de la mujer que tenía frente a mí.
A la mañana siguiente abrí los ojos con dificultad ya que el resplandor de la luz del día entraba directamente hacia donde me encontraba ¿Dónde diablos estaba? ¿Qué era ese extraño lugar? Me vi envuelto en una sabana de colores estampados, vi mi ropa tirada por toda la habitación y me incorpore para tomarla. La cabeza me dio mil vueltas al levantarme y recordé todo lo que había hecho la noche anterior.
Me vestí y tome las llaves del auto para largarme de ese lugar. Cuando abrí la puerta me encontré con la mujer con la que había pasado la noche
-Quítate de mi camino - le dije mientras pasaba una mano por mi despeinado pelo y con la otra apartándola de la puerta.
- ¿Vuoi il mio numero di teléfono?
-En tus sueños cariño – le dije dándole la espalda.
Durante el trayecto a casa y con un fuerte dolor de cabeza me puse a reflexionar acerca de lo sucedido. Había actuado como el viejo Damon solía hacerlo, el que ahogaba sus penas en alcohol y se llevaba a la cama a cualquier mujer que estuviera dispuesta. Ese Damon era del pasado y no debía permitir un retroceso. Ya no, era ser racional no un animal que actuaba por instinto.
Llegue a la casa y en cuanto entre mi padre me esperaba en la sala familiar
-Llegas temprano – me dijo con ironía sin quitar la vista del periódico que tenía en las manos - ¿El mustang está a salvo? ¿O tengo que mandar a alguien para remolcarlo?
-Tu auto está bien
-Perfecto – contesto sin verme
-¿Eso es lo que te interesa? ¿Tu auto? – le dije reclamándole, esta vez levanto la vista y me miro por encima de sus anteojos para leer.
-Se que tu viaje hasta aquí no fue precisamente para visitarme, tus motivos fueron otros que desconozco pero sé que están ahí ¿Quieres hablar de ello? Porque soy todo oídos – dejo a un lado el periódico y puso sus manos sobre su regazo.
-No es nada
-Sigue repitiéndote eso, decías lo mismo después de que Ally murió, te desmoronaste por completo.
-No hables de Ally.
Mi padre estaba presionando y estaba logrando arrinconarme en el más oscuro rincón de mi alma.
-¡Por una maldita vez había logrado avanzar y abrirme una vez más a las personas! ¡Una maldita vez que me enamoraba de nuevo y estoy hecho una basura!
-Aquí vamos, sácalo todo hijo
-¡Soy un completo idiota! ¡Creer que alguien como Elena se fijara en alguien como yo es una estupidez!
-¿Qué paso con ella?
-Todo fue un enredo de una mujer con la que tuve algo años antes, nos hizo una mala jugada y caímos en ella, Elena no creyó en mi palabra papá, por mi culpa perdimos en bebe.
-No te culpes por eso
-¿Ah no? Después de escucharlo tantas veces empiezo a creer que es así
-Entonces huiste hasta acá
- Ella dijo claramente que no quería volver a verme nunca, necesitaba un respiro, estaba asfixiándome allá ¡Estaba cansado de que todas las desgracias fueran culpa de Damon Salvatore!
Creí que viniendo acá podría descansar mi mente pero ayer… -apreté la mandíbula y pensé dos veces antes de contestar pero ya que me estaba sincerando con mi padre tenía que decirlo – Katherina me recuerda a Elena, son tan parecidas físicamente que no soporte tenerla frente a mí
-Katherina es una chica muy hermosa y distinguida, debes sentirte halagado ¿Sabes? Después que desapareciste pregunto por ti toda la noche
-No estoy interesado gracias – dije haciendo un gesto de asco, no por que Katherina lo causara sino por la idea de llegar a algo con ella, era algo morboso.
-Gánale la batalla al miedo, vamos, no te estoy pidiendo que te cases con Katherina, solo conócela un poco más y si no te agrada no pasa nada, solo debes probarte a ti mismo que puedes seguir adelante aun y cuando ella te la recuerde como dices – se quito sus anteojos y los guardo en un estuche color negro que estaba sobre la mesa junto a su sillón – quien sabe, a lo mejor y ella y tu…
-No no – negué con la cabeza – de algo estoy seguro y escúchalo bien “El único amor consecuente, fiel, comprensivo, que todo lo perdona, que nunca nos defrauda y nos acompaña hasta la muerte es al amor propio”
-Bien, veo que Oscar Wilde te inspira
-Es un genio – le conteste – no quiero saber nada del amor, a menos que sea amor por mí mismo y en eso soy un experto.
-Deja que el tiempo cure tus heridas Damon, si tu destino es estar con Elena lo sabrás, se libre hijo.
Pocas veces mi papá y yo hablábamos así, y tenía que admitir que sentí un alivio al contarle lo que me sucedía. Nada mejor que las palabras de un padre.
-¿No fue tan malo hablar conmigo cierto? – alzo una ceja al preguntar, tal y como yo lo hacia
-Espero que lo hayas disfrutado porque no lo repetiré de nuevo – dije en broma y viendo hacia el piso, levante la cabeza nuevamente y lo mire – gracias papá
-Cuando quieras hijo, espero que te sientas mejor – tomo de nuevo el periódico y se dispuso a sacar otra vez los anteojos de su estuche.
Una idea que había considerado días atrás pero que inmediatamente había descartado se cruzo por mi cabeza de nuevo y en ese momento tomo forma.
-Oye papá - mi padre volvió a verme poniéndome atención - ¿La escuela a la que asiste Nico es buena?
-La mejor de esta zona, tienen sistemas educativos muy modernos y avanzados ¿Por qué preguntas?
-Estoy pensando inscribir a Blake, es su primer año de escuela.
-¿Hablas en serio? ¿Van a quedarse? – se puso de pie, era evidente que la idea lo entusiasmaba
-Claro que sí somos un estorbo para ti nos…
-No digas estupideces ¡si esta es su casa! – Me abrazo tan fuerte que no tuve otra que abrazarlo también – voy a contarle a Lía la noticia, Nico se pondrá muy feliz
-No más feliz que tú – dije para mi mismo al verlo cruzar la puerta diciendo palabras en italiano.
Mi padre tuvo razón en algo, tenía que comenzar a sanar y que mejor lugar que al otro lado del mundo, lejos de juzgamientos y recriminaciones. Alaric pondría el grito en el cielo cuando le dijera que me quedaría por un tiempo en Italia, pero sabía que después lo entendería y me apoyaría.
Ahora estaba ese otro asunto, aunque al principio la idea de conocer a Katherina me pareció morbosa y totalmente fuera de lugar también tenía curiosidad de conocerla.
Busque entre las cosas que mi padre guardaba en una gaveta de su escritorio su libreta de contactos pero lo único que encontré fueron recibos, chequeras y más papeles. Entonces vi la mesa del teléfono, claro Damon eres un idiota, como si no fuera más obvio, ahí estaba el directorio telefónico junto a un cuaderno con los nombres de sus más cercanos amigos ordenados alfabéticamente.
Busque en la letra “P” y en la tercera línea decía “Baltasar Petrova” era el numero de la casa del general, sin ápice de vergüenza tome el teléfono y marque el numero, era domingo así que supuse que ella estaría en casa. Dos veces fueron suficientes antes de que contestaran.
-Buongiorno – escuche la voz femenina al otro lado de la línea y supe que era ella.
-Katherina, soy Damon Salvatore, nos conocimos anoche en casa de mi padre
-Oh, el escurridizo hijo de Giuseppe – dijo en tono de burla – te me perdiste toda la noche
-Sí y lo siento, no me sentía bien y no quise arruinarte la velada
-Por supuesto que no, es mas quede con ganas de conversar contigo
-Por eso mismo te llamo – me deje caer en el sillón de mi padre y cruce las piernas - ¿Estas libre esta noche?
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Que lindo capitulo, como llego a sus raices y el nombre del papa me recuerda a pinocho jajjaja pero todo bien y me sorprendio que apareciera Katerine jejeje buena amiga ojala Damon pueda reaser su vida... Esperando el proximo capitulo
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
karito pero si el papa de pinocho es Geppetto jajajajajajajajaja
necesitaste traductor?? jejeje... y bueeeeeeeeeno la aparicion de Katherina es muy interesante...vamos a ver que pasa despues....
Gracias por leer Karito de mis amores!
necesitaste traductor?? jejeje... y bueeeeeeeeeno la aparicion de Katherina es muy interesante...vamos a ver que pasa despues....
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Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Si que se ponga interesante no mas... y si ese el nombre de papa de pinocho pero al leer el papa de Damon me acorde de eso y no se entendia que es lo que decian asi que no necesite traductor... no te demores tanto en actualizar ahora porque me mata la espera...
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
estoy trabajando en eso...no te preocupes que voy a enredar mas todo
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
FELICIDADESS!!!... que mas puedo decirte?, me parece que le estas dando un giro interesante a la historia... eso me gusta...
Me sorprende de sobre manera Katrina (o como se escriba), no me imagino donde va a llevar esto, y eso me gusta... me gusta sorprenderme.
(La idea anterior sigue en pie?... la que me habías contado?) jejeje... Katerina me confundio jajajaj es raro pero me gusta jajajaja
Me sorprende de sobre manera Katrina (o como se escriba), no me imagino donde va a llevar esto, y eso me gusta... me gusta sorprenderme.
(La idea anterior sigue en pie?... la que me habías contado?) jejeje... Katerina me confundio jajajaj es raro pero me gusta jajajaja
Ebys Cullen- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Gracias Ebys!!....me alegra y entusiasma que les este gustando, y si, la historia va dar un reves interesante, Damon estara cauteloso de ahora en adelante...y Katherina bueeeeeeeeno...a ver que sorpresas trae jejejejeje!!...gracias por leer!!
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
siento mucho el atraso pero he estado ocupada y no me queda tiempo de casi nada....pero ya pronto subo el capitulo 10!!....
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
mmmmm a esperar a esperar.....
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Esperaremos esperaremos... ¿hasta cuando esperaremos?... bueno esperamos jajajaja
Ebys Cullen- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
loquillas les aviso que voy a hacer unos cambios en el cap 6...hay una escena ahi IMPORTANTE Y BASICA que voy a modificar... asi que PENDIENTES del cambio y del nuevo capitulo...COMING SOON!!
Ya se que les dije q ya pronto pero ya saben como ando estos dias
Ya se que les dije q ya pronto pero ya saben como ando estos dias
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Puxa.. yo que habia creido que ya habias subido un capitulo nuevo.. los tienes en sequia!!! esperando... esperando... esperando...
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
Capitulo 6 EDITADO desde aqui..."Lo busque en la sala pero no estaba, la puerta de su habitación estaba cerrada pero escuche ruido dentro, di dos golpes a la puerta..."
Ya casi termino el siguiente, me estoy quemando las pestañas por ello ahahahaaha
Ya casi termino el siguiente, me estoy quemando las pestañas por ello ahahahaaha
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
No me fije mucho cual era el cambio? lo que hablaba en italiano? eso???... Bueno esperando el capitulo nuevo.. jejeje
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
en serio??....no habia descrito la escena de amor....a menos q te la hayas imaginado
Jane- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
uhhh eso... jajaaj es que mi imaginacion es muy buena entonces con las pocas palabras me lo imagine asi mismo
Karito León- .
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Re: "Quedate Conmigo" (Capitulo Final)
CAPITULO 10
ELENA POV
Los primeros rayos de luz se colaron por la ventana anunciando el nuevo día. Desactive la alarma de mi celular antes de que sonara, eran las 7:00 am hora de levantarme para ir a la academia y no tenía ganas de hacerlo, parecía que sería uno de esos días por los que pagaría por no vivir.
Hice mi rutina diaria incluyendo algo de yoga, desayune sin ganas una taza de cereal y luego me despedí de mi madre.
Para algunos un año se había pasado como arena entre los dedos pero para mí se hizo una eternidad. Un año entero sin saber nada de él.
Alaric poco me decía acerca de Damon y Blake, lo único que sabía era que estaban en casa de su padre en Italia. No tenía ni un número de teléfono, un correo electrónico, nada.
Las clases en la academia me consumían parte del día logrando distraerme de pensamientos del año pasado, si no fuese por mi estupidez todo sería diferente, viviría tranquila, sin noches sin dormir pensando ¿En dónde estará? ¿Pensara en mí? Todo lo había echado por la borda.
Llegue a la academia y Logan estaba de pie en la entrada con dos vasos de café en la mano.
-Buenos días señorita – me saludo sonriendo y dándome un vaso de café
-Hola Logan, llegas temprano ¿No tenias clase hasta las once?
-Hey, si te molesta que este aquí me puedo ir
-No, no es eso – me pase una mano por mi cabello – lo siento Logan
-Tranquila, solo bromeaba ¿Estás bien? – comenzamos a caminar hacia el salón de ensayos esquivando a nuestro paso a estudiantes de primer ingreso que revoloteaban por toda la academia, justo con la misma emoción con la que yo había llegado y que con la misma rapidez había desaparecido.
-Si no te preocupes.
-¿No has sabido nada de él aun? – nos detuvimos a la entrada del salón, me mordí el labio y le conteste
-No
Logan sabía mucho de mi historia con Damon, se había convertido en una especie de confidente en momentos en que necesitaba desahogarme. Bonnie pasaba demasiado ocupada entre su trabajo en la agencia de viajes de su papa y en cuidar a su abuela, que vivía en su casa ahora debido a su enfermedad, así que Logan se convirtió aunque sonara feo, en mi paño de lagrimas.
-¿Sabes qué? Tengo algo que te animara
-Por favor – dije sonriendo y soltando un suspiro – lo necesito
-Ok, adivina quien se quedo con el papel de Odette en el épico El Lago de los Cisnes…
-¿Qué? No me digas que…!Oh Dios mío! – Exclame emocionada - ¿Estas bromeando?
-En lo absoluto, mi madre fue la que lo decidió, ha visto que has avanzado a pasos agigantados y está segura que eres perfecta para el papel.
Lo abrace sin poder contener la emoción, había esperado esa oportunidad desde que me perdí el show en mi primer año a causa de la lesión en el tobillo, era la primera vez que elegían a alguien de segundo año por lo general era del último año.
-Gracias Logan, tu siempre tienes algo que alegre mi día
-Te lo has ganado a pulso Elena por tu trabajo y dedicación
Vaya, por lo menos el día no iba tan malo como había pensado, tenía el papel principal en el show y eso me alegraba sobre manera.
Llame a mi mama para contarle la noticia y ella parecía más emocionada que yo.
Ahora venia lo bueno, los ensayos. Todos los días a las seis de la mañana tenía que estar en la academia para ensayar con los demás bailarines y prepararme para el estreno que era en tan solo en dos semanas. Menuda carga de trabajo la que se me venía.
Revise mi celular y vi que tenía dos llamadas perdidas de Stefan y le marque de vuelta.
-Hey Stefan ¿Cómo estás? Sé que quede de pasar por ti a la terapia, estoy allá en unos minutos
-Por eso mismo te llame Elena, no es necesario porque estoy en casa
-Oh ¿No fuiste hoy a la clínica?
-Sí, pero ya estoy acá no te preocupes
-Ok ¿Quieres que salgamos un rato? Tengo tiempo ahora
-No no, ve a tu casa yo igual estoy muy cansado
-¿Estás bien? – pregunte curiosa, Stefan no solía negarse a salir conmigo a tomar un café o simplemente a conversar
-Seguro – contesto – hablamos luego
Cerré el teléfono aun con la sensación de que Stefan actuaba raro. Sin ganas de volver a casa entre de nuevo a la academia y me metí al gimnasio a pasar el tiempo.
Recordé el par de zapatillas que había dejado en el auto de Jenna el día en que me lo presto mientras el mío estaba en el taller y decidí pasar por ellas ya que las necesitaba para ensayar.
Después de los seis pase por el Light Room donde ella pasaba parte del tiempo ya que ella lo administraba ahora.
Hacía mucho que no iba por esos rumbos y me sentí extraña al estar de pie frente a la puerta de entrada, note que había bastante movimiento en el lugar.
-Disculpe – dije al anfitrión - ¿Podría decirme dónde puedo encontrar a Jenna?
-¿Quién la necesita? – me pregunto de una manera muy amable
-Soy Elena Gilbert, su sobrina
-La Sra. Saltzman está en el bar ahora mismo. Puede pasar directo allá por ese pasillo - dijo señalándome el camino – hay una fiesta o algo así en este momento.
-Oh ¿En serio? – el asintió, me quede viendo la ropa y me di cuenta que andaba echa un desastre – ok, gracias – le conteste dándome la vuelta
Cruce la puerta que comunicaba al Dark Room y comencé a buscar a Jenna entre la gente.
-Elena – dijo Caroline al verme – Viniste, pensé que no lo harías, ya sabes por lo incomodo que podría ser para ti, incluso para todos nosotros.
-¿Qué? – pregunte confundida, Caroline decía demasiadas cosas a la vez.
-No me digas que…
-¡Elena! – Dijo Jenna apartando a Caroline – te necesitan en caja Caroline – le dijo casi empujándola, ella refunfuño y se fue
-Hey Jenna, perdón que interrumpa la fiesta pero tenía que venir
-Si este… ¿Qué necesitas? – me puso la mano sobre el hombro y me giro hacia la salida
-Mis zapatillas de ballet quedaron en tu auto ¿recuerdas?
-Ahh si, lo había olvidado
-¿Por qué estas tan nerviosa Jenna? ¿Pasa algo? Porque Caroline me acaba de decir algo así como que yo no debería de estar aquí.
-Oh Elena – suspiro – discúlpame en serio, no quise decirte nada porque no quería que te sintieras mal o algo parecido
-¿Jenna? Dime que pasa – algo me decía que algo no estaba bien
-Espérame aquí, voy a decirle a Rick que voy a salir por un rato ¿ok?
-Pero Jenna… - pero se había ido, como odiaba que no terminaran de decirme las cosas dejándome ansiosa de saber.
Me recosté a un costado de la puerta con los brazos cruzados sobre mi pecho, el bar estaba lleno, divise a Tyler al fondo de la barra y lo salude con la mano. La cara que hizo al verme termino de confundirme, por alguna razón nadie me quería ahí esa noche. Y yo no iba a quedarme con la duda así que busque a Caroline, ella si iba a decirme que pasaba.
En mi búsqueda mi bolso se deslizo de mi brazo haciéndolo caer al suelo, me agache a recogerlo y cuando me puse de pie me encontré con la sorpresa de mi vida. Damon Salvatore.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho, estoy segura que se detuvo por unos segundos para luego volver a su ritmo. Cerré los ojos una y otra vez pensando que me estarían jugando una broma, pero mis ojos no mentían, era él. Tal y como lo recordaba, nada en el había cambiado.
Recupere un poco el aliento y comencé a caminar hacia la barra donde él estaba, tenía que verlo de cerca, quería tocarlo para terminarme de convencer que era él.
Jenna vio hacia donde iba e intento detenerme halándome del brazo pero me zafe de su agarre
-¡Elena espera! – me dijo, pero no hice caso
-Damon – dije haciéndose que él se volteara, Dios, en realidad era él, cuanto había extrañado ver de cerca sus hermosos ojos azules
-Elena – dijo con voz fría y viéndome con sorpresa
-¿Cuándo regresaste? – metí mis manos en las bolsas de mi chaqueta, me sorprendí de que pudiera articular palabra teniéndolo frente a mi después de tanto tiempo
-Hace poco, era tiempo de volver a casa – se llevo el vaso a la boca y bebió un sorbo – hay cosas pendientes aquí
-Sí tienes razón – dije con un ápice de esperanza - Damon tenemos que hablar yo…
-Me refería a cosas de trabajo – me contesto con el mismo tono de voz del principio, parecía que él no había sentido lo mismo que yo al verlo, su mirada no me transmitió nada más que frialdad y lejanía. Jenna presencio la escena y se acerco a mí
-Elena ¿Por qué no me acompañas afuera? me dijo tomándome por el hombro
Damon me dio la espalda para pedir un trago más a Tyler que me miraba apenado
-Un momento Jenna – le dije
-Damon necesito que hablemos – le dije metiendo mi pelo detrás de las orejas – hay cosas que hay que aclarar, se dio la vuelta y me miro de pies a cabeza
-Ya todo está dicho ¿recuerdas?
-Pero… - me detuve en el instante que una mujer se acerco a él y paso su mano por su espalda apoyándose en la barra. Su cabello era largo y ondulado, sus piernas se veían largas en sus leggins negros acompañados de botines del mismo color, vestía increíblemente bien, tanto que me sentí una mendiga frente a ella.
-¿Me pides un Martini por favor? – dijo la mujer de labios rojos y extraño acento
-Claro – contesto el
La mujer se me quedo viendo de los pies a la cabeza y cuando tuvo su bebida se dirigió a mí
-Disculpa ¿tú eres…?
-Es mi sobrina – interrumpió Jenna – Elena
-Oh, así que tu eres Elena – le dio una mirada a Damon que desvió la cabeza hacia cualquier lado y no pronuncio palabra – ya veo, yo soy Katherine, y esta fiesta es por mi cumpleaños – dijo arrogantemente
-Mucho gusto Katherine y feliz cumpleaños…lo siento pero tengo que irme – dije antes que las lágrimas comenzaran a rodar por mi cara.
-Uh es una lástima – dijo con sarcasmo – la pasaríamos de maravilla ¿cierto Damon? – esta vez su mano se poso en la pierna de Damon, no pude mas.
-Hasta luego, que tengan una linda velada
Me di la vuelta y llegue casi corriendo a mi auto, Jenna fue detrás de mí.
-¡Elena espera! – Me dijo antes que subiera – por esta razón fue que no te dije nada.
-¿Hace cuanto esta aquí?
-Vino hace tres días, no sabía qué hacer y Alaric sugirió no decirte nada
-Me iba a enterar de todos modos – me encogí de hombros
-Pero no de esta manera Elena, mira como estas
-¿Quién es ella? – pregunte temerosa de su respuesta
-Katherine es una amiga que trajo de Italia, es hija de unos de los mejores amigos de su padre, está aquí de vacaciones creo, no estoy muy bien informada.
-Ya veo, Jenna estoy cansada mejor me voy a casa
-Yo te llevo…
-No, tranquila, estoy bien – mentí, no estaba nada bien.
Había vuelto. Y no estaba preparada para verlo, y menos darme cuenta que verme de nuevo no significo nada para él. Me hablo con voz dura, me miro con frialdad y hasta con arrogancia como si fuese una total desconocida, hubiese preferido que un tren pasara sobre mí y así evitar lo humillada que me sentí.
Fui una completa estúpida al pensar que me daría la oportunidad de hablar con él ¿Qué esperaba? ¿Qué tirara fuegos artificiales al verme?
Yo lo había echado de mi vida y eso tenía un precio que desgraciadamente comencé a pagar esa noche.
Di mil vueltas por mi habitación tratando de asimilar lo sucedido, mire el reloj y eran pasadas las tres de la mañana, no pude mas y tome mi celular de la mesa de noche y marque con manos temblorosas a su casa, sabía que estaba mal pero estaba tan desesperada que no me importo la hora. Timbro dos veces nada más.
-¿Diga? – una muy despierta voz femenina contesto
Colgué y tire el teléfono a la cama, estaba con ella.
Mi cabeza estaba a punto de estallar de tanto pensar y pensar, el nombre Katherine revoloteaba en mi cabeza junto su imagen de femme fatale.
Mi cara estaba adornada por grandes ojeras a causa de mi noche sin dormir, pero tenía que llegar a la academia.
A causa de mi desconcentración estuve a punto de caerme en los ensayos, las miradas de los demás bailarines se centraron en mí y de no haber sido por Kol, mi coprotagonista de baile, que me atrapo en el aire me hubiese lastimado.
-¿Estás bien? – me pregunto preocupado
-Si no te preocupes, fue una pequeña descoordinación de mi parte – me lleve las manos a la cabeza apretándola con fuerza
-Me parece que no lo estas
- Hoy no es un buen día, suerte que la Sra. Fell no está aquí, si no seguro y me saca del show - el ensayo termino después de una hora y agradecí el poder salir de ahí
-Te invito a un café – me dijo Kol mientras guardaba sus cosas en su mochila – así te distraes un poco
-Kol, en serio te lo agradezco pero en este momento no soy buena compañía para nadie
-Ok, tal vez otro día – me contesto con un guiño – te veo mañana y espero verte entrar con una enorme sonrisa en la cara – sonreí sin ganas
-Hasta mañana Kol – sonreír no estaba en mi lista de prioridades ese día
Me dirigí hacia mi auto y me encontré con Jenna a la salida
-Hola Jenna – dije en un suspiro
-Elena dime ¿Cómo estás? – Camino conmigo hasta el estacionamiento - Me siento fatal por lo de anoche, te lo iba decir pero no sabía como
-Tranquila Jenna
-Soy una pésima tía lo sé, debí advertirte de que había vuelto, sobre todo que venía acompañado
-Eso definitivamente no lo vi venir – suspire – pero supongo que me enteraría de todos modos, en serio ¿Quién es esa tipa?
-Ayer le pregunte a Alaric y me dijo que se graduó de Relaciones Publicas y se dedica a la producción de eventos, es muy conocida en su ciudad
Solté un pequeño “Ah” al escuchar el perfil de la Pierce, Jenna continuo
-Según Alaric, vino desde Florencia para hacer carrera y explorar sus posibilidades aquí y también para vacacionar
-Justo lo que necesitaba, que se quede – dije haciendo una mueca de molestia – metí mis cosas al auto y me apoye en la puerta ya que Jenna parecía tener algo más que decirme – ¿no viniste hasta acá para contarme eso verdad?
-La verdad es que no – suspiro – en primer lugar quiero que sepas que si no quieres siéntete libre de decir no ¿está bien?
-Jenna dilo de una vez
-Ok, como sabes Alaric cumple años mañana y le organice una fiesta en casa y estas invitada, pero como sabrás Damon estará ahí y…
-Iré – le conteste tranquilamente – dime a qué hora y ahí estaré
-De las nueve en delante, tus papas dijeron que no irían por eso de que saldrán de la ciudad pero Jeremy dijo que si
-Perfecto – le dije poniendo en marcha el auto
-Ok – me dijo no muy convencida, pero yo hablaba en serio, iría a esa fiesta.
Pase por el centro comercial para comprar un regalo para Alaric y después fui a casa a arreglarme para la fiesta, saque toda mi ropa del closet para escoger algo decente que ponerme, no quería desentonar. Jeremy toco a mi puerta indicándome que era hora de irnos.
A unas cuadras de la casa de Jenna sentí que mi estomago subía hasta mi garganta de los nervios, había sido fácil decirle a Jenna que iría pero ya puesta en marcha era otra cosa.
-¿Nerviosa? – pregunto Jeremy al notar como frotaba mis manos sobre el regazo
-Algo – dije sin voltear a verlo, llegamos y Jeremy busco lugar para estacionar el auto.
Tome el brazo de mi hermano y entramos a la casa, mire mi reloj y vi que no eran ni las diez y ya había algo de gente en la sala, pero la fiesta en si era en la parte de atrás, una enorme carpa blanca cubría el jardín donde estaban puestas las mesas, los arboles estaban adornados con lucecitas blancas, Jenna se había esmerado para celebrar el cumpleaños de su esposo.
-Hola chicos – dijo Alaric al vernos
-Hey Rick, Feliz Cumpleaños – dijo Jeremy dándole un abrazo
-Gracias Jeremy
-Felicidades Alaric, te deseo lo mejor – le dije también en un abrazo – mira te trajimos algo – dije entregándole el regalo – espero que te guste
-Chicos no se hubieran molestado – dijo apenado
-Para nada – dije sonriendo
-Bueno pónganse cómodos y pidan lo que quieran, están en su casa, iré a recibir algunos amigos que acabo de ver que están allá dentro
Nos sentamos en una mesa que estaba desocupada, parecíamos pollitos comprados sin saber qué hacer ni hacia donde ver, más gente comenzó a salir al jardín, no tenía idea que Jenna y Alaric tendrían tantos conocidos, Jeremy me dejo sola cuando recibió una llamada al celular, perfecto, forever alone.
Me puse de pie para ir por algo de tomar y justo cuando pedía una soda al mesero sentí que jaloneaban mi vestido de la parte de abajo, me gire y vi a la niña más linda que jamás había visto, mi Blake.
-¡Blake! – Me agache para quedar a su altura y así poder abrazarla mejor – mi niña hermosa ¿Cómo estás?
-Bien ¿Y tú? Te extrañe mucho ¿sabes?
-Yo también y no sabes cuánto – le dije tocando sus largos rizos negros, le había crecido desde la última vez que la vi – te extrañe muchísimo, estas muy linda ¿eh?
- Tu también estas muy bonita, como siempre – sonreí por su comentario, ella siempre alegraba mis días
-Gracias – le conteste, note que detrás de Blake a una pequeña distancia un niño nos observaba con curiosidad como esperando por algo
-Hola – le dije, el chico se acerco a nosotros quedando a lado de Blake, vestía jeans negros, camiseta blanca debajo de su chaqueta negra con capucha y converse negros, tendría doce o trece años.
-Buenas noches señorita, soy Nico Salvatore
-Oh eres primo de Blake
-Soy hermano de Damon y Stefan Salvatore, así que yo vendría siendo tío de Blake – dijo con una sonrisa amable, ok ¿hermano? Quede en la luna con esa noticia
-Vamos Blake, quiero saludar a la tía Jenna – le dijo el chico a Blake – fue un placer conocerla Elena – su acento era extraño y sumado a eso hablaba de una forma muy educada
-Igual – conteste – nos vemos luego Blake – la niña asintió y camino delante de Nico a buscar a Jenna
Ya que Jeremy seguía pegado a su celular, fui adentro de la casa buscando un lugar tranquilo donde estar un rato, tal vez ir a esa fiesta no era buena idea después de todo, el estaría en algún lado del jardín regodeándose con su nueva conquista.
Subí las escaleras y busque la habitación de huéspedes donde solía quedarme de vez en cuando y abrí la puerta.
-¡Lo siento! – dije al ver que la habitación no estaba sola, pero me quede estática en la puerta viendo quien era la persona que me miraba con ojos asustados de la sorpresa, estaba sentado a la orilla de la cama con los brazos apoyados en los codos sobre sus piernas y sostenía su cabeza en sus manos
-Elena – dijo al verme, despacio fui cerrando la puerta detrás de mi - ¿no disfrutas de la fiesta? – pregunto haciendo una mueca
-Jeremy me dejo sola así que vine a buscar un refugio
-Entonces te dejo sola – dijo poniéndose de pie
-¡No! No te vayas – le dije bloqueándole el paso con mi cuerpo, su cercanía me hacia recordar que junto a él me sentía a salvo – hablemos un rato ¿si? – trague saliva y apreté mis manos en un puño, estaba nerviosa porque no sabía por dónde empezar, quería decirle mil cosas pero no sabía cómo. Primero saque a relucir el tema de Nico.
-Conocí a Nico – le dije tratando conversar
-¿Ah sí? ¿Te deslumbro con su encanto?
-Un poco – reí al recordarlo de pie junto a Blake
-Mi padre lo adopto hace unos años, me di cuenta de ello cuando estuve allá y quise traerlo conmigo – se encogió de hombros – es un buen chico
Un incomodo silencio inundo la habitación, solo se escuchaba la música, las voces y las risas de los invitados afuera en el jardín, el miraba hacia cualquier lado menos hacia mí, el estaba ahí así que debía aprovechar la oportunidad
-Damon yo quiero…
-Elena no… - dijo muy serio
-Escúchame Damon, tengo que sacar lo que llevo cargando todo este tiempo, siento que voy a estallar, este año que paso fue el peor que he vivido en mi vida, nunca me había sentido tan estúpida y tan… vacía ¿sabes? lo que paso fue…horrible y no se lo deseo a nadie – me abrace a mi misma al recordar lo sucedido – todo ese tiempo estuve esperando este momento para poder decirte que… - la emoción me estaba traicionando y mi voz comenzaba a quebrarse - no debí dejarte ir
Me miraba con seriedad pero atento a mis palabras
-Ha pasado mucho tiempo Elena – dijo con voz grave – tomamos caminos diferentes y cada quien vive su vida como quiere, tú lo decidiste así
-No digas eso – dije negando con la cabeza – camino hacia la puerta con intención de irse – yo nunca deje de amarte Damon – se detuvo y me vio por encima de su hombro – el peor error que he cometido en mi vida fue no creer en ti.
Se quedo ahí de pie sin verme ni decir nada
-¡Damon por favor di algo! - estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar - ¡Dime algo!
-¿De verdad creíste que sería capaz de hacerte daño? - dijo molesto – que a pesar de todo lo que viví con mi esposa ¿yo haría lo mismo contigo?
-Damon pero entiende que todo fue muy real y no tenia mas opción
-La tenias, confiar en mí – dijo más calmado – pero no pudiste Elena, y me dolió.
-Lo sé y lo siento, perdóname Damon, solo déjame… -comencé a llorar apoyándome sobre la pared, no pude aguantar más, sentía que lo que le había dicho no había servido de nada y en cualquier momento se iría de nuevo – se acerco a mi y vi como pasaba sus manos por su cara – no pude decirlo antes Damon...espero no sea demasiado tarde, te amo.
Pego su cuerpo con el mío aprisionándome contra la pared, su aliento acariciaba mi cara como roció por la mañana
-No puedo Elena – dijo muy cerca de mi boca – no puedo
-Si puedes, lo deseas igual que yo – le dije rozando mis labios con los suyos y pegándome a él – bésame Damon – dije suplicante, fue suficiente para que el finalmente se rindiera dejándome probar de nuevo el dulce néctar de su boca, su lengua se enredo con la mía en un largo y prolongado beso
-Te amo – le decía en los segundos en los que podía tomar aire – lo abrace tan fuerte como pude, quería retenerlo así y no dejarlo ir jamás.
Bruscamente se aparto de mi boca, me rozo desde mi frente hasta mi barbilla
-No puedo Elena, lo siento pero no puedo – se aparto totalmente de mi y quiso tomar mi mano pero no lo hiso, se giro hacia la puerta y me miro una última vez antes de salir.
Me quede inmóvil viendo hacia el piso tratando de encontrar explicación a lo sucedido ¿Por qué se fue? ¿Qué era lo que le impedía estar conmigo?
Jeremy entro a la habitación
-¡Elena! Te busque por todos lados ¿Paso algo? Vi a Damon salir de aquí – me tire hacia mi hermano abrazándolo como nunca lo había hecho antes
-Quiero ir a casa Jeremy, solo llévame a casa por favor.
ELENA POV
Los primeros rayos de luz se colaron por la ventana anunciando el nuevo día. Desactive la alarma de mi celular antes de que sonara, eran las 7:00 am hora de levantarme para ir a la academia y no tenía ganas de hacerlo, parecía que sería uno de esos días por los que pagaría por no vivir.
Hice mi rutina diaria incluyendo algo de yoga, desayune sin ganas una taza de cereal y luego me despedí de mi madre.
Para algunos un año se había pasado como arena entre los dedos pero para mí se hizo una eternidad. Un año entero sin saber nada de él.
Alaric poco me decía acerca de Damon y Blake, lo único que sabía era que estaban en casa de su padre en Italia. No tenía ni un número de teléfono, un correo electrónico, nada.
Las clases en la academia me consumían parte del día logrando distraerme de pensamientos del año pasado, si no fuese por mi estupidez todo sería diferente, viviría tranquila, sin noches sin dormir pensando ¿En dónde estará? ¿Pensara en mí? Todo lo había echado por la borda.
Llegue a la academia y Logan estaba de pie en la entrada con dos vasos de café en la mano.
-Buenos días señorita – me saludo sonriendo y dándome un vaso de café
-Hola Logan, llegas temprano ¿No tenias clase hasta las once?
-Hey, si te molesta que este aquí me puedo ir
-No, no es eso – me pase una mano por mi cabello – lo siento Logan
-Tranquila, solo bromeaba ¿Estás bien? – comenzamos a caminar hacia el salón de ensayos esquivando a nuestro paso a estudiantes de primer ingreso que revoloteaban por toda la academia, justo con la misma emoción con la que yo había llegado y que con la misma rapidez había desaparecido.
-Si no te preocupes.
-¿No has sabido nada de él aun? – nos detuvimos a la entrada del salón, me mordí el labio y le conteste
-No
Logan sabía mucho de mi historia con Damon, se había convertido en una especie de confidente en momentos en que necesitaba desahogarme. Bonnie pasaba demasiado ocupada entre su trabajo en la agencia de viajes de su papa y en cuidar a su abuela, que vivía en su casa ahora debido a su enfermedad, así que Logan se convirtió aunque sonara feo, en mi paño de lagrimas.
-¿Sabes qué? Tengo algo que te animara
-Por favor – dije sonriendo y soltando un suspiro – lo necesito
-Ok, adivina quien se quedo con el papel de Odette en el épico El Lago de los Cisnes…
-¿Qué? No me digas que…!Oh Dios mío! – Exclame emocionada - ¿Estas bromeando?
-En lo absoluto, mi madre fue la que lo decidió, ha visto que has avanzado a pasos agigantados y está segura que eres perfecta para el papel.
Lo abrace sin poder contener la emoción, había esperado esa oportunidad desde que me perdí el show en mi primer año a causa de la lesión en el tobillo, era la primera vez que elegían a alguien de segundo año por lo general era del último año.
-Gracias Logan, tu siempre tienes algo que alegre mi día
-Te lo has ganado a pulso Elena por tu trabajo y dedicación
Vaya, por lo menos el día no iba tan malo como había pensado, tenía el papel principal en el show y eso me alegraba sobre manera.
Llame a mi mama para contarle la noticia y ella parecía más emocionada que yo.
Ahora venia lo bueno, los ensayos. Todos los días a las seis de la mañana tenía que estar en la academia para ensayar con los demás bailarines y prepararme para el estreno que era en tan solo en dos semanas. Menuda carga de trabajo la que se me venía.
Revise mi celular y vi que tenía dos llamadas perdidas de Stefan y le marque de vuelta.
-Hey Stefan ¿Cómo estás? Sé que quede de pasar por ti a la terapia, estoy allá en unos minutos
-Por eso mismo te llame Elena, no es necesario porque estoy en casa
-Oh ¿No fuiste hoy a la clínica?
-Sí, pero ya estoy acá no te preocupes
-Ok ¿Quieres que salgamos un rato? Tengo tiempo ahora
-No no, ve a tu casa yo igual estoy muy cansado
-¿Estás bien? – pregunte curiosa, Stefan no solía negarse a salir conmigo a tomar un café o simplemente a conversar
-Seguro – contesto – hablamos luego
Cerré el teléfono aun con la sensación de que Stefan actuaba raro. Sin ganas de volver a casa entre de nuevo a la academia y me metí al gimnasio a pasar el tiempo.
Recordé el par de zapatillas que había dejado en el auto de Jenna el día en que me lo presto mientras el mío estaba en el taller y decidí pasar por ellas ya que las necesitaba para ensayar.
Después de los seis pase por el Light Room donde ella pasaba parte del tiempo ya que ella lo administraba ahora.
Hacía mucho que no iba por esos rumbos y me sentí extraña al estar de pie frente a la puerta de entrada, note que había bastante movimiento en el lugar.
-Disculpe – dije al anfitrión - ¿Podría decirme dónde puedo encontrar a Jenna?
-¿Quién la necesita? – me pregunto de una manera muy amable
-Soy Elena Gilbert, su sobrina
-La Sra. Saltzman está en el bar ahora mismo. Puede pasar directo allá por ese pasillo - dijo señalándome el camino – hay una fiesta o algo así en este momento.
-Oh ¿En serio? – el asintió, me quede viendo la ropa y me di cuenta que andaba echa un desastre – ok, gracias – le conteste dándome la vuelta
Cruce la puerta que comunicaba al Dark Room y comencé a buscar a Jenna entre la gente.
-Elena – dijo Caroline al verme – Viniste, pensé que no lo harías, ya sabes por lo incomodo que podría ser para ti, incluso para todos nosotros.
-¿Qué? – pregunte confundida, Caroline decía demasiadas cosas a la vez.
-No me digas que…
-¡Elena! – Dijo Jenna apartando a Caroline – te necesitan en caja Caroline – le dijo casi empujándola, ella refunfuño y se fue
-Hey Jenna, perdón que interrumpa la fiesta pero tenía que venir
-Si este… ¿Qué necesitas? – me puso la mano sobre el hombro y me giro hacia la salida
-Mis zapatillas de ballet quedaron en tu auto ¿recuerdas?
-Ahh si, lo había olvidado
-¿Por qué estas tan nerviosa Jenna? ¿Pasa algo? Porque Caroline me acaba de decir algo así como que yo no debería de estar aquí.
-Oh Elena – suspiro – discúlpame en serio, no quise decirte nada porque no quería que te sintieras mal o algo parecido
-¿Jenna? Dime que pasa – algo me decía que algo no estaba bien
-Espérame aquí, voy a decirle a Rick que voy a salir por un rato ¿ok?
-Pero Jenna… - pero se había ido, como odiaba que no terminaran de decirme las cosas dejándome ansiosa de saber.
Me recosté a un costado de la puerta con los brazos cruzados sobre mi pecho, el bar estaba lleno, divise a Tyler al fondo de la barra y lo salude con la mano. La cara que hizo al verme termino de confundirme, por alguna razón nadie me quería ahí esa noche. Y yo no iba a quedarme con la duda así que busque a Caroline, ella si iba a decirme que pasaba.
En mi búsqueda mi bolso se deslizo de mi brazo haciéndolo caer al suelo, me agache a recogerlo y cuando me puse de pie me encontré con la sorpresa de mi vida. Damon Salvatore.
Mi corazón dio un vuelco dentro de mi pecho, estoy segura que se detuvo por unos segundos para luego volver a su ritmo. Cerré los ojos una y otra vez pensando que me estarían jugando una broma, pero mis ojos no mentían, era él. Tal y como lo recordaba, nada en el había cambiado.
Recupere un poco el aliento y comencé a caminar hacia la barra donde él estaba, tenía que verlo de cerca, quería tocarlo para terminarme de convencer que era él.
Jenna vio hacia donde iba e intento detenerme halándome del brazo pero me zafe de su agarre
-¡Elena espera! – me dijo, pero no hice caso
-Damon – dije haciéndose que él se volteara, Dios, en realidad era él, cuanto había extrañado ver de cerca sus hermosos ojos azules
-Elena – dijo con voz fría y viéndome con sorpresa
-¿Cuándo regresaste? – metí mis manos en las bolsas de mi chaqueta, me sorprendí de que pudiera articular palabra teniéndolo frente a mi después de tanto tiempo
-Hace poco, era tiempo de volver a casa – se llevo el vaso a la boca y bebió un sorbo – hay cosas pendientes aquí
-Sí tienes razón – dije con un ápice de esperanza - Damon tenemos que hablar yo…
-Me refería a cosas de trabajo – me contesto con el mismo tono de voz del principio, parecía que él no había sentido lo mismo que yo al verlo, su mirada no me transmitió nada más que frialdad y lejanía. Jenna presencio la escena y se acerco a mí
-Elena ¿Por qué no me acompañas afuera? me dijo tomándome por el hombro
Damon me dio la espalda para pedir un trago más a Tyler que me miraba apenado
-Un momento Jenna – le dije
-Damon necesito que hablemos – le dije metiendo mi pelo detrás de las orejas – hay cosas que hay que aclarar, se dio la vuelta y me miro de pies a cabeza
-Ya todo está dicho ¿recuerdas?
-Pero… - me detuve en el instante que una mujer se acerco a él y paso su mano por su espalda apoyándose en la barra. Su cabello era largo y ondulado, sus piernas se veían largas en sus leggins negros acompañados de botines del mismo color, vestía increíblemente bien, tanto que me sentí una mendiga frente a ella.
-¿Me pides un Martini por favor? – dijo la mujer de labios rojos y extraño acento
-Claro – contesto el
La mujer se me quedo viendo de los pies a la cabeza y cuando tuvo su bebida se dirigió a mí
-Disculpa ¿tú eres…?
-Es mi sobrina – interrumpió Jenna – Elena
-Oh, así que tu eres Elena – le dio una mirada a Damon que desvió la cabeza hacia cualquier lado y no pronuncio palabra – ya veo, yo soy Katherine, y esta fiesta es por mi cumpleaños – dijo arrogantemente
-Mucho gusto Katherine y feliz cumpleaños…lo siento pero tengo que irme – dije antes que las lágrimas comenzaran a rodar por mi cara.
-Uh es una lástima – dijo con sarcasmo – la pasaríamos de maravilla ¿cierto Damon? – esta vez su mano se poso en la pierna de Damon, no pude mas.
-Hasta luego, que tengan una linda velada
Me di la vuelta y llegue casi corriendo a mi auto, Jenna fue detrás de mí.
-¡Elena espera! – Me dijo antes que subiera – por esta razón fue que no te dije nada.
-¿Hace cuanto esta aquí?
-Vino hace tres días, no sabía qué hacer y Alaric sugirió no decirte nada
-Me iba a enterar de todos modos – me encogí de hombros
-Pero no de esta manera Elena, mira como estas
-¿Quién es ella? – pregunte temerosa de su respuesta
-Katherine es una amiga que trajo de Italia, es hija de unos de los mejores amigos de su padre, está aquí de vacaciones creo, no estoy muy bien informada.
-Ya veo, Jenna estoy cansada mejor me voy a casa
-Yo te llevo…
-No, tranquila, estoy bien – mentí, no estaba nada bien.
Había vuelto. Y no estaba preparada para verlo, y menos darme cuenta que verme de nuevo no significo nada para él. Me hablo con voz dura, me miro con frialdad y hasta con arrogancia como si fuese una total desconocida, hubiese preferido que un tren pasara sobre mí y así evitar lo humillada que me sentí.
Fui una completa estúpida al pensar que me daría la oportunidad de hablar con él ¿Qué esperaba? ¿Qué tirara fuegos artificiales al verme?
Yo lo había echado de mi vida y eso tenía un precio que desgraciadamente comencé a pagar esa noche.
Di mil vueltas por mi habitación tratando de asimilar lo sucedido, mire el reloj y eran pasadas las tres de la mañana, no pude mas y tome mi celular de la mesa de noche y marque con manos temblorosas a su casa, sabía que estaba mal pero estaba tan desesperada que no me importo la hora. Timbro dos veces nada más.
-¿Diga? – una muy despierta voz femenina contesto
Colgué y tire el teléfono a la cama, estaba con ella.
Mi cabeza estaba a punto de estallar de tanto pensar y pensar, el nombre Katherine revoloteaba en mi cabeza junto su imagen de femme fatale.
Mi cara estaba adornada por grandes ojeras a causa de mi noche sin dormir, pero tenía que llegar a la academia.
A causa de mi desconcentración estuve a punto de caerme en los ensayos, las miradas de los demás bailarines se centraron en mí y de no haber sido por Kol, mi coprotagonista de baile, que me atrapo en el aire me hubiese lastimado.
-¿Estás bien? – me pregunto preocupado
-Si no te preocupes, fue una pequeña descoordinación de mi parte – me lleve las manos a la cabeza apretándola con fuerza
-Me parece que no lo estas
- Hoy no es un buen día, suerte que la Sra. Fell no está aquí, si no seguro y me saca del show - el ensayo termino después de una hora y agradecí el poder salir de ahí
-Te invito a un café – me dijo Kol mientras guardaba sus cosas en su mochila – así te distraes un poco
-Kol, en serio te lo agradezco pero en este momento no soy buena compañía para nadie
-Ok, tal vez otro día – me contesto con un guiño – te veo mañana y espero verte entrar con una enorme sonrisa en la cara – sonreí sin ganas
-Hasta mañana Kol – sonreír no estaba en mi lista de prioridades ese día
Me dirigí hacia mi auto y me encontré con Jenna a la salida
-Hola Jenna – dije en un suspiro
-Elena dime ¿Cómo estás? – Camino conmigo hasta el estacionamiento - Me siento fatal por lo de anoche, te lo iba decir pero no sabía como
-Tranquila Jenna
-Soy una pésima tía lo sé, debí advertirte de que había vuelto, sobre todo que venía acompañado
-Eso definitivamente no lo vi venir – suspire – pero supongo que me enteraría de todos modos, en serio ¿Quién es esa tipa?
-Ayer le pregunte a Alaric y me dijo que se graduó de Relaciones Publicas y se dedica a la producción de eventos, es muy conocida en su ciudad
Solté un pequeño “Ah” al escuchar el perfil de la Pierce, Jenna continuo
-Según Alaric, vino desde Florencia para hacer carrera y explorar sus posibilidades aquí y también para vacacionar
-Justo lo que necesitaba, que se quede – dije haciendo una mueca de molestia – metí mis cosas al auto y me apoye en la puerta ya que Jenna parecía tener algo más que decirme – ¿no viniste hasta acá para contarme eso verdad?
-La verdad es que no – suspiro – en primer lugar quiero que sepas que si no quieres siéntete libre de decir no ¿está bien?
-Jenna dilo de una vez
-Ok, como sabes Alaric cumple años mañana y le organice una fiesta en casa y estas invitada, pero como sabrás Damon estará ahí y…
-Iré – le conteste tranquilamente – dime a qué hora y ahí estaré
-De las nueve en delante, tus papas dijeron que no irían por eso de que saldrán de la ciudad pero Jeremy dijo que si
-Perfecto – le dije poniendo en marcha el auto
-Ok – me dijo no muy convencida, pero yo hablaba en serio, iría a esa fiesta.
Pase por el centro comercial para comprar un regalo para Alaric y después fui a casa a arreglarme para la fiesta, saque toda mi ropa del closet para escoger algo decente que ponerme, no quería desentonar. Jeremy toco a mi puerta indicándome que era hora de irnos.
A unas cuadras de la casa de Jenna sentí que mi estomago subía hasta mi garganta de los nervios, había sido fácil decirle a Jenna que iría pero ya puesta en marcha era otra cosa.
-¿Nerviosa? – pregunto Jeremy al notar como frotaba mis manos sobre el regazo
-Algo – dije sin voltear a verlo, llegamos y Jeremy busco lugar para estacionar el auto.
Tome el brazo de mi hermano y entramos a la casa, mire mi reloj y vi que no eran ni las diez y ya había algo de gente en la sala, pero la fiesta en si era en la parte de atrás, una enorme carpa blanca cubría el jardín donde estaban puestas las mesas, los arboles estaban adornados con lucecitas blancas, Jenna se había esmerado para celebrar el cumpleaños de su esposo.
-Hola chicos – dijo Alaric al vernos
-Hey Rick, Feliz Cumpleaños – dijo Jeremy dándole un abrazo
-Gracias Jeremy
-Felicidades Alaric, te deseo lo mejor – le dije también en un abrazo – mira te trajimos algo – dije entregándole el regalo – espero que te guste
-Chicos no se hubieran molestado – dijo apenado
-Para nada – dije sonriendo
-Bueno pónganse cómodos y pidan lo que quieran, están en su casa, iré a recibir algunos amigos que acabo de ver que están allá dentro
Nos sentamos en una mesa que estaba desocupada, parecíamos pollitos comprados sin saber qué hacer ni hacia donde ver, más gente comenzó a salir al jardín, no tenía idea que Jenna y Alaric tendrían tantos conocidos, Jeremy me dejo sola cuando recibió una llamada al celular, perfecto, forever alone.
Me puse de pie para ir por algo de tomar y justo cuando pedía una soda al mesero sentí que jaloneaban mi vestido de la parte de abajo, me gire y vi a la niña más linda que jamás había visto, mi Blake.
-¡Blake! – Me agache para quedar a su altura y así poder abrazarla mejor – mi niña hermosa ¿Cómo estás?
-Bien ¿Y tú? Te extrañe mucho ¿sabes?
-Yo también y no sabes cuánto – le dije tocando sus largos rizos negros, le había crecido desde la última vez que la vi – te extrañe muchísimo, estas muy linda ¿eh?
- Tu también estas muy bonita, como siempre – sonreí por su comentario, ella siempre alegraba mis días
-Gracias – le conteste, note que detrás de Blake a una pequeña distancia un niño nos observaba con curiosidad como esperando por algo
-Hola – le dije, el chico se acerco a nosotros quedando a lado de Blake, vestía jeans negros, camiseta blanca debajo de su chaqueta negra con capucha y converse negros, tendría doce o trece años.
-Buenas noches señorita, soy Nico Salvatore
-Oh eres primo de Blake
-Soy hermano de Damon y Stefan Salvatore, así que yo vendría siendo tío de Blake – dijo con una sonrisa amable, ok ¿hermano? Quede en la luna con esa noticia
-Vamos Blake, quiero saludar a la tía Jenna – le dijo el chico a Blake – fue un placer conocerla Elena – su acento era extraño y sumado a eso hablaba de una forma muy educada
-Igual – conteste – nos vemos luego Blake – la niña asintió y camino delante de Nico a buscar a Jenna
Ya que Jeremy seguía pegado a su celular, fui adentro de la casa buscando un lugar tranquilo donde estar un rato, tal vez ir a esa fiesta no era buena idea después de todo, el estaría en algún lado del jardín regodeándose con su nueva conquista.
Subí las escaleras y busque la habitación de huéspedes donde solía quedarme de vez en cuando y abrí la puerta.
-¡Lo siento! – dije al ver que la habitación no estaba sola, pero me quede estática en la puerta viendo quien era la persona que me miraba con ojos asustados de la sorpresa, estaba sentado a la orilla de la cama con los brazos apoyados en los codos sobre sus piernas y sostenía su cabeza en sus manos
-Elena – dijo al verme, despacio fui cerrando la puerta detrás de mi - ¿no disfrutas de la fiesta? – pregunto haciendo una mueca
-Jeremy me dejo sola así que vine a buscar un refugio
-Entonces te dejo sola – dijo poniéndose de pie
-¡No! No te vayas – le dije bloqueándole el paso con mi cuerpo, su cercanía me hacia recordar que junto a él me sentía a salvo – hablemos un rato ¿si? – trague saliva y apreté mis manos en un puño, estaba nerviosa porque no sabía por dónde empezar, quería decirle mil cosas pero no sabía cómo. Primero saque a relucir el tema de Nico.
-Conocí a Nico – le dije tratando conversar
-¿Ah sí? ¿Te deslumbro con su encanto?
-Un poco – reí al recordarlo de pie junto a Blake
-Mi padre lo adopto hace unos años, me di cuenta de ello cuando estuve allá y quise traerlo conmigo – se encogió de hombros – es un buen chico
Un incomodo silencio inundo la habitación, solo se escuchaba la música, las voces y las risas de los invitados afuera en el jardín, el miraba hacia cualquier lado menos hacia mí, el estaba ahí así que debía aprovechar la oportunidad
-Damon yo quiero…
-Elena no… - dijo muy serio
-Escúchame Damon, tengo que sacar lo que llevo cargando todo este tiempo, siento que voy a estallar, este año que paso fue el peor que he vivido en mi vida, nunca me había sentido tan estúpida y tan… vacía ¿sabes? lo que paso fue…horrible y no se lo deseo a nadie – me abrace a mi misma al recordar lo sucedido – todo ese tiempo estuve esperando este momento para poder decirte que… - la emoción me estaba traicionando y mi voz comenzaba a quebrarse - no debí dejarte ir
Me miraba con seriedad pero atento a mis palabras
-Ha pasado mucho tiempo Elena – dijo con voz grave – tomamos caminos diferentes y cada quien vive su vida como quiere, tú lo decidiste así
-No digas eso – dije negando con la cabeza – camino hacia la puerta con intención de irse – yo nunca deje de amarte Damon – se detuvo y me vio por encima de su hombro – el peor error que he cometido en mi vida fue no creer en ti.
Se quedo ahí de pie sin verme ni decir nada
-¡Damon por favor di algo! - estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no llorar - ¡Dime algo!
-¿De verdad creíste que sería capaz de hacerte daño? - dijo molesto – que a pesar de todo lo que viví con mi esposa ¿yo haría lo mismo contigo?
-Damon pero entiende que todo fue muy real y no tenia mas opción
-La tenias, confiar en mí – dijo más calmado – pero no pudiste Elena, y me dolió.
-Lo sé y lo siento, perdóname Damon, solo déjame… -comencé a llorar apoyándome sobre la pared, no pude aguantar más, sentía que lo que le había dicho no había servido de nada y en cualquier momento se iría de nuevo – se acerco a mi y vi como pasaba sus manos por su cara – no pude decirlo antes Damon...espero no sea demasiado tarde, te amo.
Pego su cuerpo con el mío aprisionándome contra la pared, su aliento acariciaba mi cara como roció por la mañana
-No puedo Elena – dijo muy cerca de mi boca – no puedo
-Si puedes, lo deseas igual que yo – le dije rozando mis labios con los suyos y pegándome a él – bésame Damon – dije suplicante, fue suficiente para que el finalmente se rindiera dejándome probar de nuevo el dulce néctar de su boca, su lengua se enredo con la mía en un largo y prolongado beso
-Te amo – le decía en los segundos en los que podía tomar aire – lo abrace tan fuerte como pude, quería retenerlo así y no dejarlo ir jamás.
Bruscamente se aparto de mi boca, me rozo desde mi frente hasta mi barbilla
-No puedo Elena, lo siento pero no puedo – se aparto totalmente de mi y quiso tomar mi mano pero no lo hiso, se giro hacia la puerta y me miro una última vez antes de salir.
Me quede inmóvil viendo hacia el piso tratando de encontrar explicación a lo sucedido ¿Por qué se fue? ¿Qué era lo que le impedía estar conmigo?
Jeremy entro a la habitación
-¡Elena! Te busque por todos lados ¿Paso algo? Vi a Damon salir de aquí – me tire hacia mi hermano abrazándolo como nunca lo había hecho antes
-Quiero ir a casa Jeremy, solo llévame a casa por favor.
Jane- .
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