Conectarse
Últimos temas
Atraves del Oceano..Twilight (completo)
+8
Twilight_Edwella
Citly Patzz
caroli
Zafrina
t.hiagoloco
Atal
Bbra
kumire_kd17
12 participantes
Página 3 de 4.
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
awwww este cap es mas lindooo....U.U
____________________________________________________
A Través del Océano
Capítulo trece: Sorpresaaa!!
Mirar fijamente este estante estaba resultando ser uno de los momentos más definitivos de mi vida entera. Nunca pensé que el tercer pasillo de la farmacia del Wal-Mart me haría tal diferencia. Suspiré de nuevo, atrayendo más miradas de la gente que había estado estudiando toallitas femeninas y tampones durante todo el tiempo que estuve aquí. Probablemente se estaban preguntando cuanto más me quedaría parada aquí, con pantalones cortos de cama y un suéter abrigado, mirando desanimada las cajas felizmente coloreadas enfrente mio.
Respiré profundo y halé hacia abajo la prueba de embarazo que se veía más exacta. Sonreí a la mujer mientras pasaba, dirigiéndome a la caja para pagar.
“Edward Cullen,” le dije a la señora y ella se revoloteó hacia atrás para recoger la prescripción para la gripe de Edward. Pobre chico. Al principio pensé que le había pasado mi enfermedad. Luego, me di cuenta que todo lo que había estado sintiendo era definitivamente algo diferente. La señora me sonrió cuando le pasé la caja, pero yo tenía una migraña por lo que mis ojos estaban caídos.
“Felicitaciones,” dijo. “Para ti y tu esposo. Si es positivo.” Mi boca se curvó un poquito, pero cayó de nuevo.
“No es mi esposo,” dije tristemente, mirando al precio verde brillante iluminarse en la voluminosa máquina plástica de débito. “Todavía no, al menos”. La mujer me sonrió de nuevo antes de pasarme mi recibo y mi bolsa. Le di un pequeño saludo con la mano e hice mi camino a través de la tienda, corriendo de regreso al carro para quitar el frío viento de mis piernas.
Hoy era San Valentín. Mi primero con un verdadero ‘Valentín’. Había comprado el regalo de Edward hace semanas, y hoy mientras estaba en el trabajo había llegado. Algo extremadamente especial de mí para él. Froté mis piernas desnudas mientras parqueaba en el supermercado y rápidamente caminaba dentro, llenando el carrito fácilmente y tratando de ignorar las miradas que mi raro traje estaba atrayendo.
Logré meter todo en dos viajes, y fue entonces cuando la burla comenzó.
Esa estúpida bolsa de Wal-Mart estaba burlándose de mi, tentándome, rogándome que lo abriera y sacara la prueba de embarazo.
No podía hacerlo, no aún.
En cambio, desempaqué todo lo que había comprado y lo guardé en su sitio. Edward saldría de trabajar y estaría en casa en una hora, por lo que empecé la cena. Me quité mi suéter, desfilando ahora alrededor de la cocina en mi pijama que consistía en una camisa de tiras gris y unos pantalones cortos color gris con verde limón.
Fue después que todo estuvo ubicado dentro del horno, listo para cocinar, me encontré a mi misma con tiempo para hacer vagabundear en mis manos. Ahí estaba la bolsa de nuevo, asentada en el mesón, gritándome. Me quedé parada ahí silenciosamente, Silvestre haciendo ruido con el agua en algún sitio en la distancia, mi pierna estaba temblando.
Salté hacia el, tirando la bolsa inmediatamente dentro del caneco de la basura pero manteniendo esa estúpida prueba de embarazo en mi mano.
Fui al baño.
Y cuando salí, Sil estaba sentado enfrente de la puerta, mirándome feliz. El no sabía que este viaje particular al baño fue uno de los más importantes de mi vida.
“Hey traserito de lana,” mascullé, arrodillándome y recogiéndolo en mis brazos. El inmediatamente se arrojó hacia mi, ronroneando enérgicamente y masajeando mi omoplato. Ensortijé mis dedos entre su piel y acaricie su vientre. “Supongo que esto significa que ya no eres el bebe de la familia.”
Creo que fue entonces cuando comprendí que este era el hijo de Edward dentro de mi. Este hombre, a quien amaba más que a nada en todo el planeta, por quien me ponía eufórica al verlo cada día, quien me excitaba solo por pensar en él. Lo amaba tanto, y este, que estaba teniendo, era nuestro bebé. Era una combinación, una pequeña personita de nosotros, él y yo, todo en uno.
Comencé a ponerme tan feliz, y supe exactamente el regalo que quería darle. Por eso dejé la prueba de embarazo, con el pequeño + rosado en el mesón del baño. Sil se enrolló en mi cuello mientras hervía la tetera y hacía una taza de te negro, levantando un cuchillo y una pera mientras me acomodaba en el sillón favorito de Edward, situándome al lado del piano de media cola que había instalado hoy como un regalo de San Valentín para él. Hoy estaría recibiendo dos, si estaba tan feliz sobre esto como lo estaba yo.
Hojee la televisión para ver una película, tomándome un momento para notar que era Dulce Noviembre, y para mi deleite acababa de iniciar. Puse la colcha, que siempre se las ingeniaba para oler como mi ‘esposo’, de la parte de atrás de la silla, envolviéndola alrededor del gato y de mí. Silvestre se mantuvo enrollado en una bola sobre mi regazo mientras yo comía.
Aproximadamente a diez minutos de la película oí un ruido en la puerta de enfrente.
“¡BELLA!” la profunda voz de Edward gritó. Sonreí. Él tendía a gritarme como un tonto.
“QUE,” fue mi respuesta.
“¡TE AMO LOCAMENTE!” Trotó al pasarme, bajando por el pasillo a nuestra habitación.
“¡TE AMO MÁS!” Grité. Edward se rió entre dientes.
“¡TE AMO INCONDICIONALMENTE!” Eso me hizo estallar en un ataque de risitas. Puse la colcha lejos y Sil levantó la mirada adormilado hacia mí.
“¿Qué has estado haciendo hoy?” Preguntó Edward a través de la puerta.
“No mucho. Por el momento estoy comiendo una Pera China…” Edward soltó un silbido bajo.
“¡¿La obtuviste en China?!” preguntó con emoción. Rodé mis ojos.
“¡Por supuesto!” duro con el sarcasmo. Edward se rió. “También hice Té, tu favorito.”
“¡Cállate!” se rió, un poco más claramente. “Tengo que usar el baño, ya salgo.” Una sonrisa perversa cruzó mi cara. Me paré, el gato cayendo al piso y corriendo por el pasillo mientras yo, casualmente, di un paseo hacia el baño. Me incliné contra la pared al lado de la puerta.
“Deje algunas de mis cosas en el mesón,” le dije. “Puedes simplemente tirarlas, no las necesito más.” Estuvo en silencio por un momento. Empujé la puerta y miré dentro. Edward estaba sosteniendo la prueba, sus ojos abiertos de par en par y su mandíbula bien abierta. Sonreí, se veía tan lindo. Lentamente levantó la vista hacia mí como si buscara una confirmación. Mordí mi labio esperando por su reacción.
Sus labios se curvaron en una sonrisa tonta. “¿En serio?” preguntó tontamente. Sonreí y asentí, inclinándome contra el marco de la puerta. Edward tiró la prueba y se agachó hacia el gabinete, sacando la caja de condones y comenzando a leer la parte de atrás frenéticamente. “Pero, ¡¿Cómo pasó esto?!” exclamó.
“¿Tal vez fuimos un poquito vigorosos?” pregunté suavemente. Sus ojos salieron disparados hacia mí y tiró la caja de regreso al armario, parándose rápidamente e inclinándose sobre mí, besándome intensamente.
“Feliz día de San Valentín,” murmuré contra sus labios. Edward sonrió con gran resplandor, iluminando completamente sus ojos antes que me pusiera contra él y me besara rudamente, respirando profunda e inestablemente.
“¡Estamos teniendo un bebe!” dijo con discreción, pero oh-tan-feliz. Sonreí ampliamente y luego con risitas salté en sus brazos y envolví mis piernas alrededor de su cintara. “Esto definitivamente hace que mi regalo sea nada,” dijo frunciendo el ceño.
“Bien,” fue mi respuesta. “Aunque, ¡aún tienes un regalo más departe mía!” La cara de Edward palideció, como si yo fuera a tener el bebe justo aquí o algo. Le di una gran sonrisa y besé sus suaves labios, sujetando con fuerza su mano y llevándolo a la sala por la que había pasado tan rápido momentos antes.
“Querido Jesús…” masculló antes de llevar la mano hasta su boca. “¡Bella!” exclamó. “¿Cuándo compraste esto?” Se veía aturdido, como un pequeño niño, mientras saltaba sobre la banca y se sentaba, levantando la tapa de las teclas de su piano e inmediatamente golpeó los acordes. Di una risita fuerte.
“Creo que tu volviste a olvidar, querido, que somos gente acomodada. Esto fue un poquito costoso, pero no fue nada, en serio, en comparación con cuanto te amo.” Edward me miró sobre su hombro, sonriendo como loco. Extendió sus manos y me sentó su lado antes de adentrarse en una canción alegre. Estaba tan metida en el cuento, recostándome en su hombro que me tomó por sorpresa cuando envolvió sus brazos alrededor mío y besó mi cuello y mejillas enérgicamente antes de alcanzar mis labios.
“Estoy tan tremendamente feliz de que estés embarazada,” masculló, sus ojos adormecidos pero aún divinos. Sonreí, presionando mis labios contra los suyos.
“Sólo hazme un favor y no ganes ningunos lindos kilitos de más. Eso me sacaría de mis casillas más que cualquier par de hormonas.” Edward rió entre dientes y me besó de nuevo, antes que yo decidiera ser boba. “Entonces, ¿Dónde está mi regalo?” Pregunté emocionada. Él suspiró e hizo pucheros, claramente pensando que ahora su regalo era inadecuado.
“Bueno,” dijo con un suspiro profundo, metiendo la mano dentro de su bolsillo. “Compré esto la semana pasada estando trabajando con Emmett.” Sacó y sostuvo una cajita de terciopelo que me hizo perder el aliento. Por favor, dime que no va a hacer lo que creo que va a hacer. Se encogió, tan despreocupadamente, y la abrió, revelando un anillo de oro blanco con un diamante y dos esmeraldas de cada lado.
“Solamente te iba a preguntar si te querías casar conmigo,” murmuró, sus ojos llenos con tanto amor mientras gentilmente deslizaba el anillo en mi dedo y yo lo miraba fijamente con mi boca abierta. Me sonrió e inclinó su cabeza hacia un lado, esperando por una respuesta. Chillé y me le tiré encima, besándolo con furia. Cuando nos separamos Edward se estaba riendo.
“¿Es eso un si?” me tentó. Sonreí y luego me reí antes de asentir y besarlo una vez más.
Edward me cargó al cuarto y me besó tontamente mientras acariciaba mi estómago, lo cual era más cosquilloso que si fuera una caricia dulce. Me le volé y me senté, levantando el teléfono y llamando a Alice mientras Edward se arrodillaba detrás mio, besando desde mi hombro hasta mi cuello y de bajada.
“¡Me voy a casar!” grité al teléfono antes que ella pudiera decir hola. Esto fue seguido por muchos grititos de ambas mientras Edward se reía entre dientes detrás de mí. “Eso no es todo lo que tengo que contarte,” la tenté.
“¡Bella, mejor que me cuentes inmediatamente o que Dios me ayude, saltaré a través de este teléfono y te partiré en dos al estilo ninja!” Jasper estaba en el fondo, muriéndose de la risa.
“¡Vamos, vamos, Alice! ¡Eso no sería bueno para el bebe!” Y rápidamente colgué. El teléfono sonó tantas veces en las siguientes horas, pero lo ignoramos. En su lugar, bailamos alrededor de la cocina, besándonos y cocinando, pero mayormente besándonos y acariciándonos en lugar de cocinar. El tiempo en el horno se apagó mientras el timbre sonó-- Alice.
“¿Podrías pasarme los guantes para el horno, Sr. Cullen?” pregunté, limpiando migas de mis manos en mi falda azul de flores. Edward sonrió y me los pasó, sus dedos pasando sobre mi anillo mientras me besaba con dulzura.
“Lo que sea para usted, Sra. Cullen.
____________________________________________________
A Través del Océano
Capítulo trece: Sorpresaaa!!
Mirar fijamente este estante estaba resultando ser uno de los momentos más definitivos de mi vida entera. Nunca pensé que el tercer pasillo de la farmacia del Wal-Mart me haría tal diferencia. Suspiré de nuevo, atrayendo más miradas de la gente que había estado estudiando toallitas femeninas y tampones durante todo el tiempo que estuve aquí. Probablemente se estaban preguntando cuanto más me quedaría parada aquí, con pantalones cortos de cama y un suéter abrigado, mirando desanimada las cajas felizmente coloreadas enfrente mio.
Respiré profundo y halé hacia abajo la prueba de embarazo que se veía más exacta. Sonreí a la mujer mientras pasaba, dirigiéndome a la caja para pagar.
“Edward Cullen,” le dije a la señora y ella se revoloteó hacia atrás para recoger la prescripción para la gripe de Edward. Pobre chico. Al principio pensé que le había pasado mi enfermedad. Luego, me di cuenta que todo lo que había estado sintiendo era definitivamente algo diferente. La señora me sonrió cuando le pasé la caja, pero yo tenía una migraña por lo que mis ojos estaban caídos.
“Felicitaciones,” dijo. “Para ti y tu esposo. Si es positivo.” Mi boca se curvó un poquito, pero cayó de nuevo.
“No es mi esposo,” dije tristemente, mirando al precio verde brillante iluminarse en la voluminosa máquina plástica de débito. “Todavía no, al menos”. La mujer me sonrió de nuevo antes de pasarme mi recibo y mi bolsa. Le di un pequeño saludo con la mano e hice mi camino a través de la tienda, corriendo de regreso al carro para quitar el frío viento de mis piernas.
Hoy era San Valentín. Mi primero con un verdadero ‘Valentín’. Había comprado el regalo de Edward hace semanas, y hoy mientras estaba en el trabajo había llegado. Algo extremadamente especial de mí para él. Froté mis piernas desnudas mientras parqueaba en el supermercado y rápidamente caminaba dentro, llenando el carrito fácilmente y tratando de ignorar las miradas que mi raro traje estaba atrayendo.
Logré meter todo en dos viajes, y fue entonces cuando la burla comenzó.
Esa estúpida bolsa de Wal-Mart estaba burlándose de mi, tentándome, rogándome que lo abriera y sacara la prueba de embarazo.
No podía hacerlo, no aún.
En cambio, desempaqué todo lo que había comprado y lo guardé en su sitio. Edward saldría de trabajar y estaría en casa en una hora, por lo que empecé la cena. Me quité mi suéter, desfilando ahora alrededor de la cocina en mi pijama que consistía en una camisa de tiras gris y unos pantalones cortos color gris con verde limón.
Fue después que todo estuvo ubicado dentro del horno, listo para cocinar, me encontré a mi misma con tiempo para hacer vagabundear en mis manos. Ahí estaba la bolsa de nuevo, asentada en el mesón, gritándome. Me quedé parada ahí silenciosamente, Silvestre haciendo ruido con el agua en algún sitio en la distancia, mi pierna estaba temblando.
Salté hacia el, tirando la bolsa inmediatamente dentro del caneco de la basura pero manteniendo esa estúpida prueba de embarazo en mi mano.
Fui al baño.
Y cuando salí, Sil estaba sentado enfrente de la puerta, mirándome feliz. El no sabía que este viaje particular al baño fue uno de los más importantes de mi vida.
“Hey traserito de lana,” mascullé, arrodillándome y recogiéndolo en mis brazos. El inmediatamente se arrojó hacia mi, ronroneando enérgicamente y masajeando mi omoplato. Ensortijé mis dedos entre su piel y acaricie su vientre. “Supongo que esto significa que ya no eres el bebe de la familia.”
Creo que fue entonces cuando comprendí que este era el hijo de Edward dentro de mi. Este hombre, a quien amaba más que a nada en todo el planeta, por quien me ponía eufórica al verlo cada día, quien me excitaba solo por pensar en él. Lo amaba tanto, y este, que estaba teniendo, era nuestro bebé. Era una combinación, una pequeña personita de nosotros, él y yo, todo en uno.
Comencé a ponerme tan feliz, y supe exactamente el regalo que quería darle. Por eso dejé la prueba de embarazo, con el pequeño + rosado en el mesón del baño. Sil se enrolló en mi cuello mientras hervía la tetera y hacía una taza de te negro, levantando un cuchillo y una pera mientras me acomodaba en el sillón favorito de Edward, situándome al lado del piano de media cola que había instalado hoy como un regalo de San Valentín para él. Hoy estaría recibiendo dos, si estaba tan feliz sobre esto como lo estaba yo.
Hojee la televisión para ver una película, tomándome un momento para notar que era Dulce Noviembre, y para mi deleite acababa de iniciar. Puse la colcha, que siempre se las ingeniaba para oler como mi ‘esposo’, de la parte de atrás de la silla, envolviéndola alrededor del gato y de mí. Silvestre se mantuvo enrollado en una bola sobre mi regazo mientras yo comía.
Aproximadamente a diez minutos de la película oí un ruido en la puerta de enfrente.
“¡BELLA!” la profunda voz de Edward gritó. Sonreí. Él tendía a gritarme como un tonto.
“QUE,” fue mi respuesta.
“¡TE AMO LOCAMENTE!” Trotó al pasarme, bajando por el pasillo a nuestra habitación.
“¡TE AMO MÁS!” Grité. Edward se rió entre dientes.
“¡TE AMO INCONDICIONALMENTE!” Eso me hizo estallar en un ataque de risitas. Puse la colcha lejos y Sil levantó la mirada adormilado hacia mí.
“¿Qué has estado haciendo hoy?” Preguntó Edward a través de la puerta.
“No mucho. Por el momento estoy comiendo una Pera China…” Edward soltó un silbido bajo.
“¡¿La obtuviste en China?!” preguntó con emoción. Rodé mis ojos.
“¡Por supuesto!” duro con el sarcasmo. Edward se rió. “También hice Té, tu favorito.”
“¡Cállate!” se rió, un poco más claramente. “Tengo que usar el baño, ya salgo.” Una sonrisa perversa cruzó mi cara. Me paré, el gato cayendo al piso y corriendo por el pasillo mientras yo, casualmente, di un paseo hacia el baño. Me incliné contra la pared al lado de la puerta.
“Deje algunas de mis cosas en el mesón,” le dije. “Puedes simplemente tirarlas, no las necesito más.” Estuvo en silencio por un momento. Empujé la puerta y miré dentro. Edward estaba sosteniendo la prueba, sus ojos abiertos de par en par y su mandíbula bien abierta. Sonreí, se veía tan lindo. Lentamente levantó la vista hacia mí como si buscara una confirmación. Mordí mi labio esperando por su reacción.
Sus labios se curvaron en una sonrisa tonta. “¿En serio?” preguntó tontamente. Sonreí y asentí, inclinándome contra el marco de la puerta. Edward tiró la prueba y se agachó hacia el gabinete, sacando la caja de condones y comenzando a leer la parte de atrás frenéticamente. “Pero, ¡¿Cómo pasó esto?!” exclamó.
“¿Tal vez fuimos un poquito vigorosos?” pregunté suavemente. Sus ojos salieron disparados hacia mí y tiró la caja de regreso al armario, parándose rápidamente e inclinándose sobre mí, besándome intensamente.
“Feliz día de San Valentín,” murmuré contra sus labios. Edward sonrió con gran resplandor, iluminando completamente sus ojos antes que me pusiera contra él y me besara rudamente, respirando profunda e inestablemente.
“¡Estamos teniendo un bebe!” dijo con discreción, pero oh-tan-feliz. Sonreí ampliamente y luego con risitas salté en sus brazos y envolví mis piernas alrededor de su cintara. “Esto definitivamente hace que mi regalo sea nada,” dijo frunciendo el ceño.
“Bien,” fue mi respuesta. “Aunque, ¡aún tienes un regalo más departe mía!” La cara de Edward palideció, como si yo fuera a tener el bebe justo aquí o algo. Le di una gran sonrisa y besé sus suaves labios, sujetando con fuerza su mano y llevándolo a la sala por la que había pasado tan rápido momentos antes.
“Querido Jesús…” masculló antes de llevar la mano hasta su boca. “¡Bella!” exclamó. “¿Cuándo compraste esto?” Se veía aturdido, como un pequeño niño, mientras saltaba sobre la banca y se sentaba, levantando la tapa de las teclas de su piano e inmediatamente golpeó los acordes. Di una risita fuerte.
“Creo que tu volviste a olvidar, querido, que somos gente acomodada. Esto fue un poquito costoso, pero no fue nada, en serio, en comparación con cuanto te amo.” Edward me miró sobre su hombro, sonriendo como loco. Extendió sus manos y me sentó su lado antes de adentrarse en una canción alegre. Estaba tan metida en el cuento, recostándome en su hombro que me tomó por sorpresa cuando envolvió sus brazos alrededor mío y besó mi cuello y mejillas enérgicamente antes de alcanzar mis labios.
“Estoy tan tremendamente feliz de que estés embarazada,” masculló, sus ojos adormecidos pero aún divinos. Sonreí, presionando mis labios contra los suyos.
“Sólo hazme un favor y no ganes ningunos lindos kilitos de más. Eso me sacaría de mis casillas más que cualquier par de hormonas.” Edward rió entre dientes y me besó de nuevo, antes que yo decidiera ser boba. “Entonces, ¿Dónde está mi regalo?” Pregunté emocionada. Él suspiró e hizo pucheros, claramente pensando que ahora su regalo era inadecuado.
“Bueno,” dijo con un suspiro profundo, metiendo la mano dentro de su bolsillo. “Compré esto la semana pasada estando trabajando con Emmett.” Sacó y sostuvo una cajita de terciopelo que me hizo perder el aliento. Por favor, dime que no va a hacer lo que creo que va a hacer. Se encogió, tan despreocupadamente, y la abrió, revelando un anillo de oro blanco con un diamante y dos esmeraldas de cada lado.
“Solamente te iba a preguntar si te querías casar conmigo,” murmuró, sus ojos llenos con tanto amor mientras gentilmente deslizaba el anillo en mi dedo y yo lo miraba fijamente con mi boca abierta. Me sonrió e inclinó su cabeza hacia un lado, esperando por una respuesta. Chillé y me le tiré encima, besándolo con furia. Cuando nos separamos Edward se estaba riendo.
“¿Es eso un si?” me tentó. Sonreí y luego me reí antes de asentir y besarlo una vez más.
Edward me cargó al cuarto y me besó tontamente mientras acariciaba mi estómago, lo cual era más cosquilloso que si fuera una caricia dulce. Me le volé y me senté, levantando el teléfono y llamando a Alice mientras Edward se arrodillaba detrás mio, besando desde mi hombro hasta mi cuello y de bajada.
“¡Me voy a casar!” grité al teléfono antes que ella pudiera decir hola. Esto fue seguido por muchos grititos de ambas mientras Edward se reía entre dientes detrás de mí. “Eso no es todo lo que tengo que contarte,” la tenté.
“¡Bella, mejor que me cuentes inmediatamente o que Dios me ayude, saltaré a través de este teléfono y te partiré en dos al estilo ninja!” Jasper estaba en el fondo, muriéndose de la risa.
“¡Vamos, vamos, Alice! ¡Eso no sería bueno para el bebe!” Y rápidamente colgué. El teléfono sonó tantas veces en las siguientes horas, pero lo ignoramos. En su lugar, bailamos alrededor de la cocina, besándonos y cocinando, pero mayormente besándonos y acariciándonos en lugar de cocinar. El tiempo en el horno se apagó mientras el timbre sonó-- Alice.
“¿Podrías pasarme los guantes para el horno, Sr. Cullen?” pregunté, limpiando migas de mis manos en mi falda azul de flores. Edward sonrió y me los pasó, sus dedos pasando sobre mi anillo mientras me besaba con dulzura.
“Lo que sea para usted, Sra. Cullen.
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
esto es demaciado para un solo dia
un mini edward :lol!:
un mini edward :lol!:
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
MMM SERA UN MINI EDWARD????
ESTA MUY LINDA LA HISTORIA, PERO ME PREOCUPA LOS DOLORES EN EL PECHO DE EDWARD
ESTA MUY LINDA LA HISTORIA, PERO ME PREOCUPA LOS DOLORES EN EL PECHO DE EDWARD
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
yo creo q los dolores era xq le hacia falta bella, cuando un ser amado te hace falta sientes como un vacio en el pecho
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
ojala que despues de tanta felicidad no venga nada triste
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
ojala q no, no me gustaria q nada le pasara al mini-ed
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
confieso que tanto leer y tanto escribir me esta dando nostalgia
ojala q no les pase nada
ojala q no les pase nada
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
y donde kda renesme .....no creo k seaun ed chikito
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
amiga cuando vas a poner la continuacion
ya poh no seas asi dale ¿ya?
ya poh no seas asi dale ¿ya?
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
AKI LES VA!!!!!!!!!!!!!!!!!!
______________________________________________________________________________________
A Través del Océano
Capítulo catorce: Los suegros
Eufórico. Esa es la única palabra para explicar completamente como me sentí cuando caminé dentro del baño y vi la prueba de embarazo sobre el mesón. Ahora, sabía que tenía todo lo que había querido. Puesto que había estado planeando en preguntarle a Bella que se casara conmigo, este bono era la crema azucarada del pastel, una analogía apropiada para la profesión de mi esposa.
Esposa. Oops. Tal vez me estaba adelantando un poquito.
Dios, Bella era asombrosa. La mejor cosa que he hecho por mi en toda mi vida fue recoger esa botella en la playa. Y aquí estaba yo, en USA con un trabajo maravilloso y una bella prometida, y un hijo mío. Ese piano también, fue un regalo maravilloso. Definitivamente muy costoso, pero mis dedos habían estado picando por tocar. Tocar algo para ella.
Es seguro que Alice estuviera furiosa, después del truco que Bella lanzó, y estuvo en lo correcto cuando predijo que la pequeña duendecillo estaría en camino. Bella se cambió su pequeña pijama (para mi desagrado) a una camisa anchita y una par de pantalones de pana cafés. Comenzamos a cocinar unas cosas para nuestros amigos una vez llegaran, y tan pronto como Bella terminó de poner el glaseado en sus galletas, nuestro timbre sonó. Le di una brillante sonrisa y la besé antes de ir hacia la puerta.
Alice estaba en frente y en el centro, con Jasper, Emmett y Rosalie justo detrás. Alice me miró rayado y sus ojos salieron disparados hacia mi hombro, desde donde Bella estaba espiando, sonriéndole perversamente a sus amigos.
“EXPLICA.” La única palabra que vino de la boca de Alice. Se abrió camino a empujones, los demás detrás. Bella se mantuvo detrás de mi con sus brazos enrollados alrededor de mi cintura con fuera.
Ella sacó a la vista su mano enfrente mio, su anillo brillando bellamente. Alice y Rosalie jadearon fuerte y lo agarraron, sus ojos amplios y las bocas abiertas. Levantaron la mirada hacia mi y sonreí ampliamente, mis mejillas comenzaron a doler por la cantidad de felicidad que estaba sintiendo.
“Nos vamos a casar,” cantó Bella, aún invisible detrás de mi espalda. “¡Y Edward es papá!” Ahora fue el turno de que las bocas de Jasper y Emmett cayeran, las chicas gritaron.
“¡REALMENTE ESTÁS EMBARAZADA!” Alice gritó. Bella sacó un brazo alrededor mío y les asintió. Las dos comenzaron a gritar y reír, dando brinquitos, inseguras en si abrazar a Bella o no. Finalmente, decidieron abrazarnos a todos, Jasper y Emmett me dieron una palmadita en la espalda y un abrazo a Bella.
Tiramos cojines sobre el piso y cubrimos la mesita baja con comida. Encendimos una película y hablamos sobre nuestros planes, señalando a Alice como la planeadora de la boda y a Rosalie como la planeadora de todo-lo-que-tenga-que-ver-con-el-bebe.
A mitad de la discusión, Silvestre se había ubicado en mi regazo y ahora estaba boca arriba, profundamente dormido. Incliné mi cabeza en el cuello de Bella e inhale. Bella se rió entre dientes y besó me mandíbula. “El niño de papá,” masculló, mirando abajo hacia el gato. Nos sentamos en silencio, viendo la película en la oscuridad, moviéndonos sólo de tanto en tanto para alcanzar más comida. Mi mirada atrapó el correo que había dejado en mesita al lado del sofá, y noté que uno de ellos se veía marcadamente diferente a una factura. Me estiré alrededor de Bella y lo recogí, inclinándolo para leer en la oscuridad.
“Es de tus padres,” dijo pacito. Lo abrí rápido y saqué la carta, leyendo por encima rápidamente, la única cosa registrando, era la fecha, y el hecho que ellos deberían llegar aquí mañana. Bella, aparentemente estaba siguiéndome a lo largo muy de cerca.
“OH Dios mío,” exclamó de repente, parándose de un salto y asustando al gato. Todos, yo incluido, la miramos curiosamente mientras corría por el pasillo hacia nuestro cuarto y luego volvió corriendo otra vez. Viéndose frenética.
“¿Bella?” pregunté en voz baja. Ella inhaló y exhaló profundamente, acercándose a la hiperventilación.
“Todos tienen que irse, ahora,” exclamó, levantando los cojines de debajo de nuestros amigos y guiándolos hacia la puerta. “Tengo que empezar a limpiar, tengo que ordenar la casa, tengo que hornear algo- OH Dios mío…” Definitivamente se estaba enloqueciendo.
“Bella,” la calmé, recogiendo el gato y apaciguando sus movimientos, frotando mi mano hacia arriba y hacia abajo en su brazo. “Son sólo mis padres, no necesitas preocuparte por nada.” Ella me lanzó una mirada furiosa, sus fosas nasales ensanchándose.
“Edward. Tus padres nunca ha estado en USA. Enviaron una carta hace semanas, sabiendo que nosotros estaríamos listos para cuando llegaran, y tu me estás diciendo que no me desespere.” Sonreí y asentí. “¡Ya hice una primera mala impresión ante ellos!” Si ellos vienen aquí, mientras estoy embarazada y nos vamos a casar, nuestra casa se va a ver bien. Ahora, deja de mirar tan lindo y ve a limpiar el baño.” Apuntó un furioso dedo al pasillo y yo les hice señas tristemente a nuestros amigos conforme se iban, sonriendo burlonamente por mí y la furiosa Bella. El gato saltó en mi hombro mientras ayudaba a Bella a recoger los platos y los traía a la cocina. En mi camino de regreso a la sala para limpiar el piso, hubo un golpe en la puerta.
Bella me miró curiosamente, sobre la isla de la cocina mientras fui a la puerta principal. El timbre sonó y oí una risa suave al otro lado de la madera. Con una sonrisa brillante jalé la puerta abierta y descubrí una feliz pareja mayor, y luego un jadeo aterrorizado de Bella.
“OH, mira, ¡un gato!” dijo la mujer, extendiéndole sus brazos a Silvestre, el traidor saltó sobre ella.
“¡OH DIOS MÍO!” gritó Bella y me giré justo a tiempo para verla agacharse detrás del mesón.
“¿Entonces quién podría ser usted ?” preguntó el hombre.
“Edward Cullen,” respondí tranquilamente. Los dos se vieron el uno al otro y sonrieron felizmente.
“Somos Charlie y Renée, los padres de Bella.”
Encontré a Bella temblando y cerca de las lágrimas detrás del mesón, y después de muchas palabras de consuelo y pequeños besos en sus mejillas, nariz, frente, labios, finalmente salió conmigo.
“Hola madre, padre,” les dijo solemnemente, echando una mirada alrededor a los pequeños desordenes en la casa. Desde luego que no estábamos esperando que ellos viniera, y con mis padres en camino, Bella se estaba estresando demasiado. “¿Cómo están?” dijo con voz ronca. Sus padres se rieron y se sentaron en al sofá, sonriéndonos.
“Así que este es el famoso Edward,” habló su mamá. Charlie me miró de modo curioso. Claramente, no había oído de mí aún. “Él es el novio de Bella, querido,” explicó Renée. “Vino desde Inglaterra.” le sonreí a él, y él asintió, casi aprobando, sacudiendo mi mano.
“¿A qué te dedicas, hijo?” Bella estaba sentándose a mi lado, su corazón probablemente corriendo a una milla por minuto. Charlamos por un rato,la vida era como estar en casa. Bella continuó mirando fijamente entre nosotros tres, hasta que finalmente Charlie preguntó cómo nos conocimos.
“Si, querida. Realmente no he oído eso,” dijo su mamá bromeando. Bella se sonrojó y su primera sonrisa de la noche apareció por su hermosa cara. Sonreí y miré dentro de esos ojos divinos mientras ella miraba dentro de los míos antes de girarse hacia sus padres.
“Lancé una carta en una botella al océano,” dijo simplemente. “Y él la encontró, y me respondió.” Renée perdió el aliento y sonrió, las cejas de Charlie se levantaron.
“Eso es--”
“¡Terriblemente romántico!” su mamá interrumpió. Bella dio una risita y cabeceó. Charlie tosió y me miró cuidadosamente.
“Él ha sido tan maravilloso para mi,” dijo ella, relajándose un poco en mis brazos, enrollando mi mano alrededor de mi pecho. Renée saltó de repente, agarrando el brazo de Bella y jalándola más cerca. Oh, querida.
“Bella que es eso en tu dedo,” dijo rápida y severamente, sus ojos brillantes y bien abiertos. Bella sonrió tontamente y se ruborizó de un lindo rosado.
“Mi anillo de compromiso,” dijo con una sonrisa. Los ojos de Charlie sobresalieron de su cabeza y Renée chilló, tomando a Bella de mí y abrazándola cálidamente.
“Edward, ¿puedo tener una palabra?” Dijo Charlie, parándose rígidamente, mirándome con una expresión dura. Asentí y me paré, siguiéndolo fuera hacia el balcón. Se inclinó en el barandal, mirando fijamente hacia el océano y suspirando profundamente. Sin embargo, estaba bastante sorprendido al ver la sonrisa en su cara.
“Exactamente, ¿cuáles son tus intenciones con mi hija?” preguntó, una sonrisa satisfecha clara sobre su cara, incluso con esta limitada luz.
“Hacerla la mujer más feliz, señor,” dije seriamente. Charlie asintió y palmoteó una mano en mi hombro.
“No quiero que ustedes dos se apresuren con las cosas. ¿Estás seguro que ambos están listos para esto?” preguntó serio, viéndose preocupado.
"Amo a su hija muchísimo, Sr. Swan. Nunca en mi vida sentí esto por alguien, y hemos sido amigos por un largo tiempo. Honestamente no puedo imaginarme con nadie que no sea ella, ella es todo lo que siempre he querido, y pasaré el resto de mi vida haciéndola feliz, dándole lo que sea que quiera.” Charlie me sonrió afectuosamente y me palmeó suavemente.
“Puedo creerte,” dio con voz baja. “Será mejor que la hagas feliz. Bella es mi única hija y todo lo que quiero para ella es que sea lo mejor. Estoy completamente seguro que tu lo eres, chico.” Sonreí abiertamente para mí mientras caminábamos de regreso hacia dentro, donde Bella y su mamá estaban hablando animadamente. Noté algo en la mano de Renée. Algo pequeño, blanco, y un poquitico morado. Oh, cielos.
“¡Charlie!, ¡vas a ser abuelo!” exclamó. Bella se rió de la expresión de su padre y estuve agradecido que ver una sonrisa aparecer en su cara. Caminé hacia mi amor y la atraje fuertemente dentro de mis brazos. Bella se rió en mi pecho como sus padres se abrazaban el uno al otro, y sonreí, meciéndome ligeramente, casi bailando con ella.
Les mostramos un cuarto de huéspedes y Bella les trajo más sábanas. Por ahora, estaban demasiado despiertos para incluso pensar sobre ir a dormir. Pero nosotros estábamos cansados después de la actividad de un día de demasiadas noticias y alegrías. Cargué a Bella dentro de nuestro cuarto y la ayudé a cambiarse a sus pijamas, besando su cara por todas partes mientras me cambiaba en las mías.
Me sostuve en ella más apretado que nunca antes, una sonrisa gigante en mi cara mientras esperaba quedarme dormido. Por supuesto, también encontré bastante divertido que mientras Bella estaba profundamente dormida y yo no, Charlie echó una ojeada para chequearnos. Mi amada esposa también tomó esa oportunidad para decir suspirando mi nombre en su sueño, y su padre cerró a toda prisa la puerta, sacudiendo su cabeza pero riendo
______________________________________________________________________________________
A Través del Océano
Capítulo catorce: Los suegros
Eufórico. Esa es la única palabra para explicar completamente como me sentí cuando caminé dentro del baño y vi la prueba de embarazo sobre el mesón. Ahora, sabía que tenía todo lo que había querido. Puesto que había estado planeando en preguntarle a Bella que se casara conmigo, este bono era la crema azucarada del pastel, una analogía apropiada para la profesión de mi esposa.
Esposa. Oops. Tal vez me estaba adelantando un poquito.
Dios, Bella era asombrosa. La mejor cosa que he hecho por mi en toda mi vida fue recoger esa botella en la playa. Y aquí estaba yo, en USA con un trabajo maravilloso y una bella prometida, y un hijo mío. Ese piano también, fue un regalo maravilloso. Definitivamente muy costoso, pero mis dedos habían estado picando por tocar. Tocar algo para ella.
Es seguro que Alice estuviera furiosa, después del truco que Bella lanzó, y estuvo en lo correcto cuando predijo que la pequeña duendecillo estaría en camino. Bella se cambió su pequeña pijama (para mi desagrado) a una camisa anchita y una par de pantalones de pana cafés. Comenzamos a cocinar unas cosas para nuestros amigos una vez llegaran, y tan pronto como Bella terminó de poner el glaseado en sus galletas, nuestro timbre sonó. Le di una brillante sonrisa y la besé antes de ir hacia la puerta.
Alice estaba en frente y en el centro, con Jasper, Emmett y Rosalie justo detrás. Alice me miró rayado y sus ojos salieron disparados hacia mi hombro, desde donde Bella estaba espiando, sonriéndole perversamente a sus amigos.
“EXPLICA.” La única palabra que vino de la boca de Alice. Se abrió camino a empujones, los demás detrás. Bella se mantuvo detrás de mi con sus brazos enrollados alrededor de mi cintura con fuera.
Ella sacó a la vista su mano enfrente mio, su anillo brillando bellamente. Alice y Rosalie jadearon fuerte y lo agarraron, sus ojos amplios y las bocas abiertas. Levantaron la mirada hacia mi y sonreí ampliamente, mis mejillas comenzaron a doler por la cantidad de felicidad que estaba sintiendo.
“Nos vamos a casar,” cantó Bella, aún invisible detrás de mi espalda. “¡Y Edward es papá!” Ahora fue el turno de que las bocas de Jasper y Emmett cayeran, las chicas gritaron.
“¡REALMENTE ESTÁS EMBARAZADA!” Alice gritó. Bella sacó un brazo alrededor mío y les asintió. Las dos comenzaron a gritar y reír, dando brinquitos, inseguras en si abrazar a Bella o no. Finalmente, decidieron abrazarnos a todos, Jasper y Emmett me dieron una palmadita en la espalda y un abrazo a Bella.
Tiramos cojines sobre el piso y cubrimos la mesita baja con comida. Encendimos una película y hablamos sobre nuestros planes, señalando a Alice como la planeadora de la boda y a Rosalie como la planeadora de todo-lo-que-tenga-que-ver-con-el-bebe.
A mitad de la discusión, Silvestre se había ubicado en mi regazo y ahora estaba boca arriba, profundamente dormido. Incliné mi cabeza en el cuello de Bella e inhale. Bella se rió entre dientes y besó me mandíbula. “El niño de papá,” masculló, mirando abajo hacia el gato. Nos sentamos en silencio, viendo la película en la oscuridad, moviéndonos sólo de tanto en tanto para alcanzar más comida. Mi mirada atrapó el correo que había dejado en mesita al lado del sofá, y noté que uno de ellos se veía marcadamente diferente a una factura. Me estiré alrededor de Bella y lo recogí, inclinándolo para leer en la oscuridad.
“Es de tus padres,” dijo pacito. Lo abrí rápido y saqué la carta, leyendo por encima rápidamente, la única cosa registrando, era la fecha, y el hecho que ellos deberían llegar aquí mañana. Bella, aparentemente estaba siguiéndome a lo largo muy de cerca.
“OH Dios mío,” exclamó de repente, parándose de un salto y asustando al gato. Todos, yo incluido, la miramos curiosamente mientras corría por el pasillo hacia nuestro cuarto y luego volvió corriendo otra vez. Viéndose frenética.
“¿Bella?” pregunté en voz baja. Ella inhaló y exhaló profundamente, acercándose a la hiperventilación.
“Todos tienen que irse, ahora,” exclamó, levantando los cojines de debajo de nuestros amigos y guiándolos hacia la puerta. “Tengo que empezar a limpiar, tengo que ordenar la casa, tengo que hornear algo- OH Dios mío…” Definitivamente se estaba enloqueciendo.
“Bella,” la calmé, recogiendo el gato y apaciguando sus movimientos, frotando mi mano hacia arriba y hacia abajo en su brazo. “Son sólo mis padres, no necesitas preocuparte por nada.” Ella me lanzó una mirada furiosa, sus fosas nasales ensanchándose.
“Edward. Tus padres nunca ha estado en USA. Enviaron una carta hace semanas, sabiendo que nosotros estaríamos listos para cuando llegaran, y tu me estás diciendo que no me desespere.” Sonreí y asentí. “¡Ya hice una primera mala impresión ante ellos!” Si ellos vienen aquí, mientras estoy embarazada y nos vamos a casar, nuestra casa se va a ver bien. Ahora, deja de mirar tan lindo y ve a limpiar el baño.” Apuntó un furioso dedo al pasillo y yo les hice señas tristemente a nuestros amigos conforme se iban, sonriendo burlonamente por mí y la furiosa Bella. El gato saltó en mi hombro mientras ayudaba a Bella a recoger los platos y los traía a la cocina. En mi camino de regreso a la sala para limpiar el piso, hubo un golpe en la puerta.
Bella me miró curiosamente, sobre la isla de la cocina mientras fui a la puerta principal. El timbre sonó y oí una risa suave al otro lado de la madera. Con una sonrisa brillante jalé la puerta abierta y descubrí una feliz pareja mayor, y luego un jadeo aterrorizado de Bella.
“OH, mira, ¡un gato!” dijo la mujer, extendiéndole sus brazos a Silvestre, el traidor saltó sobre ella.
“¡OH DIOS MÍO!” gritó Bella y me giré justo a tiempo para verla agacharse detrás del mesón.
“¿Entonces quién podría ser usted ?” preguntó el hombre.
“Edward Cullen,” respondí tranquilamente. Los dos se vieron el uno al otro y sonrieron felizmente.
“Somos Charlie y Renée, los padres de Bella.”
Encontré a Bella temblando y cerca de las lágrimas detrás del mesón, y después de muchas palabras de consuelo y pequeños besos en sus mejillas, nariz, frente, labios, finalmente salió conmigo.
“Hola madre, padre,” les dijo solemnemente, echando una mirada alrededor a los pequeños desordenes en la casa. Desde luego que no estábamos esperando que ellos viniera, y con mis padres en camino, Bella se estaba estresando demasiado. “¿Cómo están?” dijo con voz ronca. Sus padres se rieron y se sentaron en al sofá, sonriéndonos.
“Así que este es el famoso Edward,” habló su mamá. Charlie me miró de modo curioso. Claramente, no había oído de mí aún. “Él es el novio de Bella, querido,” explicó Renée. “Vino desde Inglaterra.” le sonreí a él, y él asintió, casi aprobando, sacudiendo mi mano.
“¿A qué te dedicas, hijo?” Bella estaba sentándose a mi lado, su corazón probablemente corriendo a una milla por minuto. Charlamos por un rato,la vida era como estar en casa. Bella continuó mirando fijamente entre nosotros tres, hasta que finalmente Charlie preguntó cómo nos conocimos.
“Si, querida. Realmente no he oído eso,” dijo su mamá bromeando. Bella se sonrojó y su primera sonrisa de la noche apareció por su hermosa cara. Sonreí y miré dentro de esos ojos divinos mientras ella miraba dentro de los míos antes de girarse hacia sus padres.
“Lancé una carta en una botella al océano,” dijo simplemente. “Y él la encontró, y me respondió.” Renée perdió el aliento y sonrió, las cejas de Charlie se levantaron.
“Eso es--”
“¡Terriblemente romántico!” su mamá interrumpió. Bella dio una risita y cabeceó. Charlie tosió y me miró cuidadosamente.
“Él ha sido tan maravilloso para mi,” dijo ella, relajándose un poco en mis brazos, enrollando mi mano alrededor de mi pecho. Renée saltó de repente, agarrando el brazo de Bella y jalándola más cerca. Oh, querida.
“Bella que es eso en tu dedo,” dijo rápida y severamente, sus ojos brillantes y bien abiertos. Bella sonrió tontamente y se ruborizó de un lindo rosado.
“Mi anillo de compromiso,” dijo con una sonrisa. Los ojos de Charlie sobresalieron de su cabeza y Renée chilló, tomando a Bella de mí y abrazándola cálidamente.
“Edward, ¿puedo tener una palabra?” Dijo Charlie, parándose rígidamente, mirándome con una expresión dura. Asentí y me paré, siguiéndolo fuera hacia el balcón. Se inclinó en el barandal, mirando fijamente hacia el océano y suspirando profundamente. Sin embargo, estaba bastante sorprendido al ver la sonrisa en su cara.
“Exactamente, ¿cuáles son tus intenciones con mi hija?” preguntó, una sonrisa satisfecha clara sobre su cara, incluso con esta limitada luz.
“Hacerla la mujer más feliz, señor,” dije seriamente. Charlie asintió y palmoteó una mano en mi hombro.
“No quiero que ustedes dos se apresuren con las cosas. ¿Estás seguro que ambos están listos para esto?” preguntó serio, viéndose preocupado.
"Amo a su hija muchísimo, Sr. Swan. Nunca en mi vida sentí esto por alguien, y hemos sido amigos por un largo tiempo. Honestamente no puedo imaginarme con nadie que no sea ella, ella es todo lo que siempre he querido, y pasaré el resto de mi vida haciéndola feliz, dándole lo que sea que quiera.” Charlie me sonrió afectuosamente y me palmeó suavemente.
“Puedo creerte,” dio con voz baja. “Será mejor que la hagas feliz. Bella es mi única hija y todo lo que quiero para ella es que sea lo mejor. Estoy completamente seguro que tu lo eres, chico.” Sonreí abiertamente para mí mientras caminábamos de regreso hacia dentro, donde Bella y su mamá estaban hablando animadamente. Noté algo en la mano de Renée. Algo pequeño, blanco, y un poquitico morado. Oh, cielos.
“¡Charlie!, ¡vas a ser abuelo!” exclamó. Bella se rió de la expresión de su padre y estuve agradecido que ver una sonrisa aparecer en su cara. Caminé hacia mi amor y la atraje fuertemente dentro de mis brazos. Bella se rió en mi pecho como sus padres se abrazaban el uno al otro, y sonreí, meciéndome ligeramente, casi bailando con ella.
Les mostramos un cuarto de huéspedes y Bella les trajo más sábanas. Por ahora, estaban demasiado despiertos para incluso pensar sobre ir a dormir. Pero nosotros estábamos cansados después de la actividad de un día de demasiadas noticias y alegrías. Cargué a Bella dentro de nuestro cuarto y la ayudé a cambiarse a sus pijamas, besando su cara por todas partes mientras me cambiaba en las mías.
Me sostuve en ella más apretado que nunca antes, una sonrisa gigante en mi cara mientras esperaba quedarme dormido. Por supuesto, también encontré bastante divertido que mientras Bella estaba profundamente dormida y yo no, Charlie echó una ojeada para chequearnos. Mi amada esposa también tomó esa oportunidad para decir suspirando mi nombre en su sueño, y su padre cerró a toda prisa la puerta, sacudiendo su cabeza pero riendo
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
El siguiente día había despertado, haciendo un desayuno gigante con toda la comida imaginable para mi amada Bella, trayéndosela a la cama y despertándola con un sencillo beso. Cuando regresé a la sala, Charlie y Renée estaban esperando, por lo que les ofrecí el desayuno que también había hecho para ellos . Sil saltó sobre mi hombro mientras llenaba su bote con comida y luego me fui para el aeropuerto.
En el carro puse un CD que Bella me había hecho de las canciones favoritas que encontró en mi colección de música. Sonreí cuando le eché una mirada al espejo retrovisor para ver una foto de ella que había colgado ahí unas semanas atrás, y emprendí el viaje de regreso a la ciudad, pasando las salidas normales dirigiéndome directo al aeropuerto.
Puesto que era tan temprano en la mañana, no fui molestado por la nube de gente y toda su charla. La última cosa que necesitaba era un dolor de cabeza, de modo que me detuve en el pequeño Starbucks y recogí un café, repasando la carta en mi mano para encontrar la puerta de mis padres.
La suerte estaba de mi lado, el avión estaba allí y yo estaba esperando solamente por una pareja minutos antes que caminaran a través de esta, de la mano, sonriéndome cálidamente. Mamá se rió mientras yo la atraía a un abrazo y papá palmeo mi espalda felizmente mientras los llevaba fuera hacia el carro.
“¿Cómo han estado las cosas, cariño?” Preguntaron desde el asiento de atrás, mirando fijamente fuera de las ventanas al escenario que pasábamos.
“Muy bien, realmente. La gente con la que estoy trabajando es fantástica. Los padres de Bella están abajo también. Los podrán conocer, lo cual es genial.” Esme dio un pequeño grito de emoción. “También pueden ver a Rosalie y Emmett de nuevo, y conocer a nuestros amigos, Alice y Jasper.” Subí por nuestra calle, dirigiéndome derecho al final. Vi a mi encantadora Bella saliendo por la puerta principal y una sonrisa se extendió por mi cara el verla ahí. Estaba usando uno de mis suéteres y un par de pantalones de pana rojos que Alice le había comprado.
“También tenemos un par de sorpresas para ustedes.” Les dije. Papá ayudó a mamá a salir del carro y cerré la puerta rápidamente, mis ojos centrados en la hermosa mujer que tenía sus brazos alrededor de su pecho.
“Mi Dios,” oí a papá decir detrás de mi. “Está embarazada” Me congelé, tropecé, pero me atrapé a mi mismo antes de poder caer.
“¿Qué?” pregunté asustado. “¡¿Cómo supiste?!” las manos de mamá volaron a su boca y nos pasó corriendo, dirigiéndose hacia Bella. Papá simplemente me sonrió con satisfacción.
“Soy Doctor, Edward. ¿Pensaste que no puedo decir estas cosas”? Dio un paso hacia delante y me sostuvo con fuerza. “Y, no lo sabía. Pero tu confirmaste eso por mí, ¿no?” Sonreí. Estúpido viejo…
“¡Carlisle!” gritó mamá desde las escaleras. “¡SE VAN A CASAR!” papá me miró, sus ojos bien abiertos, y no pude evitar la sonrisa tonta en mi cara.
“Felicitaciones, Edward,” dijo afectuosamente, caminando conmigo las escaleras y jalando a Bella en un abrazo. Tan pronto como pude, tomé su espalda y la sostuve, besando su frente mientras ella le sonreía a mis padres. Los trajimos dentro y los presentamos a sus padres, los cuatro se sentaron inmediatamente y comenzaron a repasar las noticias que les habíamos dado, me reí, cuando quiera que uno de ellos se emocionara demasiado. Charlie y papá ocasionalmente se adentrarían en sus propias conversaciones pacíficas. También estoy bastante seguro de haber atrapado a papa asegurándole a Charlie que yo era adecuado para ser un yerno.
Después de unos largos besos en la privacidad de la cocina, Bella comenzó a trabajar en el pastel de cumpleaños ordenado para los diez de una pequeña niña. Fui a mi oficina al lado del comedor y comencé a trabajar sobre un par de manuscritos que había llevado a casa. Después de una hora de trabajo, noté que los adultos habían salido y no podía oír más a Bella cantando desde la cocina. Había un mensaje en la contestadota de Alice y Jasper, pero no nota de Bella. Su carro aún estaba en la entrada y el gato estaba profundamente dormido en la repisa de la ventana.
Me dirigí hacia nuestro cuarto, para revisar y ver si había tomado una siesta, pero me detuve cuando la vi al final del pasillo. Estaba mirando fijamente uno de nuestros dormitorios auxiliares, mi suéter de la universidad viéndose muy grande en ella, las mangas colgando de sus manos. Su cabello torpemente colgando de una cola de caballo, y casi ni se movía, descansando su peso en una cadera. Lentamente me moví a su lado y enrollé mis brazos alrededor de ella, besando la suave piel de su cuello antes de mirar sobre su hombro al casi vació cuarto.
“Creo que este sería un buen cuarto,” dijo suavemente. “Para nuestro bebe.” Sonreí. “Está lo suficiente lejos por lo que cuando crezca no tendremos que mudarla. Aún estaremos cerca. Y tiene una vista del atardecer. Siempre creí que este era un buen cuarto para ir a dormir a…” Besé su mejilla y sonrió, girando su cabeza para encontrar mis labios.
“Aunque tendremos que hacerlo azul.” Murmuré. Ella arrugó su cara.
“¿Azul? ¿Por qué querrías pintar el cuarto de una niña de azul?” Mordí mi labio para contener un poco de la amplia sonrisa
“Porque cada niño debería tener un cuarto azul, ¿no crees? Podríamos hacerlo verde, por supuesto, pero no creo que sea lo mismo que azul” Bella me rodó sus ojos, pero enrolló sus brazos y piernas alrededor mío mientras yo la levantaba.
“Discúlpeme, buen señor,” dijo, adoptando ese tonto acento mío. “Debo disculparme, pero estamos teniendo una señorita en esta casa.” Me besó fuerte y giré, quedando frente a otro cuarto auxiliar a través del pasillo.
“Siempre podríamos tener dos,” murmuré suavemente, girando mis ojos lentamente desde las simples ventanas del cuarto a sus ojos. Ella se ruborizó de un suave rosado y yo sentí el calor en mis mejillas. Se rió tontamente y me besó de nuevo.
“Eso está bien conmigo.”
En el carro puse un CD que Bella me había hecho de las canciones favoritas que encontró en mi colección de música. Sonreí cuando le eché una mirada al espejo retrovisor para ver una foto de ella que había colgado ahí unas semanas atrás, y emprendí el viaje de regreso a la ciudad, pasando las salidas normales dirigiéndome directo al aeropuerto.
Puesto que era tan temprano en la mañana, no fui molestado por la nube de gente y toda su charla. La última cosa que necesitaba era un dolor de cabeza, de modo que me detuve en el pequeño Starbucks y recogí un café, repasando la carta en mi mano para encontrar la puerta de mis padres.
La suerte estaba de mi lado, el avión estaba allí y yo estaba esperando solamente por una pareja minutos antes que caminaran a través de esta, de la mano, sonriéndome cálidamente. Mamá se rió mientras yo la atraía a un abrazo y papá palmeo mi espalda felizmente mientras los llevaba fuera hacia el carro.
“¿Cómo han estado las cosas, cariño?” Preguntaron desde el asiento de atrás, mirando fijamente fuera de las ventanas al escenario que pasábamos.
“Muy bien, realmente. La gente con la que estoy trabajando es fantástica. Los padres de Bella están abajo también. Los podrán conocer, lo cual es genial.” Esme dio un pequeño grito de emoción. “También pueden ver a Rosalie y Emmett de nuevo, y conocer a nuestros amigos, Alice y Jasper.” Subí por nuestra calle, dirigiéndome derecho al final. Vi a mi encantadora Bella saliendo por la puerta principal y una sonrisa se extendió por mi cara el verla ahí. Estaba usando uno de mis suéteres y un par de pantalones de pana rojos que Alice le había comprado.
“También tenemos un par de sorpresas para ustedes.” Les dije. Papá ayudó a mamá a salir del carro y cerré la puerta rápidamente, mis ojos centrados en la hermosa mujer que tenía sus brazos alrededor de su pecho.
“Mi Dios,” oí a papá decir detrás de mi. “Está embarazada” Me congelé, tropecé, pero me atrapé a mi mismo antes de poder caer.
“¿Qué?” pregunté asustado. “¡¿Cómo supiste?!” las manos de mamá volaron a su boca y nos pasó corriendo, dirigiéndose hacia Bella. Papá simplemente me sonrió con satisfacción.
“Soy Doctor, Edward. ¿Pensaste que no puedo decir estas cosas”? Dio un paso hacia delante y me sostuvo con fuerza. “Y, no lo sabía. Pero tu confirmaste eso por mí, ¿no?” Sonreí. Estúpido viejo…
“¡Carlisle!” gritó mamá desde las escaleras. “¡SE VAN A CASAR!” papá me miró, sus ojos bien abiertos, y no pude evitar la sonrisa tonta en mi cara.
“Felicitaciones, Edward,” dijo afectuosamente, caminando conmigo las escaleras y jalando a Bella en un abrazo. Tan pronto como pude, tomé su espalda y la sostuve, besando su frente mientras ella le sonreía a mis padres. Los trajimos dentro y los presentamos a sus padres, los cuatro se sentaron inmediatamente y comenzaron a repasar las noticias que les habíamos dado, me reí, cuando quiera que uno de ellos se emocionara demasiado. Charlie y papá ocasionalmente se adentrarían en sus propias conversaciones pacíficas. También estoy bastante seguro de haber atrapado a papa asegurándole a Charlie que yo era adecuado para ser un yerno.
Después de unos largos besos en la privacidad de la cocina, Bella comenzó a trabajar en el pastel de cumpleaños ordenado para los diez de una pequeña niña. Fui a mi oficina al lado del comedor y comencé a trabajar sobre un par de manuscritos que había llevado a casa. Después de una hora de trabajo, noté que los adultos habían salido y no podía oír más a Bella cantando desde la cocina. Había un mensaje en la contestadota de Alice y Jasper, pero no nota de Bella. Su carro aún estaba en la entrada y el gato estaba profundamente dormido en la repisa de la ventana.
Me dirigí hacia nuestro cuarto, para revisar y ver si había tomado una siesta, pero me detuve cuando la vi al final del pasillo. Estaba mirando fijamente uno de nuestros dormitorios auxiliares, mi suéter de la universidad viéndose muy grande en ella, las mangas colgando de sus manos. Su cabello torpemente colgando de una cola de caballo, y casi ni se movía, descansando su peso en una cadera. Lentamente me moví a su lado y enrollé mis brazos alrededor de ella, besando la suave piel de su cuello antes de mirar sobre su hombro al casi vació cuarto.
“Creo que este sería un buen cuarto,” dijo suavemente. “Para nuestro bebe.” Sonreí. “Está lo suficiente lejos por lo que cuando crezca no tendremos que mudarla. Aún estaremos cerca. Y tiene una vista del atardecer. Siempre creí que este era un buen cuarto para ir a dormir a…” Besé su mejilla y sonrió, girando su cabeza para encontrar mis labios.
“Aunque tendremos que hacerlo azul.” Murmuré. Ella arrugó su cara.
“¿Azul? ¿Por qué querrías pintar el cuarto de una niña de azul?” Mordí mi labio para contener un poco de la amplia sonrisa
“Porque cada niño debería tener un cuarto azul, ¿no crees? Podríamos hacerlo verde, por supuesto, pero no creo que sea lo mismo que azul” Bella me rodó sus ojos, pero enrolló sus brazos y piernas alrededor mío mientras yo la levantaba.
“Discúlpeme, buen señor,” dijo, adoptando ese tonto acento mío. “Debo disculparme, pero estamos teniendo una señorita en esta casa.” Me besó fuerte y giré, quedando frente a otro cuarto auxiliar a través del pasillo.
“Siempre podríamos tener dos,” murmuré suavemente, girando mis ojos lentamente desde las simples ventanas del cuarto a sus ojos. Ella se ruborizó de un suave rosado y yo sentí el calor en mis mejillas. Se rió tontamente y me besó de nuevo.
“Eso está bien conmigo.”
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
A Través del Océano
Capítulo quince: Rosa y Azul
A los siete meses de embarazo se estaba volviendo un poco difícil el moverse. Mi vientre, para el gran placer de Edward, sobresalía grande y redondo en frente mío dondequiera que iba. Alice y Rosalie me habían comprado tanta ropa de maternidad, era frustrante. Ahora, a mediados de junio, estaba tremendamente caliente y he tenido que recurrir a las livianas y afeminadas camisas de tiras y faldas anchas, era la única cosa que podía satisfacer a un embarazada yo. Me aseguré que las faldas tuvieran talle elástico también. Cielos.
Para mi gran disfrute, y la vergüenza de Edward, habíamos descubierto que llevaba embarazada dos meses para cuando me había enterado. El doctor pareció pensar que fue un bebe de luna de miel, yo, sin embargo, no paraba de molestar a Edward.
“¿Sabes lo que este significa?” le pregunté pícaramente mientras dejábamos la oficina del doctor. Mis padres se habían ido a casa la semana anterior, y los suyos estaban esperando oír las noticias (se rieron, y rodaron sus ojos hacia su hijo, estoy segura que pensando lo mismo que yo).
“Lo que significa,” dijo casi inexpresivo mientras mantenía la puerta del carro abierta para mi. Esperé a que volviera a entrar.
“Esto significa que me dejaste embarazada en algún momento de diciembre.” Me reí entre dientes. Las mejillas de Edward se estaban volviendo más rojas cada vez que le hablaba. “Eso significa que debes haber estado muy feliz de verme, ya que sólo te mudaste aquí en diciembre.” Edward suspiró y me sacudió la cabeza, pero podría verlo riéndose. Tenía que encontrarlo al menos un poquito divertido. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y me giré con una grandísima sonrisa para mirar por la ventana.
Por supuesto, esa vez Edward me enseñó una lección cuando llegamos a casa. Básicamente saltó sobre mí en la entrada, y yo no hice ningún movimiento para detenerlo. Probando su punto de que probablemente yo era la más ninfómana en nuestra relación.
De regreso al presente, había terminado sentándome con Alice y Rosalie en la playa en frente de mi casa, absorbiendo el bello día de verano antes de irnos a nuestro almacén favorito a esperar que Jasper trajera los otros dos chicos del trabajo.
“¡Mira tan lindas que son estas ropas!” Alice y Rosalie dijeron al unísono, sosteniendo pijamas de tres meses. Yo hice ‘Ahhh’ con ellas antes de girarme hacia las cosas que tenían seguro el color: biberones, baberos, cobertores, varios juguetes de baño, juguetes en general. No podía sobreponerme a cuan lindas eran las cosas de adultos hechas en miniatura, como las medias. Esas habían sido mi cosa favorita para comprar, medias. Habíamos comprado un par de mamelucos neutrales divinos, algunos sombreros y Alice y Rosalie no habían parado con los regalos.
El baby shower había sido hace una semana, y mis amigos se habían presentado con una gigantesca cuna, una mesa para cambiar los pañales, una pequeña y linda cajonera y otras cosas decorativas para el cuarto del bebe. Casi había estallado en lágrimas. Edward estaba enojado porque había más rosa que azul.
“Hola, querida,” susurró de modo tonto en mi oído mientras envolvía sus brazos alrededor de mi, sosteniendo mi estómago el cual pateaba bajo su toque. Sonrió como loco cuando eso pasó, siempre estaba tan emocionado, sabiendo que allí había una pequeña personita dentro de mi. Le dije que era un poquito escalofriante cuando lo ponía de esa forma, y que no pensaría eso en un par de meses. Terminamos de cargar algunas cosas más en la canasta que yo estaba cargando y él prontamente me la quitó de las manos para cargarla.
Alice vino corriendo hacia mí, sosteniendo un paquete de medias que eran tan chiquititas y lindas que no podía para de dar grititos. Ella tenía cinco meses de embarazo, su estómago ya estaba empezando a notarse de una manera hermosa. Rosalie era la única de nosotros que se veía como si no hubiera metido un balón bajo su camisa, pero sabía que Emmett había estado cargando un anillo de compromiso por un rato. Alice insistió que Jasper comprara las medias y un diminuto par de zapatos para ella gritar por los cuatro meses que le faltaban.
Edward y yo habíamos estado manteniendo en secreto el sexo de nuestro bebe, queriendo esperar hasta que él o ella nacieran para descubrirlo. Alice y Jasper no había peleado por el sexo de su bebe (nuestra razón para mantenerlo en secreto) y sabían que tendrían un niño. Su baby Shower era el próximo mes, los dos ya habían empezado a planear la decoración del cuarto.
Cuando Rosalie había empezado a planear el cuarto de nuestro bebé nos preguntó el color. Mientras soltaba que rosa, Edward disparaba que azul.
“Puesto que ustedes dos no pueden decidir que quieren tener, y todo el mundo odia esos colores neutrales para el género, me temo que voy a tener que sorprenderlos.” Hice pucheros y Edward se rió de mí. “Cállate, Bella,” respondió Rose cuando estaba a punto de protestar. “Si no van a dejar que el doctor les diga que van a tener, entonces lo siento, voy a tener que hacer lo que yo quiera.” Después, se encerró en el cuarto con Emmett hasta que estuvo terminado.
Y era Hermoso. Las paredes eran blancas, con un ensortijado mural de flores en espiral sobre una pared. No era demasiado femenino, realmente era una obra de arte. Dejó las cortinas de encaje blanco, y después del baby shower había arreglado todo perfectamente. Estaba choqueada cuando había ido tan lejos como para instalar un bello piso de caoba laminado, rematado con una suave alfombra blanca. Mi mamá había enviado su antigua mecedora la cual estaba ubicada en la esquina con unos bellos cojines amarrados a ella.
Pagamos por nuestras cosas y cada uno fue por su camino con media naranja.
“¿No más paradas por el día?” me preguntó Edward, soltando la corbata alrededor de su cuello. Luego rodó sus ojos y se giró dentro de la librería siguiente, sabiendo que esa sería mi primera respuesta.
“Ves, hay una razón por la que te amo,” murmuré con una gran sonrisa cuando me ayudó a salir del carro, luego me dio un beso en los labios.
Anduve cojeando delante de él lo más rápido que pude mientras parqueaba el carro. No tomó mucho antes que lo oyera detrás de mí, riéndose mientras trataba de atraparme. Me atrapó alrededor de mi cintura y me giró, besándome (espectacularmente) en frente de la puerta mientras yo tanteaba detrás de mí por el picaporte. No podía tener suficiente de él. Sus hermosos ojos verdes, su alborotado cabello, su… ¡acento! Edward había sido absolutamente perfecto para mí desde que llegó aquí, y viéndome cargar a su hijo solo me hacía más feliz. Dondequiera que veía la brillante sonrisa a través de su cara no podía hacer más que dar una gran sonrisa en respuesta.
Hice mi camino hacia mi parte favorita de la tienda-ficción. Edward me siguió de cerca, pero sus ojos vagaban mientras los míos tenían un propósito, llegar a esos pasillos. Me paré allí, mis ojos barriendo los títulos y autores, las ilustraciones de las portadas para buscar por algo interesante. Reconocí el emblema de su casa editorial y sonreí para mí, levantando el libro. Lo giré, para ver los créditos. Solté una pequeña risita cuando vi el nombre de Emmett. Edward caminó detrás mio y enrollo un brazo alrededor de mi antes de levantar el libro de mis manos y leerlo.
“Escoge ese,” dijo, señalando otro libro de su compañía mientras colocaba el de Emmett sobre el estante. Lo giré hacia los créditos y me reí de nuevo cuando vi que la autora le había agradecido profundamente por su trabajo.
“Parece que tienes cierto don con las escritoras,” murmuré. Edward me dio esa sonrisa torcida y me besó suavemente. Mientras él revisaba más títulos de libros, yo bajé por los estantes, ojeándolos de vez en cuando.
Lo que realmente atrajo mi atención, fue la esquina de la tienda, pintada en azules y amarillos brillantes. Alcancé un estante, el que estaba a nivel de mi vista y saqué un libro grueso de tapa dura. Sonreí, mirando todo la ilustración mostrada en la gran tapa. Sentí unos brazos alrededor mio, con las manos extendidas a través de las patadas en mi estómago y un par de labios en mis oídos.
“Sabía que era cuestión de tiempo antes que te encontrara aquí,” murmuró, besando mi mejilla suavemente. “Me estaba preguntando cuanto de tomaría descubrir que esto estaba aquí.” Me reí y me giré para enfrentarlo, sosteniendo las tapas del libro que abrí. Un gigantesco castillo emergía de las páginas, los intrincados diseños del papel doblado hicieron que mis ojos se abrieran bien y sonriera.
“Siempre estaba realmente impresionada por los libros que tienen hojas que saltan al abrirlos,” dije en voz baja. Edward me dio una gran sonrisa sobre el pilar y movió mis manos para cerrarlo. Se inclinó y presionó sus labios firmemente contra los mío, sosteniendo mi nuca para ponerme más cerca. Eso estaba haciendo que mi corazón saltara, la manera en que me estaba besando y cuan bien se sentía. Mi estómago estaba presionado contra él, y como era normal siempre que estaba cerca, el bebe comenzó a patear. Tan pronto como lo sintió, Edward comenzó a sonreír contra mis labios pero mantuvo el perfecto ritmo. Mis rodillas se pusieron débiles y me sujeté de él desesperadamente. Justo cuando se estaba convirtiendo en demasiado, él disminuyó su paso y me dejó ir, sonriéndome maravillosamente mientras metía un mechón de cabello detrás de mi oído.
“Nuca paras de impresionarme,” masculló. Levanté una ceja.
Capítulo quince: Rosa y Azul
A los siete meses de embarazo se estaba volviendo un poco difícil el moverse. Mi vientre, para el gran placer de Edward, sobresalía grande y redondo en frente mío dondequiera que iba. Alice y Rosalie me habían comprado tanta ropa de maternidad, era frustrante. Ahora, a mediados de junio, estaba tremendamente caliente y he tenido que recurrir a las livianas y afeminadas camisas de tiras y faldas anchas, era la única cosa que podía satisfacer a un embarazada yo. Me aseguré que las faldas tuvieran talle elástico también. Cielos.
Para mi gran disfrute, y la vergüenza de Edward, habíamos descubierto que llevaba embarazada dos meses para cuando me había enterado. El doctor pareció pensar que fue un bebe de luna de miel, yo, sin embargo, no paraba de molestar a Edward.
“¿Sabes lo que este significa?” le pregunté pícaramente mientras dejábamos la oficina del doctor. Mis padres se habían ido a casa la semana anterior, y los suyos estaban esperando oír las noticias (se rieron, y rodaron sus ojos hacia su hijo, estoy segura que pensando lo mismo que yo).
“Lo que significa,” dijo casi inexpresivo mientras mantenía la puerta del carro abierta para mi. Esperé a que volviera a entrar.
“Esto significa que me dejaste embarazada en algún momento de diciembre.” Me reí entre dientes. Las mejillas de Edward se estaban volviendo más rojas cada vez que le hablaba. “Eso significa que debes haber estado muy feliz de verme, ya que sólo te mudaste aquí en diciembre.” Edward suspiró y me sacudió la cabeza, pero podría verlo riéndose. Tenía que encontrarlo al menos un poquito divertido. Una pequeña sonrisa se formó en sus labios y me giré con una grandísima sonrisa para mirar por la ventana.
Por supuesto, esa vez Edward me enseñó una lección cuando llegamos a casa. Básicamente saltó sobre mí en la entrada, y yo no hice ningún movimiento para detenerlo. Probando su punto de que probablemente yo era la más ninfómana en nuestra relación.
De regreso al presente, había terminado sentándome con Alice y Rosalie en la playa en frente de mi casa, absorbiendo el bello día de verano antes de irnos a nuestro almacén favorito a esperar que Jasper trajera los otros dos chicos del trabajo.
“¡Mira tan lindas que son estas ropas!” Alice y Rosalie dijeron al unísono, sosteniendo pijamas de tres meses. Yo hice ‘Ahhh’ con ellas antes de girarme hacia las cosas que tenían seguro el color: biberones, baberos, cobertores, varios juguetes de baño, juguetes en general. No podía sobreponerme a cuan lindas eran las cosas de adultos hechas en miniatura, como las medias. Esas habían sido mi cosa favorita para comprar, medias. Habíamos comprado un par de mamelucos neutrales divinos, algunos sombreros y Alice y Rosalie no habían parado con los regalos.
El baby shower había sido hace una semana, y mis amigos se habían presentado con una gigantesca cuna, una mesa para cambiar los pañales, una pequeña y linda cajonera y otras cosas decorativas para el cuarto del bebe. Casi había estallado en lágrimas. Edward estaba enojado porque había más rosa que azul.
“Hola, querida,” susurró de modo tonto en mi oído mientras envolvía sus brazos alrededor de mi, sosteniendo mi estómago el cual pateaba bajo su toque. Sonrió como loco cuando eso pasó, siempre estaba tan emocionado, sabiendo que allí había una pequeña personita dentro de mi. Le dije que era un poquito escalofriante cuando lo ponía de esa forma, y que no pensaría eso en un par de meses. Terminamos de cargar algunas cosas más en la canasta que yo estaba cargando y él prontamente me la quitó de las manos para cargarla.
Alice vino corriendo hacia mí, sosteniendo un paquete de medias que eran tan chiquititas y lindas que no podía para de dar grititos. Ella tenía cinco meses de embarazo, su estómago ya estaba empezando a notarse de una manera hermosa. Rosalie era la única de nosotros que se veía como si no hubiera metido un balón bajo su camisa, pero sabía que Emmett había estado cargando un anillo de compromiso por un rato. Alice insistió que Jasper comprara las medias y un diminuto par de zapatos para ella gritar por los cuatro meses que le faltaban.
Edward y yo habíamos estado manteniendo en secreto el sexo de nuestro bebe, queriendo esperar hasta que él o ella nacieran para descubrirlo. Alice y Jasper no había peleado por el sexo de su bebe (nuestra razón para mantenerlo en secreto) y sabían que tendrían un niño. Su baby Shower era el próximo mes, los dos ya habían empezado a planear la decoración del cuarto.
Cuando Rosalie había empezado a planear el cuarto de nuestro bebé nos preguntó el color. Mientras soltaba que rosa, Edward disparaba que azul.
“Puesto que ustedes dos no pueden decidir que quieren tener, y todo el mundo odia esos colores neutrales para el género, me temo que voy a tener que sorprenderlos.” Hice pucheros y Edward se rió de mí. “Cállate, Bella,” respondió Rose cuando estaba a punto de protestar. “Si no van a dejar que el doctor les diga que van a tener, entonces lo siento, voy a tener que hacer lo que yo quiera.” Después, se encerró en el cuarto con Emmett hasta que estuvo terminado.
Y era Hermoso. Las paredes eran blancas, con un ensortijado mural de flores en espiral sobre una pared. No era demasiado femenino, realmente era una obra de arte. Dejó las cortinas de encaje blanco, y después del baby shower había arreglado todo perfectamente. Estaba choqueada cuando había ido tan lejos como para instalar un bello piso de caoba laminado, rematado con una suave alfombra blanca. Mi mamá había enviado su antigua mecedora la cual estaba ubicada en la esquina con unos bellos cojines amarrados a ella.
Pagamos por nuestras cosas y cada uno fue por su camino con media naranja.
“¿No más paradas por el día?” me preguntó Edward, soltando la corbata alrededor de su cuello. Luego rodó sus ojos y se giró dentro de la librería siguiente, sabiendo que esa sería mi primera respuesta.
“Ves, hay una razón por la que te amo,” murmuré con una gran sonrisa cuando me ayudó a salir del carro, luego me dio un beso en los labios.
Anduve cojeando delante de él lo más rápido que pude mientras parqueaba el carro. No tomó mucho antes que lo oyera detrás de mí, riéndose mientras trataba de atraparme. Me atrapó alrededor de mi cintura y me giró, besándome (espectacularmente) en frente de la puerta mientras yo tanteaba detrás de mí por el picaporte. No podía tener suficiente de él. Sus hermosos ojos verdes, su alborotado cabello, su… ¡acento! Edward había sido absolutamente perfecto para mí desde que llegó aquí, y viéndome cargar a su hijo solo me hacía más feliz. Dondequiera que veía la brillante sonrisa a través de su cara no podía hacer más que dar una gran sonrisa en respuesta.
Hice mi camino hacia mi parte favorita de la tienda-ficción. Edward me siguió de cerca, pero sus ojos vagaban mientras los míos tenían un propósito, llegar a esos pasillos. Me paré allí, mis ojos barriendo los títulos y autores, las ilustraciones de las portadas para buscar por algo interesante. Reconocí el emblema de su casa editorial y sonreí para mí, levantando el libro. Lo giré, para ver los créditos. Solté una pequeña risita cuando vi el nombre de Emmett. Edward caminó detrás mio y enrollo un brazo alrededor de mi antes de levantar el libro de mis manos y leerlo.
“Escoge ese,” dijo, señalando otro libro de su compañía mientras colocaba el de Emmett sobre el estante. Lo giré hacia los créditos y me reí de nuevo cuando vi que la autora le había agradecido profundamente por su trabajo.
“Parece que tienes cierto don con las escritoras,” murmuré. Edward me dio esa sonrisa torcida y me besó suavemente. Mientras él revisaba más títulos de libros, yo bajé por los estantes, ojeándolos de vez en cuando.
Lo que realmente atrajo mi atención, fue la esquina de la tienda, pintada en azules y amarillos brillantes. Alcancé un estante, el que estaba a nivel de mi vista y saqué un libro grueso de tapa dura. Sonreí, mirando todo la ilustración mostrada en la gran tapa. Sentí unos brazos alrededor mio, con las manos extendidas a través de las patadas en mi estómago y un par de labios en mis oídos.
“Sabía que era cuestión de tiempo antes que te encontrara aquí,” murmuró, besando mi mejilla suavemente. “Me estaba preguntando cuanto de tomaría descubrir que esto estaba aquí.” Me reí y me giré para enfrentarlo, sosteniendo las tapas del libro que abrí. Un gigantesco castillo emergía de las páginas, los intrincados diseños del papel doblado hicieron que mis ojos se abrieran bien y sonriera.
“Siempre estaba realmente impresionada por los libros que tienen hojas que saltan al abrirlos,” dije en voz baja. Edward me dio una gran sonrisa sobre el pilar y movió mis manos para cerrarlo. Se inclinó y presionó sus labios firmemente contra los mío, sosteniendo mi nuca para ponerme más cerca. Eso estaba haciendo que mi corazón saltara, la manera en que me estaba besando y cuan bien se sentía. Mi estómago estaba presionado contra él, y como era normal siempre que estaba cerca, el bebe comenzó a patear. Tan pronto como lo sintió, Edward comenzó a sonreír contra mis labios pero mantuvo el perfecto ritmo. Mis rodillas se pusieron débiles y me sujeté de él desesperadamente. Justo cuando se estaba convirtiendo en demasiado, él disminuyó su paso y me dejó ir, sonriéndome maravillosamente mientras metía un mechón de cabello detrás de mi oído.
“Nuca paras de impresionarme,” masculló. Levanté una ceja.
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
“¿Con mi fascinación con los libros infantiles?” pregunté. Él se rió entre dientes y sacudió su cabeza.
“Yo pienso que eres increíble todo el tiempo. Vas a ser una madre maravillosa.” Me Ruboricé. El hecho que Edward dijera eso lo hacía sonar mucho mejor que cuando alguien más lo decía. Mi mamá, mi papá, los padres de Edward. Todos me habían dicho exactamente las mismas cosas. Pero Edward, el papá de este bebé, me estaba diciendo que yo sería maravillosa, cuando no podía imaginar a nadie más perfecto que tomara el rol de un padre.
“Te amo”, le dije con todo el sentimiento que tenía en mi. Edward estaba mirando fijamente dentro de mis ojos mientras yo lo decía, y le sonreí. La misma expresión se reflejó en su cara mientras sus labios se levantaban y los presionaba en los míos de nuevo.
Caminamos fuera de allí con suficientes libros para llenar el estante que había dejado en el cuarto del bebe. Estaba tan feliz en el camino a casa que no pude parar de frotar mi gran vientre. Edward cantó junto con la radio, haciendo que mis mejillas dolieran por sonreír tanto.
“Supongo que tendremos que empezar a abastecernos con sabanillas y apaciguadores pronto,” dijo mientras me ayudaba a salir del carro. Me paré derecha y lo miré con lo que estoy segura era la expresión más confusa sobre mi cara.
“Disculpa… ¿qué dijiste?” Edward levantó la mirada, las bolsas en sus manos.
“sabanillas y apaciguadores, necesitaremos conseguir algunos. Ahora no falta mucho para eso,” se subió el andén a nuestra casa donde un cartero estaba esperando con un gran paquete marrón a sus pies.
“¿Qué rayos son sabanillas y apaciguadores?” grité tras él. Edward me miró sobre su hombro y luego la comprensión de dibujó en su cara.
“Ah, cierto, ustedes no los llaman así. Mm… pañales y chupetes, supongo,” le rodé mis ojos. Tonto él y su nacimiento a través del océano.
“Odio tu lengua,” le dije mientras firmaba el papel empujado frente a mi por el cartero. Edward me pasó una bolsa liviana y levantó la caja, abriendo la puerta con su codo.
“Es el mismo tuyo, cariño,” dijo con risa. “Esto es de tus padres.”
Me reí tontamente y cojeé hacia el mesón mientras él la abría, revelando una enorme cantidad de bolitas de icopor. Sil, siendo el idiota que es, saltó sobre le mesón e inmediatamente sobre la caja, recostándose y mirándonos con ojos soñolientos.
“¡Levántate!” grité, pinchando con mi dedo su lado. Él se torció. Edward se agachó y para mi desagrado el gato comenzó a ronronear, saltando sobre sus hombros. Los miré con rabia antes de escarbar a través del paquete.
“Ahh…” dije, levantando un mameluco rosa. Edward hizo muecas y metió la mano dentro de la caja, sacando un azul con una cachorrito cocido en el pecho. Sonrió ampliamente y lo sostuvo enfrente de él. Rodé mis ojos y empuje mi mano dentro otra vez.
“Sabes, si no podemos decidir si rosa o azul siempre podríamos irnos por este,” murmuré y saqué el mameluco de un pálido morado. Edward tosió y se giró lejos de mí mientras yo sacaba más amarillos y verdes.
“Morado es lo que rosa y azul harían.”
“Mi hijo no va a usar morado. No, incluso en la cama,” insistió.
“¡Ni siquiera sabes si vas a tener un hijo! Discutí. Él levantó una carta que estaba pegada al paquete y me fulminó con la mirada a modo de juego.
“Tu mamá dice que podemos usar al menos la mitad de estas ropas ahora, y que el resto cuando tengamos nuestro segundo bebe, porque ella sabe que tendremos más.” Me miró por debajo de sus pestañas y sonrió maliciosamente. Tragué. Demasiado atractivo, él era.
“Creo que ella está en lo correcto con esa afirmación.” Mascullé mientras Edward bajaba las tapas de la caja y se inclinaba sobre mí.
“Yo pienso que eres increíble todo el tiempo. Vas a ser una madre maravillosa.” Me Ruboricé. El hecho que Edward dijera eso lo hacía sonar mucho mejor que cuando alguien más lo decía. Mi mamá, mi papá, los padres de Edward. Todos me habían dicho exactamente las mismas cosas. Pero Edward, el papá de este bebé, me estaba diciendo que yo sería maravillosa, cuando no podía imaginar a nadie más perfecto que tomara el rol de un padre.
“Te amo”, le dije con todo el sentimiento que tenía en mi. Edward estaba mirando fijamente dentro de mis ojos mientras yo lo decía, y le sonreí. La misma expresión se reflejó en su cara mientras sus labios se levantaban y los presionaba en los míos de nuevo.
Caminamos fuera de allí con suficientes libros para llenar el estante que había dejado en el cuarto del bebe. Estaba tan feliz en el camino a casa que no pude parar de frotar mi gran vientre. Edward cantó junto con la radio, haciendo que mis mejillas dolieran por sonreír tanto.
“Supongo que tendremos que empezar a abastecernos con sabanillas y apaciguadores pronto,” dijo mientras me ayudaba a salir del carro. Me paré derecha y lo miré con lo que estoy segura era la expresión más confusa sobre mi cara.
“Disculpa… ¿qué dijiste?” Edward levantó la mirada, las bolsas en sus manos.
“sabanillas y apaciguadores, necesitaremos conseguir algunos. Ahora no falta mucho para eso,” se subió el andén a nuestra casa donde un cartero estaba esperando con un gran paquete marrón a sus pies.
“¿Qué rayos son sabanillas y apaciguadores?” grité tras él. Edward me miró sobre su hombro y luego la comprensión de dibujó en su cara.
“Ah, cierto, ustedes no los llaman así. Mm… pañales y chupetes, supongo,” le rodé mis ojos. Tonto él y su nacimiento a través del océano.
“Odio tu lengua,” le dije mientras firmaba el papel empujado frente a mi por el cartero. Edward me pasó una bolsa liviana y levantó la caja, abriendo la puerta con su codo.
“Es el mismo tuyo, cariño,” dijo con risa. “Esto es de tus padres.”
Me reí tontamente y cojeé hacia el mesón mientras él la abría, revelando una enorme cantidad de bolitas de icopor. Sil, siendo el idiota que es, saltó sobre le mesón e inmediatamente sobre la caja, recostándose y mirándonos con ojos soñolientos.
“¡Levántate!” grité, pinchando con mi dedo su lado. Él se torció. Edward se agachó y para mi desagrado el gato comenzó a ronronear, saltando sobre sus hombros. Los miré con rabia antes de escarbar a través del paquete.
“Ahh…” dije, levantando un mameluco rosa. Edward hizo muecas y metió la mano dentro de la caja, sacando un azul con una cachorrito cocido en el pecho. Sonrió ampliamente y lo sostuvo enfrente de él. Rodé mis ojos y empuje mi mano dentro otra vez.
“Sabes, si no podemos decidir si rosa o azul siempre podríamos irnos por este,” murmuré y saqué el mameluco de un pálido morado. Edward tosió y se giró lejos de mí mientras yo sacaba más amarillos y verdes.
“Morado es lo que rosa y azul harían.”
“Mi hijo no va a usar morado. No, incluso en la cama,” insistió.
“¡Ni siquiera sabes si vas a tener un hijo! Discutí. Él levantó una carta que estaba pegada al paquete y me fulminó con la mirada a modo de juego.
“Tu mamá dice que podemos usar al menos la mitad de estas ropas ahora, y que el resto cuando tengamos nuestro segundo bebe, porque ella sabe que tendremos más.” Me miró por debajo de sus pestañas y sonrió maliciosamente. Tragué. Demasiado atractivo, él era.
“Creo que ella está en lo correcto con esa afirmación.” Mascullé mientras Edward bajaba las tapas de la caja y se inclinaba sobre mí.
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
Través del Océano
Capítulo dieciséis: conserje, por favor
Estaba esperando por ello.
Cualquier día ahora y habría una llamada. ‘Estamos en el hospital’, ‘rompí fuente’. ‘Arranque estúpido, te voy a matar si no inicias ese carro’.
Cualquiera de ellas serían buenas noticias. En la primera semana de agosto estaba más que listo para que Bella entrara en labor. Más que listo para que nuestro bebe llegue al mundo. Más que listo para ser padre.
Padre.
Siempre que pienso en ese término inmediatamente pienso en mi propio padre. Realmente, él es la única persona a la que puedo imaginar en el rol. Hizo un trabajo tan espectacular como el mío, que no podía ver a nadie más que encajara en el trabajo, especialmente yo. Y, en unos pocos días, o semanas, habría una pequeña persona respetándome. Yo sería su padre.
La gran sonrisa estaba dispersa a través de mi cara antes que me diera cuenta.
Y, por supuesto, una vez me di cuenta, también noté que estaba parado en el medio de la oficina, papeles y un café caliente en mi mano mientras miraba perdidamente el espacio, soñando despierto sobre el día que estaba esperando viniera pronto.
“Em, ¿Sr. Cullen?” Tanya, mi recepcionista, preguntó suavemente. “¿Está usted bien, señor?” Salté y bajé mi mirada hacia ella, completamente confundido. ¿Por qué estaba ella en mi fantasía de una vida en familia?.
“Oh, si, muy bien,” respondí, sonriendo débilmente. “Sólo pensando, eso es todo.” Tanya me sonrió burlonamente.
“No se preocupe, señor,” dijo. “Estoy segura que no falta mucho hasta que esté camino al hospital y tomando vacaciones.” Sonreí. Había una buena razón por la que había contratado a Tanya. Poniendo de lado el hecho de que Jessica era una idiota y completamente incompetente, y que Tanya había sido contratado sólo para que yo pudiera despedir a Jess, Tanya era una buena trabajadora y estaba probando ser una buena amiga.
“Hola, Edward,” gorjeó Jessica, inclinándose sobre su escritorio y moviendo despacio sus párpados hacia mi. Arrugué mi nariz y retrocedí un poquito. Tanya me rodó sus ojos y se giró de regreso al computador, adyacente al de la Srta. Stanley. ¿Cuándo iba a tener el coraje para despedir la chica?
“Hola Jessica,” mascullé y caminé dentro de mi oficina. Me senté y comencé a trabajar concentrado, reprogramando una reuniones y recibiendo llamadas de Jasper y el Sr. Michaels. Emmett acababa de dejar unas notas cuando Tanya llamó dentro de la habitación.
“Edward, hay alguien aquí para verte,” su voz vino aburrida desde el altavoz.
“Hazlo entrar,” dije, no quitando mi vista de las hojas que había recibido.
“Dije que podía, pero Jessica lo está haciendo físicamente imposible. Lo cual probablemente no es una buena idea ya que su visitante está increíblemente embarazada y luciendo un anillo de compromiso bastante encantador.” Mi humor se levantó por completo y prácticamente me lancé a través del cuarto, tirando abierta la puerta y saliendo hacia la oficina.
“Escucha estúpida imbécil plástica. Me voy a casar con el chico, y tu no,” Bella llevó su mano izquierda hacia su cara. “Ahora estoy muy hormonal y muy enojada y definitivamente es una buena idea dejarme ver a Edward.” Sonreí mientras escuchaba a Jessica morder su goma y cambiar su peso, sacando un lado de la cadera mientras descansaba sus manos en ella. Tanya se rió con disimulo y sacudió su cabeza, dando clic en el computador.
“Mire, señora,” comenzó Jessica en esa molesta voz. Se que Bella me vio, pero aparentemente también estaba interesada en como avergonzar a Jessica. “¿Usted cree que es la primera persona en entrar fresca y tratar de reclamar a este chico? He estado tratando de obtener su atención por meses, y créeme, no va a estar interesado en su trasero embarazado.” Oppsss. No debería haber ido allí.
Hábilmente caminé alrededor de Jessica y le sonreí triunfante a Bella, envolví mis brazos alrededor suyo y me incliné, besándola porque si. Mientras me alejaba le di una amplia sonrisa y ella me devolvió el favor, su sonrisa iluminó el cuarto. Aparté los flecos de sus ojos y la besé de manera inocente antes de girar mi cara hacia mis secretarias.
“Jessica, me gustaría que conocieras a mi prometida, Bella,” dije felizmente. La sonrisa de Jessica cayó y su cara se empalideció mientras le daba la espalda. “Estoy muy complacido de verte,” le dije a Bella. “Incluso si es inesperadamente.”
Ella sonrió. “No había estado aquí antes, y pensé que debería venir antes de traer al bebe algún día.” Ambos nos reímos y sus ojos revisaron el cuarto. Se presentó a si misma ante Tanya mientras Jessica trataba de dar la idea que estaba trabajando, sentándose y levantando el teléfono.
Bella se veía adorable. Estaba usando un vestido azul de verano que, me avergüenzo de decir, atrajo mis ojos a su pecho, pero flotaba por su gran vientre. Llevaba un suéter beige tejido, con las mangas subidas y un par de zapatos planos. Sostuvo mi mano y se recostó en mi hombro, su anillo titilando sobre su dedo.
“¿Quieres ir a almorzar conmigo?” preguntó discretamente, sonriendo deslumbrante y levantando la mirada cansada hacia mi. “Si no estás muy ocupado… o si tenías almuerzo, está bien. Puedo ir a casa.”
“¡No!” exclamé. “Me encantaría salir contigo. Será como esas citas que nunca tuvimos.” Bella se rió y se paró en las puntitas de sus zapatos para besarme. “Simplemente correré a mi oficina y sacaré las llaves del carro, ¿vale?” Ella asintió y sostuvo su vientre. Tanya le sonrió y se giró hacia ella, viéndose como si estuviera lista para empezar una conversación. Jessica agarró algunos papeles y se paró de su silla. Sonreí, caminando hacia mi puerta y rápidamente cogí las llaves de mi escritorio y bajé la tapa de mi portátil. Tan pronto como me giré oí gritos de cada una de las mujeres afuera, e hice muecas, pensando en lo que Jessica había hecho.
“¡EDWARD!” Gritó Bella. Rápidamente troté a mi puerta y salí, pero lo que vi fue lo que menos estaba esperando. La parte de adelante del vestido de Bella estaba mojado, y estaba agarrando la parte baja de su estómago, la tela arrugada en su mano mientras se sujetaba sobre el escritorio. Tanya estaba parada detrás de ella, una mano en su boca pero sonriendo, mientras que Jessica se veía como si estuviera metida un alboroto. Fue entonces cuando noté el agua sobre el piso y sobre los zapatos de Jessica.
“¡MIRE LO QUE HIZO!” gritó Jessica señalando sus pies. “¡ARRUINÓ completamente mis zapatos, Sr. Cullen, lo hizo a propósito!” No creí que fuera posible alcanzar este nivel de rabia, pero lo hice. Pisé duro hacia mi Bella y la estúpida Jessica.
“¡Su fuente se rompió, idiota!” Grité. “Eso es líquido amniótico, no agua que te tiró, ¡madura!” Y entonces actué de una manera muy inmadura y tiré los papeles en sus manos en su cara. “Estás despedida.” Siseé mientras su cara se arrugaba y rompía en sollozos, pisoteando hacia abajo del pasillo.
“Si, ¿puede enviarnos un conserje, por favor? Piso doce. Y alguien que limpie el camino hasta el parqueadero, por favor.” Alcé la vista hacia Tanya al teléfono, tenía una amplia sonrisa, claramente entretenida por lo que había pasado y feliz por lo que estaba pasando.
“¿Estás bien?” le pregunté a Bella suavemente, sosteniéndola fuerte.
“Si, simplemente llévame al hospital, por favor,” me rogó mientras sus dedos se enterraban en mi brazo y hacía muecas. El teléfono a mi lado había estado sonando por algún tiempo, sacándome de quicio.
“¿Hola?” grité impaciente.
“¡Edward!” murmuró Rose. “N lo vas a creer, ¡me voy a casar! ¡Emmett me lo propuso!”
“Hah, yo gano, ¡estoy tiendo un bebe!” le solté antes de colgar. “Tanya, cuando la Srta. Hale vuelva a llamar, ¿puedes explicarle, por favor, a donde vamos? Gracias.” Sostuve a Bella mientras nos comenzamos a mover rápidamente hacia el elevador.
“¡Felicitaciones!” Gritó Tanya.
“¡Gracias!” respondimos ambos. Bella estaba respirando tal como nos habían enseñado, y de vez en cuando se congelaba cuando estaba teniendo una contracción, estaba tan emocionado, ni siquiera podía hablar. Todos nos miraban curiosos mientras yo me apuraba hasta el carro y lo parqueaba para que Bella se trepara.
Estoy bastante seguro que conduje más rápido que nunca antes para lograrlo, y Dios debió haber sonriéndome –alguien debió haber estado haciéndolo- pues no me encontré ni un solo policia. Alice y Jasper estaban esperándonos fuera, milagrosamente, sosteniendo una silla de ruedas. Alice sostenía su propio vientre y balanceaba sus pies mientras Jasper sonreía bastante todo el tiempo que ayudaba a Bella a salir del carro.
Dios, el resto fue simplemente un torbellino. Antes que lo supiera ella se había cambiado a una bata del hospital y movido a su propio cuarto, luego sacada de allí hacia la sala de parto. Estaba emocionado, estaba asustado. No sería mucho tiempo, x minutos antes que fuera el padre de una persona real. Un papá. Todo estaba a punto de cambiar. Ahora.
“Edward” jadeó Bella en medio de una contracción. “Por favor, quédate por mi cabeza, ¿vale?” Le sonreí y limpié el cabello de su frente sudorosa. Asentí y ella agarró mi mano de nuevo conforme contenía el aliento y pujaba. Fue así por unos minutos, teniendo más y más progreso a medida que avanzábamos.
“Sólo uno más, Bella,” le dijo el doctor, sólo sus ojos eran visibles por todo el material del hospital. Bella comenzó a pujar, y fue en ese momento que mi maravilloso amigo Emmett decidió entrar, sólo para congelarse inmediatamente en su camino, sus ojos bien abiertos. Como puedes imaginar, tenía una vista diferente de la que yo tenía.
“Oh…” masculló, respirando profundamente y temblando, antes de desmayarse justo enfrente mío. Me reí, no pude evitarlo, y Bella paró y se rió también, ambos risas mezclándose con el llanto de un bebe. A penas noté a Jasper arrastrando a Emmett del cuarto mientras Bella se relajaba en las almohadas y yo seguía a las enfermeras quienes estaban limpiando mi bebe.
“Bueno ustedes dos,” llamó el Doctor O’Relly. “Se que han estado peleando sobre esto, pero me temo que Bella gana. Han tenido una pequeña niña.” Me congelé, una niña. Mi pequeña niña. Bella suspiró detrás de mi, y sentí q mi corazón se hinchaba con tanto gozo cuando se giraron para poner el bulto en mis brazos, una pequeñita gorra puesta sobre una pequeña cara rosada.
Dios mío.
Estoy seguro que me veía como un idiota. Estaba sonriendo más amplio que nunca, mis mejillas herían. Rocé mi dedo contra sus diminutas mejillas, viendo su boca mientras movía sus labios, los pequeñísimos movimientos tan dulces para alguien tan pequeño. Esta era una personita de la que yo me haría cargo. Ella sería mi pequeña princesa y yo me aseguraría de ser su caballero con la brillante armadura. Seguro, cuando se tratara de alardear del trabajo de tus padres, puede que elija el de Bella. Yo lo haría, Pero yo le enseñaría como tocar el piano, le enseñaría como jugar béisbol. Le enseñaría como usar la gramática correcta y ella sería la manzana en mi ojo, ella iluminaría mi día. Tenía a las dos mujeres más hermosas en el mundo, todas para mí sólo.
Bella me estaba sonriendo con cariño con los párpados pesados, sus cabellos aún estaban regados sobre la almohada. Le sonreí, incapaz de evitar que el infeccioso sentimiento se esparciera por toda mi cara. Me senté sobre la cama al lado de Bella y cuidadosamente le pasé la diminuta y durmiente bebe. Inmediatamente sus ojos se llenaron con lágrimas mientras la miraba, poniendo la cobija lejos para ver su cara. Bella sorbió unas pocas veces, limpiando las lágrimas con la parte de atrás de su mano y luego levantó su cabeza hacia mí. Yo aún estaba sonriendo, incluso cuando me incliné para besarla.
“Dios, te amo,” me dijo antes de mirar a nuestra hija. “¿Cómo la vamos a llamar?
“Marie,” dije sin dudarlo. No lo admitiría, pero había estado pensando en cómo llamaría a una pequeña niña. La idea de tener una niña para mimar me atraía. Marie era el segundo nombre de Bella, el nombre de una abuela que amó mucho. Ella lloró aún más cuando lo dije.
“Marie Eme,” dijo finalmente. Sonreí ampliamente.
“Ese es un nombre divertido,” la tenté. Bella rodó sus ojos.
“Y qué, me gusta tu mamá, y tu escogiste el nombre de mi abuela, lo cual es increíble, y te amo, y la amo a ella. Es tan linda. ¿Puedo casarme contigo ahora?” Bella lo preguntó tan de repente que me cogió fuera de guardia, pero aún me reí entre dientes como un idiota y la besé de nuevo.
“Si, bastante pronto, por favor,” dije. La enfermera escribió el nombre Marie en su certificado de nacimiento, y otra la tomó hacia el pabellón de recién nacidos mientras movían a Bella para limpiarla. Le di a mi esposa otro beso antes de dirigirme fuera a la sala de espera donde sólo encontré a Rosalie y a Emmett esperando.
“¿Dónde están los otros dos?” les pregunté con sueño. Ellos me sonrieron burlones. Emmett tenía hielo en su cabeza.
“Alice acaba de entrar en labor,” me informó Rosalie, eso causó que mi quijada cayera y mis ojos se abrieran.
“¡Es prematura!” exclamé. Rosalie se encogió, pero pude ver la emoción en sus ojos por convertirse en tía.
“El doctor nos ha asegurado que estará bien, es prematura solamente un poco más de un mes, de cualquier forma. ¡Supongo que el bebe está emocionado!” Se rió entre dientes. “De todas formas, ¿cuáles son las noticias? ¿Cómo está nuestro nuevo papi?”
“Tengo una hija,” les dije suavemente, sonriendo. “Su nombre es Marie Esme Cullen, es perfecta.” Ellos me guiaron a donde estaban Alice y Jasper,
La vista haciéndoseme incómoda pues Alice tenía varias contracción mientras les daba las noticias, por la cuales estaban emocionados, espacialmente ante la idea de proyectar pronto la boda. No fue mucho antes que dejara que los Hales fueran llevados hacia la sala de partos.
Bella estaba dormida cuando regresé. Estaba exhausta, estaba seguro. La habían cambiado a sus pijamas favoritas, los pantalones de a cuadros rosados y una camisa mía que había modificado para caber. Cuando la besé se despertó, y le pasé las noticias de Alice antes de mandarla a que regresara a dormir.
Capítulo dieciséis: conserje, por favor
Estaba esperando por ello.
Cualquier día ahora y habría una llamada. ‘Estamos en el hospital’, ‘rompí fuente’. ‘Arranque estúpido, te voy a matar si no inicias ese carro’.
Cualquiera de ellas serían buenas noticias. En la primera semana de agosto estaba más que listo para que Bella entrara en labor. Más que listo para que nuestro bebe llegue al mundo. Más que listo para ser padre.
Padre.
Siempre que pienso en ese término inmediatamente pienso en mi propio padre. Realmente, él es la única persona a la que puedo imaginar en el rol. Hizo un trabajo tan espectacular como el mío, que no podía ver a nadie más que encajara en el trabajo, especialmente yo. Y, en unos pocos días, o semanas, habría una pequeña persona respetándome. Yo sería su padre.
La gran sonrisa estaba dispersa a través de mi cara antes que me diera cuenta.
Y, por supuesto, una vez me di cuenta, también noté que estaba parado en el medio de la oficina, papeles y un café caliente en mi mano mientras miraba perdidamente el espacio, soñando despierto sobre el día que estaba esperando viniera pronto.
“Em, ¿Sr. Cullen?” Tanya, mi recepcionista, preguntó suavemente. “¿Está usted bien, señor?” Salté y bajé mi mirada hacia ella, completamente confundido. ¿Por qué estaba ella en mi fantasía de una vida en familia?.
“Oh, si, muy bien,” respondí, sonriendo débilmente. “Sólo pensando, eso es todo.” Tanya me sonrió burlonamente.
“No se preocupe, señor,” dijo. “Estoy segura que no falta mucho hasta que esté camino al hospital y tomando vacaciones.” Sonreí. Había una buena razón por la que había contratado a Tanya. Poniendo de lado el hecho de que Jessica era una idiota y completamente incompetente, y que Tanya había sido contratado sólo para que yo pudiera despedir a Jess, Tanya era una buena trabajadora y estaba probando ser una buena amiga.
“Hola, Edward,” gorjeó Jessica, inclinándose sobre su escritorio y moviendo despacio sus párpados hacia mi. Arrugué mi nariz y retrocedí un poquito. Tanya me rodó sus ojos y se giró de regreso al computador, adyacente al de la Srta. Stanley. ¿Cuándo iba a tener el coraje para despedir la chica?
“Hola Jessica,” mascullé y caminé dentro de mi oficina. Me senté y comencé a trabajar concentrado, reprogramando una reuniones y recibiendo llamadas de Jasper y el Sr. Michaels. Emmett acababa de dejar unas notas cuando Tanya llamó dentro de la habitación.
“Edward, hay alguien aquí para verte,” su voz vino aburrida desde el altavoz.
“Hazlo entrar,” dije, no quitando mi vista de las hojas que había recibido.
“Dije que podía, pero Jessica lo está haciendo físicamente imposible. Lo cual probablemente no es una buena idea ya que su visitante está increíblemente embarazada y luciendo un anillo de compromiso bastante encantador.” Mi humor se levantó por completo y prácticamente me lancé a través del cuarto, tirando abierta la puerta y saliendo hacia la oficina.
“Escucha estúpida imbécil plástica. Me voy a casar con el chico, y tu no,” Bella llevó su mano izquierda hacia su cara. “Ahora estoy muy hormonal y muy enojada y definitivamente es una buena idea dejarme ver a Edward.” Sonreí mientras escuchaba a Jessica morder su goma y cambiar su peso, sacando un lado de la cadera mientras descansaba sus manos en ella. Tanya se rió con disimulo y sacudió su cabeza, dando clic en el computador.
“Mire, señora,” comenzó Jessica en esa molesta voz. Se que Bella me vio, pero aparentemente también estaba interesada en como avergonzar a Jessica. “¿Usted cree que es la primera persona en entrar fresca y tratar de reclamar a este chico? He estado tratando de obtener su atención por meses, y créeme, no va a estar interesado en su trasero embarazado.” Oppsss. No debería haber ido allí.
Hábilmente caminé alrededor de Jessica y le sonreí triunfante a Bella, envolví mis brazos alrededor suyo y me incliné, besándola porque si. Mientras me alejaba le di una amplia sonrisa y ella me devolvió el favor, su sonrisa iluminó el cuarto. Aparté los flecos de sus ojos y la besé de manera inocente antes de girar mi cara hacia mis secretarias.
“Jessica, me gustaría que conocieras a mi prometida, Bella,” dije felizmente. La sonrisa de Jessica cayó y su cara se empalideció mientras le daba la espalda. “Estoy muy complacido de verte,” le dije a Bella. “Incluso si es inesperadamente.”
Ella sonrió. “No había estado aquí antes, y pensé que debería venir antes de traer al bebe algún día.” Ambos nos reímos y sus ojos revisaron el cuarto. Se presentó a si misma ante Tanya mientras Jessica trataba de dar la idea que estaba trabajando, sentándose y levantando el teléfono.
Bella se veía adorable. Estaba usando un vestido azul de verano que, me avergüenzo de decir, atrajo mis ojos a su pecho, pero flotaba por su gran vientre. Llevaba un suéter beige tejido, con las mangas subidas y un par de zapatos planos. Sostuvo mi mano y se recostó en mi hombro, su anillo titilando sobre su dedo.
“¿Quieres ir a almorzar conmigo?” preguntó discretamente, sonriendo deslumbrante y levantando la mirada cansada hacia mi. “Si no estás muy ocupado… o si tenías almuerzo, está bien. Puedo ir a casa.”
“¡No!” exclamé. “Me encantaría salir contigo. Será como esas citas que nunca tuvimos.” Bella se rió y se paró en las puntitas de sus zapatos para besarme. “Simplemente correré a mi oficina y sacaré las llaves del carro, ¿vale?” Ella asintió y sostuvo su vientre. Tanya le sonrió y se giró hacia ella, viéndose como si estuviera lista para empezar una conversación. Jessica agarró algunos papeles y se paró de su silla. Sonreí, caminando hacia mi puerta y rápidamente cogí las llaves de mi escritorio y bajé la tapa de mi portátil. Tan pronto como me giré oí gritos de cada una de las mujeres afuera, e hice muecas, pensando en lo que Jessica había hecho.
“¡EDWARD!” Gritó Bella. Rápidamente troté a mi puerta y salí, pero lo que vi fue lo que menos estaba esperando. La parte de adelante del vestido de Bella estaba mojado, y estaba agarrando la parte baja de su estómago, la tela arrugada en su mano mientras se sujetaba sobre el escritorio. Tanya estaba parada detrás de ella, una mano en su boca pero sonriendo, mientras que Jessica se veía como si estuviera metida un alboroto. Fue entonces cuando noté el agua sobre el piso y sobre los zapatos de Jessica.
“¡MIRE LO QUE HIZO!” gritó Jessica señalando sus pies. “¡ARRUINÓ completamente mis zapatos, Sr. Cullen, lo hizo a propósito!” No creí que fuera posible alcanzar este nivel de rabia, pero lo hice. Pisé duro hacia mi Bella y la estúpida Jessica.
“¡Su fuente se rompió, idiota!” Grité. “Eso es líquido amniótico, no agua que te tiró, ¡madura!” Y entonces actué de una manera muy inmadura y tiré los papeles en sus manos en su cara. “Estás despedida.” Siseé mientras su cara se arrugaba y rompía en sollozos, pisoteando hacia abajo del pasillo.
“Si, ¿puede enviarnos un conserje, por favor? Piso doce. Y alguien que limpie el camino hasta el parqueadero, por favor.” Alcé la vista hacia Tanya al teléfono, tenía una amplia sonrisa, claramente entretenida por lo que había pasado y feliz por lo que estaba pasando.
“¿Estás bien?” le pregunté a Bella suavemente, sosteniéndola fuerte.
“Si, simplemente llévame al hospital, por favor,” me rogó mientras sus dedos se enterraban en mi brazo y hacía muecas. El teléfono a mi lado había estado sonando por algún tiempo, sacándome de quicio.
“¿Hola?” grité impaciente.
“¡Edward!” murmuró Rose. “N lo vas a creer, ¡me voy a casar! ¡Emmett me lo propuso!”
“Hah, yo gano, ¡estoy tiendo un bebe!” le solté antes de colgar. “Tanya, cuando la Srta. Hale vuelva a llamar, ¿puedes explicarle, por favor, a donde vamos? Gracias.” Sostuve a Bella mientras nos comenzamos a mover rápidamente hacia el elevador.
“¡Felicitaciones!” Gritó Tanya.
“¡Gracias!” respondimos ambos. Bella estaba respirando tal como nos habían enseñado, y de vez en cuando se congelaba cuando estaba teniendo una contracción, estaba tan emocionado, ni siquiera podía hablar. Todos nos miraban curiosos mientras yo me apuraba hasta el carro y lo parqueaba para que Bella se trepara.
Estoy bastante seguro que conduje más rápido que nunca antes para lograrlo, y Dios debió haber sonriéndome –alguien debió haber estado haciéndolo- pues no me encontré ni un solo policia. Alice y Jasper estaban esperándonos fuera, milagrosamente, sosteniendo una silla de ruedas. Alice sostenía su propio vientre y balanceaba sus pies mientras Jasper sonreía bastante todo el tiempo que ayudaba a Bella a salir del carro.
Dios, el resto fue simplemente un torbellino. Antes que lo supiera ella se había cambiado a una bata del hospital y movido a su propio cuarto, luego sacada de allí hacia la sala de parto. Estaba emocionado, estaba asustado. No sería mucho tiempo, x minutos antes que fuera el padre de una persona real. Un papá. Todo estaba a punto de cambiar. Ahora.
“Edward” jadeó Bella en medio de una contracción. “Por favor, quédate por mi cabeza, ¿vale?” Le sonreí y limpié el cabello de su frente sudorosa. Asentí y ella agarró mi mano de nuevo conforme contenía el aliento y pujaba. Fue así por unos minutos, teniendo más y más progreso a medida que avanzábamos.
“Sólo uno más, Bella,” le dijo el doctor, sólo sus ojos eran visibles por todo el material del hospital. Bella comenzó a pujar, y fue en ese momento que mi maravilloso amigo Emmett decidió entrar, sólo para congelarse inmediatamente en su camino, sus ojos bien abiertos. Como puedes imaginar, tenía una vista diferente de la que yo tenía.
“Oh…” masculló, respirando profundamente y temblando, antes de desmayarse justo enfrente mío. Me reí, no pude evitarlo, y Bella paró y se rió también, ambos risas mezclándose con el llanto de un bebe. A penas noté a Jasper arrastrando a Emmett del cuarto mientras Bella se relajaba en las almohadas y yo seguía a las enfermeras quienes estaban limpiando mi bebe.
“Bueno ustedes dos,” llamó el Doctor O’Relly. “Se que han estado peleando sobre esto, pero me temo que Bella gana. Han tenido una pequeña niña.” Me congelé, una niña. Mi pequeña niña. Bella suspiró detrás de mi, y sentí q mi corazón se hinchaba con tanto gozo cuando se giraron para poner el bulto en mis brazos, una pequeñita gorra puesta sobre una pequeña cara rosada.
Dios mío.
Estoy seguro que me veía como un idiota. Estaba sonriendo más amplio que nunca, mis mejillas herían. Rocé mi dedo contra sus diminutas mejillas, viendo su boca mientras movía sus labios, los pequeñísimos movimientos tan dulces para alguien tan pequeño. Esta era una personita de la que yo me haría cargo. Ella sería mi pequeña princesa y yo me aseguraría de ser su caballero con la brillante armadura. Seguro, cuando se tratara de alardear del trabajo de tus padres, puede que elija el de Bella. Yo lo haría, Pero yo le enseñaría como tocar el piano, le enseñaría como jugar béisbol. Le enseñaría como usar la gramática correcta y ella sería la manzana en mi ojo, ella iluminaría mi día. Tenía a las dos mujeres más hermosas en el mundo, todas para mí sólo.
Bella me estaba sonriendo con cariño con los párpados pesados, sus cabellos aún estaban regados sobre la almohada. Le sonreí, incapaz de evitar que el infeccioso sentimiento se esparciera por toda mi cara. Me senté sobre la cama al lado de Bella y cuidadosamente le pasé la diminuta y durmiente bebe. Inmediatamente sus ojos se llenaron con lágrimas mientras la miraba, poniendo la cobija lejos para ver su cara. Bella sorbió unas pocas veces, limpiando las lágrimas con la parte de atrás de su mano y luego levantó su cabeza hacia mí. Yo aún estaba sonriendo, incluso cuando me incliné para besarla.
“Dios, te amo,” me dijo antes de mirar a nuestra hija. “¿Cómo la vamos a llamar?
“Marie,” dije sin dudarlo. No lo admitiría, pero había estado pensando en cómo llamaría a una pequeña niña. La idea de tener una niña para mimar me atraía. Marie era el segundo nombre de Bella, el nombre de una abuela que amó mucho. Ella lloró aún más cuando lo dije.
“Marie Eme,” dijo finalmente. Sonreí ampliamente.
“Ese es un nombre divertido,” la tenté. Bella rodó sus ojos.
“Y qué, me gusta tu mamá, y tu escogiste el nombre de mi abuela, lo cual es increíble, y te amo, y la amo a ella. Es tan linda. ¿Puedo casarme contigo ahora?” Bella lo preguntó tan de repente que me cogió fuera de guardia, pero aún me reí entre dientes como un idiota y la besé de nuevo.
“Si, bastante pronto, por favor,” dije. La enfermera escribió el nombre Marie en su certificado de nacimiento, y otra la tomó hacia el pabellón de recién nacidos mientras movían a Bella para limpiarla. Le di a mi esposa otro beso antes de dirigirme fuera a la sala de espera donde sólo encontré a Rosalie y a Emmett esperando.
“¿Dónde están los otros dos?” les pregunté con sueño. Ellos me sonrieron burlones. Emmett tenía hielo en su cabeza.
“Alice acaba de entrar en labor,” me informó Rosalie, eso causó que mi quijada cayera y mis ojos se abrieran.
“¡Es prematura!” exclamé. Rosalie se encogió, pero pude ver la emoción en sus ojos por convertirse en tía.
“El doctor nos ha asegurado que estará bien, es prematura solamente un poco más de un mes, de cualquier forma. ¡Supongo que el bebe está emocionado!” Se rió entre dientes. “De todas formas, ¿cuáles son las noticias? ¿Cómo está nuestro nuevo papi?”
“Tengo una hija,” les dije suavemente, sonriendo. “Su nombre es Marie Esme Cullen, es perfecta.” Ellos me guiaron a donde estaban Alice y Jasper,
La vista haciéndoseme incómoda pues Alice tenía varias contracción mientras les daba las noticias, por la cuales estaban emocionados, espacialmente ante la idea de proyectar pronto la boda. No fue mucho antes que dejara que los Hales fueran llevados hacia la sala de partos.
Bella estaba dormida cuando regresé. Estaba exhausta, estaba seguro. La habían cambiado a sus pijamas favoritas, los pantalones de a cuadros rosados y una camisa mía que había modificado para caber. Cuando la besé se despertó, y le pasé las noticias de Alice antes de mandarla a que regresara a dormir.
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
Fui a dar una vuelta, pasando la tienda de regalos llena con rosados claros y azules, mirando los azules y preguntándome por qué había querido un hijo en primer lugar, mi pequeña niña es maravillosa. Me encontré a mi mismo caminando de regreso al cuarto de Bella, después de no se cuanto tiempo que había pasado. Parecía como si había sido una eternidad desde que habíamos llegado aquí, y ese probaba ser el punto.
Dentro del cuarto, Bella estaba durmiendo silenciosamente, y para mi gusto, Alice estaba profundamente dormida en la cama al lado de ella. Le sonreí a mi amiga, acababa de pasar por todo esto también. Noté que una diminuta cama estaba al lado de Bella, mi preciosa hijita dentro, y en una incubadora estaba el bebe de Alice, las enfermeras ocupadas revisando todo el equipo colgando alrededor de él.
“Esto es asombroso,” escuché a alguien susurrar a mi lado, y me giré para encontrar a Jasper, su cabello completamente desordenado y su cara roja por llorar. Me sonrió y luego señaló hacia una enfermera poniendo un pequeño bebe en la incubadora, cerca de mi hija.
“Ese es mi hijo,” me contó. Solté mi respiración. Por mucho, esta era el día más feliz de mi vida. Me giré hacia mi amigo y sonreí, dándole un cálido abrazo.
"Christopher Matthew Hale," suspiró Jasper, sonriendo a través del vidrio.
“Ese es por mucho el nombre más largo en todo el mundo,” le dije bromeando, Jasper me rodó sus ojos pero se rió. Sabía que los dos nombres eran por su abuelo y el de Alice.
Mientras me paré ahí con uno de mis mejores amigos en este mundo, Mientras mirábamos a nuestros hijos, me sentí nuevo, Me sentí diferente, cambiado. Estaba listo para esto. Estaba listo para todo. Estaba ansioso, sostener ese bebe de nuevo en mis brazos, y asegurarme de que nunca jamás algo le lastimara.
“Quien sabe,” dijo Jasper en un tono liviano. “Tal vez esos dos terminarán juntos un día.” Empujó mi hombro suavemente y perdí mi balance. Le di una buena mirada envenenada, cruzando mis brazos.
“Mantén a tu hijo lejos de mi hija,” refunfuñé, pero ambos lo olvidamos y sonreímos.
_________________
XIKAS FALTA MAS K POK PARA K TERMINE ......KISAS LO PONGA MAS TARDE^^
ESPERO K ESTO LES GUSTE^^
Dentro del cuarto, Bella estaba durmiendo silenciosamente, y para mi gusto, Alice estaba profundamente dormida en la cama al lado de ella. Le sonreí a mi amiga, acababa de pasar por todo esto también. Noté que una diminuta cama estaba al lado de Bella, mi preciosa hijita dentro, y en una incubadora estaba el bebe de Alice, las enfermeras ocupadas revisando todo el equipo colgando alrededor de él.
“Esto es asombroso,” escuché a alguien susurrar a mi lado, y me giré para encontrar a Jasper, su cabello completamente desordenado y su cara roja por llorar. Me sonrió y luego señaló hacia una enfermera poniendo un pequeño bebe en la incubadora, cerca de mi hija.
“Ese es mi hijo,” me contó. Solté mi respiración. Por mucho, esta era el día más feliz de mi vida. Me giré hacia mi amigo y sonreí, dándole un cálido abrazo.
"Christopher Matthew Hale," suspiró Jasper, sonriendo a través del vidrio.
“Ese es por mucho el nombre más largo en todo el mundo,” le dije bromeando, Jasper me rodó sus ojos pero se rió. Sabía que los dos nombres eran por su abuelo y el de Alice.
Mientras me paré ahí con uno de mis mejores amigos en este mundo, Mientras mirábamos a nuestros hijos, me sentí nuevo, Me sentí diferente, cambiado. Estaba listo para esto. Estaba listo para todo. Estaba ansioso, sostener ese bebe de nuevo en mis brazos, y asegurarme de que nunca jamás algo le lastimara.
“Quien sabe,” dijo Jasper en un tono liviano. “Tal vez esos dos terminarán juntos un día.” Empujó mi hombro suavemente y perdí mi balance. Le di una buena mirada envenenada, cruzando mis brazos.
“Mantén a tu hijo lejos de mi hija,” refunfuñé, pero ambos lo olvidamos y sonreímos.
_________________
XIKAS FALTA MAS K POK PARA K TERMINE ......KISAS LO PONGA MAS TARDE^^
ESPERO K ESTO LES GUSTE^^
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
que lindo¡¡¡¡
Marie que linda
espero que pongas más
Marie que linda
espero que pongas más
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
amentablemente el proximo sera el ultimo^^ ...........................................
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
QUE¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
de verdad??
ya llegamos al termino
oh, q lastima esta muy linda la historia para acabar...pero bueno ojala la pongas pronto
de verdad??
ya llegamos al termino
oh, q lastima esta muy linda la historia para acabar...pero bueno ojala la pongas pronto
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
q bello marie ese nombre es lindo pero le hubiean puesto renesmee mejor, no importa la historia esta genial e igual detesto a jess solo falta jake
no puede ser ya se va a terminar
no puede ser ya se va a terminar
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
Bueno xkas este es el ultimo^^
sorry por aberlas exo espera^^
espero k les guste
__________________________________________________________________________
A través del Océano
Capítulo diecisiete: Finales Felices
Dos años después.
¿Cómo describes los momentos más felices de la vida? ¿Cuáles son tan especiales que están clasificados de tal forma? ‘Los más felices’.
Para mí, cada sencillo día era el más feliz de mi vida.
Mi bella hija. Marie era tan inteligente. A los dos años, ya se estaba hablando tanto. A veces casi tenía sentido, pero ella continuaba balbuceando. Era la pequeña niña de papá como a mi esposo le gustaba señalar. Marie amaba ayudarme en la panadería, pero en el momento en que su padre estaba en casa difícilmente dejaba su lado. A Edward le fascinaba. Siempre tenía la más grande de las sonrisas en su cara, y amaba absolutamente siempre que ella hacia sonar fuerte el piano.
Estábamos casados cuando Marie tenía cinco meses y me veía casi normal de nuevo. Usé un vestido blanco simple, adornado sencillamente a través del los pechos y el torso por encaje y bordados. Para nuestra luna de miel, fuimos de regreso a Inglaterra, visitando a sus padres con la pequeña Marie por unas semanas, antes que ellos se hicieran cargo de ella mientras volábamos a Paris por unas noches, de modo que realmente pude echarle un vistazo, no como la última vez que había estado allí.
Increíble. Mi vida era simplemente increíble. Ahora, dos semanas después del segundo cumpleaños de Marie, estaba de siete meses de embarazo con nuestro segundo hijo. Edward no sabía, pero yo sabía que estábamos teniendo un niño esta vez. Quería mantenerlo como un secreto, pera ver cuán feliz estaría. Por supuesto, había dejado las sutiles insinuaciones aquí y allí. Las ropas azules y verdes, las cobijas, el borde alrededor del cuarto blanco al otro lado del de Marie.
Y Alice. Ella y Jasper habían tenido otro bebe. ¡Bueno, bebes, supongo! Tuvieron gemelos el año pasado, dos pequeñas niñas llamadas Amelia y Lacey. Molesté a Alice con que Lacey era por su pasión por la moda , pero ella sólo me lanzó miradas furiosas. Christopher estaba absolutamente divino. Él nene más lindo que jamás había visto. Al menos hasta que vi como se vería el hijo de Edward. Era diminuto, seguro, ¡pero era tan listo! Estaba leyendo y hablando tan rápido que me asombró. Por supuesto, no podía recordar nada, como cualquier niño, ¡pero aún así era tan dulce!
Rosalie y Emmett se casaron el año pasado. Una boda absolutamente hermosa. Para mi, fue pasarse de la raya, pero así es como siempre había sido Rosalie. Ahora estaban tratando de tener un bebe, pero estoy bastante segura que de todas formas a Rosalie le gusta toda la actividad que estaba teniendo.
Hoy era un maravilloso día veraniego. Jasper me estaba trayendo a casa después del un evento, y ambos estábamos colgando de las ventanas, por así decirlo. Mi cabello volaba alrededor mío mientras miraba con los ojos entrecerrados contra el brillante sol, sosteniendo mi gran vientre bajo el ancho vestido negro. Jasper me miró y sonrió. Ambos habíamos pegado fotos de nuestros hijos dentro del espejo retrovisor de la van, cada vez que las veíamos nos animaban un poco más.
Paró en la entrada, al lado del carro de Edward y me ayudó a salir, como el caballero que era. Ya estaba a punto de llorar por lo dulce que era, pero me alejó. Él podía decir cuan emocional estaba. Me reí mientras retrocedía en la entrada, enviándome una tímida mirada, y me dirigí hacia dentro.
“¿Hola?” llamé, poniendo mi chal sobre el mesón. Silvestre vino rápido hacia mi y sostuve mis brazos abiertos mientras el saltaba dentro de ellos. ¿Dónde estaban todos? Eché una mirada alrededor de la casa. No estaban en la cocina o en la sala. “¿Edward?” llamé. Caminé por el pasillo y revisé todos los cuartos. Pero aún no estaban allí.
Fui hacia el piano y entonces los vi. Estaban sentados en la playa, Marie estaba corriendo alrededor mientras Edward construía un castillo de arena, todavía usando su ropa de trabajo, lo que simplemente se veía adorable. Ella estaba vestida con un lindo vestidito de verano, escapándose de las olas antes de caer sobre su colita y reír. Cada vez que eso pasaba, Edward la ponía en su regazo para asegurarse que estuviera bien.
Bajé las escaleras en espiral hacia la playa e hice mi camino hacia él. Tenía la mayor parte de su espalda hacia mi, sus piernas estiradas frente a su cuerpo. Las mangas de su camisa estaban enrolladas hasta sus codos y Marie estaba sentada entre sus piernas. Ella levantó arena entre sus manos antes de dejarla caer, sus rizos cafés volando alrededor con el viento. Edward estaba mirando fijamente hacia el agua, alisando el cabello de Marie de vez en cuando. El sol estaba comenzando a meterse, fundiendo todo en naranjas y rosados.
La vista era hermosa.
“Hola,” dije suavemente. Edward se giró inmediatamente para enfrentarme y la mirada sobre su cara hizo que mi corazón se saltara latidos, acelerara y mis labios formaron una sonrisa.
“¡Mami!” exclamó Marie, levantándose de un salto y corriendo hacia mi. Sonreí la levanté besando sus suaves y pequeñas mejillas mientras ella se agarraba alrededor de mi cuello.
“¡¿Cómo has estado?!” pregunté emocionada, sentándome al lado de mi esposo en la arena.
“¡Hicimos un castillos!” me dijo felizmente, corriendo al otro lado y levantando ostras, pegándolas en las paredes.
“Es lindo,” le dije. “¿Papi te ayudó?” Ella levantó su mirada y sonrió complacida, asintiendo con fuerza. Me giré hacia Edward quien estaba recostado hacia mi, contemplándome. Sonreí y se inclinó dándome un beso que me robó el aliento por completo.
“Te extrañé,” murmuró, haciéndome sonreír. “Pero creo que es hora de ir a la cama para alguien,” dijo un poco más fuerte. Marie hizo mala cara pero estiró sus brazos para que Edward la levantara. Sostuvo un brazo bajo su colita y el otro sobre su espalda. Ella descansó su mejilla sobre su hombro y él me ofreció una mano para ayudarme a parar. Caminé con una mano en su bolsillo de atrás mientras lentamente nos movíamos hacia la casa.
“¿Quién tiene que tomar el baño esta noche?” pregunté, refiriéndome al baño de antes de dormir de Marie.
“Yo,” dijo simplemente. “Ella es la niña de papá, ¿verdad, bebe?” preguntó él. Ella dio unas risitas y asintió. Fruncí el ceño y saqué mi labio inferior.
“Pero, ¿y si mami quiere alistarte para la cama?” pregunté. Marie hizo mala cara.
“No, ¡esta noche papi!”, lloriqueó. Ambos nos reímos.
“Le gusto más,” me tomó el pelo. Rodé mis ojos.
“Vale,” dije, luego apunté hacia mi gran estómago. “Pero este es mío.” Edward se rió entre dientes mientras esperaba que comenzara a subir las escaleras antes de de seguirme.
Mientras Edward y Marie tomaban su baño, se cambiaban en sus pijamas y leían su cuento de dormir, tomé la oportunidad para cambiarme a mi pijama de seda y agarrar un tazón de helado, sentándome sobre nuestra cama y encendiendo la televisión. Podía escucharlos hablando en el baño y encendí el monitos de bebes cuando entraron al cuarto de Marie. En mi pecaminoso places y nunca se lo admitiré a él, pero amos escucharlo leer los cuentos por el monitor. Cuando estoy con él me siento completa y felizmente enamorada. Él es el mejor chico del mundo, estoy bastante segura. Incluso lo he atrapado escuchándome leer los cuentos.
Cuando la historia acabó, escuché un poco de estática y susurros, y supe que Edward se estaba levantando, metiéndola en la cama. “Di buenas noches a mami” le oí decir suavemente. Maldición. Atrapada.
“Buenas noche mami, te amo,” oí su soñolienta voz decir. Y, supongo que fueron las hormonas y lo feliz que me sentí, pero comencé a llorar. Puse el tazón vacío sobre la mesita de noche y comencé a sollozar, lágrimas calientes en mis manos.
“¿Bella?” escuché desde la puerta. Le eché una ojeada a Edward por entre mis dedos, con la camisa colgando abierta y viéndose bastante confundido. “¿Estás bien?” Simplemente comencé a llorar de nuevo. Él se apuró hacia mi lado, trepándose en la cama. “¿Estás bien, Bella?” preguntó de nuevo, quitando mis manos de mi cara y alejando mis cabellos.
“¡Estoy tan feliz!” sollocé. Volví mi cabeza hacia su pecho. Lo sentí sacudirse y cuando miré hacia arriba se estaba riendo a todo pulmón, tratando de permanecer tranquilo pero incapaz de pararlo. “¡No te rías! No tienes idea de cuán feliz me haces y justo ahora estoy tan hormonal y tan enamorada de ti y de ella, que simplemente no puedo soportarlo…” Edward sonrió ampliamente y levantó mi cara hacia él, plantando un beso en mis labios.
“Te amo, Bella,” susurró mientras nos metíamos más entre las sábanas. “Y te amaré por siempre.”
sorry por aberlas exo espera^^
espero k les guste
__________________________________________________________________________
A través del Océano
Capítulo diecisiete: Finales Felices
Dos años después.
¿Cómo describes los momentos más felices de la vida? ¿Cuáles son tan especiales que están clasificados de tal forma? ‘Los más felices’.
Para mí, cada sencillo día era el más feliz de mi vida.
Mi bella hija. Marie era tan inteligente. A los dos años, ya se estaba hablando tanto. A veces casi tenía sentido, pero ella continuaba balbuceando. Era la pequeña niña de papá como a mi esposo le gustaba señalar. Marie amaba ayudarme en la panadería, pero en el momento en que su padre estaba en casa difícilmente dejaba su lado. A Edward le fascinaba. Siempre tenía la más grande de las sonrisas en su cara, y amaba absolutamente siempre que ella hacia sonar fuerte el piano.
Estábamos casados cuando Marie tenía cinco meses y me veía casi normal de nuevo. Usé un vestido blanco simple, adornado sencillamente a través del los pechos y el torso por encaje y bordados. Para nuestra luna de miel, fuimos de regreso a Inglaterra, visitando a sus padres con la pequeña Marie por unas semanas, antes que ellos se hicieran cargo de ella mientras volábamos a Paris por unas noches, de modo que realmente pude echarle un vistazo, no como la última vez que había estado allí.
Increíble. Mi vida era simplemente increíble. Ahora, dos semanas después del segundo cumpleaños de Marie, estaba de siete meses de embarazo con nuestro segundo hijo. Edward no sabía, pero yo sabía que estábamos teniendo un niño esta vez. Quería mantenerlo como un secreto, pera ver cuán feliz estaría. Por supuesto, había dejado las sutiles insinuaciones aquí y allí. Las ropas azules y verdes, las cobijas, el borde alrededor del cuarto blanco al otro lado del de Marie.
Y Alice. Ella y Jasper habían tenido otro bebe. ¡Bueno, bebes, supongo! Tuvieron gemelos el año pasado, dos pequeñas niñas llamadas Amelia y Lacey. Molesté a Alice con que Lacey era por su pasión por la moda , pero ella sólo me lanzó miradas furiosas. Christopher estaba absolutamente divino. Él nene más lindo que jamás había visto. Al menos hasta que vi como se vería el hijo de Edward. Era diminuto, seguro, ¡pero era tan listo! Estaba leyendo y hablando tan rápido que me asombró. Por supuesto, no podía recordar nada, como cualquier niño, ¡pero aún así era tan dulce!
Rosalie y Emmett se casaron el año pasado. Una boda absolutamente hermosa. Para mi, fue pasarse de la raya, pero así es como siempre había sido Rosalie. Ahora estaban tratando de tener un bebe, pero estoy bastante segura que de todas formas a Rosalie le gusta toda la actividad que estaba teniendo.
Hoy era un maravilloso día veraniego. Jasper me estaba trayendo a casa después del un evento, y ambos estábamos colgando de las ventanas, por así decirlo. Mi cabello volaba alrededor mío mientras miraba con los ojos entrecerrados contra el brillante sol, sosteniendo mi gran vientre bajo el ancho vestido negro. Jasper me miró y sonrió. Ambos habíamos pegado fotos de nuestros hijos dentro del espejo retrovisor de la van, cada vez que las veíamos nos animaban un poco más.
Paró en la entrada, al lado del carro de Edward y me ayudó a salir, como el caballero que era. Ya estaba a punto de llorar por lo dulce que era, pero me alejó. Él podía decir cuan emocional estaba. Me reí mientras retrocedía en la entrada, enviándome una tímida mirada, y me dirigí hacia dentro.
“¿Hola?” llamé, poniendo mi chal sobre el mesón. Silvestre vino rápido hacia mi y sostuve mis brazos abiertos mientras el saltaba dentro de ellos. ¿Dónde estaban todos? Eché una mirada alrededor de la casa. No estaban en la cocina o en la sala. “¿Edward?” llamé. Caminé por el pasillo y revisé todos los cuartos. Pero aún no estaban allí.
Fui hacia el piano y entonces los vi. Estaban sentados en la playa, Marie estaba corriendo alrededor mientras Edward construía un castillo de arena, todavía usando su ropa de trabajo, lo que simplemente se veía adorable. Ella estaba vestida con un lindo vestidito de verano, escapándose de las olas antes de caer sobre su colita y reír. Cada vez que eso pasaba, Edward la ponía en su regazo para asegurarse que estuviera bien.
Bajé las escaleras en espiral hacia la playa e hice mi camino hacia él. Tenía la mayor parte de su espalda hacia mi, sus piernas estiradas frente a su cuerpo. Las mangas de su camisa estaban enrolladas hasta sus codos y Marie estaba sentada entre sus piernas. Ella levantó arena entre sus manos antes de dejarla caer, sus rizos cafés volando alrededor con el viento. Edward estaba mirando fijamente hacia el agua, alisando el cabello de Marie de vez en cuando. El sol estaba comenzando a meterse, fundiendo todo en naranjas y rosados.
La vista era hermosa.
“Hola,” dije suavemente. Edward se giró inmediatamente para enfrentarme y la mirada sobre su cara hizo que mi corazón se saltara latidos, acelerara y mis labios formaron una sonrisa.
“¡Mami!” exclamó Marie, levantándose de un salto y corriendo hacia mi. Sonreí la levanté besando sus suaves y pequeñas mejillas mientras ella se agarraba alrededor de mi cuello.
“¡¿Cómo has estado?!” pregunté emocionada, sentándome al lado de mi esposo en la arena.
“¡Hicimos un castillos!” me dijo felizmente, corriendo al otro lado y levantando ostras, pegándolas en las paredes.
“Es lindo,” le dije. “¿Papi te ayudó?” Ella levantó su mirada y sonrió complacida, asintiendo con fuerza. Me giré hacia Edward quien estaba recostado hacia mi, contemplándome. Sonreí y se inclinó dándome un beso que me robó el aliento por completo.
“Te extrañé,” murmuró, haciéndome sonreír. “Pero creo que es hora de ir a la cama para alguien,” dijo un poco más fuerte. Marie hizo mala cara pero estiró sus brazos para que Edward la levantara. Sostuvo un brazo bajo su colita y el otro sobre su espalda. Ella descansó su mejilla sobre su hombro y él me ofreció una mano para ayudarme a parar. Caminé con una mano en su bolsillo de atrás mientras lentamente nos movíamos hacia la casa.
“¿Quién tiene que tomar el baño esta noche?” pregunté, refiriéndome al baño de antes de dormir de Marie.
“Yo,” dijo simplemente. “Ella es la niña de papá, ¿verdad, bebe?” preguntó él. Ella dio unas risitas y asintió. Fruncí el ceño y saqué mi labio inferior.
“Pero, ¿y si mami quiere alistarte para la cama?” pregunté. Marie hizo mala cara.
“No, ¡esta noche papi!”, lloriqueó. Ambos nos reímos.
“Le gusto más,” me tomó el pelo. Rodé mis ojos.
“Vale,” dije, luego apunté hacia mi gran estómago. “Pero este es mío.” Edward se rió entre dientes mientras esperaba que comenzara a subir las escaleras antes de de seguirme.
Mientras Edward y Marie tomaban su baño, se cambiaban en sus pijamas y leían su cuento de dormir, tomé la oportunidad para cambiarme a mi pijama de seda y agarrar un tazón de helado, sentándome sobre nuestra cama y encendiendo la televisión. Podía escucharlos hablando en el baño y encendí el monitos de bebes cuando entraron al cuarto de Marie. En mi pecaminoso places y nunca se lo admitiré a él, pero amos escucharlo leer los cuentos por el monitor. Cuando estoy con él me siento completa y felizmente enamorada. Él es el mejor chico del mundo, estoy bastante segura. Incluso lo he atrapado escuchándome leer los cuentos.
Cuando la historia acabó, escuché un poco de estática y susurros, y supe que Edward se estaba levantando, metiéndola en la cama. “Di buenas noches a mami” le oí decir suavemente. Maldición. Atrapada.
“Buenas noche mami, te amo,” oí su soñolienta voz decir. Y, supongo que fueron las hormonas y lo feliz que me sentí, pero comencé a llorar. Puse el tazón vacío sobre la mesita de noche y comencé a sollozar, lágrimas calientes en mis manos.
“¿Bella?” escuché desde la puerta. Le eché una ojeada a Edward por entre mis dedos, con la camisa colgando abierta y viéndose bastante confundido. “¿Estás bien?” Simplemente comencé a llorar de nuevo. Él se apuró hacia mi lado, trepándose en la cama. “¿Estás bien, Bella?” preguntó de nuevo, quitando mis manos de mi cara y alejando mis cabellos.
“¡Estoy tan feliz!” sollocé. Volví mi cabeza hacia su pecho. Lo sentí sacudirse y cuando miré hacia arriba se estaba riendo a todo pulmón, tratando de permanecer tranquilo pero incapaz de pararlo. “¡No te rías! No tienes idea de cuán feliz me haces y justo ahora estoy tan hormonal y tan enamorada de ti y de ella, que simplemente no puedo soportarlo…” Edward sonrió ampliamente y levantó mi cara hacia él, plantando un beso en mis labios.
“Te amo, Bella,” susurró mientras nos metíamos más entre las sábanas. “Y te amaré por siempre.”
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
BUENO XIKAS ESTO ES TODO^^
PUEDEN DEAR SUS COMENTARIOS COMO
LES PARESIO Y LO K NO LES GUSTO^^
PUEDEN DEAR SUS COMENTARIOS COMO
LES PARESIO Y LO K NO LES GUSTO^^
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
q bello
pero ya se termino nooooooo
pero ya se termino nooooooo
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
HACI ES Y DA IGUAL MUXA PENIT
kumire_kd17- .
- Cantidad de envíos : 556
Fecha de nacimiento : 23/10/1990
Edad : 34
Localización :
Empleo /Ocio : JAJAJAJAJAJA DE OCIOSA ^^
Puntos : 568
Fecha de inscripción : 13/05/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
ser aq hay otro sobre marie??
Bbra- .
- Cantidad de envíos : 5723
Fecha de nacimiento : 30/07/1991
Edad : 33
Empleo /Ocio : estudiante
Puntos : 5738
Fecha de inscripción : 25/03/2009
Re: Atraves del Oceano..Twilight (completo)
siii faltó decirle a Edward que era varon su proximo hijo...faltó más
deberias tu seguir con la continuacion amiga, atrevete¡¡
deberias tu seguir con la continuacion amiga, atrevete¡¡
Atal- .
- Cantidad de envíos : 6713
Fecha de nacimiento : 02/08/1970
Edad : 54
Localización : Chile
Empleo /Ocio : fans
Mini-Blog : un día a la vez....
Puntos : 6809
Fecha de inscripción : 21/03/2009
Página 3 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» "Por Carretera" (Completo)
» "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
» El tiempo sin ti (Completo)
» Atardecer (Completo)
» I AM SILENT (Completo)
» "La Oficina" (M +18 ) COMPLETO
» El tiempo sin ti (Completo)
» Atardecer (Completo)
» I AM SILENT (Completo)
Página 3 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
6/8/2014, 3:25 pm por Sammy17
» Saludos desde BOLIVIA
18/11/2013, 1:07 pm por silan
» necesito ayuda
29/9/2013, 7:32 pm por an.dii.995
» Emmm hola :) me acabo de unir mucho gusto :3
10/8/2013, 12:23 am por emy1718
» ¿Tu piel es tan suave como parece? (M +18)
17/7/2013, 5:49 pm por Qamiila Quinteros
» Soy nueva :D
25/6/2013, 5:08 pm por valeria maria delosantos
» Soy Nuevo en el Foro y ahora que hago ???
6/6/2013, 10:49 am por bella_1996
» Dakota Fanning / Michael Sheen - Imagenes/Videos de Paparazzi / Estudio/ Eventos etc.
26/5/2013, 1:44 pm por isvilce
» Ashley Greene - Imagenes/Videos de Paparazzi / Estudio/ Eventos etc.
26/5/2013, 1:43 pm por isvilce
» 'Hold on to me'
26/5/2013, 1:39 pm por isvilce
» MAP TO THE STARS
26/5/2013, 1:37 pm por isvilce
» Taylor Lautner - Imagenes/Videos de Paparazzi / Estudio/ Eventos etc.
25/5/2013, 2:43 pm por isvilce
» Kristen Stewart
25/5/2013, 2:30 pm por isvilce
» Imagenes/Videos Paparazzi
25/5/2013, 2:25 pm por isvilce
» Kristen Stewart - Imagenes/Videos de Paparazzi / Estudio/ Eventos etc.
25/5/2013, 2:23 pm por isvilce