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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Oh Yuri los lei todos de un sopeton he quedado con una pena horrible!!
gracias por actualizar
cariños Nejix
gracias por actualizar
cariños Nejix
Nejix- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
No gracias ati por leerme... Ya pronto actualizare pero me da tristesa ya casi no le queda nada a este Fic...
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
No te preocupes este finaliza pero habra otros jejeje... y seran nuevos hijos para agregar al foro y a tu vida
besotes hermosa
besotes hermosa
Ebys Cullen- .
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Capitulo 26
Capitulo 26
Cerré la última de las maletas y la deje al lado de las otras dos. El ultimo días había sido uno de los mejores que había pasado allí, mi familia y mis amigos juntos, descubriendo de nuevo ese pequeño mundo que era aquella ciudad para cada persona. Me senté en la cama observando en que poco espacio cabía cuatro años. Esas tres maletas y mi cerebro era lo que mañana a la misma hora quedaría de mi estancia en Nueva York. Pensé en como seria yo después de irme. Había soñado años y años con venir a estudiar, licenciarme como la mejor, pero, ¿y después? ¿Cuándo hubiese conseguido eso, que pasaría? El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos, resople y me dirigí a la puerta.
-¿Qué haces aquí?- dije intentando no mostrar mis sentimientos hacia aquella visita, porque ni yo misma sabia que sentía al verle. –Creí que ayer dejamos todo claro. Pensé que no te volvería a ver-.
-¿Puedo pasar?- pregunto con las manos en los bolsillos levantando su mirada del suelo para fijarse en la mía.
-Pasa- dije echándome a un lado y dejándole pasar. –Te ofrecería algo para comer, pero no tenemos nada. La nevera esta vacía, mañana ya teníamos que dejarlo sin falta-.
-No pasa nada. ¿Cómo te sientes? Debe ser complicado dejarlo todo-.
-Lo es- dije sentándome a su lado. -Pero supongo que tu sentirás lo mismo al dejar tu cuarto en la hermandad-.
-Yo deje mi hogar hace un año Bella, y el dolor no es comparable. Espero-.
-Echare mucho de menos todo. La casa, la gente, el ambiente. La ciudad es general. Me va costar adaptarme al principio, estoy segura, pero lo mismo que me costo adaptarme aquí. La diferencia es que no estaréis vosotros-.
-Ni tu estarás aquí conmigo- dijo cogiendome la mano y sonriendo aunque yo no entendía el porque. –Llevas el anillo-. Baje mi mirada hasta mi mano para comprobar lo que ya sabía. Había intentado quitármelo mil veces, o incluso más, pero en el último momento desistía siempre.
-No he podido- confesé.
-¿Lo intentaste?- dijo con dolor en la voz.
-Muchas veces, mas de las que haya podido contar. Pero no pude. Sentía que quitármelo era eliminar la última esperanza, confirmar definitivamente que habíamos roto, y era tan duro pensar solamente en asumirlo-.
-Pensé que era porque me habías dejado de querer-.
-Eso a día de hoy en impensable. ¿Idiota verdad? No podemos dejar de sufrir ni aunque sepamos que es una causa perdida-.
-No tiene porque ser así-.
-No tiene porque, pero ya lo es. Mira Edward, yo te amo como jamás he querido a nadie a pesar de ser también la persona que mas daño me ha hecho. Pero al igual que tu decidiste tomar una decisión por los dos, esta vez me toca a mi tomarla, por mi. Entiende que esta vez soy yo la que se tiene que ir. A lo mejor dentro de dos meses la nostalgia me supera y vuelvo para instalare aquí. O simplemente te echo tanto de menos que esta vez si que puedo venir a verte y quedarme a tu lado. Hasta que eso pase, tú y yo seguimos siendo nada-.
-Pero yo no quiero ser nada para ti. Quiero ser lo de antes si es que alguna vez lo deje de ser y tu estés mintiendo. Tu para mi ere todo Bella, y jamás he dicho una mentira mas grande que cuando te dije "te he querido", porque en aquel momento yo te amaba mas que en el minuto anterior. He tardado un año en poder reunir el valor suficiente y mirarte a la cara para decirlo. Llámame mentiroso, cobarde o lo que te plazca, pero no dudes ni por un solo segundo que yo te deje de querer o que no te amo, porque no es así. No pienses que no significas nada para mi, porque te repito que eres mi vida entera. Y si me vuelven a decir de dejarte un año, aunque sea para ganar millones solo por respirar, no me volveré a equivocar, porque tu preciosa, no tienes precio-.
-No puedes hacerme esto ahora- dije acariciándole la mejilla.
-Déjame demostrarte una ultima vez esto- dijo levando la otra mano a su corazón. –Déjame demostrarte con actos que eres lo más importante para mí- dijo acercando su cara y dándome un pequeño beso en la comisura de los labios y quedándose ahí, esperando una respuesta por mi parte.
Instintivamente gire mi cara hasta esa zona donde mi piel ardía y bese sus labios con la misma fuerza que el día anterior. El no tardo en ponerle la misma intensidad y cogerme la cara con las manos para profundizar el beso. Una danza donde nuestras lenguas eran las protagonistas, pero ninguna lo hacia peor que la otra. Nuestras manos volvían a recorrer el cuerpo del otro reconociendo esas partes que desde hacia un año no exploraban y echaban tanto de menos. Me quede impresionada de lo bien formado que tenia el cuerpo Edward, o por lo menos mejor que antes. Debió de darse cuando ya demostraba demasiado interés porque una débil risa salio de sus labios pero sin dejar mi boca-.
-Surf. Era lo único que me ayudaba a evadirme y a pensar con claridad allí-.
-Bueno, las caderas que ves ahora son gracias a los kilos de helado. Era lo único que me consolaba en ciertos momentos- dije para poner yo también mi toque irónico.
-Tonterías. Sigues perfecta mi vida-.
En un rápido movimiento paso uno de sus brazos por detrás de mis piernas y el otro por mi espalda, y sin ningún tipo de esfuerzo se puso de pie cogiendome, y sin soltar nuestras bocas llevarnos a la habitación. Me dejo suavemente en la cama y rápidamente el ya estaba encima mío prestándome las atenciones adecuadas. Metí mis manos por debajo de su camiseta. Tenia prisa, apenas me iba en unas horas, y llevaba demasiado tiempo sin el. Tenia ganas de el. Pero una e sus manos tomo las miras y las saco.
-Déjame a mí. Hoy todo es para ti- dijo dándome un pequeño beso en la nariz y continuando con aquello mientras yo me dejaba hacer. Se sentía increíblemente bien así que no me quejaría. Poco a poco nuestras ropas fueron desapareciendo y nuestros cuerpos volvieron a ser una unión perfecta durante toda la noche. No fueron necesarias palabras, ni gemidos escandalosos. Los besos, las caricias y las miradas hacían mas en un minuto que horas de conversaciones. Y para mi aquello fue insuperable, porque consiguió lo que se proponía, demostrarme que aun me seguía queriendo, que no era una mentira ni arrepentimiento, era cierto, me seguía amando y tanto como yo a el.
Estábamos abrazados desnudos en mi cama en silencio, ninguno decía nada pero ambos estábamos despiertos. Nuestras respiraciones acompasadas era lo único que rompía el silencio del piso. A las 9:30 salía mi avión y debía de empezar a prepararme ya.
-Son las 6 ya Bela- dijo Edward agarrándome con mas fuerza por la cintura.
-Lo se-.
-Si quieres llegar a tiempo será mejor que te vayas preparando- dijo para que su voz terminase rompiéndose- levante mi cabeza y vi que tenia la cabeza apoyada e la pared y los ojos cerrados. Me senté en la cama y cogiendo su cara le volví a besar como llevaba haciendo toda la noche. Dándole todo ese amor que sentía por el.
-No estés mal por favor-.
-¿Cómo quieres que este?- dijo sin abrir los ojos aun.
-Quiero que estés bien. Porque esta noche nos hemos demostrado que lo nuestro no esta muerto y eso para mi tiene un valor incalculable. Ya nos hemos separado una vez, así que tenemos demostrado que podemos con todo. Solucionaremos esto. Pronto-.
-Lo que ha pasado esta noche… para mí… no tiene ni idea de lo que ha significado Bella-.
-¿Vendrás al aeropuerto?-.
-No se si podré…-.
-Lo entiendo-.
-No se si podré… pero quiero ser el ultimo que te bese antes de que entres. Quiero que lo último que te lleves de aquí sea un beso mió-.
-Gracias- dije besándole antes de levantarme.
-Bella- me llamo poniéndose los pantalones.
-Dime-.
-Quiero que te quedes con esto- dijo dándome la camiseta que llevaba el día anterior. Era simplemente una camiseta blanca con algún dibujo psicodélico en el centro. La cosa mas simple que te puedas encontrar, pero para mi era el.
-No puedo Edward. ¿Cómo vas a salir de aquí?-.
-Tengo el jersey. Quiero que te la quedes y recuerdes lo que ha pasado esta noche-.
-Es imposible que olvide algo así. Pero gracias- dije acercándome a el y de puntillas besarle de nuevo en los labios. Me la puse y comprobé que aunque me quedaba un poco grande era lo que mas me apetecía llevar de el. –Huele a ti-.
-Huele a nosotros-.
-Quiero que sepas que de ti me llevo algo mas que una camiseta y esta noche, ¿vale? No quiero que te quedes con la idea que el resto para mi no fue nada-.
-Se que no es así- dijo sonriéndome demedio lado, aunque esa sonrisa no fue lo que era. No quise decirle nada porque sabia el motivo, y era el mismo que el mío.
Un cuarto de hora mas tarde las maletas estaban en el maletero de su coche. Antes de salir hacia al aeropuerto para comprar un par de cafés y algo para comer. El silencio volvió a reinar en el coche mientras nuestras manos permanecían unidas. En el aeropuerto debían de esperarme mis padres y mis amigos, ya que habíamos quedado en que nos veríamos allí. Al llegar tal y como predije todos estaban allí. Algunas caras sorprendidas por la presencia que me acompañaban, otras simplemente sabían que aquello pasaría y se dejaban dominar por la tristeza del momentos.
-Hija- dijo mi madre saludándome, -os dejamos un rato para despediros vale. Nos ocupamos de las maletas nosotros mientras. Te esperamos dentro- se despidió de Edward al igual que mi padre y mis hermanos y nos volvimos a quedar solo nosotros. Mis amigos y mi amor.
-Mis padres se disculpan por no poder venir- dijo Alice que estaba abrazada a la cadera de Jasper con un gesto tremendamente triste.
-No pasa nada, ya me despedí de ellos el otro día-.
-Vale-.
-Ven aquí tonta- dije abriendo los brazos para que Alice se colgase de mi cuello y empezase a largar lágrimas al igual que yo. Sabia que de ahí hasta el final no podría parar.
-Cuídate mucho por favor. Y llámanos, mándanos mails-.
-Claro que si Alice. Te quiero mucho-.
-Y yo a ti Bella-.
-Hasta pronto Bella- dijo Jasper dándome un cariñoso abrazo.
-Eso espero Jasper. Cuídate mucho y cuídala mucho-.
-Te lo prometo- dijo besándome la frente y yendo a consolar a Alice.
-Bella- dijo ose llorando también y abrazándome. Sin duda ver llorar a Rose era algo excepcional, así que ver que lloraba por mi era algo que me removía por dentro. –Gracias por dejarme ser tu amiga, ¿vale? Cuídate-.
-Gracias a ti por todo Rose. Te quiero-.
-Ven aquí pequeña- me dijo Ben acercándose y abrazándome. –Ha sido un placer conocer a alguien como tu Bella. Pórtate bien-.
-Gracias Ben-.
-Te voy a echar mucho de menos Bella- me dijo Ángela. –Has sido alguien muy especial para mí. Gracias-.
-Tu si que eres alguien especia. Cuidaos mucho Ángela, y no os olvidéis de mí. Te quiero, te quiero amiga-.
-Te quiero Bella-.
-Eh grandullon no te quiero ver así- dije acercándome a Emmet y abrazándole por la cintura. El me devolvió el gesto mientras notaba como se agitaba y comenzaba a llorar. Bajo su cabeza y aproveche para hablarle al oído. –Emmet, eres sin duda una de las mejores personas que he conocido en mi vida, y quiero darte las gracias por darme la oportunidad de comprobarlo-.
-No te olvides de nosotros, ¿vale? Y prométenos que nos veremos por algún medio pronto por favor. Te voy a extrañar horrores-.
-Y yo a vosotros. Cuida mucho de Rose. Te quiero mucho Emmet. Eres como ese hermano mayor que no tuve. Cuida de Edward por favor, hazme ese favor-.
-Eso esta hecho Bella. Te quiero mucho enana. Muchísimo- dijo mientras algunos pares de brazos se unían al abrazo.
-No quiero que os separéis, ¿vale? Quiero que el grupo siga unido cuando os vuelva a ver- dije advirtiéndoles a todos con el dedo, lagrimas en los ojos y una sonrisa al comprobar la clase de amigos que tenia a mi lado. Sin duda, los mejores.
-Buen viaje Bella. Llámanos cuando llegues. Y cuídate- dijo Jasper intentando calmar a Alice. –Estamos allí- dijo girándose y mirando a Edward, que apoyado en la pared solo pudo asentir con la cabeza y mientras se rascaba los ojos para cortar las lagrimas.
-No tienes muy buena cara- dijo acercándose y limpiando mis lagrimas con sus dedos.
-Este momento es horroroso- confesé. –Aunque tu tampoco parece que disfrutes mucho con todo esto-.
-Parece que ser que soy muy transparente- dijo haciendo un gesto como mostrando su cara.
-No se como empezar a despedirme de ti Edward-.
-Yo no quiero que te despidas de mí. No podría soportar el saber que me dices adiós-.
-Solo es un hasta pronto Edward. Esto sigue en pie hasta que ambos decidamos lo contrario. Los dos, y yo no estoy por la labor- dije mostrándole el anillo.
-No se si reír, llorar, estar feliz… No se que sentir ahora mismo-.
-Supongo que es algo demasiado confuso para los dos-.
-Ve aquí por favor- dijo abriendo sus brazos y abrazándome con todas sus fuerzas mientras yo hacia lo mismo agarrando con fuerza su jersey como si de esa manera doliese menos el adiós. –No te olvides de mi , por favor-.
-Sabes que eso es imposible. Pero no te olvides tu tampoco, ¿vale?-.
-Prométeme que te vas a cuidar mucho y que nos vamos a ver pronto. Júramelo por lo que mas quieras-.
-Te lo juro, lo juro por ti porque eres lo que mas quiero. Hazme un favor, ¿vale? Cuida de ellos mucho- dije señalando con la cabeza al grupo de personas que esperaba en una esquina a lágrima viva. –No te separes de ellos, me voy a enterar como pase algo-.
-¿Eso es todo lo que quieres de mí?-.
-No, quiero que me esperes Edward- dije aun en sus brazos. –Quiero volver contigo algún día y que todo siga igual. Pero eso no te lo puedo hacer jurar, porque en el corazón no se manda-.
-El mío lo tienes tu. Para siempre. Hasta pronto amor- dijo cogiendome la cara y mirándome a los ojos. La giro lentamente y me dio un profundo beso en la mejilla. A pesar de que era un gesto tierno, aquello no era suficiente.
-Me has acompañado para ser tu quien me diese el ultimo beso. Quiero mi beso para recordar- dije sonriéndole tímidamente. Volvió a coger mi cara entre sus manos para darme ese beso de despedida, ese beso que seria recordado por ser el ultimo.
-Quédate por favor- dijo entre sollozos separándose lentamente.
-No puedo Edward- dije llorando yo también.
-Quédate Bella, por favor, te lo suplico, quédate conmigo-.
-Te amo Edward-.
-Te amo Bella- dijo volviendo a unir nuestros labios. –Te amo- dijo besando mi frente y dándose la vuelta para ir junto a los demás.
Me puse en la cola para entrar a la parte donde solo los viajeros podían pasar y limpiar un poco mi cara para estar lo mas aceptable delante de mis padres. La cola avanzaba lentamente, pero solamente cuando me tocaba a mi, pude mirar hacia atrás para ver a aquellas siete personas despidiéndose con la mano y llorando, algo que me rompió el corazón. Mire a cada uno, sinsabor con certeza cuando volvería a ver a aquellas personas que se habían encargado de hacerme feliz durante cuatro años y a las que debía tanto. Mire por ultimo la de Edward que tenia los brazos detrás de su cabeza y lloraba mirando en mi dirección, nuestras miradas se cruzaron y supe con certeza que mi corazón se quedaba allí. "Te quiero" le dije moviendo la boca y enviándole un beso. El solo pudo devolverme el cumplido y girarse para abrazar a Alice que estaba igual que el. Entregue mi billete y pase corriendo dentro, donde mi familia me esperaba ya.
Fue un viaje donde mi único pensamiento era en esa gente que dejaba allí. Las películas que ponían, las canciones que escuchaba, las conversaciones que mantenía, todo me recordaba a algún momento de esos cuatro año, y no podía evitar derramar alguna lagrima cada que una imagen me volvía a la memoria.
Una vez aterrice en España, los recuerdos, toda mi vida, me reboto. Este era el lugar a donde pertenecía, y lo había echado tanto de menos. El sol, la gente… Todo. Recorrí con el coche y con mi familia todos los lugares que me sabia aun después de no haberlos visto por cuatro años, y en cada uno un recuerdo afloraba. Era emocionante, pero la sombra de Edward y de los chicos era alargada.
Legue a casa e inspire aquel aroma que iba conmigo allá donde fuese aunque no llegase a ser plenamente consciente de que pertenecía a mí. Llame a los chicos para comunicarles que ya había llegado. Unas cuantas lágrimas después colgué. Me sente en mi cama mirando para una de las paredes de mi cuarto.
-Adelante- dije cuando llamaron a mi puerta.
-Soy yo- dijo mi madre entrando y sentándose a mi lado en la cama. –Mira hija, sabes que no soy una persona de dar rodeos-.
-¿Qué pasa mama?-.
-Yo se que estas feliz de volver a vernos y de haber vuelto a Madrid-.
-Pues claro que si. No tienes ni idea de cómo extrañaba todo esto-.
-Lo se, y no lo dudo. Pero hay cosas que superan echar de menos una habitación o incluso a la familia-.
-Mama, no te entiendo…-.
-No seré yo la que te diga lo que tienes que hacer, ni siquiera lo que es mejor para ti porque si tu no lo sabes, mucho menos yo. Yo solo te digo esto para que a la hora de que tomes una decisión no incluya. Si te tienes que volver a ir de aquí, vete. No te negare que te echaremos de menos, eres nuestra hija y siempre serás nuestra chiquitita, pero el amor puede mas, y algún da tendrás que dejarnos para construir tu vida, y tu padre y yo no podríamos ser mas felices que si decidieses hacerlo con Edward. Si tu corazón te lo pide, si te pide que te quedes a su lado hazlo. Ni tu padre, ni tus hermanos ni yo te lo podríamos reprochar. Ya nos buscaremos la vida para ir a verte cuando podamos, ¿vale? Era solo eso-.
-Gracias mama- dije abrazándola. –Es que estoy un poco sensible- dije cuando me miro extrañada por llorar. –De todas formas lo hacer una vida con Edward lo veo un poco pronto. Tengo 21 años mama-.
-Tu padre y yo nos casamos a los 7 meses de conocernos. No conozco el término pronto. Cuando se esta enamorado, se esta enamorado. E hija, otra cosa no haber visto, pero amor entre vosotros, me han bastando 5 minutos esta mañana desde la otra punta del aeropuerto para verlo-.
-Muchas gracias ma-.
-De nada corazón-.
No era el momento de tomar decisiones. Todo estaba tremendamente reciente y las emociones demasiado a flor de piel. Pero mi madre ya se había encargado de quitarme el primer peso de encima en cuanto a pensamiento. El próximo paso lo tendría que dar yo cando estuviese lista. La pregunta es,¿Cuándo?
Hola chicas perdon por tardarme tanto pero no pude actulizar pronto... y pos que triste me siento ya llega a su fin no (ojos llorosos) comenten bbesos
Cerré la última de las maletas y la deje al lado de las otras dos. El ultimo días había sido uno de los mejores que había pasado allí, mi familia y mis amigos juntos, descubriendo de nuevo ese pequeño mundo que era aquella ciudad para cada persona. Me senté en la cama observando en que poco espacio cabía cuatro años. Esas tres maletas y mi cerebro era lo que mañana a la misma hora quedaría de mi estancia en Nueva York. Pensé en como seria yo después de irme. Había soñado años y años con venir a estudiar, licenciarme como la mejor, pero, ¿y después? ¿Cuándo hubiese conseguido eso, que pasaría? El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos, resople y me dirigí a la puerta.
-¿Qué haces aquí?- dije intentando no mostrar mis sentimientos hacia aquella visita, porque ni yo misma sabia que sentía al verle. –Creí que ayer dejamos todo claro. Pensé que no te volvería a ver-.
-¿Puedo pasar?- pregunto con las manos en los bolsillos levantando su mirada del suelo para fijarse en la mía.
-Pasa- dije echándome a un lado y dejándole pasar. –Te ofrecería algo para comer, pero no tenemos nada. La nevera esta vacía, mañana ya teníamos que dejarlo sin falta-.
-No pasa nada. ¿Cómo te sientes? Debe ser complicado dejarlo todo-.
-Lo es- dije sentándome a su lado. -Pero supongo que tu sentirás lo mismo al dejar tu cuarto en la hermandad-.
-Yo deje mi hogar hace un año Bella, y el dolor no es comparable. Espero-.
-Echare mucho de menos todo. La casa, la gente, el ambiente. La ciudad es general. Me va costar adaptarme al principio, estoy segura, pero lo mismo que me costo adaptarme aquí. La diferencia es que no estaréis vosotros-.
-Ni tu estarás aquí conmigo- dijo cogiendome la mano y sonriendo aunque yo no entendía el porque. –Llevas el anillo-. Baje mi mirada hasta mi mano para comprobar lo que ya sabía. Había intentado quitármelo mil veces, o incluso más, pero en el último momento desistía siempre.
-No he podido- confesé.
-¿Lo intentaste?- dijo con dolor en la voz.
-Muchas veces, mas de las que haya podido contar. Pero no pude. Sentía que quitármelo era eliminar la última esperanza, confirmar definitivamente que habíamos roto, y era tan duro pensar solamente en asumirlo-.
-Pensé que era porque me habías dejado de querer-.
-Eso a día de hoy en impensable. ¿Idiota verdad? No podemos dejar de sufrir ni aunque sepamos que es una causa perdida-.
-No tiene porque ser así-.
-No tiene porque, pero ya lo es. Mira Edward, yo te amo como jamás he querido a nadie a pesar de ser también la persona que mas daño me ha hecho. Pero al igual que tu decidiste tomar una decisión por los dos, esta vez me toca a mi tomarla, por mi. Entiende que esta vez soy yo la que se tiene que ir. A lo mejor dentro de dos meses la nostalgia me supera y vuelvo para instalare aquí. O simplemente te echo tanto de menos que esta vez si que puedo venir a verte y quedarme a tu lado. Hasta que eso pase, tú y yo seguimos siendo nada-.
-Pero yo no quiero ser nada para ti. Quiero ser lo de antes si es que alguna vez lo deje de ser y tu estés mintiendo. Tu para mi ere todo Bella, y jamás he dicho una mentira mas grande que cuando te dije "te he querido", porque en aquel momento yo te amaba mas que en el minuto anterior. He tardado un año en poder reunir el valor suficiente y mirarte a la cara para decirlo. Llámame mentiroso, cobarde o lo que te plazca, pero no dudes ni por un solo segundo que yo te deje de querer o que no te amo, porque no es así. No pienses que no significas nada para mi, porque te repito que eres mi vida entera. Y si me vuelven a decir de dejarte un año, aunque sea para ganar millones solo por respirar, no me volveré a equivocar, porque tu preciosa, no tienes precio-.
-No puedes hacerme esto ahora- dije acariciándole la mejilla.
-Déjame demostrarte una ultima vez esto- dijo levando la otra mano a su corazón. –Déjame demostrarte con actos que eres lo más importante para mí- dijo acercando su cara y dándome un pequeño beso en la comisura de los labios y quedándose ahí, esperando una respuesta por mi parte.
Instintivamente gire mi cara hasta esa zona donde mi piel ardía y bese sus labios con la misma fuerza que el día anterior. El no tardo en ponerle la misma intensidad y cogerme la cara con las manos para profundizar el beso. Una danza donde nuestras lenguas eran las protagonistas, pero ninguna lo hacia peor que la otra. Nuestras manos volvían a recorrer el cuerpo del otro reconociendo esas partes que desde hacia un año no exploraban y echaban tanto de menos. Me quede impresionada de lo bien formado que tenia el cuerpo Edward, o por lo menos mejor que antes. Debió de darse cuando ya demostraba demasiado interés porque una débil risa salio de sus labios pero sin dejar mi boca-.
-Surf. Era lo único que me ayudaba a evadirme y a pensar con claridad allí-.
-Bueno, las caderas que ves ahora son gracias a los kilos de helado. Era lo único que me consolaba en ciertos momentos- dije para poner yo también mi toque irónico.
-Tonterías. Sigues perfecta mi vida-.
En un rápido movimiento paso uno de sus brazos por detrás de mis piernas y el otro por mi espalda, y sin ningún tipo de esfuerzo se puso de pie cogiendome, y sin soltar nuestras bocas llevarnos a la habitación. Me dejo suavemente en la cama y rápidamente el ya estaba encima mío prestándome las atenciones adecuadas. Metí mis manos por debajo de su camiseta. Tenia prisa, apenas me iba en unas horas, y llevaba demasiado tiempo sin el. Tenia ganas de el. Pero una e sus manos tomo las miras y las saco.
-Déjame a mí. Hoy todo es para ti- dijo dándome un pequeño beso en la nariz y continuando con aquello mientras yo me dejaba hacer. Se sentía increíblemente bien así que no me quejaría. Poco a poco nuestras ropas fueron desapareciendo y nuestros cuerpos volvieron a ser una unión perfecta durante toda la noche. No fueron necesarias palabras, ni gemidos escandalosos. Los besos, las caricias y las miradas hacían mas en un minuto que horas de conversaciones. Y para mi aquello fue insuperable, porque consiguió lo que se proponía, demostrarme que aun me seguía queriendo, que no era una mentira ni arrepentimiento, era cierto, me seguía amando y tanto como yo a el.
Estábamos abrazados desnudos en mi cama en silencio, ninguno decía nada pero ambos estábamos despiertos. Nuestras respiraciones acompasadas era lo único que rompía el silencio del piso. A las 9:30 salía mi avión y debía de empezar a prepararme ya.
-Son las 6 ya Bela- dijo Edward agarrándome con mas fuerza por la cintura.
-Lo se-.
-Si quieres llegar a tiempo será mejor que te vayas preparando- dijo para que su voz terminase rompiéndose- levante mi cabeza y vi que tenia la cabeza apoyada e la pared y los ojos cerrados. Me senté en la cama y cogiendo su cara le volví a besar como llevaba haciendo toda la noche. Dándole todo ese amor que sentía por el.
-No estés mal por favor-.
-¿Cómo quieres que este?- dijo sin abrir los ojos aun.
-Quiero que estés bien. Porque esta noche nos hemos demostrado que lo nuestro no esta muerto y eso para mi tiene un valor incalculable. Ya nos hemos separado una vez, así que tenemos demostrado que podemos con todo. Solucionaremos esto. Pronto-.
-Lo que ha pasado esta noche… para mí… no tiene ni idea de lo que ha significado Bella-.
-¿Vendrás al aeropuerto?-.
-No se si podré…-.
-Lo entiendo-.
-No se si podré… pero quiero ser el ultimo que te bese antes de que entres. Quiero que lo último que te lleves de aquí sea un beso mió-.
-Gracias- dije besándole antes de levantarme.
-Bella- me llamo poniéndose los pantalones.
-Dime-.
-Quiero que te quedes con esto- dijo dándome la camiseta que llevaba el día anterior. Era simplemente una camiseta blanca con algún dibujo psicodélico en el centro. La cosa mas simple que te puedas encontrar, pero para mi era el.
-No puedo Edward. ¿Cómo vas a salir de aquí?-.
-Tengo el jersey. Quiero que te la quedes y recuerdes lo que ha pasado esta noche-.
-Es imposible que olvide algo así. Pero gracias- dije acercándome a el y de puntillas besarle de nuevo en los labios. Me la puse y comprobé que aunque me quedaba un poco grande era lo que mas me apetecía llevar de el. –Huele a ti-.
-Huele a nosotros-.
-Quiero que sepas que de ti me llevo algo mas que una camiseta y esta noche, ¿vale? No quiero que te quedes con la idea que el resto para mi no fue nada-.
-Se que no es así- dijo sonriéndome demedio lado, aunque esa sonrisa no fue lo que era. No quise decirle nada porque sabia el motivo, y era el mismo que el mío.
Un cuarto de hora mas tarde las maletas estaban en el maletero de su coche. Antes de salir hacia al aeropuerto para comprar un par de cafés y algo para comer. El silencio volvió a reinar en el coche mientras nuestras manos permanecían unidas. En el aeropuerto debían de esperarme mis padres y mis amigos, ya que habíamos quedado en que nos veríamos allí. Al llegar tal y como predije todos estaban allí. Algunas caras sorprendidas por la presencia que me acompañaban, otras simplemente sabían que aquello pasaría y se dejaban dominar por la tristeza del momentos.
-Hija- dijo mi madre saludándome, -os dejamos un rato para despediros vale. Nos ocupamos de las maletas nosotros mientras. Te esperamos dentro- se despidió de Edward al igual que mi padre y mis hermanos y nos volvimos a quedar solo nosotros. Mis amigos y mi amor.
-Mis padres se disculpan por no poder venir- dijo Alice que estaba abrazada a la cadera de Jasper con un gesto tremendamente triste.
-No pasa nada, ya me despedí de ellos el otro día-.
-Vale-.
-Ven aquí tonta- dije abriendo los brazos para que Alice se colgase de mi cuello y empezase a largar lágrimas al igual que yo. Sabia que de ahí hasta el final no podría parar.
-Cuídate mucho por favor. Y llámanos, mándanos mails-.
-Claro que si Alice. Te quiero mucho-.
-Y yo a ti Bella-.
-Hasta pronto Bella- dijo Jasper dándome un cariñoso abrazo.
-Eso espero Jasper. Cuídate mucho y cuídala mucho-.
-Te lo prometo- dijo besándome la frente y yendo a consolar a Alice.
-Bella- dijo ose llorando también y abrazándome. Sin duda ver llorar a Rose era algo excepcional, así que ver que lloraba por mi era algo que me removía por dentro. –Gracias por dejarme ser tu amiga, ¿vale? Cuídate-.
-Gracias a ti por todo Rose. Te quiero-.
-Ven aquí pequeña- me dijo Ben acercándose y abrazándome. –Ha sido un placer conocer a alguien como tu Bella. Pórtate bien-.
-Gracias Ben-.
-Te voy a echar mucho de menos Bella- me dijo Ángela. –Has sido alguien muy especial para mí. Gracias-.
-Tu si que eres alguien especia. Cuidaos mucho Ángela, y no os olvidéis de mí. Te quiero, te quiero amiga-.
-Te quiero Bella-.
-Eh grandullon no te quiero ver así- dije acercándome a Emmet y abrazándole por la cintura. El me devolvió el gesto mientras notaba como se agitaba y comenzaba a llorar. Bajo su cabeza y aproveche para hablarle al oído. –Emmet, eres sin duda una de las mejores personas que he conocido en mi vida, y quiero darte las gracias por darme la oportunidad de comprobarlo-.
-No te olvides de nosotros, ¿vale? Y prométenos que nos veremos por algún medio pronto por favor. Te voy a extrañar horrores-.
-Y yo a vosotros. Cuida mucho de Rose. Te quiero mucho Emmet. Eres como ese hermano mayor que no tuve. Cuida de Edward por favor, hazme ese favor-.
-Eso esta hecho Bella. Te quiero mucho enana. Muchísimo- dijo mientras algunos pares de brazos se unían al abrazo.
-No quiero que os separéis, ¿vale? Quiero que el grupo siga unido cuando os vuelva a ver- dije advirtiéndoles a todos con el dedo, lagrimas en los ojos y una sonrisa al comprobar la clase de amigos que tenia a mi lado. Sin duda, los mejores.
-Buen viaje Bella. Llámanos cuando llegues. Y cuídate- dijo Jasper intentando calmar a Alice. –Estamos allí- dijo girándose y mirando a Edward, que apoyado en la pared solo pudo asentir con la cabeza y mientras se rascaba los ojos para cortar las lagrimas.
-No tienes muy buena cara- dijo acercándose y limpiando mis lagrimas con sus dedos.
-Este momento es horroroso- confesé. –Aunque tu tampoco parece que disfrutes mucho con todo esto-.
-Parece que ser que soy muy transparente- dijo haciendo un gesto como mostrando su cara.
-No se como empezar a despedirme de ti Edward-.
-Yo no quiero que te despidas de mí. No podría soportar el saber que me dices adiós-.
-Solo es un hasta pronto Edward. Esto sigue en pie hasta que ambos decidamos lo contrario. Los dos, y yo no estoy por la labor- dije mostrándole el anillo.
-No se si reír, llorar, estar feliz… No se que sentir ahora mismo-.
-Supongo que es algo demasiado confuso para los dos-.
-Ve aquí por favor- dijo abriendo sus brazos y abrazándome con todas sus fuerzas mientras yo hacia lo mismo agarrando con fuerza su jersey como si de esa manera doliese menos el adiós. –No te olvides de mi , por favor-.
-Sabes que eso es imposible. Pero no te olvides tu tampoco, ¿vale?-.
-Prométeme que te vas a cuidar mucho y que nos vamos a ver pronto. Júramelo por lo que mas quieras-.
-Te lo juro, lo juro por ti porque eres lo que mas quiero. Hazme un favor, ¿vale? Cuida de ellos mucho- dije señalando con la cabeza al grupo de personas que esperaba en una esquina a lágrima viva. –No te separes de ellos, me voy a enterar como pase algo-.
-¿Eso es todo lo que quieres de mí?-.
-No, quiero que me esperes Edward- dije aun en sus brazos. –Quiero volver contigo algún día y que todo siga igual. Pero eso no te lo puedo hacer jurar, porque en el corazón no se manda-.
-El mío lo tienes tu. Para siempre. Hasta pronto amor- dijo cogiendome la cara y mirándome a los ojos. La giro lentamente y me dio un profundo beso en la mejilla. A pesar de que era un gesto tierno, aquello no era suficiente.
-Me has acompañado para ser tu quien me diese el ultimo beso. Quiero mi beso para recordar- dije sonriéndole tímidamente. Volvió a coger mi cara entre sus manos para darme ese beso de despedida, ese beso que seria recordado por ser el ultimo.
-Quédate por favor- dijo entre sollozos separándose lentamente.
-No puedo Edward- dije llorando yo también.
-Quédate Bella, por favor, te lo suplico, quédate conmigo-.
-Te amo Edward-.
-Te amo Bella- dijo volviendo a unir nuestros labios. –Te amo- dijo besando mi frente y dándose la vuelta para ir junto a los demás.
Me puse en la cola para entrar a la parte donde solo los viajeros podían pasar y limpiar un poco mi cara para estar lo mas aceptable delante de mis padres. La cola avanzaba lentamente, pero solamente cuando me tocaba a mi, pude mirar hacia atrás para ver a aquellas siete personas despidiéndose con la mano y llorando, algo que me rompió el corazón. Mire a cada uno, sinsabor con certeza cuando volvería a ver a aquellas personas que se habían encargado de hacerme feliz durante cuatro años y a las que debía tanto. Mire por ultimo la de Edward que tenia los brazos detrás de su cabeza y lloraba mirando en mi dirección, nuestras miradas se cruzaron y supe con certeza que mi corazón se quedaba allí. "Te quiero" le dije moviendo la boca y enviándole un beso. El solo pudo devolverme el cumplido y girarse para abrazar a Alice que estaba igual que el. Entregue mi billete y pase corriendo dentro, donde mi familia me esperaba ya.
Fue un viaje donde mi único pensamiento era en esa gente que dejaba allí. Las películas que ponían, las canciones que escuchaba, las conversaciones que mantenía, todo me recordaba a algún momento de esos cuatro año, y no podía evitar derramar alguna lagrima cada que una imagen me volvía a la memoria.
Una vez aterrice en España, los recuerdos, toda mi vida, me reboto. Este era el lugar a donde pertenecía, y lo había echado tanto de menos. El sol, la gente… Todo. Recorrí con el coche y con mi familia todos los lugares que me sabia aun después de no haberlos visto por cuatro años, y en cada uno un recuerdo afloraba. Era emocionante, pero la sombra de Edward y de los chicos era alargada.
Legue a casa e inspire aquel aroma que iba conmigo allá donde fuese aunque no llegase a ser plenamente consciente de que pertenecía a mí. Llame a los chicos para comunicarles que ya había llegado. Unas cuantas lágrimas después colgué. Me sente en mi cama mirando para una de las paredes de mi cuarto.
-Adelante- dije cuando llamaron a mi puerta.
-Soy yo- dijo mi madre entrando y sentándose a mi lado en la cama. –Mira hija, sabes que no soy una persona de dar rodeos-.
-¿Qué pasa mama?-.
-Yo se que estas feliz de volver a vernos y de haber vuelto a Madrid-.
-Pues claro que si. No tienes ni idea de cómo extrañaba todo esto-.
-Lo se, y no lo dudo. Pero hay cosas que superan echar de menos una habitación o incluso a la familia-.
-Mama, no te entiendo…-.
-No seré yo la que te diga lo que tienes que hacer, ni siquiera lo que es mejor para ti porque si tu no lo sabes, mucho menos yo. Yo solo te digo esto para que a la hora de que tomes una decisión no incluya. Si te tienes que volver a ir de aquí, vete. No te negare que te echaremos de menos, eres nuestra hija y siempre serás nuestra chiquitita, pero el amor puede mas, y algún da tendrás que dejarnos para construir tu vida, y tu padre y yo no podríamos ser mas felices que si decidieses hacerlo con Edward. Si tu corazón te lo pide, si te pide que te quedes a su lado hazlo. Ni tu padre, ni tus hermanos ni yo te lo podríamos reprochar. Ya nos buscaremos la vida para ir a verte cuando podamos, ¿vale? Era solo eso-.
-Gracias mama- dije abrazándola. –Es que estoy un poco sensible- dije cuando me miro extrañada por llorar. –De todas formas lo hacer una vida con Edward lo veo un poco pronto. Tengo 21 años mama-.
-Tu padre y yo nos casamos a los 7 meses de conocernos. No conozco el término pronto. Cuando se esta enamorado, se esta enamorado. E hija, otra cosa no haber visto, pero amor entre vosotros, me han bastando 5 minutos esta mañana desde la otra punta del aeropuerto para verlo-.
-Muchas gracias ma-.
-De nada corazón-.
No era el momento de tomar decisiones. Todo estaba tremendamente reciente y las emociones demasiado a flor de piel. Pero mi madre ya se había encargado de quitarme el primer peso de encima en cuanto a pensamiento. El próximo paso lo tendría que dar yo cando estuviese lista. La pregunta es,¿Cuándo?
Hola chicas perdon por tardarme tanto pero no pude actulizar pronto... y pos que triste me siento ya llega a su fin no (ojos llorosos) comenten bbesos
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
awwwwwww..... de vdd k esto me hace sentir muy triste.... un capitulo genialmente feo... odie la separacion... awww tanta tristeza podria ser dejar al amor de tu vida :(( k feooo.... espero leerte prontito besoss
analuna.arredondo- Cantidad de envíos : 11
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
pucha yuri, que penita siento
Jane- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Hola chicas me alegro mucho que les aiga gustado y perdon por hacerlas llorar pero esque asi es el trama perdon ya pronto acualizare espero y comenten mas cuidense chicas besos...
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Va muy bien tu historia Yuri ;) y si que nos estas haciendo sufrir pero somos mazoquistas jeje
saluditos
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Bekk- Cantidad de envíos : 28
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Yuri Yuri Yuri!!!! esto de llorar se me hizo un habito... por diooosss me duele me duele muchooooo.... ¿que le pasa a Bella?...
hermoso cap yuri lastima que me puso tristeeee buuaaa
hermoso cap yuri lastima que me puso tristeeee buuaaa
Ebys Cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
y bueno... intente ser paciente ... muuuuy paciente ... PERO YA NO AGUANTO MAS !!! ... dios nos ampare por favor !!! actualiza linda... estoy a punto de la desesperacion ¬¬ !!!
analuna.arredondo- Cantidad de envíos : 11
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
analuna.arredondo escribió:y bueno... intente ser paciente ... muuuuy paciente ... PERO YA NO AGUANTO MAS !!! ... dios nos ampare por favor !!! actualiza linda... estoy a punto de la desesperacion ¬¬ !!!
La verdad estoy igual que ella... D E S E S P E R A D A!!!.... si te moletso que dije que no había parado de llorar Yuri ahora te digo con tal que actualices que quiero seguir llorando buuuuaaaa PLEASSSEEEEE
Ebys Cullen- .
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Capitulo 27
Capitulo 27
-¿Tiene algún tipo de relación con el país?-.
-Como pone en el currículo estudie la carrera durante cuatro años en la universidad de Nueva York. Además de conocer otras ciudades americanas también-.
-Bien señorita Swan, gracias por su tiempo. La llamaremos para comunicarle nuestra decisión antes de dos días. Que tenga un buen día-.
-Igualmente. Adiós- dije dándole la mano al responsable de recursos humanos y respirando aliviada al finalizar la entrevista. Era mi primera entrevista y esperaba que la ultima. Porque era la única que me daba la posibilidad de conseguir lo que quería haciendo lo que quería, volver a América, volver a Nueva York y quedare allí, a su lado. Irme con Edward.
Estábamos a principios de diciembre. Traduciéndolo a mi idioma casi 6 meses sin ver a Edward. Casi un año y seis meses como prefería contarlo, porque aquellos dos días me supieron a tan poco, aunque fueron tan especiales, que prefiero pensar que soy algo mas fuerte y le añado ese tiempo.
Aquella conversación que tuve con mi madre fue el punto de referencia de todos mis pensamientos. Si había algo por lo que me daba miedo arriesgar, era entre otras cosas la familia, el hecho de que ya estuve demasiado tiempo sin ellos. Pero como ella me dijo ellos siempre van a estar, cerca o lejos, pero Edward, Edward se podía cansar, y no seria su culpa. Porque después de pesar y dar vueltas a todo, me di cuenta de que Edward no había sido el único que había podido hacer las cosas mal, yo tenia mi parte de culpa. Había mantenido una relación de secretos, secretos que se hicieron tan grandes que decidieron nuestro futuro. No podía culparle de dudar en una relación a distancia cuando yo le tenía al lado y prestaba atención a otro tipo de cosas que no eran las acertadas. El no sabía nada de todas estas relexiones, ni el ni nadie. Mis llamadas se reducían a poca cosa, pero estaba cargadas de te quieros y promesas que esperaba cumplir pronto.
Y allí me encontraba yo. 24 de diciembre. Con una despedida temporal de mi familia de nuevo, mucho menos amarga que la primera y una maleta en frente de la casa de los Cullen con una sonrisa inmensa en mi cara. Las voces de todos se escuchaban desde fuera. Desde las advertencias ligeras de Carlisle, hasta las risotadas de Emmet que tanto había echado de menos. Nadie sabia que iba a ir, y nadie sabia que el trabajo era mió. Responsable de información de la embajada española en Estados Unidos, contratada sin ningún tipo de experiencia pero con un gran expediente. Llevaba postrada ante la puerta una media hora, sin atreverme a tocar el timbre. No entendía el porque, sabia que la bienvenida iba a ser buena. Pero un miedo irracional se apodero de mí cuestionando lo que me iba a encontrar tras esa puerta. Ajuste mi bufanda al cuello una vez. El invierno en Nueva York, no era cualquier cosa, y debía de saberlo ya. Me arme de un valor innecesario y llame. Escuche como dentro creía n murmullo y logre distinguir varias voces preguntando que si esperaban una llamada o quien podría ser.
La puerta se abrió y tras ella apareció mi ángel de ojos verdes. La confusión cruzo su cara antes de comprender lo que estaba pasando.
-Creo que lleváis esperando esta visita mas de 6 meses- dije siguiendo la conversación que se mantenía dentro.
-Tu- dijo antes de cogerme de la cintura y darme varias vueltas por los aires. –Bella- dijo sonriendo mientras su ojos dejaban caer lágrimas de felicidad.
-Hola amor- dije limpiándoselas antes de besarle con pasión.
-Edward, ¿Quién es?- se escucho la voz de Alice desde el salón.
-Pasa preciosa- dijo metiéndome mi equipaje dentro de la casa y volviéndome a coger, pero esta vez me llevo andando hasta el salón mientras mis brazos pasaban por su cuello. –Mirad a quien traigo- dijo con un tono lleno de alegría dejándome en el suelo mientras yo me daba la vuelta y miraba aquellas caras que tanto había extrañado.
-¡Bella!- se escucharon varios pares de voces y de sillas siendo arrastradas. Segundo después era aplastada por varios brazos, mi cara llenada de besos y mis oídos perjudicados por tantos gritos. Una vez saludados uno por uno me acerque hasta Carlisle y Esme que me esperaban sentados pero igual de sonrientes y emocionados que el resto.
-Hola- dije devolviendo el cariñoso abrazo de Esme. Gesto que imite con Carlisle. –Siento haberos alborotado la cena, pero quería dar una sorpresa…-.
-Tonterías querida. Eres siempre bien recibida. Pero no sabíamos…- dijo Esme acariciándome el pelo.
-No lo sabia nadie- dijo Alice saltando en el sitio y tapándose la boca con incredulidad.
-Era una sorpresa. Para todos-.
-Pues eres la mejor sorpresa de estas navidades- dijo Carlisle. –Pero siéntate por favor. Alice, trae otro cubierto. Apenas estábamos por el primer plato- dijo Carlisle cogiendo una silla apartada y poniéndola a su lado, y el que se suponía seria de Edward. Cinco minutos después, ya totalmente acomodada en la mesa, la vida parecía ser perfecta. Era como volver a estar en casa.
-Y bueno Bella, ¿sabes ya donde te vas a quedar en…?-.
-Ella se queda aquí- saltaron Alice y Edward a la vez, este reforzando el agarre de mi mano, una cosa que no dejo de hacer en ningún momento de la comida.
-No es necesario, puedo quedarme…-.
-Puedes quedarte aquí y solo aquí Bella. Lo primero porque tanto Carlisle como yo lo deseamos, y segundo porque me parece que como se me ocurra hacer algo diferente, me quedo sin hijos en casa-.
-Muchas gracias-.
-¿Y cuanto piensas quedarte por aquí?- continúo Carlisle. Aquí venia la bomba de la sorpresa.
-Veréis, he encontrado trabajo y tengo un contrato indefinido. Eso quiere decir que me pueden echar mañana mismo o hasta que me jubile-.
-¿Y para eso…?- empezó a Edward a decir enfadándose sin saber por donde iban los tiros.
-Espera- le dije sonriendo y poniéndole una mano en la boca. –Soy la nueva encargada de información de la embajada española en… Estado Unidos- dije del tirón. –Empiezo después de navidades. Tendré que hacer continuos viajes a España que aprovechare para verles, pero vivir, viviré aquí-.
-¿Cómo?- dijo Edward con un hilo de voz de pura emoción. Los demás apenas podían articular palabra pero sus sonrisas decían el resto.
-Si. Me dejan un piso cerca de Central Park. Es pequeñito, pero a mi me sobra. Incluso si tu te quieres venir- dije cogiendole las manos entre las mías y haciéndole una proposición abierta delante de todos. No era algo común en mí hacer ese tipo e cosas delante de la gente, pero si iba a arriesgar, lo haría a lo grande.
-Como no le digas que si ahora mismo Edward, te juro que mando a China de una patada- dijo Alice sin perder la sonrisa.
-¿Pero como no la voy a decir que si?- dijo levantándose de su silla y arrodillándose delante mía para quedarse a mi altura y abrazarme. –No me cansare en la vida de decirte que te amo-.
-Y yo no me cansare jamás de escucharlo- dije cogiendo la cara con las manos y dándole un pequeño beso en los labios. Era extraño porque en otra situación aquella escena hubiese sido lomas vergonzoso de mi vida. Ahora era únicamente precioso, y me encantaba demostrar el tipo de persona del que estaba enamorada y era correspondida.
-El primer niño que se nos va de casa- dijo Carlisle sonriendo mientras partía un trozo de su filete. Todos giramos nuestras caras al darnos cuenta del momento familiar tan importante que estábamos viviendo.
-No os lo voy a robar, podéis quedaros todos tranquilos- dije continuando la broma.
-Por nosotros como si te lo quieres llevar una temporada. No le vamos a echar de menos- dijo Esme.
-¡Oye, que sigo delante!- dijo haciendo que me levantase para que e sentase encima suya.
-Son 23 años ya Edward, reconoce que es lógico que os queramos perder de vista-.
-Yo también sigo por aquí padres- dijo Alice con su habitual ironía mientras los demás disfrutábamos de la situación familiar.
-Hijos… ¿Y cuando vas ha hacer la mudanza?-.
-El primer día que pueda- dijo sin dudar mientras me besaba en la mejilla y yo acariciaba la suya. –Pero no me llevare todo, dejare cosas aquí-.
-Claro que si, no quiero que nos dejéis de visitar- dijo Esme mirándonos cariñosamente.
-¿Puedo levantarme y darle un abrazo a Bella, por favor?- dijo Emmet de repente sujetándose al borde de la mesa para no correr hacia mi. Todos nos reírnos de las ocurrencias de niño pequeño que tenia, pero fui yo quien me levante y fui hasta su posición para encontrarnos a medio camino y fundirnos de nuevo en un abrazo de reencuentro. –Mi hermanita ha vuelto- me dijo al oído besándome la parte latera de la cabeza.
-Con mi segunda familia- le dije al oído.
-Jo, yo también quiero, que Edward la va a acaparar y no nos la va a dejar- dijo Alice levantándose y uniéndose al abrazo.
-Hay Bella para todos- dije entre risas.
-No- dijo Edward poniéndose detrás de su madre y abrazándola por el cuello. –No habrá Bella porque me la pienso apropiar, así que aprovecharos hoy todos-.
-Pensamos secuestrarla algún día. Con Emmet de nuestra parte tienes poco que hacer- dijo Ángela.
-Yo puedo con Emmet y los demás a la vez-.
-¿Pero y si yo quiero estar con ellos?-.
-Ohhhhhhhhh- dijo Ben señalándole.
-Yo a eso le llamo golpe de efecto. Esta en nuestra Bella-.
-Mama, tu vas en mi equipo, ¿verdad?-.
-Claro que si bebe-.
-¡Pero no me llames bebes por dios!- dijo llevándose las manos al pelo. –Acabas de desautorizarme de por vida- dijo señalándola y dirigiéndose hasta nosotros. –La maleta ya la cogemos luego. Despídete- dijo mirándome con una mirada divertida. –Buenas noches-. Segundo después ya estaba en su hombro dirección a las escaleras mientras las risas se escuchaban desde el salón y mis gritos desesperados por bajar al suelo se mezclaban con ellos.
-Estas loco- dije cuando puse pis en suelo y el echaba el cerrojo a su cuarto. Entre risas se dio la vuelta y me miro de arriba abajo, como si estuviese fotografiando mentalmente cada espacio de mi.
-Eres de verdad- dijo acariciándome la mejilla suavemente. –Eres mi chica, eres mi Bella. Y estas aquí-.
-¿Y donde mas podía estar eh?- dije acercándome y abrazándole por la cintura siendo e gesto devuelto inmediatamente.
-¿Te haces una idea de lo que te he echado de menos amor?-.
-Lo has pasado mal, y lo se, pero no mejor que yo. Me prometiste que no estarías mal-.
-¿Y como quieres que este? ¿Sabes lo doloroso que es verte a través de una pantalla y querer besarte y no poder? Es una tortura-.
-Bueno, si es así y ano quiero volver a verte triste jamás, ¿me has entendido? En la vida, ni una lagrima, ni una tristeza. Cero. Ahora yo estoy aquí, y s para siempre, para quedarme. Tenia que resolver mis errores al igual que tu en tu momento solucionaste los tuyos. Ha sido el mió y quiero hacerlo axial-.
-Tu no hiciste…- le tape la boca con un dedo negando la cabeza.
-Da igual quien tenga la culpa, no me importa. ¿Sabes una cosa? Durante estos seis meses, mis únicos pensamientos donde salías fueron en lo que fuimos felices juntos. Este ultimo año lo he borrado, porque hemos aprendido de nuestros errores. Y quiero seguir cometiéndolos, pero junto a ti, que si me equivoco tu estés a mi lado y no sea un error donde tu no puedas ayudarme, o ni siquiera seas capaz porque no somos nada-.
-¿Por qué has vuelto?-.
-Porque me he dado cuenta que puedo vivir sin ti, pero no quiero hacerlo. He hablado mucho con mi familia, y me he quedado despierta otras tantas, y todo me llevaba al mismo camino, tu eres mi futuro. Todo en lo que pienso para mi tiene tu imagen grabada, si triunfo, si fracaso, si rió, si lloro, en todas las imágenes tu estas a mi lado, y esta vez era yo quien tenia que venir y hacer realidad eso. Pero ahora te toca a ti dar la última palabra-.
-Que si- dijo juntando nuestras frentes, -que te quiero a mi lado hasta que me muera. Que es lo más increíble que ha hecho por mi nadie jamás, cruzar medio mundo para arriesgarte de esta forma es increíble. Y que encima lo haya hecho la persona a la que mas quiero y admiro en el mundo no tiene nombre. Que vivir contigo va a ser lo más sencillo del mundo, y la experiencia más bonita. Porque voy a poder compartir contigo todo lo que siempre he querido. Y sobre todo porque vamos a ser por fin una pareja normal, sin miedos. Hemos superado demasiadas cosas para estar aquí, y ahora nada nos va a impedir vivir lo nuestro Bella. Porque te amo-.
-Te amo Edward. ¡Te amo!- dije abrazándole por el cuello y saltando para enrollar mis piernas alrededor de su cintura mientras nos daba vueltas. En una donde no controlo la fuerza acabamos cayéndonos en la cama riéndonos a todo pulmón. Nos quedamos tumbados, mirándonos a los ojos y disfrutando del momento, de poder por fin vernos sin una cámara de por medio. Sentí como el sueño me invadía y no pude evitar un bostezo seguido de un risa realmente dulce de Edward.
-Estás agotada- dijo apartándome un mechón de pelo que caía por mi cara.
-Todavía me quedan fuerzas…- no pude terminar la frase porque otro bostezo mayor que el anterior salio de mi boca.
-No tienes fuerzas ni para ponerte el pijama amor. Espera- dijo levantándose y abriendo su armario. –Toma- dijo dándome una camiseta que le debía de quedar grande hasta a el. –Mañana subimos la maleta, mientras puedes utilizar esa-.
-Gracias-dije levantándome y dándole un corto beso en os labio mientras entraba al baño para cambiarme. Tire mi ropa con el resto de ropa sucia de Edward y salí a la habitación, pero el no estaba. Como me encontraba realmente cansada me tumbe en la cama y decidí esperarle ahí. No tardo ni un minuto en aparecer.
-Perdón, ya volví- dijo tumbándose a mi lado en la cama. Me gire hacia el y le abrace por la cintura utilizando su torso de almohada.
-¿Tienes miedo?-.
-¿Miedo de que?-.
-De vivir juntos. De empezar a construir una sola vida los dos-. Era una cuestión que me llevaba rondando por la cabeza desde que había decidido dar el paso, pero que ni aun decidido había logrado dejar de lado.
-¿Tu tienes miedo?-.
-Si, pero quiero hacerlo-.
-Vida, claro que tengo miedo. Es uno de los pasos más importantes que voy a dar en mi vida. Compartir casa no es ninguna tontería. Se que vamos a discutir, y que simplemente nos va a costar adaptarnos a la situación, pero ya lo has dicho tu antes, quiero hacerlo, y quiero hacerlo contigo-.
-Nunca te lo hubiese pedido si no estuviese completamente segura de lo que significas para mí-.
-Y yo jamás hubiese aceptado si la persona que me lo pidiese no fueses tú. ¿Tu sabes lo que es aguantarme a mi? Eso solo lo sabe hacer la gente que me quiere, y se que milagrosamente tu estas entre ellas-.
-Me alegro de haber venido-.
-No te vuelvas a ir nunca, ¿me has oído?-.
-Si no vuelvo a ir te llevo conmigo. Te meto en la maleta por ejemplo- dije riéndome y acomodándome mejor notando que el sueño ya empezaba a apoderarse de mi.
-Eso no hará falta. Pienso perseguiré hasta el fin del mundo si es preciso-.
-Buenas noches Edward. Te amo-.
-Que duermas bien princesa-.
-Por cierto, feliz navidad-.
-Feliz Navidad amor-.
Me desperté con los primeros rayos del día y con una felicidad anterior que no experimentaba desde hace meses. Me incorpore tratando de no despertar a la persona que con una sonrisa estaba acostada a mi lado. Según el reloj todavía eran las 7:30 de la mañana, y a pesar de que no era una persona madrugadora no me extrañaría teniendo n cuenta el jet lag que me tocaría pasar. Ya que no escuchaba ningún ruido en la casa decidí bajar y preparar el desayuno para toda la familia, como una forma de agradecimiento y bienvenida. Baje con la camiseta de Edward hasta el salón, y allí abrí un momento mi maleta para coger unos pantalones, ya no seria muy agradable que sus padres me viesen con esas pintas. Como se suponía que tenía poco tiempo, porque el reloj interior de Alice debería de estar por sonar para alertar a toda la casa que era hora de abrir los regalos, decidí hacer algo sencillo. Mientras lo preparaba me entro la vergüenza de haber llegado en esas fechas y no haber llevado ningún regalo, pero pronto pensé que Carlisle y Ese me hubiesen matado si hubiese comprado algo, sabiendo el dineral que me había tenido que dejar en el viaje.
30 minutos después 3 jarras llenas de zumo de zumo de naranja, 4 platos hasta arriba de tortitas con siropes a elegir, y 10 tazas de café con su jarra de leche estaban dispuestas en la barra de la cocina listas para que el resto se levantasen y desayunar. Decida cambiarme antes de que todos se levantaran, pero Alice decidió que era hora de levantarse y ver los resultado de las compras de el resto. Varios pares de pisadas se escuchaban por las escaleras.
-Oye, ¿de donde viene ese olor?- se escucho la voz de Emmet desde donde parecía era la puerta del salón. No pensaban ni desayunar. Solo querían ver los regalos. No habían cambiado en nada. -¡Es comida! A la cocina-. La puerta se abrió dejando ver a todas las cosas soñolientas cambiar a una donde los ojos se les salían viendo los manjares que tenían en la mesa.
-Pensé que tendríais hambre antes de abrir los regalos-.
-¡Bella acógeme en tu casa! Te lo suplico. Levántame todos los días así- dijo abriendo los brazos, pero en vez de dirigirse hacia mi, fue directo a la mesa y empezó a llenarse su vaso de zumo y su palto de tortitas.
-He hecho de sobra, pero es Emmet- dije dentándome a su lado y mirando a los demás que no se movían de la puerta. Fue terminar esas palabras y todos entraron corriendo y empujándose por ser el primero en llegar y no quedarse sin comida. Los único que mantuvieron la compostura fueron Carlisle y Esme.
-Buenos días- dijo Edward llegando a mi lado y besándome la mejilla. –No me gusta que hayas vuelto y no te tanga a mi lado cuando me despierte- me dijo al oído.
-¿No te gusta el desayuno?-.
-Te perdono porque ha sido para esto-.
-Eres un vendido- dije pinchándole en la tripa mientras el se reía y untaba si tortita con litros de sirope.
-Bella esto esta delicioso- dijo Ben con la boca llena.
-Tienes que darme la receta Bella- dijo Esme.
-Claro que si. Muchas gracias-.
El resto del día paso mucho mas relajado que el momento desayuno y de los regalos. Tal y como ellos dijeron su mejor regalo había sido que yo hubiese vuelto, y el mió, ver la felicidad en su cara de nuevo. Era algo que no tenia el mas mínimo valor económico, pero que sentimentalmente llenaba mas que cualquier otra cosa.
Había comenzado mi nueva vida.
Chicas perdon por la demora en verdad lo siento mucho esque estaba super ocupadisima no estaba en mi pais so no tenia ni tiempo pero aqui esta este ultimo capitulo :( si es el ultimo espero q les gusto pero no se asusten todavia le falta el epilogo besos chicas cuidense
-¿Tiene algún tipo de relación con el país?-.
-Como pone en el currículo estudie la carrera durante cuatro años en la universidad de Nueva York. Además de conocer otras ciudades americanas también-.
-Bien señorita Swan, gracias por su tiempo. La llamaremos para comunicarle nuestra decisión antes de dos días. Que tenga un buen día-.
-Igualmente. Adiós- dije dándole la mano al responsable de recursos humanos y respirando aliviada al finalizar la entrevista. Era mi primera entrevista y esperaba que la ultima. Porque era la única que me daba la posibilidad de conseguir lo que quería haciendo lo que quería, volver a América, volver a Nueva York y quedare allí, a su lado. Irme con Edward.
Estábamos a principios de diciembre. Traduciéndolo a mi idioma casi 6 meses sin ver a Edward. Casi un año y seis meses como prefería contarlo, porque aquellos dos días me supieron a tan poco, aunque fueron tan especiales, que prefiero pensar que soy algo mas fuerte y le añado ese tiempo.
Aquella conversación que tuve con mi madre fue el punto de referencia de todos mis pensamientos. Si había algo por lo que me daba miedo arriesgar, era entre otras cosas la familia, el hecho de que ya estuve demasiado tiempo sin ellos. Pero como ella me dijo ellos siempre van a estar, cerca o lejos, pero Edward, Edward se podía cansar, y no seria su culpa. Porque después de pesar y dar vueltas a todo, me di cuenta de que Edward no había sido el único que había podido hacer las cosas mal, yo tenia mi parte de culpa. Había mantenido una relación de secretos, secretos que se hicieron tan grandes que decidieron nuestro futuro. No podía culparle de dudar en una relación a distancia cuando yo le tenía al lado y prestaba atención a otro tipo de cosas que no eran las acertadas. El no sabía nada de todas estas relexiones, ni el ni nadie. Mis llamadas se reducían a poca cosa, pero estaba cargadas de te quieros y promesas que esperaba cumplir pronto.
Y allí me encontraba yo. 24 de diciembre. Con una despedida temporal de mi familia de nuevo, mucho menos amarga que la primera y una maleta en frente de la casa de los Cullen con una sonrisa inmensa en mi cara. Las voces de todos se escuchaban desde fuera. Desde las advertencias ligeras de Carlisle, hasta las risotadas de Emmet que tanto había echado de menos. Nadie sabia que iba a ir, y nadie sabia que el trabajo era mió. Responsable de información de la embajada española en Estados Unidos, contratada sin ningún tipo de experiencia pero con un gran expediente. Llevaba postrada ante la puerta una media hora, sin atreverme a tocar el timbre. No entendía el porque, sabia que la bienvenida iba a ser buena. Pero un miedo irracional se apodero de mí cuestionando lo que me iba a encontrar tras esa puerta. Ajuste mi bufanda al cuello una vez. El invierno en Nueva York, no era cualquier cosa, y debía de saberlo ya. Me arme de un valor innecesario y llame. Escuche como dentro creía n murmullo y logre distinguir varias voces preguntando que si esperaban una llamada o quien podría ser.
La puerta se abrió y tras ella apareció mi ángel de ojos verdes. La confusión cruzo su cara antes de comprender lo que estaba pasando.
-Creo que lleváis esperando esta visita mas de 6 meses- dije siguiendo la conversación que se mantenía dentro.
-Tu- dijo antes de cogerme de la cintura y darme varias vueltas por los aires. –Bella- dijo sonriendo mientras su ojos dejaban caer lágrimas de felicidad.
-Hola amor- dije limpiándoselas antes de besarle con pasión.
-Edward, ¿Quién es?- se escucho la voz de Alice desde el salón.
-Pasa preciosa- dijo metiéndome mi equipaje dentro de la casa y volviéndome a coger, pero esta vez me llevo andando hasta el salón mientras mis brazos pasaban por su cuello. –Mirad a quien traigo- dijo con un tono lleno de alegría dejándome en el suelo mientras yo me daba la vuelta y miraba aquellas caras que tanto había extrañado.
-¡Bella!- se escucharon varios pares de voces y de sillas siendo arrastradas. Segundo después era aplastada por varios brazos, mi cara llenada de besos y mis oídos perjudicados por tantos gritos. Una vez saludados uno por uno me acerque hasta Carlisle y Esme que me esperaban sentados pero igual de sonrientes y emocionados que el resto.
-Hola- dije devolviendo el cariñoso abrazo de Esme. Gesto que imite con Carlisle. –Siento haberos alborotado la cena, pero quería dar una sorpresa…-.
-Tonterías querida. Eres siempre bien recibida. Pero no sabíamos…- dijo Esme acariciándome el pelo.
-No lo sabia nadie- dijo Alice saltando en el sitio y tapándose la boca con incredulidad.
-Era una sorpresa. Para todos-.
-Pues eres la mejor sorpresa de estas navidades- dijo Carlisle. –Pero siéntate por favor. Alice, trae otro cubierto. Apenas estábamos por el primer plato- dijo Carlisle cogiendo una silla apartada y poniéndola a su lado, y el que se suponía seria de Edward. Cinco minutos después, ya totalmente acomodada en la mesa, la vida parecía ser perfecta. Era como volver a estar en casa.
-Y bueno Bella, ¿sabes ya donde te vas a quedar en…?-.
-Ella se queda aquí- saltaron Alice y Edward a la vez, este reforzando el agarre de mi mano, una cosa que no dejo de hacer en ningún momento de la comida.
-No es necesario, puedo quedarme…-.
-Puedes quedarte aquí y solo aquí Bella. Lo primero porque tanto Carlisle como yo lo deseamos, y segundo porque me parece que como se me ocurra hacer algo diferente, me quedo sin hijos en casa-.
-Muchas gracias-.
-¿Y cuanto piensas quedarte por aquí?- continúo Carlisle. Aquí venia la bomba de la sorpresa.
-Veréis, he encontrado trabajo y tengo un contrato indefinido. Eso quiere decir que me pueden echar mañana mismo o hasta que me jubile-.
-¿Y para eso…?- empezó a Edward a decir enfadándose sin saber por donde iban los tiros.
-Espera- le dije sonriendo y poniéndole una mano en la boca. –Soy la nueva encargada de información de la embajada española en… Estado Unidos- dije del tirón. –Empiezo después de navidades. Tendré que hacer continuos viajes a España que aprovechare para verles, pero vivir, viviré aquí-.
-¿Cómo?- dijo Edward con un hilo de voz de pura emoción. Los demás apenas podían articular palabra pero sus sonrisas decían el resto.
-Si. Me dejan un piso cerca de Central Park. Es pequeñito, pero a mi me sobra. Incluso si tu te quieres venir- dije cogiendole las manos entre las mías y haciéndole una proposición abierta delante de todos. No era algo común en mí hacer ese tipo e cosas delante de la gente, pero si iba a arriesgar, lo haría a lo grande.
-Como no le digas que si ahora mismo Edward, te juro que mando a China de una patada- dijo Alice sin perder la sonrisa.
-¿Pero como no la voy a decir que si?- dijo levantándose de su silla y arrodillándose delante mía para quedarse a mi altura y abrazarme. –No me cansare en la vida de decirte que te amo-.
-Y yo no me cansare jamás de escucharlo- dije cogiendo la cara con las manos y dándole un pequeño beso en los labios. Era extraño porque en otra situación aquella escena hubiese sido lomas vergonzoso de mi vida. Ahora era únicamente precioso, y me encantaba demostrar el tipo de persona del que estaba enamorada y era correspondida.
-El primer niño que se nos va de casa- dijo Carlisle sonriendo mientras partía un trozo de su filete. Todos giramos nuestras caras al darnos cuenta del momento familiar tan importante que estábamos viviendo.
-No os lo voy a robar, podéis quedaros todos tranquilos- dije continuando la broma.
-Por nosotros como si te lo quieres llevar una temporada. No le vamos a echar de menos- dijo Esme.
-¡Oye, que sigo delante!- dijo haciendo que me levantase para que e sentase encima suya.
-Son 23 años ya Edward, reconoce que es lógico que os queramos perder de vista-.
-Yo también sigo por aquí padres- dijo Alice con su habitual ironía mientras los demás disfrutábamos de la situación familiar.
-Hijos… ¿Y cuando vas ha hacer la mudanza?-.
-El primer día que pueda- dijo sin dudar mientras me besaba en la mejilla y yo acariciaba la suya. –Pero no me llevare todo, dejare cosas aquí-.
-Claro que si, no quiero que nos dejéis de visitar- dijo Esme mirándonos cariñosamente.
-¿Puedo levantarme y darle un abrazo a Bella, por favor?- dijo Emmet de repente sujetándose al borde de la mesa para no correr hacia mi. Todos nos reírnos de las ocurrencias de niño pequeño que tenia, pero fui yo quien me levante y fui hasta su posición para encontrarnos a medio camino y fundirnos de nuevo en un abrazo de reencuentro. –Mi hermanita ha vuelto- me dijo al oído besándome la parte latera de la cabeza.
-Con mi segunda familia- le dije al oído.
-Jo, yo también quiero, que Edward la va a acaparar y no nos la va a dejar- dijo Alice levantándose y uniéndose al abrazo.
-Hay Bella para todos- dije entre risas.
-No- dijo Edward poniéndose detrás de su madre y abrazándola por el cuello. –No habrá Bella porque me la pienso apropiar, así que aprovecharos hoy todos-.
-Pensamos secuestrarla algún día. Con Emmet de nuestra parte tienes poco que hacer- dijo Ángela.
-Yo puedo con Emmet y los demás a la vez-.
-¿Pero y si yo quiero estar con ellos?-.
-Ohhhhhhhhh- dijo Ben señalándole.
-Yo a eso le llamo golpe de efecto. Esta en nuestra Bella-.
-Mama, tu vas en mi equipo, ¿verdad?-.
-Claro que si bebe-.
-¡Pero no me llames bebes por dios!- dijo llevándose las manos al pelo. –Acabas de desautorizarme de por vida- dijo señalándola y dirigiéndose hasta nosotros. –La maleta ya la cogemos luego. Despídete- dijo mirándome con una mirada divertida. –Buenas noches-. Segundo después ya estaba en su hombro dirección a las escaleras mientras las risas se escuchaban desde el salón y mis gritos desesperados por bajar al suelo se mezclaban con ellos.
-Estas loco- dije cuando puse pis en suelo y el echaba el cerrojo a su cuarto. Entre risas se dio la vuelta y me miro de arriba abajo, como si estuviese fotografiando mentalmente cada espacio de mi.
-Eres de verdad- dijo acariciándome la mejilla suavemente. –Eres mi chica, eres mi Bella. Y estas aquí-.
-¿Y donde mas podía estar eh?- dije acercándome y abrazándole por la cintura siendo e gesto devuelto inmediatamente.
-¿Te haces una idea de lo que te he echado de menos amor?-.
-Lo has pasado mal, y lo se, pero no mejor que yo. Me prometiste que no estarías mal-.
-¿Y como quieres que este? ¿Sabes lo doloroso que es verte a través de una pantalla y querer besarte y no poder? Es una tortura-.
-Bueno, si es así y ano quiero volver a verte triste jamás, ¿me has entendido? En la vida, ni una lagrima, ni una tristeza. Cero. Ahora yo estoy aquí, y s para siempre, para quedarme. Tenia que resolver mis errores al igual que tu en tu momento solucionaste los tuyos. Ha sido el mió y quiero hacerlo axial-.
-Tu no hiciste…- le tape la boca con un dedo negando la cabeza.
-Da igual quien tenga la culpa, no me importa. ¿Sabes una cosa? Durante estos seis meses, mis únicos pensamientos donde salías fueron en lo que fuimos felices juntos. Este ultimo año lo he borrado, porque hemos aprendido de nuestros errores. Y quiero seguir cometiéndolos, pero junto a ti, que si me equivoco tu estés a mi lado y no sea un error donde tu no puedas ayudarme, o ni siquiera seas capaz porque no somos nada-.
-¿Por qué has vuelto?-.
-Porque me he dado cuenta que puedo vivir sin ti, pero no quiero hacerlo. He hablado mucho con mi familia, y me he quedado despierta otras tantas, y todo me llevaba al mismo camino, tu eres mi futuro. Todo en lo que pienso para mi tiene tu imagen grabada, si triunfo, si fracaso, si rió, si lloro, en todas las imágenes tu estas a mi lado, y esta vez era yo quien tenia que venir y hacer realidad eso. Pero ahora te toca a ti dar la última palabra-.
-Que si- dijo juntando nuestras frentes, -que te quiero a mi lado hasta que me muera. Que es lo más increíble que ha hecho por mi nadie jamás, cruzar medio mundo para arriesgarte de esta forma es increíble. Y que encima lo haya hecho la persona a la que mas quiero y admiro en el mundo no tiene nombre. Que vivir contigo va a ser lo más sencillo del mundo, y la experiencia más bonita. Porque voy a poder compartir contigo todo lo que siempre he querido. Y sobre todo porque vamos a ser por fin una pareja normal, sin miedos. Hemos superado demasiadas cosas para estar aquí, y ahora nada nos va a impedir vivir lo nuestro Bella. Porque te amo-.
-Te amo Edward. ¡Te amo!- dije abrazándole por el cuello y saltando para enrollar mis piernas alrededor de su cintura mientras nos daba vueltas. En una donde no controlo la fuerza acabamos cayéndonos en la cama riéndonos a todo pulmón. Nos quedamos tumbados, mirándonos a los ojos y disfrutando del momento, de poder por fin vernos sin una cámara de por medio. Sentí como el sueño me invadía y no pude evitar un bostezo seguido de un risa realmente dulce de Edward.
-Estás agotada- dijo apartándome un mechón de pelo que caía por mi cara.
-Todavía me quedan fuerzas…- no pude terminar la frase porque otro bostezo mayor que el anterior salio de mi boca.
-No tienes fuerzas ni para ponerte el pijama amor. Espera- dijo levantándose y abriendo su armario. –Toma- dijo dándome una camiseta que le debía de quedar grande hasta a el. –Mañana subimos la maleta, mientras puedes utilizar esa-.
-Gracias-dije levantándome y dándole un corto beso en os labio mientras entraba al baño para cambiarme. Tire mi ropa con el resto de ropa sucia de Edward y salí a la habitación, pero el no estaba. Como me encontraba realmente cansada me tumbe en la cama y decidí esperarle ahí. No tardo ni un minuto en aparecer.
-Perdón, ya volví- dijo tumbándose a mi lado en la cama. Me gire hacia el y le abrace por la cintura utilizando su torso de almohada.
-¿Tienes miedo?-.
-¿Miedo de que?-.
-De vivir juntos. De empezar a construir una sola vida los dos-. Era una cuestión que me llevaba rondando por la cabeza desde que había decidido dar el paso, pero que ni aun decidido había logrado dejar de lado.
-¿Tu tienes miedo?-.
-Si, pero quiero hacerlo-.
-Vida, claro que tengo miedo. Es uno de los pasos más importantes que voy a dar en mi vida. Compartir casa no es ninguna tontería. Se que vamos a discutir, y que simplemente nos va a costar adaptarnos a la situación, pero ya lo has dicho tu antes, quiero hacerlo, y quiero hacerlo contigo-.
-Nunca te lo hubiese pedido si no estuviese completamente segura de lo que significas para mí-.
-Y yo jamás hubiese aceptado si la persona que me lo pidiese no fueses tú. ¿Tu sabes lo que es aguantarme a mi? Eso solo lo sabe hacer la gente que me quiere, y se que milagrosamente tu estas entre ellas-.
-Me alegro de haber venido-.
-No te vuelvas a ir nunca, ¿me has oído?-.
-Si no vuelvo a ir te llevo conmigo. Te meto en la maleta por ejemplo- dije riéndome y acomodándome mejor notando que el sueño ya empezaba a apoderarse de mi.
-Eso no hará falta. Pienso perseguiré hasta el fin del mundo si es preciso-.
-Buenas noches Edward. Te amo-.
-Que duermas bien princesa-.
-Por cierto, feliz navidad-.
-Feliz Navidad amor-.
Me desperté con los primeros rayos del día y con una felicidad anterior que no experimentaba desde hace meses. Me incorpore tratando de no despertar a la persona que con una sonrisa estaba acostada a mi lado. Según el reloj todavía eran las 7:30 de la mañana, y a pesar de que no era una persona madrugadora no me extrañaría teniendo n cuenta el jet lag que me tocaría pasar. Ya que no escuchaba ningún ruido en la casa decidí bajar y preparar el desayuno para toda la familia, como una forma de agradecimiento y bienvenida. Baje con la camiseta de Edward hasta el salón, y allí abrí un momento mi maleta para coger unos pantalones, ya no seria muy agradable que sus padres me viesen con esas pintas. Como se suponía que tenía poco tiempo, porque el reloj interior de Alice debería de estar por sonar para alertar a toda la casa que era hora de abrir los regalos, decidí hacer algo sencillo. Mientras lo preparaba me entro la vergüenza de haber llegado en esas fechas y no haber llevado ningún regalo, pero pronto pensé que Carlisle y Ese me hubiesen matado si hubiese comprado algo, sabiendo el dineral que me había tenido que dejar en el viaje.
30 minutos después 3 jarras llenas de zumo de zumo de naranja, 4 platos hasta arriba de tortitas con siropes a elegir, y 10 tazas de café con su jarra de leche estaban dispuestas en la barra de la cocina listas para que el resto se levantasen y desayunar. Decida cambiarme antes de que todos se levantaran, pero Alice decidió que era hora de levantarse y ver los resultado de las compras de el resto. Varios pares de pisadas se escuchaban por las escaleras.
-Oye, ¿de donde viene ese olor?- se escucho la voz de Emmet desde donde parecía era la puerta del salón. No pensaban ni desayunar. Solo querían ver los regalos. No habían cambiado en nada. -¡Es comida! A la cocina-. La puerta se abrió dejando ver a todas las cosas soñolientas cambiar a una donde los ojos se les salían viendo los manjares que tenían en la mesa.
-Pensé que tendríais hambre antes de abrir los regalos-.
-¡Bella acógeme en tu casa! Te lo suplico. Levántame todos los días así- dijo abriendo los brazos, pero en vez de dirigirse hacia mi, fue directo a la mesa y empezó a llenarse su vaso de zumo y su palto de tortitas.
-He hecho de sobra, pero es Emmet- dije dentándome a su lado y mirando a los demás que no se movían de la puerta. Fue terminar esas palabras y todos entraron corriendo y empujándose por ser el primero en llegar y no quedarse sin comida. Los único que mantuvieron la compostura fueron Carlisle y Esme.
-Buenos días- dijo Edward llegando a mi lado y besándome la mejilla. –No me gusta que hayas vuelto y no te tanga a mi lado cuando me despierte- me dijo al oído.
-¿No te gusta el desayuno?-.
-Te perdono porque ha sido para esto-.
-Eres un vendido- dije pinchándole en la tripa mientras el se reía y untaba si tortita con litros de sirope.
-Bella esto esta delicioso- dijo Ben con la boca llena.
-Tienes que darme la receta Bella- dijo Esme.
-Claro que si. Muchas gracias-.
El resto del día paso mucho mas relajado que el momento desayuno y de los regalos. Tal y como ellos dijeron su mejor regalo había sido que yo hubiese vuelto, y el mió, ver la felicidad en su cara de nuevo. Era algo que no tenia el mas mínimo valor económico, pero que sentimentalmente llenaba mas que cualquier otra cosa.
Había comenzado mi nueva vida.
Chicas perdon por la demora en verdad lo siento mucho esque estaba super ocupadisima no estaba en mi pais so no tenia ni tiempo pero aqui esta este ultimo capitulo :( si es el ultimo espero q les gusto pero no se asusten todavia le falta el epilogo besos chicas cuidense
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
mmmm esta bien te perdonare.... solo xq mmm soy muy buena persona !! :D ajajajja besos linda y espero tu epilogo con ansias !!!
analuna.arredondo- Cantidad de envíos : 11
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Mmmmmmm.. me encanto... OBVIO QUE ESTAS PREDONADA... hermoso cap Yuriii!!!!
Ebys Cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
hola chicas me alegra muchismo no se imaginan cuanto de que les guste este fic en veradad.... ustedes que nunca an dejado este fic solito m uchas gracias en verdad besos...
yuri cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
Por el amor a cristpo !!! ese epilogo se ha hecho muxo del rogar !!!!! te espero muy atenta !!! besoss
analuna.arredondo- Cantidad de envíos : 11
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Epilogo
EPILOGO
-No me lo puedo creer. ¿Estas loco?-.
-¿No te ha gustado la sorpresa?-.
-¡Como no me va a gustar! Pero ha debido de ser realmente caro…-.
-Olvida eso. Es tu cumpleaños, no me planteo otra cosa-.
-Gracias- dije poniéndome de puntillas y besándole en los labios.
-Vamos a dar una vuelta-.
Conseguimos salir de ese mar de gente, y de la mano nos dispusimos a dar una vuelta por la ciudad. Corría ya el mes de agosto, y yo ya cumplía 25 años. Por motivos de trabajo ese año me tocaba pasarlo en Madrid, como acompañante del embajador. Tenía la tarde libre y Edward me había sorprendido con dos entradas para ver el partido de los partidos en España: Real Madrid- Barcelona. Y lo había disfrutado como una enana, había gritado, saltado, emocionado como si tuviera 10 y no 25 años. Pero me daba igual, había sido tremendamente feliz.
No era la primera vez que pisaba España desde que me había instalado definitivamente en Nueva York, pero si era la primera vez que iba a estar tanto tiempo, porque después de terminar la visita yo me quedaría allí de vacaciones, y Edward, conmigo.
Irnos a vivir juntos, fue quizás una decisión precipitada, pero el tiempo nos dio la razón y no fue equivocada. Cada día estaba más segura y convencida de que estábamos hechos el uno para el otro, y día a día nos encargábamos de demostrarlo. Sabíamos que los comienzos a serian duros en prácticamente todos los sentidos, pero poniendo un poco de cada uno los problemas terminaban suavizándose.
Mi trabajo me tenia ocupada mucho tiempo, pero el poco que me quedaba lograba administrarlo realmente bien, y ni Edward ni ninguno de mis amigos tenían quejas de no vernos lo suficiente. Edward había empezado a trabajar en uno de los mejores bufetes de abogados de América y pronto se convirtió en uno de sus abogados de referencia, y aunque su trabajo también requería continuos viajes por el país, era algo que pronto aceptamos por nuestro bien.
Todo el grupo continuábamos manteniendo el contacto, era algo que nos habíamos propuesto como una de las metas e nuestra vida casi. Sabíamos que era complicado continuar una relación después e la universidad y que esta siguiese igual, al fin y al cabo antes vivíamos juntos y ahora, kilómetros nos separaban, además de trabajo y familia, ya que Rose y Emmet habían aumentado en uno la pareja. La pequeña Lily vino de sorpresa para ellos y para los demás, y pronto tuvieron que cambiar planes de futuro inmediato y lejano, pero felices y sin ninguna queja. Ahora, con casi un año era el juguete de todos, y el ojito derecho de Emmet, el cual decía que la iba a obligar a entrar en un convento para que ni los curas la mirasen. Yo como madrina de la niña, le miraba mal y le decía que pensase dos veces antes de hablar, pero no había persona en el mundo que le hiciese cambiar de opinión. Era un poco burro en ese sentido, pero con casi 30 años, seguía siendo en mismo niño que cuando le conocí.
-Esta es mi zona favorita de Madrid- dijo en un momento cuando estábamos andando por el parque del Retiro. Se sentó en el césped y me llevo con el, haciendo que cayese sentada en sus piernas. Me recline en su torso y vi como se empezaba a poner el sol.
-Si, es precioso- dije dándole la razón.
-Preciosa eres tú, esto se queda solo en bonito-.
-Idiota- dije dándole un pequeño golpe e la mano que tenia debajo de la mía. -¿Tienes frió?-.
-No. ¿Por qué lo dices?-.
-Estas temblando- dije notando como su cuero temblaba ligeramente debajo del mío.
-Eso son los nervios-.
-¿Nervios?- pregunte girando mi cabeza y viendo que el me miraba con una mirada nerviosa. ¿Qué te pasa Edward?- dije cuando vi que se sentaba en frente mía y me cogia las manos.
-Tienes que dejarme terminar, ¿vale? No hables hasta que termine porque si no te juro que me desmayo- dijo soltando una risita nerviosa.
-Vale- dije riéndome yo también sin saber muy bien el porque-.
-Llevamos casi 7 años juntos, con nuestra ida y venida, pero 7 años de amor. Yo… yo se que tu ya eres mía al igual que yo soy tuyo, no nos hace falta nada mas que esa certeza entre los dos para que sea así. Pero quiero demostrarle al mundo que me ha tocado la lotería, que tengo a mi lado a la mujer mas maravillosa del mundo. A la niña que me hizo aprender a amar y me enseño lo que era ser amado. A la niña que sin saberlo me espero un año entero porque no se atrevía ni a pensar que lo nuestro hubiese muerto. Pero sobre todo a la mujer que hoy en día me sigue amando, que me da cada día mas amor, que cada día se sienta conmigo y con solo escucharme me quita todo lo malo del cuerpo. A la mujer que con una caricia despierta en mi zonas que ni siquiera yo sabia que tenía. A la mujer que rie e ilumina mi mundo. Quiero que sepan que eres mi- cogio mi mano izquierda y me quito el anillo que un día me dio y no me volví a quitar jamás. Con la otra mano saco algo del bolsillo con el puño cerrado, y me puso los dos puños en frente para abrirlos a la vez. En uno ya sabia lo que se encontraba, en el otro un fino anillo plateado con una joya en el centro transparente, pero aun con cierta oscuridad brillaba como nada alrededor nuestro. –Tú eliges Bella, porque elijas lo que elijas voy a seguir a tu lado. Si elijes este- dijo levantando un poco la mano donde estaba el anillo que me regalo hace varios año tal día como aquel, -seguirás siendo mi chica, porque me lo prometiste cuando lo aceptaste. Pero si eliges este- dijo levantando la otra mano, -estas aceptando ser mi mujer. Mi esposa para toda la vida. Así que Bela, ¿quieres casarte conmigo, o quieres que todo se quede tan perfecto como hasta ahora?-.
En ningún momento mis ojos se apartaron de los suyos, incluso dudo que pestañease cuando el estaba hablando. Ni siquiera recordaba muy bien como era el anillo, pero me daba exactamente igual. Las lagrimas empezaron a correr por mi cara y una risa nerviosa que no sabia de donde venia y que no podía controlar se empezó a apoderar de mi. Me tape la boca intentando no armar un escándalo, pero sobre todo para no estropear aquel momento tan perfecto.
-Me quiero casar contigo. Si, quiero ser tu esposa- dije quitándome las manos de la boca y dejando salir por fin lo que quería decir. Ahora el que se reía era el, y cerrando la mano del anillo antiguo metiéndoselo en el bolsillo, agarro con los dedos el otro anillo y cogio otra vez mi mano izquierda par aponerme en el dedo donde antes estaba en el otro, el que correspondía a mi nuevo estado. Me beso el anillo y me cogio la cara con las manos juntando nuestras frentes mientras con las mías rodeaba las suyas.
-Gracias por querer pasar el resto de mi vida conmigo-.
-Hemos dicho para siempre, y será para siempre- dije mientras nuestros labios terminaban por sellar nuestras eterna felicidad.
FIN
Hola chicas bueno pues este fic llega a su fin, saben no habia actualizado porque me siento triste que ya haiga terminado aunque no lo crean les eh agarrado muchisisimo carino las quiero mucho... espero que se aigan enamorado de esta historia tanto como yo lo hice... bueno me despido no sin antes decirles que traigo en mente un nuevo fanfic pero haber que pasa cuidense y gracias a todas las que leyeron este fic no saben cuanto se significo su apoyo para mi y quiero hacer una mencion especial para Ebys que siempre estubo ahi y me ayudo mucho gracias te quiero Ebys :) HASTA PRONTO CHICAS PORFAVOR COMETEN QUE LES PARECIO EL EPILOGO Y EL FIC GRACIAS.
-No me lo puedo creer. ¿Estas loco?-.
-¿No te ha gustado la sorpresa?-.
-¡Como no me va a gustar! Pero ha debido de ser realmente caro…-.
-Olvida eso. Es tu cumpleaños, no me planteo otra cosa-.
-Gracias- dije poniéndome de puntillas y besándole en los labios.
-Vamos a dar una vuelta-.
Conseguimos salir de ese mar de gente, y de la mano nos dispusimos a dar una vuelta por la ciudad. Corría ya el mes de agosto, y yo ya cumplía 25 años. Por motivos de trabajo ese año me tocaba pasarlo en Madrid, como acompañante del embajador. Tenía la tarde libre y Edward me había sorprendido con dos entradas para ver el partido de los partidos en España: Real Madrid- Barcelona. Y lo había disfrutado como una enana, había gritado, saltado, emocionado como si tuviera 10 y no 25 años. Pero me daba igual, había sido tremendamente feliz.
No era la primera vez que pisaba España desde que me había instalado definitivamente en Nueva York, pero si era la primera vez que iba a estar tanto tiempo, porque después de terminar la visita yo me quedaría allí de vacaciones, y Edward, conmigo.
Irnos a vivir juntos, fue quizás una decisión precipitada, pero el tiempo nos dio la razón y no fue equivocada. Cada día estaba más segura y convencida de que estábamos hechos el uno para el otro, y día a día nos encargábamos de demostrarlo. Sabíamos que los comienzos a serian duros en prácticamente todos los sentidos, pero poniendo un poco de cada uno los problemas terminaban suavizándose.
Mi trabajo me tenia ocupada mucho tiempo, pero el poco que me quedaba lograba administrarlo realmente bien, y ni Edward ni ninguno de mis amigos tenían quejas de no vernos lo suficiente. Edward había empezado a trabajar en uno de los mejores bufetes de abogados de América y pronto se convirtió en uno de sus abogados de referencia, y aunque su trabajo también requería continuos viajes por el país, era algo que pronto aceptamos por nuestro bien.
Todo el grupo continuábamos manteniendo el contacto, era algo que nos habíamos propuesto como una de las metas e nuestra vida casi. Sabíamos que era complicado continuar una relación después e la universidad y que esta siguiese igual, al fin y al cabo antes vivíamos juntos y ahora, kilómetros nos separaban, además de trabajo y familia, ya que Rose y Emmet habían aumentado en uno la pareja. La pequeña Lily vino de sorpresa para ellos y para los demás, y pronto tuvieron que cambiar planes de futuro inmediato y lejano, pero felices y sin ninguna queja. Ahora, con casi un año era el juguete de todos, y el ojito derecho de Emmet, el cual decía que la iba a obligar a entrar en un convento para que ni los curas la mirasen. Yo como madrina de la niña, le miraba mal y le decía que pensase dos veces antes de hablar, pero no había persona en el mundo que le hiciese cambiar de opinión. Era un poco burro en ese sentido, pero con casi 30 años, seguía siendo en mismo niño que cuando le conocí.
-Esta es mi zona favorita de Madrid- dijo en un momento cuando estábamos andando por el parque del Retiro. Se sentó en el césped y me llevo con el, haciendo que cayese sentada en sus piernas. Me recline en su torso y vi como se empezaba a poner el sol.
-Si, es precioso- dije dándole la razón.
-Preciosa eres tú, esto se queda solo en bonito-.
-Idiota- dije dándole un pequeño golpe e la mano que tenia debajo de la mía. -¿Tienes frió?-.
-No. ¿Por qué lo dices?-.
-Estas temblando- dije notando como su cuero temblaba ligeramente debajo del mío.
-Eso son los nervios-.
-¿Nervios?- pregunte girando mi cabeza y viendo que el me miraba con una mirada nerviosa. ¿Qué te pasa Edward?- dije cuando vi que se sentaba en frente mía y me cogia las manos.
-Tienes que dejarme terminar, ¿vale? No hables hasta que termine porque si no te juro que me desmayo- dijo soltando una risita nerviosa.
-Vale- dije riéndome yo también sin saber muy bien el porque-.
-Llevamos casi 7 años juntos, con nuestra ida y venida, pero 7 años de amor. Yo… yo se que tu ya eres mía al igual que yo soy tuyo, no nos hace falta nada mas que esa certeza entre los dos para que sea así. Pero quiero demostrarle al mundo que me ha tocado la lotería, que tengo a mi lado a la mujer mas maravillosa del mundo. A la niña que me hizo aprender a amar y me enseño lo que era ser amado. A la niña que sin saberlo me espero un año entero porque no se atrevía ni a pensar que lo nuestro hubiese muerto. Pero sobre todo a la mujer que hoy en día me sigue amando, que me da cada día mas amor, que cada día se sienta conmigo y con solo escucharme me quita todo lo malo del cuerpo. A la mujer que con una caricia despierta en mi zonas que ni siquiera yo sabia que tenía. A la mujer que rie e ilumina mi mundo. Quiero que sepan que eres mi- cogio mi mano izquierda y me quito el anillo que un día me dio y no me volví a quitar jamás. Con la otra mano saco algo del bolsillo con el puño cerrado, y me puso los dos puños en frente para abrirlos a la vez. En uno ya sabia lo que se encontraba, en el otro un fino anillo plateado con una joya en el centro transparente, pero aun con cierta oscuridad brillaba como nada alrededor nuestro. –Tú eliges Bella, porque elijas lo que elijas voy a seguir a tu lado. Si elijes este- dijo levantando un poco la mano donde estaba el anillo que me regalo hace varios año tal día como aquel, -seguirás siendo mi chica, porque me lo prometiste cuando lo aceptaste. Pero si eliges este- dijo levantando la otra mano, -estas aceptando ser mi mujer. Mi esposa para toda la vida. Así que Bela, ¿quieres casarte conmigo, o quieres que todo se quede tan perfecto como hasta ahora?-.
En ningún momento mis ojos se apartaron de los suyos, incluso dudo que pestañease cuando el estaba hablando. Ni siquiera recordaba muy bien como era el anillo, pero me daba exactamente igual. Las lagrimas empezaron a correr por mi cara y una risa nerviosa que no sabia de donde venia y que no podía controlar se empezó a apoderar de mi. Me tape la boca intentando no armar un escándalo, pero sobre todo para no estropear aquel momento tan perfecto.
-Me quiero casar contigo. Si, quiero ser tu esposa- dije quitándome las manos de la boca y dejando salir por fin lo que quería decir. Ahora el que se reía era el, y cerrando la mano del anillo antiguo metiéndoselo en el bolsillo, agarro con los dedos el otro anillo y cogio otra vez mi mano izquierda par aponerme en el dedo donde antes estaba en el otro, el que correspondía a mi nuevo estado. Me beso el anillo y me cogio la cara con las manos juntando nuestras frentes mientras con las mías rodeaba las suyas.
-Gracias por querer pasar el resto de mi vida conmigo-.
-Hemos dicho para siempre, y será para siempre- dije mientras nuestros labios terminaban por sellar nuestras eterna felicidad.
FIN
Hola chicas bueno pues este fic llega a su fin, saben no habia actualizado porque me siento triste que ya haiga terminado aunque no lo crean les eh agarrado muchisisimo carino las quiero mucho... espero que se aigan enamorado de esta historia tanto como yo lo hice... bueno me despido no sin antes decirles que traigo en mente un nuevo fanfic pero haber que pasa cuidense y gracias a todas las que leyeron este fic no saben cuanto se significo su apoyo para mi y quiero hacer una mencion especial para Ebys que siempre estubo ahi y me ayudo mucho gracias te quiero Ebys :) HASTA PRONTO CHICAS PORFAVOR COMETEN QUE LES PARECIO EL EPILOGO Y EL FIC GRACIAS.
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Fecha de inscripción : 05/03/2011
Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
awwwwwwwwwwwwwwwww............. un final ammmm diferente sin lugar a dudas.... muy apetecible aunk igual y me kedo sabor a "necesito bebe" pero pues como te digo es algo fuera de la rutina !!! .... obviamente es triste k acabe !!! pero siempre k se cierra una puerta otras se abren asi keee..... ke vengan nuevos proyectos !!! un beso linda tu forma de escribir es hermosa !!! ... los sentimientos que mueves con cada fragmento ....es grandioso... siguelo haciendo !!! asi kee te esperamos pronto !!!
analuna.arredondo- Cantidad de envíos : 11
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Fecha de inscripción : 13/12/2011
Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
La verdad... no se que decir primero... se me llenaron los ojitos de lagrimas, por el fin de esta historia (pero como bien dice analuna.arredondo... siempre se abren nuevas... Y YO VOY A ESTAR AHÍ TAMIBEN YURI...)
Y por la mension especial... DIOSSS GRACIASSS YO TAMBIEN TE QUIERO HERMOSAAA!!!... Todo lo que hago, lo hago con sumo placer por que me encanta... no se ni que decir... creo que con un gracias no alcanza para que sepas lo importante que es para mi lo que dijiste... lo que es este foro... y la oportunidad que tengo de conoserlas a todas y de leer sus maravillosas historias...
Yo diria GRACIAS A TODAS POR CONFIAR EN MI.
Y A TI YURI... GRACIAS POR ESTAR SIEMPREEEEE!!!
Y por la mension especial... DIOSSS GRACIASSS YO TAMBIEN TE QUIERO HERMOSAAA!!!... Todo lo que hago, lo hago con sumo placer por que me encanta... no se ni que decir... creo que con un gracias no alcanza para que sepas lo importante que es para mi lo que dijiste... lo que es este foro... y la oportunidad que tengo de conoserlas a todas y de leer sus maravillosas historias...
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Ebys Cullen- .
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Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
HOLA CHICAS I SI YO TAMBIEN ME SENTI TRISTE CUANDO ACABO LA HISTORIA PERO SI HAY NUEVAS PUERTAS Y ESTOY MUY FELIZ Y SI FUE ALGO DIFERENTE ANALUNA AMI ME ENCANTO NOSE PORQUE BUENO CHICAS MUCHAS GRACIAS ALAS DOS POR HABER SEGUIDO ESTE FIC Y POR HABER VIVIDO TODO ESTO CON MIGO LAS QUIERO!
yuri cullen- .
- Cantidad de envíos : 114
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Fecha de inscripción : 05/03/2011
Re: "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)
estan superbueno este fic !!!FELICIDADES!!!!
AndreaP<3- Cantidad de envíos : 2
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