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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Bella lleva soñando durante años con estudiar en una de las prestigiosas universidades del mundo. Una vez conseguido el objetivo, solo le queda disfrutar de una de las mas fantasticas experiencias de su vida, solo que en un pais que no es el suyo.
Prólogo
Estimada Isabella Swan
Nos complace comunicarle que para el próximo curso la NYU ha tenido en cuenta la solicitud de su beca y esta ha sido concedida para la licenciatura de literatura.
Durante los siguientes cuatro años, gozara de nuestras instalaciones asi como de una subvención de 10000 dólares al año para sus gastos en material escolar, alojamiento y alimentación.
Recibirá mas información en próximas circulares.
Un cordial saludo.
Director de NYU
No me podía estar pasando esto a mí. Yo, esa persona que rezaba para que los sueños se hiciesen realidad y nunca llegaban, parecían que me rodeaban y al final nunca me tocaban, pues no, hoy era el día en el que por fin podía decir "los sueños se hacen realidad2 y tenia en mi mano la prueba mas clara de ello.
Llevaba casi 18 años de vida dedicándome en cuerpo y alma a estudiar, para que en un futuro, una de las mejores universidades del mundo pudiese fijarse en mi solicitud y simplemente se plantease aceptarme.
Y no podía ser otra que la Universidad de Nueva York, cuna de numerosas personalidades de diferentes ámbitos reconocidas mundialmente con premios destacadísimos. Aparte de estar situada en la capital del mundo, Nueva Cork. Ese sitio que solo verlo por la televisión te ponía la piel de punta. Y todo aquello me esperaba allí.
Echaría de menos contadas cosas. Mi familia, esa que se había estado esforzando desde el minuto en el que yo exprese el deseo en voz alta. Habían sido años de verdaderos esfuerzos por su parte, de plena confianza en mi, para recaudar un pequeño colchón para que en el momento en el que yo tuviese que partir, pudiese disponer de esos pequeños ahorros. Mis padres, Charlie y Renee, trabajadores e clase media, mi padre policia y mi madre profesora de infantil. Mas complicado fue cuando nacieron los gemelos, de 12 años cada uno, Seth y Jacob, y a pesar de eso, nunca desistieron en intentar hacer mi sueño realidad. Seria a las únicas personas que extrañaría. No tenia amigos, mi infancia había estado bañada de letras y libros. Puedo decir que destaque en mi clase, básicamente porque no tenia otras distracciones. Y no me arrepiento, soy una niña feliz, y con esta carta en mis manos, una niña feliz que trabajando, ha conseguido su mayor aspiración en la vida. Extrañaría también a mi ciudad, Madrid, extrañaría España, hablar español, extrañaría la alegría que se respiraba en la calle, la gente que te saludaba como si fueses cualquier conocido, el sol que se te pegaba a la piel… todo, pero estaba segura que en los próximos cuatro años, me seguiría esforzando para volver algún día a mi tierras como la persona de provecho para la que había trabajado tanto.
Y ahora tocaba presentar todos los tramites: embajadas, permisos, billetes, residencias… Cosas sin ninguna importancia sabiendo para el fin propuesto. Dentro de una semana era mi cumpleaños, y por primera vez en mi cumpleaños, seria yo la que portase nuevas y buenas noticias.
-Antes de partir la tarta quiero daros una noticia- dije levantándome y repartiendo un sobre a cada uno. Me había molestado en fotocopiar mi carta para cada uno de la familia. –No lo abráis todavía, esperad que lo tengan todos- dije dándole la ultima carta a mi padre. –Ahora, ya podéis abrirla-. Me fije en cada cambio de expresión que se formaba en la cara de cada uno. La primera en entenderlo fue mi madre, que empezó a intentar calmar sus sollozos poniéndose la mano en la boca. Luego los gemelos, que a un tiempo casa instantáneo pasaban sus miradas entre ellos, la carta y yo. Y luego estaba mi padre, que aprecia que leía un escrito en chino.
-¡Me voy a Nueva York!- grite sin poder evitar ni un segundo mas callarme lo que me llevaba comiendo desde hace 7 días exactos.
-¡Lo conseguiste Bells!- me dijo Jake tirándose a mis brazos seguido de Seth. –Te echaremos de menos, pero cuando tus libros sena los mas vendidos del mundo y nos hagas ricos, no nos separaremos de ti-.
-Cariño estoy muy orgulloso de ti- dijo mi padre abrazándome.
-¿Estas segura verdad corazón?-me pregunto mi madre acunándome entre sus brazos.
-Llevo preparándome para esto toda mi vida mama, claro que estoy preparada-.
-Tenemos que empezar a preparar todo. ¿Cuándo piensas irte?-.
-Quiero irme un poco antes para adaptarme a todo el ambiente, ya sabes-.
-¿Sabes como vivirás?-.
-Pues creo que compartiré piso con dos personas. Un piso de la universidad. Comeré en el comedor supongo y me buscare un trabajo de media jornada para pagarme ciertas cosas que no den con la beca-.
-Nada de trabajar señorita. Vas allí a estudiar y disfrutar. El dinero saldrá de nuestro trabajo-.
-¡No! Ni hablar, me niego. Ya habéis trabajado para que yo pueda irme, ahora me toca a mi. Y se a lo que voy papa, solo es de medie jornada, me vendrá hasta bien, ya veras-.
Quedamos en que me iria el 31 de agosto, para llegar allí el 1 de septiembre, 15 días antes de que empezasen las clases. Fue un mes de papeleos increíbles: que si ir al banco para sacar dinero, para meter, para cambiar, para crear, que si el consulado, que si permiso, que si preguntas, a la agencia de viajes para que me explicasen un poco el recorrido, sacar billetes… pero en todos los lados tuvieron el mismo detalle, el mismo que me hacia orgullo de ser de donde era, en todos se preocuparon por mi y por mis miles de gestiones, preguntando el porque y felicitándome por mis logros.
Apenas llevaba dos maletas, mi ropa no era muy abundante y habría tiempo de comprar por allí, pero mi colección de libros y discos no podía faltar en mi viaje, que era de lo que se componía casi en su totalidad la otra maleta. Una mochila de mano con mi portátil, mi ipod, un libro, mis billetes, algo de dinero y el móvil completaban mi equipaje.
-Cuídate, y llámanos cuando llegues, y cuando te instales. Cuéntanos como te adaptas, si no quieres seguir allí nos llamas y te compramos el viaje de vuelta, ¿entendido?- me decía mi madre mientras me abrazaba y repartía besos por toda mi cara.
-Ten cuidado, estudia y disfruta mucho. Te quiero cariño- se despidió de mí mi padre.
-Aunque nos dejes solos te queremos y te vamos a echar de menos. Te prometemos que les vamos a intentar convencer para hacerte una visita pronto- me dijo Seth mientras ambos se abrazaban a mi cintura y yo les devolvía el abrazo.
-Prometo comunicarme seguido y que estudiare mucho para que os sintáis orgullosos. Os quiero- dije recogiendo los billetes que me daba la azafata y dándome la vuelta para darles una ultima despedida con la mano.
Monte en el avión y decidí que la mejor forma de pasar el viaje seria dormir. Cogi los cascos y me puse la música. Solo me levante cuando pasaron la comida y un aperitivo, así que mi viaje se paso bastante rápido.
Señores pasajeros les informamos que en 5 minutos aterrizaremos en el aeropuerto JFK de Nueva York la temperatura ambiente es de 20 grados y la hora local son las 16:00. Esperemos que hayan disfrutado del viaje y volverles a ver pronto. Por favor abróchese los cinturones y no se los quiten hasta que se apaguen las luces que tienes encima de sus cabezas. Muchas gracias y feliz estancia.
Repitieron el mensaje de nuevo en ingles y en francés. Una de las cosas que mas nerviosa me ponía era mi ingles, porque aunque sabia que tenia un buen nivel, certificado con cursos y diplomas, jamás había salido al extranjero a probarlo, y me inquietaba bastante. Vi como aterrizábamos y la lucecita se apagaba. Retire mi cinturón, cogi mi maleta de mano y me dispuse a salir de esa caja de metal donde había estado enterrada 12 horas. Después de esperar una kilométrica cola en la zona de inmigración, pude recoger mis dos maletas y salir a la calida calle de la ciudad de Nueva York. No fue nada complicado pedir un taxi, porque lo raro no era ver uno, si no ver un coche particular por aquella estrecha acera. Fue mi primer contacto con el ingles y lo supere bastante bien, o por lo menos el señor me entendió a la primera. Tras un trayecto de un cuarto de hora llegue a mi destino. Tras pagar y sacar las maletas del maletero gire mi alce mi cabeza para ver el cartel con el que llevaba soñando desde que tengo memoria.
NYU
Nueva York me espera
Bueno chicas este es el primer capitulo de este fic, comenten lo que sea no importa si los comentarios son buenos o malos los aceptare!!!
Capitulo 2 ( Emmet, Nueva York & NYU)
-Disculpe- dije acercándome a recepción y dejando las maletas en el suelo,- ¿la señora Cooper?-pregunte.
-Soy yo bonita, ¿Qué deseas?-.
-Oh disculpe. En mi última carta decía que debía de preguntar por usted. Soy Isabella Swan, recibí una beca para cursar en la universidad y anuncie que tendría aquí antes de que empezasen las clases-.
-Si, ahora caigo, te estábamos esperando bonita. Bienvenida a Estados Unidos. Si esperas un momento ahora pasaran para llevarte a tu habitación-.
-Muy amable. Gracias- dije mientras me sentaba en uno de los sofás que había en la recepción. Aquello impresionaba mucho más que el verlo en foto. Una gran sala con paredes de mármol y una recepción con numerosos sofás adornaban la espacia a la que accedías desde la calle. Durante el tiempo que estuve esperando me entretén con una de las revistas que se encontraban encima de la mesa, publicidad de la universidad.
-Señora Cooper, ¿me llamaba?-.
-Si esa chica de ahí- levante mi cabeza y vi dos pares de ojos en mi. Gire mi cabeza a ambos lados ya que yo no había llamado a nadie que no fuese la señora.
-¿Yo?- dije moviendo mi boca sin emitir sonido y señalándome.
-Es nueva- se limito a decir la señora Cooper.
-Ya entiendo. Gracias señora Cooper. Tu chica- dijo acercándose a i y cogiendo mis dos maletas, -vamos-.
-No hace falta que lleves mi equipaje de verdad-.
-No pesa nada, además, estoy seguro de que me pesan mucho menos que a ti- "que a mi y toda mi familia junta". Probablemente el brazo de ese chico pasaba lo mismo que yo entera.
-Perdón pero es que no estoy entendiendo nada- dije sincerándome. -¿Por qué tengo que avisar a la señora Cooper y apareces tu, sabiendo a donde tengo que ir además?-.
-No te preocupes, el primer año yo estaba aun mas perdido que tu. No se si sabrás que esta universidad acepta a bastantes poco alumnos por carrera- me dijo mientras yo asentía con la cabeza. –Bueno, estoy seguro de que tu estudiaras o turismo o relaciones internacionales-.
-Relaciones internacionales. ¿Cómo lo sabes?-.
-Porque los alumnos de tercer y cuarto curso, normalmente subdelegados o delegados- dijo inclinándome la cabeza como haciéndome saber que el pertenecía a los últimos –deben enseñar a los novatos, ósea tu, las instalaciones, su dormitorio, etcétera-.
-¿Así que tu eres el delegado de relaciones internacionales o turismo de…?-.
-Tercer curso de relaciones internacionales. Emmet McCarty, un placer- dijo dejando una maleta en el suelo y dándome la mano.
-Isabella Swan. Pero llámame solo Bela por favor.- dije devolviéndosela. –Encantada. ¿Tu también eres becado?-.
-Si, estoy aquí gracias a una beca deportiva. Fútbol americano-.
-Si, tienes un cuerpo muy… muy de deportista-.
-Algo me habían dicho antes-dijo sonriéndome. -¿Cómo es que has venido aquí tan pronto? Normalmente en estas fechas solo estamos los delegados de cada curso, para enseñar lugares y demás cosas a los nuevos, pero normalmente no se instalan tan temprano-.
-Quise venir un tiempo antes para adaptarme un poco al lugar. Comprar las cosas necesarias y todo eso-.
-¿De donde vienes? Yo vivo a las afueras de la ciudad-.
-Soy de Madrid, España- le conteste orgullosa de mi misma.
-¿En serio? Amo España, me encantaría ir algún día. Déjame decirte que no se te nota prácticamente nada el acento-.
-¿De verdad? Muchas gracias, me das una alegría. Seguro que te gustaría España-. Mientras iba hablando con el me fijaba en cada detalle que me encontraba a mi alrededor: me fije en como los edificios mezclaban con toda naturalidad la sabiduría antigua del lugar con la modernidad que caracterizaba a la ciudad, como el campus parecía estar en medio de un campo, cuando en realidad estaba rodeado de edificios, donde la otra pared daba a la mas bulliciosa calle en el mundo, me fije que era inmenso y muy verde, vi también como apenas nos cruzábamos con gente y que casi tosa se dirigía las pistas de deporte que había en nuestra parte izquierda.
-La señora Cooper me ha dicho que tus compañeras de cuarto no llegaran hasta la semana que viene. He de decirte que has tenido suerte, te ha tocado en los edificios nuevos de estudiantes, seremos vecinos porque yo estoy en el piso justo debajo del tuyo-.
-Es bueno conocer a alguien cercano-.
-Si necesitas cualquier tipo de ayuda, ya sabes donde vivo. Por cierto, si quieres comprar los libros conozco un sitio donde te los venden a la mitad de precio, así que solo gastaras la mitad de la parte del dinero de la beca.-
-¿En serio? Dime donde por favor-.
-Claro. Te puedo acompañar cuando terminemos nuestro tour si quieres. No tengo nada más que hacer por hoy-.
-Muchísimas gracias Emmet-.
-Para servirte- dijo haciendo una graciosa reverencia mientras seguía caminado y portando mis maletas. –Hemos llegado- dijo parándose en frente de una puerta en el segundo piso. –Aquí tienes tu juego de llaves- dijo dándome 3 llaves- esta- dijo cogiendo una-para la puerta de tu casa, esta otra, para el portal y la mas pequeña para el buzón. Te dejo que te instales, y cuando este lista, bajas y me llamas, ¿de acuerdo?-.
-Todo perfecto Emmet. Muchas gracias-.
-Nos vemos Bella- dijo dándome la espalda y bajando por las escaleras. Metí la llave en la cerradura y después de pasar las maletas y cerrar detrás de mi me dedique a contemplar mi nueva residencia. Aquello era ligeramente mas… mas de todo de lo que yo habría imaginado nunca. Mas caro, mas grande, mas ostentoso… mas perfecto simplemente. El salón era una estancia amplia, con 3 sofás individuales y una grande con capacidad para otro 3. Una mesita baja negra y un mueble lleno de espacios para libros y una tele. Vi que al salón se unía una barra y una cocina americana. No muy grande pero si lo suficiente para tres personas adolescentes que no comerían allí ni la mitad de los días. Supuse, que al no tener todavía compañeras, podría elegir la habitación que mas me gustase. Me quede con la ultima al final del pasillo, no porque fuese la mas grande, si no porque era donde mas luz entraba. Las tres habitaciones eran parecidas, unas con un poco mas de espacio, una cama bastante grande en el medio con una mesita de noche al lado, con un armario donde mi ropa se perdería porque sobraba espacio, unos estantes donde poder dejar las cosas personales y un escritorio para estudiar donde entrarían fácilmente todos los libros de toda la carrera. El piso lo completaban otros tres baños, no grandes pero lo suficiente como para apañárselas de uno en uno. Deje mi mochila encima de la cama y mis maletas en una pared, cogi mi móvil y llame a mis padres. Debían de ser en España las 22:30, así que todavía estarían despiertos.
-¿Diga?- contesto mi padre.
-Hola papa, soy Bella-.
-¡Bella, hija, que alegría oírte! ¿Qué tal estas?- me pregunto mientras escuchaba pequeños murmullos del resto de mi familia que querían hablar conmigo.
-Muy bien papa, esto es increíble. Estoy un poco cansada del viaje pero no me dormiré hasta por la noche par coger el horario. Ahora me voy a comprar el material y a conocer la ciudad. El piso es genial, enorme y muy bien equipado, ya os mandare fotos-.
-Me alegro mucho hija. Te colgamos ya para que no gastes mas. Tu madre y tus hermanos te mandan muchos besos y saludos-.
-Devuélveselos anda. Y un beso enorme para tu también. Llamare mañana-.
-Otro para ti cariño. Adiós-. Saque de mi maleta un pequeño bolsito donde metí un poco de dinero, mi plano y mi móvil para salir a la calle. Cerré la puerta, guarde mis llaves y baje al piso que estaba exactamente debajo del mió
-¡Bella! ¿Ya estas preparada?-.
-Si, recogeré mañana las maletas y todo eso. Me apetece bastante poco hacerlo ahora-.
-Perfecto. Entonces… ¡Vamos a presentarte a Nueva York! ¿O prefieres conocer antes la universidad?-.
-Como tu prefieras, tengo todo el día libre-.
-Empecemos entonces por aquí primero. Mira- dijo señalando los edificios- estos de aquí, ósea donde tu vives, son bloques de pisos bastante nuevos y, donde solo vivimos o los becados, o las personas donde sus padres hacen verdaderos esfuerzos para pagarles la universidad. El resto, es decir, el 70% del alumnado, vive o en sus casitas, y llegan aquí en sus súper coches o en las hermandades, las cuales, como te podrás imaginar, se llevan una buenísima parte del dinero de la universidad. Hay como 30 hermandades, con su respectiva casa o mansión, como prefieras llamarlo. En cada una son aceptadas unas 40 personas-.
-¿Cuántas habitaciones tienes?-.
-Unas 15 habitaciones. Son enormes las casas, ahora las veras. Te puede tocar compartí habitación de tres personas, entonces eres poco importante, de dos personas, que es como un nivel mas, y puedes tenerla individual, solo si eres presiente. Aunque haya muchas todas comparten la misma característica, están invadidas por pijos sin cerebro, los cuales no pisarían esta universidad si papa no tuviese un dólar. Veras que son muy clasistas, si no vistes bien o no eres guapo, no vales nada, y te lo harán saber-.
-Creía que estas cosas solo se daban en las películas, o como mucho en las niñas crueles de 8 años-.
-Pues no, eso existe. No te metas en su camino y no sabrán ni que existes. Este de aquí es tu edificio, facultad de relaciones públicas y turismo. Entremos- dijo abriéndome la puerta y dejándome pasar. –La NYU esta dividida, es decir, no todas las carreras se imparten en este campus, la ciudad tiene mas facultades por ahí, incluso en otras ciudades, pero esta es la mas importante. Aquí estamos concentrados los alumnos de relaciones internacionales, turismo, política, derecho, filología hispánica, inglesa, francesa, alemana y china y la de economía. Veras- dijo abriéndome la puerta de la primera clase que nos encontramos – que son clases normales, ni muy grandes ni muy pequeñas, como de instituto, ya que los alumnos no superamos lo 40 por aula, son clases individualizadas, si faltas lo sabrán. Cuando nos reunimos en una asignatura demasiados alumnos para entrar en una clase, vamos a una de las 5 aulas especiales que hay en el edificio, pero eso ya te lo dirán cuando te den el horario. El campus cuenta con wifi, por supuesto, aula de ordenadores en cada facultad, gimnasio, y piscina, siempre que el equipo de natación no tenga que entrenar. El comedor y la cafetería están en la recepción a la derecha y las diferentes pistas de deportes, a la derecha de donde entramos-.
-Las vi antes-.
-¿Te vas quedando con todo?-.
-Si, esto es como estar en un sueño-.
-¿Sabes como va todo eso de las notas, vacaciones, faltas…?-.
-Si, me mandaron toda la información y ya me la leí-.
-Ojala todos los nuevos viniese igual de informados que tu- dijo dedicándome una sonrisa. –Que mas… Ya. Te tocara hacer un montón de trabajos en grupo, pero en cada piso solo puede entrar 5 personas por cada una, así que si se supera el número, tendréis que ir a la biblioteca, que esta en la acera de en frente, presentas tu carne de estudiante y te dan una sala particular para hacer trabajos en grupo. ¿Sabes a que deporte te apuntaras ya?-.
-¿Deporte? No pienso hacer ningún deporte. Soy patosa por naturaleza, es decir, me caigo hasta en una superficie plana. El deporte no es lo mió-.
-Siento ser yo quien te lo diga pero es así. Aquí es obligatorio practicar algún tipo de actividad extraescolar, y teniendo en cuenta que te ves realmente tímida y la única opción que no sea deporte es esa, te tocara-.
-Pe… Pero no se hacer ninguno-.
-Prácticamente nadie de los que entra sabe hacer nada. Solo los que entramos con beca deportiva destacamos en eso, y mírame, capitán del equipo de la universidad. Los diablos rojos- dijo poniendo una pose graciosa donde cada uno de sus músculos de acentuaron. Puedes apuntarte a natación, fútbol, fútbol americano, baloncesto, atletismo, animadora…-.
-Creo que me apuntare a fútbol, soy bastante mala en el resto de las cosas. En el colegio estuvimos dando clases de fútbol, además de que en España es el deporte rey, y fue la nota que saque jamás en deporte. ¿Así que capitán, eh?-.
-Si, desde este año, el del año pasado de licencio y se fue. No es algo sencillo, los niños ricos creen que pueden comprar todo con dinero, hasta la habilidad, pero hay personas en las que todavía impera el sentido común aquí, y aqui me tienes-.
-Felicidades entonces-.
-¿Ves esas casonas de allí?- dijo señalándome una fila de mansiones realmente impresionantes, todas ellas con un escudo en la parte superior de la puerta. –Te presento a las hermandades de la NYU. ¿Impresionan verdad?-.
-Son una pasada Emmet-.
-Disfrútalas. Dentro de 15 días no podrás estar tan cerca de ellas. Donde tu estas pisando ahora mismo se encontrarán tal cantidad de pijos por metro cuadro, que parecerá que llevas un cartel en la frente que ponga "busco problemas niños pijos"-.
-No me gustan los problemas. Con nadie-.
-De todas formas es solo hacerse valer. El primer día me dieron por todos los lados. Cuando te impones un poco saben con quien pueden y con quien no pueden meterse-.
-Es fácil imponer cuando el volumen de tu brazos supera a todas las cabeza que habitan en esta calle. Yo… Yo simplemente intentare pasar desapercibida. Se me da realmente bien-.
-No es que me guste escuchar que prefieres esconderte y eso se te da bien, pero si quieres pasar de los problemas, es la mejor solución. ¿Vamos ya a conocer Nueva York?-.
-Por favor. Estoy impaciente-.
-¡Vamonos!- dijo señalando de forma teatral la puerta de salida y haciendo que rompiese a reír.
En apenas 2 horas, Emmet me llevo andando por los lugares mas emblemáticos de la ciudad que quedaban cerca de la universidad.
-Creo que es hora de ir a por los libros antes de que cierren. Es esta librería así que no tardaremos- dijo riéndose de su propia broma. –Buenas tardes Clark- saludo Emmet a un señor de unos 60 años que se encontraba detrás del estante.
-Buenas tarde muchacho. ¿Se te olvido algún libro?-.
-No mire, le traigo a una nueva cliente. Primer curso. Todos os libros, ya sabes-.
-En un momento se los traigo señorita- me dijo mirándome y sonriéndome calidamente.
-Emmet, ¿Cómo va a saber este señor los libros que necesito? Cada universidad utilizara unos diferentes-.
-Le traigo una lista de cada curso y cada carrera para que lo sepa. Recibí mucho de él el primer año, y le devuelvo el favor trayéndole clientes-.
-Aquí los tienes. 8 fabulosos libros para 8 fabulosas asignaturas. ¿Tienes lectura este año?- me dijo mientras aparecían delante de mis ojos una pila de libros enormes.
-Para ser sincera, estoy deseando empezar ya-.
-Debes de ser muy especial, normalmente Emmet no trae aquí a muchos nuevos-.
-Es becada al igual que yo Clark. Sabes que a los pijos ni les recomiendo lugares, que se busquen la vida-.
-Bien dicho muchacho- dijo formando con su mano un pulo y chocándolo con el de Emmet.
-Se que n todos son iguales, por eso si me can bien, el año siguiente les recomiendo este lugar-.
-¿Vas a necesitar algo mas muchacha?- me pregunto-.
-Pues necesitare una carpeta, unos bolis azules y negros y folios. Por ahora nada mas-.
-A esto último invita la casa. Si me das la tarjeta te cobro los libros-.
-Pero señor no es necesario, pued...-.
-Ya se que puedes pagarlo. Pero quiero invitarte, ¿puedo?-.
-Por supuesto. Muchísimas gracias- dije dándole mi tarjeta de la beca.
-Aquí tienes. Ven cuando necesites niña. Adiós muchacho-.
-Hasta pronto Clark- dijo despidiéndose Emmet mientras cogia una de las bolsas de los libros y yo la otra y salíamos de la tienda.
-Se esta haciendo de noche. ¿Quieres cenar conmigo en el comedor de la universidad y asi te presento a las cocineras?-.
-Claro, pero primero necesito dejar esto en mi casa-.
-Vamos entonces-.
-Por cierto- dije mientras empezábamos a caminar hacia la universidad, -¿no conocerás algún sitio donde pueda trabajara media jornada por la tarde y sacarme un poco de dinero?-.
-Esta zona esta llena de cafeterías y restaurantes donde los becados y demás estudiantes humildes encuentran trabajo para lo mismo que tu. Cuanto antes vayas, antes encontraras. Yo también lo necesito, ¿sabes?-.
-¿Quieres venir mañana conmigo a echar curriculums?-.
-Eso esta echo pequeña-. Durante nuestro paseo me di cuenta de que Emmet era un gran chico. Tenia todo lo que se podía pedir, inteligencia, humor, era humilde, y ni decir que estaba para mojar pan. Ese tipo e gente que quieres tener a tu lado porque sabes que te alegrara en cualquier momento.
-Sube si quieres, es solo dejar los libros- le dije.
-Vaya, mi casa esta un poco mas desordenada que esta- comento entrando a mi piso.
-Yo soy bastante ordenada. Me gusta la limpieza, así que espero que a mis compañeras también-.
-No es por decepcionarte, pero no es una cualidad muy extendida entre las chicas de Nueva York-.
-Vamonos anda, que tengo hambre-.
-Bueno-dijo cuando llegamos a las puertas del comedor, donde el olor a comida ya era notorio, -te voy a presentar la mejor parte de toda la universidad. Hoy no habrá nadie aquí entro, como ya te dije nadie llego todavía. ¡Buenas noches señoritas!- como bien dijo Emmet, el comedor estaba totalmente vació, solo se encontraban allí las cocineras que estaban detrás de las pantallas que protegían la comida.
-¡Emmet! Creíamos que ya no vendrías-.
-No dudéis de mi anda. Además, traigo visita- de repente las caras de las cocineras cambiaron a un gesto mucho mas amenazante. –No os pongáis así, es buena gente. Es becada- dijo a modo de rendición, lo que hizo que el gesto se suavizara mucho más.
-Buenas noches- me atreví a decir, pro esa simple frase hizo que todas volviesen a sus gestos de alegría, e incluso alguna me dedico una sonrisa dulce.
-Es hasta educada. Muchacha ya nos caes bien. ¿Qué vas a querer de cenar?-.
-¿Por qué hay tanta comida si no viene nadie?- pregunte.
-Es obligatorio hacer un mínimo, por si acaso. A mi ponme un poco de todo- dijo Emmet.
-Yo… Yo quiero un poco de pasta y un filete. Gracias-.
-Vamos a sentarnos-.
-¿Qué a sido eso de antes?- le pregunte mientras miraba como no le entraba mas comida en la boca y me empecé a reír.
-Tenía hambre- dijo a modo de excusa. –Veras, no se si habrás conocido a muchos pijos, pero la mayoría no son exactamente lomas educado que te puedas echar a la cara, y a las mujeres las tratan bastante mal, dejémoslo ahí. De todas formas lo comprobaras pronto. Cuando viene alguien nuevo, se ponen a la defensiva, es normal, están muy quemadas de tanta tontería que se gastan los niñitos. La excepción son los becados o los que sufren por entrar aquí, quieras o no saben lo que tiene y lo que les ha costado entrar aquí, y suelen ser mas agradecidos, como tu has demostrado-.
-No he hecho nada-.
-Te equivocas- dijo señalándome con el tenedor. –Las has saludado, cuando te han puesto mala cara no las has insultado, has dado las gracias cuando te han servido. ¿Sabes cuantos estudiantes hacen eso?-.
-¿El 30% que no son ricos?-.
-Bingo para la chica que tengo en frente- dijo haciendo que los dos nos riésemos. –Aun así, suelen ser bastante ariscas con todos, es su forma de defenderse. Cuando tienes que servir y ya te han tirado la comida dos veces a la cara, da igual que des o no las gracias, están tan cansadas que e mandan a la mierda con solo un "hola". Las entiendo y por so suelo venir aquí siempre, aunque ahora me pueda ir a mi casa. Probablemente sea la única persona con la que se puedan desahogar, aparte de entre ellas-.
-Vaya, ni siquiera me imaginaba esto. Una pregunta cambiando de tema, has dicho que hay poca gente, ¿Por qué no viene a comer aquí? Aunque solo sean los delegados-.
-Veras, la mayoría de los delegados, bueno, todos menos yo, tienen unos padres bastante influyentes en la universidad. ¿De verdad crees que mientras puedan evitarlo vendrán a comer aquí, cuando odian este lugar y su comida?-.
-Pero si esta deliciosa la comida Emmet-.
-A mi me lo vas a decir, pero no hay nadie que te sirva, ni un menú donde lo mas barato sean 60 dólares, ni nadie que te quite la silla cuando te vayas a sentar o a levantarte. Esas cosas, que para ellos, valen mas, que el que la comida este rica o mala-.
-¿Vais a querer algo de postre?- nos dijo una de las cocineras acercándose a nuestra mesa. Debería tener unos 50 años y se veía verdaderamente adorable.
-Tráeme un cacho de tarta de chocolate, anda Maggie- dijo haciendo un puchero Emmet.
-Claro que si mi niño. ¿Y tu bonita?-.
-Otro para mi, gracias-.
-Ahora mismo os los traigo-.
-Nadie sabe que tienen eso, lo reservan para mi-.
-¿Solo para ti?-.
-Eres a la primera persona que enseño todo lo que conozco de la universidad que verdaderamente merece la pena. Me has caído bien pequeña-.
-Gracias Emmet. La verdad tu también me has caído muy bien. Espero seguir viéndote por aquí-.
-Claro que lo harás. No pienso despegarme de ti, solo durante las clases. No todos los días uno hace tan buenos amigos-.
-Muchos gracias… grandullon. ¿Te molesta que te llame así?-.
-¿Sinceramente? ¡Me encanta! Por fin alguien aprecia mi figura- dijo mientras los dos nos poníamos a reír.
-Aquí la tenéis. Disfrutadla-.
-Por supuesto Maggie-.
-Gracias. Esto esta riquísimo- dije sin todavía terminarme el pedazo que tenia en mi boca.
-Es casera. La especialidad de la casa, ¿verdad Maggie?- dijo chillando.
-Y sabes que solo ara ti cariño. Y para tu amiga ahora también-.
-Eres increíble. ¡Y por cierto! Se llama Isabella, pero prefiere Bella-.
-Encantada Bella, yo soy Maggie-.
-Igualmente Maggie, encantada. Por cierto, esta riquísima la tarta- dije chillando yo también.
-Pídela cuando quieras tesoro, pero que no te vea nadie-.
-Eso esta hecho-. Nos terminamos la tarta en menos de un minuto. Sinceramente, esta increíble, pocas tartas había comido que estuviesen tan buenas.
-Nos vamos ya señoritas. Pero mañana disfrutaran de nuestra compañía en la cena de nuevo-.
-Muchas gracias por la cena. Estaba riquísima, de verdad- dije.
-Muchas gracias Bella. Os esperamos mañana aquí-.
-Hasta mañana-.
-Hasta mañana-.
-Bueno dijimos llegando al portal de la casa de Emmet. ¿Mañana a las 10 te viene bien?- dijo Emmet metiendo la llave en la cerradura.
-Si claro. Aquí mismo a las 10. hasta mañana Emmet. Y muchas gracias por todo, en serio-.
-Ha sido un placer. Hasta mañana Bella- dijo mientras cerraba la puerta. Subí a mi casa y después de darme una ducha busque uno de mis pijamas y me metí a la cama, no sin antes poner el despertador en hora para levantarme mañana puntual. Apenas tarde en coger sueño, ya que había sido un día lleno de nuevas experiencias. Un día largo que había dado para mucho. Un día para conocer los siguientes cuatro años de mi vida.
Hola chicas. por lo que veo no les gusto mi fic pero seguire subiendo hasta que les guste bueno me voy adios besos!!!
Última edición por yuri cullen el 28/3/2012, 5:33 pm, editado 5 veces
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola chicas, por lo que veo no les gusto mi fic, pero seguire insistiendo hasta que les guste!!! besos bye!!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Animo Yuri no de desinfles jijijij tiene buena pinta sigue subiendo cap
cariños Nejix
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Nejix- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
ps ami zii me gusto0 en vdd esta spr padre espero qk actualisess pronto
estreliitap- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
muchas gracias chicas y si seguire actualizando!!! :D
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola Yuri... no te desanimes... yo en lo personal me entere que subiste por tu MP y enseguida viene a leerlo... te dire que me gusto... siento que va a ser ese tipo de historias que todo va ir en cuenta gotas... dios... eso me pone nerviosa jajajaja... pero bien Yuri muy bien... sigue escribiendo... segui soñando... que es lo mas lindo que puede existir... Besotes... y no nos dejes colgadas con solo 2 cap... jejejejej
Ebys Cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola y si muchas gracias Ebys, ya pronto subire el Cap. 3 espero que les guste bye besos!!!!
yuri cullen- .
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Capitulo 3
-Que, ¿preparada para un largo día de búsqueda de trabajo?- me pregunto Emmet en el portal de mi casa.
-Pasa, todavía no desayune. Llegaste pronto-.
-Eso es porque vamos a desayunar fuera Bella-.
-Esta bien. Espera que coja unas cosas- fui a mi cuarto a por mi bolso y mi funda donde llevaba mis curriculums. Había impreso lo menos 20, porque nunca se sabia cuantos pondríamos necesitar. –Nos podemos ir grandullon-.
-¿Te parece coger un café y sentarnos a charlar y luego ya caminar, caminar y caminar?-.
-Perfecto-. Fuimos a una cafetería de la compañía Starbucks, y con nuestras galletas y nuestros cafés, nos sentamos en una de las mesas mas alejadas de bullicio mañanero de la ciudad. –Vaya, este sitio tiene unas vistas increíbles- dije fijándome en el ventanal donde esta apoyada.
-Suelo venir aquí a estudiar cuando mis compañeros de piso quieren liarla-.
-¿Quiénes son? Todavía no les vi-.
-Eso es porque ni yo lo se todavía. Los dos anteriores se graduaron este año, así que entraran dos nuevos. Suelen ser buena gente, no te preocupes por eso. Ten e cuenta que todos estamos en la misma situación, manteniendo becas y esas cosas, pero eso no quita para que de vez en cuando se haga una fiesta. Están prohibidas pero suelen hacer la vista gorda-.
-Espero llevarme bien con las mías. La convivencia entre mujeres es siempre peor que entre hombres-.
-Eso es cierto- dijo riéndose. –Y bueno, ¿A dónde piensas pedir trabajo?-.
-No se, me da un poco igual. Mi único requisito es que sea por las tardes y los fines de semana. Mis padres me dijeron que no trabajara, que me dedicase a estudiar, pero llevan muchos años trabajando para poder mandarme aquí, ahora me toca trabajar un poco a mi para poder mantenerme-.
-Chica responsable-.
-Lo justo. ¿Y tu?-.
-También me es indiferente, pero preferiblemente que no sea en un lugar de comida. Digamos que mi sueldo se iria con todo lo que fuese engullendo. El curso pasado trabaje en un restaurante cogiendo pedidos. Lejos de comida todo fue bastante bien-.
-Bueno- dije tomándome mi último sorbo de café. –La mañana es corta y Nueva York nos espera-.
-Venga pequeña-. Salimos por la puerta cuando me encontré la primera buena noticia de la mañana.
-¡Emmet espera!-.
-¿Qué pasa?-.
-Mira el cartel- dije señalándole el papel que estaba pegado en la pared de la cafetería de donde habíamos salido. "Se necesita empleado. Consultar en la barra". –Emmet, ¿pasamos a preguntar?-.
-Ya te dije que yo y la comida, cuando mas lejos, mejor. Pasa tú, te espero aquí. Y suerte-. Volví sobre mis pasos y espere en la barra, donde no había nadie en ese momento.
-Disculpe- pegunte a la chica que estaba e la caja.
-¿Qué desea?-.
-Preguntaba por el anuncio de empleo de la puerta. Podría estar interesada y decían que preguntase aquí-.
-Ah si. Mira, resulta que una de nuestras empleadas se mudo y dejo el empleo así que necesitamos a un empleado-.
-Vera, estaría interesada, pero solo estoy disponible por las tardes y los fines de semana. La universidad y esas cosas-.
-No hay problema. Por la mañana estoy yo y dos mas, que ahora mismo están dentro. Seria por las tardes y un fin de semana al mes. ¿Te interesa?-.
-¡Si! ¡Claro! Dejo mi currículo para que me ll…-.
-Claro, dámelo- dijo cogiendolo, - no quiero que te hagas ilusiones, pero lo mas probable es que te lo den. Todavía no dejo nadie ninguna referencia y el anuncio lleva 15 días ahí, y el dueño esta desesperado por encontrar a alguien-.
-Muchas gracias-.
-Hoy mismo cuando venga se lo daré, y si le gustas te llamara y mañana vienes a firma contrato. Felicidades compañera-.
-Muchas gracias. Espero verte pronto. Adiós-.
-Hasta luego-. Salí del local con una sonrisa inmensa. Desde luego el día no podía comenzar mejor. –Eres un grandullon con suerte. Por lo menos para los demás- dije sorprendiendo a Emmet que se encontraba de espaldas a la puerta.
-¿Lo tienes?-.
-Me dijo la chica que era prácticamente mío- dije sonriéndole y viendo como el sentía casi la misma alegría por mi. –De todas formas echare en un par de sitios más por si acaso-.
-¡Felicidades pequeña! Ahora solo queda que lo encuentre yo-.
-Veras como si- dije frotándole la espalda para darle unos ánimos. 3 horas mas tardes y 20 curriculums menos, decidimos que todo lo que estaba en nuestra mano, estaba hecho.
-¿De algún lado me llamaran no?- pregunto Emmet sentándose en uno de los bancos de Central Park.
-Veras como si. Yo creo que en esa tienda de deportes les hacia falta a unos cuantos como tu-.
-Parecían desesperados- dijo mostrando su sonrisa desaparecida en las ultimas horas. –Además, ese me vendría genial, esta cerca de la universidad y perdería poco tiempo en transporte-.
-Vamos que seguro lo consigues. ¿A que te logro animar con 3 palabras?-.
-Pruébalo enana-.
-Vamos a comer-.
-Que rápido me has llegado a conocer tu- dijo levantándose y revolviéndome el pelo. –Estoy hambriento. Vamonos-. Decidimos comer en un bar al lado de la universidad. Muy sencillo para la zona donde se encontraba, pero como lo importante, es decir, comida y servicio estaba bien, nos quedamos.
-Bueno Bella, háblame de tu familia y tu vida en España-.
-Bueno, están mis padres y mis dos hermanos, que son gemelos. Unos preadolescentes de 12 años. Me alegro alejarme esa temporada de casa, aunque se que los voy a echar de menos una barbaridad. Destaque en el colegio siempre, pero por mis notas. Supongo que no tener otra cosa que hacer en la vida hace que e centres en las que están a tu alcance. Nunca tuve amigas, conocidas y compañeras de clase, pero solo eso. Toda mi vida ha estado enfocada a estudiar en el extranjero para ser alguien de provecho el día de mañana. Y a pesar de lo que puedas pensar, he sido y soy feliz. ¿Qué hay de ti?- dije cogiendo con mi tenedor una patata frita y llevándomela a la boca.
-Pues yo soy huérfano de padre. No le conocí. He vivido toda mi vida con mi madre. Por supuesto tampoco tengo hermanos. Ella ha trabajado toda su vida para que nunca me faltase de nada. Obviamente no vivimos con grandes lujos, pero no puedo decir que alguna vez pase hambre. Siempre me gusto el deporte y fue en lo que destaque, así que decidí esforzarme mas en ese área y seria mas sencillo conseguir una beca por ese medio que por otro. Me encanta viajar y esas cosas, nunca lo he podido hacer, por eso si encuentro un trabajo cuando termine la carrera donde tenga que viajar, habré cumplido con lo propuesto-.
-Somos unos campeones Emmet-.
-Somos afortunados, valientes, cabezotas. Personas que saben lo que cuestan las cosas y las valoran-.
-Pues si-.
-Sabes, a lo mejor lo que te dije ayer te dejo mal sabor de boca. No pienses que esa gente va hacerte pasar cuatro años horrorosos, hay gente que realmente vale la pena-.
-¿Tienes amigos allí dentro?-.
-Todos se fueron este año, o porque se graduaron o porque se cambiaron de universidad. Realmente soy una persona mas o menos conocida, por ser el capitán y eso, pero se en quien puedo y en quien no puedo confiar. Pero si me dejas puedo decir que si tengo una amiga- dijo mirándome.
-Claro que si Emmet, llegaremos a ser grandes amigos. Me has ayudado más de lo que podía imaginar en mi primer día, creo que te mereces, por lo menos, esa oportunidad-.
It´s my lifeeeeeeeeeeeee and it´s now o never…
-Disculpa mi móvil- dijo Emmet sacándoselo del bolsillo. -¿Si?... Si soy yo… ¿En serio?... ¡Por supuesto! Mañana a primera hora me tiene allí… Muchas gracias señor… Hasta mañana. ¡Bella! ¡La tienda de deportes! ¡Soy empleado! ¡Tengo trabajo!- dijo poniéndose de pie haciendo un gracioso "baile de la victoria" juntando sus manos y haciendo círculos con ellas.
-¡Felicidades!- dije levantándome entre risas y dándole un abrazo a lo que el respondió abrazándome y empezando a darme vueltas.- Para si no quieres que vomite la comida ahora mismo-.
-Disculpa, perdón. La emoción ya sabes-.
Pasamos el resto de la tarde con el papeleo que debíamos solucionar los dos antes de terminar mientras el me prestaba, una vez mas su ayuda, con las cosas que no entendía. Fuimos a pedir horarios, a apuntarnos a la actividad extraescolar correspondiente, a sabes los días libres que nos tocaban y todas esas cosas que yo necesitaba saber desde el primer día. El resto del tiempo estuvimos tirados en el césped hablando sobre nuestras vidas, conociéndonos un poco mejor. Llegue a descubrir que Emmet tenia aparte de un cuerpo enorme, un corazón comparable al cuerpo. Era una persona extremadamente inteligente, cuando se lo proponía, el resto del tiempo parecía un niño de 5 años. Hablaba con total devoción y respeto de su madre, y estaba segura que si alguna vez escuchaba una palabra mala hacia ella, esa persona podía despedirse de su dentadura de por vida. Era de esas personas que tenían una facilidad asombrosa para caer bien.
-Basta de hablar. Hora de cenar- dijo masajeándose la tripa. Otra cosa que aprendí de Emmet: si esta mas de dos horas sin probar bocado, deja de ser persona.
-Vamos, yo también tengo hambre- dije mientras nos dirigíamos al comedor de la universidad. Al igual que el día anterior, solo nosotros ocupábamos algún lugar dentro del recinto.
-¡Buenas noches mujeres!-.
-Buenas noches mi niño. Buenas noches Bella-.
-Buenas noches Maggie- dije saludándola.
-¿Cómo levas tu adaptación a todo esto?-.
-Muy bien la verdad. Me encanta Nueva York, estoy segura que lo pasare en grande aquí-.
-¿De cenar?-.
-Un po…-.
-Un poco de todo Emmet. A ti ni te pregunto ya. ¿Y tu cariño?-.
-Una ensalada y… un filete. Con eso tengo-.
-¿Y eras tu la que tenias hambre?- me dijo Emmet mientras me miraba como si tuviese en la cara 5 ojos.
-Si Emmet, lo que pasa que nuestros estómagos tienen diferente volumen. Y no diré quien lo tiene más grande-.
-Es que eso no me llega ni para empezar-.
Tiriri Tiriri
-Emmet me llaman. ¿Puedes llevar mi bandeja? Voy ahora mismo-.
-Claro- escuche que me respondía mientras descolgaba y me acercaba a la puerta-. -¿Diga?-.
-"¿Señorita Isabella Swan?-.
-Si soy yo. ¿Quién habla?-.
-George Cambell, propietario del Starbucks situado al lado de la NYU. Perdone las horas de la llamada creo que esta mañana estuvo usted aquí buscando empleo, ¿me equivoco?-.
-No. Es correcto-.
-Me complace anunciarle que hemos decidido contar con sus servicios, y si usted lo desea, es desde este momento empleada del establecimiento-.
-Si… ¡Si! Claro. Muchísimas gracias-.
-Su horario es de 4 de la tarde a las 9 de la noche de lunes a jueves… y a usted le tocaría trabajar el primer sábado de cada mes. ¿Esta usted de acuerdo?-.
-Por supuesto-.
-Puede pasarse mañana a primera hora a firmar el contrato y la esperamos la semana que viene. Felicidades y hasta mañana-.
-Hasta mañana señor Cambell. Y muchas gracias- colgué la llamada y me quede mirando la pantalla del móvil como si en ella estuviese escrita la cosa mas feliz de este universo. -¡Emmet!- grite cuando salí de mi ensoñación. Vi como e miraba sin dejar de comer ni un solo momento. -¡Me lo han dado! ¡Tengo trabajo!- dije yendo hacia nuestro lugar dando saltitos de alegría. No es que fuese un empleo donde mi sueldo fuese de 5 cifras, pero era exactamente lo que buscaba y me alegraba haberlo conseguido.
-¡Esa es mi chica!-dijo cogiendo y dándome vueltas como hizo esta mañana. –No sabes cuanto me alegro pequeña-.
-Tenemos que brindar- dije cogiendo mi vaso d coca cola y alzándolo al aire mientras el hacia lo mismo. –Por nosotros, por nuestros nuevos trabajos, porque vamos a conseguir lo que queramos grandillo-.
-Por nosotros. Chin- y ambos bebimos todo el contenido de nuestro vaso de un solo sorbo.
-Nos vemos mañana por la tarde, me esperan por la mañana para firmar- dije mientras volvíamos caminando hacia nuestro piso.
-Lo mismo digo. Nos vemos pequeña. Hoy fue un gran día-.
-Mejor imposible. Buenas noches Emmet-. Después de la rutinaria llamada a mi familia y de una ducha reconfortante que logro calmar toda mi euforia me senté en la cama a pensar, calmadamente en mi vida. Había sido un día realmente satisfactorio e interesante para mi. Había conseguido, a la primera el empleo con las características que quería y había estrechado lazos con Emmet, un chico realmente dulce, simpático y divertido, con el que estaba segura, entablaría una gran amistad. Desde luego, si todos os días que me quedaba aquí, llegaba a ser, solo la mitad de buenos como este, mis próximos 4 años seria una total y completa maravilla.
Me levante la mañana siguiente por e ruido del timbre.
-¿Emmet? ¿Qué haces aquí? Habíamos quedado por la tarde, yo… en una hora tengo que ir a firmar-.
-Lo se pequeña, pero te traigo compañía. Tu nueva compañera de cuarto. Bella, esta de aquí- dijo apartándose para dejarme ver a una menuda chica –es Ángela Webber. Ángela, te presento a tu nueva compañera de piso Bella-.
-Encantada Ángela- dije hendiéndole la mano y mostrándole una tímida sonrisa.
-Igualmente Bella- me dijo mientras Emmet pasaba todas las maletas de la muchacha al salón.
-Bela te tengo que pedir un favor, si no te importa Ángela. Debería de enseñarle todo esto a Ángela, pero yo tengo que ir a firmar y estaré allí toda la mañana para saber como funciona. Por la tarde soy vuestro, pero si no te importa mostrarle esto por encima…-.
-Claro que no Emmet. Pero Ángela decide-.
-Por mi no hay problema. Pero Ben…-.
-Ben puede ir con vosotras, ¿no?-.
-¿Quién es Ben?- pregunte notándome un poco perdida en la conversación.
-Es mi novio-.
-Y mi nuevo compañero de piso- termino Emmet. –Y los dos becados. Una pareja de listo- dijo sonriéndonos. –Entonces nos vemos esta tarde. Adiós chicas-.
-Adiós- nos despedimos ambas a la vez.
-Bueno Ángela, ven que te enseño la casa y eliges tu habitación- dije cogiendo una de sus maletas.
-La casa esta mucho mejor de lo que pensaba- dijo asombrada y me imagine mi cara cuando vi todo aquello por primera vez, seria muy parecida a la suya.
-Yo pensé lo mismo. ¿De donde eres Ángela?-.
-Vengo de Hawai, becada como dijo Emmet. Mi novio también consiguió beca. Ambos vamos a estudiar filología inglesa. ¿Y tu de donde vienes?-.
-Yo tengo una beca también. Madrid, soy española y estoy en relaciones internacionales-.
-Uau, tu si que vienes de lejos. Nos tendremos una a la otra cuando echemos de menos a la familia, no te preocupes- me dijo sonriendo y frotándome el brazo a la vez. Me cayó realmente bien la chica. –Creo que me quedare con esta- dijo pasando una de las maletas a la habitación escogida y yo la seguí con la otra.
-Ángela, tengo que salir porque tengo que firmar un contrato de trabajo, esta aquí al lado, puedes acompañarme y luego vemos un poco esto o si prefieres te acomodas y cuando terminemos nos vemos-.
-Prefiero quedarme si no te importa-.
-Perfecto, además yo todavía tengo que desayunar y prepararme. ¿Quieres desayunar conmigo?-.
-Claro-.
-Vete instalándote y cuando este preparando te aviso-. Salí de su cuarto para dejarle un poco de intimidad y preparar el desayuno. Ángela parecía una muchacha muy sencilla y cercana, y debía de ser por eso por lo que pude entablar con ella una conversación demás de cuatro palabras por frase, porque sino, hubiese sido bastante mas complicado. Unas tostadas, fruta y café fue e lo que consistía el "banquete".
-¿Esta ya?- dijo Ángela entrando por la puerta.
-Si, te iba a ir a avisar en este momento. ¿Te gusta el café, no?-.
-Con leche, por favor-.
-Pues listo. Y bueno Ángela, ¿Qué es de tu vida?-.
-A ver, vivo en Hawai. Somos una familia grande, mis padres, mi abuela, 5 hermanos y yo. Llevo saliendo con Ben desde que teníamos 10 años-.
-Eso es amor-.
-Pues si. Ben ha vivido en el bloque de pisos al lado del mió desde que tengo memoria, pero somos demasiado tímidos y hasta los diez años no nos decidimos. El vive con sus padres, es hijo único. Y nos decidimos por esta universidad para echar la beca por la buena reputación que tiene en literatura. Y Bella, ¿tu que te cuentas?-.
-Pues he vivido toda mi vida en Madrid con mis padres y mis hermanos gemelos de 12 años. Siempre quise venir aquí, Nueva York siempre me ha fascinado y aquí estoy-.
-Estoy segura de que van a ser cuatro años geniales-.
-Por lo menos lo vamos a intentar- dije sonriéndola. –Se me hace tarde- dije terminándome mi café y corriendo hacia mi cuarto para vestir. –Volveré como muy tarde en media hora. ¿Estaréis listos para entonces?-.
-Claro Bella. Nos vemos-.
-Si. Hasta luego-. Baje corriendo las escaleras ya que no quería llegar tarde, eso daría una pésima impresión de mi y llevaba la hora justa por entretenerme a charlas con Ángela. Cinco minutos antes de lo previsto ya estaba entrando por la puerta y esperando a que alguno de los trabajadores se quedase libre para preguntarles.
-¿Qué desea?- me pregunto un muchacho cogiendo ya un vaso para el café.
-Preguntaba por el señor Cambell. Me dijo que a primera hora viniese- el chico me miro con la ceja levantada preguntándose de que le estaría hablando. –Para firmas un contrato- le terminé de aclarar.
-Tú debes de ser la nueva compañera que estará aquí por las tardes, ¿no? Jasper Whitlock, un placer- dijo tendiéndome la mano.
-Bella Swan, encantada- dije devolviéndole el gesto.
-Vamos a ser compañeros de trabajo, ¿sabes? Cambio el turno a por la tarde. Los horarios de la universidad y esas cosas-.
-¿Estas en la universidad?-.
-Empiezo este año en la NYU, esta aquí al lado. Estudiare derecho-.
-Vaya que casualidad, yo acabo de entrar este año también. Yo estaré en relaciones internacionales-.
-¡Ey compañera! No te separaras de mi con agua caliente-.
-O tu de mi- sigue siguiéndole la broma.
-Un segundo que llamo al jefe. ¡George! ¡Ha llegado la nueva! Es buena gente, no te preocupes-.
-¿Señorita Swan?- dijo apareciendo por la puerta un hombre de unos 30 años vestido de una manera totalmente informal.
-Solo Bella señor. Si, soy yo-.
-Encantado, soy George Cambell, jefe de este establecimiento. Sentémonos en una mesa para hablar más tranquilamente-. Le seguí hasta la mesa donde me senté ayer con Emmet, porque, definitivamente, era como otro mundo dentro de la misma cafetería.- Muy bien Bella. la primera regla, me llamas George, ni señor Cambell, ni señor, ni nada de esas cosas. Segundo, aquí tienes el contrato, léelo, si tienes alguna duda me preguntas, y si no firmas- empecé a leer el contrato alternando mi vista del papel a George, -tercera, por cuestiones de higiene, el pelo recogido siempre. Es un contrato solo hasta junio, que es lo que pedías en el contrato. Los días libres que te correspondan, debes de pedirlos con 2 días de antelación, y si quieres cambiar el turno, apáñatelas con los del turno de mañana. ¿Estamos de acuerdo?- termine de leer el contrato y aquello parecía que estaba escrito a mi exacta medida, como si yo hubiera exigido en vez de pedido.
-Estoy de acuerdo. Firmo-.
-Estupendo. Empiezas el lunes. Bienvenida- dijo tendiéndome la mano, la cual acepte gustosa. –Tengo trabajo. Nos vemos- dijo levantándose y llevándose con el una parte del contrato, dejándome a mi con la otra, y entrando por la puerta de donde salio.
-Nos vemos el lunes Jasper-dije mientras pasaba por la barra y me despedía de el con la mano.
-Hasta el lunes Bella. Y felicidades-.
El camino de vuelta a la universidad me lo pase sonriendo y viendo aquel folio, donde estaban escritas las reglas de lo que seria mi primer trabajo. Sabia que mi ilusión era desmesurada, pero es que desde que había llegado a Estados Unidos todo me había salido tal y como lo había deseado. Que menos de estar feliz por una misma.
-Ya llegue-anuncie mientras quitaba la llave de la cerradura y me encontraba a un chico en el sofá. –Perdón, ¿pero tu eres…?-.
-Ben. Novio de Ángela y vecino de ambas. Tu debes de ser Bella-.
-Ah si lo siento, pero es que no te conocía y…-.
-No te preocupes es lógico. Encantado de conocerte-.
-Lo mismo digo Ben-.
-Ya estoy lista- dijo Ángela entrando por la puerta mientras miraba algo dentro de su bolso. –Bella, no te había escuchado- dijo alzando la cabeza. –Supongo que ya os conocéis-.
-Os tengo que avisar de que yo conozco lo que me enseño Emmet, así que cualquier duda que tengáis mejor que la conteste el, sabrá mejor que yo ciertas cosas-.
-No te preocupes Bella, esto es mas para conocernos nosotros que otra cosa-.
-Perfecto, entonces vamos- dije señalándoles la puerta dejando que saliesen ellos primero.
Lo que resto de mañana nos dedicamos a ver todo lo que Emmet se encargo de enseñarme el primer dia: facultades, campus, pistas, hermandades. Y la poca gente que nos cruzábamos, porque después de tres días, seguía viendo las mismas caras de siempre, si es que veía alguna. Me alegro saber que Ángel también se apunto a fútbol como actividad extraescolar y que al igual que yo, tampoco era muy diestra para eso de los deportes. No es que me alegrara su desgracia, pero era bueno saber que no era la única y que además ella tampoco lo llevaba mal.
-¡Chicos!- giramos nuestras cabeza instantáneamente para ver como se acercaba Emmet corriendo. Estábamos sentados a la sombra de un árbol en el campus hablando sobre lo que esperábamos de la universidad. –Ya llegue. ¿Qué tal la visita? Todo lo que sabe ella lo aprendió de mi, así que espero que no digáis mal-.
-Bella lo hizo realmente bien. Estamos encantados-.
-Es casi la hora de comer. ¿Vamos?- dijo levantándose dos segundo después de sentarse. –Vosotros venís, ¿no?-.
-Claro estamos hambrientos-.
-Venga, os voy a presentar al mejor catering de Nueva York, y el menos apreciado, pero eso no tiene importancia-.
Volvimos una noche mas al comedor, y después de las presentaciones nos sentamos en la que ya era nuestra mesa. Aunque estar a solas con Emmet no era para nada aburrido, tener más compañía durante ese rato hacia que aquellos fuesen casi un circo. Nos fuimos pronto a nuestras casas. Había vuelto a ser un dia entretenido, movidito, pero de esos que te hacen ir a la cama con una gran sonrisa. Notaba a mis padres tan felices como lo estaba yo cada vez que les llamaban, y aunque no paraban de repetirme que me extrañaban, quizás tanto como yo a ellos, estaban orgulloso y felices por mi, y eso valía mas que nada.
Bueno chicas este es el capitulo 3 espero y les guste y ya en el capitulo siguiente apareseran los Cullen, no se impacienten ma?ana lo subire besos cuidense.
-Pasa, todavía no desayune. Llegaste pronto-.
-Eso es porque vamos a desayunar fuera Bella-.
-Esta bien. Espera que coja unas cosas- fui a mi cuarto a por mi bolso y mi funda donde llevaba mis curriculums. Había impreso lo menos 20, porque nunca se sabia cuantos pondríamos necesitar. –Nos podemos ir grandullon-.
-¿Te parece coger un café y sentarnos a charlar y luego ya caminar, caminar y caminar?-.
-Perfecto-. Fuimos a una cafetería de la compañía Starbucks, y con nuestras galletas y nuestros cafés, nos sentamos en una de las mesas mas alejadas de bullicio mañanero de la ciudad. –Vaya, este sitio tiene unas vistas increíbles- dije fijándome en el ventanal donde esta apoyada.
-Suelo venir aquí a estudiar cuando mis compañeros de piso quieren liarla-.
-¿Quiénes son? Todavía no les vi-.
-Eso es porque ni yo lo se todavía. Los dos anteriores se graduaron este año, así que entraran dos nuevos. Suelen ser buena gente, no te preocupes por eso. Ten e cuenta que todos estamos en la misma situación, manteniendo becas y esas cosas, pero eso no quita para que de vez en cuando se haga una fiesta. Están prohibidas pero suelen hacer la vista gorda-.
-Espero llevarme bien con las mías. La convivencia entre mujeres es siempre peor que entre hombres-.
-Eso es cierto- dijo riéndose. –Y bueno, ¿A dónde piensas pedir trabajo?-.
-No se, me da un poco igual. Mi único requisito es que sea por las tardes y los fines de semana. Mis padres me dijeron que no trabajara, que me dedicase a estudiar, pero llevan muchos años trabajando para poder mandarme aquí, ahora me toca trabajar un poco a mi para poder mantenerme-.
-Chica responsable-.
-Lo justo. ¿Y tu?-.
-También me es indiferente, pero preferiblemente que no sea en un lugar de comida. Digamos que mi sueldo se iria con todo lo que fuese engullendo. El curso pasado trabaje en un restaurante cogiendo pedidos. Lejos de comida todo fue bastante bien-.
-Bueno- dije tomándome mi último sorbo de café. –La mañana es corta y Nueva York nos espera-.
-Venga pequeña-. Salimos por la puerta cuando me encontré la primera buena noticia de la mañana.
-¡Emmet espera!-.
-¿Qué pasa?-.
-Mira el cartel- dije señalándole el papel que estaba pegado en la pared de la cafetería de donde habíamos salido. "Se necesita empleado. Consultar en la barra". –Emmet, ¿pasamos a preguntar?-.
-Ya te dije que yo y la comida, cuando mas lejos, mejor. Pasa tú, te espero aquí. Y suerte-. Volví sobre mis pasos y espere en la barra, donde no había nadie en ese momento.
-Disculpe- pegunte a la chica que estaba e la caja.
-¿Qué desea?-.
-Preguntaba por el anuncio de empleo de la puerta. Podría estar interesada y decían que preguntase aquí-.
-Ah si. Mira, resulta que una de nuestras empleadas se mudo y dejo el empleo así que necesitamos a un empleado-.
-Vera, estaría interesada, pero solo estoy disponible por las tardes y los fines de semana. La universidad y esas cosas-.
-No hay problema. Por la mañana estoy yo y dos mas, que ahora mismo están dentro. Seria por las tardes y un fin de semana al mes. ¿Te interesa?-.
-¡Si! ¡Claro! Dejo mi currículo para que me ll…-.
-Claro, dámelo- dijo cogiendolo, - no quiero que te hagas ilusiones, pero lo mas probable es que te lo den. Todavía no dejo nadie ninguna referencia y el anuncio lleva 15 días ahí, y el dueño esta desesperado por encontrar a alguien-.
-Muchas gracias-.
-Hoy mismo cuando venga se lo daré, y si le gustas te llamara y mañana vienes a firma contrato. Felicidades compañera-.
-Muchas gracias. Espero verte pronto. Adiós-.
-Hasta luego-. Salí del local con una sonrisa inmensa. Desde luego el día no podía comenzar mejor. –Eres un grandullon con suerte. Por lo menos para los demás- dije sorprendiendo a Emmet que se encontraba de espaldas a la puerta.
-¿Lo tienes?-.
-Me dijo la chica que era prácticamente mío- dije sonriéndole y viendo como el sentía casi la misma alegría por mi. –De todas formas echare en un par de sitios más por si acaso-.
-¡Felicidades pequeña! Ahora solo queda que lo encuentre yo-.
-Veras como si- dije frotándole la espalda para darle unos ánimos. 3 horas mas tardes y 20 curriculums menos, decidimos que todo lo que estaba en nuestra mano, estaba hecho.
-¿De algún lado me llamaran no?- pregunto Emmet sentándose en uno de los bancos de Central Park.
-Veras como si. Yo creo que en esa tienda de deportes les hacia falta a unos cuantos como tu-.
-Parecían desesperados- dijo mostrando su sonrisa desaparecida en las ultimas horas. –Además, ese me vendría genial, esta cerca de la universidad y perdería poco tiempo en transporte-.
-Vamos que seguro lo consigues. ¿A que te logro animar con 3 palabras?-.
-Pruébalo enana-.
-Vamos a comer-.
-Que rápido me has llegado a conocer tu- dijo levantándose y revolviéndome el pelo. –Estoy hambriento. Vamonos-. Decidimos comer en un bar al lado de la universidad. Muy sencillo para la zona donde se encontraba, pero como lo importante, es decir, comida y servicio estaba bien, nos quedamos.
-Bueno Bella, háblame de tu familia y tu vida en España-.
-Bueno, están mis padres y mis dos hermanos, que son gemelos. Unos preadolescentes de 12 años. Me alegro alejarme esa temporada de casa, aunque se que los voy a echar de menos una barbaridad. Destaque en el colegio siempre, pero por mis notas. Supongo que no tener otra cosa que hacer en la vida hace que e centres en las que están a tu alcance. Nunca tuve amigas, conocidas y compañeras de clase, pero solo eso. Toda mi vida ha estado enfocada a estudiar en el extranjero para ser alguien de provecho el día de mañana. Y a pesar de lo que puedas pensar, he sido y soy feliz. ¿Qué hay de ti?- dije cogiendo con mi tenedor una patata frita y llevándomela a la boca.
-Pues yo soy huérfano de padre. No le conocí. He vivido toda mi vida con mi madre. Por supuesto tampoco tengo hermanos. Ella ha trabajado toda su vida para que nunca me faltase de nada. Obviamente no vivimos con grandes lujos, pero no puedo decir que alguna vez pase hambre. Siempre me gusto el deporte y fue en lo que destaque, así que decidí esforzarme mas en ese área y seria mas sencillo conseguir una beca por ese medio que por otro. Me encanta viajar y esas cosas, nunca lo he podido hacer, por eso si encuentro un trabajo cuando termine la carrera donde tenga que viajar, habré cumplido con lo propuesto-.
-Somos unos campeones Emmet-.
-Somos afortunados, valientes, cabezotas. Personas que saben lo que cuestan las cosas y las valoran-.
-Pues si-.
-Sabes, a lo mejor lo que te dije ayer te dejo mal sabor de boca. No pienses que esa gente va hacerte pasar cuatro años horrorosos, hay gente que realmente vale la pena-.
-¿Tienes amigos allí dentro?-.
-Todos se fueron este año, o porque se graduaron o porque se cambiaron de universidad. Realmente soy una persona mas o menos conocida, por ser el capitán y eso, pero se en quien puedo y en quien no puedo confiar. Pero si me dejas puedo decir que si tengo una amiga- dijo mirándome.
-Claro que si Emmet, llegaremos a ser grandes amigos. Me has ayudado más de lo que podía imaginar en mi primer día, creo que te mereces, por lo menos, esa oportunidad-.
It´s my lifeeeeeeeeeeeee and it´s now o never…
-Disculpa mi móvil- dijo Emmet sacándoselo del bolsillo. -¿Si?... Si soy yo… ¿En serio?... ¡Por supuesto! Mañana a primera hora me tiene allí… Muchas gracias señor… Hasta mañana. ¡Bella! ¡La tienda de deportes! ¡Soy empleado! ¡Tengo trabajo!- dijo poniéndose de pie haciendo un gracioso "baile de la victoria" juntando sus manos y haciendo círculos con ellas.
-¡Felicidades!- dije levantándome entre risas y dándole un abrazo a lo que el respondió abrazándome y empezando a darme vueltas.- Para si no quieres que vomite la comida ahora mismo-.
-Disculpa, perdón. La emoción ya sabes-.
Pasamos el resto de la tarde con el papeleo que debíamos solucionar los dos antes de terminar mientras el me prestaba, una vez mas su ayuda, con las cosas que no entendía. Fuimos a pedir horarios, a apuntarnos a la actividad extraescolar correspondiente, a sabes los días libres que nos tocaban y todas esas cosas que yo necesitaba saber desde el primer día. El resto del tiempo estuvimos tirados en el césped hablando sobre nuestras vidas, conociéndonos un poco mejor. Llegue a descubrir que Emmet tenia aparte de un cuerpo enorme, un corazón comparable al cuerpo. Era una persona extremadamente inteligente, cuando se lo proponía, el resto del tiempo parecía un niño de 5 años. Hablaba con total devoción y respeto de su madre, y estaba segura que si alguna vez escuchaba una palabra mala hacia ella, esa persona podía despedirse de su dentadura de por vida. Era de esas personas que tenían una facilidad asombrosa para caer bien.
-Basta de hablar. Hora de cenar- dijo masajeándose la tripa. Otra cosa que aprendí de Emmet: si esta mas de dos horas sin probar bocado, deja de ser persona.
-Vamos, yo también tengo hambre- dije mientras nos dirigíamos al comedor de la universidad. Al igual que el día anterior, solo nosotros ocupábamos algún lugar dentro del recinto.
-¡Buenas noches mujeres!-.
-Buenas noches mi niño. Buenas noches Bella-.
-Buenas noches Maggie- dije saludándola.
-¿Cómo levas tu adaptación a todo esto?-.
-Muy bien la verdad. Me encanta Nueva York, estoy segura que lo pasare en grande aquí-.
-¿De cenar?-.
-Un po…-.
-Un poco de todo Emmet. A ti ni te pregunto ya. ¿Y tu cariño?-.
-Una ensalada y… un filete. Con eso tengo-.
-¿Y eras tu la que tenias hambre?- me dijo Emmet mientras me miraba como si tuviese en la cara 5 ojos.
-Si Emmet, lo que pasa que nuestros estómagos tienen diferente volumen. Y no diré quien lo tiene más grande-.
-Es que eso no me llega ni para empezar-.
Tiriri Tiriri
-Emmet me llaman. ¿Puedes llevar mi bandeja? Voy ahora mismo-.
-Claro- escuche que me respondía mientras descolgaba y me acercaba a la puerta-. -¿Diga?-.
-"¿Señorita Isabella Swan?-.
-Si soy yo. ¿Quién habla?-.
-George Cambell, propietario del Starbucks situado al lado de la NYU. Perdone las horas de la llamada creo que esta mañana estuvo usted aquí buscando empleo, ¿me equivoco?-.
-No. Es correcto-.
-Me complace anunciarle que hemos decidido contar con sus servicios, y si usted lo desea, es desde este momento empleada del establecimiento-.
-Si… ¡Si! Claro. Muchísimas gracias-.
-Su horario es de 4 de la tarde a las 9 de la noche de lunes a jueves… y a usted le tocaría trabajar el primer sábado de cada mes. ¿Esta usted de acuerdo?-.
-Por supuesto-.
-Puede pasarse mañana a primera hora a firmar el contrato y la esperamos la semana que viene. Felicidades y hasta mañana-.
-Hasta mañana señor Cambell. Y muchas gracias- colgué la llamada y me quede mirando la pantalla del móvil como si en ella estuviese escrita la cosa mas feliz de este universo. -¡Emmet!- grite cuando salí de mi ensoñación. Vi como e miraba sin dejar de comer ni un solo momento. -¡Me lo han dado! ¡Tengo trabajo!- dije yendo hacia nuestro lugar dando saltitos de alegría. No es que fuese un empleo donde mi sueldo fuese de 5 cifras, pero era exactamente lo que buscaba y me alegraba haberlo conseguido.
-¡Esa es mi chica!-dijo cogiendo y dándome vueltas como hizo esta mañana. –No sabes cuanto me alegro pequeña-.
-Tenemos que brindar- dije cogiendo mi vaso d coca cola y alzándolo al aire mientras el hacia lo mismo. –Por nosotros, por nuestros nuevos trabajos, porque vamos a conseguir lo que queramos grandillo-.
-Por nosotros. Chin- y ambos bebimos todo el contenido de nuestro vaso de un solo sorbo.
-Nos vemos mañana por la tarde, me esperan por la mañana para firmar- dije mientras volvíamos caminando hacia nuestro piso.
-Lo mismo digo. Nos vemos pequeña. Hoy fue un gran día-.
-Mejor imposible. Buenas noches Emmet-. Después de la rutinaria llamada a mi familia y de una ducha reconfortante que logro calmar toda mi euforia me senté en la cama a pensar, calmadamente en mi vida. Había sido un día realmente satisfactorio e interesante para mi. Había conseguido, a la primera el empleo con las características que quería y había estrechado lazos con Emmet, un chico realmente dulce, simpático y divertido, con el que estaba segura, entablaría una gran amistad. Desde luego, si todos os días que me quedaba aquí, llegaba a ser, solo la mitad de buenos como este, mis próximos 4 años seria una total y completa maravilla.
Me levante la mañana siguiente por e ruido del timbre.
-¿Emmet? ¿Qué haces aquí? Habíamos quedado por la tarde, yo… en una hora tengo que ir a firmar-.
-Lo se pequeña, pero te traigo compañía. Tu nueva compañera de cuarto. Bella, esta de aquí- dijo apartándose para dejarme ver a una menuda chica –es Ángela Webber. Ángela, te presento a tu nueva compañera de piso Bella-.
-Encantada Ángela- dije hendiéndole la mano y mostrándole una tímida sonrisa.
-Igualmente Bella- me dijo mientras Emmet pasaba todas las maletas de la muchacha al salón.
-Bela te tengo que pedir un favor, si no te importa Ángela. Debería de enseñarle todo esto a Ángela, pero yo tengo que ir a firmar y estaré allí toda la mañana para saber como funciona. Por la tarde soy vuestro, pero si no te importa mostrarle esto por encima…-.
-Claro que no Emmet. Pero Ángela decide-.
-Por mi no hay problema. Pero Ben…-.
-Ben puede ir con vosotras, ¿no?-.
-¿Quién es Ben?- pregunte notándome un poco perdida en la conversación.
-Es mi novio-.
-Y mi nuevo compañero de piso- termino Emmet. –Y los dos becados. Una pareja de listo- dijo sonriéndonos. –Entonces nos vemos esta tarde. Adiós chicas-.
-Adiós- nos despedimos ambas a la vez.
-Bueno Ángela, ven que te enseño la casa y eliges tu habitación- dije cogiendo una de sus maletas.
-La casa esta mucho mejor de lo que pensaba- dijo asombrada y me imagine mi cara cuando vi todo aquello por primera vez, seria muy parecida a la suya.
-Yo pensé lo mismo. ¿De donde eres Ángela?-.
-Vengo de Hawai, becada como dijo Emmet. Mi novio también consiguió beca. Ambos vamos a estudiar filología inglesa. ¿Y tu de donde vienes?-.
-Yo tengo una beca también. Madrid, soy española y estoy en relaciones internacionales-.
-Uau, tu si que vienes de lejos. Nos tendremos una a la otra cuando echemos de menos a la familia, no te preocupes- me dijo sonriendo y frotándome el brazo a la vez. Me cayó realmente bien la chica. –Creo que me quedare con esta- dijo pasando una de las maletas a la habitación escogida y yo la seguí con la otra.
-Ángela, tengo que salir porque tengo que firmar un contrato de trabajo, esta aquí al lado, puedes acompañarme y luego vemos un poco esto o si prefieres te acomodas y cuando terminemos nos vemos-.
-Prefiero quedarme si no te importa-.
-Perfecto, además yo todavía tengo que desayunar y prepararme. ¿Quieres desayunar conmigo?-.
-Claro-.
-Vete instalándote y cuando este preparando te aviso-. Salí de su cuarto para dejarle un poco de intimidad y preparar el desayuno. Ángela parecía una muchacha muy sencilla y cercana, y debía de ser por eso por lo que pude entablar con ella una conversación demás de cuatro palabras por frase, porque sino, hubiese sido bastante mas complicado. Unas tostadas, fruta y café fue e lo que consistía el "banquete".
-¿Esta ya?- dijo Ángela entrando por la puerta.
-Si, te iba a ir a avisar en este momento. ¿Te gusta el café, no?-.
-Con leche, por favor-.
-Pues listo. Y bueno Ángela, ¿Qué es de tu vida?-.
-A ver, vivo en Hawai. Somos una familia grande, mis padres, mi abuela, 5 hermanos y yo. Llevo saliendo con Ben desde que teníamos 10 años-.
-Eso es amor-.
-Pues si. Ben ha vivido en el bloque de pisos al lado del mió desde que tengo memoria, pero somos demasiado tímidos y hasta los diez años no nos decidimos. El vive con sus padres, es hijo único. Y nos decidimos por esta universidad para echar la beca por la buena reputación que tiene en literatura. Y Bella, ¿tu que te cuentas?-.
-Pues he vivido toda mi vida en Madrid con mis padres y mis hermanos gemelos de 12 años. Siempre quise venir aquí, Nueva York siempre me ha fascinado y aquí estoy-.
-Estoy segura de que van a ser cuatro años geniales-.
-Por lo menos lo vamos a intentar- dije sonriéndola. –Se me hace tarde- dije terminándome mi café y corriendo hacia mi cuarto para vestir. –Volveré como muy tarde en media hora. ¿Estaréis listos para entonces?-.
-Claro Bella. Nos vemos-.
-Si. Hasta luego-. Baje corriendo las escaleras ya que no quería llegar tarde, eso daría una pésima impresión de mi y llevaba la hora justa por entretenerme a charlas con Ángela. Cinco minutos antes de lo previsto ya estaba entrando por la puerta y esperando a que alguno de los trabajadores se quedase libre para preguntarles.
-¿Qué desea?- me pregunto un muchacho cogiendo ya un vaso para el café.
-Preguntaba por el señor Cambell. Me dijo que a primera hora viniese- el chico me miro con la ceja levantada preguntándose de que le estaría hablando. –Para firmas un contrato- le terminé de aclarar.
-Tú debes de ser la nueva compañera que estará aquí por las tardes, ¿no? Jasper Whitlock, un placer- dijo tendiéndome la mano.
-Bella Swan, encantada- dije devolviéndole el gesto.
-Vamos a ser compañeros de trabajo, ¿sabes? Cambio el turno a por la tarde. Los horarios de la universidad y esas cosas-.
-¿Estas en la universidad?-.
-Empiezo este año en la NYU, esta aquí al lado. Estudiare derecho-.
-Vaya que casualidad, yo acabo de entrar este año también. Yo estaré en relaciones internacionales-.
-¡Ey compañera! No te separaras de mi con agua caliente-.
-O tu de mi- sigue siguiéndole la broma.
-Un segundo que llamo al jefe. ¡George! ¡Ha llegado la nueva! Es buena gente, no te preocupes-.
-¿Señorita Swan?- dijo apareciendo por la puerta un hombre de unos 30 años vestido de una manera totalmente informal.
-Solo Bella señor. Si, soy yo-.
-Encantado, soy George Cambell, jefe de este establecimiento. Sentémonos en una mesa para hablar más tranquilamente-. Le seguí hasta la mesa donde me senté ayer con Emmet, porque, definitivamente, era como otro mundo dentro de la misma cafetería.- Muy bien Bella. la primera regla, me llamas George, ni señor Cambell, ni señor, ni nada de esas cosas. Segundo, aquí tienes el contrato, léelo, si tienes alguna duda me preguntas, y si no firmas- empecé a leer el contrato alternando mi vista del papel a George, -tercera, por cuestiones de higiene, el pelo recogido siempre. Es un contrato solo hasta junio, que es lo que pedías en el contrato. Los días libres que te correspondan, debes de pedirlos con 2 días de antelación, y si quieres cambiar el turno, apáñatelas con los del turno de mañana. ¿Estamos de acuerdo?- termine de leer el contrato y aquello parecía que estaba escrito a mi exacta medida, como si yo hubiera exigido en vez de pedido.
-Estoy de acuerdo. Firmo-.
-Estupendo. Empiezas el lunes. Bienvenida- dijo tendiéndome la mano, la cual acepte gustosa. –Tengo trabajo. Nos vemos- dijo levantándose y llevándose con el una parte del contrato, dejándome a mi con la otra, y entrando por la puerta de donde salio.
-Nos vemos el lunes Jasper-dije mientras pasaba por la barra y me despedía de el con la mano.
-Hasta el lunes Bella. Y felicidades-.
El camino de vuelta a la universidad me lo pase sonriendo y viendo aquel folio, donde estaban escritas las reglas de lo que seria mi primer trabajo. Sabia que mi ilusión era desmesurada, pero es que desde que había llegado a Estados Unidos todo me había salido tal y como lo había deseado. Que menos de estar feliz por una misma.
-Ya llegue-anuncie mientras quitaba la llave de la cerradura y me encontraba a un chico en el sofá. –Perdón, ¿pero tu eres…?-.
-Ben. Novio de Ángela y vecino de ambas. Tu debes de ser Bella-.
-Ah si lo siento, pero es que no te conocía y…-.
-No te preocupes es lógico. Encantado de conocerte-.
-Lo mismo digo Ben-.
-Ya estoy lista- dijo Ángela entrando por la puerta mientras miraba algo dentro de su bolso. –Bella, no te había escuchado- dijo alzando la cabeza. –Supongo que ya os conocéis-.
-Os tengo que avisar de que yo conozco lo que me enseño Emmet, así que cualquier duda que tengáis mejor que la conteste el, sabrá mejor que yo ciertas cosas-.
-No te preocupes Bella, esto es mas para conocernos nosotros que otra cosa-.
-Perfecto, entonces vamos- dije señalándoles la puerta dejando que saliesen ellos primero.
Lo que resto de mañana nos dedicamos a ver todo lo que Emmet se encargo de enseñarme el primer dia: facultades, campus, pistas, hermandades. Y la poca gente que nos cruzábamos, porque después de tres días, seguía viendo las mismas caras de siempre, si es que veía alguna. Me alegro saber que Ángel también se apunto a fútbol como actividad extraescolar y que al igual que yo, tampoco era muy diestra para eso de los deportes. No es que me alegrara su desgracia, pero era bueno saber que no era la única y que además ella tampoco lo llevaba mal.
-¡Chicos!- giramos nuestras cabeza instantáneamente para ver como se acercaba Emmet corriendo. Estábamos sentados a la sombra de un árbol en el campus hablando sobre lo que esperábamos de la universidad. –Ya llegue. ¿Qué tal la visita? Todo lo que sabe ella lo aprendió de mi, así que espero que no digáis mal-.
-Bella lo hizo realmente bien. Estamos encantados-.
-Es casi la hora de comer. ¿Vamos?- dijo levantándose dos segundo después de sentarse. –Vosotros venís, ¿no?-.
-Claro estamos hambrientos-.
-Venga, os voy a presentar al mejor catering de Nueva York, y el menos apreciado, pero eso no tiene importancia-.
Volvimos una noche mas al comedor, y después de las presentaciones nos sentamos en la que ya era nuestra mesa. Aunque estar a solas con Emmet no era para nada aburrido, tener más compañía durante ese rato hacia que aquellos fuesen casi un circo. Nos fuimos pronto a nuestras casas. Había vuelto a ser un dia entretenido, movidito, pero de esos que te hacen ir a la cama con una gran sonrisa. Notaba a mis padres tan felices como lo estaba yo cada vez que les llamaban, y aunque no paraban de repetirme que me extrañaban, quizás tanto como yo a ellos, estaban orgulloso y felices por mi, y eso valía mas que nada.
Bueno chicas este es el capitulo 3 espero y les guste y ya en el capitulo siguiente apareseran los Cullen, no se impacienten ma?ana lo subire besos cuidense.
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hey Yuri!!!......sorry q no me pase antes para leer el fic, pero ya esta, lo hice y me parece muy buena historia.....! Animo y sube mas!!
Jane- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
esta muy chevere tu fic me encanta lo seguire leyendo espero que actualices pronto :D
lau- Cantidad de envíos : 29
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Gracias Jane y Lau y si ma?ana subire el capitulo 4 y gracias por las porras jajaj bye besos!!!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola Yuri te quedo genial me gusto esperare ansiosa el cap 4
cariños Nejix
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Nejix- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola Nejix me alegra que te aiga gustado el fic :D en un rato subire el capitulo 4!! besos
yuri cullen- .
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capitulo 4
El tiempo pasaba volando cuando se esta en buena compañía y lo disfrutas, y eso fue lo que paso con mi tiempo de preparación a la universidad, que voló. Solo quedaba un día, mañana ya seria oficialmente estudiante de NYU y mi suelo se vería completamente realizado. Realmente disfrutaba cada segundo de mi estancia en la tierra de los sueños, como a mi me gustaba llamarla en mi fuero interno. Quieras o no, todos los míos estaban directa o indirectamente relacionados con Nueva York.
Notaba que el campus cada vez estaba mas lleno, y tal y como predijo Emmet los y las "niñas de papa2 no tardaron en hacer acto de presencia, y estaba segura que en mi vida había visto tanta gente con cuentas corrientes tan altas juntas. Aquello era exagerado, los coches en los que viajaban superaban en precio al sueldo anual de mi padre, la ropa que vestían e un día superaba a todo mi armario y los móviles que portaba tenían un valor mucho mayor que todos mis disco y libros juntos, que no eran pocos. Pero tenia también toda la razón en la otra parte, eras completamente ignorado si no te ponías en medio en su camino.
Durante estos días supimos también quien seria nuestros últimos compañeros de piso. Ángela y yo, debido a la reducción de dinero en becas por la crisis, no tendríamos mas que nuestra mutua compañía, pero fue una agradable alegría saber que el de los chicos seria Jasper, mi compañero de trabajo todas las tardes. Aunque era un trabajo agotador, ya que la cafetería siempre tenia clientes, la diversión estaba asegurada con el y sus bromas, algo agradable para pasar la tarde de manera entretenida.
Habíamos formado un grupo bastante unido, también tenia que ver que solo nos conocíamos entre nosotros, pero para mi aquello era perfecto. Emmet, Ángela, Ben, Jasper y yo nos habíamos convertido en un grupo muy unido, y aunque el pobre Emmet se sentía el padre de todos aunque solo nos sacase dos años, cuando sacaba su lado más niño incluso como si nosotros fuésemos sus abuelos.
Era nuestra última tarde de tranquilidad, no sabíamos hasta cuando, y nos dedicábamos a mirar a la gente que se paseaba por el campus mientras Emmet nos decía quienes eran. Teníamos visión directa a las hermandades, en las cuales no dejaban de escucharse chillidos que dañaban los tímpanos y cuando te querías dar cuenta era por un reencuentro escandaloso seguido de un saludo donde apenas se tocaban, "para no dañar el maquillaje" decían ellas.
-Son realmente patéticas- decía Ben cada vez que llegaba una nueva.
-¿Veis aquellas de allí?- dijo a dos chicas que se bajaban de un coche descapotable rojo. De esos que llaman discretos vaya. –La copiloto es Tanya Denali. Os presento a la presidenta de la hermandad Alpha, la que mas pasta se lleva de los de arriba. Fue presidenta el año pasado, la mas joven creo, y este año repite curso por… una falta grave, compartida con el presidente de la hermandad Beta. La que condice es Rosalie Hale, toda una belleza como veis. Una lastima que solo tenga cerebro para pintarse las uñas y seguir el camino por donde pisa Tanya-.
-¿Que hizo Tanya?- no es que me llevase la vida el saberlo, pero sentía curiosidad.
-Pues la pillaron en los vestuarios del gimnasio…intimando por el presidente de la hermandad Beta. Ni sus padres con todo su dinero pudieron pagar para no ser expulsados, por lo cual, repiten primer curso-.
-Vaya par de angelitos- dijo Ángela sin quitar ojo a las dos chicas. La verdad era que eran dos autenticas bellezas, pero mucho mas guapa Rosalie, se la veía como mas… natural, si, esa era la palabra.
-Y este año se une la hermana de Edward que entra en primer año. Solo espero que no sea como el hermano, porque tendremos en este campus una sobredosis de idiotez extrema. Mirad hay llega, debe de ser esa su hermana-. Vi como aparcaba en frente de la hermandad un volvo plateado. Se abrió la puerta y apareció por la puerta una chica mas parecida a un duende que a una adolescente la verdad, aunque su aspecto era bastante gracioso y se veía que tenia un gusto para la moda exquisito, claro, que eso siempre podía llevarse mejor con una cuenta corriente como la que debía de tener ella. Al otro lado del coche apareció la cabecera de un chico, el cual supuse que debía de ser Edward. Me imaginaba al típico chico rubio y fuerte, pero cuando se dio la vuelta me di cuenta de que era mucho mas que típico, aun en la distancia se veía que su pelo tenia un toque cobrizo extraño, que su sonrisa, la cual mostraba en ese momento en toda su plenitud, era de lo mas sensual que había visto en mi vida. Todo se fue al traste cuando vi que Tanya se tiraba en su cuello y este la recibía más que encantado.
-Espero que Alice no sea como el resto de chicas de esa casa. Es pura belleza-.
-Pues Edward no esta nada mal, ¿verdad Bella?- me dijo Ángela apartando la vista de donde yo la tenia segundos antes. –Ben, ya sabes que yo solo tengo ojos para ti- dijo girándose y haciendo que Ben quitase esa mirada que había adoptado nada mas decir Ángela la frase.
-La verdad se ve un niño guapo, pero no me interesa. Demasiado…-.
-Superficial, ¿verdad Bella?- me dijo Emmet y yo solo asentí. –Lo se, me pasa lo mismo con Rose-.
-Me gusta el coche del tal Edward…- dijo Jasper mientras intentaba ver el coche al completo, y que varios de los estudiantes se interpusieron en su punto de vista mientras el resoplaba con fastidio.
-Edward Cullen y Alice Cullen- completo Emmet la frase. –Es alucinante ese coche. Pero mi dinero no da ni para la mitad de una de sus ruedas. Tu serás compañero del niño- dijo a Jasper. –Tienes e frente a un futuro abogado y tu Bella- dijo sin señalarme y sin quitar la vista de en frente, -serás compañera de Tanya y de Alice creo. Me compadezco de ti. Rosalie tengo entendido que estudiara economía, creo que repite primer año por "orden" de Tanya, si una completa estupidez. Así que no nos toca a ninguno, solo compartiremos algunas asignaturas, tu Bella, yo soy mayor-.
-Que divertido Bella- dijo Jasper dándome con su hombro y levantando las cejas en señal de "te toco el gordo".
-Si, doy palmas con las orejas- contesté siguiendo con la gracia, cosa que hizo que todos estallasen en risas. Era agradable poder vivir momento como este, saber que eras apoyada y aceptada en un grupo donde tu pasado o tu dinero no valían absolutamente nada, aunque mas que no valer, era que a nadie le importaba lo mas mínimo.
-Vamos a cenar, me esta entrando el hambre- dijo Emmet poniéndose de pie.
-Emmet, el hambre vive contigo, siempre esta presente. No nos quieras engañar-. Nos levantamos todos y nos dirigimos con tranquilidad hacia el comedor, hasta que algo, o mejor dicho alguien impacto por mi lado izquierdo y me tiro al suelo.
-¿Por qué no te quitas de en medio inútil?- apenas pude escuchar su tono de voz y observar sus zapatos de mas de 10 centímetros de tacón, pero sabia perfectamente quien era, y desde luego, pisotearme seria lo ultimo que haría.
-Quizás porque no te vi. Aquí la que deberías mirar al frente tendrías que ser tu- en efecto, me estaba metiendo en un hoyo negro sin salida posible. D lo poco que sabia, Tanya no era cualquier cosa por aquí, pero si ago había asumido estos días, así que ya había sido suficientemente humillada en mi vida como para tener que seguir aguantando ciertas cosas.
-¿Me vas a decir tu a mi lo que tengo que hacer?-.
-No, siempre puedes seguir mirándote el ombligo mientras andas, llegaras muy lejos- dije dándome la vuelta y comenzando a andar mientras cogia por una manga a Emmet y por la otra a Jasper y hacia que siguiesen andando, en vez de observar el espectáculo como dos pasmadotes.
-Bella, ¿sabes lo que has hecho?- pregunto Emmet-.
-Si, pero fue ella quien me tiro, en caso contrario yo le hubiese pedido una disculpa-.
-Pero que es Tanya. ¡Tanya!-.
-Como si es el rey Emmet. No le hice nada en la vida a esa niña, y creo que ya sufrí en mi vida suficientes humillaciones de gente de su clase, para que llegue ahora ella y continué. Pues lo hará conmigo defendiéndome por una vez-.
-Esa es mi chica- dijo Ángela alzando una mano para chocar los cinco. –De todas formas, si se meten contigo yo pienso defenderte también-.
Cenamos todos discutiendo sobre si era lo mejor para mi, y en definitiva, para todos, plantarle cara a Tanya o a cualquiera de su grupo, sin ir mas lejos, para nuestra integridad física. Exceptuando a Emmet que era el único que puso algún pero, la respuesta era clara, si, claro que valía la pena. Era como todo, si tuviese alguna excusa con valor, basada en algo que nosotros le hubieses hecho o dicho lo lógico seria que ellos nos atacasen, pero como no era el caso, no teníamos porque aguantar nada.
Fue misión casi imposible esa noche conciliar el sueño. Por mi cabeza pasaban mil y una aventuras para el día de mañana. Mi primer día en la universidad. Siempre había oído que el tiempo pasaba deprisa y yo nunca lo acepte, pero por la noche recordaba cuando el ratoncito Pérez me había dejado su regalo debajo de la almohada cuando tenia 6 años como si fuese ayer, cuando pasamos las primeras vacaciones juntos e Galicia con mis hermanos como si todavía estuviese durmiendo escuchando el ruido del mar… el tiempo pasaba ante ti sin que te dieses cuenta, y yo pensaba aprovechar esto como solo esta experiencia se merecía.
Tanto Ángela como yo nos levantamos al día siguiente con unas ojeras curiosas debajo de nuestros ojos, así que deduje que ella tampoco había dormido todo lo tranquila que hubiese deseado. Esa mañana teníamos la presentación para todos los estudiantes y por cada aula, así que hoy conocería a mis compañeros de curso y el aula donde nos impartirían las clases. Desayune y me puse lo mas cómodo que encontré, unos vaqueros y una camiseta con mis converses, en cambio Ángela tenia "serios" problemas, ya que nada aprecia convencerle para vestirse en su primer día.
Din don
-Bella abre, deben de ser os chicos, estoy casi lista- me dijo desde su cuarto. Apague la televisión y me dirigí hacia la puerta.
-¡Buenos días chicas!- saludo con su habitual humor Emmet. -¿Preparadas?- dijo pasando mientras Ben y Jasper entraban detrás de el.
-Yo desde hace 15 minutos, a Ángela todavía le quedan otros cinco-.
-Mentira, mentira, mentira- dijo pasando al salón y dando un beso a Ben con los zapatos en la mano todavía, -solo me quedan ponérmelos y podemos salir-. Esperamos a que se atase los cordones y salimos dispuestos a empezar nuestro primer día. Emmet nos dirigió al salón de actos, lugar donde se harían las presentaciones. Nos sentamos casi en los últimos asientos, ya que gracias a la indecisión de Ángela, estaba casi todo ocupado, solo quedaban las primeras filas libres, pero no me hizo falta preguntar para quienes eran. Como si aquello fuese una pasarela, por el pasillo, empezaron a desfilar, lo que Emmet me confirmo que eran los habitantes mas destacados de las hermandades, y como no, debían de sentarse en los asientos mas adelantados. Yo era la que estaba con mi butaca pegada al pasillo así que podía distinguir a todos y cada uno. Pude ver, bueno, mas bien oler, que cada una de esas personas utilizaba un perfume o muy fuerte, o se gastaban una frasco de colonia al día, cada uno iba con lo que yo llamaría sus mejores galas, y ellos lo denominarían ropa para salir a comprar el pan, y con unos acompañantes que se notaba a la legua eran sus dobles pero en diferente sexo, ricos, consentidos, malcriados y prepotentes. Todo lo que me gustaba a mi de una persona, vaya.
-Disculpen, vayan tomando asiento por favor, la presentación esta a punto de comenzar- dijo una señora a la que yo distinguí como la señora Cooper, la primera persona con la que yo hable en esta universidad. Gire mi cabeza para comprobar que el flujo de personas ya era menos para faltaba la reina de las idiotas, Tanya. Se paro en la puerta y giro su cabeza como si estuviese esperando a alguien, hasta que apareció Edward y paso su brazo por sus hombros y empezaron a andar. Estuve tentada de ponerle la zancadilla cuando paso por mi lado, pero alguien superior en mi cabeza dijo que aquel no era el mejor plan de todos para dejarla por los suelos. Pude comprobar de cerca que Edward tenía los ojos mas increíbles que jamás hubiese visto, como de un color esmeralda completamente hipnotizante, a pesar de que paso por mi lado y ni me miro, y de que su piel, al igual que la mía, era de un blanco casi transparente, pero el suyo me pareció mucho mas elegante que el mió. Vi como cogian asiento en la primera fila después de saludar a unos cuantos compañeros.
-Parecen dioses o reyes- le comente a Emmet, ya que no era la única que se había quedado a ver el numerito de entrada.
-Para ellos, como si lo fueran-.
-Es de completos idiotas-.
-Vas aprendiendo rápido pequeña- me dijo sonriendo y volviendo a sentarse de manera recta. Observe como el escenario se iba llenado de gente que hablaban entre ella y se sentaba en las sillas que estaban colocadas a los lados del escenario."El claustro de profesores" logre escuchar a Emmet que hablaba a Ángela. "Ese es el director" dijo, supuse, del hombre que se dirigía hacia el micrófono. Era un señor de estatura media, pero mas bien tirando a bajito, con el pelo canoso y unas cuantas entradas en el pelo, pero se le veía una persona bastante simpática, de estos que vez que son buena gente.
-Buenos días todos. Soy Simon William, el directo de esta universidad, es decir, vuestro director durante vuestra estancia en la NYU. Bienvenidos a todos a este nuevo curso. Como todos los años quería dar una especial bienvenida a los estudiantes de primer año. Espero que os sintáis como en casa, que vuestros compañeros sean vuestra familia y los profesores vuestros máximos apoyos. Tenéis en nosotros todo lo que necesitéis. Valorad esta oportunidad de estudiar en una de mas mejores universidades del mundo. Os aseguro que un futuro, valorareis esto como algo sumamente especial es vuestra vida. Esforzaros, estudiar, pero sobre todas las cosas, disfrutad. Muchas gracias- dijo pasando una hoja para continuar con su discurso mientras todo aplaudíamos el principio. –Como primeras pinceladas del curso, informaros que este año el numero de personas becadas es inferior debido al recorte de presupuesto de la universidad, así que los que hayan recibido becas, siéntase el doble de orgullosos porque lo han tenido el doble de difícil- todos aplaudimos pero un grito de "perdedores" hizo que cesasen los aplausos de la parte de atrás del salón y aumentasen los vítores de los primero asientos, logrando que apretase los puños hasta casi hacerme sangre, -niños, compórtense- dijo el director en un susurro, pero no impidiendo que el micro pudiese captar sus palabras, -quería también dar las gracias a los inversores de la universidad, por sus ayudas, Maximus Denali, Cayo Vulturi, muchas gracias un año mas. A los que los conozcáis ya os sonaran las caras, para los de primer año, alguno de estas caras- dijo señalando a las personas que estaban a su alrededor,- muchas de estas caras al final del curso os serán mas que reconocidas. Os presento a vuestros profesores. En sus manos esta vuestra educación y vuestro futuro, sabed aprovecharla y apreciadla, no tiene precio. Y sin más os dejo que vayáis cada uno a su aula, las cuales están puestas en el tablón de la salida. Feliz comienzo de curso estudiantes-. Aprovechando que estábamos de los últimos salimos de los primeros y evitamos las aglomeraciones y las colas para ver nuestras clases.
-Emmet, ¿la clase numero 8?- pregunte, ya que era la mía.
-¡Eh, vamos a ser vecinos, yo estoy en la 9! Te acompaño. Chicos, buen día, nos vemos- dijo mientras nos expedíamos los dos y nos dirigíamos a nuestras clases. La sala número 8 se encontraba al final de la primera planta.
-Es aquí pequeña, nos vemos luego. Buena suerte-.
-Gracias Emmet, igualmente-.
Abrí la puerta y entre en clase. "La primera" pensé. Me senté en una de las esquinas de la primera fila. No era una clase como las que se veían e las películas de las universidades, parecía mas de colegio. Se distribuía en 4 filas de 10 pupitres cada una, todos juntos, y la del profesor a una lado, justo delante de donde yo estaba, dejando la pizarra y el proyector en el medio y un pequeño ordenador en una esquina. Segundos más tarde el aula se fue llenando de gente, aunque muy pocos hablaban entre ellos. Me dedique a mirar el horario mientras notaba como alguien se sentaba a mi lado, aunque no le preste la mas mínima atención.
-Hola- dijo una voz cantarina a mi lado. Me gire para llevarme una gran, y cuando digo gran, es inmensa sorpresa. –Soy Alice Cullen. Encantada- dijo tendiéndome la mano la cual acepte con muchísimas dudas. –Y tu eres…- dijo esperando a que yo terminase la frase.
-I… Isabella Swan. Encantada Alice. Pero puedes llamarme Bella-.
-Adoro tu nombre… Bella… ¿Sabes que eso en español significa "bonita"?- me dijo a lo que yo le conteste con una sonrisa sin ninguna intención de suficiencia.
-Si, si que lo se-.
-¿Sabes español?-.
-Malo seria que no supiese hablarlo, soy española- dije encogiéndome de hombros y desvelándole el misterio de porque yo dominaba perfectamente el idioma.
-¡Oh por dios! ¡Eres española! ¡Amo España! Me encanta tener una amiga española- dijo al cal yo la mire con los ojos desorbitados. Desde luego esta chica entraría en coma cuando supiese mi condición, pero mientras tanto seguiríamos hablando.
-Mmmmm Alice, nos acabamos de conocer- ¿amigas? Si, confirmaba aquello, no tenía ni la mas remota ida de quien podía ser yo.
-Te diré una cosa que tienes que saber de mi Bella, nunca apuestes en mi contra. Jamás. Nunca me equivoco. No me refiero a que siempre lleve razón y esas cosas, pero en cuanto al futuro, se que pasara, y se que tu y yo seremos grandes amigas-.
-Lo tendré en cuenta- dije sonriéndola. No entendía nada de lo que pasaba por la cabeza de esa chica, pero estaba medio loca, aunque era realmente simpática ha decir verdad.
-¿Y como es que has venido tan lejos ha estudiar Bella? Te puedo llamar Bella, ¿verdad?-.
-Si claro, es como me gusta que me llamen. Pues veras…- no estaba segura de contarle lo de mi beca, la chica estaba siendo realmente amable y me daba pena despertarla a la realidad, pero no estaría engañada toda la vida, así que cuanto antes mejor, -siempre quise venir aquí, así que durante toda mi vida me esforcé para conseguir una beca, y aquí estoy-.
-¿Eres becada?-.
-Si, ¿algún problema?-.
-No, solo que por lo que dijo el directo este año sol se concedieron la mitad de las becas, así que debes de ser alguien realmente inteligente. ¡Muchas felicidades!- dijo mientras me daba un abrazo.
-¿No te importa?- pregunte cuando se separo de mi. En ningún momento la sonrisa desapareció de su cara.
-¿Por qué tiene que importarme? Es realmente admirable que estés aquí, porque supongo que tu familia…-.
-No, mi familia no vino-.
-Eso, para mi sería imposible. Aunque viva aquí mis padre viven en la ciudad, así que cualquier problema ellos están cerca. En cambio tu, sola en una país diferente, sin tu familia… debe de ser muy duro. ¿Tienes amigos aquí? Si no es asi siempre puedes venirte conmigo-.
-Me vine aquí hace dos semanas para irme acondicionando, así que ya tengo gente con quien ir. Gracias de todas formas-.
-Esta bien, igualmente quedaremos y esas cosas. Siempre que necesites algo puedes pedirme ayuda, no hay problema-.
-Vaya Alice, muchísimas gracias-.
-Hola cuñada- bueno, la magia de los buenos momentos siempre se tiene que romper, ¿no? Tenia que legar Tanya. –Perdona niña- dijo señalándome, -cámbiate de sitios, que quiero ese-.
-Disculpa, llevo aquí casi 15 minutos así que no me pienso mover. A mi también me gusta este sitio, por eso lo cogi-.
-Tanya, vete al final de la clase que yo tampoco te quiero a mi lado- dijo Alice dándole la espalda y poniéndose frente a mi.
-Ya perdona niña…-.
-Me llamo Bella-.
-Pues eso niña, es que te estoy diciendo que te quites de ahí-.
-Y yo te digo que ella no se piensa quitar- le contesto Alice con una cara, en donde por primera vez, no veía una sonrisa. –Además es mi nueva amiga y compañera, así que si ella se va, me voy con ella-.
-Eres insoportable Alice. Le pienso decir a Eddie como tratas-.
-Si, y por favor, díselo llamándole Eddie, que seguro que así te hace mucho mas caso- dijo sacando esa sonrisa por fin mientras Tanya, con una mirada de odio dirigida hacías las dos daba media vuelta y se sentaba en una de las ultimas mesas que quedaban libres en la ultima fila poniendo caras de asco a todo lo que tenia alrededor.
-No ha sido necesario que e pelees con tu amiga por el sitio. Al final solo es un lugar, aprenderé lo mismo aquí que allí-.
-¿Amiga? ¿Tu te crees que yo puedo ser amiga de esa? Ni por todos los zapatos del mundo me hacia yo amiga de Tanya-.
-Siento si parezco cotilla, pero un amigo me hablo un poco de esto y te menciono… ¿Tu no vives en la hermandad donde Tanya es presidenta?-.
-No pareces cotilla, pareces informada, que siempre es bueno. Es difícil que alguien aquí no la conozca, así que si sabes algo de ella sabrás que tiene novio, y si, Edward es mi hermano, y con un par de palabras bonitas todo es posible, y por eso vivo allí. Más que por mi, por Edward, porque no quiere que su hermana viva en los pisos- dijo alzando las manos como si lo que estuviera diciendo fuese el anuncio de una tragedia nacional.
-Tendré que ser sincera contigo. Te imaginaba de otro modo, mas… no se como decirlo sin que te sientas ofendida-.
-Espera que te ayudo. ¿Mas idiota? ¿Mas superficial? ¿Mas niña de papa? Me alegra que no pienses eso de mi. El dinero de mis padres es suyo y hasta ahora me han ayudado con el, ahora quiero ser yo quien consiga el suyo-.
-Admirable tu comportamiento Alice- dije dándole la mano mientras ella la cogia satisfecha de si misma. –A mi me pasa lo mismo. Mis padres me querían seguir manteniendo aquí, pero considero que ya hicieron bastante así que me conseguí un trabajo. No es gran cosa, pero con la beca y esos ahorros podré mantenerme-.
-¿Ves como íbamos a ser grandes amigas y nos íbamos a llevar bien?-.
-Voy a terminar creyéndomelo- dije mientras ambas nos reíamos-.
-Buenos días alumnos- dijo entrando por la puerta un señor de unos 40 años y dejando su maletín en la mesa. –Me presento, soy el profesor Andrew Coen, vuestro tutor y además vuestro profeso de comunicación oral y escrita, una de las asignaturas que estudiareis durante este curso, y los que viene. Las asignaturas se repartirán en 3 trimestres, pero a mi me tendréis que aguantar todo el curso- dijo mientras todos sonreímos con cierta vergüenza aun. –Aunque supongo que la mayoría ya habéis echado un vistazo a vuestro horario os diré las asignaturas de este año. Tendréis durante todo el año como ya os dije antes comunicación oral y escrita, introducción a las relaciones internacionales, introducción al derecho y dos idiomas, este año tendréis el español y el francés de manera obligatoria. Y después repartidas e tres trimestres estudiareis estadística, protocolo, historia de las relaciones internacionales, política exterior la país, geografía política y económica e historia mundial contemporánea. Y esto es solo el principio muchachos, así que espero que estéis aquí por gusto, no por obligación, sino, no sacareis esta carrera en la vida-. Parecía que se había estudiado ese discurso antes de soltarlo todo, pero lo dijo con tal convicción y entrega que me lo creí, a fin de cuentas, daba clases de como hacerlo. –En fin, vamos a estudiar una carrera donde tenemos contacto directo con la gente, por lo cual no permito vergüenza- vaya, he aquí la primera traba de la carrera, - uno por uno pasareis aquí- dijo señalando el lugar donde el se encontraba, que era justo el centro de la clase, - y os presentareis. Diréis de donde venir, como os llamáis, que aspiráis en la vida, que hacéis aquí, que os gusta y todo lo que se os ocurra. Empiezas tu- dijo señalando al niño que se encontraba al otro lado de mi mesa. 8 personas después mis oídos vomitaban caprichos por todos lados.
-Hola. Me llamo Alice Cullen y soy de Nueva York. Me gusta la moda, me encanta la ropa, detrás de mi familia es lo que mas valoro en el mundo. Quiero estudiar esto porque me encanta viajar, y quiero conocer los sitios por donde voy, donde me muevo y esas cosas. Un placer conoceros a todos-.
-Igualmente Alice. Siguiente- esa era yo. Deje que Alice se sentase primero y salí yo. Me arme de valor, no quería empezar mi primer día mirando al suelo mientras hablaba así que respire profundamente un par de veces y mire al frente.
-Hola. Eh… Yo me llamo Isabella Swan… bueno prefiero que me llamen Bella. Vengo de España…-
-¿Tu eres la niña que viene con una beca de Madrid?- me pregunto el profesor señalándome con clara cara de asombro mientras que en toda la clase se generaba un murmullo. Genial para mi pobre concentración.
-Si, esa soy yo-.
-Tenia muchas ganas de conocerte Bella. Pocas veces en mi vida he visto un expediente académico como el tuyo. Felicidades chica-.
-Muchas gracias profesor-.
-Una cosa mas- dijo dirigiéndose a toda la clase, -ya que yo os pienso tutear, conmigo podéis hacer lo mismo, así que de ahora en adelante, Andrew solamente. Continua Bella-.
-Eso, vengo de Madrid. Siempre quise estudiar algo relacionado con esto en una de las mejores universidades del mundo, y después de meditarlo mucho decidí venir a esta, lo cual creo que ha sido una buena decisión. Me encanta viajar, aunque no he podido hacerlo muy a menudo, leer, escuchar música y eso-.
-Un placer conocerte Bella. Siguiente- rápidamente me fui a mi sitio, una cosa complicada ya que tenia que pasar por 9 mesas y sillas antes de llegar a mi sitio. Y seria un poco más simple si de repente no apareciesen pies de la nada intentando tirarme al suelo, cosa que decidí omitir y no hacer un espectáculo de ellos. Me di cuenta que de las 30 personas que habíamos en clase, solo yo y un niño mas éramos de lo que se podía decir "origen humilde".
-Por ultimo… ¿Quién tenemos entre nosotros? Tanya, adelante por favor- dijo haciendo un gesto de invitación con la mano, aunque se notaba a la legua que a este profesor no le caía especialmente bien esa alumna.
-Hola a todos. Como ya sabréis me llamo Tanya Denali y tengo 19 años. Vivo en Nueva York por estudio pero mi otra residencia se encuentra en LA. Quiero estudiar esto… esa parte mejor la dejamos para otro día. Me encanta la moda, los coches y ser la presienta de la mejor hermandad de esta universidad. No soporto a la gente que no esta a mi nivel- dijo mirándome directamente a los ojos, cosa que yo respondí apartando la mirada y negando con la cabeza mientras notaba como Alice dejaba soltar un resoplido, -y salir con mi amigas y mi novio. Ya esta profesor Andrew- dijo mientras volvía a su sitio.
-Una presentación muy… constructiva Tanya. Y ahora yo. Hola a todos. Me llamo Andrew Coen, tengo 42 años y soy profesor en la NYU. Me dedico a esto porque siempre me gusto el arte de dar discursos, así que es la universidad me especialice en ese área. Amo la lectura, los idiomas, se hablar tres diferentes y odio tratar con adolescentes con complejo de superioridad, por lo cual, todos los que estáis aquí podéis ir despidiéndoos de el, exceptuando 2 o 3 personas, nos vamos a llevar mal como sigáis así muchachos. Un placer conoceros. Lo dejamos por hoy. Hasta mañana que es cuando empieza lo de verdad- dijo cogiendo su maletín y saliendo de la clase despidiéndose con la mano.
-Este hombre tiene el arte de la palabra- dije esperando que saliese toda la clase mientras hablaba con Alice.
-Soy su fan numero uno desde este preciso momento-.
-Oye Alice, ya que tu te has portado tan bien conmigo me parece justo serlo yo también. ¿Quieres comer conmigo y mis amigos? Digo, comeremos en el comedor, y durara poco porque nos tenemos que ir a trabajar 3 de los 5, pero par aun primer contacto-.
-¡Claro que si! ¡Que ilusión! Muchísimas gracias Bella-.
-Un placer. Una cosa. Los rumores de que el comedor en una basura, olvídalos-.
-Se como puede ser de exagerada cierta gente Bella. puedes estar tranquila-.
-¿Y que tal el primer día pequeña?- dijo Emmet apoyando su pesado brazo en mis hombros, cosa que hace que casi cediesen mis rodillas.
-Genial grandullon. Mira, te presento a Alice Cullen. Alice, este es Emmet McCarthy, uno de mis amigos por estas tierras-.
-Un placer conocer al capital de fútbol americano de la NYU- dijo tendiéndole la mano de la misma manera que lo hizo conmigo. Quizá por eso Emmet quedo tan sorprendido como me quedé yo.
-¿Tu eres hermana del otro Cullen cierto? ¿Habéis pensado en que quizá es adoptado?- dijo un poco mas bajo.
-Todos los días- dijo sonriendo.
-La he invitado a comer con nosotros, espero que no os importe-.
-Por mi no hay problema. ¿Vamos? Deben estar esperándonos en la puerta-.
Era agradable ser uno más en el grupo, y que además esta fuese en cierta manera "diferente" a los demás. Todos quedamos encantado con Alice, se veía una chica divertida, espontánea y natural, cualidades poco abundantes en el resto del alumnado. Aunque si hubo alguien que quedo gratamente sorprendido ese fue Jasper, que no quito los ojos de Alice en toda la comida. Nos despedimos de ella prometiendo vernos al próximo día. Una vez dejadas las cosas en casa nos dirigimos a nuestro trabajo.
-Sabes hoy ha sido un día increíble- me dijo Jasper yendo hacia la cafetería.
-Dime porque anda-.
-He empezado la universidad, además en la carrera que quiero y he descubierto que la chica que me interesa no es tan idiota como debería de ser, sino que es normal-.
-¿Alice Cullen no?-.
-Ya dije que era una belleza, si encima es normal, lo tiene todo-.
-Ojala logres algo con ella-.
-He dicho que me interesa, no que yo le interese a ella-.
-No pierdas las esperanzas, hasta ahora todo va sobre ruedas-.
-Si, hasta ahora todo es perfecto-.
"Si, por ahora todo iba bien encaminado" pensé mientras entrábamos al trabajo a empezar nuestra segunda parte del día
Hola chicas pues lo prometido es deuda asi que aqui esta el capitulo 4 espero que les guste a y porfa no me odien por poner a Edward con Tanya, asi es como la historia se va a ir desarollando!! bueno Besos:D
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
:O yuri esta muy buena tu historia enserio que si :) me encanta hahaha de ahora en adelante soy fan de todo lo que escribas
lau- Cantidad de envíos : 29
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
muchas gracias!!! me alegra muchisimo que te guste bueno besos pasare por tu fic Lau!!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
hahaha me encanta te lo juro no me cansare de decirlo la forma en que escribes es genial no dejas detalles por fuera y eso hace aun mas interesante la historia
lau- Cantidad de envíos : 29
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estreliitap- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
muchas gracias chicas!!!! q les aiga gustado eso me pone muy feliz!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
tambien me a encantado tu fic!!
sugue subiendo mas capiss esta muy buena la historiaa!!
sugue subiendo mas capiss esta muy buena la historiaa!!
Made- Cantidad de envíos : 23
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capitulo 5
Habían pasado ya las dos primeras semanas de curso, y esta vida cada vez me convencía mas, estaba mas a gusto con cada minuto que pasaba. Era lunes y hoy empezaban las clases extraescolares, es decir, hoy empezaba mi calvario con el fútbol. Había tenido que pedir permiso en el trabajo, porque no me daba tiempo a llegar, pero todo se soluciono firmando que trabajaría un par de horas mas el sábado que me tocase. Alice también se había apuntado a fútbol, por lo cual estaríamos juntas las tres: Ángela, Alice y yo. Me dijo que se había planteado entrar donde las animadoras, pero que en esta universidad tenias que tener un nivel bastante alto de gimnasia para entrar y que ella ni se había presentado porque sabia que su pierna no podía levantarla ni medio metro del suelo. Me lo contaba riéndose ya que Tanya si se había presentado pensando que entraría, y digo con palabras textuales, "sabrá mover el culo pero de gimnasia no tiene ni idea", por lo cual no entro al equipo, y la tendríamos de "compañera", una cosa que no me hacia ningún tipo de gracia.
Alice se había acoplado a nuestro grupo con mucha facilidad, y todos nos alegrábamos al saber que cada vez Jasper y ella estaban mas cerca. Aunque al principio Jasper tuvo sus dudas, todos, incluida Alice, de manera sutil, le hicimos ver que ella no era como el resto, y se encargo de demostrárselo día tras día.
-Bella relájate por dios. Hoy solo se presentaran los entrenadores, nos dirán horarios de trabajo, uniformes y donde competiremos. Dudo que nos dejen tocar un balón hoy- me decía Emmet mientras nos dirigíamos a el pabellón de deportes cubierto. Tanto fútbol americano como fútbol, masculino y femenino teníamos los mismos campos de entrenamiento, por lo que era necesario establecer orden y día para no coincidir. Al llegar nos sentamos en una de las ultimas butacas mientras aquello de llenaba de gente. 4 personas aparecieron por una puerta diferente posicionándose en frente del resto del mundo y esperando a que colocasen y callasen.
-Muy bien. Buenas tardes a todos. Deduzco que habréis leído las comunicaciones y solo estáis aquí los equipos masculino y femenino de fútbol y fútbol americano. Pediría por favor que los capitanes de los equipos bajasen aquí-. Emmet se levanto de mi lado y bajo hasta la pista juntándose con otro chico y otra chica. Viendo aquello me acorde del porque se sorprendió tanto cuando Alice le saludo de una manera tan correcta, y es que el año pasado el y Edward habían luchado por la capitanía. Cierto era que ambos eran los mejores del equipo, me contó, pero Edward intento conseguirla por otros medios, pero se topo con que el entrenador no necesitaba un sueldo extra en su vida, por lo cual se la dio a Emmet sin dudarlo ni un segundo mas. –Veréis que de cuatro equipos solo hay tres capitanes, bien, falta el de fútbol femenino, así que aquí el entrenador Nicolas será el encargado de elegir a una de sus jugadoras-. Así que ese seria el señor que me mataría a balonazos los próximos 4 años. Era bueno saberlo. Una vez presentados los cuatro entrenadores, indicar horarios (yo entrenaría los lunes, para empezar bien la semana, vaya) y repartir equitaciones, nos hicieron separarnos en cuatro grupos, unos por cada equipo y hacer presentaciones mas individualizadas.
-Buenos chicas, como veréis no tenemos capitana, así que para elegirla primero tengo que veros en acción. Las pruebas serán el próximo lunes en el campo de fútbol que esta fuera, y da igual si sois nuevas o veteranas, pienso trataros de la misma manera. Estoy seguro de que haremos grandes cosas este año. Veréis que sois un montón, pero intentare que todas tengáis vuestro momento. Se le olvido decirlo, pero este año tenemos competiciones entre universidades, así que estos cuatro equipos que estamos aquí viajaremos juntos, y según vayan eliminando, dejaremos de viajar juntos. Los lugares son- dijo sacando un papel, -la universidad de Seattle, la de Florida, la de Houston, y la final que será en la de Los Ángeles. Si hay alguna chica becada entre vosotras, no os preocupéis que los gastos los paga la universidad, como al resto-.
-Si el hotel no me gusta, ¿me puedo pagar otro no?- pregunto Tanya.
-No Tanya, tu te quedas donde se quede el equipo, o si no, estas fuera. Y sabes lo que eso significa.
-¡Es injusto! Puedo estar en el mejor hotel de la ciudad y me obligáis a estar en uno cualquiera, porque supongo que no os gastareis el dinero en uno bueno-.
-Nos alojaremos donde podamos. Como ves somos mucha gente, y no todos los hoteles están dispuestos a alojar a semejante juventud. Y no quiero escuchar una palabra mas- dijo poniendo la mano en frente de su cara y cortándole la palabra que estaba por escapar de su boca. –Y sin mas, buena semana chicas. Nos vemos el lunes-.
-Hasta el lunes entrenador- dijimos todas casi a la vez empezando a separarnos en pequeños grupos.
-¡Chicas!- dijo Emmet desde la otra punta del pabellón dirigiéndose hacia nosotras corriendo. -¿No es genial lo del campeonato? ¡Que nos vamos a Miami!- dijo bailando de una manera un tanto especial que hizo que todos nos riéramos, unos con mejor intención que otros, pero solo hizo falta una mirada para que estos parasen en seco sus risas.
-Es genial. Espero que podamos ganar el primer cruce, por si no, no vamos-.
-Eh venga, vamos a ganar en todas las categorías. Por lo menos las nuestras-.
-Eso espero. Me tengo que ir a trabajar- dije viendo a hora que era, si salía ya a lo mejor podía llegar a tiempo.
-Bella, te acompaño al trabajo hoy- dijo Alice cogiendo su bolso.
-Alice, ¿necesitas hablar verdad?- dije estando ya dentro de la cafetería poniéndome el delantal y cogiendome el pelo en una coleta alta.
-Si Bella. Sabía que hoy Jasper no podía venir y vi un buen momento-.
-Así que es sobre Jasper. Tienes suerte, hoy no hay nadie aquí y es raro. Dime lo que quieras-.
-Veras, no se si lo sabrás o lo habrás notado o algo de eso, pero me encanta Jasper-.
-Si algo hemos notado, todos- dije sonriéndola para que se relajase mientras le cogia la mano. –Todos estamos encantados de eso. Y no se si tu te habrás dado cuenta de que Jasper babea por ti-.
-¿De verdad? ¿En serio creéis eso? Bella no te rías de mi que estoy en una crisis seria-.
-Alice, no me estoy riendo de ti-.
-¡Ah Bella!-.
-Alice no grites por favor, estoy trabajando-.
-Perdón, perdón, perdón- dijo abrazándome. –No tienes de la alegría que me das. Bueno resuelto este problema vamos a siguiente. Bella, necesito estar con el, decirle lo que siento. Pero no me atrevo-.
-Venga Alice, no me puedo creer que tu o Jasper, con el carácter que tenéis tan abierto no podáis quedar un día a solar y solucionar todo. No me lo creo-.
-Me da vergüenza Bella-.
-¿Esta hablándome la misma Alice Cullen que yo conozco verdad?-.
-Bella, ayúdame anda-.
-¿No hay este viernes una fiesta en el campus con todos los estudiantes? Llévate a algún sitio durante un rato y habla con el-.
-Si. ¡Si! Eso es justo lo que voy ha hacer. Te quiero Bella. Te quiero- dijo abrazándome y dando saltitos que me arrastraban con ella.
-Ya Alice. Ya lo celebraremos cuando todo haya salido bien. Porque saldrá bien-.
-Vale ahora ya no solo estoy nerviosa, si no que también estoy ansiosa-.
-Relájate. Eras la única que todavía no se había dado cuenta. ¿Si te digo un secreto doy por seguro que no dirás nada verdad?- ella solo afirmo con la cabeza haciendo como que cerraba su boca con llave. –El día antes de empezar, te vimos llegar con tu hermano, y el comentario de Jasper, mas o menos fue "esa chica es una belleza. Ojala y no sea como las demás". Y el día que empezaron las clases me dijo algo así como "Alice me interesa". Así que los demás lo suponen, pero yo lo se-.
-Alice, respira, inspira, respira, inspira- se decía ella misma mientras seguía sus propios consejos. –Bella, estoy haciendo verdaderos esfuerzos por no gritar de alegría, así que dime algo malo ahora mismo-.
-¿Y que quieres que te diga?- pregunte mirando a mi alrededor.
-Lo que sea pero esto de la relajación no me esta funcionando- mira a todos lados buscando algo que le pudiese servir para no gritar y reventarme los tímpanos. Y como si alguien es hubiese llamado, apareció mi noticia dirección a la cafetería.
-¿Te vale que te diga que Tanya, tu hermano y unos cuantos mas vienen en esta dirección?-.
-Suficientemente mala para quitarme a Jasper de la cabeza. ¿Qué quieres? ¿Vienen mucho por aquí?-.
-Es la primera vez que los veo. O por lo menos en mi turno nunca vinieron- dije mientras empezaban a entrar por la puerta uno de tras de otro armando un escándalo importante como si esto fuese su casa. Al parecer nadie se dio cuenta de quien era yo hasta que Tanya se acerco a pedir y levanto su vista de sus uñas.
-Quiero un café… Mira quien tenemos de chacha la becada española-.
-¿Desea tomar algo?- le pregunte ignorando completamente su comentario y desempeñando mi trabajo.
-¿Lo haces tú?-.
-Si señorita-.
-Entonces nada. ¿Alguien quiere pedir a esta cosa algo?- dijo en un intento de humillarme.
-Tanya, ¿quieres que te lo haga yo?- dijo Alice poniendo una sonrisa que no me gustaba ni un poquito.
-Pues mira, mejor que ella si-.
-Alice, ¿Qué narices haces aquí? ¿Con esta?- dijo cogiendola del brazo.
-Suéltame Edward. lo primero, esta- dijo señalándome, -tiene nombre, y es Bella. y segundo, la estoy acompañando en su trabajo y la pienso ayudar. ¿Qué quieres?- dijo soltándose de su brazo y dirigiéndose a Tanya.
-Un capuchino con nata y un toque de vainilla-.
-Bella dime como se hace- dijo acercándome a la maquina de los cafés.
-¿Qué demonios haces Alice?- dije mientras le iba indicando ingredientes.
-Tu déjame a mi Bella, a ti no te pasara nada-.
-Me das miedo. Es mi trabajo, ¿sabes?-.
-Yo confié en ti, haz tu lo mismo conmigo- dijo poniendo la tapa al café y dirigiéndose a donde estaba Tanya. –Toma querida aquí lo tienes-.
-Gracias Alice- dijo estirando el brazo para intentar cogerlo. -¿Por qué no me lo das?-.
-Sabes, creo que el café dentro de este vaso, no se… esta feo. ¿Qué tal si lo ponemos encima de algo mejor?-.
-¿Cómo que?-.
-Encima de una cabellera pelirroja con zapatos de Prada de una temporada anterior- dijo mientras vertía todo el café encima de Tanya. –Ves, el café tiene mucha mejor pinta, ahora tu estas para meterte a la ducha de cabeza- dijo partiéndose de risa mientras ella empezaba a chillar y todos se quedaban quietos en el sitio sin saber que hacer. Yo, simplemente intentaba no reírme a carcajada limpia y ser lo mas profesional posible.
-Señorita, pase aquí y le ayudo a quitarse las manchas- dije saliendo de la barra y cogiendola por el brazo para ayudarla a clamar el ataque de histeria que tenia.
-¡Quítame las manos de encima muerta de hambre!- dijo sacudiendo el brazo y lanzándome a suelo sin ningún tipo de miramientos. -¡Te voy a matar duende! ¡Te pienso hundir!- dijo chillando y dirigiéndose a Alice.
-Si lo que tu digas Tanya- le dijo con total calma mientras me ayudaba a levantarme. –Por cierto, sobra decir que me voy de la hermandad-.
-¡Por supuesto que estas fuera!-.
-¡No! Calmaos las dos. Tanya ni tu la echas ni tu te vas Alice. No- dijo poniéndose delante de las dos. –Podemos solucionar esto como personas-.
-Siento ser yo quien te abra los ojos hermanito, pero tiene como novia a un autentico animal sin corazón que te esta arrastrando a ti al mismo genero. No pienso gastar ni un segundo de mi tiempo en hablar con vosotros. ¿Estas bien Bella?- me pregunto mirando el raspón que tenia en mi mejilla al darme contra un silla mientras me caía.
-Esto no termina aquí Alice- le dijo entre dientes Edward.
-Les pido por favor que abandonen el local al no ser que quieran tomar algo. Por favor-dije con el hilo de voz que me quedaba. Después de unos cuantos murmullos sobre mi y mi familia todos abandonaron el local. No pude evitar liberar un par de lágrimas que hacían que mis ojos ardiesen. Y no sabía si era por el dolor de mi mejilla, por lo que decían de mi o por todo lo vivido hace dos minutos.
-No Bella no llores, no vale la pena- dijo sentándome. -¿Dónde esta el botiquín?-.
-Debajo de la caja- logre decir. –No tenias porque haber echo eso Alice-.
-Claro que tenia que hacerlo. Llevaba deseándolo hacerlo desde hace 7 años-.
-¿7 años?-.
-Fuimos al mismo colegio y Edward y ella se conocieron allí. Así que encima de en clase, la tuve que soportar en casa y ahora convivir con ella. Créeme, por mi salud mental, necesitaba hacerlo. ¿Viste su cara?- dijo riéndose mientras me limpiaba la herida y yo me reía con ella recordando el gesto que puso cuando fue consciente de lo que estaba haciendo Alice. -¿Te puedo pedir un favor?-.
-Claro-.
-Si pido al director irme a vivir a vuestro piso, ¿os molestaría?-.
-¿Estas de broma? Eres bienvenida siempre que quieras. no necesitas preguntarlo-.
-Perfecto, porque ya lo comente con el ayer, y desde ya soy oficialmente vuestra compañera. Ángela ya lo sabe- dijo riéndose. –Y mis padres están de acuerdo, así que no hay mas problemas-.
-¿No te regañaran tus padres?-.
-Mira de cara a Edward, probablemente me regañen de una manera mas bien suave, pero luego se me reirán y me dirán que soy un genio. No la aguantan, no la soportan, pero quieren demasiado a Edward como para decírselo, ¿me explico? ¿Cuándo sales?-.
-Dentro de dos horas-.
-Yo me iré adelantando para hacer mis maletas. Nos encontramos en la puerta de la hermandad para que me ayudes. Soy fuerte pero no tanto- dijo guardando en el botiquín las cosas.
-Muchas gracias Alice-.
-No hay de que. Para eso estamos las amigas- dijo dándome un abrazo, el cual fue el primero en dos semanas que le correspondí completamente. –Y ahora, ¿te molestaría si te pido un café?-.
-Jajajjaja, para nada. Dime como lo quieres-.
Pasamos el resto de la tarde hablando sobre nuestros próximos planes como compañeras de piso, incluso llamamos a Ángela para que por vía telefónica se uniese a nuestras prontas locuras. De vez en cuando, el vendaje que tenia en mi mejilla me tiraba de la risa, pro le daba poca importancia. Media hora antes el cierre se despidió de mi para ir a enfrentarse con las fieras, cosa que sinceramente vi, que le preocupaba bastante poco. Hice la caja del día, bastante escasa, porque quitando las cinco personas que habían ido esa tarde y los cafés que se empeño en pagar Alice, terminé antes de lo previsto. Cerré y me dirigí a la universidad. Decidí ir dando un paseo tranquilo, porque conociendo como conocía a Alice, vaciar su armario debía de ser un trabajo a largo, pero largo plazo. Gire la calle dirección a las hermandades la cual siempre dejaba de espaldas para ir a mi piso.
-¡Bella!- gire para ver a Ángela corre a por mi. -¿Cómo esta esa herida?-dijo mirando mi pequeño vendaje.
-Bien, solo fue una rozadura. No tiene importancia-.
-Espero que por lo menos el café le haya derretido el tinte, es lo menos que se merece-.
-Si, bueno… ¿Qué haces por aquí?-.
-Alice me llamo. Me dijo que probablemente tu y ella no pudieseis con todo, y ya que Emmet esta trabajando, Ben buscando trabajo y Jasper arreglando unos papeles, solo quedábamos nosotras-.
-¿Sabes que el miedo que me da ver su equipaje?-.
-Si solo te da la mitad que a mi te entiendo. ¿Qué narices pasa ahí?- me dijo señalando a un grupo de gente que estaba alrededor de algo que no paraba de chillar. Un poco mas cerca pude distinguir la voz de Alice. Nos hicimos paso a través de la gente para ver a nuestra amiga entre maletas y ropa por el suelo y un Edward, que parecía desesperado.
-¡Alice deja de armar un espectáculo barato!- dijo Edward mientras veíamos como una par de zapatos volaba por una de las ventanas y salía la cabeza de Alice.
-Edward jame en paz, ¿quieres?-.
-Alice entra en razón, no vas a estar en ningún lado mejor que aquí. Habla con Tanya y solucionáis todo-.
-Edward llevo aguantando a ese trozo de plástico 7 años, mi paciencia no da para mas. Y no te preocupes, ya tengo donde vivir, lo sabe papa, lo sabe mama, y mas de acuerdo no puede estar-.
-¿Dónde vas a vivir? ¡Porque no os vais de aquí! ¡Todos! ¡Venga fuera! ¡Aquí no hay nada que ver!- dijo Edward girándose a la multitud y espantando con la mano con un gesto y un tono mas que amenazante. Poco a poco la gente se fue dispersando hasta que solo quedaron unas chicas que supuse eran de la hermandad, uno chicos de la misma hermandad que Edward, y Ángela y yo.
-Dala una oportunidad. Ha tenido unos meses malos…-.
-¡Edward me estas sacando de quicio! ¡Abre los ojos maldita sea! Ella es así, no tiene ni cerebro ni corazón. Tu antes eras una buena personas y ahora la basura te haría ascos. Me da pena que seas mi hermano-.
-¿Y tu que Alice? ¿Ahora vas de buena samaritana juntándote con las becadas? ¡Por dios! ¿Desde cuando eres así?-.
-Desde que me di cuenta que lo que vale la pena no es o rico que seas de dinero, si no de corazón. Y ellas os ganas a todos vosotros juntos. Han trabajado tanto para estar aquí que ellas si que saben lo que vale la pena aquí. Edward, a nosotros nos educaron con esos valores. ¿Dónde dejaste los tuyos?- dijo agachada y metiendo la ropa en las maletas. Estaba claro que aquí nadie se había dado cuenta de habíamos llegado, sino no hablarían de esa manera.
-Eddie, vamos dentro, aquí afuera no hay nada que merezca la pena- dijo Tanya saliendo de la hermandad y cogiendole del brazo.
-Un momento Tanya, tengo cosas que hablar…-.
-No será conmigo Edward-dijo cerrando la última maleta y poniéndola de pie. –Una ultima cosa- dijo acercándose a el, -no me hables. Es que ni me dirijas la palabra, no hasta que vuelvas a ser Edward, mi hermano, no esa persona que tengo delante y no vale ni un segundo de mi tiempo. Adiós- dijo dándose la vuelta y encontrándose con Ángela y conmigo. Nos hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos, y aunque meterme en el ojo del huracán era lo ultimo que me apetecía ahora, me acerque a ella, y tras darla ambas un abrazo cogimos dos maletas cada una.
-¿A dónde vas Alice?-pregunto Edward alzando la voz mientras nosotras nos alejábamos. -¡Dime donde vas a vivir maldita sea! ¡Joder!-.
-Alice, ¿no piensas decírselo? Terminara sabiéndolo, ¿lo sabes verdad?-.
-Si lo descubre no será porque se lo diga yo. No pienso hablarla, ya se lo he dicho-.
-Es tu hermano, no puedes tratarle así-.
-¡Ja! Claro que puedo y mira como lo hago. Si le importo un poquito, solo lo mitad de lo que yo le quiero a el, pensara y reflexionara la situación y vera que no va por buen camino-.
-Toda tu copia de las llaves-dijo Ángela teniéndola una copia mientras llegábamos a nuestro portal. –Ya eres oficialmente nuestra compañera-.
-Hogar dulce hogar-dijo dejando las maletas y abriendo los brazos mientras respiraba lo que ella consideraba su hogar.
-Ven que te enseñamos tu habitación-.
-Oye, esta casa esta muy bien. ¡Me encanta! ¿Este es mi cuarto? Pero mi ropa no entra….-.
-En mi armario sobra mucho sitio Alice, puedes meter en el lo que quieras- dije.
-Muchísimas gracias Bella. Pero no te preocupes, pronto lo llenaras con mi ayuda-.
-No Alice, no te vengas arriba porqu…-.
-Déjame disfrutar de mi primer días. Y bueno, ¿Qué haremos nuestra primera noche juntas?-.
-¿Disfrutarlo por lo menos, no?-.
Claro que si, disfrutaríamos como nunca las tres juntas.
Alice se había acoplado a nuestro grupo con mucha facilidad, y todos nos alegrábamos al saber que cada vez Jasper y ella estaban mas cerca. Aunque al principio Jasper tuvo sus dudas, todos, incluida Alice, de manera sutil, le hicimos ver que ella no era como el resto, y se encargo de demostrárselo día tras día.
-Bella relájate por dios. Hoy solo se presentaran los entrenadores, nos dirán horarios de trabajo, uniformes y donde competiremos. Dudo que nos dejen tocar un balón hoy- me decía Emmet mientras nos dirigíamos a el pabellón de deportes cubierto. Tanto fútbol americano como fútbol, masculino y femenino teníamos los mismos campos de entrenamiento, por lo que era necesario establecer orden y día para no coincidir. Al llegar nos sentamos en una de las ultimas butacas mientras aquello de llenaba de gente. 4 personas aparecieron por una puerta diferente posicionándose en frente del resto del mundo y esperando a que colocasen y callasen.
-Muy bien. Buenas tardes a todos. Deduzco que habréis leído las comunicaciones y solo estáis aquí los equipos masculino y femenino de fútbol y fútbol americano. Pediría por favor que los capitanes de los equipos bajasen aquí-. Emmet se levanto de mi lado y bajo hasta la pista juntándose con otro chico y otra chica. Viendo aquello me acorde del porque se sorprendió tanto cuando Alice le saludo de una manera tan correcta, y es que el año pasado el y Edward habían luchado por la capitanía. Cierto era que ambos eran los mejores del equipo, me contó, pero Edward intento conseguirla por otros medios, pero se topo con que el entrenador no necesitaba un sueldo extra en su vida, por lo cual se la dio a Emmet sin dudarlo ni un segundo mas. –Veréis que de cuatro equipos solo hay tres capitanes, bien, falta el de fútbol femenino, así que aquí el entrenador Nicolas será el encargado de elegir a una de sus jugadoras-. Así que ese seria el señor que me mataría a balonazos los próximos 4 años. Era bueno saberlo. Una vez presentados los cuatro entrenadores, indicar horarios (yo entrenaría los lunes, para empezar bien la semana, vaya) y repartir equitaciones, nos hicieron separarnos en cuatro grupos, unos por cada equipo y hacer presentaciones mas individualizadas.
-Buenos chicas, como veréis no tenemos capitana, así que para elegirla primero tengo que veros en acción. Las pruebas serán el próximo lunes en el campo de fútbol que esta fuera, y da igual si sois nuevas o veteranas, pienso trataros de la misma manera. Estoy seguro de que haremos grandes cosas este año. Veréis que sois un montón, pero intentare que todas tengáis vuestro momento. Se le olvido decirlo, pero este año tenemos competiciones entre universidades, así que estos cuatro equipos que estamos aquí viajaremos juntos, y según vayan eliminando, dejaremos de viajar juntos. Los lugares son- dijo sacando un papel, -la universidad de Seattle, la de Florida, la de Houston, y la final que será en la de Los Ángeles. Si hay alguna chica becada entre vosotras, no os preocupéis que los gastos los paga la universidad, como al resto-.
-Si el hotel no me gusta, ¿me puedo pagar otro no?- pregunto Tanya.
-No Tanya, tu te quedas donde se quede el equipo, o si no, estas fuera. Y sabes lo que eso significa.
-¡Es injusto! Puedo estar en el mejor hotel de la ciudad y me obligáis a estar en uno cualquiera, porque supongo que no os gastareis el dinero en uno bueno-.
-Nos alojaremos donde podamos. Como ves somos mucha gente, y no todos los hoteles están dispuestos a alojar a semejante juventud. Y no quiero escuchar una palabra mas- dijo poniendo la mano en frente de su cara y cortándole la palabra que estaba por escapar de su boca. –Y sin mas, buena semana chicas. Nos vemos el lunes-.
-Hasta el lunes entrenador- dijimos todas casi a la vez empezando a separarnos en pequeños grupos.
-¡Chicas!- dijo Emmet desde la otra punta del pabellón dirigiéndose hacia nosotras corriendo. -¿No es genial lo del campeonato? ¡Que nos vamos a Miami!- dijo bailando de una manera un tanto especial que hizo que todos nos riéramos, unos con mejor intención que otros, pero solo hizo falta una mirada para que estos parasen en seco sus risas.
-Es genial. Espero que podamos ganar el primer cruce, por si no, no vamos-.
-Eh venga, vamos a ganar en todas las categorías. Por lo menos las nuestras-.
-Eso espero. Me tengo que ir a trabajar- dije viendo a hora que era, si salía ya a lo mejor podía llegar a tiempo.
-Bella, te acompaño al trabajo hoy- dijo Alice cogiendo su bolso.
-Alice, ¿necesitas hablar verdad?- dije estando ya dentro de la cafetería poniéndome el delantal y cogiendome el pelo en una coleta alta.
-Si Bella. Sabía que hoy Jasper no podía venir y vi un buen momento-.
-Así que es sobre Jasper. Tienes suerte, hoy no hay nadie aquí y es raro. Dime lo que quieras-.
-Veras, no se si lo sabrás o lo habrás notado o algo de eso, pero me encanta Jasper-.
-Si algo hemos notado, todos- dije sonriéndola para que se relajase mientras le cogia la mano. –Todos estamos encantados de eso. Y no se si tu te habrás dado cuenta de que Jasper babea por ti-.
-¿De verdad? ¿En serio creéis eso? Bella no te rías de mi que estoy en una crisis seria-.
-Alice, no me estoy riendo de ti-.
-¡Ah Bella!-.
-Alice no grites por favor, estoy trabajando-.
-Perdón, perdón, perdón- dijo abrazándome. –No tienes de la alegría que me das. Bueno resuelto este problema vamos a siguiente. Bella, necesito estar con el, decirle lo que siento. Pero no me atrevo-.
-Venga Alice, no me puedo creer que tu o Jasper, con el carácter que tenéis tan abierto no podáis quedar un día a solar y solucionar todo. No me lo creo-.
-Me da vergüenza Bella-.
-¿Esta hablándome la misma Alice Cullen que yo conozco verdad?-.
-Bella, ayúdame anda-.
-¿No hay este viernes una fiesta en el campus con todos los estudiantes? Llévate a algún sitio durante un rato y habla con el-.
-Si. ¡Si! Eso es justo lo que voy ha hacer. Te quiero Bella. Te quiero- dijo abrazándome y dando saltitos que me arrastraban con ella.
-Ya Alice. Ya lo celebraremos cuando todo haya salido bien. Porque saldrá bien-.
-Vale ahora ya no solo estoy nerviosa, si no que también estoy ansiosa-.
-Relájate. Eras la única que todavía no se había dado cuenta. ¿Si te digo un secreto doy por seguro que no dirás nada verdad?- ella solo afirmo con la cabeza haciendo como que cerraba su boca con llave. –El día antes de empezar, te vimos llegar con tu hermano, y el comentario de Jasper, mas o menos fue "esa chica es una belleza. Ojala y no sea como las demás". Y el día que empezaron las clases me dijo algo así como "Alice me interesa". Así que los demás lo suponen, pero yo lo se-.
-Alice, respira, inspira, respira, inspira- se decía ella misma mientras seguía sus propios consejos. –Bella, estoy haciendo verdaderos esfuerzos por no gritar de alegría, así que dime algo malo ahora mismo-.
-¿Y que quieres que te diga?- pregunte mirando a mi alrededor.
-Lo que sea pero esto de la relajación no me esta funcionando- mira a todos lados buscando algo que le pudiese servir para no gritar y reventarme los tímpanos. Y como si alguien es hubiese llamado, apareció mi noticia dirección a la cafetería.
-¿Te vale que te diga que Tanya, tu hermano y unos cuantos mas vienen en esta dirección?-.
-Suficientemente mala para quitarme a Jasper de la cabeza. ¿Qué quieres? ¿Vienen mucho por aquí?-.
-Es la primera vez que los veo. O por lo menos en mi turno nunca vinieron- dije mientras empezaban a entrar por la puerta uno de tras de otro armando un escándalo importante como si esto fuese su casa. Al parecer nadie se dio cuenta de quien era yo hasta que Tanya se acerco a pedir y levanto su vista de sus uñas.
-Quiero un café… Mira quien tenemos de chacha la becada española-.
-¿Desea tomar algo?- le pregunte ignorando completamente su comentario y desempeñando mi trabajo.
-¿Lo haces tú?-.
-Si señorita-.
-Entonces nada. ¿Alguien quiere pedir a esta cosa algo?- dijo en un intento de humillarme.
-Tanya, ¿quieres que te lo haga yo?- dijo Alice poniendo una sonrisa que no me gustaba ni un poquito.
-Pues mira, mejor que ella si-.
-Alice, ¿Qué narices haces aquí? ¿Con esta?- dijo cogiendola del brazo.
-Suéltame Edward. lo primero, esta- dijo señalándome, -tiene nombre, y es Bella. y segundo, la estoy acompañando en su trabajo y la pienso ayudar. ¿Qué quieres?- dijo soltándose de su brazo y dirigiéndose a Tanya.
-Un capuchino con nata y un toque de vainilla-.
-Bella dime como se hace- dijo acercándome a la maquina de los cafés.
-¿Qué demonios haces Alice?- dije mientras le iba indicando ingredientes.
-Tu déjame a mi Bella, a ti no te pasara nada-.
-Me das miedo. Es mi trabajo, ¿sabes?-.
-Yo confié en ti, haz tu lo mismo conmigo- dijo poniendo la tapa al café y dirigiéndose a donde estaba Tanya. –Toma querida aquí lo tienes-.
-Gracias Alice- dijo estirando el brazo para intentar cogerlo. -¿Por qué no me lo das?-.
-Sabes, creo que el café dentro de este vaso, no se… esta feo. ¿Qué tal si lo ponemos encima de algo mejor?-.
-¿Cómo que?-.
-Encima de una cabellera pelirroja con zapatos de Prada de una temporada anterior- dijo mientras vertía todo el café encima de Tanya. –Ves, el café tiene mucha mejor pinta, ahora tu estas para meterte a la ducha de cabeza- dijo partiéndose de risa mientras ella empezaba a chillar y todos se quedaban quietos en el sitio sin saber que hacer. Yo, simplemente intentaba no reírme a carcajada limpia y ser lo mas profesional posible.
-Señorita, pase aquí y le ayudo a quitarse las manchas- dije saliendo de la barra y cogiendola por el brazo para ayudarla a clamar el ataque de histeria que tenia.
-¡Quítame las manos de encima muerta de hambre!- dijo sacudiendo el brazo y lanzándome a suelo sin ningún tipo de miramientos. -¡Te voy a matar duende! ¡Te pienso hundir!- dijo chillando y dirigiéndose a Alice.
-Si lo que tu digas Tanya- le dijo con total calma mientras me ayudaba a levantarme. –Por cierto, sobra decir que me voy de la hermandad-.
-¡Por supuesto que estas fuera!-.
-¡No! Calmaos las dos. Tanya ni tu la echas ni tu te vas Alice. No- dijo poniéndose delante de las dos. –Podemos solucionar esto como personas-.
-Siento ser yo quien te abra los ojos hermanito, pero tiene como novia a un autentico animal sin corazón que te esta arrastrando a ti al mismo genero. No pienso gastar ni un segundo de mi tiempo en hablar con vosotros. ¿Estas bien Bella?- me pregunto mirando el raspón que tenia en mi mejilla al darme contra un silla mientras me caía.
-Esto no termina aquí Alice- le dijo entre dientes Edward.
-Les pido por favor que abandonen el local al no ser que quieran tomar algo. Por favor-dije con el hilo de voz que me quedaba. Después de unos cuantos murmullos sobre mi y mi familia todos abandonaron el local. No pude evitar liberar un par de lágrimas que hacían que mis ojos ardiesen. Y no sabía si era por el dolor de mi mejilla, por lo que decían de mi o por todo lo vivido hace dos minutos.
-No Bella no llores, no vale la pena- dijo sentándome. -¿Dónde esta el botiquín?-.
-Debajo de la caja- logre decir. –No tenias porque haber echo eso Alice-.
-Claro que tenia que hacerlo. Llevaba deseándolo hacerlo desde hace 7 años-.
-¿7 años?-.
-Fuimos al mismo colegio y Edward y ella se conocieron allí. Así que encima de en clase, la tuve que soportar en casa y ahora convivir con ella. Créeme, por mi salud mental, necesitaba hacerlo. ¿Viste su cara?- dijo riéndose mientras me limpiaba la herida y yo me reía con ella recordando el gesto que puso cuando fue consciente de lo que estaba haciendo Alice. -¿Te puedo pedir un favor?-.
-Claro-.
-Si pido al director irme a vivir a vuestro piso, ¿os molestaría?-.
-¿Estas de broma? Eres bienvenida siempre que quieras. no necesitas preguntarlo-.
-Perfecto, porque ya lo comente con el ayer, y desde ya soy oficialmente vuestra compañera. Ángela ya lo sabe- dijo riéndose. –Y mis padres están de acuerdo, así que no hay mas problemas-.
-¿No te regañaran tus padres?-.
-Mira de cara a Edward, probablemente me regañen de una manera mas bien suave, pero luego se me reirán y me dirán que soy un genio. No la aguantan, no la soportan, pero quieren demasiado a Edward como para decírselo, ¿me explico? ¿Cuándo sales?-.
-Dentro de dos horas-.
-Yo me iré adelantando para hacer mis maletas. Nos encontramos en la puerta de la hermandad para que me ayudes. Soy fuerte pero no tanto- dijo guardando en el botiquín las cosas.
-Muchas gracias Alice-.
-No hay de que. Para eso estamos las amigas- dijo dándome un abrazo, el cual fue el primero en dos semanas que le correspondí completamente. –Y ahora, ¿te molestaría si te pido un café?-.
-Jajajjaja, para nada. Dime como lo quieres-.
Pasamos el resto de la tarde hablando sobre nuestros próximos planes como compañeras de piso, incluso llamamos a Ángela para que por vía telefónica se uniese a nuestras prontas locuras. De vez en cuando, el vendaje que tenia en mi mejilla me tiraba de la risa, pro le daba poca importancia. Media hora antes el cierre se despidió de mi para ir a enfrentarse con las fieras, cosa que sinceramente vi, que le preocupaba bastante poco. Hice la caja del día, bastante escasa, porque quitando las cinco personas que habían ido esa tarde y los cafés que se empeño en pagar Alice, terminé antes de lo previsto. Cerré y me dirigí a la universidad. Decidí ir dando un paseo tranquilo, porque conociendo como conocía a Alice, vaciar su armario debía de ser un trabajo a largo, pero largo plazo. Gire la calle dirección a las hermandades la cual siempre dejaba de espaldas para ir a mi piso.
-¡Bella!- gire para ver a Ángela corre a por mi. -¿Cómo esta esa herida?-dijo mirando mi pequeño vendaje.
-Bien, solo fue una rozadura. No tiene importancia-.
-Espero que por lo menos el café le haya derretido el tinte, es lo menos que se merece-.
-Si, bueno… ¿Qué haces por aquí?-.
-Alice me llamo. Me dijo que probablemente tu y ella no pudieseis con todo, y ya que Emmet esta trabajando, Ben buscando trabajo y Jasper arreglando unos papeles, solo quedábamos nosotras-.
-¿Sabes que el miedo que me da ver su equipaje?-.
-Si solo te da la mitad que a mi te entiendo. ¿Qué narices pasa ahí?- me dijo señalando a un grupo de gente que estaba alrededor de algo que no paraba de chillar. Un poco mas cerca pude distinguir la voz de Alice. Nos hicimos paso a través de la gente para ver a nuestra amiga entre maletas y ropa por el suelo y un Edward, que parecía desesperado.
-¡Alice deja de armar un espectáculo barato!- dijo Edward mientras veíamos como una par de zapatos volaba por una de las ventanas y salía la cabeza de Alice.
-Edward jame en paz, ¿quieres?-.
-Alice entra en razón, no vas a estar en ningún lado mejor que aquí. Habla con Tanya y solucionáis todo-.
-Edward llevo aguantando a ese trozo de plástico 7 años, mi paciencia no da para mas. Y no te preocupes, ya tengo donde vivir, lo sabe papa, lo sabe mama, y mas de acuerdo no puede estar-.
-¿Dónde vas a vivir? ¡Porque no os vais de aquí! ¡Todos! ¡Venga fuera! ¡Aquí no hay nada que ver!- dijo Edward girándose a la multitud y espantando con la mano con un gesto y un tono mas que amenazante. Poco a poco la gente se fue dispersando hasta que solo quedaron unas chicas que supuse eran de la hermandad, uno chicos de la misma hermandad que Edward, y Ángela y yo.
-Dala una oportunidad. Ha tenido unos meses malos…-.
-¡Edward me estas sacando de quicio! ¡Abre los ojos maldita sea! Ella es así, no tiene ni cerebro ni corazón. Tu antes eras una buena personas y ahora la basura te haría ascos. Me da pena que seas mi hermano-.
-¿Y tu que Alice? ¿Ahora vas de buena samaritana juntándote con las becadas? ¡Por dios! ¿Desde cuando eres así?-.
-Desde que me di cuenta que lo que vale la pena no es o rico que seas de dinero, si no de corazón. Y ellas os ganas a todos vosotros juntos. Han trabajado tanto para estar aquí que ellas si que saben lo que vale la pena aquí. Edward, a nosotros nos educaron con esos valores. ¿Dónde dejaste los tuyos?- dijo agachada y metiendo la ropa en las maletas. Estaba claro que aquí nadie se había dado cuenta de habíamos llegado, sino no hablarían de esa manera.
-Eddie, vamos dentro, aquí afuera no hay nada que merezca la pena- dijo Tanya saliendo de la hermandad y cogiendole del brazo.
-Un momento Tanya, tengo cosas que hablar…-.
-No será conmigo Edward-dijo cerrando la última maleta y poniéndola de pie. –Una ultima cosa- dijo acercándose a el, -no me hables. Es que ni me dirijas la palabra, no hasta que vuelvas a ser Edward, mi hermano, no esa persona que tengo delante y no vale ni un segundo de mi tiempo. Adiós- dijo dándose la vuelta y encontrándose con Ángela y conmigo. Nos hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos, y aunque meterme en el ojo del huracán era lo ultimo que me apetecía ahora, me acerque a ella, y tras darla ambas un abrazo cogimos dos maletas cada una.
-¿A dónde vas Alice?-pregunto Edward alzando la voz mientras nosotras nos alejábamos. -¡Dime donde vas a vivir maldita sea! ¡Joder!-.
-Alice, ¿no piensas decírselo? Terminara sabiéndolo, ¿lo sabes verdad?-.
-Si lo descubre no será porque se lo diga yo. No pienso hablarla, ya se lo he dicho-.
-Es tu hermano, no puedes tratarle así-.
-¡Ja! Claro que puedo y mira como lo hago. Si le importo un poquito, solo lo mitad de lo que yo le quiero a el, pensara y reflexionara la situación y vera que no va por buen camino-.
-Toda tu copia de las llaves-dijo Ángela teniéndola una copia mientras llegábamos a nuestro portal. –Ya eres oficialmente nuestra compañera-.
-Hogar dulce hogar-dijo dejando las maletas y abriendo los brazos mientras respiraba lo que ella consideraba su hogar.
-Ven que te enseñamos tu habitación-.
-Oye, esta casa esta muy bien. ¡Me encanta! ¿Este es mi cuarto? Pero mi ropa no entra….-.
-En mi armario sobra mucho sitio Alice, puedes meter en el lo que quieras- dije.
-Muchísimas gracias Bella. Pero no te preocupes, pronto lo llenaras con mi ayuda-.
-No Alice, no te vengas arriba porqu…-.
-Déjame disfrutar de mi primer días. Y bueno, ¿Qué haremos nuestra primera noche juntas?-.
-¿Disfrutarlo por lo menos, no?-.
Claro que si, disfrutaríamos como nunca las tres juntas.
yuri cullen- .
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capitulo 6
Desde la llegada hace cuatro días de Alice a nuestro piso todo era mucho más alegre, mil veces más fácil de llevar.
-Me voy a la biblioteca- dije cogiendo una manzana de la mesa. Esa seria mi comida hoy. Llevábamos a penas una semana de clases y los apuntes creían a la velocidad de la luz, y mi beca tenía que ser mantenida de alguna manera.
-Adiós Bella. Acuérdate de venir temprano, tenemos que prepararnos para la fiesta- "mierda" la maldita fiesta esa de la que todo el mundo hablaba. Estos días anteriores el campus se había llenado de anuncios de diferentes hermandades anunciando la misma fiesta, según Emmet "el único día donde se podían ver por dentro esas mansiones fueses quien fueses", aunque claro, eso "no te libraba de las humillaciones". Había decidido no ir, pero Alice puede ser muy, pero que muy cabezota, y no tuve mas remedio que aceptar, aunque ni yo se aun el porque lo hice.
-Alice, mas o menos, ¿Cuánto piensas prepararnos? Digo, ser una fiesta, pero vas a estar en el césped durante horas. Por mucho que quieras estar divina, no durara mucho-.
-Pero lo intentare. Estudia mucho Bella- dijo despidiéndose de mi con un beso. Me dirigí camino de la biblioteca. En esto días había aprendido que tenia una asignatura aprobada de por si, o muy mal se me tenia que dar para no aprobar español, y otra que me costaría aprobar horrores, que sería comunicación oral, donde el examen consistía en escribir un texto sobre cualquier tema de actualidad y hablarlo en voz alta a toda la clase, es decir, o me iba quitando la vergüenza desde ya, o lo llevaría mal, muy mal. Elegí una de las mesas mas alejadas y escondidas del lugar, eso siempre significaría que nadie te veía por lo cual nadie te molestaba, que era justo o que necesitaba en ese momento. Me puse la alarma de modo vibración para saber cuando tenia que irme a que Alice hiciese con Ángela y conmigo de las suyas, y por l que la empezábamos a conocer, Alice nunca había nada que no fuese a lo grande, algo que realmente me preocupaba.
Debía de llevar aproximadamente dos horas allí y mi concentración mermaba por momentos, pero teniendo en cuenta que Alice me quitaría parte de mi estudio necesitaba aprovechar bien mi tiempo. Note como alguien se sentaba en frete mía, aunque no le di mucha importancia ya no hizo ningún ruido. Solo cuando note que una mirada me taladraba me digne a levantar la cabeza y encontrarme con ese par de ojos verdes tan impresionante que me miraban con duda y recelo. Volví a agachar la cabeza sin la menos intención que hablarle o seguirle el juego de miradas, pero cuando una mano me cerró los libros de golpe, pillándome mi mano entre ambas parte decidí que aquello había tocado techo.
-¿Se puede saber que demonios haces?- le dije susurrando y volviendo a abrir el libro viendo si el boli había manchado algo. Aunque estuviese molesta, el resto de la gente que estudiaba no tenia porque pagar mi frustración en aquel momento.
-Quiero saber donde esta Alice-.
-Pregúntaselo a ella-.
-Oh si, me encantaría hacerlo, es mas, lo llevo intentando 4 días. Pero no la veo, se esconde de mi, no me coge el móvil. Lo tengo un poco complicado, ¿no lo crees?-.
-¿Y que quieres que haga yo?-.
-Mira niña se de sobra que tu si lo sabes, y quiero que me lo digas-.
-Puedes querer la luna, pero yo no soy nadie para decirte a ti nada que Alice no quiera que sepas-.
-¿Cuánto quieres?-.
-¿Disculpa?-.
-Me has entendido de sobra. ¿Cuánto quieres? Tu me lo dices y yo te doy lo que quieras- ¿había dicho antes que había tocado techo? Lo retiro, esto si era el colmo.
-No tienes ni idea de con quien hablas- dije empezando a recoger mis cosas. No era la hora pero no aguantaba más a ese espécimen de la naturaleza.
-Venga, te ayudare. Todos queréis lo mismo en esos edificios, l se por experiencia. Un poco de dinero y vendríais a vuestra madre. Yo te daré si quieres mucho dinero y solo me tienes que decir donde esta Alice-.
-Estoy intentando controlarme así que te pediría que te quitases de en medio. Jamás, y escúchalo bien, jamás vendería a una amiga o a alguien que quisiese, por mucho dinero que haya por medio. Eso no lo compra todo, y tu acabas de aprender la lección- dije pasando por su lado y dejándole en el sitio. Era indignante compararnos a todos de esa manera. ¿Dinero? ¿De verdad que se creía que por dinero yo le diría nada? Llegue a mi casa con signos de cansancio, no todo el mundo puede recorrerse medio campus corriendo y legar como una rosa al otro lado, además cargando todo tipo de libros y apuntes.
-¿Bella?- escuche a Alice mientras cerraba la puerta. -¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No estabas estudiando?- me dijo apareciendo por la puerta del pasillo en albornoz.
-Si estaba, hasta que tuve compañía indeseada y decidí dejarlo por hoy-.
-¿Compañía indeseada? Cuenta- dijo sentándose en uno de los taburetes de la cocina.
-No me apetece Alice, bastante desagradable ha sido-.
-Venga Bella, sabes que me lo terminarás diciendo-.
-Esta bien pero no quiero que te enfades. Edward-.
-¿Edward? ¿Te ha hablado mi hermano, el mismo Edward?- dijo totalmente asombrada del nombre que salio por mis labios. -¿Y que quería ese ahora?-.
-Saber donde estabas. Parecía bastante desesperado por contactar contigo y saber donde vivías-.
-Pues puede arrancarse el pelo si quiere, porque no pienso saber nada de el. ¿Qué mas te dijo?-.
-Bueno hay viene la parte mas desagradable. Me… Intento comprarme-.
-Explica eso bien-.
-Quiso pagarme para decirle donde estabas. Decía que todos en estos pisos venderíamos nuestra alma por unos cuantos dólares. Muy educadamente le he hecho saber que se había topado con la excepción-.
-¿Qué el idiota de mi hermano hizo que? ¿Y dijo que? ¡Pero esta loco! No me lo puedo creer, lo siento Bella, tengo como hermano a un autentico neardental. Perdón- dijo abrazándome.
-Alice, no es tu culpa que tu hermano tengo cero tacto para tratar con a gente. Pero estaría bien que de alguna manera le hicieses saber que estas bien. Te digo que parecía desesperado por tener noticias tuyas-.
-Pues yo te digo que me da igual. Es mas, esta noche pienso salir y ser una maldita exhibicionista, que todos me vean, incluso el, eso si, no sacara de mi boca ni una maldita palabra. ¡Como puede tratar así a mis amigas! Bela dúchate y te pasas por mi cuarto. ¡Empezamos sesión de belleza!-.
-Yo creo que paso de ir Alice. Estoy cansada y…-.
-¡No! Te necesito esta noche Bella, me lo prometiste- desde hacia unos cuantos días sabia que Alice tenia un arma secreta bastante preocupante, una especie de puchero que ni el mas bonito de los bebes te lo lograba hacer, el cual te hacia caer perdidamente a sus pies.
-Esta bien. Pero nada exagerado. ¡Promételo!-.
-Te lo prometo-dijo alzando las manos. Cogi mi ropa interior y mi bata y me fui al baño. Aunque fuese lo que menos me apeteciese en ese momento, creía que hacer feliz a Alice por los momentos tan malos que estaba pasando, merecía la pena. Media hora después de estar en el agua caliente y relajar hasta los músculos que no sabia ni que tenia, me seque y me fui a la habitación de Alice. Estuve tentada a dar media vuelta pensando que me había equivocado de lugar, aquello parecía mas un salón de maquillaje, que una simple habitación de universidad. Estaba segura que ni e la mejor tienda de cosméticos habría tanta variedad de marcas y cosas como lo había en esa habitación. Y por la cara de Ángela, yo no era la única asustada en este lugar.
-Alice explícame esto- llegue a decir mientras me sentaba al lado de Ángela en la cama.
-Vamos a triunfar esta noche, y para triunfar necesitamos lo mejor. Es decir, todo esto-.
-Estoy segura de que sobra más de la mitad de esas cosas para estar perfectas-.
-Vosotras dejádmelo a mi. Tumbaos y relajaos, no tenéis que hacer nada mas, no se de que os quejaos-. Ambas nos tumbamos en la cama siguiendo las indicaciones de Alice, mas por miedo a las consecuencias que por ganas verdaderas. Estoy segura que si no fuera por lo berridos de Alice cantando la música que salía por los altavoces de Ipod me hubiese dormido sin posibilidad de despertarme. A la 5 crema deje de contar cosas que tocaban mi cara, aunque si tenía que ser sincera, todas olían a las mil maravillas. Solo intente hablar una voz y amenazo con cortarme la lengua al siguiente intento, así que el tiempo que estuvimos en la cama solo escuchábamos y nos "relajábamos".
-Tenéis cinco minutos para vestiros, que todavía queda peinarnos y maquilarnos. Os saco del baño según estéis- dijo tirándonos encima nuestra ropa, la cual no me detén a mirar, temía que Alice cumpliese su palabra. Me metí corriendo a mi baño y empecé a vestirme. No es que fuera algo feo, pero digamos que esa no era la ropa con la que solía vestir, aunque no fuera nada del otro mundo. Luego le preguntaría de donde la había sacado, porque aquello mió, no era. Una minifalda vaquera, a mi gusto, muy corta, una camiseta de tirantes roja y unas botas marrones con un poco de tacón era lo elegido para la noche. Salí del baño corriendo.
-Muy bien Bella, 3 minutos todo un record. Estas estupenda-.
-Si Alice gracias, pero, ¿de quien es esta ropa?-.
-Tuya, ¿de quien va a ser sino?-.
-No Alice, esto no es mió-.
-Claro que lo es, te lo he regalado yo-.
-¿Qué? ¡Ni hablar!-.
-¡Ni se te ocurra quitarte nada Isabella!-.
-Dije nada de regalos. ¡Y ni se te ocurra hacer el puchero!-.
-Es solo de agradecimiento por lo bien que os habéis portado- dijo haciendo caso omiso a mi petición de cero pucheros.
-Solo esta vez-.
Una hora mas tarde las tres estábamos listas para salir a divertirnos a la noche neoyorkina.
-Señoritas- dijo Emmet en español cuando nos vio bajar las escaleras y nos hacia ese silbido de "aquí viene unos bellezones de impresión". Aunque claro, la cara que se llevaba la palma fue la de Jasper al ver a Alice, cosa lógica porque estaba increíble. –Bella, ¿Dónde habías metido esas piernas hasta ahora?-.
-Muy simpático Emmet. ¿Nos vamos? Cuanto antes empiece, antes termino-.
-¿Pero y ese espíritu? ¡Es viernes y la noche es joven!- dijo Ben pasando un brazo por mis hombros y el otro por los de Ángela.
-Además Bella y yo tenemos cosas que solucionar, y Ángela nos va a acompañar. Luego nos vemos chicos- dijo cogiendome a mi por la mano que todavía quedaba libre y a Ángela por la otra y literalmente arrastrándonos por el campus.
-¿Se puede saber que tenemos que solucionar tú y yo Alice?-.
-¿Y que pinto yo en todo esto?- dijo Ángela tan confusa como lo estaba yo. -¿Puedes contestarnos Alice?-.
-Solo vamos a ir a Alpha a pasárnoslo bien un ratito. Luego todas tenemos cosas que hacer-.
-¿Qué? ¿A Alpha? Lo siento Alice pero no tengo ninguna intención de entrar ahí- dijo soltándome de su agarre y dándome media vuelta, claro esta que no había pasado un segundo y ya tenia su mano en mi muñeca frenándome.
-Venga Bella, solo serán un par de copas y un baile y saldremos. Será divertido, estamos en una fiesta-.
-Alice, es que no entiendes que no quiero entrar en ningún juego ni divertirme a costa de nadie. No quiero saber absolutamente nada de Tanya, ni de tu hermano ni de ninguno de los que le rodeen. Es tu mundo Alice, no el mió. Tu te puedes defender de cualquier cosa en cualquier momento, lo mió es diferente. No quiero-.
-Esta bien, lo entiendo. Entonces simplemente acompáñame a ver a mi hermano. A lo mejor si me pase un poco con el, solo para que sepa que sigo viva. Estaréis conmigo, no pasara nada. Os lo juro-.
-5 minutos Alice. 5 y salgo de allí-.
-Yo creo que os espero fuera- dijo Ángela.
-Ni de broma. Yo entro, tu entras- dije siendo ahora mi turno de arrastrarla. Diría que llegamos a la puerta de la hermandad, pero entre toda aquella multitud se veía la mitad de la casa para arriba, si llegaba a encontrar la puerta me merecía un premio. Aquello era una total locura en la que no me gustaba estar incluida, gente en absolutamente cada rincón de la casa, si no bebiendo, estaban chillando o demasiado ocupados en meter la lengua en la campanilla de otra persona. No tengo ni idea de adonde nos dirigía Alice y ni siquiera sabría decir cuan bonita era la mansión Alpha. La música estaba demasiado alta, así que se Alice o Ángela me hubiesen llamado en algún momento, me hubiese sido imposible verlas. Pero entre todo aquel barullo de gente por fin pudimos distinguir una cabellera cobriza que era fácilmente destacable en el resto del común pelo de los demás. Por supuesto otra cabellera estaba pegada a el, y para mi, igual de identificable. No dudaba que Alice les separase de esa larga sesión de manoseos sin ningún tipo de dolor, pero quería estar presente para verlo. Note como una punzada en el corazón mientras veía como Edward quitaba e pelo de la cara de Tanya con total dulzura, cosa que no se veía en la mirada de Tanya, la cual solo desprendía deseo y orgullo a partes iguales, por ningún lado se divisaba ni siquiera el cariño. Estábamos tan cerca de ellos que era cuanto menos sorprendente que no reparasen en nuestra presencia. Alice nos soltó las manos y se puso en frente de ellos con os brazos cruzados y dando con la punta de su zapato e el suelo rítmicamente, supongo que hasta que ellos saliesen de su mundo. Ángela y yo nos mirábamos preguntándonos con las miradas "¿Qué hacemos aquí? ¿y si nos vamos?", aunque ambas sabíamos de sobra que no podíamos, probablemente Alice necesitaría ayuda después de la conversación que pensaba mantener con su hermano. Estábamos en una zona donde a música bajaba claramente de decibelios respecto a otras partes de la casa así que se podían oír los comentarios que hacia la gente al pasar por nuestro lado sin mayor dificultad. Si no hubiese sido por un tío completamente borracho que paso al lado de Alice y le grito un "¡Alice, cuanto tiempo!", estaba segura de que Edward y Tanya aun seguirían a lo suyo. Y aunque la cara de Tanya al ver a Alice no tenia precio, me sorprendió la de Edward al mostrar una gran sonrisa y hacer de lado inmediatamente a Tanya.
-¡Alice! ¡Que alegría verte!- dijo corriendo a abrazarla mientras le daba vueltas, pero ella dejo los brazos pegados a su cuerpo sin ninguna intención de corresponder el abrazo. -¿Cómo estas? ¿Estas bien?- dijo bajándola y cogiendo su cara entre sus manos mientras la miraba por todos los lados.
-Si, estoy perfectamente-.
-Sabia que ibas a volver, este es tu sitio. Me alegra que hayas vuelto-.
-Creo que te equivocas Edward. Solo vine para que vieses que estoy perfectamente, mucho mejor que cuando estaba aquí. Ahora me voy. Buenas noches-.
-¿Qué estas diciendo Alice? ¿Viniste para eso?-.
-¿No es lo que querías? Pues aquí me tienes. Estoy viva y feliz. Deberías alegrarte por mi-.
-¿Cómo quieres que me alegre? Llevo 4 días sin saber nada de ti, ni donde estas, ni donde vives, ni nada. ¿Por qué no me coges el teléfono?-.
-Porque no quiero hablar contigo. Ya te dije que hasta que no volviese mi hermano, tu par a mi no existes-.
-Deja de decir tonterías. ¿Quién te esta comiendo la cabeza? ¿Esta?- dijo señalando a Ángela. –No, la otra, ¿verdad?- dijo mientras me señalaba a mi.
-¿Por qué mejor no paras de decir tu tonterías? No me conoces, desde hace 7 años me sigues considerando la misma cría, y he madurado, soy tan adulta o mas que tu, y tengo mis propios criterios y tomo mis decisiones, yo solita. Y contigo no quiero tener nada que ver. Por ultima vez, déjame en paz, ni me llames ni me busques- y con eso se dio media vuelta y nos dejo a Ángela y a mi delante de una divertida Tanya y un mas que asombrado Edward.
-O la convencéis de que vuelva u os hundo- dijo Edward acercándose a nosotras y señalándonos con el dedo mientras con el otro brazo apartaba a Tanya que intentaba llevársele, lo que hizo que diese media vuelta y se fuese.
-Creo que deberías saber que no funciono ni con amenazas ni con chantajes- dije cruzándome de brazos.
-Eso esta por verse-.
-Ya lo has visto. Te lo ha dejado muy claro Edward, respétala y apóyala. Llegaras mucho mas lejos con esa actitud que con la que tienes- dijo Ángela intentando ser razonable.
-¿De verdad creéis que conocéis a Alice mejor que yo? Tenéis unas aspiraciones muy altas, ¿no creéis?-.
-Edward, ¿Cuál es el color favorito de Alice?-.
-¿Qué?-.
-Dime cual es su color favorito-.
-Me preocupan más otro tipo de cosas la verdad-.
-Dime que es lo que mas le gusta de mí-.
-¿De mi?-.
-Si Edward, de ti-.
-Pues no lo se, nunca me lo ha dicho-.
-Mentira, y lo sabemos porque nos lo ha dicho. ¿Cuál es su comida favorita? ¿Con que sueña?-.
-¿Qué clase de preguntas son esas?-.
-Preguntas que alguien sabría contestar si viviese durante 18 años con una persona. Cosas que alguien sabría si dedica 10 minutos de su tiempo a escuchar-.
-Contesta tu a esas preguntas-.
-Su color favorito es el verde. Le encanta cuando la abrazabas y le susurrabas al oído que la querías y le llamabas duendecilla. Ama la comida oriental, sobre todo la china y sueña con poder vivir de su dinero y su trabajo. Puedo seguir: adora a vuestros padres y estoy segura que los pondría antes que a Dios en sus prioridades, ama el mes de julio, su actor favorito de toda la vida ha sido DiCaprio desde que le vio en Titanic y si se pudiese reencarnar en alguien seria en Channel. Echa de menos a su hermano pues los últimos 7 años se ha dedicado a pasar su vista de su ombligo y su novia que la humilla y el cual lleva 7 años sin llamarla duendecillo, no has acertado en un regalo ni una sola vez, y te habrás gastado una pasta, pero tenia tan poco sentimiento que no volvió ni a mirar ninguno. Puedo continuar, casi un mes da para mucho-.
-¿Por qué narices no me lo dice?-.
-Porque no la escuchas. No la dedicas ni una mínima parte de tu tiempo, ni a ella ni a tus padres-.
-Yo…-.
-Nosotras nos vamos Edward- dijo Ángela adelantándose. –Solo recapacita, es todo lo que te podemos decir nosotras. Adiós-. Ambas nos dimos la vuelta y nos paramos cuando vimos que Edward ya no nos veía. Nos miramos y echamos todo al aire contenido en los pulmones os últimos 10 minutos. -¿Qué tensión no?-.
-Me costaba respirar, te lo juro- dije mientras movía todo mi cuerpo para liberarme.
-¿Me acompañas al baño y salimos de este lugar, por favor?-.
-Claro- subimos a la segunda planta que era donde debían de estar los baños aunque todas las puertas estaban cerradas. Después de 5 puertas solo quedaban dos, pero desde luego la siguiente no era un baño, y mucho menos estaba hacia, apenas mire dos segundos pero me dieron tanto a mi como a Ángela tiempo suficiente para saber que estaba sucediendo allí y de la mano de quien venia dada. Un chico y Tanya, y claramente ese chico no era Edward, y muy claramente. Moreno y de piel mas oscura que Edward, ambos sin camiseta. Hasta el más tonto sabría lo que allí estaba por suceder. Nos miramos intentando averiguar cual era el comportamiento a seguir en estos casos, pero en ninguna de nuestras miradas encontramos ni una solución, ni siquiera medio decente.
-Ni una palabra de esto a Alice Bella. Todavía no le digas nada- m dijo mientras yo negaba con la cabeza. Una vez encontrado el baño, que como no, era la ultima puerta, salimos al campus mientras intentábamos buscar a nuestros amigos. Supe definitivamente que la noticia tendría que esperar cuando vi a Alice y Jasper en un árbol besándose y dedicándose miradas de amor y caricias. Mire alrededor intentando localizar al resto del grupo, así que en cuanto vi un chico enorme con la cabeza medio baja y a otro mucho mas pequeñín, sabia que les había encontrado. Pero desde luego Emmet no solía estar así, por lo cual algo había pasado.
-Hola chicos- dije cuando nos situamos a su lado. –Ei Emmet, ¿te encuentras bien?- dije poniendo una mano en su hombro.
-Como una mierda, pero por lo demás, todo genial pequeña-.
-Nosotros nos vamos- dijo Ángela cogiendo de la mano a Ben y guiñándome un ojo en señal de que nos dejaba un poco de intimidad.
-Anda sentémonos y me cuentas grandullon-.
-Me siento fatal Bella-.
-Pero, ¿te duele algo? ¿Te encuentras bien?-.
-No, estoy perfectamente hablando de lo que tu dices. Es… Joder. Tu sabes que a mi me gusta Rose, Rosalie Hale-.
-Bastante me has comentado-.
-Lleva toda la santa noche arrimándose a mi e insinuándose, pero no se manera discreta, no, con frases bastante claras de lo que quería. Y aunque no sea excusa soy hombre, y tengo mis limites, y con un par de copas de mas, mis limites descienden. El caso es que hemos terminado en su habitación haciendo… bueno ya te lo podrás imaginar. El caso es que ella tampoco iba muy bien, debería de llevar encima un par de copas de mas, y siento como si me hubiese aprovechado de ella. No se si me explico. Ahora mismo esta dormida en su cama desnuda, ¿sabes? No se que pensara cuando se despierte, o si recordara lo que paso. No se como volver a arrimarme a ella porque de verdad me empezaba a importar y acabo e tirar todo por la ventana. Debéis de pensar que soy la peor mierda del mundo. ¡Joder!-.
-Vale Emmet, lo primero relájate, aquí nadie piensa eso de ti menos tu. Estas adelantando acontecimientos, cuando sepas lo que ella piensa, ahí podrás comerte la cabeza con mil historias. Y segundo, no has hecho nada malo Emmet, ella iba pasada decoras y tu también, si no quisiese nada contigo no se te hubiese acercado, y si no quisiese y tuviese amigas cerca, la habrían quitado de ti. Fue algo, que por lo que cuentas, quisisteis los dos. Mires por donde lo mires, ninguno hicisteis nada malo. Estate tranquilo anda, todo esta bien grandullon- dije frotándole la espalda con mi mano en un intento de que volviese el Emmet despreocupado de siempre.
-Eres genial Bella de verdad. Si no la mejor, una de las mejores personas que he conocido jamás. Te mereces el cielo pequeña. Gracias- dijo abrazándome con un brazo mientras recostaba mi cabeza en su hombro.
-Solo te he dicho una realidad Emmet. Eres incapaz de hacer daño a una mosca, mucho menos a alguien al que aprecias tanto como es Rosalie. Se, sin saber mas de la historia, que ni tu ultima intención era dañarla ni nada por el estilo. Anda levántate y vamos a bailar un rato, creo que ambos nos lo merecemos-.
Los dos nos levantamos y nos reunimos con el resto de chicos, y después de felicitar a la nueva pareja, yo en especial a Alice, pasamos el resto de la noche disfrutando de nuestra primera fiesta juntos. Al fin y al cabo teníamos muchas cosas que celebrar y otras tantas por las que brindar. Cabe decir, que también unas cuantas que olvidar, por lo menos, durante unas horas esa noche.
Hola chicas no saben el gusto que me da que el Fic les este gustando mucho y pues hoy subi 2 capitulos porque ayer no pude subir, bueno espero que les gusten estos 2 caps, besos!!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
estan geniiales espero actualises pronto
estreliitap- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
estreliitap escribió: estan geniiales espero actualises pronto
me alegra que te parescan geniales "estreliitap" y si pronto actualicare y gracias por leer el fic no sabes lo que me emocione que les guste!!! bueno besos te cuidas!!!
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
ay si!!!!!!!!! no te desanimes a mi si me gusta!!!!! es muy entrenido!!!!!!!!!!!!! :)
Alissa- Cantidad de envíos : 22
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