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Destinados a estar juntos (Completa)
Subo un fic que me encontre por ahi y esta muy bien ^^ La escritora es Ana Carlisle (Esta registrada en el foro juju!) y me ha pedido qe suba yo los caps porqe ella no tiene mucho tiempo Me parecio interesante y.. diferente
Carlisle, Esme, Reneé y Charlie son amigos desde que eran jovenes, pero cuando sus hijos cumplen los 5 años tienen un problema y se distancian. Cuando Edward y Bella, hijos de ambos matrimonios, van a la universidad y se enamoran empiezan los problemas...
Introducción
Carlisle volvió a casa después de un duro día de trabajo en el hospital. Le encantaba la medicina, pero siempre acababa agotado. Estaba deseando llegar a casa con su mujer y su hijo.
Al pasar por la puerta, tropezó con uno de los muñecos de Emmet y cayó al suelo, haciendo un estrepitoso ruido.
-¡Carlisle! ¿Estás bien?- Preguntó Esme corriendo a ayudarlo.
-Si, pero hay que enseñarle a Emmet a que recoja sus juguetes.
-Cariño tengo que contarte algo- Dijo Esme arrastrándolo hasta el sofá y obligándolo a sentarse.
-¿No puede esperar a después de cenar y de que me de una ducha? Estoy un poco cansado.
-¡Estoy embarazada!
-¿Pu... Puedes repetirlo?- Dijo Carlisle atónito
-Estoy em-ba-ra-za-da. Vamos a tener un niño.
Carlisle se quedó de piedra, y no era de extrañar, hacía apenas un año les habían dicho que Esme tenía un problema en su útero y que eso hacía imposible que quedara embarazada. Por eso ambos decidieron adoptar a un pequeño niño, moreno, de apenas unos meses de edad. El pequeño Emmet ya llevaba con ellos unos 6 meses, y estaba apunto de cumplir su primer año.
-Pe... Pero... ¿Estás segura?
-Carlisle mira el test- Esme le enseñó el test de embarazo y Carlisle vio como el resultado era positivo- Hace unos días que no me sentía bien y por probar no perdía nada.
-¡Estás embarazada!- Exclamó él levantándola del sofá y apoyándola sobre su pecho- Debemos ir mañana a que te vea el doctor Harris.
-Si, tienes razón. Por si acaso hay que asegurarse.
Ambos se abrazaron mirándose a los ojos, se sentían completamente felices, pero fueron interrumpidos por los llantos de Emmet, que se acercó a ellos gateando.
-¿Qué te ocurre campeón?- Dijo Carlisle tomándolo entre sus brazos.
-Lleva llorando todo el día, creo que está resfriado.
-Tiene un poquito de fiebre, pero nada alarmante. Será por el cambio de clima, Canadá es un sitio muy frío y no está acostumbrado.
-Si, dentro de unas semanas cumple su primer año, es una pena que no podamos estar con Charlie y Reneé, con lo que quieren a Emmet.
-Los invitaremos a venir a pasar unos días, así les daremos la noticia- Carlisle respondió mientras mecía a Emmet en sus brazos.
Charlie y Reneé Swan eran los mejores amigos del matrimonio Cullen y tenían muchas cosas en común. Todos habían nacido en Forks, eran muy jóvenes, Carlisle apenas cumplía apenas había cumplido los 23 años y Esme los 21, al igual que Charlie y Reneé.
Charlie y Carlisle eran compañeros hasta que acabaron el instituto, después Charlie fue a trabajar con su padre como aprendiz de Sherif y Carlisle estuvo en la universidad estudiando medicina.
Carlisle conoció a Esme en la facultad dos años después de haber empezado la carrera, porque ella era dos años menor. La conoció en la biblioteca por casualidad, ella estudiaba decoración de interiores y se había equivocado de zona, Carlisle amablemente la acompañó hasta los estantes que buscaba. Después de ese primer encuentro, almorzaban juntos de vez en cuando, y salían a tomar algo los fines de semana. A los pocos meses empezaron a salir y, cuando Carlisle la invitó a pasar las navidades con él en Forks, se sorprendió al enterarse de que ella era de allí.
Cuando fueron a Forks, Carlisle fue con Esme a visitar a Charlie y Esme pudo comprobar que su mejor amiga, Reneé, estaba saliendo con Charlie. Parecía un cuento de hadas, todos juntos en el mismo pueblo.
Pasaron dos años de noviazgo, y esas navidades, Charlie y Carlisle les propusieron matrimonio, ninguno sabía lo que pretendía el otro, pero lo hicieron el mismo día, parecía cosa del destino. Aunque se querían mucho, se casaron en fechas distintas porque Esme sería la dama de honor de Reneé y viceversa. En el último año de carrera de Carlisle y Esme (su carrera era de 3 años, por eso acaban a la vez), los dos vivían como un feliz matrimonio, y estaban tan impacientes por tener una familia que intentaron todos los medios posibles, fue ahí, al acudir a un especialista cuando se enteraron de que no podrían tener hijos. Pero Charlie y Reneé fueron los que les animaron y les aconsejaron que adoptaran un niño. Y con eso llegó Emmet, con 6 meses de vida, era un niño muy activo y fuerte, Charlie lo veía como su propio hijo.
Reneé y Charlie no tenían tanta prisa por tener hijos, pero si llegaba alguno, no pondrían pegas.
Carlisle recibió una oferta de trabajo en Canadá, era como jefe de urgencias en el hospital principal de Canadá. Era una oferta muy buena y Esme sabía lo que significaba para su carrera, por ello lo apoyó cuando decidió aceptar el empleo. Charlie y Reneé también lo entendían, y por ello les ayudaron a buscar casa.
Ahora, Carlisle miraba como Esme le daba el biberón a Emmet con una sonrisa en la cara. Esme era una persona sensible, cariñosa y la mejor madre que un niño podría tener, él sabía lo que le había dolido cuando les comunicaron que no podrían tener hijos, pero Emmet le devolvió la sonrisa, una sonrisa que ahora se veía más radiante, suponía él que por la noticia del nuevo miembro de la familia.
Al día siguiente, Carlisle llamó a una niñera para que se quedara con Emmet mientras ellos iban a la cita que había pedido Carlisle con el doctor Harris. Entraron y se acercaron al despacho del doctor Harris.
-Hola Vanessa, ¿puedes decirle al doctor que estamos aquí?
-Claro, Dr. Cullen- Apretó la tecla del teléfono interior- Dr. Harris, los señores Cullen están aquí.
-Hazlos pasar- Se escuchó la voz que respondía.
-Pasen, el doctor los está esperando.
Carlisle tomó la mano de Esme y esta la apretó demasiado por el nerviosismo.
-Tranquila cariño, mis dedos necesitan que les llegue la sangre- Dijo mientras abría la puerta con la otra mano. Esme aflojó su apretón un poco- Gracias.
Ambos traspasaron la puerta y se sentaron en los asientos que había frente a un escritorio. Un hombre de unos 50 años se sentó frente a ellos.
-Buenos días Carlisle, me alegro de verte. Esta debe ser tu esposa- Dijo mirando a Esme- Carlisle me ha hablado mucho de ti. Es una pena que no hayáis traído al pequeño, me hubiera gustado conocerlo.
-Ya tendrás ocasión Leonard, pero hoy venimos por temas médicos y no por cortesía, me temo.
-¿Ocurre algo malo? ¿Alguno está enfermo?
-No, eso no, tranquilo. Pero nos gustaría que le hicieras unas pruebas a Esme. Verás, cuando estábamos en Forks nos dijeron que no podía tener hijos por un problema en el aparato reproductor, pero ayer se hizo un test de embarazo y salió positivo. Querríamos asegurarnos.
-Claro, estas cosas son las que hace tan bonita esta profesión- Se levantó del asiento- Si hace el favor de acompañarme, empezaremos con las pruebas.
Carlisle la acompañó a todas las pruebas que le hicieron, al principio sabía exactamente lo que le hacían, como buen médico que era, pero las últimas pruebas no las entendió, no eran necesarias para comprobar un embarazo. A pesar de eso, no quiso decir nada por no preocupar a su esposa.
Después de un buen rato de espera, que para Esme fue una tortura, el doctor Harris los hizo volver a pasar a su despacho.
-He mirado el resultado de las pruebas y si que está embarazada- Esme se abrazó a Carlisle sonriente- Eso no es todo, señora Cullen- Terminó de decir el Dr. Harris.
-¿Qué quiere decir?- Esme se asustó.
-Su embarazo es muy arriesgado. Ha sido un milagro que haya quedado embarazada. Según los análisis que le hicieron anteriormente, era imposible que concibiera una criatura, pero por alguna razón que desconocida, usted está esperando una criatura. Voy a ser sincero, si deciden continuar con el embarazo, hay muchas probabilidades de que no llegue a término, y unas pocas de que usted no aguante el embarazo- Esas palabras dejaron a Esme estática en su posición.
-Por eso eran las otras pruebas- Dijo Carlisle muy bajo- Leonard, ¿podrías darnos unos minutos?
-Claro, iré a mirar unos informes y vuelvo.
El Dr. Harris se marchó del despacho y Carlisle se arrodilló frente a Esme.
-Cariño, mírame- Le pidió Carlisle- Mi vida, soy yo, por favor, mírame- Esme giró la cabeza hacia él y entonces Carlisle pudo ver unas lágrimas caer de sus hermosos ojos- No llores, no es bueno en tu estado que te pongas así. Por lo menos tenemos a Emmet.
-¿Qué estás diciendo?- Dijo ella con voz apenas audible.
-Que tenemos a Emmet, no es lo mismo, lo se, pero si nos centramos en él, podremos superar esto.
-Ja, ja, ja- Esme empezó a reírse y se levantó del asiento ante la mirada extrañada de Carlisle- No puedes estar diciéndome lo que creo que me estás diciendo. ¿Quieres que aborte?
-Esme, se que es una decisión difícil, pero...
-¡Pero nada! ¡Es tu hijo Carlisle! ¿Vas a matarlo así sin más?
-Todavía no es más que un pequeño embrión, aun no se le puede considerar un ser vivo- Dijo él muy serio- No estoy matando nada.
-¿Te estás oyendo? Tú, que defiendes la vida por encima de todo me estás diciendo que eso no es matar nada. Te recuerdo que siempre has estado en contra del aborto.
-Pues he cambiado de opinión- Dijo secamente.
Esme se acercó a él y le dio un bofetón en la cara, cogió su bolso y salió de allí corriendo.
Carlisle permaneció quieto hasta que el Dr. Harris volvió a aparecer en el despacho.
-Carlisle, ¿qué ha pasado? He visto como tu mujer salía corriendo mientras lloraba.
-No estoy seguro, voy a ir a buscarla. Ya hablaremos.
Carlisle salió de allí y cogió el coche, supuso que Esme había tomado un taxi hasta casa, así que fue directo a ella. Pero cuando llegó, solo estaban Emmet y su canguro.
-¿No ha vuelto mi mujer?
-No señor... Esto...- La chica se quedó mirando a Carlisle que no se movió- Perdone, señor Cullen, pero ¿podría pagarme? Es que mañana tengo un examen y debo ir a estudiar, ahora que ya está usted en casa...
-Si, perdona. Toma- Sacó un billete de 50 dolares y se lo entregó.
-Señor, no tengo cambio.
-Da igual, quédate con todo.
La chica se marchó y Carlisle tomó a Emmet en sus brazos, estaba preocupado por saber donde podría estar Esme, pero no sabía donde buscarla. Llegó la hora de la comida y Esme seguía sin aparecer. Era una suerte que tuviera el día libre porque no tenía con quien dejar a Emmet. A la hora de la cena, Carlisle se cuestionó el llamar a la policía, empezó a pensar que algo le había ocurrido. Entonces sonó su móvil y vio que era Charlie.
-Hola Charlie...
-¡Carlisle Cullen!- Gritó Charlie desde el otro lado del móvil- ¡Ya estás haciendo las maletas y moviendo tu culo hasta aquí junto con tu hijo!
-¿Qué ocurre Charlie?- Preguntó Carlisle asustado.
-¡¿Qué qué ocurre?! ¡Ocurre que tu mujer ha llegado hace unos minutos aquí llorando!
-¡¿Qué se ha ido hasta Forks en su estado?!
-¡Baja ese tono! ¿Como te atreves a recriminarle nada después de lo que has dicho?- Carlisle permaneció en silencio- Para ella, el haberse quedado embarazada ha sido un milagro, ese bebé es vuestro milagro y tú has dicho que lo quieres matar. ¿De verdad eres tan insensible?
-¿Puedes decirle que se ponga?- Dijo serio y enfadado por la actitud que tomaba su amigo ante su decisión.
-Creo que tal y como está ahora, no es aconsejable que mantegáis una conversación.
-¿Como está? ¿Está bien?- Carlisle dejó el enfado a un lado.
-No demasiado, Reneé está llamando al médico con su móvil. Solo te lo voy a decir una vez. Ella no piensa abortar, te pongas tú como te pongas, así que ¡coge a tu hijo y pilla el primer vuelo hacia Forks! ¡¡¡YA!!!- Charlie colgó el teléfono.
Carlisle se maldijo internamente, no podía aceptar la actitud de Esme ante su salud, pero tampoco podría obligarla. Y si estaba tan mal como había dicho Charlie, las cosas se pondrían bastante mal.
Cogió a Emmet, algo de ropa y salió con el coche hacia el aeropuerto, llamó al hospital para pedir unos días libres y subieron los dos al primer avión camino a Forks.
"Destinados a Estar Juntos"
Carlisle, Esme, Reneé y Charlie son amigos desde que eran jovenes, pero cuando sus hijos cumplen los 5 años tienen un problema y se distancian. Cuando Edward y Bella, hijos de ambos matrimonios, van a la universidad y se enamoran empiezan los problemas...
Introducción
Carlisle volvió a casa después de un duro día de trabajo en el hospital. Le encantaba la medicina, pero siempre acababa agotado. Estaba deseando llegar a casa con su mujer y su hijo.
Al pasar por la puerta, tropezó con uno de los muñecos de Emmet y cayó al suelo, haciendo un estrepitoso ruido.
-¡Carlisle! ¿Estás bien?- Preguntó Esme corriendo a ayudarlo.
-Si, pero hay que enseñarle a Emmet a que recoja sus juguetes.
-Cariño tengo que contarte algo- Dijo Esme arrastrándolo hasta el sofá y obligándolo a sentarse.
-¿No puede esperar a después de cenar y de que me de una ducha? Estoy un poco cansado.
-¡Estoy embarazada!
-¿Pu... Puedes repetirlo?- Dijo Carlisle atónito
-Estoy em-ba-ra-za-da. Vamos a tener un niño.
Carlisle se quedó de piedra, y no era de extrañar, hacía apenas un año les habían dicho que Esme tenía un problema en su útero y que eso hacía imposible que quedara embarazada. Por eso ambos decidieron adoptar a un pequeño niño, moreno, de apenas unos meses de edad. El pequeño Emmet ya llevaba con ellos unos 6 meses, y estaba apunto de cumplir su primer año.
-Pe... Pero... ¿Estás segura?
-Carlisle mira el test- Esme le enseñó el test de embarazo y Carlisle vio como el resultado era positivo- Hace unos días que no me sentía bien y por probar no perdía nada.
-¡Estás embarazada!- Exclamó él levantándola del sofá y apoyándola sobre su pecho- Debemos ir mañana a que te vea el doctor Harris.
-Si, tienes razón. Por si acaso hay que asegurarse.
Ambos se abrazaron mirándose a los ojos, se sentían completamente felices, pero fueron interrumpidos por los llantos de Emmet, que se acercó a ellos gateando.
-¿Qué te ocurre campeón?- Dijo Carlisle tomándolo entre sus brazos.
-Lleva llorando todo el día, creo que está resfriado.
-Tiene un poquito de fiebre, pero nada alarmante. Será por el cambio de clima, Canadá es un sitio muy frío y no está acostumbrado.
-Si, dentro de unas semanas cumple su primer año, es una pena que no podamos estar con Charlie y Reneé, con lo que quieren a Emmet.
-Los invitaremos a venir a pasar unos días, así les daremos la noticia- Carlisle respondió mientras mecía a Emmet en sus brazos.
Charlie y Reneé Swan eran los mejores amigos del matrimonio Cullen y tenían muchas cosas en común. Todos habían nacido en Forks, eran muy jóvenes, Carlisle apenas cumplía apenas había cumplido los 23 años y Esme los 21, al igual que Charlie y Reneé.
Charlie y Carlisle eran compañeros hasta que acabaron el instituto, después Charlie fue a trabajar con su padre como aprendiz de Sherif y Carlisle estuvo en la universidad estudiando medicina.
Carlisle conoció a Esme en la facultad dos años después de haber empezado la carrera, porque ella era dos años menor. La conoció en la biblioteca por casualidad, ella estudiaba decoración de interiores y se había equivocado de zona, Carlisle amablemente la acompañó hasta los estantes que buscaba. Después de ese primer encuentro, almorzaban juntos de vez en cuando, y salían a tomar algo los fines de semana. A los pocos meses empezaron a salir y, cuando Carlisle la invitó a pasar las navidades con él en Forks, se sorprendió al enterarse de que ella era de allí.
Cuando fueron a Forks, Carlisle fue con Esme a visitar a Charlie y Esme pudo comprobar que su mejor amiga, Reneé, estaba saliendo con Charlie. Parecía un cuento de hadas, todos juntos en el mismo pueblo.
Pasaron dos años de noviazgo, y esas navidades, Charlie y Carlisle les propusieron matrimonio, ninguno sabía lo que pretendía el otro, pero lo hicieron el mismo día, parecía cosa del destino. Aunque se querían mucho, se casaron en fechas distintas porque Esme sería la dama de honor de Reneé y viceversa. En el último año de carrera de Carlisle y Esme (su carrera era de 3 años, por eso acaban a la vez), los dos vivían como un feliz matrimonio, y estaban tan impacientes por tener una familia que intentaron todos los medios posibles, fue ahí, al acudir a un especialista cuando se enteraron de que no podrían tener hijos. Pero Charlie y Reneé fueron los que les animaron y les aconsejaron que adoptaran un niño. Y con eso llegó Emmet, con 6 meses de vida, era un niño muy activo y fuerte, Charlie lo veía como su propio hijo.
Reneé y Charlie no tenían tanta prisa por tener hijos, pero si llegaba alguno, no pondrían pegas.
Carlisle recibió una oferta de trabajo en Canadá, era como jefe de urgencias en el hospital principal de Canadá. Era una oferta muy buena y Esme sabía lo que significaba para su carrera, por ello lo apoyó cuando decidió aceptar el empleo. Charlie y Reneé también lo entendían, y por ello les ayudaron a buscar casa.
Ahora, Carlisle miraba como Esme le daba el biberón a Emmet con una sonrisa en la cara. Esme era una persona sensible, cariñosa y la mejor madre que un niño podría tener, él sabía lo que le había dolido cuando les comunicaron que no podrían tener hijos, pero Emmet le devolvió la sonrisa, una sonrisa que ahora se veía más radiante, suponía él que por la noticia del nuevo miembro de la familia.
Al día siguiente, Carlisle llamó a una niñera para que se quedara con Emmet mientras ellos iban a la cita que había pedido Carlisle con el doctor Harris. Entraron y se acercaron al despacho del doctor Harris.
-Hola Vanessa, ¿puedes decirle al doctor que estamos aquí?
-Claro, Dr. Cullen- Apretó la tecla del teléfono interior- Dr. Harris, los señores Cullen están aquí.
-Hazlos pasar- Se escuchó la voz que respondía.
-Pasen, el doctor los está esperando.
Carlisle tomó la mano de Esme y esta la apretó demasiado por el nerviosismo.
-Tranquila cariño, mis dedos necesitan que les llegue la sangre- Dijo mientras abría la puerta con la otra mano. Esme aflojó su apretón un poco- Gracias.
Ambos traspasaron la puerta y se sentaron en los asientos que había frente a un escritorio. Un hombre de unos 50 años se sentó frente a ellos.
-Buenos días Carlisle, me alegro de verte. Esta debe ser tu esposa- Dijo mirando a Esme- Carlisle me ha hablado mucho de ti. Es una pena que no hayáis traído al pequeño, me hubiera gustado conocerlo.
-Ya tendrás ocasión Leonard, pero hoy venimos por temas médicos y no por cortesía, me temo.
-¿Ocurre algo malo? ¿Alguno está enfermo?
-No, eso no, tranquilo. Pero nos gustaría que le hicieras unas pruebas a Esme. Verás, cuando estábamos en Forks nos dijeron que no podía tener hijos por un problema en el aparato reproductor, pero ayer se hizo un test de embarazo y salió positivo. Querríamos asegurarnos.
-Claro, estas cosas son las que hace tan bonita esta profesión- Se levantó del asiento- Si hace el favor de acompañarme, empezaremos con las pruebas.
Carlisle la acompañó a todas las pruebas que le hicieron, al principio sabía exactamente lo que le hacían, como buen médico que era, pero las últimas pruebas no las entendió, no eran necesarias para comprobar un embarazo. A pesar de eso, no quiso decir nada por no preocupar a su esposa.
Después de un buen rato de espera, que para Esme fue una tortura, el doctor Harris los hizo volver a pasar a su despacho.
-He mirado el resultado de las pruebas y si que está embarazada- Esme se abrazó a Carlisle sonriente- Eso no es todo, señora Cullen- Terminó de decir el Dr. Harris.
-¿Qué quiere decir?- Esme se asustó.
-Su embarazo es muy arriesgado. Ha sido un milagro que haya quedado embarazada. Según los análisis que le hicieron anteriormente, era imposible que concibiera una criatura, pero por alguna razón que desconocida, usted está esperando una criatura. Voy a ser sincero, si deciden continuar con el embarazo, hay muchas probabilidades de que no llegue a término, y unas pocas de que usted no aguante el embarazo- Esas palabras dejaron a Esme estática en su posición.
-Por eso eran las otras pruebas- Dijo Carlisle muy bajo- Leonard, ¿podrías darnos unos minutos?
-Claro, iré a mirar unos informes y vuelvo.
El Dr. Harris se marchó del despacho y Carlisle se arrodilló frente a Esme.
-Cariño, mírame- Le pidió Carlisle- Mi vida, soy yo, por favor, mírame- Esme giró la cabeza hacia él y entonces Carlisle pudo ver unas lágrimas caer de sus hermosos ojos- No llores, no es bueno en tu estado que te pongas así. Por lo menos tenemos a Emmet.
-¿Qué estás diciendo?- Dijo ella con voz apenas audible.
-Que tenemos a Emmet, no es lo mismo, lo se, pero si nos centramos en él, podremos superar esto.
-Ja, ja, ja- Esme empezó a reírse y se levantó del asiento ante la mirada extrañada de Carlisle- No puedes estar diciéndome lo que creo que me estás diciendo. ¿Quieres que aborte?
-Esme, se que es una decisión difícil, pero...
-¡Pero nada! ¡Es tu hijo Carlisle! ¿Vas a matarlo así sin más?
-Todavía no es más que un pequeño embrión, aun no se le puede considerar un ser vivo- Dijo él muy serio- No estoy matando nada.
-¿Te estás oyendo? Tú, que defiendes la vida por encima de todo me estás diciendo que eso no es matar nada. Te recuerdo que siempre has estado en contra del aborto.
-Pues he cambiado de opinión- Dijo secamente.
Esme se acercó a él y le dio un bofetón en la cara, cogió su bolso y salió de allí corriendo.
Carlisle permaneció quieto hasta que el Dr. Harris volvió a aparecer en el despacho.
-Carlisle, ¿qué ha pasado? He visto como tu mujer salía corriendo mientras lloraba.
-No estoy seguro, voy a ir a buscarla. Ya hablaremos.
Carlisle salió de allí y cogió el coche, supuso que Esme había tomado un taxi hasta casa, así que fue directo a ella. Pero cuando llegó, solo estaban Emmet y su canguro.
-¿No ha vuelto mi mujer?
-No señor... Esto...- La chica se quedó mirando a Carlisle que no se movió- Perdone, señor Cullen, pero ¿podría pagarme? Es que mañana tengo un examen y debo ir a estudiar, ahora que ya está usted en casa...
-Si, perdona. Toma- Sacó un billete de 50 dolares y se lo entregó.
-Señor, no tengo cambio.
-Da igual, quédate con todo.
La chica se marchó y Carlisle tomó a Emmet en sus brazos, estaba preocupado por saber donde podría estar Esme, pero no sabía donde buscarla. Llegó la hora de la comida y Esme seguía sin aparecer. Era una suerte que tuviera el día libre porque no tenía con quien dejar a Emmet. A la hora de la cena, Carlisle se cuestionó el llamar a la policía, empezó a pensar que algo le había ocurrido. Entonces sonó su móvil y vio que era Charlie.
-Hola Charlie...
-¡Carlisle Cullen!- Gritó Charlie desde el otro lado del móvil- ¡Ya estás haciendo las maletas y moviendo tu culo hasta aquí junto con tu hijo!
-¿Qué ocurre Charlie?- Preguntó Carlisle asustado.
-¡¿Qué qué ocurre?! ¡Ocurre que tu mujer ha llegado hace unos minutos aquí llorando!
-¡¿Qué se ha ido hasta Forks en su estado?!
-¡Baja ese tono! ¿Como te atreves a recriminarle nada después de lo que has dicho?- Carlisle permaneció en silencio- Para ella, el haberse quedado embarazada ha sido un milagro, ese bebé es vuestro milagro y tú has dicho que lo quieres matar. ¿De verdad eres tan insensible?
-¿Puedes decirle que se ponga?- Dijo serio y enfadado por la actitud que tomaba su amigo ante su decisión.
-Creo que tal y como está ahora, no es aconsejable que mantegáis una conversación.
-¿Como está? ¿Está bien?- Carlisle dejó el enfado a un lado.
-No demasiado, Reneé está llamando al médico con su móvil. Solo te lo voy a decir una vez. Ella no piensa abortar, te pongas tú como te pongas, así que ¡coge a tu hijo y pilla el primer vuelo hacia Forks! ¡¡¡YA!!!- Charlie colgó el teléfono.
Carlisle se maldijo internamente, no podía aceptar la actitud de Esme ante su salud, pero tampoco podría obligarla. Y si estaba tan mal como había dicho Charlie, las cosas se pondrían bastante mal.
Cogió a Emmet, algo de ropa y salió con el coche hacia el aeropuerto, llamó al hospital para pedir unos días libres y subieron los dos al primer avión camino a Forks.
Última edición por PaLMiZi el 28/8/2009, 6:15 am, editado 1 vez
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 1- Soluciones y embarazos
Carlisle llevaba en brazos a Emmet, se había quedado dormido durante el vuelo. Esperaba que pasara un taxi para llevarlo hasta Forks, podría alquilar un coche, Seatle no estaba muy lejos de Forks, pero estaba demasiado nervioso.
Durante el vuelo había estado pensando en la reacción de Esme, en el fondo él sentía lo mismo que ella, quería ese bebé con toda su alma, pero no quería perder a su mujer, la adoraba demasiado. Después de varios minutos Carlisle divisó un taxi libre, lo paró, metió la bolsa de ropa en el maletero y entro en el taxi que enseguida se dirigió a Forks.
Al bajar del taxi estaba realmente nervioso, aunque llevar a Emmet entre sus brazos hacía que se relajara un poco, pero cuando se vio frente a la puerta de la casa de Charlie y Reneé, sus nervios aumentaron notablemente, estaba sudando como nunca antes lo había hecho. Llamó al timbre y Charlie abrió con cara de pocos amigos, le hizo una seña para que entrara sin decir ni una palabra. Reneé tomó a Emmet entre sus brazos y lo llevó arriba para que durmiera después de asesinar con la mirada a Carlisle, Charlie acompañó a Carlisle a la cocina y ambos se sentaron.
-¿Como está Esme?
-Calmada, al menos de momento- Charlie lo miró fijamente- Se porque has dicho esas cosas, y créeme que lo entiendo, pero no es solo su salud física lo que peligra. Si continuas con esa opinión me temo que acabará mal psíquicamente hablando. Esme está dividida entre el amor por ti y por el bebé. Está totalmente destrozada pensando que no lo quieres.
-¿Como no voy a quererlo? Es una parte de ella, y una parte mía también... Cuando me dijo que estaba embarazada, te aseguro que me sentí en el cielo, lo único que no podíamos tener lo habíamos conseguido, pero cuando el doctor dijo que Esme podría... No pude soportar la idea, no debí haber sido tan brusco, decirlo así de golpe, pero me salió solo.
-Vamos arriba, ella está esperándote.
-¿Seguro? No quiero que le pase nada, puedo esperar hasta que ella esté lista.
-Si no subes ahora será peor, pensará que no quieres hablar con ella.
Ambos subieron hasta la habitación de invitados donde estaba Esme recostada en la cama.
-Esme- Dijo Charlie al entrar- Carlisle está aquí y quiere hablar contigo. ¿Le digo que entre?
Esme hizo un asentimiento con la cabeza y miró como Charlie salía y dejaba entrar a Carlisle antes de cerrar la puerta. Vio como él se acercaba a ella lentamente y se sentaba en el borde de la cama sin dejar que sus ojos perdieran el contacto. Entonces intentó tomar una de sus manos, pero ella la retiró al instante.
-Esme, por favor...
-Ni por favor ni nada, si sigues con la misma postura no tenemos nada de que hablar.
-Intenta entenderme, no quiero perderte.
-Ya te lo he dicho, no tenemos nada de que hablar. No te voy a pedir ni dinero ni nada, no te preocupes...- Dijo poniéndose a llorar.
-¿Por que dices eso?- Dijo tomando su rostro entre sus manos.
-Si tú no quieres este bebé no te voy a obligar a tenerlo... ¡Lo tendré yo sola! Me mudaré aquí, buscaré un trabajo. Te ayudaré con Emmet, también es mi niño...
-¡Espera un momento! ¿Crees que te voy a dejar sola?
-Se que no lo harías, pero no quiero que cuides de un niño que no quieres.
-¡Si lo quiero!- Gritó dejando a Esme con la boca abierta- ¡Lo quiero desde el momento que supe que lo llevabas dentro!- Carlisle estaba enfadado, pero al ver la cara de Esme se relajó- ¿Cómo no voy a querer al fruto de nuestro amor? Esme, tan solo es que no quiero perderte.
-Carlisle, ¿en serio quieres el bebé?
-Si- Le dijo con una sonrisa- Si vamos a continuar adelante deberás obedecer todas mis instrucciones, sean las que sean. ¿Entendido?
-¿Lo dices en serio?- Dijo ella llorando pero con una sonrisa en la cara, Carlisle asintió y ella se lanzó a sus brazos- Carlisle, te quiero...
-Ssshhh, cálmate, no te hace bien ponerte así. Ahora descansa un poco, tienes que recuperar fuerzas antes de que nuestro pequeño torbellino se despierte.
-Emmet... Siento haberme ido así, no lo pensé...
-Tranquila, ahora todo está bien.
Carlisle besó la frente de Esme y salió de la habitación, bajó al salón y encontró a Charlie y a Reneé mirándolo muy seriamente.
-Ya está todo arreglado, no hay nada de que preocuparse.
-¿Eso que quiere decir?
-Qué vamos a tener un bebé- Dijo sonriendo.
Charlie corrió a abrazar a su amigo, sabía que al final tomaría la opción correcta. Reneé se acercó a él y le abofeteó la cara.
-Eso es por hacérselo pasar tan mal, no puedo creerme que le dijeras eso- Luego lo abrazó- Y esto es por recapacitar.
Todos rieron ante la actuación de Reneé.
-¿Podéis decirme que ha dicho el médico que ha venido antes a verla?
-Primero que estaba loca por continuar- Dijo Reneé con una cara de cabreo que a Carlisle le atemorizó- Y luego, cuando Esme le dejó bien clara su postura, que apenas iba a poder moverse de la cama.
-Sería mejor que no se moviera mucho.
-Lo se, voy a pedir el traslado a Forks.
-¿¡Qué!?- Gritó Charlie- ¿Y tú trabajo? En Canadá tenías un puesto importante.
-Mi mujer es más importante que cualquier puesto de trabajo, mañana mismo hablaré con mi jefe y le explicaré la situación, pediré una plaza aquí en Forks y viviremos en la antigua casa de mis padres. Ellos hace años que se mudaron y me la cederán encantados en cuanto se enteren de la noticia.
-Así se habla- Reneé estaba encantada con la nueva actitud de Carlisle.
Esme no despertó en toda la noche, y eso tranquilizó los nervios de Carlisle que se había pasado toda la noche despierto a su lado, verla dormir tan plácidamente le reconfortaba. Emmet despertó temprano, Carlisle fue a cogerlo y lo llevó junto a Esme.
-Emmet, cariño, no debes hacer ruido, mamá está durmiendo.
-Mama, ssshhh...- Dijo el niño haciendo el signo de silencio.
-Eso es. Y tienes que ser bueno, hay que cuidar a mamá- Emmet no entendía nada de lo que le decía su padre.
Carlisle se tumbó junto a Esme y colocó a Emmet entre los dos, Emmet intentó darle un pequeño golpe en el brazo para que despertara, pero Carlisle se lo impidió, entonces empezó a acariciar a Esme en el brazo y Emmet lo imitó ganándose una amplia sonrisa de su padre.
Al rato, Esme se despertó y al ver a su marido y a su hijo acariciándola sonrió.
-Hola, mi vida- Le dijo a Emmet abrazándolo- Te he echado de menos.
-Mamá- Emmet le devolvió el abrazo.
-Hola, preciosa. ¿Cómo has dormido?
-Muy bien, necesitaba descansar.
Carlisle ayudó a Esme a cambiarse de ropa y a bajar al salón donde estaba servido el desayuno, Reneé y Charlie se habían ido a trabajar.
Emmet desayunó y se puso a ver los dibujos que hacían en la tele mientras sus padres terminaban su desayuno.
-Esme, voy a pedir el traslado a Forks.
-¿Qué? ¿Por qué?
-No debiste haber viajado en tu estado, Reneé me contó lo que te ha dicho el médico y no vas a viajar hasta Canadá. Por eso hoy mismo hablaré con mi jefe para pedir el traslado, y después hablaré con mis padres.
-¿Con tus padres?
-Claro, para que sepan que vamos a quedarnos en la casa. Se cuanto te gusta esa casa y en cuanto el bebé haya nacido te dejaré decorarla a tu gusto.
-Carlisle, ¿estás seguro? Tú trabajo en Canadá es muy importante para tu carrera, es tu sueño...
-Mi sueño es ser feliz con mi familia, y más importante es esto- Dijo tocándole el vientre- Ahora que nos hemos puesto de acuerdo, voy a hacer todo lo que haga falta.
Esa misma mañana Carlisle llamó a su jefe que no se tomó muy bien la decisión de Carlisle, pero a pesar de ello no tuvo más remedio que aceptarla.
Después se dispuso a llamar a sus padres.
-¿Diga?
-Hola mamá, ¿está papá ahí contigo?
-Si, ¿quieres que se ponga?
-No, pero pon el manos libres, tengo que hablar con los dos- Carlisle espero a que su madre le dijera que ya estaba puesto- Bueno, primero de todos debo daros una buena noticia. Vais a ser abuelos.
-¿Vais a adoptar a otro pequeño?- Dijo su padre- Me parece un poco pronto, Emmet aun no tiene el año.
-No vamos a adoptar a nadie. Esme está embarazada.
-¿En serio?- Dijo emocionada su madre- ¿Pero no dijiste que no podía quedarse en estado?
-Eso pensábamos todos. Eso si, el embarazo se presenta bastante complicado, ahora mismo estamos en Forks y no es conveniente que ella viaje. Por eso quería pediros una cosa.
-Habla, muchacho.
-¿Os importaría que nos quedáramos en vuestra casa? Es grande, tranquila y a Esme le encanta.
-Eso no tenías ni que haberlo preguntado- El padre de Carlisle se hizo el ofendido- Esa casa es vuestra, ya lo sabes, te lo dijimos antes de mudarnos.
-Muchas gracias a los dos.
-No hay nada que agradecer, espero que pronto podamos ir a veros. Cuida muy bien de Esme, de Emmet y del pequeñín que viene en camino.
-Un beso para los dos. Hasta otra.
-Adiós hijo.
Carlisle fue corriendo a contarle la noticia a Esme y en unas semana ya lo tenían todo para irse a vivir a la casa. Debido al estado de Esme, su habitación se quedó en la planta baja para que ella no tuviera que subir escaleras, al igual que la de Emmet.
Esme debía pasar gran parte del embarazo en cama por lo que contrataron a una asistenta para limpiar y a una canguro para los meses de embarazo. Siempre que podían, Charlie y Reneé iban a verla. Tanto Esme como Reneé estaban realmente emocionadas, pocos meses después de que ellos se mudaran allí, en febrero para ser exactos, Reneé se enteró de que también estaba esperando un bebé. Se llevaban entre las dos tres meses de embarazo y estaban emocionadas porque sus hijos irían juntos a todos lados.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 2- La familia aumenta
Carlisle estaba en el hospital y Esme se pasaba todo el día en la cama. Estaba en su último mes de embarazo y apenas podía moverse. Emmet ya decía frases cortas y entendía un poco lo que le decían.
Esa tarde, Reneé estaba con Esme en la habitación de ella. Emmet jugaba en el suelo mientras Esme lo miraba sonriendo. Reneé estaba sentada junto a la cama de Esme, sus 6 meses de embarazo no le permitían sentarse en el suelo a jugar con Emmet como solía hacer antes.
-¿Sabes ya si es niño o niña?- Preguntó Esme intrigada.
-Si, va a ser una niña y la vamos a llamar Isabella.
-¿Isabella? ¿Como mi madre?
-Así es. Me encanta ese nombre- Reneé le sonrió- Pero sin embargo, tú no me has dicho que es tu bebé, y estás en tu último mes.
-No te lo he dicho porque no lo se- Reneé la miró con sorpresa- Verás es que Carlisle quiere una niña y yo quiero un niño y para que ninguno de los dos se lleve una decepción esperaremos a ver que es en el momento en que venga al mundo. Los dos estaremos tan emocionados que nos dará igual.
-Ja, ja, ja. ¿Y habéis pensado nombres?
-Si, si es niña, Elisabeth y si es niño Edward.
-¡Mami!- Dijo Emmet corriendo hacia la cama- Yo quedo manito.
-¿Tú quieres un hermanito?- Dijo Reneé divertida- ¿Y si es hermanita?
-No quedo, manito juga fubol.
Ambas se pusieron a reír por el comentario inocente del niño. Reneé tomó a Emmet y lo llevó a la cocina para darle la merienda, después lo acostó para que hiciera la siesta. Cuando volvió con Esme, esta tenía mala cara.
-¿Te encuentras bien?
-Eh... ¿Podrías hacerme un favor?- Dijo con un poco de esfuerzo, Reneé asintió- Llama a Carlisle y dile que venga, que ha llegado la hora.
Reneé la miró preocupada, pero rápidamente cogió el teléfono y llamó a Carlisle, lo hizo desde el salón para no poner más nerviosa a Esme.
-Dime Reneé.
-¡Ven corriendo!
-¡¿Esme está bien?!- Preguntó él preocupado.
-Si... No... Bueno... Más o menos...
-Reneé dime que es lo que pasa.
-Pues que ha llegado el momento.
-¿El momento de qué?- Preguntó Carlisle sin entender nada.
-¡Aaaggghhh!- Gritó Esme desde la habitación.
-¡Carlisle Cullen, Esme se ha puesto de parto, así que corre y ven aquí lo antes que puedas! ¡¿ME HAS ENTENDIDO?!
-¡Enseguida estoy allí!
Carlisle colgó y Reneé volvió a la habitación con Esme.
-Ya está de camino, tranquila. Iré por un poco de agua para refrescarte- Esme solo asintió.
Reneé le llevó agua para beber y para poder mojarle la frente, las contracciones de Esme eran espaciadas pero demasiado cercanas para haber empezado hacía tan poco. Reneé lo sabía, había trabajado de enfermera hasta que consiguió su negocio de jardinería, a pesar de que estaba muy asustada, no se apartó del lado de Esme en ningún momento. Poco después llegó Carlisle.
-¡Esme!- Se lanzó a abrazarla- ¿Cuanto hace que tienes contracciones?
-Cuando Reneé te ha llamado acababa de tener la primera.
-¿Y cada cuanto las tienes?
-Las últimas han sido cada 7 u 8 minutos- Dijo Reneé- Son demasiado juntas para el tiempo que lleva así.
-Lo se- Le respondió, luego se giró hacia Esme y le besó la frente- Cariño, voy a tener que comprobar como va todo, quiero que te relajes, ¿de acuerdo?- Esme asintió.
Carlisle puso sus manos en el vientre de Esme y lo notó duro, estaba totalmente seguro de que no era una falsa alarma. Palpó con las manos la zona baja de su vientre y notó la cabeza del bebé. Después hizo una pequeña revisión al sexo de su mujer.
-Está hiendo rápido, aun te falta un poco para poder empezar a empujar, pero el bebé está bien colocado y no parece que vaya a haber ninguna complicación.
-Voy a avisar a Charlie para que lo sepa y le pediré que venga a por Emmet, será mejor que se lo lleve.
-Si, será lo mejor- Dijo Carlisle antes de que Reneé saliera, después se sentó junto a Esme que le tomó la mano y se la apretó al intentar aguantar otra contracción sin gritar- Mi vida, grita, no te contengas.
-Nnnn... Noooo- Dijo siseando de dolor- No quieeee.... ro, no hassssta que Emmet se haaaa..... haya ido.
Carlisle esperó a que pasara la contracción antes de volver a hablarle, no quería que hiciera más esfuerzos de los necesarios. Cuando pasó, tomó el paño de agua fría y se lo pasó lentamente por la frente, los ojos, las mejillas y por último por la nuca.
-Lo estás haciendo muy bien, casi ninguna mujer tiene las fuerzas suficientes para aguantar así el dolor de las contracciones.
-No quiero asustar a Emmet- Dijo mirándolo a la cara- No puedo imaginarme su carita si me oye.
-Tranquila, no te preocupes, Charlie vendrá enseguida a por él, y una vez se marche no quiero que contengas los gritos, ¿me oyes? Es bueno que te sueltes y te descargues.
Diez minutos después Charlie salía de la casa con Emmet en sus brazos, Reneé volvió junto a Esme y Carlisle.
Pasaban las horas y por fin, después de que Carlisle volviera a revisar que todo estuviera en orden, Esme tuvo permiso para empezar a empujar. Reneé se colocó en su espalda para hacerle de apoyo mientras Carlisle se puso entre sus piernas y le decía cosas alentándola y esperando a que saliera el bebé.
-Esme, lo estás haciendo muy bien. Un poco más cariño, ya casi sale la cabeza.
Esme empujó varias veces más y cuando pensaba que ya no podía más, dio un último empujón y a los pocos segundos escuchó el llanto de un bebé.
-Es un niño- Dijo Carlisle casi llorando de la emoción. Rápidamente se lo entregó a Esme- Mira cariño, es un niño.
-Es Edward, nuestro pequeño hombrecito.
Después de que Esme lo viera con detenimiento, Carlisle le pidió a Reneé que lo llevara al baño y que lo lavara con la bañera que había dejado preparada para limpiarlo. Reneé obedeció y salió con Edward en sus brazos, Carlisle curó a Esme, la llevó a otra habitación para colocarla sobre sábanas limpias y Esme se durmió al instante.
Cuando despertó, pudo escuchar como Carlisle, sentado junto a la cama pero de espaldas a ella, le hablaba a Emmet.
-Eso es, este es tu hermanito Edward.
-Es peketito.
-Si, es pequeñito, je, je, je. Y tienes que ayudarnos a mamá y a mi a cuidarlo, ahora tú eres un hermano mayor.
-¿Yo manito maor?
-Si, tú tienes que cuidarlo.
-¿Pada que no coco?
-Eso es- Dijo cogiéndolo y sentándolo en su rodilla- Qué listo es mi chico.
Carlisle besó la cabeza de Emmet y Esme pudo ver como su hijo le dedicaba una amplia sonrisa. Entonces Edward empezó a llorar en los brazos de Carlisle y Emmet se asustó.
-Creo que tiene hambre- Habló por fin Esme- Dámelo.
Carlisle se giró a ver a Esme sonriendo y le entregó a Edward, Emmet los miraba con miedo.
-Emmet, no pasa nada. Edward solo tiene hambre.
-¿Manito ñam ñam?
-Eso es- Carlisle lo tomó entre sus brazos y lo acercó para que mirara. El niño se quedó pasmado mirando como su madre amamantaba a su pequeño hermano. Después de unos minutos así, Carlisle sacó a Emmet de la habitación y lo llevó a su cuna para que durmiera.
-Creo que vamos a tener un grave caso de celos- Dijo Carlisle al entrar otra vez en la habitación.
-Yo no lo creo, está fascinado con Edward.
-Espero que tengas razón- Carlisle se sentó a su lado y miró como alimentaba a un Edward dormidito.
-¿Donde están Reneé y Charlie?
-Charlie se la ha llevado a casa, estaba un poco atemorizada. Es normal, dentro de unos meses le toca a ella dar a luz y ha vivido contigo lo que se siente. Tiene miedo a no poder conseguirlo, a no ser suficientemente fuerte.
-Eso es una tontería. Claro que podrá, y yo estaré allí para ayudarla.
-Lo se. En cuanto estés recuperada le haremos una visita para que la animes y le des fuerza. Yo creo que pasado mañana ya estarás recuperada y podrás salir de casa.
-Eso sería estupendo, tengo más ganas de salir a la calle y que me de el aire.
-Para compensar todos estos meses encerrada se me ocurre una idea, ¿qué te parece si después de que Reneé tenga su bebé nos vamos una semana de viaje nosotros dos solos?
-¿Y Emmet y Edward?
-Los dejaremos con mis padres, estarán encantados. Los dejaría con Charlie y Reneé pero creo que con el suyo propio tendrán suficiente por el momento.
Ambos rieron y Esme se ilusionó mucho ante la propuesta de Carlisle de hacer un viaje.
Tres días después, Esme estaba totalmente recuperada así que Carlisle y ella pusieron a los niños en el coche y se los llevaron a casa de los Swan.
Cuando llegaron, Emmet ayudó a su madre a empujar el cochecito hasta la puerta, realmente se sentía feliz de tener un hermanito.
Charlie les abrió la puerta y los invitó a pasar, Reneé estaba en el salón mirando por la ventana, Esme se acercó a ella y rodeó con el brazo el hombro de su amiga.
-Ven, vamos a hablar- La tomó de la mano y la llevó hacia el jardín- ¡Nos vamos a dar un paseo!
-Vale, pero no vayáis muy lejos- Dijo Charlie muy sobreprotector.
Las dos amigas salieron al jardín y siguieron el linde del bosque en silencio, cuando se alejaron suficiente, se sentaron en una gran roca que había allí.
-Reneé, dime porque estás así.
-Es que, cuando te vi aguantando el dolor para no asustar a Emmet... Yo no soy tan fuerte como tú.
-Claro que lo eres. ¿Por que dices eso?
-Es que... Charlie no lo sabe porque no he querido preocuparle, pero desde ese día tengo pesadillas de gente con ojos rojos que se quiere llevar a mi niña... Y creo que es porque no estoy preparada para esto... Tengo miedo...
-¿Miedo a que? Reneé, todas tenemos miedo al parto, es normal.
-No es solo, tengo miedo a no ser una buena madre, a fallarle a mi hija como mi madre me falló a mi.
-¡Reneé Swan, ni se te ocurra volver a decir algo así! ¡He visto como te comportas con Emmet y serás una madre estupenda!
-Esme... ¿Estarás conmigo cuando llegue el momento? Aunque se que Charlie estará allí si se lo pido, se que está tanto o más aterrado que yo.
-Claro que si, no te dejaré.
Pasaron los meses y llegó el día en que Reneé dio a luz a Isabella, Esme estuvo con ella en el hospital y Carlisle fue el encargado de traer a la pequeña Isabella Swan al mundo.
Charlie y Reneé se sintieron los seres más felices de la tierra mientras miraban a su pequeña niña.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
amiga esta historia es preciosa ya la lei, gracias por el aporte, ahora tenemos varios fic para leer esto me gusta, te las mandaste amiga
Atal- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
guau com dices es una hitoria difernte pero esta muy interesante amiga cuando vas a publicar mas capitulos ???? me dejaste con la intigra que que mas puede pasar me gusto mucho ojala ha ana carlisle se ispire mas pero no te demores en publicar mas capitulos vale
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Voi a ir subiendolos poco a poco porqe la chica solo tiene hasta el 15 y para no hacer esperar mucho Pero bueno ahi van dos mas:
-¡Esme! ¡Vamos a perder el avión!
-Lo siento, es que se me hace tan difícil separarme de ellos...- Dijo Esme mirando a Emmet y a Edward dormir, cada uno en brazos de uno de los padres de Carlisle.
-Tranquila Esme, sabes que con nosotros estarán bien.
-Si eso lo se, pero es que son tan pequeños...
-Vámonos por favor, si se despiertan antes de que salgamos será peor- Dijo Carlisle tomando el brazo de Esme y tirando de ella.
-No te preocupes por nada.
Carlisle por fin consiguió sacarla de la casa, se metieron en el coche y fueron rumbo al aeropuerto. Una vez allí, Carlisle dirigió a Esme por la terminal, ella no sabía a donde se dirigían. Por fin subieron a un avión, pudo ver que se dirigían a Brasil, pero no sabía a que parte de Brasil.
-¿No me lo piensas decir?
-No- Dijo él besando sus labios- Es una sorpresa, espero que te guste.
-Sabes de sobra que da igual el lugar a donde me lleves, me va a gustar. Pero me gustaría saber cual es ese lugar.
-No- Dijo riéndose un poco.
-¿Ni siquiera una pista?
-¿De verdad quieres saberlo?- La miró a los ojos y ella asintió- ¿Estás segura?- Se acercó un poco a su rostro y ella volvió a asentir- ¿Pero de verdad, de verdad, de verdad?- Colocó su rostro justo en frente de el de ella y ella volvió a asentir- Pues me parece que te quedas con las ganas- Besó sus labios con pasión y se separó de ella rápidamente riendo a carcajadas por la cara que había puesto Esme.
-¿Qué? ¿Como me haces eso?- Dijo ella enfadada- No quiero que me dirijas la palabra en lo que queda de viaje.
Esme no le dijo nada durante el viaje, Carlisle al principio pensaba que era divertido verla así, pero después de un rato dejó de pensarlo, sobre todo cuando sus intentos por hablar con Esme habían fracasado. Mientras bajaban del avión tuvo miedo de haber estropeado todo por una broma, pero ahora ya no podía hacer nada. Tomó la mano de Esme y con la otra las maletas, fueron a buscar un taxi que les llevó al puerto, allí un capitán los llevó hasta una pequeña isla tropical.
-¿Te gusta?- Preguntó Carlisle nervioso mientras la ayudaba a bajar del barco.
-¿Qué lugar es este?- Preguntó ella mirando todo lo que la rodeaba con admiración.
-Esto es la Isla Esme- Carlisle vio la cara de sorpresa de su mujer- Mi padre me cedió esta isla hace unos años, cuando entré en la universidad. Pensaba que estudiaría biología y por eso pensó que una pequeña isla tropical me serviría para mis hacer estudios, pero opté por la medicina. Al principio pensé en devolverle la isla a mi padre, a mi no me hacía falta, pero luego te conocí y pensé en traerte alguna vez. Y ahora en lugar de traerte, te la estoy regalando.
-¿¡QUÉ!?- Gritó Esme ante la última frase de su marido- No puedes regalarme una isla.
-Claro que puedo, es mía y hago con ella lo que quiero. No voy a aceptar un no por respuesta.
Esme no dijo nada y se dejó llevar por la mano de Carlisle mientras observaba todo lo que la rodeaba, de pronto vio una casita junto a la playa.
-Ahí es donde vamos a estar durante estos tres días. No soy tan bueno como tú decorando pero espero que sea de tu agrado.
Ambos entraron en la casita y se quedaron en el umbral. Esme estaba perpleja mirando la casa, era preciosa, y la decoración era impecable, Carlisle sabía muy bien sus gustos y había llenado la casa de todo lo que le gustaba. Había flores por cada rincón, pequeños cuadros con pinturas alegres, pequeñas figuritas de decoración.
-Carlisle, esto es... Es increible.
-¿Eso quiere decir que me has perdonado?- Carlisle la miraba con algo de miedo todavía.
-¿Perdonarte? No hay nada que perdonar- Esme le dedicó una sonrisa que hizo que se calmara definitivamente.
-Ven, te voy a enseñar la casa.
Primero entraron en el dormitorio donde Carlisle dejó las maletas a un lado, Esme estaba maravillada con la habitación, era totalmente blanca, con los muebles y la cama del mismo tono que la habitación.
Después le enseño el baño del dormitorio, amplio y con estantes suficientes para todo lo que ella necesitaba. El salón, clásico y amplio, la cocina con barra americana, y dos habitaciones extras.
-¿Y esas habitaciones?
-Pues, no sabía si conseguiría separarte de los niños, así que preparé esas dos habitaciones por si al final los traíamos.
-¿Lo dices en serio?- Carlisle asintió y la condujo hasta ellas para que las viera.
Estaban una enfrente de la otra, primero entraron en la de Emmet, era grande, de color verde claro, con muchos juguetes. Tenía una camita pequeña junto a la ventana y un cambiador en el lado opuesto.
Después fueron a la de Edward, esta era más sencilla, el niño era demasiado pequeño para tener juguetes. La habitación era azul claro, con una pequeña cuna en el centro de esta, estaba llena de peluches. Tenía otro cambiador en una esquina.
-¿Has hecho esto por si no me podía separar de ellos?- Dijo Esme mirándolo con la boca abierta.
-Cariño, se lo cariñosa y sentimental que eres, y cuando te dije de irnos solos y dejar a los niños con mis padres esperaba más resistencia por tu parte, no porque no quisieras que fuéramos nosotros solos pero eres tan cariñosa y afectiva que supuse que no podrías dejarlos. Pero me has sorprendido, como siempre lo haces.
-Eres maravilloso, aunque es cierto que me ha costado mucho separarme de ellos.
-La próxima vez los traeremos con nosotros.
Esme se abrazó a Carlisle en agradecimiento y ambos se fueron a deshacer las maletas.
Carlisle acabó con sus cosas antes que Esme así que fue a prepararle la cena, quería que todo fuera perfecto para ella así que preparó una cena romántica a la luz de las velas.
Cuando Esme entró en el salón y vio la mesa con flores en el centro, unas velas iluminando la habitación, dos platos colocados uno junto al otro y todo eso acompañado de su canción favorita Can you feel the love tonight de Elton John, no pudo evitar suspirar de la emoción. Unos brazos rodeándole la cintura aumentaron esa emoción que sentía.
-¿Qué te parece mi sorpresa?
-Es magnífico.
Cenaron en silencio, no necesitaban decirse nada, con una mirada y una sonrisa se transmitían todos sus sentimientos. Esme miraba a Carlisle con amor, un amor profundo, y Carlisle miraba a Esme con admiración y devoción.
Después de cenar, Carlisle tomó la mano de Esme y la llevó hasta la playa. Pasearon un largo rato en el que ambos no dejaron de mirarse a los ojos. De pronto Carlisle se paró y Esme se extrañó.
-Ya hemos llegado.
-¿Llegado? ¿A donde?
-Mira- Esme miró el lugar donde estaban, era un saliente donde se podía ver el mar frente a ellos, el valle a sus espaldas, un poco más lejos un pequeño bosque, a un lado su preciosa casa y lo que más maravilló a Esme, el cielo estrellado- Este es mi lugar favorito, quería que estuvieras aquí conmigo.
Carlisle se sentó y Esme se colocó entre sus piernas, apoyando su espalda en el pecho de su marido. Ambos miraban el cielo estrellado, Esme estaba fascinada por la belleza de aquel paraíso, pero se distrajo al notar que Carlisle colocaba algo sobre su cuello.
-Esto me lo dio Charlie, él me entregó este colgante para que yo se lo entregara la mujer de mi vida cuando la encontrara, y yo le di a él el anillo que lleva Reneé en su mano por el mismo motivo. Fue una forma de jurar que pasara lo que pasara siempre seríamos amigos.
-¿Lo dices enserio?- Carlisle asintió- Reneé le dará el anillo a Isabella cuando vaya a la universidad para que se lo de a su pareja cuando la encuentre, y lo mismo hemos de hacer con Edward.
-¿Y por que no con Emmet?
-Porque como Emmet es el mayor le entregaremos algo de tu familia. Ambos acordamos que se lo daríamos al pequeño de la familia.
-¿Y si ellos tienen otro hijo? Entonces Isabella se quedará sin nada.
-Me temo que no será así- Esme se giró hacia él con cara de sorpresa- Ellos no han querido decírtelo porque eres muy sensible, pero Reneé no puede tener más hijos, después del nacimiento de Isabella el útero de Reneé quedó dañado haciendo imposible que pueda volver a concebir.
-¿Ella lo sabe?- Preguntó Esme intentando no llorar, Carlisle asintió- Son demasiado buenos, están pasándolo mal y a pesar de ello piensan más en mi felicidad que en su dolor.
-Por eso, pase lo que pase, quiero que cumplamos el acuerdo que tenemos Charlie y yo, a Reneé le hace mucha ilusión que Isabella lleve ese anillo porque su familia nunca ha tenido joyas de valor.
-Si así van a estar ellos más felices, lo cumpliremos, no te preocupes.
Ambos continuaron mirando las estrellas y de pronto vieron pasar una estrella fugaz, los dos pidieron un deseo en silencio y sonrieron.
--^^--^^--^^--
Después de esos tres días en la isla Esme, ambos estaban ya en las puertas de desembarque de Seatle ansiosos por volver a su casa. Esme estaba impaciente por volver a ver a sus hijos, ambos eran muy pequeños y nunca se había separado de ellos.
Tras recoger su equipaje subieron a un taxi y se marcharon a Forks, entraron en la casa que tenía todas las luces encendidas y a Esme le preocupó escuchar un lloro constante. Por ello subió escaleras arriba y vio a Edward llorando desesperadamente en los brazos de su abuela.
-¡Esme! No sabía que ya habíais llegado.
-Acabamos de hacerlo. ¿Qué le ocurre?- Dijo Esme acercándose preocupada.
-No lo se, lleva así los tres días que os habéis ido, solo calla para comer y dormir. El pobre Emmet apenas a podido pegar ojo.
Esme tomó a Edward entre sus brazos, y al sentir el tacto de los brazos de su madre, Edward cesó el llanto.
-Ya está mi niño. Yo también te he extrañado.
-Este niño nos va a dar muchos quebraderos de cabeza- Dijo Carlisle desde la puerta- Mamá, ¿donde está Emmet?
-Tu padre se lo ha llevado a por un helado, necesitaba salir un poco. Este señorito no le ha dejado descansar apenas.
-Ja, ja, ja- Esme reía- Creo que va a ser un niño muy terco.
-Eso parece- Dijo Carlisle- Esperemos que eso no lo convierta en un niño mimado.
Todos rieron, cuando Edward por fin se quedó dormido en los brazos de Esme, esta lo deposito en la cuna y bajó al salón con los demás, poco después llegó Emmet.
-¡Mamá!- Dijo Emmet al ver a Esme en el sofá y se lanzó a sus brazos- Mia, abelito ma compao eado de ocoate.
-Ya lo veo, pero creo que tu camiseta ha comido más helado que tú- Dijo ella divertida.
-¿A mi no me saludas campeón?
-¡Papá!- Emmet saltó de los brazos de Esme a los de su padre- Papi, Edard malo, no eja a Eme momir.
-¿Edward no deja a Emmet dormir?- Repitió Carlisle riendo- Esta noche si que podrás dormir.
-¿Edard ara es meno?
-Si, Edward es bueno.
Todos rieron y tras pasar la tarde todos juntos en la casa, los abuelos se marcharon dejando sola a la feliz familia.
Emmet pudo dormir esa noche tranquilo porque Edward, al estar con sus padres, no lloraba nada más que para pedir comida o que le cambiaran el pañal.
Capitulo 03- La Isla y el carácter de Edward
-¡Esme! ¡Vamos a perder el avión!
-Lo siento, es que se me hace tan difícil separarme de ellos...- Dijo Esme mirando a Emmet y a Edward dormir, cada uno en brazos de uno de los padres de Carlisle.
-Tranquila Esme, sabes que con nosotros estarán bien.
-Si eso lo se, pero es que son tan pequeños...
-Vámonos por favor, si se despiertan antes de que salgamos será peor- Dijo Carlisle tomando el brazo de Esme y tirando de ella.
-No te preocupes por nada.
Carlisle por fin consiguió sacarla de la casa, se metieron en el coche y fueron rumbo al aeropuerto. Una vez allí, Carlisle dirigió a Esme por la terminal, ella no sabía a donde se dirigían. Por fin subieron a un avión, pudo ver que se dirigían a Brasil, pero no sabía a que parte de Brasil.
-¿No me lo piensas decir?
-No- Dijo él besando sus labios- Es una sorpresa, espero que te guste.
-Sabes de sobra que da igual el lugar a donde me lleves, me va a gustar. Pero me gustaría saber cual es ese lugar.
-No- Dijo riéndose un poco.
-¿Ni siquiera una pista?
-¿De verdad quieres saberlo?- La miró a los ojos y ella asintió- ¿Estás segura?- Se acercó un poco a su rostro y ella volvió a asentir- ¿Pero de verdad, de verdad, de verdad?- Colocó su rostro justo en frente de el de ella y ella volvió a asentir- Pues me parece que te quedas con las ganas- Besó sus labios con pasión y se separó de ella rápidamente riendo a carcajadas por la cara que había puesto Esme.
-¿Qué? ¿Como me haces eso?- Dijo ella enfadada- No quiero que me dirijas la palabra en lo que queda de viaje.
Esme no le dijo nada durante el viaje, Carlisle al principio pensaba que era divertido verla así, pero después de un rato dejó de pensarlo, sobre todo cuando sus intentos por hablar con Esme habían fracasado. Mientras bajaban del avión tuvo miedo de haber estropeado todo por una broma, pero ahora ya no podía hacer nada. Tomó la mano de Esme y con la otra las maletas, fueron a buscar un taxi que les llevó al puerto, allí un capitán los llevó hasta una pequeña isla tropical.
-¿Te gusta?- Preguntó Carlisle nervioso mientras la ayudaba a bajar del barco.
-¿Qué lugar es este?- Preguntó ella mirando todo lo que la rodeaba con admiración.
-Esto es la Isla Esme- Carlisle vio la cara de sorpresa de su mujer- Mi padre me cedió esta isla hace unos años, cuando entré en la universidad. Pensaba que estudiaría biología y por eso pensó que una pequeña isla tropical me serviría para mis hacer estudios, pero opté por la medicina. Al principio pensé en devolverle la isla a mi padre, a mi no me hacía falta, pero luego te conocí y pensé en traerte alguna vez. Y ahora en lugar de traerte, te la estoy regalando.
-¿¡QUÉ!?- Gritó Esme ante la última frase de su marido- No puedes regalarme una isla.
-Claro que puedo, es mía y hago con ella lo que quiero. No voy a aceptar un no por respuesta.
Esme no dijo nada y se dejó llevar por la mano de Carlisle mientras observaba todo lo que la rodeaba, de pronto vio una casita junto a la playa.
-Ahí es donde vamos a estar durante estos tres días. No soy tan bueno como tú decorando pero espero que sea de tu agrado.
Ambos entraron en la casita y se quedaron en el umbral. Esme estaba perpleja mirando la casa, era preciosa, y la decoración era impecable, Carlisle sabía muy bien sus gustos y había llenado la casa de todo lo que le gustaba. Había flores por cada rincón, pequeños cuadros con pinturas alegres, pequeñas figuritas de decoración.
-Carlisle, esto es... Es increible.
-¿Eso quiere decir que me has perdonado?- Carlisle la miraba con algo de miedo todavía.
-¿Perdonarte? No hay nada que perdonar- Esme le dedicó una sonrisa que hizo que se calmara definitivamente.
-Ven, te voy a enseñar la casa.
Primero entraron en el dormitorio donde Carlisle dejó las maletas a un lado, Esme estaba maravillada con la habitación, era totalmente blanca, con los muebles y la cama del mismo tono que la habitación.
Después le enseño el baño del dormitorio, amplio y con estantes suficientes para todo lo que ella necesitaba. El salón, clásico y amplio, la cocina con barra americana, y dos habitaciones extras.
-¿Y esas habitaciones?
-Pues, no sabía si conseguiría separarte de los niños, así que preparé esas dos habitaciones por si al final los traíamos.
-¿Lo dices en serio?- Carlisle asintió y la condujo hasta ellas para que las viera.
Estaban una enfrente de la otra, primero entraron en la de Emmet, era grande, de color verde claro, con muchos juguetes. Tenía una camita pequeña junto a la ventana y un cambiador en el lado opuesto.
Después fueron a la de Edward, esta era más sencilla, el niño era demasiado pequeño para tener juguetes. La habitación era azul claro, con una pequeña cuna en el centro de esta, estaba llena de peluches. Tenía otro cambiador en una esquina.
-¿Has hecho esto por si no me podía separar de ellos?- Dijo Esme mirándolo con la boca abierta.
-Cariño, se lo cariñosa y sentimental que eres, y cuando te dije de irnos solos y dejar a los niños con mis padres esperaba más resistencia por tu parte, no porque no quisieras que fuéramos nosotros solos pero eres tan cariñosa y afectiva que supuse que no podrías dejarlos. Pero me has sorprendido, como siempre lo haces.
-Eres maravilloso, aunque es cierto que me ha costado mucho separarme de ellos.
-La próxima vez los traeremos con nosotros.
Esme se abrazó a Carlisle en agradecimiento y ambos se fueron a deshacer las maletas.
Carlisle acabó con sus cosas antes que Esme así que fue a prepararle la cena, quería que todo fuera perfecto para ella así que preparó una cena romántica a la luz de las velas.
Cuando Esme entró en el salón y vio la mesa con flores en el centro, unas velas iluminando la habitación, dos platos colocados uno junto al otro y todo eso acompañado de su canción favorita Can you feel the love tonight de Elton John, no pudo evitar suspirar de la emoción. Unos brazos rodeándole la cintura aumentaron esa emoción que sentía.
-¿Qué te parece mi sorpresa?
-Es magnífico.
Cenaron en silencio, no necesitaban decirse nada, con una mirada y una sonrisa se transmitían todos sus sentimientos. Esme miraba a Carlisle con amor, un amor profundo, y Carlisle miraba a Esme con admiración y devoción.
Después de cenar, Carlisle tomó la mano de Esme y la llevó hasta la playa. Pasearon un largo rato en el que ambos no dejaron de mirarse a los ojos. De pronto Carlisle se paró y Esme se extrañó.
-Ya hemos llegado.
-¿Llegado? ¿A donde?
-Mira- Esme miró el lugar donde estaban, era un saliente donde se podía ver el mar frente a ellos, el valle a sus espaldas, un poco más lejos un pequeño bosque, a un lado su preciosa casa y lo que más maravilló a Esme, el cielo estrellado- Este es mi lugar favorito, quería que estuvieras aquí conmigo.
Carlisle se sentó y Esme se colocó entre sus piernas, apoyando su espalda en el pecho de su marido. Ambos miraban el cielo estrellado, Esme estaba fascinada por la belleza de aquel paraíso, pero se distrajo al notar que Carlisle colocaba algo sobre su cuello.
-Esto me lo dio Charlie, él me entregó este colgante para que yo se lo entregara la mujer de mi vida cuando la encontrara, y yo le di a él el anillo que lleva Reneé en su mano por el mismo motivo. Fue una forma de jurar que pasara lo que pasara siempre seríamos amigos.
-¿Lo dices enserio?- Carlisle asintió- Reneé le dará el anillo a Isabella cuando vaya a la universidad para que se lo de a su pareja cuando la encuentre, y lo mismo hemos de hacer con Edward.
-¿Y por que no con Emmet?
-Porque como Emmet es el mayor le entregaremos algo de tu familia. Ambos acordamos que se lo daríamos al pequeño de la familia.
-¿Y si ellos tienen otro hijo? Entonces Isabella se quedará sin nada.
-Me temo que no será así- Esme se giró hacia él con cara de sorpresa- Ellos no han querido decírtelo porque eres muy sensible, pero Reneé no puede tener más hijos, después del nacimiento de Isabella el útero de Reneé quedó dañado haciendo imposible que pueda volver a concebir.
-¿Ella lo sabe?- Preguntó Esme intentando no llorar, Carlisle asintió- Son demasiado buenos, están pasándolo mal y a pesar de ello piensan más en mi felicidad que en su dolor.
-Por eso, pase lo que pase, quiero que cumplamos el acuerdo que tenemos Charlie y yo, a Reneé le hace mucha ilusión que Isabella lleve ese anillo porque su familia nunca ha tenido joyas de valor.
-Si así van a estar ellos más felices, lo cumpliremos, no te preocupes.
Ambos continuaron mirando las estrellas y de pronto vieron pasar una estrella fugaz, los dos pidieron un deseo en silencio y sonrieron.
--^^--^^--^^--
Después de esos tres días en la isla Esme, ambos estaban ya en las puertas de desembarque de Seatle ansiosos por volver a su casa. Esme estaba impaciente por volver a ver a sus hijos, ambos eran muy pequeños y nunca se había separado de ellos.
Tras recoger su equipaje subieron a un taxi y se marcharon a Forks, entraron en la casa que tenía todas las luces encendidas y a Esme le preocupó escuchar un lloro constante. Por ello subió escaleras arriba y vio a Edward llorando desesperadamente en los brazos de su abuela.
-¡Esme! No sabía que ya habíais llegado.
-Acabamos de hacerlo. ¿Qué le ocurre?- Dijo Esme acercándose preocupada.
-No lo se, lleva así los tres días que os habéis ido, solo calla para comer y dormir. El pobre Emmet apenas a podido pegar ojo.
Esme tomó a Edward entre sus brazos, y al sentir el tacto de los brazos de su madre, Edward cesó el llanto.
-Ya está mi niño. Yo también te he extrañado.
-Este niño nos va a dar muchos quebraderos de cabeza- Dijo Carlisle desde la puerta- Mamá, ¿donde está Emmet?
-Tu padre se lo ha llevado a por un helado, necesitaba salir un poco. Este señorito no le ha dejado descansar apenas.
-Ja, ja, ja- Esme reía- Creo que va a ser un niño muy terco.
-Eso parece- Dijo Carlisle- Esperemos que eso no lo convierta en un niño mimado.
Todos rieron, cuando Edward por fin se quedó dormido en los brazos de Esme, esta lo deposito en la cuna y bajó al salón con los demás, poco después llegó Emmet.
-¡Mamá!- Dijo Emmet al ver a Esme en el sofá y se lanzó a sus brazos- Mia, abelito ma compao eado de ocoate.
-Ya lo veo, pero creo que tu camiseta ha comido más helado que tú- Dijo ella divertida.
-¿A mi no me saludas campeón?
-¡Papá!- Emmet saltó de los brazos de Esme a los de su padre- Papi, Edard malo, no eja a Eme momir.
-¿Edward no deja a Emmet dormir?- Repitió Carlisle riendo- Esta noche si que podrás dormir.
-¿Edard ara es meno?
-Si, Edward es bueno.
Todos rieron y tras pasar la tarde todos juntos en la casa, los abuelos se marcharon dejando sola a la feliz familia.
Emmet pudo dormir esa noche tranquilo porque Edward, al estar con sus padres, no lloraba nada más que para pedir comida o que le cambiaran el pañal.
Última edición por PaLMiZi el 28/8/2009, 7:26 am, editado 1 vez
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 04- Una broma que trae graves consecuencias
Cinco años después
Era 13 de Septiembre, y como todos los años, los Cullen y los Swan se reunían junto al lago Stanford de Seatle para celebrar el cumpleaños de Isabella.
Isabella era una niña dulce, cariñosa y muy patosa que siempre hacía lo que le decía el travieso niño de pelo cobrizo y ojos esmeralda llamado Edward Cullen.
Eran inseparables, los mejores amigos que se pueda imaginar, iban juntos a la escuela infantil, jugaban siempre juntos, y cuando Edward se metía en problemas, cosa que ocurría muy a menudo, Isabella también sufría las consecuencias.
Charlie estaba exasperado por la actitud de Edward, siempre que hacía cualquier travesura su hija acababa lesionada, y eso hacía que mirara a Edward de forma ruda y fría, por la única razón que no hacía nada al respecto era por su gran amistad con Carlisle.
Ese día era fría, demasiado para estar en septiembre, pero no por ello dejaron de salir a celebrar el quinto aniversario de la pequeña Isabella.
-Isabella, ven, vamos a jugar, tú te escondes y yo te pillo.
-Voy- Gritó la niña corriendo a esconderse.
-Es estupendo que se lleven tan bien- Dijo Esme mirando como jugaban.
-Si, es genial. Nuestros hijos se llevarán tan bien como nosotros- Siguió Reneé- Emmet, ¿por que no vas a jugar con ellos?
-No quiero, Isabella es una niña y yo no juego con niñas.
Esme sabía que en su clase se habían metido con él porque lo habían visto jugar con Isabella y Edward, por eso no quiso forzarlo, los demás lo sabían y por ello tampoco dijeron nada.
-AAAAAHHHH...- Se escuchó un grito no muy lejos de donde ellos estaban.
Cuando se giraron a ver que ocurría vieron a Bella metida en el lago intentando no hundirse mientras Edward se reía en la orilla. Charlie fue corriendo a sacar a su hija del agua, la niña se agarró fuerte a la camisa de su padre, cuando llegaron a la orilla Reneé tomó a Isabella entre sus brazos y la tapó con una chaqueta. Charlie se giró bruscamente hacia Edward que dejó de reír al instante.
-Maldito niño- Gritó Charlie dándole un bofetón a Edward- ¡No vuelvas a acercarte a mi hija!
-¡Charlie, es solo un niño! ¡Ha sido un accidente!- Gritó Carlisle corriendo hasta donde estaba su hijo para impedir que Charlie volviera a tocarlo.
-¿Un accidente? Mi hija casi se ahoga por su culpa, estoy harto de que siempre ponga en peligro a Isabella. No quiero que se vuelva a acercar a mi hija.
-¿Te estás oyendo? Son solo niños.
-¿Entonces tendría que culparte a ti?- Charlie estaba furioso- No quiero volver a verte hasta que tengas bien educado a tu hijo.
-Mi hijo está muy bien educado, tan solo es un poco travieso- Dijo secamente Carlisle.
-Tu hijo lo que necesita es que le den unos azotes.
-¡No vuelvas a decirme como debo educar a mi hijo!- Dijo Carlisle tomando a Charlie del cuello de su camisa.
-Carlisle, cálmate- Dijo Esme tomando a Carlisle de la cintura- Esto está llegando demasiado lejos.
-Si Charlie, Isabella está bien, no ha pasado nada.
-Me da igual, ese niño acabará matándola. No quiero que se vuelva a acercar a ella.
-Tranquilo, no lo hará. Mañana mismo nos vamos de Forks.
-¡¿QUÉ?!- Gritaron Esme y Reneé a la vez.
-Lo que he dicho, que mañana nos vamos. Esme coge a los niños, nos marchamos a casa.
Carlisle se giró y se encaminó al coche sin girarse si quiera.
Esme tomó a Edward en brazos y a Emmet de la mano y tras despedirse de Reneé subió al coche con los niños y se marcharon.
-Charlie, ¿sabes lo que acabas de hacer?
-Si, proteger a mi hija.
-No, acabas de tirar de tu vida a tu mejor amigo y con él a mi mejor amiga. Espero que estés contento.
Reneé tomó a Isabella entre sus brazos, la tapó con otra chaqueta para que la niña no tuviera frío y se metió en el coche, en el asiento del copiloto a esperar a su marido.
--^^--^^--^^--
-Papá, yo no quiero irme de Forks- Edward esperó a que su padre contestara pero no lo hizo- Si nos vamos no podré ver más a Isabella.
-¡Cállate Edward! Esto ha pasado por tus travesuras- Gritó su padre parando el coche en el aparcamiento de su casa- ¿Puedes explicarme porque has tirado a Isabella al lago?
-Solo estábamos jugando- Edward empezó a llorar y salió corriendo del coche dirigiéndose a su habitación. Emmet salió tras él dejando a Esme y a Carlisle solos en el coche.
-No seas tan duro con él, solo es un niño.
-Lo se, pero tiene que aprender a diferenciar lo que está bien de lo que está mal.
-Carlisle, no puedes mostrarte tan frío con tu hijo, él no quería hacer mal.
-Tiene que aprender aunque sea la fuerza.
-¡Si estás desquiciado por la discusión con Charlie no la pagues con él, yo acabo de perder a una amiga por esa estúpida discusión!- Esme salió del coche dejándolo solo y pensativo.
Tras unos minutos de meditación, Carlisle comprendió que ella tenía razón y que debía hablar con su hijo, así que salió del coche y entró en la casa dispuesto a pedirle a Edward una disculpa.
Subió hasta la habitación de su hijo menor y pudo escuchar al niño llorando y a Emmet y Esme con él.
-Solo quería gastarle una broma, no sabía que estaba haciendo algo malo.
-Enano, no es malo gastar bromas- Dijo Emmet- Pero Isabella es muy pequeña para saber nadar y ese trozo era profundo.
-Así es tesoro, podía haberse ahogado.
-¡Lo siento!- Edward empezó a llorar, y Carlisle pudo ver tras la pequeña obertura de la puerta que estaba sobre el regazo de su madre siendo abrazado por esta y por su hermano- ¡Yo quiero mucho a Isabella! ¡No quería hacerle daño!
-Ejem...- Todos miraron en dirección a la puerta, y Edward al ver a su padre allí se escondió tras la cama- ¿Podríais dejarme a solas con él, por favor?
-Claro- Dijo Esme dedicándole una leve sonrisa confirmándole que hacía lo correcto- Vamos Emmet.
Ambos salieron de la habitación y Carlisle se acercó a la cama de Edward, desde el otro lado pudo comprobar que el niño estaba encogido junto a la cama, con su cabeza pegada a sus piernas intentando reprimir los sollozos.
-Edward, siento como te he hablado antes. No tendría que haberte gritado.
-Papá, ¿estás enfadado conmigo?- Edward preguntó con la voz quebrada por el llanto.
-No Edward, no estoy enfadado contigo- Carlisle se sentó junto a él- Pero no debiste haber hecho eso, Isabella...
-Ya lo se...- Edward dejó escapar sus lágrimas- Se podía haber ahogado... Papá, yo solo quería jugar, no quería hacerle daño- Edward lloraba descontroladamente.
-Cálmate Edward, no has hecho nada malo. Pero tienes que tener más cuidado, hay veces que, aunque no queramos hacer daño a los demás, si no nos fijamos lo hacemos. Eso es lo que me ha pasado en el coche, por eso te he gritado. ¿Me perdonas?
-Si... ¿Tú me perdonas a mi?
-Claro que si. Anda ven aquí pequeñajo- Dijo Carlisle abriendo los brazos- Dame un abrazo.
Edward se lanzó a los brazos de su padre y lo abrazó con fuerza.
-Papá, ¿de verdad tenemos que irnos?
-Me temo que si cariño. Charlie está muy enfadado y no se le va a pasar.
-¿Y si voy a pedirle perdón?
-Aunque es muy noble por tu parte, me temo que no serviría de nada.
-Yo no quiero dejar de ver a Isabella, es mi mejor amiga.
-Lo se hijo, pero no hay más remedio.
Carlisle arropó a su hijo entre las sábanas de su cama y bajó las escaleras.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
--^^--^^--^^--
Mientras Carlisle hablaba con Edward, y ya que Emmet se había ido a su habitación, Esme aprovechó para conectarse a internet dispuesta a mandarle un mail a su amiga Reneé pidiéndole disculpas, aunque estas no sirvieran de nada ante sus maridos, y se sorprendió al verla conectada.
Esme:
Reneé, no esperaba encontrarte a estas horas.
Reneé:
Necesitaba distraerme un poco, Charlie está intratable.
Esme:
¿Como está Isabella? ¿Está bien?
Reneé:
Si, tranquila, solo un poco resfriada... Siento mucho lo que ha ocurrido esta tarde.
Esme:
Yo también, Edward está terriblemente arrepentido.
Reneé:
Ya me imagino, Isabella está llorando en su habitación porque Charlie le ha prohibido verle. ¿Os vais a ir de verdad?
Esme:
Carlisle está decidido. Espero que lo que ha pasado no se interponga entre nosotras. Yo sigo considerándote mi amiga.
Reneé:
Claro que no se va a interponer, siempre mantendremos contacto aunque sea por mail.
Esme:
Me gustaría despedirme de ti.
Reneé:
Tengo una idea, mañana Charlie se va a trabajar temprano y no volverá hasta la noche, yo había quedado con mi madre para hacerle una visita, y Charlie lo sabe ¿Que te parece si quedamos pronto, traes a Edward y yo llevo a Isabella? De esa forma nos podremos despedir nosotras y ellos también.
Esme:
Sería estupendo, Carlisle estará liado con el traslado y Emmet seguramente lo acompañará.
Reneé:
Genial, pues quedamos a las 11 en el restaurante más alejado de Forks, así no nos descubrirán.
Esme:
Muy bien, me desconecto ya que viene Carlisle. Hasta mañana.
Esme se desconectó y apagó el ordenador para hablar con Carlisle.
-¿Has hablado con Edward?
-Si, ya está todo claro. Siento haberme comportado como un idiota.
-No importa, ya ha pasado- Esme abrazó a su marido- No puedo creer que haya pasado esto.
-Ni yo tampoco, nunca había visto a Charlie así con nadie- Carlisle reflejaba dolor en sus palabras.
-¿A donde nos vamos a mudar?- Dijo Esme intentando cambiar de tema.
-Volveremos a Canadá, allí estaremos bien.
-Como quieras.
Ambos fueron a acostarse y esperaron a que llegara el nuevo día sin demasiadas ganas.
Cuando Carlisle se marchó, con Emmet como había supuesto Carlisle, Esme tomó a Edward entre sus brazos y lo llevó hasta la cafetería donde había quedado con Reneé. Cuando las vio llegar las abrazó rápidamente. Edward se mantuvo alejado con la cabeza baja.
-Hola Edward- Dijo Reneé con una sonrisa.
-Hola Reneé- Saludó con una voz apenas audible- Siento mucho lo que ocurrió ayer, no quería hacerle daño a Isabella.
-Lo se tesoro, por eso Isabella ha venido conmigo.
Edward levantó la vista y vio que la niña le dedicaba una sonrisa y se sentaba a su lado, le tomaba la mano y le daba un beso en la mejilla.
-Edward, yo te perdono, no pasa nada- Dijo la niña con una sonrisa en su rostro a la que Edward respondió.
-¿Queréis un batido?- Ambos niños asintieron- Vamos a la barra a pedirlos- Dijo Reneé- No os mováis de aquí.
Las dos mujeres se fueron dejándolos solos.
-¿De verdad me perdonas?
-Claro, tú eres mi príncipe. No puedes hacerme daño, solo salvarme.
-¿Soy tu príncipe?
-Claro, por eso cuando seamos mayores nos casaremos?
-Vale, trato hecho.
Pronto llegaron sus madres con los batidos, los tomaron y después se despidieron sin tener esperanzas de volverse a ver en un plazo corto de tiempo.
Esa misma tarde los Cullen se mudaron a Canadá y allí hicieron su vida, Emmet se hizo un hombre corpulento y cariñoso y Edward un chico dulce y estudioso que trece años después fue a estudiar música y medicina, las dos carreras a la vez, a la universidad de Chicago a los 18 años.
Por su parte, Reneé y Charlie se distanciaron tras la marcha de los Cullen. Reneé se pasaba largos ratos sola y pensativa en el jardín y Charlie mirando la tele, se volvieron unos completos desconocidos, a los que solo les unía su preciosa hija Isabella. Ella se marchó a estudiar música y literatura, también ambas carreras a la vez, a la universidad de Chicago cuando cumplió sus 18 años.
Tanto Edward como Isabella se olvidaron de su relación en la infancia, ambos eran muy pequeños y apenas tenían recuerdos de esa época. Y al no hablar de ello en casa, sus recuerdos fueron quedándose en el olvido.
Reneé y Esme se mantuvieron en contacto durante todos esos años, pero ninguna se preguntó en que universidad estudiarían sus hijos, de haberlo hecho hubieran previsto los acontecimientos que estaban por llegar.
Mientras Carlisle hablaba con Edward, y ya que Emmet se había ido a su habitación, Esme aprovechó para conectarse a internet dispuesta a mandarle un mail a su amiga Reneé pidiéndole disculpas, aunque estas no sirvieran de nada ante sus maridos, y se sorprendió al verla conectada.
Esme:
Reneé, no esperaba encontrarte a estas horas.
Reneé:
Necesitaba distraerme un poco, Charlie está intratable.
Esme:
¿Como está Isabella? ¿Está bien?
Reneé:
Si, tranquila, solo un poco resfriada... Siento mucho lo que ha ocurrido esta tarde.
Esme:
Yo también, Edward está terriblemente arrepentido.
Reneé:
Ya me imagino, Isabella está llorando en su habitación porque Charlie le ha prohibido verle. ¿Os vais a ir de verdad?
Esme:
Carlisle está decidido. Espero que lo que ha pasado no se interponga entre nosotras. Yo sigo considerándote mi amiga.
Reneé:
Claro que no se va a interponer, siempre mantendremos contacto aunque sea por mail.
Esme:
Me gustaría despedirme de ti.
Reneé:
Tengo una idea, mañana Charlie se va a trabajar temprano y no volverá hasta la noche, yo había quedado con mi madre para hacerle una visita, y Charlie lo sabe ¿Que te parece si quedamos pronto, traes a Edward y yo llevo a Isabella? De esa forma nos podremos despedir nosotras y ellos también.
Esme:
Sería estupendo, Carlisle estará liado con el traslado y Emmet seguramente lo acompañará.
Reneé:
Genial, pues quedamos a las 11 en el restaurante más alejado de Forks, así no nos descubrirán.
Esme:
Muy bien, me desconecto ya que viene Carlisle. Hasta mañana.
Esme se desconectó y apagó el ordenador para hablar con Carlisle.
-¿Has hablado con Edward?
-Si, ya está todo claro. Siento haberme comportado como un idiota.
-No importa, ya ha pasado- Esme abrazó a su marido- No puedo creer que haya pasado esto.
-Ni yo tampoco, nunca había visto a Charlie así con nadie- Carlisle reflejaba dolor en sus palabras.
-¿A donde nos vamos a mudar?- Dijo Esme intentando cambiar de tema.
-Volveremos a Canadá, allí estaremos bien.
-Como quieras.
Ambos fueron a acostarse y esperaron a que llegara el nuevo día sin demasiadas ganas.
Cuando Carlisle se marchó, con Emmet como había supuesto Carlisle, Esme tomó a Edward entre sus brazos y lo llevó hasta la cafetería donde había quedado con Reneé. Cuando las vio llegar las abrazó rápidamente. Edward se mantuvo alejado con la cabeza baja.
-Hola Edward- Dijo Reneé con una sonrisa.
-Hola Reneé- Saludó con una voz apenas audible- Siento mucho lo que ocurrió ayer, no quería hacerle daño a Isabella.
-Lo se tesoro, por eso Isabella ha venido conmigo.
Edward levantó la vista y vio que la niña le dedicaba una sonrisa y se sentaba a su lado, le tomaba la mano y le daba un beso en la mejilla.
-Edward, yo te perdono, no pasa nada- Dijo la niña con una sonrisa en su rostro a la que Edward respondió.
-¿Queréis un batido?- Ambos niños asintieron- Vamos a la barra a pedirlos- Dijo Reneé- No os mováis de aquí.
Las dos mujeres se fueron dejándolos solos.
-¿De verdad me perdonas?
-Claro, tú eres mi príncipe. No puedes hacerme daño, solo salvarme.
-¿Soy tu príncipe?
-Claro, por eso cuando seamos mayores nos casaremos?
-Vale, trato hecho.
Pronto llegaron sus madres con los batidos, los tomaron y después se despidieron sin tener esperanzas de volverse a ver en un plazo corto de tiempo.
Esa misma tarde los Cullen se mudaron a Canadá y allí hicieron su vida, Emmet se hizo un hombre corpulento y cariñoso y Edward un chico dulce y estudioso que trece años después fue a estudiar música y medicina, las dos carreras a la vez, a la universidad de Chicago a los 18 años.
Por su parte, Reneé y Charlie se distanciaron tras la marcha de los Cullen. Reneé se pasaba largos ratos sola y pensativa en el jardín y Charlie mirando la tele, se volvieron unos completos desconocidos, a los que solo les unía su preciosa hija Isabella. Ella se marchó a estudiar música y literatura, también ambas carreras a la vez, a la universidad de Chicago cuando cumplió sus 18 años.
Tanto Edward como Isabella se olvidaron de su relación en la infancia, ambos eran muy pequeños y apenas tenían recuerdos de esa época. Y al no hablar de ello en casa, sus recuerdos fueron quedándose en el olvido.
Reneé y Esme se mantuvieron en contacto durante todos esos años, pero ninguna se preguntó en que universidad estudiarían sus hijos, de haberlo hecho hubieran previsto los acontecimientos que estaban por llegar.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
eso amiga dale no ma, colocalos todos jajaj
Atal- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
enserio lo prefieren asi???
Yo hago lo qe qerais qe no me cuesta trabajo Pero aviso qe son solo 15 y no se cuanto tardara en subir mas caps
Yo hago lo qe qerais qe no me cuesta trabajo Pero aviso qe son solo 15 y no se cuanto tardara en subir mas caps
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
si no importa a qui sale mejor que en la pagina y es mas bonito definitivamente inmortal love lo mejor y la escritora como la que los publica son geniales
Irina Denali- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
amiga de apoco es mas emocionante jajaja
Atal- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Bueno puees espero
Ya a la noche subire otros dos
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
eso le daria mas suspenso jajaja
Irina Denali- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 5- Nuestro destino está escrito
Hacia dos meses que habían empezado las clases en la facultad, Edward estaba muy centrado en sus estudios, con dos carreras era necesario estar centrado. A la hora del almuerzo siempre se juntaba con su hermano Emmet, que estudiaba derecho, pero esa mañana Emmet no estaba en la mesa, a Edward le extrañó pero se sentó ahí de todos modos. Poco después llegó Emmet sonriente, más de lo habitual.
-¡Edward! Hermanito, acabo de convertirme en el hombre más feliz de la tierra- Dijo Emmet sentándose junto a su hermano.
-¿Qué te ha pasado Emmet? ¿Has conseguido una pizza gratis al salir de clase?- Edward pensaba que su hermano exageraba.
-No, claro que no, aunque no hubiera estado mal. Edward, me ha hablado.
-¿Quien te ha hablado?- Edward no entendía nada.
-Rosalie Hale, la chica más hermosa de toda la facultad de derecho. Hoy por fin se ha dirigido a ti.
-Ah, ya, la chica esa de la que no paras de hablar. Vaya enhorabuena. ¿Y que te ha dicho?
-Que me vaya a la mierda.
Edward abrió mucho la boca sin entender el entusiasmo de su hermano.
-Emmet, que te manden a la mierda no es motivo de alegría.
-Te equivocas, si me manda a la mierda es porque sabe que existo, por fin después de dos años sabe que existo.
-Nunca conseguiré entenderte. Haber explícame, ¿en que te beneficia a ti que te trate así?
-Pues...- Emmet quedó pensativo- ¡Joder, es verdad! ¡No me beneficia en nada!- Miró a Edward muy seriamente- Gracias Edward, acabas de joderme el subidón.
-¡Eh, grandullón!- Se escuchó una voz de hombre tras ellos y al girarse vieron a un chico rubio acercarse a ellos- ¿Eres tú Emmet Cullen?
-Si, soy yo, ¿en que puedo ayudarte?
El muchacho se abrazó a Emmet fuertemente, y después de soltarlo lo miró.
-Gracias, muchísimas gracias. Soy Jasper Hale, hermano gemelo de Rosalie Hale.
-Vaya, no sabía que tuviera un gemelo.
-Casi nadie lo sabe.
-¿Por que me das las gracias?- Emmet no entendía el porque de su agradecimiento si no lo conocía hasta apenas unos segundos.
-Porque has conseguido que mi hermana piense en alguien que no sea ella misma- Emmet no entendía nada- Conozco muy bien a mi hermana y nunca ha mostrado interés por nadie, pero me refiero en ningún sentido, ni para insultar ni para amar. Has conseguido que piense en ti, está todo el tiempo quejándose de ti, y eso quiere decir que le gustas.
-¿Le gusto? ¿En serio?
-Y tan enserio, pero ella no lo reconocerá tan fácilmente. Tienes que ser insistente y no dejar que los insultos de ella te afecten. Al final caerá.
-¡Eso es estupendo! ¡Edward, lo has oído, le importo!- Edward lo miraba perplejo- Ah, si, Jasper este es mi hermano...
-Edward Cullen, lo se- Edward y Emmet se miraron extrañados- Voy al mismo curso que tú en medicina.
-¿En serio? Lo siento, he estado tan centrado que no me he fijado en nadie. Es un placer conocerte- Edward y Jasper estrecharon sus manos- Espero que a partir de ahora nos llevemos bien.
Desde ese día, Jasper y Edward se convirtieron en los mejores amigos, eran inseparables, y Emmet era como el hermano mayor de ambos, entre Edward y Jasper consiguieron que Rosalie le dijera que si a una cita.
Una tarde, mientras Edward se dirigía a su primera clase de la segunda carrera (estudiaba medicina por las mañanas y música por las tardes), vio a una joven correr huyendo de un tipejo extraño, y por alguna razón que desconocía salió corriendo a ayudarla.
--^^--^^--^^--
Ella no podía parar de correr. Corría por los jardines de la facultad de música y bellas artes, intentaba huir de un pervertido llamado James que intentaba abusar de ella, pero por más que corría el individuo siempre estaba detrás, hasta que al fin la alcanzó.
-¡Déjame! ¡No me toques!
-Vamos preciosa, si nos vamos a divertir mucho los dos juntitos- La chica le dio un mordisco en el labio cuando James intentó besarla- AAAHH... ¡Maldita chica!- Le pegó dejándole la marca de su mano en la cara.
James se lanzó sobre ella más bruscamente mientras ella lloraba y gritaba, pero algo lo separó de ella, un muchacho de pelo cobrizo lo apartó.
-¡Déjala tranquila!
-No te metas en esto mocoso, ella es mía, desde el momento en que la vi supe que tenía que hacerla mía. Su cuerpo me lo pide, me llama su esencia... Voy a poseerla y ningún niñato mimado me lo va a impedir.
James golpeó duramente en la mandíbula al muchacho haciendo que cayera al suelo, ella se acercó a él para comprobar que estaba bien, pero el muchacho la apartó y se levantó. Se dirigió hacia el tipo ese y le pegó un rodillazo en el estómago haciendo que se inclinara, después le pegó una patada en la boca haciendo que sangrara.
-Esto no quedará así, la conseguiré cueste lo que cueste- James salió corriendo de allí.
El muchacho se giró hacia ella y vio que estaba asustada, con los ojos vidriosos mirando en la dirección por la que acababa de marcharse su agresor.
-¿Te encuentras bien?- Preguntó él ofreciéndole la mano para que se levantara, ella solo asintió antes de que se desbordaran las lágrimas que se acumulaban en sus ojos- Ven, hay que ponerte hielo en la mejilla, se está hinchando. Mi apartamento está aquí al lado- Ella retrocedió sin decir nada- Tranquila, no voy a hacerte daño, solo quiero ayudarte.
Por alguna razón que ella no entendía se fiaba del muchacho, tomó la mano que él le ofrecía y se dejó llevar hasta un precioso apartamento situado junto al campus universitario. El apartamento era amplio, con un salón enorme que tenía unas vistas maravillosas de la ciudad. La cocina no se quedaba atrás, era enorme con barra americana.
-Ven, siéntate aquí- Él le ofreció un hueco en el sofá- Iré por hielo.
Ella no se movió del sitio que le había indicado hasta que regresó con un trapo lleno de hielo.
-A ver, déjame- Inclinó la cabeza de ella para poder ver mejor la marca, y después puso el hielo sobre su mejilla haciendo que ella se quejara- Lo siento.
-No importa.
-Vaya, pero si hablas y todo- Sonrió él y ella le devolvió la sonrisa- Soy Edward Cullen.
-Bella... Quiero decir Isabella Swan.
-Es un placer Bella- Edward entendió que ella prefería que la llamaran así- ¿Puedes explicarme que es lo que ha pasado con ese tipo?
-Ese tipo es James, estudia conmigo. Ambos estamos en primero de Literatura. Desde el primer día no ha parado de acosarme, pero hoy, después de clase se ha puesto borracho y me ha seguido hasta el campus.
-Si la carrera de literatura se estudia por la mañana, ¿que hacías aquí por la tarde?
-También estudio música, y esa se estudia por la tarde.
Edward empezó a reírse a carcajadas ante la mirada extrañada de Bella.
-Tenemos muchas cosas en común. Yo estudio medicina por la mañana y música por la tarde, y tengo la extraña sensación de que somos compañeros de clase y no lo sabíamos.
-Ja, ja, ja. Es muy probable. Auch...- Bella se quejó cuando Edward movió el hielo- Gracias por salvarme.
-No hay de que- Sin darse cuenta ambos estaban acercándose lentamente hasta que sin previo aviso sus labios se juntaron.
Cuando se separaron, ninguno de los dos desvió la mirada del otro, estaban conectados, los dos sentían que se necesitaban. Edward la abrazó y ella correspondió el abrazo.
-¿Crees en el amor a primera vista?- Preguntó ella escondiendo su rostro entre la camisa de Edward.
-No me queda más remedio, porque lo estoy viviendo en persona- Respondió él pegando su rostro al cabello de Bella.
-Me gustaría conocerte mejor, siento que de alguna forma tú y yo estamos unidos, es como si nos conociéramos desde siempre.
-Yo siento lo mismo- Edward la separó un poco para mirarla- ¿Te parece si te invitó esta noche a cenar? Me gustaría saber más cosas de ti.
-Claro, será un placer salir a cenar contigo. Dime a que hora quieres que esté aquí.
-¡Ah, no! ¡De eso nada! Iré a recogerte, no me arriesgaré a que ese estúpido vuelva a intentar violarte. Dame tu dirección y paso por ti a las 8.
Bella le dio la dirección y, después de que él le pidiera un taxi y un beso de despedida, se marchó a su apartamento.
Edward estaba eufórico, tenía una cita con la que para él era el ángel más bello que existía. Se metió en la ducha y se arregló completamente. Cuando llegó Emmet con Jasper, eran las siete y media y aun tenía quince minutos hasta la hora de irse.
-Edward, ¿a donde vas tan arreglado?
-He quedado con una chica.
-Ja, ja, ja- Emmet explotó en carcajadas- Eso no te lo crees ni tú. Si nunca te relacionas con nadie.
-Esta vez es distinto.
Edward les explicó brevemente lo que había sucedido y al relatarlo, tanto su hermano como su amigo vieron que estaba realmente prendado de esa chica.
-¡Mi hermanito se hace mayor! ¡Quiero conocerla! ¡Tienes que presentármela!
-Otro día Emmet. Ahora tengo prisa.
-Edward- Dijo Jasper antes de que saliera por la puerta- Si quieres un consejo, háblale de libros.
-¿De libros? Tío eso es un rollo, a las chicas lo que les mola es hablar de cosas picantes. Hermanito, hazme caso a mi que tengo mucha experiencia.
-Haz lo que quieras Edward, solo es un consejo.
Edward salió por la puerta hecho un lío, tenía todo muy claro antes de hablar con ellos, ahora no sabía si debía hacerle caso a su hermano o a su amigo...
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
--^^--^^--^^--
Bella subió rápidamente a su apartamento después de bajar del taxi, estaba nerviosa como pocas veces recordaba. Entró corriendo en el apartamento.
-¡Alice! ¡Necesito ayuda!
Alice salió preocupada de su habitación, pero cuando la vio allí de pie su rostro pasó de la preocupación al enfado.
-¿Se puede saber que es lo que pasa? No veo que te esté muriendo ni nada parecido.
-¡Alice, tengo una cita!
-¡¡¡QUÉ!!!- La cara de Alice se iluminó de golpe- ¡Cuéntamelo todo!
Bella le explicó lo que había ocurrido con James, como Edward la había salvado y lo que había ocurrido en su apartamento.
-¡Ay mi madre! ¡ Ay mi madre! Eso es maravilloso. Vamos, no tenemos mucho tiempo para arreglarte, son las 6, solo tenemos dos horas.
-Alice, ¿podrás dejarme algo que ponerme?
-Claro que si, tengo el vestido perfecto para esta noche.
Alice se encargó de arreglar a Bella de arriba a abajo, le puso un vestido azul atado al cuello, que por la parte inferior era desnivelado. La maquilló con colores suaves pero atrevidos a la vez, haciendo que se viera terriblemente sensual. Peinó su pelo, lo rizó completamente y le recogió el flequillo hacia atrás. Por último le puso unos zapatos plateados de tacón a juego con el bolso.
-Alice, con estos tacones me voy a matar.
-Tú tranquila, él se encargará de que no te caigas- Alice rió un poco.
A las ocho en punto llamaron a la puerta y al abrir Alice se encontró con una cara conocida.
-Edward...
-¿Alice?- Edward se extrañó al verla ahí- ¿Se puede saber que haces tú aquí?
-Vivo aquí.
-Esto... ¿Os conocéis?- Bella estaba detrás mirándolos extrañada.
-Bella, él es el mejor amigo de Jasper.
-Oh... Vaya, el mundo es un pañuelo- Se rió ella.
-¿Alice y tú sois compañeras de piso?
-Si, llevamos juntas desde los 8 años, somos inseparables.
-Bueno, ya tendréis tiempo de hablar de ello, os tenéis que ir- Dijo Alice empujándolos fuera del apartamento- Que os divirtáis parejita.
Alice cerró la puerta una vez que ambos estuvieron fuera, dejándolos a los dos con la boca abierta. Edward fue el primero en reaccionar, tomó la mano de Bella, haciendo que esta lo mirara y la besó delicadamente.
-Buenas noches, Bella estás preciosa.
-Gracias- Bella se sonrojó hasta las orejas lo que hizo que Edward la viera aun más hermosa- Tú también estás estupendo.
-¿Nos vamos?- Edward le ofreció su brazo mientras le dedicaba una sonrisa que le quitó el aliento, Bella tomó su brazo y ambos se dirigieron en silencio al ascensor.
En el coche continuaba el silencio, pero no era un silencio incomodo, al contrario, ambos se dedicaban miradas y sonrisas que llenaban ese silencio de ternura.
Por fin llegaron al restaurante y al ver el nombre Bella se quedó quieta.
-¿Ocurre algo?
-¿Bistro Campagne? ¿Vamos a cenar aquí?
-Si, ¿no te gusta la comida francesa?
-No es eso, pero es muy caro, yo no puedo permitirme pagar algo así.
-Bella, te he invitado a cenar así que tranquilízate. Yo pagaré esto.
-No puedo permitir que pagues esto, es muy caro.
-Bella, el dinero no importa- Bella se cruzó de brazos y se quedó junto al coche- Eres muy cabezota. Si te sientes mejor, te dejaré que pagues tú el cine.
-Hecho.
Bella volvió a coger el brazo de Edward y ambos entraron en el restaurante, les dieron una mesa en el patio exterior, dejándoles una vista magnífica. La cena era exquisita y la conversación animada.
-¿De donde eres, Bella?
-De Forks, he vivido allí toda mi vida.
-¿En serio?- Edward abrió mucho los ojos- Yo también soy de allí, pero mis padres, mi hermano y yo nos mudamos a Canadá cuando yo tenía cinco años.
-Es una pena, me hubiera gustado mucho conocerte.
-Je, je. ¿Y que es lo que te gusta hacer?
-Leer.
-¿Y que más?
-Leer, escribir y la música son mi gran pasión en esta vida. Cuando leo me siento en el paraíso, ahí siento que mis problemas desaparecen.
-¿Tienes problemas Bella?
-Más de los que me gustaría. Mis padres no se llevan demasiado bien, apenas tengo recuerdos de ellos cuando aun se querían.
-Lo siento- Edward se maldijo por haber sacado ese tema de conversación.
-No te preocupes. No pasa nada.
-¿Así que escribes? ¿Que cosas escribes?
-Normalmente historias de fantasía para niños. Me han publicado dos o tres. Pero la verdad me gustaría escribir un libro que pudieran leer adultos, uno que reflejara mis sentimientos.
-Seguro que lograrás hacerlo- Edward besó su mejilla- ¿Y que es lo que te gusta de la música?
-Pues la verdad, todo. Me gustan todos los tipos de música porque con ellos puedo identificar mis estados de ánimo, aunque me decanto por la música clásica, Debussy es mi favorito.
-Parece que estemos destinados a estar juntos. Debussy también es mi favorito.
Bella sonrió ampliamente al escuchar eso, y tomó la mano de Edward entre las suyas.
-Además toco la guitarra- Dijo Bella continuando con la conversación.
-Yo toco el piano.
-Ahora cuéntame tú cosas de ti.
-Pues estudio medicina porque es mi segunda gran pasión, después de la música. Creo que el amor por la medicina me lo ha contagiado mi padre. Me encanta nadar, es mi pasatiempo favorito y como ya he dicho antes la música.
-¿Tú padre te ha contagiado el amor por la medicina?- Bella parecía divertida ante el comentario de su acompañante.
-Si, él es cardiólogo y después de su familia lo que más quiere es su trabajo. Se siente tan cómodo cuando tiene que tratar a cualquier paciente que sentí que yo quería ser como él. Por eso me decidí por medicina.
-¿Tú también vas para cardiólogo?
-No, lo mío es más complicado. Estoy estudiando para neurocirujano.
-¿Lo dices en serio?- Edward asintió- Pero eso es complicadísimo.
Edward sonrió ante el asombro de Bella, y se sintió más enamorado que antes, si eso era posible. Cuando acabó la cena, ambos fueron a pasear, no querían separarse el uno del otro.
-Edward, ¿crees en el destino?
-Antes no, pero después de conocerte a ti no tengo dudas de que si existe.
-Edward- Bella se giró hacia él y le tomó las dos manos- ¿Es malo que sienta amor por ti tan pronto?
-Si lo es, yo también estoy siendo malo. Bella me tienes prendado desde el primer momento en que mis ojos se pusieron en ti.
-¿Entonces no piensas que estoy loca ni nada parecido? No quiero perderte, quiero estar contigo. Siento como si hubiera encontrado el trozo que me faltaba, un trozo que hacía mucho tiempo que había perdido.
-Cariño mío- Edward besó los labios de Bella con dulzura- Yo siento lo mismo que tú- Bella se abrazó a él fuertemente y colocó sus brazos alrededor de su cuello- ¿Esto quiere decir que estamos saliendo?
-Ja, ja, ja. ¿De verdad necesitas preguntarlo?- Ambos se unieron en un beso profundo y largo, lleno de sentimientos.
--^^--^^--^^--
Cuando Bella entró en su habitación, tras un interrogatorio muy extenso por parte de Alice, Bella vio que su madre la había llamado tres veces al móvil, por ello decidió llamarla ella antes de que su madre se desesperara.
-Hola mamá- Dijo Bella cuando ella respondió.
-Isabella Mary Swan, ¿sabes que horas son? Te he estado llamando toda la noche.
-Mamá, no estaba en casa y me he dejado el móvil.
-¿Y se puede saber donde estabas?
-Tenía una cita.
-¿Una cita? ¿Con un chico?
-No mamá, con un perro... ¡Pues claro que con un chico!
-AAAhhhh.... Cuéntamelo todo.
-Pues es guapo, de ojos verde esmeralda, pelo cobrizo. Estudia medicina y música, eramos compañeros de clase y ni lo sabíamos. ¿Y sabes qué? ¡Es de Forks!
-¿De Forks? ¿Lo conozco?
-No, se mudó cuando era muy pequeño.
-¿Como se llama?
-Edward Cullen- Se hizo silencio- ¿Mamá? ¿Estás ahí?
-Si cariño, perdóname, es que intentaba recordar a alguien con ese nombre. Me alegro mucho por ti, ya era hora de que encontraras a alguien.
-Gracias mamá, oye te dejo que mañana madrugo.
-Muy bien mi niña, hasta mañana.
--^^--^^--^^--
Edward entró en el apartamento, Jasper y Emmet no estaban, habrían salido un rato a divertirse. Edward se quitó la chaqueta y la corbata antes de responder al teléfono que estaba sonando.
-¿Diga?
-Hola cariño. ¿como te va todo?
-Muy bien mamá, acabo de llegar a casa de una cita con un ángel.
-¿Tú teniendo una cita? Eso es para celebrarlo.
-Si, supongo que si- Edward rió un poco.
-¿Como es ella?
-Es magnífica, es dulce y cariñosa, aunque es un poquito torpe, pero eso la hace más encantadora. Estudia literatura y música, y además escribe historias para niños. Además, me ha sorprendido mucho saber que ella es de Forks.
-¿En serio? Vaya, el mundo es muy pequeño. ¿Quien es?
-Bella Swan, bueno es Isabella pero prefiere Bella. Mamá tienes que conocerla, es encantadora.
-Me... Me encantaría conocerla...- Tartamudeó un poco la madre de Edward.
-Mamá ¿estás bien? Te noto nerviosa.
-Nada cariño, que no puedo creerme que estés enamorado. Empezaba a pensar que estarías solo para siempre.
-Mamá, solo hacía falta que apareciera ella, Bella es la persona que siempre he estado esperando.
-Hijo, cuídala bien, no dejes que nada os separe.
-Claro que lo haré mamá, no te preocupes. Mamá me voy a dormir. Ya hablaremos.
-Muy bien cariño, hasta mañana.
--^^--^^--^^--
Esme:
Reneé no te vas a creer lo que ha pasado.
Reneé:
La que no lo vas a creer eres tú.
Esme:
Edward está enamorado de tu hija.
Reneé:
Bella también lo está de tu hijo.
Esme:
No puedo creerlo, se han reencontrado después de tantos años y ni si quiera se acuerdan.
Reneé:
Tal vez sea mejor así, los dos pueden quererse a espaldas de nuestros maridos.
Esme:
¿Y el día que quieran que conozcamos a sus parejas?
Reneé:
Se acaban de enamorar, tardarán un tiempo en llegar a ese punto, esperemos que para entonces nuestros maridos sean más racionales.
Esme:
Tengo un mal presentimiento, espero que no los descubran pronto.
Reneé:
Te dejo Charlie acaba de llegar y trae mala cara, seguro que tendremos otra discusión.
Esme:
Amiga, tranquila, seguro que pronto se arreglará todo.
Bella subió rápidamente a su apartamento después de bajar del taxi, estaba nerviosa como pocas veces recordaba. Entró corriendo en el apartamento.
-¡Alice! ¡Necesito ayuda!
Alice salió preocupada de su habitación, pero cuando la vio allí de pie su rostro pasó de la preocupación al enfado.
-¿Se puede saber que es lo que pasa? No veo que te esté muriendo ni nada parecido.
-¡Alice, tengo una cita!
-¡¡¡QUÉ!!!- La cara de Alice se iluminó de golpe- ¡Cuéntamelo todo!
Bella le explicó lo que había ocurrido con James, como Edward la había salvado y lo que había ocurrido en su apartamento.
-¡Ay mi madre! ¡ Ay mi madre! Eso es maravilloso. Vamos, no tenemos mucho tiempo para arreglarte, son las 6, solo tenemos dos horas.
-Alice, ¿podrás dejarme algo que ponerme?
-Claro que si, tengo el vestido perfecto para esta noche.
Alice se encargó de arreglar a Bella de arriba a abajo, le puso un vestido azul atado al cuello, que por la parte inferior era desnivelado. La maquilló con colores suaves pero atrevidos a la vez, haciendo que se viera terriblemente sensual. Peinó su pelo, lo rizó completamente y le recogió el flequillo hacia atrás. Por último le puso unos zapatos plateados de tacón a juego con el bolso.
-Alice, con estos tacones me voy a matar.
-Tú tranquila, él se encargará de que no te caigas- Alice rió un poco.
A las ocho en punto llamaron a la puerta y al abrir Alice se encontró con una cara conocida.
-Edward...
-¿Alice?- Edward se extrañó al verla ahí- ¿Se puede saber que haces tú aquí?
-Vivo aquí.
-Esto... ¿Os conocéis?- Bella estaba detrás mirándolos extrañada.
-Bella, él es el mejor amigo de Jasper.
-Oh... Vaya, el mundo es un pañuelo- Se rió ella.
-¿Alice y tú sois compañeras de piso?
-Si, llevamos juntas desde los 8 años, somos inseparables.
-Bueno, ya tendréis tiempo de hablar de ello, os tenéis que ir- Dijo Alice empujándolos fuera del apartamento- Que os divirtáis parejita.
Alice cerró la puerta una vez que ambos estuvieron fuera, dejándolos a los dos con la boca abierta. Edward fue el primero en reaccionar, tomó la mano de Bella, haciendo que esta lo mirara y la besó delicadamente.
-Buenas noches, Bella estás preciosa.
-Gracias- Bella se sonrojó hasta las orejas lo que hizo que Edward la viera aun más hermosa- Tú también estás estupendo.
-¿Nos vamos?- Edward le ofreció su brazo mientras le dedicaba una sonrisa que le quitó el aliento, Bella tomó su brazo y ambos se dirigieron en silencio al ascensor.
En el coche continuaba el silencio, pero no era un silencio incomodo, al contrario, ambos se dedicaban miradas y sonrisas que llenaban ese silencio de ternura.
Por fin llegaron al restaurante y al ver el nombre Bella se quedó quieta.
-¿Ocurre algo?
-¿Bistro Campagne? ¿Vamos a cenar aquí?
-Si, ¿no te gusta la comida francesa?
-No es eso, pero es muy caro, yo no puedo permitirme pagar algo así.
-Bella, te he invitado a cenar así que tranquilízate. Yo pagaré esto.
-No puedo permitir que pagues esto, es muy caro.
-Bella, el dinero no importa- Bella se cruzó de brazos y se quedó junto al coche- Eres muy cabezota. Si te sientes mejor, te dejaré que pagues tú el cine.
-Hecho.
Bella volvió a coger el brazo de Edward y ambos entraron en el restaurante, les dieron una mesa en el patio exterior, dejándoles una vista magnífica. La cena era exquisita y la conversación animada.
-¿De donde eres, Bella?
-De Forks, he vivido allí toda mi vida.
-¿En serio?- Edward abrió mucho los ojos- Yo también soy de allí, pero mis padres, mi hermano y yo nos mudamos a Canadá cuando yo tenía cinco años.
-Es una pena, me hubiera gustado mucho conocerte.
-Je, je. ¿Y que es lo que te gusta hacer?
-Leer.
-¿Y que más?
-Leer, escribir y la música son mi gran pasión en esta vida. Cuando leo me siento en el paraíso, ahí siento que mis problemas desaparecen.
-¿Tienes problemas Bella?
-Más de los que me gustaría. Mis padres no se llevan demasiado bien, apenas tengo recuerdos de ellos cuando aun se querían.
-Lo siento- Edward se maldijo por haber sacado ese tema de conversación.
-No te preocupes. No pasa nada.
-¿Así que escribes? ¿Que cosas escribes?
-Normalmente historias de fantasía para niños. Me han publicado dos o tres. Pero la verdad me gustaría escribir un libro que pudieran leer adultos, uno que reflejara mis sentimientos.
-Seguro que lograrás hacerlo- Edward besó su mejilla- ¿Y que es lo que te gusta de la música?
-Pues la verdad, todo. Me gustan todos los tipos de música porque con ellos puedo identificar mis estados de ánimo, aunque me decanto por la música clásica, Debussy es mi favorito.
-Parece que estemos destinados a estar juntos. Debussy también es mi favorito.
Bella sonrió ampliamente al escuchar eso, y tomó la mano de Edward entre las suyas.
-Además toco la guitarra- Dijo Bella continuando con la conversación.
-Yo toco el piano.
-Ahora cuéntame tú cosas de ti.
-Pues estudio medicina porque es mi segunda gran pasión, después de la música. Creo que el amor por la medicina me lo ha contagiado mi padre. Me encanta nadar, es mi pasatiempo favorito y como ya he dicho antes la música.
-¿Tú padre te ha contagiado el amor por la medicina?- Bella parecía divertida ante el comentario de su acompañante.
-Si, él es cardiólogo y después de su familia lo que más quiere es su trabajo. Se siente tan cómodo cuando tiene que tratar a cualquier paciente que sentí que yo quería ser como él. Por eso me decidí por medicina.
-¿Tú también vas para cardiólogo?
-No, lo mío es más complicado. Estoy estudiando para neurocirujano.
-¿Lo dices en serio?- Edward asintió- Pero eso es complicadísimo.
Edward sonrió ante el asombro de Bella, y se sintió más enamorado que antes, si eso era posible. Cuando acabó la cena, ambos fueron a pasear, no querían separarse el uno del otro.
-Edward, ¿crees en el destino?
-Antes no, pero después de conocerte a ti no tengo dudas de que si existe.
-Edward- Bella se giró hacia él y le tomó las dos manos- ¿Es malo que sienta amor por ti tan pronto?
-Si lo es, yo también estoy siendo malo. Bella me tienes prendado desde el primer momento en que mis ojos se pusieron en ti.
-¿Entonces no piensas que estoy loca ni nada parecido? No quiero perderte, quiero estar contigo. Siento como si hubiera encontrado el trozo que me faltaba, un trozo que hacía mucho tiempo que había perdido.
-Cariño mío- Edward besó los labios de Bella con dulzura- Yo siento lo mismo que tú- Bella se abrazó a él fuertemente y colocó sus brazos alrededor de su cuello- ¿Esto quiere decir que estamos saliendo?
-Ja, ja, ja. ¿De verdad necesitas preguntarlo?- Ambos se unieron en un beso profundo y largo, lleno de sentimientos.
--^^--^^--^^--
Cuando Bella entró en su habitación, tras un interrogatorio muy extenso por parte de Alice, Bella vio que su madre la había llamado tres veces al móvil, por ello decidió llamarla ella antes de que su madre se desesperara.
-Hola mamá- Dijo Bella cuando ella respondió.
-Isabella Mary Swan, ¿sabes que horas son? Te he estado llamando toda la noche.
-Mamá, no estaba en casa y me he dejado el móvil.
-¿Y se puede saber donde estabas?
-Tenía una cita.
-¿Una cita? ¿Con un chico?
-No mamá, con un perro... ¡Pues claro que con un chico!
-AAAhhhh.... Cuéntamelo todo.
-Pues es guapo, de ojos verde esmeralda, pelo cobrizo. Estudia medicina y música, eramos compañeros de clase y ni lo sabíamos. ¿Y sabes qué? ¡Es de Forks!
-¿De Forks? ¿Lo conozco?
-No, se mudó cuando era muy pequeño.
-¿Como se llama?
-Edward Cullen- Se hizo silencio- ¿Mamá? ¿Estás ahí?
-Si cariño, perdóname, es que intentaba recordar a alguien con ese nombre. Me alegro mucho por ti, ya era hora de que encontraras a alguien.
-Gracias mamá, oye te dejo que mañana madrugo.
-Muy bien mi niña, hasta mañana.
--^^--^^--^^--
Edward entró en el apartamento, Jasper y Emmet no estaban, habrían salido un rato a divertirse. Edward se quitó la chaqueta y la corbata antes de responder al teléfono que estaba sonando.
-¿Diga?
-Hola cariño. ¿como te va todo?
-Muy bien mamá, acabo de llegar a casa de una cita con un ángel.
-¿Tú teniendo una cita? Eso es para celebrarlo.
-Si, supongo que si- Edward rió un poco.
-¿Como es ella?
-Es magnífica, es dulce y cariñosa, aunque es un poquito torpe, pero eso la hace más encantadora. Estudia literatura y música, y además escribe historias para niños. Además, me ha sorprendido mucho saber que ella es de Forks.
-¿En serio? Vaya, el mundo es muy pequeño. ¿Quien es?
-Bella Swan, bueno es Isabella pero prefiere Bella. Mamá tienes que conocerla, es encantadora.
-Me... Me encantaría conocerla...- Tartamudeó un poco la madre de Edward.
-Mamá ¿estás bien? Te noto nerviosa.
-Nada cariño, que no puedo creerme que estés enamorado. Empezaba a pensar que estarías solo para siempre.
-Mamá, solo hacía falta que apareciera ella, Bella es la persona que siempre he estado esperando.
-Hijo, cuídala bien, no dejes que nada os separe.
-Claro que lo haré mamá, no te preocupes. Mamá me voy a dormir. Ya hablaremos.
-Muy bien cariño, hasta mañana.
--^^--^^--^^--
Esme:
Reneé no te vas a creer lo que ha pasado.
Reneé:
La que no lo vas a creer eres tú.
Esme:
Edward está enamorado de tu hija.
Reneé:
Bella también lo está de tu hijo.
Esme:
No puedo creerlo, se han reencontrado después de tantos años y ni si quiera se acuerdan.
Reneé:
Tal vez sea mejor así, los dos pueden quererse a espaldas de nuestros maridos.
Esme:
¿Y el día que quieran que conozcamos a sus parejas?
Reneé:
Se acaban de enamorar, tardarán un tiempo en llegar a ese punto, esperemos que para entonces nuestros maridos sean más racionales.
Esme:
Tengo un mal presentimiento, espero que no los descubran pronto.
Reneé:
Te dejo Charlie acaba de llegar y trae mala cara, seguro que tendremos otra discusión.
Esme:
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 06- El cazador cazado
El sonido del móvil despertó a Bella, y cuando miró se le dibujó una sonrisa en su rostro, cogió el móvil y leyó el mensaje.
“Hola preciosa, ¿comemos juntos?”
Bella respondió al instante.
“Hola encanto, por supuesto que comemos juntos, nos vemos a las dos”
Bella se levantó, se cambió de ropa y salió con Alice del apartamento.
-Bella, hoy he quedado con Jasper para comer, así que no podré ir contigo.
-No importa, he quedado con Edward.
Alice miró a Bella con una sonrisa y después cogió las manos de Bella y empezó a dar saltitos.
-¡Qué contenta estoy! ¡Bellita se ha enamorado!
-Alice, para ya. Nos está mirando todo el mundo.
-¿Y qué que nos miren?- Alice dejó de saltar y abrazó muy fuerte a Bella- Os va a ir estupendamente. Pero te pido que me dejes ser la testigo en tu boda.
-¡Alice! Apenas empezamos ayer, no me voy a casar todavía, aun falta mucho para eso.
-Pasará más pronto de lo que crees, ya verás.
-Si Alice, lo que tu digas- Bella estaba cansada de los comentarios de Alice- Venga que vamos a llegar tarde.
La mañana pasó lenta para Bella, eso le extrañó, siempre se le pasaba demasiado rápido para su gusto porque disfrutaba de sus clases, pero la expectativa de ver a Edward hacía que se sintiera ansiosa. La situación no mejoró cuando en uno de los descansos James volvió a asaltarla.
-Hola preciosa- Dijo él arrinconando a Bella contra su taquilla- Ayer nos interrumpieron pero se que te mueres de ganas de enseñarme lo que guardas.
-Déjame, no quiero nada contigo.
-Vamos preciosa, no te resistas, te esperaré a la salida de la última clase- James se inclinó sobre ella y besó ferozmente sus labios antes de alejarse.
A Bella le entró el pánico, esperó a que James se perdiera entre los pasillos y salió corriendo hacia la facultad de medicina. Entró sin saber donde buscar, no podía llamar a Edward al móvil por si estaba en clase, pero tenía que encontrarle. Corriendo por los pasillos Jasper la vio y fue corriendo a por ella.
-¡Bella!- La tomó por la espalda y la paró- Bella, para, tranquilízate.
-No quiero, no quiero... No me obligues...
-Bella, nadie te está obligando a nada, cálmate.
-¡No me toques!- Gritó Bella haciendo que los de su alrededor se giraran.
-Bella, mírame, soy Jasper.
Bella giró su rostro lleno de temor y vio a Jasper allí intentando calmarla.
-Jasper...- Bella lo abrazó y se puso a llorar.
-Ven, vamos a la cafetería, Edward no tardará en ir allí.
Jasper ayudó a Bella a levantarse y la condujo a la cafetería apoyada en su hombro, durante el camino Bella no dejó de llorar y como pudo Jasper le mando un mensaje a Edward explicándole lo que había pasado.
Jasper sentó a Bella en una silla apartada y le dijo que iba a por algo de comer, Bella solo asintió y se quedó allí llorando, cuando Jasper volvió Bella estaba igual que cuando la había dejado allí.
-Ten, bebe un poco de agua, te sentará bien- Bella obedeció- Muy bien, ahora intenta calmarte.
Bella intentaba calmarse, pero no lo consiguió hasta que vio a Edward entrar corriendo en la cafetería buscándola con la mirada llena de preocupación.
Edward llegó hasta la mesa donde estaban ellos sentados y al ver a Bella llorando sin control no puedo evitar lanzarse a abrazarla.
-Bella, ¿estás bien? ¿Qué ha pasado?
-Edward...- Bella se aferró a sus brazos- Tengo miedo...
-¿De qué mi vida?
-De James.
-¿James?- Jasper miró a Bella preocupado- ¿El borracho que te acosa?- Bella asintió- ¿Qué te ha hecho ahora?
Bella les contó todo lo que él le había dicho y Edward, conforme ella contaba los sucesos, la apretaba más contra él. A mitad de relato llegó Emmet y Bella se asustó al ver a un chico tan fuerte, pensó que lo había enviado James.
-Bella, no te asustes, este es mi hermano mayor Emmet.
-¿Tu hermano?- Bella lo miraba con desconfianza.
-Así es, es un placer conocer a la chica que le ha robado el corazón a mi hermanito- Emmet le dio un pequeño abrazo, muy flojo para su gusto, pero ella estaba bastante asustada- ¿Por qué tenéis todos esas caras tan largas?
-Un estúpido está acosando a Bella- Dijo Jasper haciéndole un hueco a su lado- Bella continua.
-Pues, eso... Después de que le dijera que no quería nada con él, me ha dicho que me esperaba a la salida de la última clase y como me tenía acorralada contra las taquillas no he podido evitar que me besara.
-¡¿Te ha besado?!- Gritaron Jasper y Edward a la vez.
-Bella ¿Cuanto lleva ese tío así?- Preguntó Emmet pensativo.
-Desde principio de curso. Y cada vez es peor.
-Podemos pillarle- Dijo Emmet seriamente- Denunciarle por acoso, pide una orden de alejamiento contra él. Te la concederán seguro, y si viola esa orden entonces lo pillarán enseguida.
-¿Puedo pedirla?- Emmet asintió- ¿Seguro que me la concederán?
-Seguro, es un caso claro de acoso y te lo tienen que conceder, en caso de que llegara a más tendrías derecho a protección oficial, pero de momento con la orden basta.
Jasper y Emmet se fueron a hacer la denuncia para que Bella estuviera más tranquila, Edward se quedó con ella tranquilizándola. Edward no asistió a ninguna de las clases que le quedaban por la mañana, necesitaba asegurarse de que ella estaba bien y ese mal nacido de James no le iba a hacer nada.
A la hora de la comida Bella ya estaba bastante calmada y por ello, Edward decidió sacarla a comer. El campus no era un buen sitio para calmar los nervios que le quedaran, James estaría por allí. La llevó a una cafetería que había cerca del campus, y allí Bella se sintió totalmente segura.
-Gracias por quedarte conmigo Edward.
-No hay que darlas, no pienso dejar que te ocurra nada malo.
Esa tarde Edward no se separó de Bella en ningún momento, como tenían todas las clases juntos iban juntos siempre. De esa forma se corrió la noticia por el campus de que ellos dos estaban saliendo juntos. Cuando acabaron las clases Edward llevó a Bella a su apartamento y allí se encontraron con todos. Jasper, Alice, Emmet y una chica rubia que Edward no había visto nunca.
-Hola chicos- Dijo Alice alegremente al verlos entrar- Como hoy no ha sido un día fácil para Bella hemos pensado en pasar la noche todos juntos viendo películas. ¿Os apetece?
-A mi mucho- Dijo Bella sonriente desde la puerta.
-A mi también.
Ambos entraron en el piso y se dirigieron al salón.
-Creo que no nos conocemos- Dijo la chica rubia dirigiéndose a Edward- Rosalie Hale.
-Un placer, Edward Cullen- Los dos se estrecharon la mano- Así que tú eres la gemela de Jasper.
-Si, así es. Y tú el hermano de este energúmeno que tengo al lado.
-Si, así es.
Todos rieron ante el comentario de Rosalie, incluso Emmet.
-Bella, mañana por la tarde vendrá un oficial a tomarte declaración, y esa misma tarde, posiblemente, tendrás la orden de alejamiento.
-¿En serio?- A Bella se le iluminó la cara.
-Si, y como mañana es sábado no tendrás opción de ver a ese estúpido en dos días.
-Muchas gracias Emmet- Bella le dio un beso en mejilla y después se sentaron todos en el salón, Alice sacó unas pizzas y puso la primera película.
Como había todo tipo de gustos, tenían películas de distintos tipos, primero fueron las de miedo, vieron The Ring y La maldición, después fueron las de acción, Terminator 4 y Lobezno Origins, luego tocaron las dramáticas, El niño del pijama de rayas y Moulin Rouge, las cómicas, Devuélveme mi cuerpo y Estoy hecho un animal, por último llegaron las románticas, Orgullo y Prejuicio y Por siempre jamás.
Bella estaba muy metida en esas dos últimas, Orgullo y Prejuicio era su libro favorito y ver la película le encantaba porque así podía ver en imágenes las palabras que tanta pasión le transmitían, cuando llegó por siempre jamás, Bella no miró la pantalla, le pegó un codazo a Edward que ya se había quedado dormido en el sofá.
-Edward, mira allí- Dijo señalando el otro sofá.
-Vaya- Dijo al ver a su hermano besándose muy apasionadamente con Rosalie- Parece que por fin se han lanzado.
-Vamos a dejarles tranquilos, mañana nos meteremos con ellos- Dijo Bella hablándole al oído.
Ambos cerraron los ojos y se durmieron al instante, por la mañana, cuando Edward despertó, Bella estaba apoyada sobre su pecho, ambos recostados sobre el sofá. Alice y Jasper estaban abrazados en el suelo durmiendo con las cabezas juntas y Emmet y Rosalie estaban enroscados de tal manera que no se sabía donde empezaba uno y donde terminaba el otro.
Después de un rato contemplando a Bella, esta despertó y le sonrió al ver que la miraba. Con lo patosa que era Bella, al intentar levantarse le pegó una patada a Jasper y al gritar por el dolor despertó a los demás.
-Lo siento, de verdad, lo siento- Bella estaba roja de la vergüenza mientras que Edward se reía a carcajadas retorciéndose de la risa en el sofá.
Desayunaron todos juntos haciendo bromas sobre Emmet y Rosalie, debido a la posición en la que se encontraban al despertarse, y después se marcharon, Alice y Jasper al centro comercial, Rosalie y Emmet a ver un partido de baseball en directo y Edward tenía que hacer unos trabajos para el lunes. Bella se quedó sola en la casa y aprovechó para recoger todo lo que se habían dejado allí esa noche, terminó algunos deberes que tenía pendientes y llamó a su madre para saber como estaban.
Después bajó a comprar algo para comer, sabía que Alice no volvería hasta la noche, siempre hacía lo mismo, por eso solo compró comida para ella, volvió a casa y se preparó su plato de Tortilla de espárragos junto con una ensalada.
Después de comer llamaron a la puerta, Bella pensó que sería el agente que venía a tomarle declaración así que abrió sin preguntar antes. Nada más abrir la puerta se quedó helada al ver delante de ella a James.
PaLMiZi- .
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
-Hola, preciosa- Dijo con tono despectivo- Te has portado muy mal.
-¿De que hablas?
James la cogió de los brazos y la entró bruscamente al apartamento, Bella gritaba intentando soltarse, pero James le abofeteó la cara y la amordazó.
-Conmigo no se juega, pequeña- Bella puso cara de no entender nada- Te dije ayer que te esperaría y cuando fui por ti a la clase tú no estabas. Esa tarde te estuve buscando y ¿sabes que? Llegó a mis oídos que tú y un tal Edward Cullen estabais juntos. Zorrita mía, tú no puedes estar con nadie que no sea yo- James lanzó a Bella contra el sofá y se tumbó sobre ella, Bella lloraba- No te hagas la inocente, sabes perfectamente que lo has hecho para ponerme celoso y, ¿sabes otra cosa? Eso me excita- Bella intentó apartarlo con las manos, pero él era más fuerte- Cada movimiento que haces intentando resistirte me pone más, pequeña eres toda una guarrilla, si quieres un polvo no tienes más que decirlo, no hace falta me excites así- James se lanzó contra su cuello, pero Bella le pegó una patada en todas sus partes haciéndole caer del sofá por el dolor.
Bella se levantó y corrió hacia la puerta que aun estaba abierta, pero James la tomó de los tobillos y la hizo caer.
-¡Puta de mierda!- James se acercó a ella y le pegó una patada en el estómago- ¡Ahora vas a ver de lo que soy capaz!- James la tomó de la blusa y la levantó, después se la arrancó, pero frenó de golpe.
-¡Suéltela!- Gritó un hombre desde la puerta. James se giró y vio un policía en la puerta apuntándole con un arma- ¡Suelte a la chica!- James soltó a Bella que cayó al suelo llorando- ¡Ahora aléjese lentamente y ponga las manos donde pueda verlas!- James obedeció, el guardia se acercó a él con la pistola hacia James, lo esposó y lo encerró en un armario mientras pedía los refuerzos.
El guardia se acercó a Bella, le quitó la mordaza y la ayudó a sentarse.
-¿Se encuentra bien señorita?- Bella solo podía llorar- Vamos a llevarla al hospital para que le hagan una revisión, ¿quiere que llamemos a sus padres?
-¡NO!- Gritó Bella- ¡A mis padres no! No quiero que se enteren de esto, llame a mi compañera de piso, Alice Brandom y a mi novio, Edward Cullen.
-Muy bien señorita, cálmese, los llamaré cuando esté de camino al hospital. Y después de comprobar que está bien le haré unas preguntas, ¿le parece bien?- Bella asintió.
Diez minutos después llegó el otro coche patrulla que se llevó a James, el agente que lo había esposado llevó a Bella al hospital y una vez allí llamó a Alice y a Edward.
Edward fue el primero en llegar, entró corriendo en el hospital y se abalanzó sobre la chica que estaba en el mostrador.
-Dígame donde está Isabella Swan.
-Aun están haciéndole pruebas, si es tan amable de esperar en aquella sala lo avisaremos cuando acabe. Aquel guardia la trajo, si gusta puede hablar con él.
Edward se encaminó al guardia.
-Hola, soy Edward Cullen, usted me avisó de que mi novia estaba aquí.
-Así es. Yo soy Jacob Black, fui para hacerle unas preguntas por lo de la orden de alejamiento y me encontré a ese psicópata pegándole.
-¿¡Qué!?
-Tranquilícese joven, siéntese y se lo contaré.
El oficial le contó lo que había visto y las suposiciones que tenía de lo que había pasado antes de su llegada, Edward estaba furioso y no mejoró cuando una enfermera les dio el parte del estado de Bella.
-¿Son ustedes los que están esperando el informe de Isabella Swan?- Los dos asintieron- La señorita Swan ha sufrido una fuerte contusión en el torso rompiéndole tres costillas, una de esas costillas le dificulta la respiración. Aunque lo tenemos controlado, si no se calma no servirá de nada.
-¿Puedo verla? Quizás consiga que se calme- Edward necesitaba verla, hablar con ella.
-¿Es usted algún pariente?
-Soy su novio.
-Muy bien, acompáñeme. Usted- Dijo señalando al agente- Deberá esperar aquí hasta que el médico lo permita.
-Muy bien.
Edward siguió a la enfermera hasta el box número 3, allí, al pasar de la cortina, vio a Bella, con los ojos cerrados, con las lágrimas cayendo por sus mejillas, con una mascarilla puesta sobre su nariz y su boca para ayudarla a respirar, una gasa en la cara y un gotero en su brazo. Él se acercó a ella lentamente, se sentó a su lado y le tomó la mano. Bella al sentir el contacto abrió los ojos asustada, pero al ver que era Edward lloró más intensamente que antes.
-Bella, mi vida, no llores, ya ha pasado todo.
-Ed... Ed... Edwardddd....
-Bella- Edward se levantó y la abrazó, con cuidado de no moverla apenas- Ya está, estoy aquí, contigo. No me voy a ir de aquí. Deja de llorar, hazlo por mi.
Bella hizo un esfuerzo por dejar de llorar, al hacerlo ella se sintió cansada y pronto se quedó dormida. Edward no se despegó de su lado, incluso cuando una enfermera dijo que la iban a trasladar a una habitación, Edward caminó siempre junto a la cama de Bella y sujetándole la mano. El agente fue a la habitación con ellos, quería asegurarse de que la chica estaba bien. Alice llegó poco después aterrada de la mano de Jasper y junto a Emmet y Rosalie (Jasper había llamado a Emmet), y cuando le contaron lo que había sucedido se quedó blanca, Jasper tuvo que cogerla para que no cayera al suelo. Rosalie soltó un pequeño grito y se abrazó a Emmet.
Bella no despertó hasta tres horas después, sentir la mano de Edward le hizo estar tranquila, parecía que realmente estaba calmada.
-Señorita, se que ha pasado un momento traumático, pero es necesario que le haga unas preguntas. Así conseguiremos que ese tipo no vuelva a acercarse a usted- Bella solo asintió- Muy bien, quiero que esté calmada, si hay alguna pregunta que le resulta incomoda o violenta dígalo. Empecemos, ¿Cual es su nombre completo?
-Isabella Mary Swan- Respondió ella, Edward vio como Emmet abría mucho los ojos, pero después le preguntaría.
-¿Cuantos años tiene?
-18 años.
-¿De donde es?
-Soy de Forks, he vivido allí desde que nací. Estoy aquí desde septiembre.
-¿Qué estudia?
-Literatura y Música.
-¿De que conoce al señor James Kipper?
-De clase, era un compañero de expresión escrita.
-¿Y desde cuando empezó a mostrar signos de acoso?
-Desde la primera semana del curso.
-¿Siempre ha sido así?
-No- Bella respondió bajando la vista- Al principio solo eran comentarios fuera de lugar, pero conforme fueron pasando las semanas fue aumentando hasta...- A Bella se le fue la voz pensando en lo ocurrido.
-Ayer, el señor Emmet Cullen puso una denuncia contra el señor James Kipper a nombre de Bella Swan, ¿por que a nombre de Bella y no de Isabella?
-Porque él me conoce por ese nombre, no sabía cual era mi nombre completo.
-Comprendo- El agente tomó nota de todo- ¿Podría explicarme todo lo que ha sucedido esta tarde?
Bella apretó la mano de Edward, respiró profundamente y le relató lo que había sucedido ante las miradas de asombro, odio y tristeza de los demás- Muy bien señorita Swan, ahora mismo voy a la comisaría, usted quédese tranquila, ese hombre no volverá a hacerle daño. Mañana mismo le traeré la denuncia con la orden de alejamiento.
-Muchas gracias señor...
-Black, Jacob Black. Y no hay de que, que descansen.
Salió por la puerta y entonces Emmet se lanzó a abrazar a Bella que soltó un quejido bastante impactante.
-¡Emmet! ¡Suéltala que tiene tres costillas rotas!- Gritó Edward.
-Lo siento, no he podido evitarlo.
-Emmet, agradezco tu cariño, pero no hace falta que me ahogues mostrándolo.
-Lo siento, en serio, pero es que no puedo creer que seas tú- Todos lo miraron sin entender.
-Emmet, ¿no crees que yo sea quien?
-¿No me digas que no te acuerdas?- Bella negó- Edward, ¿tú tampoco lo recuerdas?
-Lo siento Emmet, pero estoy tan perdido como Bella.
-Chicos, nosotros tres nos conocemos desde que eramos pequeños- Bella y Edward se miraron con cara incrédula- Si, Edward, nosotros vivíamos en Forks, y tú y Bella erais inseparables, pero desde que nos mudamos no nos hemos vuelto a ver.
-Espera- Dijo Bella- ¿Tú eras el niño que siempre me gastaba bromas y me metía en líos?
-¿Y tú la niña inocente que atraía todos los problemas?
Ambos empezaron a reírse, no podían creer que se hubieran olvidado el uno del otro.
-Emmet, ¿por que os habéis hablado desde entonces si erais tan amigos?- Preguntó Rosalie.
-No lo se, recuerdo que papá estaba muy enfadado, pero no recuerdo porque. Entonces nos mudamos y papá nunca nos dio el teléfono o la dirección de Bella.
-¡Qué bonito!- Gritó Alice- ¡Reencontrarse después de tanto tiempo! ¡Y encima siendo pareja y sin saberlo!
-La verdad, parece de película- Rió Jasper.
Esa noche, Bella la pasó en el hospital, todos se fueron a casa menos Edward, él se quedó con ella para velar su sueño.
En casa, Emmet llamó a su madre, tenía que contarle a quién habían encontrado.
-¿Diga?
-Mamá, soy Emmet. Tengo que contarte algo.
-Dime cariño.
-¿Te acuerdas que Edward te contó que tenía novia?
-Bueno, no me dijo que fuera su novia, pero si me habló de una chica.
-Si, bueno pues es su novia, pero no era eso lo que quería decirte. ¿A que no sabes quien es?
-¿Qui... Quién es?- Esme parecía nerviosa.
-Es Isabella, nuestra amiga de la infancia. Cuando en el hospital han dicho su nombre completo me he acordado de ella.
-¿En el hospital?
-Si, ha habido un problema. Lo ha pasado muy mal.
-Emmet, cuéntame que ha pasado.
Emmet le contó todo lo sucedido.
-Pobrecilla, ¿ahora está bien?
-Está en reposo, Edward se ha quedado con ella. Mamá, ¿podrías decirme porque no hemos vuelto a saber de ella en todos estos años? Sus padres y vosotros erais amigos.
-Emmet, es complicado, pero solo te diré que es mejor que por el momento tu padre y el padre de Bella no sepan nada de la relación de ellos.
-Mamá explícame que es lo que pasó, por favor.
-Vale, cariño- Esme se lo contó todo- Bella y Edward no deben saber nada de eso, si lo averiguan ahora que acaban de empezar quien sabe como acabarían su relación, espera a contárselo hasta que afiancen bien su relación.
-Vale mamá, te lo prometo. Ya te iré contando como va todo.
-Muy bien tesoro. Hasta mañana.
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Ahi tienen No mas por hoy, mañana sigo con el 7 y 8 y aviso qe el 8 es muy HOT
-¿De que hablas?
James la cogió de los brazos y la entró bruscamente al apartamento, Bella gritaba intentando soltarse, pero James le abofeteó la cara y la amordazó.
-Conmigo no se juega, pequeña- Bella puso cara de no entender nada- Te dije ayer que te esperaría y cuando fui por ti a la clase tú no estabas. Esa tarde te estuve buscando y ¿sabes que? Llegó a mis oídos que tú y un tal Edward Cullen estabais juntos. Zorrita mía, tú no puedes estar con nadie que no sea yo- James lanzó a Bella contra el sofá y se tumbó sobre ella, Bella lloraba- No te hagas la inocente, sabes perfectamente que lo has hecho para ponerme celoso y, ¿sabes otra cosa? Eso me excita- Bella intentó apartarlo con las manos, pero él era más fuerte- Cada movimiento que haces intentando resistirte me pone más, pequeña eres toda una guarrilla, si quieres un polvo no tienes más que decirlo, no hace falta me excites así- James se lanzó contra su cuello, pero Bella le pegó una patada en todas sus partes haciéndole caer del sofá por el dolor.
Bella se levantó y corrió hacia la puerta que aun estaba abierta, pero James la tomó de los tobillos y la hizo caer.
-¡Puta de mierda!- James se acercó a ella y le pegó una patada en el estómago- ¡Ahora vas a ver de lo que soy capaz!- James la tomó de la blusa y la levantó, después se la arrancó, pero frenó de golpe.
-¡Suéltela!- Gritó un hombre desde la puerta. James se giró y vio un policía en la puerta apuntándole con un arma- ¡Suelte a la chica!- James soltó a Bella que cayó al suelo llorando- ¡Ahora aléjese lentamente y ponga las manos donde pueda verlas!- James obedeció, el guardia se acercó a él con la pistola hacia James, lo esposó y lo encerró en un armario mientras pedía los refuerzos.
El guardia se acercó a Bella, le quitó la mordaza y la ayudó a sentarse.
-¿Se encuentra bien señorita?- Bella solo podía llorar- Vamos a llevarla al hospital para que le hagan una revisión, ¿quiere que llamemos a sus padres?
-¡NO!- Gritó Bella- ¡A mis padres no! No quiero que se enteren de esto, llame a mi compañera de piso, Alice Brandom y a mi novio, Edward Cullen.
-Muy bien señorita, cálmese, los llamaré cuando esté de camino al hospital. Y después de comprobar que está bien le haré unas preguntas, ¿le parece bien?- Bella asintió.
Diez minutos después llegó el otro coche patrulla que se llevó a James, el agente que lo había esposado llevó a Bella al hospital y una vez allí llamó a Alice y a Edward.
Edward fue el primero en llegar, entró corriendo en el hospital y se abalanzó sobre la chica que estaba en el mostrador.
-Dígame donde está Isabella Swan.
-Aun están haciéndole pruebas, si es tan amable de esperar en aquella sala lo avisaremos cuando acabe. Aquel guardia la trajo, si gusta puede hablar con él.
Edward se encaminó al guardia.
-Hola, soy Edward Cullen, usted me avisó de que mi novia estaba aquí.
-Así es. Yo soy Jacob Black, fui para hacerle unas preguntas por lo de la orden de alejamiento y me encontré a ese psicópata pegándole.
-¿¡Qué!?
-Tranquilícese joven, siéntese y se lo contaré.
El oficial le contó lo que había visto y las suposiciones que tenía de lo que había pasado antes de su llegada, Edward estaba furioso y no mejoró cuando una enfermera les dio el parte del estado de Bella.
-¿Son ustedes los que están esperando el informe de Isabella Swan?- Los dos asintieron- La señorita Swan ha sufrido una fuerte contusión en el torso rompiéndole tres costillas, una de esas costillas le dificulta la respiración. Aunque lo tenemos controlado, si no se calma no servirá de nada.
-¿Puedo verla? Quizás consiga que se calme- Edward necesitaba verla, hablar con ella.
-¿Es usted algún pariente?
-Soy su novio.
-Muy bien, acompáñeme. Usted- Dijo señalando al agente- Deberá esperar aquí hasta que el médico lo permita.
-Muy bien.
Edward siguió a la enfermera hasta el box número 3, allí, al pasar de la cortina, vio a Bella, con los ojos cerrados, con las lágrimas cayendo por sus mejillas, con una mascarilla puesta sobre su nariz y su boca para ayudarla a respirar, una gasa en la cara y un gotero en su brazo. Él se acercó a ella lentamente, se sentó a su lado y le tomó la mano. Bella al sentir el contacto abrió los ojos asustada, pero al ver que era Edward lloró más intensamente que antes.
-Bella, mi vida, no llores, ya ha pasado todo.
-Ed... Ed... Edwardddd....
-Bella- Edward se levantó y la abrazó, con cuidado de no moverla apenas- Ya está, estoy aquí, contigo. No me voy a ir de aquí. Deja de llorar, hazlo por mi.
Bella hizo un esfuerzo por dejar de llorar, al hacerlo ella se sintió cansada y pronto se quedó dormida. Edward no se despegó de su lado, incluso cuando una enfermera dijo que la iban a trasladar a una habitación, Edward caminó siempre junto a la cama de Bella y sujetándole la mano. El agente fue a la habitación con ellos, quería asegurarse de que la chica estaba bien. Alice llegó poco después aterrada de la mano de Jasper y junto a Emmet y Rosalie (Jasper había llamado a Emmet), y cuando le contaron lo que había sucedido se quedó blanca, Jasper tuvo que cogerla para que no cayera al suelo. Rosalie soltó un pequeño grito y se abrazó a Emmet.
Bella no despertó hasta tres horas después, sentir la mano de Edward le hizo estar tranquila, parecía que realmente estaba calmada.
-Señorita, se que ha pasado un momento traumático, pero es necesario que le haga unas preguntas. Así conseguiremos que ese tipo no vuelva a acercarse a usted- Bella solo asintió- Muy bien, quiero que esté calmada, si hay alguna pregunta que le resulta incomoda o violenta dígalo. Empecemos, ¿Cual es su nombre completo?
-Isabella Mary Swan- Respondió ella, Edward vio como Emmet abría mucho los ojos, pero después le preguntaría.
-¿Cuantos años tiene?
-18 años.
-¿De donde es?
-Soy de Forks, he vivido allí desde que nací. Estoy aquí desde septiembre.
-¿Qué estudia?
-Literatura y Música.
-¿De que conoce al señor James Kipper?
-De clase, era un compañero de expresión escrita.
-¿Y desde cuando empezó a mostrar signos de acoso?
-Desde la primera semana del curso.
-¿Siempre ha sido así?
-No- Bella respondió bajando la vista- Al principio solo eran comentarios fuera de lugar, pero conforme fueron pasando las semanas fue aumentando hasta...- A Bella se le fue la voz pensando en lo ocurrido.
-Ayer, el señor Emmet Cullen puso una denuncia contra el señor James Kipper a nombre de Bella Swan, ¿por que a nombre de Bella y no de Isabella?
-Porque él me conoce por ese nombre, no sabía cual era mi nombre completo.
-Comprendo- El agente tomó nota de todo- ¿Podría explicarme todo lo que ha sucedido esta tarde?
Bella apretó la mano de Edward, respiró profundamente y le relató lo que había sucedido ante las miradas de asombro, odio y tristeza de los demás- Muy bien señorita Swan, ahora mismo voy a la comisaría, usted quédese tranquila, ese hombre no volverá a hacerle daño. Mañana mismo le traeré la denuncia con la orden de alejamiento.
-Muchas gracias señor...
-Black, Jacob Black. Y no hay de que, que descansen.
Salió por la puerta y entonces Emmet se lanzó a abrazar a Bella que soltó un quejido bastante impactante.
-¡Emmet! ¡Suéltala que tiene tres costillas rotas!- Gritó Edward.
-Lo siento, no he podido evitarlo.
-Emmet, agradezco tu cariño, pero no hace falta que me ahogues mostrándolo.
-Lo siento, en serio, pero es que no puedo creer que seas tú- Todos lo miraron sin entender.
-Emmet, ¿no crees que yo sea quien?
-¿No me digas que no te acuerdas?- Bella negó- Edward, ¿tú tampoco lo recuerdas?
-Lo siento Emmet, pero estoy tan perdido como Bella.
-Chicos, nosotros tres nos conocemos desde que eramos pequeños- Bella y Edward se miraron con cara incrédula- Si, Edward, nosotros vivíamos en Forks, y tú y Bella erais inseparables, pero desde que nos mudamos no nos hemos vuelto a ver.
-Espera- Dijo Bella- ¿Tú eras el niño que siempre me gastaba bromas y me metía en líos?
-¿Y tú la niña inocente que atraía todos los problemas?
Ambos empezaron a reírse, no podían creer que se hubieran olvidado el uno del otro.
-Emmet, ¿por que os habéis hablado desde entonces si erais tan amigos?- Preguntó Rosalie.
-No lo se, recuerdo que papá estaba muy enfadado, pero no recuerdo porque. Entonces nos mudamos y papá nunca nos dio el teléfono o la dirección de Bella.
-¡Qué bonito!- Gritó Alice- ¡Reencontrarse después de tanto tiempo! ¡Y encima siendo pareja y sin saberlo!
-La verdad, parece de película- Rió Jasper.
Esa noche, Bella la pasó en el hospital, todos se fueron a casa menos Edward, él se quedó con ella para velar su sueño.
En casa, Emmet llamó a su madre, tenía que contarle a quién habían encontrado.
-¿Diga?
-Mamá, soy Emmet. Tengo que contarte algo.
-Dime cariño.
-¿Te acuerdas que Edward te contó que tenía novia?
-Bueno, no me dijo que fuera su novia, pero si me habló de una chica.
-Si, bueno pues es su novia, pero no era eso lo que quería decirte. ¿A que no sabes quien es?
-¿Qui... Quién es?- Esme parecía nerviosa.
-Es Isabella, nuestra amiga de la infancia. Cuando en el hospital han dicho su nombre completo me he acordado de ella.
-¿En el hospital?
-Si, ha habido un problema. Lo ha pasado muy mal.
-Emmet, cuéntame que ha pasado.
Emmet le contó todo lo sucedido.
-Pobrecilla, ¿ahora está bien?
-Está en reposo, Edward se ha quedado con ella. Mamá, ¿podrías decirme porque no hemos vuelto a saber de ella en todos estos años? Sus padres y vosotros erais amigos.
-Emmet, es complicado, pero solo te diré que es mejor que por el momento tu padre y el padre de Bella no sepan nada de la relación de ellos.
-Mamá explícame que es lo que pasó, por favor.
-Vale, cariño- Esme se lo contó todo- Bella y Edward no deben saber nada de eso, si lo averiguan ahora que acaban de empezar quien sabe como acabarían su relación, espera a contárselo hasta que afiancen bien su relación.
-Vale mamá, te lo prometo. Ya te iré contando como va todo.
-Muy bien tesoro. Hasta mañana.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
q buena esta palmi no te tardes por fis
siiiii vamos a tener accion yupiiiiiiiiiiiiiiiii
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 07- Declaraciones, juicios y cabreos
Ya era casi navidad, toda la ciudad estaba cubierta de esa capa blanquecina y fría que hace divertirse a los niños y a los no tan niños, había nieve por todos lados. Todo el mundo disfrutaba de los días previos a las fiestas, en la facultad habían empezado ya las vacaciones, dejando así unos días a los estudiantes para despejarse antes de irse con la familia. Pero Bella no disfrutaba de esos días, estaba nerviosa y asustada, después del incidente con James el juez no había tenido objeción en ponerle una orden de alejamiento contra James, pero este le hacía llamadas telefónicas y Bella tenía la sensación de que la seguían todo el tiempo. Y por si eso fuera poco, Emmet había movido unos hilos y había conseguido que llevaran a James a juicio y además en tiempo record, por lo que el juicio se haría dos días antes de que todos volvieran con sus familias, es decir, al día siguiente.
Edward intentaba pasar el mayor tiempo posible con Bella, intentando hacer que olvidara los problemas y agobios que tenía, pero en los momentos que él no podía acompañarla, Alice le explicó que parecía que estaba paranoica, siempre mirando hacia todos lados, revisando cada rincón por si estaba James.
Emmet había hecho caso a su madre y no les había dicho nada, pero veía como su hermano y Bella se amaban con locura así que decidió tentar a la suerte y explicarle la verdad.
-Edward, tenemos que hablar.
-¿Por qué tan serio Emmet?
-Es que tengo que contarte algo que no creo que te guste- Emmet se sentó en el sofá junto a Edward- Verás, mamá me contó porque papá y el padre de Bella perdieron el contacto.
-¿En serio?- Edward estaba intrigado por saber el motivo de que los hubieran separado- Cuéntamelo.
-Lo haré, pero debes prometerme que a pesar de lo que oigas no entraras en cólera ni nada parecido.
-Te lo prometo.
-Pues, por lo que mamá me dijo, el día que Bella cumplió 5 años, tú, intentando gastarle una broma a Bella, la tiraste al lago donde habíamos ido a celebrarlo. Bella casi se ahoga- Edward se quedó blanco- Charlie se puso furioso, y después de sacar a Bella del agua te pegó. Papá intentó calmarlo, pero eso solo hizo que Charlie se enfadara más, haciendo que los dos se dijeran cosas muy fuertes. Al día siguiente nos marchamos a Canadá.
-¿Yo... Tiré a Bella al lago?- Edward seguía blanco- Casi la mato.
-Edward, tenías 5 años, no tenías mala intención.
-Pero... ¿Como pude hacerle eso?- Edward casi se puso a llorar- ¿Como puedo estar con ella pensando que pude haberla matado?
-Edward, me habías prometido no ponerte así. Además, Bella te necesita, ¿vas a dejarla ahora? Si la dejas ahora se sentirá como si se hubiera ahogado en el lago aquel día.
-¿Tú crees?- Edward levantó la cabeza para mirar a su hermano y vio como Emmet asentía con una sonrisa- Pero, ¿y nuestros padres? Yo quería pedirle a Bella mañana que se casara conmigo pero ahora...
-¡Pídeselo!
-Pero...
-Sin peros Edward, si es lo que quieres, pídeselo. Los problemas de nuestros padres son de ellos no nuestros, y si vosotros os queréis lo suficiente como para dar ese paso debéis seguir vuestro propio camino.
-Emmet- Edward abrazó a su hermano con fuerza- No se que haría sin ti.
-Eso llevo pensando yo desde que llevabas pañales- Emmet y Edward empezaron a reír.
--^^--^^--^^--
A la mañana siguiente, Edward esperaba a Bella en la puerta del juzgado, tenía que hablar con ella antes del juicio, era importante. Ella llegó una hora antes del juicio, tal y como Edward le había pedido el día anterior por un mensaje del móvil, y los dos fueron a la azotea del palacio de justicia.
-Bella, antes de que entres en la sala del juicio quiero preguntarte algo. Para mi es muy importante.
-Dime, te escucho.
-Se que me tomarás por loco pero no puedo vivir sin ti, eres la luz de mi existencia y te quiero con todo mi ser. Por eso quería preguntarte- Edward se arrodilló delante de ella y sacó una cajita de terciopelo azul que abrió poco a poco- Isabella Mary Swan, ¿Quieres casarte conmigo?
Bella miró el anillo con los ojos llenos de lágrimas, se lanzó al cuello de Edward cayendo los dos al suelo y gritó:
-¡Si! ¡Si Edward Cullen! ¡Quiero ser tu esposa!
Edward la abrazó contra él aun sin creerse que ella hubiera aceptado, después la levantó del suelo, la separó de él y le colocó el anillo en el dedo.
-Desde este momento estamos prometidos, futura señora Cullen.
Después de eso, Bella entró mucho más tranquila en la sala, pero si no hubiera sido porque Edward permaneció a su lado, la tranquilidad se le hubiera esfumado al ver a James mirándola de la forma que lo hacía.
Emmet se sentó junto a ellos en la mesa de los denunciantes, aunque aun no había acabado la carrera había sido petición de Bella que él la representara. Emmet estaba tranquilo, el abogado de James era un patán llamado Mike Newton, siempre acababa metiendo la pata.
El juez entró en la sala, y empezó todo.
-Caso 4.578, preside el honorable juez Sam Uley. Acusado James Kipper, cargos, acoso en alto grado, con agresión física. Denunciante Isabella Mary Swan- Dijo el alguacil con voz firme.
-Señor Newton puede empezar su defensa- Dijo el juez.
-Señoría, mi cliente no estaba acosando a la señorita Swan, tan solo le mostraba su afecto, su interés por ella. En cuanto a la agresión, mi cliente afirma estar ebrio en el momento que esta ocurrió, por lo que no debe ser tomado como algo voluntario- Dijo Newton con muy poco vocabulario.
-Protesto señoría- Respondió rápidamente Emmet- Estos análisis demuestran que el señor Kipper no estaba bajo los efectos del alcohol, drogas o cualquier sustancia que se reconozca. Y como puede ver en esta lista de llamadas, el acusado no solo intentaba mostrarle su amor a mi cliente, una persona que llama 25 veces en una hora no intenta mostrar afecto.
-Protesto señoría, mi cliente hizo esas llamadas porque la señorita Swan no contestaba.
-Protesto, eso es irrelevante señoría.
-Se acepta, señor Newton busque otros argumentos- El juez estaba muy serio- Señor Cullen puede proceder.
-Muy bien señoría, quisiera llamar a mi primer testigo, el señor Jacob Black.
El alguacil abrió la puerta e hizo entrar a Jacob, este fue hasta el estrado.
-¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con la ayuda de Dios?
-Lo juro.
-Siéntese- Le indicó el juez- Adelante señor Cullen.
-Señor Black, usted fue a casa de mi cliente porque se había hecho una denuncia de acoso hacia el señor Kipper, ¿cierto?
-Así es, el día anterior se hizo esa denuncia y yo fui a hacerle unas preguntas a la señorita Swan para comprobar que eso era cierto.
-¿Y qué es lo que ocurrió cuando llegó?
-Encontré la puerta abierta, escuché gritos desde el interior de la casa, y cuando entré encontré al acusado propinándole una patada en el estómago a la señorita Swan. En cuanto lo vi saqué mi arma y le obligué a apartarse de ella.
-¿Escuchó alguna cosa antes de entrar en la estancia?
-Así es.
-¿Podría decirnos que es lo que escuchó?
-Escuché como el acusado le decía “Puta de mierda” y “Ahora vas a ver de lo que soy capaz” a la señorita Swan.
-No tengo más preguntas señoría.
Emmet se dio la vuelta y se sentó otra vez junto a Bella, dándole la mano en signo de fortaleza.
-Señor Newton puede proceder.
-Si señoría- Newton se levantó y se acercó al estrado, se notaba que estaba nervioso- Señor Black, mi cliente afirma que usted le golpeó cuando se lo llevaron en el coche patrulla.
-Eso es mentira.
-¿Tiene pruebas de ello?
-Claro, yo fui quién llevó a la señorita Swan hasta el hospital y quién avisó a su novio y su compañera de piso de donde se encontraba. No me marché de allí hasta que los médicos dijeron que no tenía nada de gravedad.
-Eh... No tengo más preguntas señoría- Dijo Newton aun más nervioso y volviendo a su sitio ante la risa de algunos asistentes al juicio entre los que se incluían, Jasper, Alice y Rosalie.
-Señor Black, muchas gracias por su colaboración, puede retirarse- Este se levantó, le hizo una reverencia a Bella y a Edward y se marchó- Señor Newton es su turno.
-Pido a la señorita Swan que suba al estrado- Bella subió lentamente al estrado intentando calmarse.
-¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con ayuda de Dios?
-Lo juro.
-Siéntese señorita Swan- Bella se sentó- Adelante señor Newton.
-Señorita Swan, ¿de que conoce usted a mi cliente?
-De la facultad, vamos juntos a clase de expresión escrita. Ambos hacemos la carrera de Literatura.
-¿Qué tipo de relación tenía con mi cliente antes de la denuncia?
-Ninguna por mi parte, yo siempre intentaba evitarle.
-¿Seguro que intentaba evitarle o por el contrario lo que hacia era insinuarse?
-¡Protesto! Señoría eso no es una pregunta, es una insinuación sin fundamento.
-Se acepta, señor Newton, como vuelva a decir alguna cosa semejante sin una prueba en la mano daré por concluido el interrogatorio.
-Muy bien señoría. Señorita Swan, cuando mi cliente, según usted, se abalanzó aprisionándola contra el sofá, ¿por qué no se defendió?
-Si lo hice- Mike la miró con asombro- Si se hubiera leído el interrogatorio que me hizo el señor Black hubiera visto que le pegué una patada en sus partes, que él cayó al suelo y por eso pude correr hasta donde el señor Black me rescató.
-Es cierto señor Newton- Dijo el juez- Aquí, en el informe lo pone claramente. Señor Newton está acabando con mi paciencia.
-No tengo más preguntas señoría- Otra vez las pequeñas risas.
-Señor Cullen, puede proceder.
-No haré preguntas señoría.
-Muy bien, puede ocupar su sitio señorita Swan- Dijo el juez con tono amable. Bella se sentó otra vez entre Emmet y Edward- Señor Cullen puede llamar al siguiente testigo.
-Quisiera llamar a declarar al señor Kipper.
James se levantó y fue hasta el estrado.
-¿Jura decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad con ayuda de Dios?
-¿Tengo otro remedio?- Dijo él burlonamente.
-¡Señor Kipper compórtese!- Dijo irritado el juez Uley.
-Si, lo juro- Dijo pesadamente antes de sentarse.
-Señor Kipper, usted empezó a seguir a mi cliente desde la primera semana de clase ¿no es así?
-Yo no la seguía, simplemente tropezaba con ella en más de una ocasión.
-¿Y por qué sufría esos constantes tropiezos?
-Porque ella me lo pedía- Dijo él en tono insinuante mirando a Bella.
-¿Se lo pedía? ¿De que manera?
-Con cada movimiento que hacía, cuando se apartaba bruscamente de mi se que me estaba pidiendo que la cogiera, y cuando me decía que me fuera lo que me pedía era que la siguiera.
-¿Por que fue hasta su casa?
-Porque el día anterior me dio plantón por ese de allí- Dijo señalando a Edward con odio.
-¿Había quedado con usted?
-Yo le había dicho que la recogería a la salida de la última clase, ella no me respondió, pero su cuerpo estaba pidiéndome a gritos que la tomara, y por eso estaba seguro de ello.
-¿Qué sintió cuando se enteró de que estaba con él en vez de con usted?
-¿Qué que sentí?- Se rió- ¿¡QUÉ QUE SENTÍ!? ¡Odio, irá, rabia! ¡Ese niñato no puede quitármela! ¡Ella es mía!- Entonces la miró- Anda pequeña, diles que es cierto lo que digo, diles que estabas deseando que te hiciera mía- Bella soltó lágrimas de miedo al recordarlo todo y se abrazó a Edward- ¡Maldita zorra! ¡No puedes hacerme esto! ¡Solo intentaba estar a tu lado!
-No tengo más preguntas señoría- Emmet se sentó otra vez y intentó ayudar a Edward a consolar a Bella.
-Señor Newton, ¿alguna pregunta?
-No señoría- Dijo Newton que por primera vez hacía algo inteligente.
-Muy bien, debido a esta muestra de violencia y a las pruebas presentadas, declaro al acusado culpable de todos los cargos y lo condeno a 10 años de cárcel por acoso y maltrato. Además de que exijo que se le hagan unas pruebas psicológicas- Dio un golpe con su mazo dando por finalizado el juicio- Guardias llévense al señor Kipper.
Bella abrazó muy fuerte a Emmet dándole así las gracias por lo que había conseguido, después se giró a Edward y lo besó ferozmente. Alice, Jasper y Rosalie se lanzaron a abrazar a Bella y a felicitar a Emmet por lo bien que había llevado el caso.
-Señor Cullen- Dijo uno de los profesores de Emmet- Estoy gratamente sorprendido, ha hecho un excelente trabajo, enhorabuena. Espero que después de las vacaciones pueda contar con sus estupendas dotes como fiscal.
-Claro señor, será un placer.
Después de las felicitaciones salieron de allí para celebrarlo, allí les contaron a todos que se iban a casar y por supuesto todos se alegraron por ellos.
Esa noche, Edward tenía un gran dilema que resolver.
-Emmet, Bella me ha dicho que le va a contar a su padre lo de la boda en cuanto llegue pasado mañana y tengo un mal presentimiento. ¿Como crees que se lo tomará papá? Tengo miedo de que el padre de Bella le impida verme después de saber quien soy.
-Haz una cosa, llama a papá por teléfono y se lo cuentas, dependiendo de como se lo tome decides que hacer, porque eso si te lo digo, la reacción de Charlie será 20 veces peor que la de papá.
-Genial- Edward tomó su móvil y llamó a su casa- Hola mamá, ¿puedes decirle a papá que se ponga?
-Claro hijo un momento- Se hizo el silencio y después otra voz respondió-Hola Edward, ¿qué tal te va?
-Bien papá, quería hablar contigo, tengo algo que contarte.
-Estás muy serio hijo, ¿ha pasado algo malo?
-Nada de eso, todo lo contrario- Edward tomó aire- Papá, voy a casarme.
-¿Qué? ¿Lo dices en serio?- Carlisle no estaba molesto sino sorprendido- Vaya, no sabía que tuvieras novia.
-Hemos empezado este año, y los dos lo tenemos claro. ¿Te parece bien?
-Claro hijo, si tú lo tienes claro me parece estupendo. Espera que se lo digo a tu madre- Se escuchó como Carlisle se lo decía a gritos- Bueno y dime Edward, ¿como se llama mi futura nuera?
-Isabella Mary Swan.
Se hizo el silencio, Edward se estaba poniendo nervioso, el silencio de su padre no era buena señal.
-¡No puedes casarte con ella!
-¿Por qué? Yo la quiero y ella a mi, ¿por qué no habría de hacerlo?- Edward miró a Emmet preocupado.
-¡Porque lo digo yo! ¡No puedes y punto!
Carlisle colgó el teléfono y dejó a Edward con el auricular en la oreja. Cuando por fin reaccionó lanzó el móvil al suelo del cabreo que llevaba.
-Edward, cálmate.
-No puede hacerme esto. No pienso volver a casa, no si se niega a admitir a Bella en la familia.
-Edward, si te calmas te cuento mi plan, ya había contado con esto y lo tenemos todo planeado.
-¿Tenemos?
-Si, Alice, Jasper, Rosalie y yo. Tú irás con Alice y Jasper a casa de Alice, esperarás allí hasta que Bella te llame. El padre de Bella se lo tomará peor así que ten por seguro que te llamará, entonces los dos os escaparéis. Lo que hagáis después es cosa vuestra, nosotros estaremos en contacto con vosotros para proporcionaros cualquier cosa que os haga falta, pero pase lo que pase, no dejéis que os separen.
-Emmet- Edward no pudo evitar abrazar a su hermano y llorar en su hombro- Eres el mejor hermano que podría tener.
-Lo se, ahora vamos a llamar a Alice para prepararlo todo, Bella no debe enterarse o será peor.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 08- A mal tiempo buena cara
AVISO: Escena de sexo al final del cap!
Bella estaba en el taxi que la llevaba desde el aeropuerto de Seatle a Forks, estaba nerviosa, sabía que su padre era muy sobreprotector y que iba a ser difícil de convencer. Por otro lado, también le preocupaba la actitud de Edward el día anterior. Él había vuelto a su casa un día antes que ella y por alguna razón no había querido que ella le acompañase al aeropuerto, se había ido con Alice y Jasper que también tenían el vuele ese mismo día. Emmet, por el contrario, saldría un día más tarde para pasar más tiempo con Rosalie.
Pensando en esas cosas no se dio cuenta de que el taxi ya había llegado a la puerta de su casa. Al bajar pudo ver que el coche patrulla de su padre no estaba por lo que dedujo que aun no había vuelto del trabajo.
Entró en la casa y miró a su alrededor, escuchó ruido en la cocina y se acercó, desde la puerta pudo ver a su madre haciendo la cena, se acercó a ella lentamente y la sorprendió.
-¡Hola mamá!- Gritó justo detrás de ella.
-¡AAAAHHH!- Reneé pegó un salto, después se giró- ¡Bella! Mi niña, cuanto me alegro de verte- Reneé la abrazó y al hacerlo, Bella la notó muy tensa.
-Mamá ¿ocurre algo? Te veo nerviosa.
-Bueno, eso depende. Antes de contarte nada, un pajarito me ha dicho que tienes algo que contarme- Le dijo con una sonrisa.
-Ha sido Alice, ¿verdad?- Reneé negó- Bueno, da igual. Mamá, voy a casarme.
-Me alegro mucho hija, no sabes lo feliz que me hace que tú y Edward estéis juntos.
-Mamá, ¿como sabes que se llama Edward?
-Hija, tengo que contarte algo- Ambas se sentaron en la mesa de la cocina- Esme, la madre de Edward, es mi mejor amiga. Nos conocemos desde que éramos pequeñas. El padre de Edward y tu padre también, pero cuando cumpliste 5 años tuvieron una pelea, que por desgracia provocó Edward con una broma infantil. Desde entonces se detestan. Me temo que el padre de Edward se ha opuesto en rotundo y por eso Edward está ahora en casa de Alice.
-¿Qué está en casa de Alice?- Bella estaba perpleja- No me ha dicho nada.
-Lo se, él está muy nervioso por la reacción que pueda tener tu padre. Quiere estar cerca de ti por si lo necesitas. Bella, tu padre no se lo va a tomar bien, desde esa pelea no ha sido el mismo, se ha vuelto frío y desconfiado desde entonces, hasta conmigo.
-Mamá, ¿que voy a hacer si se niega?
-No pensemos en eso ahora, lo primero es decírselo, después pensaremos como afrontar su reacción.
Ambas subieron las maletas de Bella a su habitación y volvieron para terminar de preparar la cena. La cabeza de Bella solo tenía imágenes de las posibles reacciones de su padre y cada una la aterraba más. Cerca de las ocho de la noche se escuchó el sonido de las ruedas del coche patrulla estacionándose en la entrada, poco después como se abría la puerta de la casa y aparecía la figura de Charlie en el umbral.
-Bella...- Dijo con un susurro- ¿Cuando has llegado?
-Esta tarde papá.
-Ven aquí y dame un abrazo- Charlie sonrió ampliamente y abrió sus brazos hacia Bella, esta corrió hasta ellos y se colgó de su cuello, dándole un abrazo- Te he echado de menos pequeña.
-Y yo a ti papá.
Bella decidió esperar a después de la cena para sacar el tema. Por ello se sentaron los tres a la mesa y estuvieron haciéndole preguntas sobre la facultad, Bella evitó por todos los medios hablar de James. Le preguntaron sobre todo, incluida la pregunta que Bella tanto temía.
-¿Y hay algún chico que te llame la atención?- Preguntó Charlie muy interesado.
-Bueno, si, la verdad es que llevo unos meses saliendo con un chico.
-¿A si?- Charlie se interesó más todavía- ¿Es un buen chico? ¿Qué estudia?
-Pues estudia medicina y música, coincidimos en las clases de música.
-Vaya, un futuro doctor, no está mal. ¿Y vais en serio?
-Ya lo creo- Bella tragó fuerte y miró fijamente a su padre- Papá, voy a casarme.
Charlie se atragantó con el trozo de comida que tenía en la boca, cuando dejó de toser miró a Bella incrédulo.
-¿Lo dices en serio?- Bella asintió- Pero si has dicho que apenas lleváis unos meses saliendo.
-Da igual, los dos estamos seguros de que es lo que queremos.
-Bella aun eres muy joven, no puedes abandonar tus estudios.
-No voy a abandonar nada, los dos vamos a seguir estudiando- Charlie estaba alucinando- Por favor papá.
-¿Quién es el joven? Quiero alguna referencia de él.
-Pues es... Edward Cullen- Bella sintió verdadero terror al ver la cara de su padre, primero de sorpresa, después de odio y por último de furia.
-¡No te casarás con ese!- Bella intentó protestar pero la voz de Charlie la acalló- ¡Antes muerto que ver a mi hija con un Cullen!
-¡Papá, es mi decisión! ¡No puedes hacer nada por impedirlo!
-¡Claro que puedo! ¡No vas a volver a esa universidad! ¡Y créeme, esto lo hago por tu bien!
-Si claro- Bella se levantó de su asiento y se dirigió escaleras arriba- ¿¡POR MI BIEN O POR NO REBAJAR TU ESTÚPIDO ORGULLO!?
Bella se encerró en su habitación y cerró por dentro, se tumbó en la cama y se puso a llorar.
-¿Y tú no dices nada?- Se dirigió Charlie a Reneé.
-Yo no tengo un problema con los Cullen, solo lo tienes tú. De hecho, a mi me parece estupendo.
-¿Como puedes decir eso? ¿Es que no te acuerdas que Bella casi muere ahogada por el que ella dice que va a ser su marido?
-Claro que lo se, y ella también lo sabe. Y las dos pensamos lo mismo, Edward era solo un niño que gastó una broma, no tenía intención de hacer daño- Reneé se levantó de la mesa y fue a las escaleras.
-¿A donde vas?
-A intentar que mi hija se calme un poco, ya que has destrozado su felicidad al menos intentaré que se desahogue conmigo.
Reneé subió dejando a Charlie destrozado con esa última frase, llamó a la puerta de su hija y la única respuesta que recibió fue un “¡Lárgate!”.
-Bella, soy yo, cariño. Ábreme, tenemos que hablar.
Bella abrió la puerta, dejó entrar a su madre y volvió a echar el cerrojo. Las dos se abrazaron y derramaron lágrimas.
-Mamá... ¿Como puede hacer eso?... Edward lo es todo para mi...
-Lo se, por eso no tenemos mucho tiempo. Llama a Edward al móvil, está esperando tu llamada para que le cuentes como te ha ido. Dile que te espere en el puente que hay camino a La Push.
Bella obedeció, marcó el número de Edward y después del primer tono respondió.
-¡Bella! ¿Como ha ido todo?
-¡Edward!...- Bella intentaba no llorar demasiado para que se entendieran sus palabras- Mi padre se lo ha tomado muy mal. No quiere dejarme volver a la facultad.
-Bella, tranquila, todo se va a arreglar. ¿Está tu madre contigo?
-Si, está a mi lado, metiendo mi ropa en una bolsa. Dice que me esperes en el puente que hay camino a La Push.
-Muy bien, en seguida voy para allí. No te preocupes Bella, muy pronto estaremos juntos- Edward colgó y Bella se giró hacia su madre.
-Mamá, explícame que es lo que estamos haciendo.
-Bella, tanto Esme como yo y tus amigos esperábamos esta reacción desde el momento en que nos dijisteis que estabais juntos. Por eso, entre todos hemos trazado un plan, ahora bajaré y saldré a pasear, tú saldrás por la ventana con la bolsa de ropa, yo te esperaré en la carretera, de ahí nos dirigiremos hacia donde Edward nos espera y los dos huiréis juntos.
-¿Lo dices en serio? ¿Vas a ayudarme a escapar?
-Claro que si. No es justo que por los problemas de tu padre vosotros no seáis felices, ahora hay que darse prisa, espera junto a la ventana y cuando me veas salir por la puerta entonces baja por el árbol.
Reneé salió de la habitación y bajó las escaleras, miró a Charlie.
-Espero que estés contento, nuestra hija está destrozada. Voy a salir a dar un paseo, necesito despejarme- Reneé salió de la casa y fue a la carretera, se alejó hasta que los árboles del camino taparon su silueta.
Bella, en cuanto vio salir a su madre por la puerta tomó todo el valor que pudo y se subió al árbol que tenía delante de su ventana, bajó con la mochila que le había preparado su madre en la espalda, intentando no hacer ruido para que su padre no la viera. Cuando llegó al suelo, fue rápidamente hasta la carretera donde se encontró de nuevo con su madre, las dos se fueron corriendo hasta el puente donde Edward las estaba esperando.
-¡Edward!- Bella se lanzó a los brazos de Edward llorando.
-Ya está Bella, ahora estamos juntos.
-No puedo creerme que de verdad seas tú- Dijo Reneé mirando a Edward- Hace tanto tiempo que no te veía. Cuanto has cambiado. Supongo que no me recordarás, soy Reneé.
-Es un placer, siento no recordarla- Edward le tendió la mano amistosamente, pero Reneé lo abrazó.
-Se puede decir que ahora somos de la familia así que dejemos los formalismos a un lado- Reneé se separó de él y abrazó a su hija- Cariño, te voy a echar de menos. Pero no perderemos el contacto, Alice será nuestro enlace. Te quiero mi niña.
Edward llevó a Bella hasta el coche que le había prestado Alice, los dos entraron en el y se despidieron de Reneé con la mano antes de marcharse a casa de Alice.
Reneé volvió a casa lentamente, no quería encontrarse con Charlie, si las cosas entre ellos habían ido en picado, ahora sería mucho peor.
Entró por la puerta y vio que Charlie ya se había acostado, prefirió hacer lo mismo, había sido un día complicado.
--^^--^^--^^--
Bella no dijo nada en todo el camino, estaba absorta en sus pensamientos, por eso Edward detuvo el coche a mitad de camino. Tomó el rostro de Bella entre sus manos y besó sus labios con pasión.
-Bella, casémonos mañana- Le soltó al separarse de sus labios.
-¿Mañana?- Bella lo miró impresionada- Pero es muy precipitado.
-Me da igual, no pienso dejar que nadie tenga ninguna oportunidad de separarte de mi. Te quiero con locura, no veo el motivo por el que debamos esperar. Buscaré trabajo, haré lo que haga falta para sacarnos adelante pero siendo tu esposo.
-Edward...- Bella lo pensó un momento- Tienes razón Edward, no entiendo el motivo por el que debamos esperar. Mañana nos casaremos en secreto.
-Bella- Edward sonrió y volvió a besarla- Te quiero mi vida.
Edward volvió a arrancar el coche y fue directo a casa de Alice. Ella y Jasper ya lo tenían todo preparado, Alice estaba segura de que Bella diría que si. Esa noche, Bella durmió en la habitación de Alice, su amiga intentaba calmar su llanto, pero Alice sabía que Bella debía soltar todo lo que tenía dentro.
--^^--^^--^^--
Carlisle daba vueltas por el salón, Esme estaba sentada en el sofá junto a Emmet, ambos mirándolo. Cuando Emmet había vuelto a casa sin Edward y había explicado los motivos, Carlisle se puso hecho una fiera.
-Debo ir a buscarle, no puedo permitir que arruine su vida de esta forma.
-¿Su vida?- Emmet estaba perplejo- Papá, di las cosas claras, no quieres que Edward se case con Bella por la disputa que tienes tu con Charlie.
-¿Y qué si es así?
-Qué no es justo. Estás interponiendo tus prejuicios sobre la felicidad de tu hijo- Esme tampoco estaba de acuerdo con la opinión de su marido.
-Seguro que ella es igual que su padre, seguro que solo busca nuestro dinero.
-¡Carlisle! ¿Como puedes decir algo así? Charlie era tu mejor amigo, hasta el día del lago.
-Las cosas hacía tiempo que no iban bien entre nosotros, pero eso ahora no importa, lo que importa es que Edward no debe permitir que esa chica lo manipule.
Emmet se levanto y le propinó un puñetazo en la cara a su padre tumbándolo en el suelo. Esme soltó un grito y Carlisle se quedó mirando a su hijo con los ojos llenos de sorpresa.
-¿Se... Se puede saber a que ha venido eso?
-No vuelvas a hablar así de Bella. No puedo creer que seas un hipócrita de tal medida.
-¿Yo, hipócrita?
-¡Si, tú! Siempre diciendo que hay que perdonar a los demás hagan lo que hagan. Siempre diciendo que no hay que ver en el físico o el pasado de los demás si no en sus corazones. ¡¿Todo eso vale para todos menos para ti?!- Emmet estaba furioso- Yo siempre quise ser como tú, eras mi ejemplo a seguir, pero en solo unos minutos has hecho que todo en lo que yo creía correcto se esfumara.
Emmet subió a su habitación y cerró tras de si dando un portazo. Esme ayudó a Carlisle a levantarse sin pronunciar una sola palabra, le puso hielo en el pómulo que había golpeado su hijo y se sentó frente a él mirándolo fijamente, sin decir nada.
-¿No tienes nada que decir?
-¿Qué quieres que diga?
-No lo se, pero no te quedes callada, me haces sentir más culpable de lo que ya me siento.
-Eso es lo que te mereces ahora mismo. Todo lo que te ha dicho Emmet es verdad.
-Lo se. Pero tengo mis motivos para comportarme como lo hago.
-Ya, tienes tus motivos- Esme se levantó, se inclinó frente a él y le obligó a mirarle a los ojos- Pero por muchos motivos que tengas, no son suficientes. No puedes esperar que digas “Hijo no puedes casarte con ella, tengo mis motivos para decírtelo” y esperar que Edward lo acepte así como así. ¿Qué tienes en contra de ella?
-No es que tenga algo en contra de ella, pero no puedo perdonar lo que hizo su padre. Lo intenté antes del incidente del lago, pero después de su comportamiento no puedo.
-Si no me lo quieres contar, no lo hagas. Pero te lo aviso, como intentes algo para que Edward y Bella se separen no volverás a verme.
Última edición por PaLMiZi el 29/8/2009, 1:25 pm, editado 1 vez
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
--^^--^^--^^--
Eran las siete de la mañana, Edward y Bella iban en el coche con Alice y Jasper camino de una pequeña iglesia en las afueras de Forks. El sacerdote era un joven que había accedido a casarlos en secreto después de conocer la historia. Parecía un joven amable y simpático.
Llegaron a la puerta de la iglesia donde el joven sacerdote los esperaba.
-Buenos días, ustedes dos deben ser Isabella y Edward. Es un placer conocerlos.
-El placer es nuestro- Dijo Edward.
-Yo soy el padre Seth Clearwater. Se por todo lo que habéis pasado y por ello estoy dispuesto a ayudaros. Si dos jóvenes se aman hay que ayudarles a ser felices.
-Es usted muy amable- Dijo en un susurro Bella.
Todos entraron a la iglesia, fueron frente al altar y allí Bella y Edward pronunciaron sus votos, teniendo como testigos a Alice y Jasper.
Después de la ceremonia, Jasper los llevó a desayunar a Alice dijo que debía ir por una cosa, que volvía enseguida.
-Bella, no tienes buena cara- Dijo Jasper preocupado por el aspecto de Bella.
-Es que me siento muy extraña. Me siento alegre y triste a la vez.
-No lo pienses ahora, cariño- Edward la abrazó.
-¡Chicos!- Los llamó Alice entrando en la cafetería con una sonrisa- Venid aquí- Todos salieron de la cafetería siguiendo a Alice- Esto es para vosotros.
Edward y Bella se quedaron de piedra mirando el precioso Volvo plateado que tenían delante. En la ventana había un cartel pegado que ponía “FELICIDADES PAREJITA”.
-Será una broma- Dijo Bella sonriendo mirando a Alice, pero esta negaba con una sonrisa- ¿Nos estáis regalando un coche?
-También es de parte de Emmet y Rosalie- Añadió Jasper- Y dentro tenéis ropa nueva, dinero y las reservas del hotel para esta noche. Id y despejaros un poco, os hace falta a los dos después de tanta movida.
Edward y Bella se despidieron de sus amigos y se marcharon en su coche nuevo, los dos sabían que eran muy afortunados de tenerlos.
-Edward, ¿te molestaría que llamara a mi casa para contarle a mi madre lo de la boda?
-No, claro que no. Espera que paremos y así llamo yo a Emmet y a mi madre también- Edward le dijo con una sonrisa y ella se la correspondió.
Pararon y Edward llamó a Emmet primero. Este se emocionó muchísimo y le pasó a su madre, que al igual que Emmet, se sintió completamente feliz, Carlisle no estaba en casa así que Edward no supo como se lo tomaría cuando se lo contaran.
Después, Bella marcó el número de su casa.
--^^--^^--^^--
El sonido del teléfono sonando despertó a Charlie, Reneé no estaba y Charlie estaba convencido de que Bella lo odiaba demasiado en esos momentos para salir de la habitación. Se levantó y bajó las escaleras, cogió el teléfono y se pegó el auricular al oído.
-Mamá, soy yo Bella.
-¿Bella? ¡¿Se puede saber donde estás?! ¡Se supone que estabas en tu habitación!
-¡Charlie!
-¡A mi me dices papá! ¡Y ya estás volviendo a casa enseguida!
-¡No! Esa ya no es mi casa.
-Bella, se que estás enfadada conmigo, pero es lo mejor para todos que te apartes de los Cullen.
-Papá, desde esta mañana soy Isabella Mary Cullen.
-¡¿QUÉ?!- Charlie estaba furioso- ¿¡DE QUE COÑO VAS!?
-Papá, cálmate. Alégrate por mi, soy feliz con Edward.
-¡No me nombres al impresentable ese! ¡Quiero que estés aquí dentro de cinco minutos!
-¡No voy a ir! Ahora, Edward y yo vamos en el mismo paquete. Si me quieres a mi lo aceptas a él.
-Entonces desde este momento he dejado de tener una hija- Y colgó el teléfono.
Charlie sintió como se le encogía el corazón por el dolor, pero no podía perdonar a la familia Cullen, no podía perdonar la traición de Carlisle. Odiaba a esa familia desde poco después del nacimiento de Bella y ahora los odiaba más porque se habían llevado a la única alegría que le quedaba.
La actitud de Reneé no ayudó a hacer que se sintiera mejor, cuando le contó la conversación telefónica, en lugar de apoyo como había esperado de su parte, encontró desprecio y gritos de angustia.
--^^--^^--^^--
Edward y Bella iban en el coche que les habían comprado Alice, Jasper, Rosalie y Emmet como regalo de su boda secreta, hacía dos días que se habían escapado de casa y uno de que se habían casado, Bella estaba un poco deprimida por la situación y Edward no soportaba verla así. Pararon en un hotel de tres estrellas, y pasaron la noche.
A la mañana siguiente, cuando Bella despertó, eran las 12 de la mañana y Edward acababa de entrar por la puerta.
-Bella, mi vida, tengo buenas noticias.
-¿Si?- Dijo ella con voz adormilada- ¿Qué noticias?
-Tenemos casa- La cara de Bella se iluminó- Emmet ha hablado con un socio suyo y nos alquila una pequeña casita en Seatle, podemos ir ahora mismo. Estaremos cerca de Forks.
-Es genial Edward- Bella le sonrió pero a la vez lloraba.
-Cariño, no llores, al final tu padre lo aceptará. Ahora intentemos ver el lado positivo de esto, tu madre podrá venir a vernos cuando estemos en vacaciones, y durante el curso Alice se mudará con Jasper y tú y yo iremos a tu apartamento. Ahora solo nos falta buscar trabajo.
-Edward, siento estar así. No quiero estropear esto. Desde que hablé con mi padre he estado muy deprimida.
-Anoche no estabas tan deprimida.
Bella se sonrojó al recordar la noche anterior.
“Edward le abrió la puerta del copiloto y la ayudó a salir, la tomó de la mano mientras con la otra llevaba las bolsas de ropa que les habían preparado Alice y Jasper. Se adentraron en el hotel y el conserje les dio la llave de la Suit más lujosa que tenían. Eric, el botones, cogió las bolsas de ropa y las llevó mientras los guiaba a su habitación.
Entraron en ella y vieron una habitación enorme, con una cama que parecía confortable y cómoda. Delante de la cama una televisión de plasma y un poco más a la derecha una terraza con mesa y sillas. Al lado de la puerta de entrada estaba el baño, con una bañera en la que cabían los dos juntos y a sus anchas. Eric dejó las bolsas y se marchó dejando a los recién casados a solas.
Edward llevó a Bella hasta la cama y le hizo sentarse.
-Bella, cariño, se que esto es difícil, para mi también lo es.
-Lo se, lo siento Edward- Bella intentaba no llorar pero no lo conseguía- No puedo creer lo que ha dicho mi padre- Edward hizo que callara con un beso.
Bella devolvió el beso que de tierno pasó a ser apasionado, y de apasionado pasó a ardiente y lascivo. Las manos de Edward buscaban los botones de la blusa de Bella mientras que ella recorría la espalda de Edward con las suyas. Edward quitó la camisa de Bella con urgencia y ella no se quedó atrás, necesitaba sentir la piel de Edward.
Edward quitó el sujetador de Bella y se quedó contemplando su torso desnudo, Bella sintió vergüenza e intentó taparse, pero los brazos de Edward se lo impidieron.
-No te tapes, eres preciosa.
Edward le dio un leve beso en los labios, después otro en la barbilla, descendió con otro por su cuello y rozando su piel con los labios llegó al principio de sus senos. Fue subiendo lentamente con el roce de sus labios hasta que llegó al pezón, entonces lo besó delicadamente. Al hacerlo escuchó lo que para él era música, un pequeño gemido procedente de los labios de Bella, eso lo excitó y volvió a besarlo, ahora con más ansias, y Bella volvió a gemir. Eso fue la chispa que encendió a Edward, automáticamente, la otra mano fue hasta el seno que estaba libre y mientras succionaba uno con la boca, con la mano masajeaba el otro. Bella permanecía con los ojos cerrados, sentada en el borde de la cama, aferrándose a las sábanas cada vez que Edward le daba un mordisco pequeño.
De pronto, Edward abandonó sus pechos y fue subiendo hasta su boca, tomó el trasero de Bella y la levantó, haciendo que ella enrollara sus piernas alrededor de su cintura. Edward caminó hasta el baño sin abandonar los labios de Bella. Encendió la luz y dejó a Bella sentada en el lavabo. Abrió la bañera y se giró de nuevo hacia Bella.
-¿Qué te parece un baño los dos juntos?- Dijo él acercándose poco a poco.
-Me parece estupendo- Ella tiró de sus brazos y lo atrajo violentamente hacia ella- Pero antes quiero seguir jugando un poco.
Edward sonrió, le gustaba ver a Bella así de excitada. Volvió a besar los labios de Bella abrazándola, pero se estremeció al notar como las manos de Bella bajaban por su abdomen buscando la hebilla de su cinturón. Esta quitó el cinturón de Edward y rozó el miembro de Edward por encima del pantalón haciendo que este soltara un pequeño grito de placer. Eso provocó que Edward se lanzara por el cuello de Bella mientras sus manos volvían a sus pechos. Bella, mientras tanto, desabrochó el pantalón de Edward, que cayó al suelo y Edward, muy ágilmente lo apartó. Entonces Bella jugueteó con el miembro de Edward sobre la ropa interior, Edward respondía a esas caricias dando pequeñas mordidas al cuello de Bella.
-A ese juego también se jugar yo- Edward empezó a bajar sus manos hacia el cierre de la falda de Bella, cuando acabó con él, levantó a Bella con un brazo mientras que con el otro le quitaba la falda.
Hay fue cuando perdió la poca cordura que le quedaba, Bella llevaba puesto un tanga de encaje azul celeste que había hecho que se volviera totalmente loco de pasión. Con los dientes cogió la goma del tanga y la fue bajando lentamente hasta sacarlo por los pies. Bella volvió a intentar taparse, pero Edward se lo volvió a impedir.
-No sientas vergüenza, a mi me encanta- Dijo Edward mientras miraba el cuerpo sonrojado de Bella, era tan inocente, todos los movimientos que hacía eran delicados y tímidos- Bella, me vuelves loco.
Edward fue hasta ella otra vez, besó sus labios, con una mano acarició su espalda bajando hasta el culo y con la otra recorrió su vientre hasta llegar a la zona más sensible de Bella. La acarició con dulzura por la parte superficial, viendo como Bella sonreía al notar ese contacto. Entonces separó los labios superiores de la intimidad de Bella y acarició de la misma manera el clítoris de Bella, esta vez, la sonrisa de Bella se convirtió en una cara de placer. Edward apretó más y Bella gimió.
-No es justo- Dijo con dificultad Bella.
-¿El qué no es justo mi amor?
-Tú estás acariciándome y dándome placer, pero yo quiero hacer lo mismo.
Edward entendió la petición de Bella y se quitó su ropa interior dejando a la vista el miembro bien dotado de Edward.
Este volvió a hacer lo mismo de antes, volvió a acariciar el clítoris de Bella y esta, como respuesta cogió el miembro de Edward y lo apretó mientras subía su mano y la bajaba.
Eso provocó en los dos un grito de placer, Edward metió un dedo en la intimidad de Bella haciendo que esta se estremeciera, empezó a moverlo dentro de ella y ella se mordía el labio de placer. Bella no se quedaba atrás, movía frenéticamente su mano sobre el miembro de Edward haciendo que se pusiera más duro.
Edward sacó el dedo de Bella y la tomó del trasero, alzándola, ella volvió a enroscar sus piernas en la cintura de Edward, debido a la proximidad, sus genitales se tocaron haciendo que los dos sintieran una corriente eléctrica. Edward fue a la bañera y entró aun sosteniendo a Bella. La bajó y se sentó con la piernas estiradas y boca arriba.
-Bella, siéntate a mi lado.
-No- Dijo ella muy decidida- Mejor aquí- Se sentó encima de Edward, con las rodillas flexionadas y de cara a él- Aquí mucho mejor.
Bella tomó el miembro de Edward y se lo puso en la entrada de su intimidad, pero no lo metió. Teniéndolo así, empezó a moverse haciendo que se rozaran.
-Bella.... Aaaahhh... Me gusta esto....- Bella continuó, pero Edward acompañó los movimientos de Bella introduciendo otro dedo en ella. Cada movimiento de Bella hacia que el dedo entrara y saliera provocándole una excitación como nunca antes la había sentido.
-Edward... Quiero que... Me hagas tuya...- Edward sonrió pero aun no sacó su dedo- Ahora...- Bella apartó la mano de Edward y se colocó sobre Edward y empezó a bajar haciendo que su miembro erecto entrara en ella. Fue lentamente y Edward notó una pequeña barrera que le impedía hacerla totalmente suya, pero se sorprendió al ver que no era él quien forzaba la barrera, Bella se abrazó a su cuello y forzó ese movimiento que hizo que la barrera desapareciera a la vez que soltaba un grito.
Antes de que Edward pudiera decirle nada ella empezó a moverse sobre él, al principio lentamente, pero el movimiento fue aumentando. Bella seguía abrazada a Edward, soltando gemidos y gritos que llevaban su nombre sobre la oreja de él. Edward tomó las nalgas de Bella y la ayudó a moverse más rápido, metidos en ese baile desenfrenado los dos llegaron al climax con un fuerte grito.
Después, Edward levantó a Bella entre sus brazos, aun sin salir de ella, la llevó hasta la cama y se tumbaron, esta vez quedando él sobre ella. Edward necesitaba más, y Bella no se negaba a dárselo.
Volvieron a hacerlo, esta vez más seguros de ellos mismos, demostrándose el amor que sentían el uno por el otro.”
-Venga, vístete y vamos a ver nuestra casa.
Bella sonrió y fue a vestirse, mientras lo hacía se prometió no volver a dejar que la situación con su padre influyera en su relación con Edward.
Eran las siete de la mañana, Edward y Bella iban en el coche con Alice y Jasper camino de una pequeña iglesia en las afueras de Forks. El sacerdote era un joven que había accedido a casarlos en secreto después de conocer la historia. Parecía un joven amable y simpático.
Llegaron a la puerta de la iglesia donde el joven sacerdote los esperaba.
-Buenos días, ustedes dos deben ser Isabella y Edward. Es un placer conocerlos.
-El placer es nuestro- Dijo Edward.
-Yo soy el padre Seth Clearwater. Se por todo lo que habéis pasado y por ello estoy dispuesto a ayudaros. Si dos jóvenes se aman hay que ayudarles a ser felices.
-Es usted muy amable- Dijo en un susurro Bella.
Todos entraron a la iglesia, fueron frente al altar y allí Bella y Edward pronunciaron sus votos, teniendo como testigos a Alice y Jasper.
Después de la ceremonia, Jasper los llevó a desayunar a Alice dijo que debía ir por una cosa, que volvía enseguida.
-Bella, no tienes buena cara- Dijo Jasper preocupado por el aspecto de Bella.
-Es que me siento muy extraña. Me siento alegre y triste a la vez.
-No lo pienses ahora, cariño- Edward la abrazó.
-¡Chicos!- Los llamó Alice entrando en la cafetería con una sonrisa- Venid aquí- Todos salieron de la cafetería siguiendo a Alice- Esto es para vosotros.
Edward y Bella se quedaron de piedra mirando el precioso Volvo plateado que tenían delante. En la ventana había un cartel pegado que ponía “FELICIDADES PAREJITA”.
-Será una broma- Dijo Bella sonriendo mirando a Alice, pero esta negaba con una sonrisa- ¿Nos estáis regalando un coche?
-También es de parte de Emmet y Rosalie- Añadió Jasper- Y dentro tenéis ropa nueva, dinero y las reservas del hotel para esta noche. Id y despejaros un poco, os hace falta a los dos después de tanta movida.
Edward y Bella se despidieron de sus amigos y se marcharon en su coche nuevo, los dos sabían que eran muy afortunados de tenerlos.
-Edward, ¿te molestaría que llamara a mi casa para contarle a mi madre lo de la boda?
-No, claro que no. Espera que paremos y así llamo yo a Emmet y a mi madre también- Edward le dijo con una sonrisa y ella se la correspondió.
Pararon y Edward llamó a Emmet primero. Este se emocionó muchísimo y le pasó a su madre, que al igual que Emmet, se sintió completamente feliz, Carlisle no estaba en casa así que Edward no supo como se lo tomaría cuando se lo contaran.
Después, Bella marcó el número de su casa.
--^^--^^--^^--
El sonido del teléfono sonando despertó a Charlie, Reneé no estaba y Charlie estaba convencido de que Bella lo odiaba demasiado en esos momentos para salir de la habitación. Se levantó y bajó las escaleras, cogió el teléfono y se pegó el auricular al oído.
-Mamá, soy yo Bella.
-¿Bella? ¡¿Se puede saber donde estás?! ¡Se supone que estabas en tu habitación!
-¡Charlie!
-¡A mi me dices papá! ¡Y ya estás volviendo a casa enseguida!
-¡No! Esa ya no es mi casa.
-Bella, se que estás enfadada conmigo, pero es lo mejor para todos que te apartes de los Cullen.
-Papá, desde esta mañana soy Isabella Mary Cullen.
-¡¿QUÉ?!- Charlie estaba furioso- ¿¡DE QUE COÑO VAS!?
-Papá, cálmate. Alégrate por mi, soy feliz con Edward.
-¡No me nombres al impresentable ese! ¡Quiero que estés aquí dentro de cinco minutos!
-¡No voy a ir! Ahora, Edward y yo vamos en el mismo paquete. Si me quieres a mi lo aceptas a él.
-Entonces desde este momento he dejado de tener una hija- Y colgó el teléfono.
Charlie sintió como se le encogía el corazón por el dolor, pero no podía perdonar a la familia Cullen, no podía perdonar la traición de Carlisle. Odiaba a esa familia desde poco después del nacimiento de Bella y ahora los odiaba más porque se habían llevado a la única alegría que le quedaba.
La actitud de Reneé no ayudó a hacer que se sintiera mejor, cuando le contó la conversación telefónica, en lugar de apoyo como había esperado de su parte, encontró desprecio y gritos de angustia.
--^^--^^--^^--
Edward y Bella iban en el coche que les habían comprado Alice, Jasper, Rosalie y Emmet como regalo de su boda secreta, hacía dos días que se habían escapado de casa y uno de que se habían casado, Bella estaba un poco deprimida por la situación y Edward no soportaba verla así. Pararon en un hotel de tres estrellas, y pasaron la noche.
A la mañana siguiente, cuando Bella despertó, eran las 12 de la mañana y Edward acababa de entrar por la puerta.
-Bella, mi vida, tengo buenas noticias.
-¿Si?- Dijo ella con voz adormilada- ¿Qué noticias?
-Tenemos casa- La cara de Bella se iluminó- Emmet ha hablado con un socio suyo y nos alquila una pequeña casita en Seatle, podemos ir ahora mismo. Estaremos cerca de Forks.
-Es genial Edward- Bella le sonrió pero a la vez lloraba.
-Cariño, no llores, al final tu padre lo aceptará. Ahora intentemos ver el lado positivo de esto, tu madre podrá venir a vernos cuando estemos en vacaciones, y durante el curso Alice se mudará con Jasper y tú y yo iremos a tu apartamento. Ahora solo nos falta buscar trabajo.
-Edward, siento estar así. No quiero estropear esto. Desde que hablé con mi padre he estado muy deprimida.
-Anoche no estabas tan deprimida.
Bella se sonrojó al recordar la noche anterior.
“Edward le abrió la puerta del copiloto y la ayudó a salir, la tomó de la mano mientras con la otra llevaba las bolsas de ropa que les habían preparado Alice y Jasper. Se adentraron en el hotel y el conserje les dio la llave de la Suit más lujosa que tenían. Eric, el botones, cogió las bolsas de ropa y las llevó mientras los guiaba a su habitación.
Entraron en ella y vieron una habitación enorme, con una cama que parecía confortable y cómoda. Delante de la cama una televisión de plasma y un poco más a la derecha una terraza con mesa y sillas. Al lado de la puerta de entrada estaba el baño, con una bañera en la que cabían los dos juntos y a sus anchas. Eric dejó las bolsas y se marchó dejando a los recién casados a solas.
Edward llevó a Bella hasta la cama y le hizo sentarse.
-Bella, cariño, se que esto es difícil, para mi también lo es.
-Lo se, lo siento Edward- Bella intentaba no llorar pero no lo conseguía- No puedo creer lo que ha dicho mi padre- Edward hizo que callara con un beso.
Bella devolvió el beso que de tierno pasó a ser apasionado, y de apasionado pasó a ardiente y lascivo. Las manos de Edward buscaban los botones de la blusa de Bella mientras que ella recorría la espalda de Edward con las suyas. Edward quitó la camisa de Bella con urgencia y ella no se quedó atrás, necesitaba sentir la piel de Edward.
Edward quitó el sujetador de Bella y se quedó contemplando su torso desnudo, Bella sintió vergüenza e intentó taparse, pero los brazos de Edward se lo impidieron.
-No te tapes, eres preciosa.
Edward le dio un leve beso en los labios, después otro en la barbilla, descendió con otro por su cuello y rozando su piel con los labios llegó al principio de sus senos. Fue subiendo lentamente con el roce de sus labios hasta que llegó al pezón, entonces lo besó delicadamente. Al hacerlo escuchó lo que para él era música, un pequeño gemido procedente de los labios de Bella, eso lo excitó y volvió a besarlo, ahora con más ansias, y Bella volvió a gemir. Eso fue la chispa que encendió a Edward, automáticamente, la otra mano fue hasta el seno que estaba libre y mientras succionaba uno con la boca, con la mano masajeaba el otro. Bella permanecía con los ojos cerrados, sentada en el borde de la cama, aferrándose a las sábanas cada vez que Edward le daba un mordisco pequeño.
De pronto, Edward abandonó sus pechos y fue subiendo hasta su boca, tomó el trasero de Bella y la levantó, haciendo que ella enrollara sus piernas alrededor de su cintura. Edward caminó hasta el baño sin abandonar los labios de Bella. Encendió la luz y dejó a Bella sentada en el lavabo. Abrió la bañera y se giró de nuevo hacia Bella.
-¿Qué te parece un baño los dos juntos?- Dijo él acercándose poco a poco.
-Me parece estupendo- Ella tiró de sus brazos y lo atrajo violentamente hacia ella- Pero antes quiero seguir jugando un poco.
Edward sonrió, le gustaba ver a Bella así de excitada. Volvió a besar los labios de Bella abrazándola, pero se estremeció al notar como las manos de Bella bajaban por su abdomen buscando la hebilla de su cinturón. Esta quitó el cinturón de Edward y rozó el miembro de Edward por encima del pantalón haciendo que este soltara un pequeño grito de placer. Eso provocó que Edward se lanzara por el cuello de Bella mientras sus manos volvían a sus pechos. Bella, mientras tanto, desabrochó el pantalón de Edward, que cayó al suelo y Edward, muy ágilmente lo apartó. Entonces Bella jugueteó con el miembro de Edward sobre la ropa interior, Edward respondía a esas caricias dando pequeñas mordidas al cuello de Bella.
-A ese juego también se jugar yo- Edward empezó a bajar sus manos hacia el cierre de la falda de Bella, cuando acabó con él, levantó a Bella con un brazo mientras que con el otro le quitaba la falda.
Hay fue cuando perdió la poca cordura que le quedaba, Bella llevaba puesto un tanga de encaje azul celeste que había hecho que se volviera totalmente loco de pasión. Con los dientes cogió la goma del tanga y la fue bajando lentamente hasta sacarlo por los pies. Bella volvió a intentar taparse, pero Edward se lo volvió a impedir.
-No sientas vergüenza, a mi me encanta- Dijo Edward mientras miraba el cuerpo sonrojado de Bella, era tan inocente, todos los movimientos que hacía eran delicados y tímidos- Bella, me vuelves loco.
Edward fue hasta ella otra vez, besó sus labios, con una mano acarició su espalda bajando hasta el culo y con la otra recorrió su vientre hasta llegar a la zona más sensible de Bella. La acarició con dulzura por la parte superficial, viendo como Bella sonreía al notar ese contacto. Entonces separó los labios superiores de la intimidad de Bella y acarició de la misma manera el clítoris de Bella, esta vez, la sonrisa de Bella se convirtió en una cara de placer. Edward apretó más y Bella gimió.
-No es justo- Dijo con dificultad Bella.
-¿El qué no es justo mi amor?
-Tú estás acariciándome y dándome placer, pero yo quiero hacer lo mismo.
Edward entendió la petición de Bella y se quitó su ropa interior dejando a la vista el miembro bien dotado de Edward.
Este volvió a hacer lo mismo de antes, volvió a acariciar el clítoris de Bella y esta, como respuesta cogió el miembro de Edward y lo apretó mientras subía su mano y la bajaba.
Eso provocó en los dos un grito de placer, Edward metió un dedo en la intimidad de Bella haciendo que esta se estremeciera, empezó a moverlo dentro de ella y ella se mordía el labio de placer. Bella no se quedaba atrás, movía frenéticamente su mano sobre el miembro de Edward haciendo que se pusiera más duro.
Edward sacó el dedo de Bella y la tomó del trasero, alzándola, ella volvió a enroscar sus piernas en la cintura de Edward, debido a la proximidad, sus genitales se tocaron haciendo que los dos sintieran una corriente eléctrica. Edward fue a la bañera y entró aun sosteniendo a Bella. La bajó y se sentó con la piernas estiradas y boca arriba.
-Bella, siéntate a mi lado.
-No- Dijo ella muy decidida- Mejor aquí- Se sentó encima de Edward, con las rodillas flexionadas y de cara a él- Aquí mucho mejor.
Bella tomó el miembro de Edward y se lo puso en la entrada de su intimidad, pero no lo metió. Teniéndolo así, empezó a moverse haciendo que se rozaran.
-Bella.... Aaaahhh... Me gusta esto....- Bella continuó, pero Edward acompañó los movimientos de Bella introduciendo otro dedo en ella. Cada movimiento de Bella hacia que el dedo entrara y saliera provocándole una excitación como nunca antes la había sentido.
-Edward... Quiero que... Me hagas tuya...- Edward sonrió pero aun no sacó su dedo- Ahora...- Bella apartó la mano de Edward y se colocó sobre Edward y empezó a bajar haciendo que su miembro erecto entrara en ella. Fue lentamente y Edward notó una pequeña barrera que le impedía hacerla totalmente suya, pero se sorprendió al ver que no era él quien forzaba la barrera, Bella se abrazó a su cuello y forzó ese movimiento que hizo que la barrera desapareciera a la vez que soltaba un grito.
Antes de que Edward pudiera decirle nada ella empezó a moverse sobre él, al principio lentamente, pero el movimiento fue aumentando. Bella seguía abrazada a Edward, soltando gemidos y gritos que llevaban su nombre sobre la oreja de él. Edward tomó las nalgas de Bella y la ayudó a moverse más rápido, metidos en ese baile desenfrenado los dos llegaron al climax con un fuerte grito.
Después, Edward levantó a Bella entre sus brazos, aun sin salir de ella, la llevó hasta la cama y se tumbaron, esta vez quedando él sobre ella. Edward necesitaba más, y Bella no se negaba a dárselo.
Volvieron a hacerlo, esta vez más seguros de ellos mismos, demostrándose el amor que sentían el uno por el otro.”
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
ejem..... el fin estuvo emmm..... creo q fue una interesante primera vez de bella, fue muy.... entretenida
jeje sigue publicando palmi q quiero saber xq tanto royo entre carslisle y charlie
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
Capitulo 09- Reconciliaciones y rechazos
Era el día de Navidad y Edward estaba arreglando la casa antes de que llegaran los demás. Habían invitado a Alice, Jasper, Rosalie y Emmet a comer por lo que Bella estaba encerrada en la cocina preparando la comida.
-Huele de maravilla- Dijo Edward entrando en la cocina- ¿Qué es?
-No te lo voy a decir- Dijo ella juguetona- Estoy nerviosa.
-¿Por que?
-No lo se, después de todo lo que ha pasado, se me hace raro tener un día feliz con todos.
-Si, tienes razón- Edward la abrazó y la miró a los ojos- Por cierto, estoy muy orgulloso de ti. Gracias por intentar no deprimirte.
-Se que sufres cuando estoy deprimida y eso es lo último que quiero. Tú eres el que me da fuerzas para superarlo.
Llamaron a la puerta interrumpiendo ese momento tan emotivo para los dos, Bella mando a Edward a abrir la puerta mientras ella continuaba con la comida. Volvieron a llamar y cuando Edward abrió unos brazos enormes lo aprisionaron.
-Emmet, yo también me alegro de verte, pero intenta no dejar viuda tan pronto a Bella...- Dijo mientras su piel cambiaba de tono a uno azulado.
-¿Qué?- Dijo este sin entenderlo.
-¡Qué lo sueltes! Lo estás ahogando- Dijo Rosalie dándole una colleja en la nuca.
-Ah, lo siento hermanito- Emmet soltó a Edward de su agarre y le dio un abrazo normal- Feliz Navidad.
-Feliz Navidad a ti también- Dijo devolviéndole el abrazo.
Edward saludó a todos y los hizo pasar al salón, después fue a buscar a Bella.
-Ven a saludar a los demás.
-Espera, estoy haciendo la comida- Pero Edward ya le había tapado los ojos- ¿Para que me tapas los ojos? ¿No iba a saludar a los chicos?
-Si, pero es que además tengo una sorpresa- Dijo conduciéndola hasta el salón- ¿Lista?- Bella asintió y Edward le destapó los ojos- ¡Sorpresa!
-¡AAAAAHHHH!- Chilló Bella al ver a su madre delante de ella- ¡Mamá!- Corrió hasta sus brazos.
-Bella, cuanto me alegro de verte.
-¿Pero que haces aquí?- Dijo ella aun sorprendida.
-Edward me pidió que contactara con ella para que viniera- Dijo Alice.
-Y hablando de contactar, acabo de conectarlo todo para el regalo que tiene Bella para Edward.
Todos se giraron hacia la tele y vieron a una mujer con cara en forma de corazón, con el pelo color caramelo y un aspecto maternal.
-¡Mamá!- Gritó Edward.
-Hola cariño, me alegro de verte. Aunque sea por una pantalla.
-¿Esme?- Dijo Reneé acercándose un poco a la pantalla- Dios mío, no puedo creerme que seas tú.
-¡Reneé! ¡Me alegro de verte!
Mientras ellas comentaban cosas y los chicos se divertían viéndolas tan emocionadas, Edward y Bella se abrazaban dándose las gracias por los regalos de Navidad, sus madres era lo que más necesitaban ese día.
Después de estar un rato hablando con Esme, de que esta se alegrara muchísimo de conocer formalmente a Bella como su nuera y de prometerles que en cuanto pudiera iría a verlos, tuvieron que desconectar el video.
Bella terminó de hacer la comida con ayuda de su madre y todos se sentaron a comer. Habían preparado una sopa cubierta y pavo relleno, tradición de la familia de Bella para el día de Navidad.
Cuando el día acabó y todos se marcharon a casa, Bella subió a darse una ducha, le encantaba estar con todos pero debido a su estado de ánimo acababa agotada.
Cuando salió con su camisón puesto y entró en su habitación, encontró toda la cama llena de regalos y a Edward de pie junto a esta.
-No he sido yo, acabo de entrar y me lo he encontrado- Dijo Edward viendo la cara de reproche que le ponía Bella.
-Pues yo tampoco he sido.
Los dos se miraron y en seguida lo entendieron.
-¡Alice!
Bella se acercó a la cama y tomó la mano de Edward, este le sonrió y ambos empezaron a abrir los regalos. Al hacerlo vieron que no eran solo de Alice, los demás, incluidas sus madres, habían participado también.
De parte de Reneé tuvieron un viaje a un balneario antes de que empezaran las clases de nuevo. Esme les había enviado todas las fotos de Edward desde que era pequeño hasta antes de irse a la universidad. Emmet les había regalado un libro a cada uno, a Bella “Como ser buena esposa y no morir en el intento” y a Edward “El kamasutra”.
-¡Voy a matar a Emmet!- Dijeron los dos a la vez.
Jasper y Rosalie les habían regalado la primera cosa práctica entre todos eso regalos, un juego de toallas y sábanas para la casa. Y Alice les hizo un regalo a cada uno y otro para los dos. A Edward le regaló una chaqueta de diario azul marina y a Bella un vestido lila también de diario.
-Nos ha dejado un regalo para los dos- Dijo Edward, acercándoselo a Bella- Ábrelo, a ver que es.
-¡No puede ser!- Exclamó Bella al ver el regalo- ¡Nos ha regalado un pijamita de bebé!- Su cara de asombro era para retratar, pero la de Edward no se quedaba atrás.
-Mira... Viene con una nota- Dijo Edward al reaccionar. Cogió la etiqueta y la leyó- Queridos Edward y Bella, se que os habrá sorprendido el regalo, pero dentro de unos meses os hará falta. Ya veréis como tengo razón, a si que Edward, no vayas muy deprisa en el coche si no quieres que Bella lo manche al vomitar. Con mucho cariño. Alice.
Los dos se miraron con cara asustada, y volvieron a mirar la nota, estuvieron así unos minutos hasta que los dos empezaron a reírse a carcajadas.
Cuando se les pasó la risa, Edward fue a cambiarse y se tumbó abrazando a Bella por la espalda en la cama.
-Edward, ¿estás despierto?
-Si, ¿te pasa algo?
-No puedo dormir- Dijo girándose a mirarlo.
-Yo tampoco. ¿Estás pensando en la nota de Alice?- Bella asintió- ¿Crees que estás...?
-No lo se. Apenas hace una semana que nos casamos- Los dos se quedaron en silencio- Nunca hemos hablado de cuando querríamos tener hijos.
-Lo se, pero tampoco hemos hecho nada por evitarlo, ¿tú no quieres quedarte embarazada?- Edward la miró algo preocupado.
-No es eso. Claro que quiero, pero creo que es un poco pronto para empezar.
-Entonces, si Alice tiene razón, ¿no querrías ese bebé?
-¡No! No estoy diciendo eso, claro que lo querré si llega, pero si no es así preferiría esperar.
-Bueno, el tiempo dirá. Para que estés más tranquila, si quieres a partir de ahora utilizaremos protección por si acaso. Si ya estás embarazada no hay nada que hacer, y si no lo estás pues prevenimos hasta que estés preparada.
Bella le dio un beso tierno y corto en los labios como signo de agradecimiento, después le sonrió y se acurrucó contra su pecho cerrando los ojos. Edward la apretó un poco contra él y también cerró los ojos, quedándose los dos dormidos por fin.
--^^--^^--^^--
Llegó el día de empezar las clases de nuevo, Edward y Bella fueron al apartamento que ahora compartían, Alice ya se había llevado todo así que era totalmente suyo. Edward ya había encontrado trabajo, tendría que estudiar música a distancia porque no podía asistir a la universidad por la tarde. Trabajaba de dependiente en una tienda de muebles.
Bella seguía buscando trabajo, pero no conseguía nada, y decepcionada por ello se fue a su primera clase de la mañana, expresión escrita.
-Buenos días, hoy quiero que escribáis lo que sentís con respecto a la sociedad, pero no quiero una redacción cualquiera, quiero que le escribáis al presidente de los Estados Unidos explicándole que es lo que sentís al ver la sociedad actual. Tenéis media hora, después las expondréis aquí.
Bella se puso a escribir, y terminó unos minutos antes de finalizar el tiempo.
Fueron saliendo uno a uno hasta que le toco el turno a Bella.
-Adelante señorita.
-Estimado Señor presidente,
Salga a dar una vuelta conmigo. Hagamos como que usted y yo somos solo dos personas normales y usted no es mejor que yo.
Me gustaría hacerle algunas preguntas, si es que podemos hablar honestamente.
¿Como se siente cuando ve a los indigentes en las calles? ¿Por quien reza en las noches antes de dormir? ¿Que siente cuando se mira en el espejo? ¿Se siente orgulloso?
¿Como logra dormir mientras el resto de nosotros llora? ¿Como logra soñar sabiendo que una madre no tuvo la oportunidad de despedirse? ¿Como camina con la frente en alto? ¿Es capaz, siquiera, de mirarme a los ojos y decirme porque?
Querido señor presidente, ¿fue usted un niño solitario? ¿Es usted un niño solitario?
¿Como puede decir que ningún niño es dejado de lado? No somos tontos y no estamos ciegos, están parados en sus celdas mientras usted pavimenta el camino al infierno.
¿Qué clase de padre le quitaría los derechos a su propia hija? ¿Qué clase de padre odiaría a su propia hija si ella fuera homosexual?
Solo puedo imaginarme lo que la primera dama tiene que decir... “Has avanzado tanto desde tu época de Wisky y cocaína”
Déjeme contarle sobre trabajar duro, con el sueldo mínimo y un bebé en camino. Déjeme contarle más del trabajo duro, reconstruir tu propia casa después de haber sido arrasada por una bomba.
Y aun le diré más de trabajar duro, hacer una cama de una caja de cartón.
¡Usted no tiene ni idea de lo que es trabajar duro!
Querido señor presidente, usted nunca saldrá a dar un paseo conmigo.
Todos se quedaron pasmados ante la carta que Bella le dirigía al presidente, hasta la profesora se quedó con la boca abierta.
-Eres Isabella Swan, ¿verdad?- Dijo la profesora al acabar la clase, acercándose a ella.
-Ahora soy Cullen.
-¿Se ha casado?- Ella asintió- Vaya, que joven, pero enhorabuena. Bueno Isabella.
-Solo Bella.
-Claro- La profesora sonrió- Bueno Bella, me has dejado muy impresionada con tu carta, escribes de maravilla. Estoy buscando alguien para trabajar en un periódico como redactora y tras la demostración de hoy, creo que tú podrías ser la indicada, si te interesa claro.
-¿Lo dice enserio?
-Muy enserio, el periódico es de mi marido y nos hace falta gente con ganas de escribir.
-Pues claro que me interesa.
-Genial. Mañana vendré con mi marido, el te lo explicará todo.
Bella estuvo el resto de la mañana extasiada por la noticia, estaba tan entusiasmada que cuando llegó la hora de comer salió disparada hacia la cafetería de medicina. Buscó a Edward entre la gente y lo encontró sentándose en una mesa con dos bandejas, Bella corrió hasta él y se tiró a sus brazos.
-Eh, yo también te he echado de menos cariño- Dijo él divertido.
-Edward, tengo trabajo.
-¿En serio?- Dijo él mirándola fijamente- Eso es estupendo- Edward la abrazó- ¿De que vas a trabajar?
-De redactora en un pequeño periódico. Hoy en clase de Expresión escrita hemos hecho una carta al presidente diciéndole lo que pensamos y la mía le ha gustado tanto que me ha ofrecido el trabajo. Mira, leela- Bella sacó su carta y se la mostró a Edward.
-¿Esto lo has escrito tú?- Edward estaba impresionado por todo lo que transmitía la carta. Bella asintió- No me extraña que te haya ofrecido el trabajo, es una pasada.
A los pocos minutos llegaron Alice, Jasper, Rosalie y Emmet para comer con ellos y allí les dieron la buena noticia.
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Re: Destinados a estar juntos (Completa)
--^^--^^--^^--
Un mes después, Bella estaba de compras con Alice y Rosalie, aunque no le gustaban las compras, hacía tiempo que no salía con ellas, por eso aprovechando que era sábado y que Edward libraba por la tarde, decidió salir un rato esa mañana con ellas.
-Vamos Bella, tienes que probarte ese vestido- Dijo Alice señalando el vestido azul del escaparate.
-No Alice, estoy cansada y además no me hace falta.
-Déjala Alice, ya se ha probado cinco vestidos y se ha comprado dos porque tú te has empeñado.
-Gracias Rose.
-Vale- Dijo haciendo un puchero- Pues vayamos a comer algo.
Las tres fueron a un McDonals, Alice se pidió un BigMc, Rosalie una ensalada ranchera y Bella un McPollo. Mientras comían conversaban animadamente, pero Bella se levantó de golpe y corrió al baño. Alice y Rosalie corrieron tras ella y al entrar la encontraton vomitando en la taza del váter. Cuando terminó, Alice le ayudó a levantarse y Rosalie le mojó la cara, la sacaron del baño y la sentaron en su asiento.
-Estás muy pálida- Dijo Rosalie- Creo que será mejor que te llevemos a casa.
-Yo creo que se lo que le pasa- Dijo Alice con voz cantarina- ¿Y tú Bella?
-No estoy seguro- Dijo con un hilo de voz.
-Solo hay una forma de asegurarse- Dijo mirando a Rosalie que no entendía nada- Vamos a una farmacia a comprar un test de embarazo.
Rosalie abrió la boca asombrada, no dijo nada, simplemente tomó a Bella de un brazo y ayudo a Alice a llevarla hasta el coche, Alice pasó por una farmacia antes de llegar al apartamento de Bella y compró el test. Una vez ya en el apartamento, Bella se encerró en el baño. Las chicas escucharon como volvía a vomitar pero no quisieron agobiarla por lo que no llamaron a la puerta. A los cinco minutos salió Bella con la cara blanquísima y con el test en la mano, Alice cogió el test y lo comprobó mientras Rosalie ayudaba a Bella a tumbarse en el sofá y le daba un vaso de agua.
-¡Lo sabía!- Gritó Alice acercándose a Bella- Es positivo. Enhorabuena Bella.
Bella solo escondió el rostro en el sofá, no sentía fuerzas ni para responder. Alice dejó el test en la mesa y fue a abrazar a su amiga, Rosalie se sumó al abrazo.
-Que escena más bonita- Dijo Edward entrando con una sonrisa, pero esta se le fue cuando vio la cara de Bella blanca- ¿Qué le pasa?- Dijo hiendo hasta el sofá.
-Creo que eso tiene que decírtelo ella a solas. Nosotras nos vamos- Dijo Alice sonriente.
-Si, hablaremos luego.
Las dos salieron del apartamento dejando solo al matrimonio.
-Bella, ¿qué tienes? Estás muy pálida- Bella señaló la mesa- ¿Quieres que mire eso?- Ella asintió levemente.
Edward se levantó y fue a la mesa, cogió lo que había sin saber que era y cuando se fijó vio al lado la caja del test. Miró a Bella y luego volvió al test, comprobó el resultado en la caja y se dibujó una sonrisa en su cara, dejó el test en la mesa y fue hasta donde estaba Bella.
-Bella- La abrazó delicadamente intentado no moverla demasiado- Es genial. Vamos a ser padres.
-Si- Dijo ella devolviéndole el abrazo- Es maravilloso.
Al poco rato recibieron la llamada de Emmet y Jasper felicitándolos por la noticia y eso a Bella la animó. Todos sus amigos se alegraban por ellos y eso la hacía feliz.
Edward decidió llamar a su madre para contárselo en un momento en que Bella se había dormido, no quería que se enterara de la posible reacción de su padre si estaba por ahí.
-Hola mamá.
-Hola Edward, me alegro de que llames. Ya pensaba que te habías olvidado de mi.
-Eso nunca, jamás podría, te quiero demasiado.
-Gracias.
-Mamá, tengo una gran noticia que darte.
-¿De que se trata?
-¡Bella está embarazada!
-¿Tan pronto?
-Si, mamá no es que lo hayamos buscado pero tampoco lo hemos impedido.
-¡Dios mío! ¡Voy a ser abuela!- Empezó a chillar Esme por teléfono, pero de pronto calló- Edward, tu padre quiere ponerse.
-Que se ponga- Dijo Edward secamente.
-Hola Edward, me alegro de poder escucharte.
-Ya, claro. Dime que quieres.
-He escuchado como tu madre gritaba que iba a ser abuela y quería escucharlo por mi mismo.
-Es verdad, Bella está embarazada.
-Espero que seas consciente de lo que eso significa y que seas responsable...
-Te aseguro que se lo que significa- Edward le cortó.
-Hijo, me gustaría conocer a tu mujer. He sido injusto con vosotros. No debo juzgarla por los problemas que yo tenga con su padre. Me he comportado como un autentico imbécil.
-Creo que es la primera cosa en la que estamos de acuerdo desde hace meses.
-¿Puedo ir a visitaros? De verdad quiero conocerla, necesito comprobar que eres feliz para aceptarla. Solo te pido eso.
-Papá, es lo que he esperado desde que discutimos aquel día. Venir cuando queráis, os estaremos esperando.
-Mañana mismo nos tienes allí. Hasta mañana hijo.
-Hasta mañana papá.
Edward le contó a Bella la conversación con su padre, se notaba que él estaba contento. Por desgracia, Charlie no se lo tomó bien. Reneé dijo que iría a visitarla en cuanto pudiera aunque su padre se negara a ello.
Al día siguiente, Bella y Edward estaban sentados en el salón esperando la llegada de Carlisle y Esme, Bella estaba muy nerviosa, quería caerles bien y tenía un mal presentimiento.
Llamaron a la puerta y fue Edward el que abrió, delante de él estaban sus padres. Esme le abrazó y Edward le devolvió el abrazo, necesitaba muchísimo a su madre. Carlisle no se atrevió a darle un abrazo y solo le alargó la mano, Edward tomó su mano y tiró de él para abrazarlo como nunca recordaba haberlo abrazado.
Los invitó a pasar y los llevó al salón.
-Bella, esta es mi madre- Dijo señalando a Esme, esta se acercó al sofá y la abrazó.
-Eres preciosa. Me alegro de conocerte en persona.
-Es muy amable- Dijo sonrojándose.
-No me hables de usted, somos familia. Solo Esme.
-Y este es mi padre.
-Hola Bella- Dijo acercándose a ella.
-Ho... Hola señor Cullen- Empezó a tartamudear, estaba muy nerviosa.
-Ja, ja, ja. Cálmate, no voy a morderte. ¿Puedo darte un abrazo?
-Claro- Dijo ella dedicándole una sonrisa. Y ambos se abrazaron.
-Siento lo mal que os lo he hecho pasar. No tengo perdón, y siento que por ello hayáis tenido que hacerlo todo a escondidas. Espero que algún día lleguéis a perdonarme. Bella me alegro muchísimo de que pertenezcas a nuestra familia.
Edward iba a sentarse junto a Bella pero llamaron a la puerta, cuando abrió se quedó helado, ante él estaba Reneé con Charlie a su lado mirándole con cara de odio.
-Hola Edward, ¿podemos pasar?
-Si... Claro- Edward presentía que las cosas no iban a acabar bien.
Fueron al salón y al ver allí a Carlisle, Charlie se puso furioso.
-¡No es suficiente con venir aquí, encima te tengo que encontrar a ti!
-¡Papá!- Dijo Bella levantándose del sofá mirándolo con cara de enfado.
-¡No vuelvas a llamarme así! ¡Te dije que dejabas de ser mi hija! ¡Solo he venido porque tu madre me ha obligado! ¡Ahora me voy!- Charlie salió de allí sin decir nada y pegando un portazo.
Bella sintió un dolor punzante en el corazón por el rechazo de su padre y de pronto todo se volvió negro para ella.
Un mes después, Bella estaba de compras con Alice y Rosalie, aunque no le gustaban las compras, hacía tiempo que no salía con ellas, por eso aprovechando que era sábado y que Edward libraba por la tarde, decidió salir un rato esa mañana con ellas.
-Vamos Bella, tienes que probarte ese vestido- Dijo Alice señalando el vestido azul del escaparate.
-No Alice, estoy cansada y además no me hace falta.
-Déjala Alice, ya se ha probado cinco vestidos y se ha comprado dos porque tú te has empeñado.
-Gracias Rose.
-Vale- Dijo haciendo un puchero- Pues vayamos a comer algo.
Las tres fueron a un McDonals, Alice se pidió un BigMc, Rosalie una ensalada ranchera y Bella un McPollo. Mientras comían conversaban animadamente, pero Bella se levantó de golpe y corrió al baño. Alice y Rosalie corrieron tras ella y al entrar la encontraton vomitando en la taza del váter. Cuando terminó, Alice le ayudó a levantarse y Rosalie le mojó la cara, la sacaron del baño y la sentaron en su asiento.
-Estás muy pálida- Dijo Rosalie- Creo que será mejor que te llevemos a casa.
-Yo creo que se lo que le pasa- Dijo Alice con voz cantarina- ¿Y tú Bella?
-No estoy seguro- Dijo con un hilo de voz.
-Solo hay una forma de asegurarse- Dijo mirando a Rosalie que no entendía nada- Vamos a una farmacia a comprar un test de embarazo.
Rosalie abrió la boca asombrada, no dijo nada, simplemente tomó a Bella de un brazo y ayudo a Alice a llevarla hasta el coche, Alice pasó por una farmacia antes de llegar al apartamento de Bella y compró el test. Una vez ya en el apartamento, Bella se encerró en el baño. Las chicas escucharon como volvía a vomitar pero no quisieron agobiarla por lo que no llamaron a la puerta. A los cinco minutos salió Bella con la cara blanquísima y con el test en la mano, Alice cogió el test y lo comprobó mientras Rosalie ayudaba a Bella a tumbarse en el sofá y le daba un vaso de agua.
-¡Lo sabía!- Gritó Alice acercándose a Bella- Es positivo. Enhorabuena Bella.
Bella solo escondió el rostro en el sofá, no sentía fuerzas ni para responder. Alice dejó el test en la mesa y fue a abrazar a su amiga, Rosalie se sumó al abrazo.
-Que escena más bonita- Dijo Edward entrando con una sonrisa, pero esta se le fue cuando vio la cara de Bella blanca- ¿Qué le pasa?- Dijo hiendo hasta el sofá.
-Creo que eso tiene que decírtelo ella a solas. Nosotras nos vamos- Dijo Alice sonriente.
-Si, hablaremos luego.
Las dos salieron del apartamento dejando solo al matrimonio.
-Bella, ¿qué tienes? Estás muy pálida- Bella señaló la mesa- ¿Quieres que mire eso?- Ella asintió levemente.
Edward se levantó y fue a la mesa, cogió lo que había sin saber que era y cuando se fijó vio al lado la caja del test. Miró a Bella y luego volvió al test, comprobó el resultado en la caja y se dibujó una sonrisa en su cara, dejó el test en la mesa y fue hasta donde estaba Bella.
-Bella- La abrazó delicadamente intentado no moverla demasiado- Es genial. Vamos a ser padres.
-Si- Dijo ella devolviéndole el abrazo- Es maravilloso.
Al poco rato recibieron la llamada de Emmet y Jasper felicitándolos por la noticia y eso a Bella la animó. Todos sus amigos se alegraban por ellos y eso la hacía feliz.
Edward decidió llamar a su madre para contárselo en un momento en que Bella se había dormido, no quería que se enterara de la posible reacción de su padre si estaba por ahí.
-Hola mamá.
-Hola Edward, me alegro de que llames. Ya pensaba que te habías olvidado de mi.
-Eso nunca, jamás podría, te quiero demasiado.
-Gracias.
-Mamá, tengo una gran noticia que darte.
-¿De que se trata?
-¡Bella está embarazada!
-¿Tan pronto?
-Si, mamá no es que lo hayamos buscado pero tampoco lo hemos impedido.
-¡Dios mío! ¡Voy a ser abuela!- Empezó a chillar Esme por teléfono, pero de pronto calló- Edward, tu padre quiere ponerse.
-Que se ponga- Dijo Edward secamente.
-Hola Edward, me alegro de poder escucharte.
-Ya, claro. Dime que quieres.
-He escuchado como tu madre gritaba que iba a ser abuela y quería escucharlo por mi mismo.
-Es verdad, Bella está embarazada.
-Espero que seas consciente de lo que eso significa y que seas responsable...
-Te aseguro que se lo que significa- Edward le cortó.
-Hijo, me gustaría conocer a tu mujer. He sido injusto con vosotros. No debo juzgarla por los problemas que yo tenga con su padre. Me he comportado como un autentico imbécil.
-Creo que es la primera cosa en la que estamos de acuerdo desde hace meses.
-¿Puedo ir a visitaros? De verdad quiero conocerla, necesito comprobar que eres feliz para aceptarla. Solo te pido eso.
-Papá, es lo que he esperado desde que discutimos aquel día. Venir cuando queráis, os estaremos esperando.
-Mañana mismo nos tienes allí. Hasta mañana hijo.
-Hasta mañana papá.
Edward le contó a Bella la conversación con su padre, se notaba que él estaba contento. Por desgracia, Charlie no se lo tomó bien. Reneé dijo que iría a visitarla en cuanto pudiera aunque su padre se negara a ello.
Al día siguiente, Bella y Edward estaban sentados en el salón esperando la llegada de Carlisle y Esme, Bella estaba muy nerviosa, quería caerles bien y tenía un mal presentimiento.
Llamaron a la puerta y fue Edward el que abrió, delante de él estaban sus padres. Esme le abrazó y Edward le devolvió el abrazo, necesitaba muchísimo a su madre. Carlisle no se atrevió a darle un abrazo y solo le alargó la mano, Edward tomó su mano y tiró de él para abrazarlo como nunca recordaba haberlo abrazado.
Los invitó a pasar y los llevó al salón.
-Bella, esta es mi madre- Dijo señalando a Esme, esta se acercó al sofá y la abrazó.
-Eres preciosa. Me alegro de conocerte en persona.
-Es muy amable- Dijo sonrojándose.
-No me hables de usted, somos familia. Solo Esme.
-Y este es mi padre.
-Hola Bella- Dijo acercándose a ella.
-Ho... Hola señor Cullen- Empezó a tartamudear, estaba muy nerviosa.
-Ja, ja, ja. Cálmate, no voy a morderte. ¿Puedo darte un abrazo?
-Claro- Dijo ella dedicándole una sonrisa. Y ambos se abrazaron.
-Siento lo mal que os lo he hecho pasar. No tengo perdón, y siento que por ello hayáis tenido que hacerlo todo a escondidas. Espero que algún día lleguéis a perdonarme. Bella me alegro muchísimo de que pertenezcas a nuestra familia.
Edward iba a sentarse junto a Bella pero llamaron a la puerta, cuando abrió se quedó helado, ante él estaba Reneé con Charlie a su lado mirándole con cara de odio.
-Hola Edward, ¿podemos pasar?
-Si... Claro- Edward presentía que las cosas no iban a acabar bien.
Fueron al salón y al ver allí a Carlisle, Charlie se puso furioso.
-¡No es suficiente con venir aquí, encima te tengo que encontrar a ti!
-¡Papá!- Dijo Bella levantándose del sofá mirándolo con cara de enfado.
-¡No vuelvas a llamarme así! ¡Te dije que dejabas de ser mi hija! ¡Solo he venido porque tu madre me ha obligado! ¡Ahora me voy!- Charlie salió de allí sin decir nada y pegando un portazo.
Bella sintió un dolor punzante en el corazón por el rechazo de su padre y de pronto todo se volvió negro para ella.
PaLMiZi- .
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