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Mensaje por yuri cullen 12/10/2011, 6:35 pm

Hola chicas muchas gracias no saben lo que es para mi sus comentarios muchisimas gracias y si seguire subiendo mas capitulos ma?ana subire el proximo esque todavia le estoy dando una maquilladita espero y les guste besos y otra ves un mil de gracias!!! "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 80198 "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 685454

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Mensaje por isabel 13/10/2011, 11:28 am

yo tambien leo este fic y la verdad me gusta mucho!!
solo que no suelo comentar muy seguido sorry!!
pero a ki tienes a una fiel lectora aunk no lo creeas jajajajaja

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Mensaje por Ebys Cullen 13/10/2011, 11:45 am

viste Yuri... somos mas de las que vos creias... piensa en esas lectoras invisibles que te leen... no todas son tan parlanchinas como yo jejejeje...piensa en tu historia que quiere ser terminada y nosotras queremos leer....

a parte... vamos es genial...
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Mensaje por Nejix 13/10/2011, 3:59 pm

jajaja tiene razon Ebys no todas son cotorras como nosotras me incluyo que siempre estamos opinando de todo
besos Nejix

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Mensaje por Ebys Cullen 14/10/2011, 3:22 pm

Nejix escribió:jajaja tiene razon Ebys no todas son cotorras como nosotras me incluyo que siempre estamos opinando de todo
besos Nejix

Cotorras...
Parlanchinas.... jejeje
Loras y periquitas que hablan sinparar jajajaja
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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 Empty Capitulo 19

Mensaje por yuri cullen 14/10/2011, 7:19 pm

Capitulo 19

-Buenos días por la mañana compañera- me saludo Jacob cuando llegue a la puerta de la biblioteca con su patín en mano.

-Vaya, no esperaba esta puntualidad- dije sinceramente.

-¿Sorprendida?-.

-Mucho y para bien-.

-Soy una caja de sorpresas- dijo mientras entrábamos.

-¿Dónde piensas dejar eso?- pregunte señalando a su "medio de transporte".

-En la mochila, entra de sobra tranquila-. Trabajar con Jacob era algo extrañamente raro, porque había una complicidad en ciertos momentos que rayaba lo ilógico. En tres horas de trabajo el primer día ya teníamos un índice mas o menos aceptable de lo que queríamos hacer, y solo nos quedaba buscar la información y completar.

-Es sorprendentemente fácil trabajar contigo, ¿sabes?- le comente mientras salíamos unas cuantas horas antes de la biblioteca.

-Ya te dije que por las buenas, soy el mejor-.

-Nos vemos el lunes- le dije despidiéndome de el y acercándome hasta donde se encontraban mis amigos.

-Nos vemos en clase belle… ¡Bella!- corrigió cuando le mire con cara asesina. En el fondo, una broma no hacia daño a nadie.

-Hola- les salude metiendo los apuntes en la mochila. -¿Cuál es el plan para hoy?-.

-Habíamos pensado en un picnic en el parque. Hace mucho que no comemos todos juntos fuera de aquí- dijo Rose mirándome a mi directamente, para no ser excesivamente explicita y mirar a Edward también. Desde el lunes que habíamos empezado las clases y mi discusión con el, ninguno de los dos nos habíamos dignado a dirigirnos la palabra. Le extrañaba mucho, siempre había sido mi yo, compartía con el todos y todos los momentos, y ahora cosa que pasaba o se la contaba Ángela o Emmet, que eran los únicos que me apoyaban completamente, o me la callaba, que era lo mas complicado de todo. Quizá un día fuera de todo con todos ayudaría en algo.

-No podéis seguir enfadados toda la vida Bella- me dijo Ángela mientras íbamos caminando por las calles neoyorquinas.

-Ya lo se, pero estaría bien una disculpa, o un algo por su parte. Un poco de comprensión-.

-¿Le entiendes tu a el?-.

-Ángela, es un juego de crios, solo tiene que madurar un poco y pasar de esas tonterías. Cada uno con lo suyo y listo. ¿Que el otro consigue mas novias, mas dinero o mas reconocimiento? Pues muy bien para el. Que Edward aprenda a querer lo suyo, porque no quiero estar con una persona que solo piensa en competir constantemente, incluso conmigo de por medio-.

-Muy bien dicho Bella- dijo Emmet pasándome el brazo por los hombros. –El otro día en las pruebas de selección, el tal Jacob corrió en una marca poco humana. Cuando dijimos que la hicieran los veteranos, Edward la supero, y jamás había llegado a nada parecido. Claro, luego volviendo a casa casi se desmaya- dijo recordando el momento y riéndose.

-¿Qué se desmayo? ¿Por qué no me lo habías contado?- les dije preguntando preocupada.

-Porque no queríamos asustarte. Solo fue una bajada de azúcar, ya esta-.

-A mi este chico me da demasiados disgustos- dije mientras seguíamos caminando y disfrutando del paseo.

El parque se encontraba en algún punto del centro, y estaba atestado por familias con hijos, aunque había algunos puntos de inmensa paz, y aquellos fueron en los que nos centramos. Encontramos una sombra debajo de un árbol, lo suficientemente grande como para que entrásemos todos. Hacia el frente solo se veía césped y mar. No tenía fin. Era una estampa preciosa.

-Esto invita a una partida. ¿Quién se apunta?- pregunto Ben antes de que todos saliesen a correr. Solo yo me quede sentada observando aquello.

-¿Puedo?- gire mi cabeza para ver como Edward señalaba el hueco de la manta de mi lado. Al parecer no había sido la única.

-Claro- dije solamente.

-Bella- dijo al cabo de un rato. Gire mi cabeza para ver que me estaba mirando, -no quiero seguir así-.

-Estamos así porque tú quieres-.

-Como sea. No me gusta esta situación, me da igual el motivo o quien tenga la culpa-.

-Lo que no podemos hacer es volver a como estábamos antes sin arreglar lo que nos aleja Edward. Porque entonces dentro de dos semanas volveremos a lo mismo-.

-¿Y que quieres que haga para arreglarlo? ¿Le mando de una patada a la otra punta del país?-.

-Lo primero cambiar la mentalidad. No estaría de más. ¿No te das cuenta que es un juego de niños pequeños? ¿Qué todo se puede solucionar aceptando lo que tienes sin fijarte en lo que tiene el otro?-.

-El otro esta intentando quitarme lo que más aprecio en esta vida- dijo acariciándome una mejilla. No me había dado cuenta hasta que punto había echado de menos su cariño.

-Edward, el no me va a convencer a mi de nada. Yo se lo que quiero, y te quiero a ti, los demás me dan igual, pero tienes que entender que mis estudios también son importante, ¿vale?-.

-Bella, yo me fío de ti, del que no me fío es de el. Pero si me juras, y hazlo por dios Bella porque si no, no me quedo tranquilo, que no va a pasar nada entre nosotros, yo… yo te prometo que olvido eso que tenemos, y ya esta-.

-¿Tu confías en mi verdad?-.

-Sabes que si-.

-Bueno pues entonces confiad cuando te digo que te amo, no debería importarte nada más-.

-Ahora ya no- dijo cogiendome la cara con su otra mano y acercando mi cara a la suya para besarme. Pronto me deje ir por el momento, hacia demasiado que no sentía sus labios sobre los míos, y era tal mi urgencia que casi me daba igual donde estuviésemos. –Perdóname, ¿vale?-.

-Ya sabía que tenía un novio posesivo y celoso. No pasa nada- dije acariciándole la mejilla mientras nos reíamos los dos.

-Vaya, por fin- dijo Alice mientras se sentaba a mi otro lado y me cogia la mano. No pude hacer otra cosa que no fuese sonreír. –Sabéis estamos jugando allí un partido de futbol, chicos contra chicas, dejaros de carantoñas y venid los dos, aburridos- dijo mientras se levantaba y volvía a correr hacia la zona de juego.

-Me da miedo no hacerla caso- dijo Edward levantándose y sacudiéndose los pantalones para quitarse la porquería. –Vamos- dijo cogiendome mis mano y ayudándome a levantarme.

El día fue tal y como había querido que trascurriera, aunque solo con los acontecimientos del principio me hubiese marchado a casa completamente feliz. Sobra decir quien gano el partido de futbol, si unos chicos enormes que no perdían ni a las canicas o unas chicas a las cuales les asustaba solo el hecho de que chutase la pelota, o que hiciesen como que chutaban. El sol termino de hacer un día perfecto entre amigos.

Temí el regreso a la vuelta a las clases, y en concreto donde Edward y Jacob estuviesen en la misma sala. Gracias que la clase del trabajo no tocaba ese día hasta última hora y habría tiempo para asimilar la situación.

-Oye- me dijo Edward antes de entrar a clase cogiendome por la cintura, -quiero que vengas esta tarde al entrenamiento. Llevo una semana sin ti y quiero recuperar el tiempo perdido-.

-Si me aseguras que es por eso, voy- le dije cogiendole por os brazos. Era la primera vez que me pedía aquello de esa manera, y tal como estábamos estaba dentro de lo lógico que sintiese algo de posesión.

-Te lo juro. Invita a Alice o a alguna para que te acompañen y no te aburras-.

-Díselo a ella ahora, tienes un rato para comentarlo-.

-Tú en cambio, si quieres y puedes hacer que Black meta sin querer los dedos en el enchufe…-.

-Ya-dije mientras ambos nos reíamos. –Nos vemos ahora guapo- dije poniéndome de puntillas y dándole un pequeño beso.

-Hasta ahora preciosa- me dijo dándome un cachete en el trasero a modo juguetón mientras subía las escaleras para empezar con el trabajo.

-Hola- le salude nada mas entrar. El estaba ya en su sitio en la misma posición chulesca que adoptaba siempre y con todo el material preparado.

-Hola Bella. Veo que ya va todo mucho mejor, ¿no?- dijo sin apartar la vista de el frente.

-Si Jacob, gracias. Me ha prometido olvidarte, asíque agradecería que tu también colaborases, aunque solo sea por el bien del trabajo y mi salud mental-.

-Yo si que no te puedo prometer nada- dijo sacando su sonrisa de "que poco me conoces Bella". A pesar de todo, en el fondo, se le veía un chico normal.

-Bueno comencemos- dije abriendo el documento para continuar con el trabajo. Estuvimos trabajando durante el resto de la clase, sin ningún comentario que no viniese a cuento, y sin ninguna mirada desviada con mala intención. Al fin de cuentas, el también mantenía su palabra, y era de agradecer.

-Estoy harto, por hoy basta- dijo a cinco minutos del final, cuando ya más de la mitad de la clase hablaba a voces y pasaba descaradamente de continuar con el trabajo.

-Si, creo que deberíamos de parar por hoy-.

-Yo me voy ya- dijo guardando todo y sacando su patín de la mochila. Me fije en que al sacar su transporte se le cayó algo al suelo, y termino justo debajo de mi silla.

-Se te ha Cairo algo- dije agachándome para cogerlo pero ver aun lo que era.

-¡No! Ya lo cojo yo- dijo quitando mi brazo y adelantándose el y guardándolo de nuevo a toda prisa. –Gracias- me dijo de manera apresurada.

-De nada-dije totalmente extrañada guardando mis cosas también.

-Adiós- dijo mientras bajaba corriendo las escaleras.

-¿Nos vamos ya?- pregunte llegando a lugar de los hermanos.

-Claro-dijo Edward levantándose mientras me daba un beso y empezaba a recoger. -¿Qué le has dicho al chico ese que se ha puesto tan nervioso y salio corriendo?-.

-¿Has estado vigilándome?-.

-No había persona humana que le quitase la atención de tu y la centrase en el trabajo- intervino Alice. –A su favor diré que no abrió la boca para decir anda, ni malo ni bueno-.

-No dije nada. Saco su patín y se le cayo algo, cuando fui a cogerlo el se adelanto y listo-.

-Mira que es raro… vámonos que tengo entrenamiento, y publico- dijo besándome mientras salíamos de la clase.

-¿Cuánto tiempo dura esto?- pregunto Alice sentándose a mi lado en las gradas esperando a que comenzase el entrenamiento.

-Creo que hora y media Alice. Pero si no quieres estar puedes irte, eres libre-.

-No tengo nada mejor que hacer. ¿Tu no trabajas?-.

-Tengo una semana libre. Trabaje en julio y no tenia porque asíque tengo 5 días libres a repartir-.

-¿Me vas a explicar que te traes con Jacob Bella?- me soltó de golpe.

-¿De que hablas Alice?-.

-Pues eso, parece que os lleváis muy bien para conoceros de tan poco y de las cosas que te hemos contado-.

-No hay nada, es un compañero de trabajo, sin mas. Y siento comunicarte que yo no voy a juzgar a una persona por lo comentarios de otras, a mi no me demostró nada para que le tenga en una cruz Alice-.

-¿Me dejas aconsejare que vayas con cuidado por lo menos?-.

-Claro que si Alice, y no te preocupes que estoy alerta- dije mientras el equipo salía a alentar.

Durante una hora estuvimos observando como trabajaba el equipo de futbol encabezado por Emmet. Teniendo en cuenta que no se veía el entrenador, le toco a Emmet dirigir el entrenamiento. Era extraño verle en un papel de autoridad, ordenando cosas y tomándose tan serio todo, sin bromas de por medio. La última media hora organizaron una pachanga dividiendo al equipo entre dos. Me fije especialmente en el pique que se traían Edward y Jacob, y empecé a sospechar que le invitación de Edward fuese mas encaminada a verle a el que el verme a mi. Era impresionante la velocidad que alcanzaban ambos, pero la fuerza de Jacob rozaba lo sobrehumano, un pequeño placaje mandaba al contrario unos menos atrás, cosa que otro no podía hacer. Edward copio la pelota y corrió campo a través, pero Jacob me freno poniendo las manos entre ellos y empujándole haciendo que cayese de espaldas al suelo 4 metros mas para atrás. Me di cuenta de que era preocupante cuando todos corrieron a su posición y Alice se puso inmediatamente de pie con la mano en la boca. No me lo pensé dos veces y salí corriendo hacia donde estaban quitando a los que estaban rodeándole.

-Venga Cullen, solo ha sido un pequeño placaje, levántate- dijo Jacob quitándose el casco mientras Edward se quejaba de la zona lumbar mientras yo le quitaba a él el casco.

-Cállate Black- sonó la voz de Emmet por encima de los murmullos. Vi en la cara de Edward el esfuerzo por no contestarle de mala manera.

-¿Estas bien?- le pregunte quitándole los mechones de pelo que tenia en la cara.

-Solo un momento, ¿vale?- dijo respirando profundamente sin quitarse la mano de la zona dolorida.

-Venga chico, ¿estas echo de mantequilla? Ya tienes la atención que quieres, vamos a seguir con el partido.

-¡Black!- chillo Emmet, el cual consiguió dar verdadero miedo. De repente una frente que estaba acariciando desapareció de mi tacto y su dueño se dirigía medio encogido hacia la dirección donde Emmet llevaba a Jacob.

-¡No Edward!- le grite cuando vi que apenas a dos metros de ellos levantaba su puño.

-No Bella, vete de aquí-.

-Parad los dos- dijo Emmet viendo el espectáculo y frenando a cada uno de ellos con una mano diferente y dejando su cuerpo en medio de ambos. –Parad o estáis fuera del equipo- dijo mirando a ambos.

-Edward por favor- le dije agarrandole del brazo y tirando de el. Gracias a dios el fue el primero en frenar su ataque de rabia, aunque su mirada podía hacer casi mas daño que cualquier puñetazo.

-Estas acabado Cullen- dijo Jacob dirección a los vestuarios señalándole de manera amenazadora.

-Deberías ir a enfermería tío. Te has llevado un buen golpe- le dijo Emmet palmeándole el hombro.

-¿Pero tu has visto eso Emmet? Eso no ha sido un placaje normal. Solo, sin empujarme con apenas fuerza me ha mandado casi cuatro metros. No es normal-.

-¿Estas intentado decir algo Edward? Te aviso que esas acusaciones son graves, estas hablando de cosas que no son legales-.

-¿No estaréis insinuando los dos que puede estar drogándose verdad?-pregunte adivinando las intenciones de los dos.

-Todos sabemos que eso no es lógico. Lo que ha pasado aquí es la primera vez que lo veo en mi vida. Ni el la liga profesional el mejor a logrado tanto con tan poco- dijo Emmet mirando preocupado a la nada.

-Espero que sepáis de lo que habláis. Vamos a ponerte algo en la espalda y darte un tranquilizante- dije mientras Alice llegaba al lugar con las cosas de Edward. Hice una gran excepción, y ya que Edward no podía andar solo decidí, junto con Alice acompañarle a su cuarto. Camine con el mientras el se apoyaba en mis hombros pero sin lograr poder estirarse del todo. Le tumbe en la cama.

-¿Dónde tenéis los medicamentos y esas cosas Edward?- pregunte una vez le hube cambiado y dejándole en la cama.

-¿Quieres que vaya yo?- pregunto Alice.

-Déjalo Alice, puedes irte ya si quieres- le dijo Edward cogiendola la mano y dándole en ella un beso.

-Nos vemos mañana hermanito, mejórate- dijo ella agachándote y dándole un beso en la frente. –Cuidare- me dijo despidiéndose de mi en la puerta de la casa. Entre en ella y me dirigí a la cocina, donde Edward me había indicado que tenían las cosas para estas situaciones.

-Hombre que agradable sorpresa. ¿Cómo estas Bella?- me gire después de coger las cosas y encontrarme en la puerta con James. No había vuelto a cruzar la palabra con el desde aquel día. Le había visto de lejos un par de veces pero había apartado la mirada después de reconocerle. Y por lo que sabia tenía una seria advertencia de Edward, una tontería mas y estaba fuera.

-Hola- me limite a decir con la intención de salir de allí sin decir ni media palabra mas. -¿Me dejas salir?- pregunte entendiendo que no tenia intención de quitarse de en medio.

-Mmm... No, quiero hablar contigo- me respondió con una sonrisa que me recordaba a la de Jacob cuando quería burlarse de algo.

-Vale, pero yo contigo no, y además tengo prisa- dije caminando de nuevo hacía el.

-Tranquila Bella- dijo cogiendome por los hombros y empujándome levemente hacia atrás hasta que choque con la encimera.

-Quítame las manos de encima—dije sacándomelo de encima. Aun así el no dejaba de reírse.

-No pienso hacerte nada chica, relájate. Solo quiero decirte una cosa- dijo acercándose un poco mas a mi, cada milímetro menos era una serie de arcadas para mi, -vuelve a nombrarle a Edward mi nombre, y estarás en problemas- dijo dándome con un dedo en la barbilla.

-¿Me estas amenazando?-.

-Solo te estoy avisando. Hasta pronto- dijo basándome en la mejilla y saliendo de allí. Subí por las escaleras con el susto metido en el cuerpo todavía y limpiándome con la manga la zona tocada por el.

-Has tardado- dijo Edward tumbado.

-No encontraba las vendas- dije alzándolas.

-¿Estas bien? Te veo pálida- dijo rozándome la mejilla. Era tan diferente ambos tactos, tan diferentes las sensaciones.

-Estoy bien, un poco preocupada por ti, nada mas- dije besándole y alcanzándole el tranquilizante con el vaso de agua.

-Estas temblando, y tienes las manos frías- dijo quitándome las cosas de la manos y frotándolas mientras me miraba preocupado. Necesite de todo mi control para relajarme y que no se me notase que me temblaban hasta las orejas.

-Es que tengo frío. ¿No tienes tu frío? Mira, tienes la ventana abierta y no hace tiempo para eso- dije levantándome y cerrándolas de golpe. Comprobé que los cristales continuasen en su lugar después de semejante golpe. –Ponte de lado para darte la pomada anda- se giro mirando hacia la pared mientras yo intentaba aliviar el dolor. Después de la pomada y las vendas le hice volver a tumbarse boca arriba para que estuviese más cómodo.

-Gracias preciosa- dijo bostezando.

-De nada amor. Te debo unos cuantos días de cuidados- dije mientras le acariciaba la mejilla viendo como el sueño empezaba a poder con el.

-Tú no me debes nada-.

-Te dejo dormir, ¿vale? Lo que sea, Edward, con lo que sea, me llamas y vengo. Nos vemos mañana, si no puedes ir a clases vengo a verte por la tarde. Recupérate- dije dándole un beso y recogiendo mis cosa.

-Te quiero Bella- dijo mientras su cabeza se ladeaba y terminaba completamente. Antes de salir la ternura me venció al verle dormido y le di un beso en la frente y salí de allí corriendo intentando no encontrarme con otra sorpresa desagradable.

-¿Cómo estas Edward?- pregunto Emmet sentando en el sofá de mi casa, con Ben y Jasper mientras Ángela ordenaba la cocina.

-Dormido. Le di un tranquilizante y la pomada y se quedo frito-.

-Ese golpe… en serio, Black me hace eso a mi…- empezó Ben.

-Y se queda sin descendencia- sentencio Ángela mientras todos la sonreíamos.

-A parte, es que me parte en dos-.

-Si, por una cosa o por otra se paso. El caso es que no pareció hacerlo con intención. Es decir, era un placaje normal, ni siquiera puso intención- dijo Jasper extrañado.

-Y eso es lo mas extraño de todo- dijo Emmet mirando a algún punto del salón.

-Mañana hablare con el y que me lo explique. Porque aunque lo hiciese sin querer, los comentarios que hizo después…- dije recordando.

-Será lo mejor, eres la única capaz de hablar con el manteniendo los modales. Sinceramente seria una baja grave para el equipo, ese chico es bueno, y un poco de competencia no esta de mas. Pero claro sana, no que el que pierda se quede sin jugar media temporada. Nos vemos mañana niñas- dijo Emmet seguido por lo demás saliendo del piso.

-¡Y Edward?- pregunte cuando ya todos estábamos en la puerta de la facultad para entrar a clases y no había rastro de el.

-Vino mi padre esta mañana para llevárselo ha hacerle unas pruebas. Se le olvido el móvil y no pudo avisarte. Yo lo se porque me lo dijo mi padre. Antes de comer esta por aquí- me dijo Alice tranquilizándome, aunque la parte de hacerle pruebas no es que me dejase especialmente tranquila.

-¡Tu!- chillo de repente Rose mientras caminaba deprisa hacia algún punto. Una cara reconocible a la vez que sorprendida miraba en esa dirección.

-Rose quieta- la sujeto Emmet por la cintura un momento antes de que su mano estallase contra la mejilla de Jacob, el cual no hizo nada para sorpresa de todos. –Vámonos de aquí- la dijo arrastrándola seguida de todos. Una mirada de Jasper me hizo saber que era el momento apropiado.

-Si quieres dejarme la otra a juego no hay problemas- dijo en dirección a la puerta de salida.

-¡No, espero Jacob!- dije siguiéndole corriendo hasta poder alcanzar su antebrazo y frenarle. –No soy tan impulsiva como Rose. Prefiero que me digas que paso ayer-.

-Yo… no tengo ni idea. Lo siento mucho, ¿vale? Ni siquiera soy capaz ahora de reconocerme, no se lo que me paso. Supongo que tantos años de competencia no se pueden borrar de un día para otro-.

-Jacob, no paso nada en todo el entrenamiento hasta que le hiciste aquello. Y todos los que saben un poco de esto creen que no es ni medio normal, que sin empujarle aposta le hicieses casi volar-.

-¿Esta bien?- dijo pareciendo realmente preocupado.

-Su padre esta haciéndole unas pruebas-.

-Vaya, lo siento de veras. Juro que estoy cumpliendo mi parte del trato a rajatabla. No se ni yo de donde saque esa fuerza. De todas formas me merezco el bofetón, ayer estaba fuera de mis casillas. Perdóname, en serio, no fue mi intención, y lo de después… no se que me pudo pasar después-.

-Jacob, yo no soy la que te tengo que perdonar, eso vas y se lo dices a Edward, y por las buenas, te controlas y se lo dices tal y como me lo estas diciendo a mi-.

-Y tu crees que estará receptivo, ¿verdad?-.

-Yo me encargo de que este receptivo, pero tampoco esperes milagros-.

-¿Estarás tú?-.

-Si el me lo pide, si-.

-¿Y si te lo pido yo?-.

-No… no te puedo prometer nada Jacob-.

-Por lo menos lo intente. Gracias por ser así conmigo Bella- dijo cogiendome con una mano por el cuello y dándome un beso en la mejilla metiéndose rápidamente dentro del edificio, dejándome a mi allí completamente descolocada.

No volví a ver a Jacob e todo el día, solo cuando mi miraba me traicionaba y miraba hacia atrás viéndole mirarme fijamente pero desviando su mirada rápidamente, antes de que pudiese frenarle para aclarar las cosas, el salía rápidamente de clase antes de que yo me diese cuenta. Comente a los chicos mi conversación con el. Alice me suplico estar en la conversación, decía que ver a Black pedir perdón era un milagro, pero no creí oportuno hacer de aquello un show, a fin de cuentas, ya suponía que le iba a costar demasiado decir, aunque no fuese completamente sincero, un "perdón".

-Ey- dije saliendo del edificio y viéndole apoyado en la barandilla de salida. Me arroje a su cuello para darle ese beso que llevaba reservado desde hacia horas. -¿Cómo estas?-.

-Solo una pequeña contusión. Estaré perfecto como muy tarde mañana- dijo mientras sonreía y ponía mi pelo en orden.

-Hermanito- dijo Alice cogiendole de la untura mientras el desocupaba una mano en mi y la ponía en el cuello de Alice para acercarla y darla un beso en la mejilla. –Te veo mejor que ayer.

-Es fácil estar mejor que ayer- dijo entre dientes.

-No te preocupes, aquí Rose tiene futuro como karateka- dijo Ángela apareciendo junto a Ben y el resto del grupo.

-¿Cómo?- dijo Edward mientras Rose hacia una pobre imitación de algún movimiento karateka, el cual estaba segura, seria doloroso.

-No te preocupes- dijo esta ante la cara de asombro de Edward, -solo fue un bofetón-.

-¿Has pegado a Black?- dijo riéndose Edward. –Choca Rose- dijo formando un puño para que lo devolviese.

-Edward, Jacob quier hablar contigo- dije cortando el rollo divertido a lo que no tenia.

-Vale, pues yo no quiero- dijo cambiando el gesto a uno mucho mas serio.

-Edward, solo quiere explicarte lo de ayer y pedirte perdón-.

-Dudo que ese chico sepa lo que significa la palabra-.

-Le dije que estarías receptivo. Ayúdame. Inténtalo-.

-¿Has hablado con el?-.

-Si. Quise saber el porque. Y me lo ha explicado. Solo haz…-.

-Cullen- se escucho la voz de Jacob detrás del grupo. Todos giramos nuestras caras. Jacob se encontraba de pie mirando únicamente a Edward y dirigiéndome a mi alguna mirada que pronto apartaba. -¿Podemos hablar?-. Todos se fueron yendo poco a poco mirándole con cierta cautela. Solo las miradas de Edward y Rose le dedicaban profundo odio.

-¿Quieres que me vaya…?- empecé a preguntar a Edward que pronto reafirmo su agarre a mi cintura dándome una respuesta. –Jacob, si te molesto…-.

-Para nada, quédate por favor-.

-Tú dirás- dijo Edward con voz hostil. Le di un pequeño codazo haciéndole saber que ese no era el tono para comenzar aquella conversación. –De acuerdo Jacob, comienza-.

-Solo quería disculparme por lo de ayer. Juro que fue sin intención, le hice una promesa a Bella y no quiero romperla, asíque no fue aposta, ni el golpe ni lo de después, no se que me paso, estaba fuera de mi. Solo eso-.

-Ese placaje no lo haces sin intención- empezó a discutir Edward.

-Lógicamente quería aplacarte tío, es parte del juego. Pero no con esa fuerza, simplemente quería cotarte el paso, ya esta. Mira- dijo mirándome a mi esta vez con un gesto de desesperación, -esto es complicado para mi, ¿vale? Yo ya hice todo lo que estaba en mi mano-.

-Edward- dije entre dientes mirándole con cara de advertencia.

-Esta bien, todo olvidado- dijo Edward tendiéndole la mano mientras Jacob no tardaba ni medios segundo en estrechársela, con una fuerza mayor de lo puramente estricto por parte de los dos.

-Perfecto. Gracias Bella, es bueno saber que sigue habiendo gente con cabeza- dijo dejando su patín en el suelo.

-Por nada Jacob. Hasta mañana- dije despidiéndome mientras el me volvía a besar en la mejilla.

-¿Qué a sido eso?- pregunto irritado Edward señalando el lugar por donde se había ido Jacob.

-Solo ha sido un beso en la mejilla Edward, no hagas mas escándalo- le dije, aunque ni yo me creía aquello.

-¿Pero y esas confianzas con mi novia?-.

-Solo se ha despedido como… como hace la gente normal-. Me frene antes de decir la palabra "amigos". Porque si, así se despedían los amigos, el problema era que Jacob, no era mi amigo, ni siquiera estaba cerca de serlo.

-Pues no me hace especial gracia sinceramente. Por cierto, dime que has grabado el momento ese de "quería disculparme". Vamos, ha sido memorable, en la vida volveremos a ver nada como eso. No sabes como lo he disfrutado- dijo recuperando su gesto alegre.

-Deja de burlarte, el chico lo ha pasado mal. Y es de agradecer que se haya disculpado. Reconoce que tu no lo hubieses echo nunca en el caso de que la culpa hubiese sido tuya-.

-Si me lo pides tu, lo mas probable hubiese sido que si-.

-Todos caéis ante mi, ¿eh?- dije dándole un pequeño codazo en el costado de forma juguetona.

-Yo ya llevo mucho tiempo. Lo que importa es que tu no caigas ante nadie-.

-Lamentablemente yo también estoy ya rendida ante alguien- dije mirándome mientras nos sonreíamos y seguíamos camino hacia algún lugar, con todo puesto, por ahora, mas o menos




en su sitio.


Hola chicas estoy muy Feliz por sus comentarios!!! y por eso aqui esta un regalo el capitulo 19 espero i les guste!!! besos

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Mensaje por Nejix 17/10/2011, 9:24 am

No me gusta nada lo de Jacob , para mi es que algo esconde
gracias Yuri
besos Nejix

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Mensaje por Ebys Cullen 17/10/2011, 12:00 pm

Este lobito se trae algo... y ese golpe pueden ser dos cosas pero no me voy a adelantar... y Bella... ¿que pasa con ella?... ella le tendría que haber pegado la cachetada a Jacob no Rose... creo que esta equivocada, tendría que cuidar mas a su novio y entenderlo...
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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 Empty Capitulo 20

Mensaje por yuri cullen 22/10/2011, 6:57 pm

Capitulo 20

-Seriedad por favor. Tenemos que entregarlo mañana y todavía no tenemos claras las cosas- dije quitándome una palomita del pelo mientras Jacob estaba tumbado en el suelo del salón riéndose a carcajadas.

-Vamos Bella, esta mejor que perfecto. Llevamos todo el curso con el mismo maldito trabajo. No te vendría mal relajarte-.

Me tumbe en el sofá y cerré los ojos pensando y dándome cuenta en la razón que llevaba Jacob. Estábamos a finales de mayo, a las puertas de los exámenes finales de junio. Parecía mentira lo rápido que pasaba el tiempo cuando se disfrutaba cada momento. Me encontraba en casa de Jacob, al final la confianza entre nosotros aumento y accedí ha hacer el trabajo en su piso porque siendo sincera era el mejor sitio, o por lo menos mas tranquilo. Sus cosas con Edward iban mejor, o por lo menos no iban mal. Se ignoraban, cosa que aunque parezca extraña, yo agradecía infinitamente. Lo mío con Edward era tema aparte, con nuestra relación las cosas iban mejor que bien. Llevábamos algo mas de un año compartiendo nuestras vidas, y podía decir convencida que habían sido los mejores meses de mi existencia. Nunca había experimentado aquellas sensaciones, y hacerlo por primera vez a su lado era simplemente algo increíble. Que alguien te haga sentir diariamente que eres lo mas especial del mundo te deja soñando diariamente. Como toda pareja las discusiones existían, y aunque la mayoría de ellas venían condicionadas por algo relacionado con Jacob, al final todo terminaba solucionándose, la mayor parte de las veces ayudados por nuestros amigos, que se habían convertido en algo sumamente esencial en mi vida. Continuaba extrañando a mi familia. Hacia casi dos años que no les veía, y por lo menos hasta dentro de otro las posibilidades volvían a reducirse. Habíamos decidido entre todos, coincidiendo con la mas que posible graduación con honores de Emmet irnos de vacaciones todos juntos, por lo menos un mes. Los billetes a Punta Cana ya estaban sacados, junto con el hotel y las actividades. Mi vida empezaba a ser casi perfecta.

-Ey- dijo una voz mientras chascaba los dedos delante de mi cara. Me incorpore viendo que me había quedado embobada de nuevo.

-Perdón Jake, me quede en mi mundo-.

-Ya veo- dijo riéndose. –Ahora vuelvo- dijo perdiéndose por el pasillo de su casa. Comencé a recoger los apuntes y comprobando que el trabajo estaba correctamente tanto en papel como en el ordenador guarde todo. Edward debería de estar al llegar.

-Jake- dije cuando le vi aparecer por el salón. -¿Tienes claro el trabajo verdad?- pregunte cuando sonó el timbre de su casa.

-Si Bella, si- me dijo en un tono cansado mientras se dirigía a abrir la puerta. Era lógico su cansancio, hasta yo estaría aburrida de todas las veces que era capaz de repetir la misma frase. Abrió la puerta dejando ver a un Edward que sabía perfectamente a donde tenia que dirigir la mirada para verme. La sonrisa en nuestras caras fue automática.

-Hola Jacob- se limito a saludar.

-Hola- dijo este simplemente. Tenías un trato cordial, aunque la tensión se mordía tocar entre los dos. Yo agradecía aquella actitud porque sabía que era por mi. Mi duda era si al día siguiente, cuando el trabajo estuviese finalizado, aquella promesa se rompería o continuaría. Era también habitual que Jacob le dejase en el puerta sin una invitación para pasar. Todos terminamos acostumbrándonos a esa situación.

-¿Estas lista?- me pregunto desde la puerta recuperando su sonrisa.

-Un segundo y voy- dije levantándome del sofá y cerrando la mochila. Me dirigí hasta la puerta y me pare al lado de Jacob que no dejaba de mirar el suelo, su gesto habitual ante esta situación. –Nos vemos mañana compañero- le dije apretándole el brazo mientras el levantaba su cabeza y me sonreía. –Oh dios Jake, te sangra la nariz- dije alarmada por la cantidad de sangre que empezaba a brotar de la nariz. Este se llevo las manos para comprobar mirando alarmado sus dedos manchados.

-Deja que te ayudemos- intervino Edward dando un paso al frente.

-Deja, ya puedo solo. Gracias Bella. Hasta mañana- dijo inclinando hacia atrás su cabeza mientras con un brazo me empujaba levemente fuera de la casa y cerraba de un portazo dejándonos a ambos totalmente descolocados.

-¿Qué le pasa hoy a este?- pregunto Edward mientras me daba un pequeño beso en modo de saludo en los labios.

-No se, pero lleva varios días así-.

-¿No es la primera vez que te trata así?-.

-No, no es la primera vez que le sangra la nariz. Lleva así como unas 3 semanas-.

-Extraño- se limito a decir mientras bajamos las escaleras saliendo a las calles de un soleado Nueva York. –Y bien, ¿Qué quiere hacer mi vida hoy?- me dijo besándome la mejilla mientras me acercaba a el con un brazo alrededor de mis hombros.

-Lo primero dejar esto en casa- dije señalando la enorme mochila que llevaba a cuestas, -y segundo… un domingo soleado en Nueva York… tiene que haber posibilidades… di tu una-.

-Vamos, te estoy dejando escoger a ti-.

-Pero no se me ocurre ninguna. Quiero que elijas tu-.

-Eso es chantaje-.

-Llámalo como quieras-.

-Tu lo has querido- dijo sonriendo de medio lado. En ese momento supe que me debería haber callado mucho antes si no quería ciertas consecuencias.

-No, no Edward no. Yo pienso, yo lo pienso…-empecé a suplicarle cruzando mis manos, pero no había forma de que borrase su sonrisa de la cara y continuásemos caminando. 15 minutos después, considere que ya era suficiente, y me resigne a lo que me tocaba. Deje las cosas en casa y salí de nuevo rumbo a algún lugar, que probablemente me encantaría después de 3 horas de suplicas por su parte.

-Te ha encantado- me dijo besando el hueco entre mi cuello y mi hombro provocando una seri de cosquilleos que dejaban en mi cuerpo una sensación tremendamente placentera. –Reconócelo-.

-Será la primera vez que lo reconozca a la primera- acepte.

-Llevar más de un año contigo me hace decaer en lo de las citas. Comida del McDonals- dijo levantando la bolsa como si dentro hubiese algún tipo de producto nuclear mientras yo me reía recargada en su pecho mientras sus manos hacían dibujos y cosquillas en la parte de mi tripa descubierta por la camiseta. –No se puede caer mas bajo, no-.

-Espero que te consuele saber que a mi esto me gusta. De todas foras lo de remar lo vas a tener que hacer tu- dije intentando mover uno de los remos de la barca con el resultado de quedarnos en el sitio. Nos encontrábamos en algún lago de Nueva York, en medio de este observando la orilla más lejana. Poco antes habíamos pedido nuestros menús y ese había sido nuestro plan. Sencillo y romántico. No pedía mucho más.

-Es un consuelo, si-.

-Me encanta-.

-Me encantas- me dijo al oído mientras giraba mi cabeza y uníamos nuestras bocas como si fuésemos uno solo. Gire mi cuerpo lentamente sin despejar nuestras bocas quedándome a horcajadas sobre el mientras mis manos iban a su pelo y las suyas volaban literalmente a mis caderas. Sus labios fueron poco a poco a mi cuello, lo que me permitió ver que no había ninguna barca a la zona donde alcanzaba mi vista, algo que me dio una idea que en otra ocasión jamás hubiese pasado por mi cabeza. Moví ligeramente mis caderas creando una ligera fricción entre nuestros sexos que pronto hizo notar nuestra hesitación. El vestido que lleva aquella tarde, desde luego, facilitaba las cosas.

-Bella, Bella- dijo entre dientes cuando me dispuse a atacar su cuello dándole pequeños mordiscos, cuya cierta parte del cuerpo me indicaba que l gustaba mas de lo recomendable. Las manos que antes aferraban mis caderas con fuerza, ahora la utilizaban para intentar apartarme de el, sin ningún tipo de éxito.

-¿Mmmm?- fui capaz de decir intercalando ahora su cuello y sus labios.

-Me vas a matar… Aquí no… ¡Ah!- soltó cuando mi mano empezó a colarse por su pantalón. –Nos pueden ver- dijo inclinando su cabeza para atrás disfrutando del momento en contra de lo que indicaba su cabeza.

-Mira alrededor- le susurre al oído mientras mi mano seguía bajando encontrándose con el elástico de sus pantalones. Con la poca fuerza de voluntad que le quedaba dio con su cabeza en ambos lados una vuelta de 360 grados, comprobando que no había ningún ser humano en una radio de… de lo que ocupase el lago.

-¿Estas segura?- pregunto mientras yo notaba que empezaba a dejarse llevar por el momento-

-¿Tu que crees?- pregunte mientras mi mano entraba en sus ropa interior y mi mano cogia su miembro empezando a masajearlo lentamente.

-Si seguimos así no voy a durar mucho mas, y tengo reservadas para ti mejores cosas- dijo mientras mi mano continuaba con su trabajo y el se desabrochaba su cinturón dejando su miembro libre. Segundos más tarde mi ropa interior se encontraba en mis pies y su punta en mi entrada. Me deje caer y me embistió de una sola vez mientras nuestros gemidos inundaban el silencio del lago. Sus manos recorrían el largo de mi espalda parándose en mi trasero y dándole apretones mientras me ayudaba a impulsarme hacer aquello más placentero.

-Solo un poco… un poco mas pequeña- me decía al oído mordiéndome el lóbulo de la oreja y haciendo que su aliento me excitase muchísimo mas.

-Ed… Edwa… -el intento de decir su nombre era lo único coherente y medio entendible que salía de mi boca junto a mis gemidos. Poco mas tarde note como el se venia dentro de mi y yo hacia lo mismo ahogando mi grito mordiendo su hombro.

-Dios- dijo volviendo a acariciarme la espalda suavemente mientras nuestras cabezas quedaban recargadas en los hombros del otro, aun sin salir de mí.

-Con esto ya has quemado toda la comida del McDonals- dije mientras notaba como el se agitaba y yo pasaba mis brazos por su cuello abrazándole mientras el me ayudaba a salir del el pero sin perder la postura.

-Eres increíble- me dijo susurrándomelo mientras me besaba en la sien.

-Tú me haces ser increíble. Te quiero-.

-Y yo te quiero a ti princesa- dijo cogiendome la cara con sus manos y besándome dulcemente volviéndome a demostrar todo con un beso. –Por cierto, puedes sorprenderme todas las veces que quieras de estar manera- dijo riéndome mientras yo empezaba a ponerme colorada. –No me lo puedo creer, ahora te da vergüenza, ¿en serio Bella?- me decía intentando alejar mi cara para verme mejor mientras yo intentaba acercarla a su cuello para esconderla. Finalmente gane yo sin hacer ningún tipo de comentario. –Pues que sepas que eres espectacular-.

-Edward…-.

-¿Qué? ¿Ahora un novia no puede decirle a su chica lo que le parece?-.

-Para ya- dije riéndome por pura vergüenza. Aunque esa etapa ya la habíamos superado hace tiempo, a veces mi vergüenza llegaba a límites insospechados, una vez echas las cosas, justo como estaba pasando en aquel momento. –Quiero disfrutar este momento más que nunca –dije después de unos minutos largos de silencio.

-¿Por qué?-.

-Hasta después de los exámenes dudo que tengamos mas momentos como este. Es especial para mí-.

-Los exámenes…-.

-Solo hay una cosa que puede hacer que desvíe mi atención de los exámenes-.

-¿En serio? Eso tengo que verlo. ¿Qué?-.

-Tu- dije riéndome. –Y justo por eso debería evitarte de aquí hasta que terminemos-.

-Ni hablar- dijo haciéndome cosquillas en mi tripa mientras yo me removía entre carcajadas que provocaban las de el. El algún momento termine tumbada en el suelo de la barco con el encima mía y dándome caricias con sus dedos en la cara. –Pienso pegarme a ti lo que me queda de vida Bella. Incluso en tiempo de exámenes- dijo terminando con un beso.

-No pienso quejarme por eso-.

-Me alegra oírlo. Deberíamos volver. Anochece y no hace tiempo para andar así- dijo cogiendo los remos y paleando para volver al lugar de origen.

-¿Dónde has estado todo el día?- me pregunto Ángela cuando entre por la puerta de casa. –Vale, no se el donde pero se con quien- me dijo señalándome.

-¿Tengo esa sonrisa verdad?- dije dándome cuenta pero sin ninguna gana de quitarla.

-Se ve a kilómetros, es radiante-.

-He estado con Edward. Me ha llevado a un lago a montar en barca. Aquello era precioso Ángela, tienes que ir con Ben-.

-El es mas de citas de andar por la calle, pero le hare llegar la sugerencia- dijo riendo mientras me sentaba en el sofá.

-Agradecería de vez en cuando una de esas con Edward-.

-¿Estáis mejor que nunca verdad?- me pregunto sentándose a mi lado.

-Si yo creo que si. Me da miedo-.

-Es lógico-.

-Pienso que esto solo puede ir a peor. Estamos tan bien juntos, siento tantas cosas cuando estoy con el… que parece que es insuperable-.

-Viviréis millones de momentos juntos Bella, de todos los colores y de todos los tipos, pero eso solo hará que os conozcáis mejor, y el computo de todo será en base a lo que tu decidas. ¿Crees que con Ben siempre fue bien? No Bella, al principio fue una completa locura, empezamos, lo dejamos, volvemos, nos separamos… Pero terminamos entendiendo ciertas cosas que solo podrás ver con el tiempo. No te preocupes, soy de las que piensan que el amor lo puede todo, y entre vosotros otra cosa no, pero amor, dais envidia con solo veros chica-.

-Gracias Ángela- le dije inclinándome para darla un abrazo.

-De nada amiga-.

Sentí la imperiosa necesidad de decirle a Edward que le quería. Después de escuchar a Ángela algo se despertó en mí y supe que era el momento.

"Gracias por el día de hoy. Se que viviremos un millón de momentos como este mas, y juntos. Te quiero y quiero que estés siempre a mi lado. Te amo. Bella"

No tardo mucho en llegarme la contestaron que hizo que la sonrisa de pura felicidad volviese a mi cara, felicidad y risa.

"Sabes que te debo mi vida preciosa. Por muchas más comidas del McDonals quemadas. Te amo mi vida"

Fue realmente fácil acostarme y dormirme pensando que mi futuro pintaba de la mejor manera y con el mejor acompañante de todos.

-Me voy a desmayar- dije repasando por enésima vez mis apuntes para la exposición esperando que llegase mi acompañante. Quedaban 5 minutos para la nuestra y Jacob no daba señales de vida, además de que tenía el móvil apagado.

-Bella, estas temblando- me dijo Edward frotando sus manos por mis brazos en un intento nulo de tranquilizarme.

-¿Pero donde esta? ¿Y si le ha pasado algo grave?- dije preocupada. El trabajo era importante, pero la salud de una persona sobrepasaba cualquier otro hecho.

-No le ha pasado nada, estoy segura. Ya te dijimos que no te fiaras de el- me dijo Alice sin inmutarse de mi preocupación. La mirada reprobatoria de Edward supero a la mía incluso, sorprendiéndome.

-Alice no es el mejor momento para según que cosas. Aparecerá, todavía hay tiempo- dijo besando mi mejilla y cogiendo su móvil para marcar el numero de nuevo.

-Espero no tener que darte la razón Alice- dije aun mas bajito empezando a leerme su parte por si acaso. Es curiosos como puedes sentir que pasan 5 minutos, como si un mundo separase aquellos dos números, o como si repente esos números estuviesen tan cerca que no los separa ni el grosor de un alfiler. Pues bien, a mi me había tocado pasar por la parte en el que el tiempo, nunca mejor dicho, vuela.

-Señorita Swan, señor Black, es su turno- se escucho la voz de la profesora en toda la sala. Todas las miradas quedaron centradas en mí mientras el color de mi cara desaparecía esperando un milagro de ultima hora. Me levante lentamente mientras Edward apretaba mi mano dándome ánimos que en aquellos momentos escaseaban en mi. Me acerque a su mesa explicarle la situación, ya que en teoría si uno faltaba, la exposición se anulaba.

-Profesora-.

-Señorita Swan, ¿tiene algún problema?-.

-Si, mi compañero, Jacob Black, no aparece y no coge el móvil y…-.

-Cierto, el señor Black no vendrá hoy, se me había olvidado. Pensé que usted lo sabría- la sangre me empezó a hervir poniéndome en la peor situación, que esto estuviese ya pensado para dejarme a mi con el peor cuerpo posible antes de tal acontecimiento.

-Pues no lo sabia-.

-Bueno, tendrá que solventar la situación de la mejor manera. Si no se cree capaz, puede sentarse, pero ya sabe su nota-.

-Hare lo que pueda- dije girándome y poniéndome en cara a todos mis compañeros para comenzar. Antes de empezar Edward y Alice me hicieron sendos gestos de apoyo que solo hicieron ponerme mas nerviosa, aunque intente engañarlos con una sonrisa.

En los 45 minutos que duro la ponencia, los nervios no abandonaron mi cuerpo, ni tampoco la esperanza de que Jacob cruzase esa puerta con alguna excusa barata, la cual, por muy mala que fuese, le hubiese valido mi perdón inmediato ante tal compromiso. Pero no paso. Estuve todo lo bien que pude estar con la ansiedad que me generaba todo aquello, pero sabia que por lo menos el aprobado alto estaba asegurado.

-Has estado genial Bella- me dijo Alice cuando me acerque a la mesa mientras todos salian de la clase y yo me daba prisa.

-Gracias Alice. Un segundo, tengo que hablar con la profesora- dije mirando a los dos hermanos. –Profesora-.

-Dime Swan-.

-No se si podrá, pero si puede le agradecería que me dijera porque usted si sabia que Black iba a faltar y yo no. Podrían haberme avisado, la exposición…-.

-La exposición a sido excelente señorita Swan, y la nota será merito suyo y solo de usted. El señor Black no recibirá ni una décima. Y al porque no volverá no le puedo decir nada, solo se que a partir de ahora hasta el curso que viene, probablemente se saque el curso a distancia, no vendrá mas a clases. Hasta luego- dijo marchándose por la puerta y dejándome aun mas preocupada.

-¿Cómo que Black no vendrá más?- preguntó Edward. –El campeonato ya termino, pero supongo que seguirá con los entrenamientos, vamos digo yo-.

-A mi me da igual. Me voy a su casa a pedir explicaciones- dije empezando a acelerar el paso.

-Bella, no- dijo Alice agarrandome del brazo antes de que Edward lo hiciese por el otro.

-Bella si, Alice. Puede ser por puro cuento, porque me a querido engañar, o porque esta enfermo. Acuérdate del otro día Edward- dije buscando en su mirada su consentimiento. –Necesito saber-.

-Llámale- dijo Alice.

-¿Y que llevo haciendo durante una hora?-.

-Iras, pero yo voy contigo- dijo Edward.

-Vale, pero te quedas donde siempre. No quiero más problemas. Nos vemos luego Alice- dije besándole la mejilla y partiendo junto a Edward de nuevo camino a casa de Jacob. Los nervios aun seguían dentro de mí, ya que aquella incertidumbre todavía no había finalizado. El camino hasta su casa estuvo cargando de tensión, ni una sola palabra ni ruido procedían en aquel momento. Mi mente maquinaba mil situación diferentes que podía encontrarme al llegar allí, y prácticamente ningún tenían un final bueno. Suponía que la suya estaba pensando lo mismo, pero su final seria con su puño en la cara, algo que si era posible, pretendía evitar. Tuvimos suerte y el portal estaba abierto, asíque solo tuvimos que marcar el ascensor hasta su puerta y llamar.

-Quédate aquí por favor- dije antes de llamar al timbre mientras el solo asentía con la cabeza pero con un gesto de preocupación evidente en su cara. Llame al timbre y paso un minuto largo hasta que la puerta se abrió, pero aquella persona no era a la que yo esperaba.

-¿Qué desea?- me pregunto aquel señor con voz ruda e intimidante.

-Disculpe, buscaba a Jacob Black, vive aquí-.

-Lose, ahora no puede atenderle- dijo mientras cerraba la puerta hasta que la de Edward le detuvo mientras yo agradecía internamente sus reflejos y su fuerza.

-¿Y cuando puede atender a la señorita?- le pregunto con el mismo tono que el hombre había utilizado.

-Cuando el quiera-.

-Mire señor- dije perdiendo por momentos la paciencia, -Jacob me ha dejado tirada hoy en el momento mas importante del curso. Además el otro día tuvo cambios de humor repentinos y sangrados abundantes por la nariz. Estoy preocupada y necesito explicaciones. O me las da el por las buenas o por las malas-.

-¿Y que piensas hacer tu ricura?- dijo el señor riéndose descaradamente en mi cara.

-No se atreva a reírse de ella, porque entonces las explicaciones de porque su cara no volverá a ser la misma las tendré que dar yo- dijo Edward entre dientes mientras yo le sujetaba la mano.

-¿Me estas…?- empezó a decir el hombre.

-¡Jacob!- chille en el portal dejando a los dos chicos con caras impresionadas mirándome. -¡Jacob, sal ahora mismo o te juro que entro por la fuerza!- seguí chillando.

-Deja de chillar niña- dijo el hombre señalándome con un dedo amenazándome.

-¿Y que piensa hacerme…? ¡Jacob!- dije mirando dentro de la casa y encontrándome a Jacob que se dirigía a la puerta con gesto serio. Me fije en que llevaba un pantalón ancho pero totalmente relleno y que cojeaba, además de dos moratones mal maquillados en la cara, uno a la altura de un ojo y otro en la nariz. –Madre mía, ¿Qué te ha pasado?- dije intentando entrar siendo frenada por una mirada poco amable de su parte.

-Nada grave. Ahora vete de aquí. Siento lo de hoy- dijo dándose la vuelta.

-¿Qué? ¿Esa es toda la explicación que me piensas dar después de lo que me has hecho hoy? ¿Qué después de lo que según tu no es nada grave, me dejas tirada cuando mas te necesito? ¿Estas riéndote de mi?-.

-Mira Bella- dije volviéndose hacia mi y cogiendome la mano, -es todo lo que tienes que saber. Hasta pronto- dijo mientras retiraba su mano de la mía. Note como la deslizaba dejando dentro de la mía algo que parecía ser un cacho de papel. Metí la mano en mi bolsillo disimuladamente, si había echo eso era porque alguien no debía de saberlo.

-Vamonos Bella- dijo Edward mandando miradas de odio a los dos chicos que dejábamos atrás mientras yo miraba a Jacob preocupada. –Ha sido raro- dijo una vez en la calle.

-Me preocupa esto- le comente mientras continuábamos andando.

-Si, es preocupante, pero me parece altamente peligroso. Sabía que no era de fiar…-.

-Si le dices a Alice que no diga ciertas cosas, abstente de decirlas tu también por favor- le dije con toda la rabia guardada en las ultimas horas.

-Disculpa- dijo dándome un beso en la mejilla.

-Hoy empiezan mis vacaciones en la cafetería. Me gustaría dormir toda la tarde. ¿Te importa no quedar? Necesito… necesito asimilar todo esto. Perdón por contestarte así-.

-Es perfectamente comprensible. Con lo que necesites me llamas preciosa- dijo abrazándome mientras yo se lo devolvía con todas mis fuerzas. –Prométeme que olvidaras esto-.

-Lo intentare. Te quiero- dije besándole.

-Y yo- dijo devolviéndolo mientras cada uno se iba a su piso. Llegue a mi casa agradeciendo que no estuviese Ángela y tener que contarle todo el número de la mañana. Me agotaba solo de pensarlo. Recordé de repente el papel que me había pasado Jake e inmediatamente lo saque desdoblándolo y leyéndolo mientras el mundo me empezaba a dar vueltas.

"Ven a las 9. No habrá nadie y por favor, no se lo digas a Edward. Te espero. J"

Dude seriamente sobre el mensaje. ¿Qué no se lo dijese a Edward? ¿Por qué? ¿Y por que me decía que no estaría nadie? ¿Seria bueno decírselo a alguien para que supiese donde estaba en caso de que algo pasase? Algo malo estaba comenzando y yo no sabia si era lo mejor para mi.

-Ángela- la llame 15 minutos antes de la hora en la que iría.

-Dime Bella-.

-Voy a salir a… voy a casa de Jake. Si preguntan por mi solo di que estoy dando una vuelta-.

-Bella, no hagas ninguna tontería por favor. Acuérdate de lo que hablamos…-.

-Tranquila Ángela que no van por ahí las cosas. Solo es que no quiero que piense mal o se preocupe. Ya te conté lo de esta mañana y las cosas pueden ponerse tensas, y no quiero-.

-Te acompaño- dijo quitándose el delantal.

-¡No! Te juro que cuando llegue que doy una perdida y cuando salga otra. No te preocupes- dije besándole la mejilla.

-Ten cuidado-.

-Siempre- dije saliendo de mi casa. Camine lentamente meditando muy bien las posibles consecuencias de hacer aquello, y el motivo que me llevaba a hacerlo sabiendo que no podía traer algo excesivamente positivo. Pero mi conclusión era que estaba realmente preocupada por alguien que empezaba a considerar como un buen amigo a pesar de todo y de todos, y sentía la necesidad de saber ciertas cosas. Toque al timbre con mano temblorosa antes de pensarme dos veces si en realidad debía de hacerlo o no. Al abrir la puerta y verle supe que si.

-Has venido- dijo intentando sonreír aun viendo en su mirada y el en la mía que aquel no era el momento de sonrisas.

-Tienes 5 minutos para explicarme lo que esta pasando-.

-Bella…-.

-5 minutos o me voy ya y no te doy ni la oportunidad-.

-Pasa- dijo echándose a un lado mientras yo entraba y mirada hacia todos los lados intentando averiguar algo de todo aquello. Fui directa al sofá para sentarme y abrir mi mente y aumentar mi paciencia para soportar todo aquello.

-Tu dirás- me limite a decir una vez el también estuvo acomodado a mi lado.

-Bella yo… no te puedo decir que esta pasando, o que me lleva pasando un tiempo…-.

-¿De que hablas? ¿Para que me has hecho venir aquí?- dije gritando empezando a perder la poca paciencia que había acumulado.

-Es por tu bien- dijo a modo desesperado. –No te beneficiaria nada saber nada de esto-.

-Quiero explicaciones a lo de hoy Jake. Y explicaciones a porque no vas a volver a clase. Y quiero ayudarte sobre todo, pero necesito…-.

-Necesitas saber que el no decirte nada es por tu bien-.

-¿Para que me has hecho venir entonces? ¿Sabes lo que me juego estando aquí ahora mismo? No, no tienes ni idea-.

-Necesitaba a mi amiga, solo eso- dijo acariciándome la mejilla. ¿Qué estaba haciendo? Aparte mi cara de su mano mirándole con mil preguntas en mi mirada.

-No eres mi amigo, eres un buen compañero Jake, ya habíamos aclarado eso antes- le dije aunque sentía que me estaba mintiendo a mi misma.

-¿Por qué estas aquí entonces?- me dijo medio riéndose.

-Porque me lo has pedido Jake. Ahora no tengo ni la menor idea- dije levantándome para irme de allí cuanto antes.

-No, espera- dijo cogiendome del brazo. –Quiero… necesito que sepas algo-.

-¿Ahora necesito saber algo?-.

-Deberías de saberlo, para saber que tienes más opciones-.

-¿Más opciones respecto a que?-.

-Yo no te convengo mucho, pero en el corazón no se manda, y tú has entrado en el mío…-.

-Jacob habla claro- dije asustadísima del tono que estaba cogiendo aquello. Se levanto no sin cierta dificultad y copio mis manos mirándome antes de hablar.

-Estoy… creo que estoy enamorado de ti Bella. No lo se con seguridad, porque nunca antes lo he estado, pero lo que siento se parece mucho a lo que dicen que se siente. Te lo digo sin mas intención de que lo sepas, ya te he dicho que estar cerca de mi no es lo mejor para ninguno de los dos-.

-Me tengo que ir. Adiós Jacob. Mejórate pronto- dije sin saber muy bien como continuar con ello y dejando el piso sin mayor despedida de lo que salio de mi boca. Mis sensaciones antes de la visita se equivocaron, no debí haber ido allí, y menos escucharle, o ni siquiera pedir explicaciones habiendo escuchado mil veces que no debía. Tendría que haber echo caso a todas las advertencias de que aquello no terminaría bien. La peor parte me llevaba siempre a las misma persona, Edward. ¿Cómo se tomaría aquello? ¿Debería decírselo a el? ¿Se lo debería decir a alguien? ¿Jacob abriría la boca? Continúa caminando con las palabras de Jake resonando en mi cabeza sin parar. Cuando fui consciente me asombre del lugar donde estaba pero no me sorprendí, necesitaba de aquella persona como el respirar hora mismo. Ordenar mis ideas a su lado aunque no supiese de qué iba el tema. Sus besos y sus caricias, o su simple presencia era todo lo que quería ahora. Toque el timbre sabiendo que en breves seria el quien me protegería y no yo a mi misma. Al abrir la puerta la sonrisa en mi cara no pudo ser más grande, y su cara era pura sorpresa.

-¿Bella? ¿Qué haces aquí amor?- dijo sin ni siquiera invitarme a pasar dentro todavía con el Boli detrás de la oreja. Debía de estar estudiando.

-Necesito estar a tu lado ahora mismo- dijo casi en un susurro. Sabía que si hablaba un poco más alto mi voz se rompería y se preocuparía de verdad.

-¿Pero… pero que te ha pasado?- dijo cogiendome de los hombros y haciendo entrar dentro de la casa.

-Solo… solo necesito un abrazo ya esta- dije, y antes de terminar la frase ya tenía sus brazos a mí alrededor apretando tan fuerte que sabia que entre ellos nada malo podía pasarme. -¿Puedo quedarme aquí por favor?-.

-Sabes que no necesitas pedir permiso. Vete subiendo a la habitación, yo recojo todo esto y subo ago de cena, ¿vale?- dijo cogiendome la cara y besándome en los labios lentamente haciéndome saber que estaba conmigo.

-Gracias- arrastrando mis pies subí las escaleras y entre a su habitación sentándome de golpe en su cama. Mire alrededor viéndola aunque ya la conocía mejor que la palma de mi mano. Pero había un detalle que siempre me llamaba la atención y me hacia sonreír, y ni siquiera ese momento era la excepción. Un marco de fotos puesto en su mesa de estudio. En la foto de podía observar una pareja mirando hacia algún lado y riéndose mientras el chico pasaba su brazo por los hombros. En sus miradas y sonrisas se podía adivinar que eran totalmente felices. Éramos nosotros en algún día en algún lugar fotografiados in fraganti por Alice. Ver esa imagen me hacia recordar todos los buenos momentos, y me preguntaba el porque de aquel estado anímico ahora. La respuesta era sencilla, Jacob había echo lo que todos habían previsto, torcer mis planes y fastidiar mi vida. Pero desde luego, si estaba en mi mano, no lo permitiría.

-Es una de mis fotos favoritas. Sales preciosa-dijo Edward sentándose a mi lado mientras dejaba la bandeja en la mesa y besándome la cabeza.

-Mía también-.

-¿Me vas a contar que te tienes así?-.

-Prefiero no hablar ahora- le dije dejando la foto en e lugar donde estaba.

-Algún día vas a reventar de guardarte tanto dentro-.

-Es lo de Jacob. He ido a verle-.

-¿Qué has hecho que? Bella mírame- me dijo girándome por los hombros. -¿Cuándo? ¿Por qué? ¿Por qué no me avisaste?-.

-Me dijo que lo hiciera sola. Y no se. Necesitaba explicaciones. ¡Joder Edward, te he dicho que no quería hablar ahora!-.

-¿Qué te ha hecho que te tiene así?-.

-Dice que no me puede decir nada por mi bien. Ya esta. Que quería hablar con una amiga y yo le he dicho que no somos amigos, solo buenos compañeros pero que a partir de lo de hoy ni eso. Pero… pero no se, yo si siento que es algo mas que un compañero, y quiero ayudarle y…-.

-Bella, amor, tu no puedes hacer mas si el no te deja, y no puedes estar mal por algo que no es tu culpa. Eres buena, pero no haces milagros- me dijo cogiendome de la cara y juntando nuestras frentes.

-Lo se, pero es complicado- dije eso con un claro doble sentido, decirle en ese momento la confesión de Jacob no era lomas recomendable ni para su estado anímico ni para mi salud mental.

-Júrame que no vas a volver a hacer nada de eso, por favor. Si te llega a pasar algo yo me muero Bella. Ya sufrí una vez y no quiero volver a aquello. Entiéndeme por favor-.

-Lo siento, de veras Edward, lo siento- dije dándole un corto beso en los labios. -¿Continua el ofrecimiento a dormir aquí?-.

-Siempre. Dormir contigo es lo que más quiero-.

-Te quiero. Debo demandar un mensaje a Ángela para que no se preocupe-.

-Te traigo un pijama…-.

-Con una de tus camisetas me basta- dije cogiendole juguetonamente de la camisa mientras los dos soltábamos pequeñas risas.

-Eso esta hecho- dijo besándome en la nariz y levantándose. Solo tardo lo que yo tarde en mandarle el texto a Ángela para tranquilizarla hasta mañana. Me cambie y me tumbe en la cama. –Tienes que estar rota de sueño. Descansa princesa- dijo besándome el hueco del cuello mientras desde mi espalda pasaba su brazo para coger mi mano.

-Edward-.

-Dime-.

-Gracias por estar siempre-.

-Es un placer vida. Te quiero-.

-Yo también te quiero-. Y con ese verdad en mi, las palabras de Jacob pasaron a un segundo plano en mi cabeza para que el resto la ocupase la mayor realidad de este mundo, Edward estaba a mi lado, era el quien me quería mas que a nada en este mundo y era yo quien le correspondía de la misma manera. Era Edward quien compartía conmigo los días buenos, los perfectos y los peores, con el que discutía y me dolía tanto que hasta me dolía el ultimo peo de la cabeza hasta que arreglábamos todo de nuevo. El resto, poco importaba en la vida. Todo tenía solución, o por lo menos, necesitaba estar convencida de ello.ic Sans Ms][size=24]aqui el capitulo 20 espero y les guste besos chicas!!! :)

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Mensaje por Ebys Cullen 24/10/2011, 12:26 pm

Bien Yuri!!!... estoy teniendo un presentimiento con Jacob... pero me encanta que Edward y Bella esten juntos y que ella sepa que es él el hombre de su vida... ahora... Jacob??.. estoy intrigada. Besotes Ebys
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Mensaje por yuri cullen 24/10/2011, 8:32 pm

ta ta ta tan mmm pues pasaran muchas cosas que ni se imaginan espero y les guste!!! besos

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Mensaje por Nejix 25/10/2011, 12:08 pm

Hey Yuri te quedo super el cap ahora en que malos pasos anda Black??????
cariño Nejix

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Mensaje por Ebys Cullen 26/10/2011, 6:57 am

Estoy pensando en dos cosas... drogas o transformación... solo es intuición jeje
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Mensaje por yuri cullen 26/10/2011, 5:56 pm

:) tal vez

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Mensaje por Ebys Cullen 27/10/2011, 7:01 am

Valla uno a saber... jejeje, solo lo sabes tu Yuri .... y espero por SABERLOOOO!!!!
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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 Empty Capitulo 21

Mensaje por yuri cullen 27/10/2011, 6:19 pm

Capitulo 21










-¿Billetes?- pregunte.

-Un dos, tres… ocho, si todos- contesto la voz de Edward.

-¿Pasaportes?-.

-Todos junto a los billetes-.

-¿Maletas?-.

-¿Te parece que faltan maletas cariño?- dijo en tono irónico mostrando con sus manos la cantidad de maletas que había ante nosotros mientras el resto estaba sentado en el sofá esperando al fin del recuento.

-Es serio Alice, llevas 3 maletas, vas a tener que pagar por una maleta más y reapuesto que cada una supera el peso. Vamos un mes a un lugar donde la ropa de tela que mas tela tiene es un pantalón corto. ¿Qué llevas ahí dentro?-.

-No tenéis ni idea ninguno- se limito a decir.

-Del lo demás que se cupe cada uno. Podemos salir- dije dando saltando al cuello de Edward mientras el me daba vueltas en el aire. -¡Nos vamos!- grite sin poder ocultar lo emocionada que estaba.

-Sol, playa, un mes solos… si me suena bien- me dijo bajito mordiéndome el lóbulo de la oreja.

-Nada mal la verdad- le conteste besándole el cuello.

-¿Podéis dejar esas cosas para el hotel? Nada mas llegar pienso invitaros a lo que sea. ¡Que estoy graduado señores!- dijo alzando los brazos y haciendo que todo el edificio fuese consciente de la noticia. Hacia una semana que habían terminado las clases, y todos habíamos pasado el segundo curso limpios, una noticia inmejorable. Emmet se había graduado con honores en la universidad, nada mas empezar el siguiente curso académico, tenia practicas para conseguir un buen trabajo. Los mejores empezaban a rifárselo, y terminaría mejor que bien situado. La emoción estaba más que justificada.

-Dino algo que no sepamos ya- comento Ben.

-Cállate, ya te veré a ti dentro de dos años cuando estemos en su situación- le reprendió Ángela.

-Si llegamos- termino Jasper.

-Claro que si que llegaremos. No me deprimas Jasper- dije sin querer siquiera imaginarme que por algún casual alguno no llegásemos.

-Un favor. Vacaciones, sol, playa, cero estudios hasta dentro de 2 meses- dijo Rosalie juntando sus manos. Un montón de sonrisas correspondieron a sus peticiones.

-¡Vámonos!- grito Alice mientras todos entre risas y conversaciones distendidas cogiamos nuestras maletas y bajábamos a la puerta esperando a los taxis que habíamos llamados para que nos acercasen al aeropuerto ya que llevar el coche seria absurdo, sobre todo por la cantidad de dinero que tendríamos que dejarnos en el parking.

-Nosotros vamos en el siguiente- dije mientras Rose, Emmet, Alice y Jasper se subían, no sin cierta dificultad por el excesivo equipaje de Alice en el taxi, mientras Ángela, Ben, Edward y yo nos teníamos que quedar en esperando al siguiente. Daba gracias de que hubiésemos salido con tiempo de sobra.

-Chicos, ¿os importaría ir a comprarnos unos refrescos? Estamos muertas de calor

dijo Ángela cogiendome de repente de la mano y abanicándose con ella.

-¿Si?- dije yo sin entender nada.

-Sois unas vagas- dijo Edward dándome en la pierna mientras se dirigía con Ben a la cafetería.

-Ángela, ¿de que va esto?-.

-Tienes 5 minutos-.

-¿Qué…?-.

-Hola Bella- me gire de golpe al reconocer la procedencia de esa voz. Hacia poco más de un mes que la había visto por última vez y no tenia intención de volver a verle, pero el destino, y que vivíamos a poco más de 100 metros dificultaban mis intenciones. Apenas recordaba ya la conversación, solo me venia a la mente cuando alguien le recordaba por algún motivo, y eso bastaba para amargarme el día. –No tardare más de 5 minutos Ángela-.

-¿Qué quieres?- pregunte sin andarme por las ramas. Ni quería ni podía.

-¿Esa es tu forma de saludar a un viejo compañero después de no verle en más de un mes?-.

-Esta es mi forma de saludarte a ti-.

-Vamos, las cosas no fueron bien la ultima vez pero estoy intentando cambiar las cosas-.

-¿Eso es bueno que lo sepa o tiene algo de peligroso?-.

-Bella, eres excesivamente rencorosa-.

-No Jacob, soy excesivamente idiota cuando se trata de ti. Me preocupe por ti y me lo pagaste de la peor manera posible. Hazme el favor de olvidarme-.

-Llevo intentándolo desde hace tiempo, pero mírame, es lo único que no puedo cambiar-.

-Jacob por favor-.

-Tu querías saber todo…-.

-Exacto, todo. Pero tu solo sueltas prenda de lo que te interesa, y a saber con que fin. Felices vacaciones Jacob- dije dándole la espalda y cogiendo las maletas mientras el taxi aparcaba delante de nosotros.

-Disfrútalas Bella, porque no pienso dejar las cosas así. Adiós- dijo mientras yo estaba de espaldas. Al girarme para contestarle había desaparecido y por más que buscaba con la mirada, al igual que Ángela no había rastro de que nadie hubiese estado en aquel lugar antes.

-¿Que buscáis?- preguntaron Edward y Ben asustándonos a las dos. –El calor os tiene mal- dijo Ben dándonos nuestros refrescos.

-¿Estas bien?- pregunto mas discreto Edward tocándome la frente con la mano comprobando mi temperatura.

-Si, solo la emoción- dije dándole un beso para tranquilizarle. El viaje el taxi apenas duro 15 minutos, estábamos cerca y además apenas había trafico.

-Bella, ¿me puedes explicar lo que ha pasado antes?- me dijo Ángela sentándose a mi lado en la sala a la espera de que pudiésemos embarcar. El resto estaba n la barra del bar comiendo algo, a mi, francamente, no me entraba ni un cacho de pan.

-No lo se ni yo Ángela. Llevaba un mes sin saber nada de su vida-.

-¿Y que fue eso de lo de olvidarte…?-.

-Eso- dije recordándolo de nuevo. Era peor que un dolor de muelas.

-Si eso-.

-¿Recuerdas el día que fui a su casa?- pregunte mientras ella asentía con la cabeza. –Bien, pues no se le ocurrió otra cosa que declararse-.

-¿Cómo que declararse?-.

-Pues eso, decir que me quería y no se que mas. No se, mi memoria tiene bloqueado el recuerdo completo, pero no el mensaje en concreto…-.

-¡Bella!- chillo Ángela mientras toda la terminal giraba sus cabezas en nuestra dirección y nuestros amigos nos miraban alarmados. Mi gesto de "estoy muerta de vergüenza" les relajo imaginándose de que aquello solo era una confesión vergonzosa y sorprendente entre amigas. -¿Cuándo pensabas contárnoslo?- dijo entre dientes menos emocionada.

-¿Nunca? No se Ángela, no quiero saber nada del tema, jamás, en la vida. Lo de hoy me ha descolocado, ya esta…-.

-Ahora toda la conversación coge otro sentido- dijo sentándose de nuevo bien apoyándose en el respaldo con los brazos cruzados.

-Sinceramente Ángela, como mucho volverá a su juego de niños con Edward. Quiero olvidarlo, por lo menos hasta septiembre. Vacaciones y esas cosas, ¿recuerdas?-.

-Bella, es que no me explico… nada, no entiendo nada. ¿Edward por supuesto…?-.

-No, no sabe nada, y tengo intención de seguir así-.

-Pero Bella…-.

-Calla Ángela, ya vienen- dije mirándola y transmitiéndole con la mirada mi suplica de silencio.

-¿Qué paso Ángela? No te había escuchado gritar jamás- dijo Jasper sentándose a su lado.

-Nada, Bella, que saca lo peor de mi- dijo mientras el resto se reían. Estaba claro que tenían la cabeza en otro lado, si no hubiesen pillado a la perfección el mensaje irónico y a la vez realista de Ángela. El vuelo duro 6 horas, de las cuales solo me desperté para meter comida a mi estomago, y ni siquiera fui yo la que me levante, Edward tuvo que avisarme. Un potente rayo de sol y la voz del piloto anunciando que nos abrochásemos los cinturones que el aterrizaje estaba próximo, mi sueño se esfumo de repente y unas ganas inmensas de bajar, aunque fuese saltando del avión.

-Todavía falta una de mis maletas así que os esperáis- decía una impaciente Alice, aunque nos mas que los demás, que mirábamos la puerta de cristal que nos separaba de México como un caramelo gigante.

-Eso te pasa por traer más de lo que debes- dijo irritado Edward.

-No empecemos otra vez- dije cortando la discusión de raíz.

-Dime que es esa que viene por ahí Alice…- dijo Emmet tapándose la cara con las manos.

-¡Es esa! ¡Mi maleta, mi maleta!- grito Alice saliendo corriendo hacia ella.

-¡La maleta, la maleta!- empezamos a saltar todos gritando igual que ella. Es ese momento no supe si estábamos peor nosotros u Alice.

-Nos podemos ir ya- volvió Alice andando como si nada hubiese pasado. Como si no llevásemos más tiempo del necesario allí dentro. Las chicas, que éramos las que no cargábamos maletas, literalmente nos peleamos por pasar primero la puerta que nos dejaba paso al sol y el calor de México. Solo quedaba una docena de personas esperando, entre ellas un señor que portaba un cartel donde ponía "Edward y Alice Cullen" que eran los que habían alquilado el viaje.

-Esos somos nosotros- le dijo Alice al señor en un pobre español mientras de daba la mano sonriéndole.

-Encantado- contesto en un perfecto ingles, algo que noto aliviaba a los demás por los profundos suspiros de dejaron soltar. ¿Me acompañan? El coche les espera- dijo señalándonos con la mano el camino poniéndose después el delante. Una furgoneta verde oscuro con cristales tintados se encontraba con sus puertas abiertas a la puerta de la salida del aeropuerto. –Me llamo Carlos señores. Espero disfruten la experiencia. Si me permiten- dijo a los chicos señalando las maletas mientras el, y el que suponía era el conductor las cogian y metían al maletero, los demás subimos y nos acomodamos repartiéndonos entre las 2 filas de asientos con dos cada uno.

-Esto es como de broma- dijo Ángela mirándome con la misma cara de impresión que tenia yo. –En la vida me han tratado así en un viaje-.

-Mi familia y yo éramos mas de mapas y buscarnos la vida solitos- dije riéndome mientras Emmet se reía y me miraba señalándome haciendo entender que aquel era su estilo.

-¿De verdad? ¿Y no os perdéis? ¿Y quien carga todas las maletas?- pregunto Alice realmente impresionada dejándonos a los demás aun mas sorprendidos.

-Alice se puede sobrevivir sin criados, ni asistentes ni nada de eso. Si no mírame, yo sigo viva- le conteste aunque con un poco de enfado encima. Me gire y apoye mi cabeza en el pecho de Edward mientras el me rodeaba con sus brazos y me besaba la cabeza.

-Ya sabes como es. No se lo tengas en cuenta. A veces puede ser demasiado cerrada de mente- me dijo en un tono donde solo yo podía oírle.

-Lo has notado- le respondí viendo como el si que había notado el tono de mi voz.

-Te conozco demasiado bien para tu propio bien-.

-Me alegro entonces- dije recuperando la alegría perdida segundos antes. Durante el viaje apenas se oían susurros y expresiones de emoción al ver aquellos. Unas aguas increíblemente azules se extendían ante nosotros hasta el infinito, mientras la arena blanca te invitaba a hundir los pies en ella y dejarla acariciarlos. Los pájaros volaban tan cerca que podías ver su expresión, y la naturaleza te daba de estar ante una civilización tan natural como extraña para gente de urbes como las estadounidenses. El trayecto fue largo, ya que el complejo hotelero no se encontraba en medio de la ciudad, si no más bien apartado de todo el estrés. Al llegar comprobamos que el lugar reunía a México en apenas unos metros, o quizá incluso kilómetros cuadrados.

-Si siguen este camino encontraran sus habitaciones, tal y como pidieron los señores Cullen en primera línea de playa. Ya tienen listas sus maletas en cada dependencia. Los desayunos se sirven en el restaurante o en cualquier bar del complejo y basta con enseñar las pulseras para que se lo sirvan, de la misma manera que cuando quieran comer o beber cualquier cosa, o incluso una adquisición. Tienen apuntado mi número en ella por si surgiese algún tipo de petición. Las visitas y excursiones serán recordadas por la mañana en un cartel que se dejara en la puerta. Y sin mas que disfruten de la estancia-.

-¿Primera línea de playa?- saltamos Ángela y yo a la vez girándonos para los dos posibles culpables. –Dijimos lo mas asequible posible- seguí yo-.

-Y no creo que primera línea de playa lo sea- continuo Ángela.

-Vosotras habéis pagado una habitación normal. Los extras nosotros, es nuestro regalo-.

-¿Vosotros?- pregunte yo señalándoles completamente incrédula.

-¿Regalo de que?- dijo Ángela con los nervios mas controlados que los míos.

-A mi me da igual. No quiero regalos y menos uno de tantísimo dinero. No- dije saliendo disparada a recepción.

-Frena Bella- me dijo Edward cogiendome del brazo. –Es por tu cumpleaños. Queda un mes y este quería que fuese tu regalo, y lo de Ángela lo hemos pagado entre todos. Todos sabíamos las habitaciones que escogíamos, pero…-.

-Pero nada Edward. Sabes que odio infinitamente que me regalen cosas y si son caras peor aun. Y vais y me regaláis lo que queda de un apartamento, en México a orillas de la playa. Sabes que os lo agradezco, ¿pero habéis pensado, que quizá yo, no quiera eso, quiera algo normal, donde este más a gusto? No, pensáis que el dinero puede dar mejores cosas. Una vez más, todos equivocados-.

-Lo hemos hecho porque creíamos que os gustaría- trato de defenderse Alice.

-Alice, tu comentario de hace un rato me deja serias dudas si esto es por nosotras o vosotros. No tendrías un criado 24 horas al día, las maletitas las tendrías que coger tu… en fin- dijo Ángela.

-Ya os lo dije…- dijo Ben sentándose en el suelo apoyándose en una palmera, esperando lo que por supuesto de imaginaba.

-¿Entonces que es lo que queréis?- pregunto Edward extendiendo los brazos en busca de una explicación.

-Ser gente normal. Venia aquí para compartir con vosotros una experiencia increíble. Conocer gente mientras disfrutábamos de la piscina y la comida, no estar rodeada de ricos que no te mirarían ni aunque te tirasen al suelo. Porque el 99% de los que se pueden permitir esto son así-.

-Bella, tu te lo puedes permitir…- empezó Rose.

-Rose cállate- le corto Emmet, pero Rose ya me había encendido.

-Llevo trabajando dos años, todas las tardes como una condenada para conseguir un poco de dinero para ir a ver a mi familia, y he decidido gastármelos en venir aquí con mis amigos. ¿¡En serio me estas diciendo que yo soy como esa gente!- le dije sin poder evitar gritar.

-Por favor…- intento intervenir Jasper.

-Déjalo. Edward dame las llaves- dije extendiéndole la mano para que las depositara en ella.

-¿Qué haces?- pregunto mientras las dejaba.

-¿Yo? Disfrutar de mi verano. No he venido aquí ha discutir. Gracias por el regalo chicos- dije cerrando la mano en un puño y siguiendo el camino que me llevaría a mi habitación. Comprobé que el número de llave se correspondía con el de la parte superior de la puerta. Comprobé desde la puerta lo que ya me imaginaba, una casa de una sola planta pero lo suficientemente grandes para que se alojasen dentro 20, separadas por verjas y con camino a la playa particular y otro hacia un resort de piscinas con chiringuito dentro. Lo veía ya que los nuestros estaban lo suficientemente cerca para poder escuchar cualquier grito de alegría desde allí, si hubiese alguien divirtiéndose. Pase y vi nuestras maletas, asíque respiré aliviada sabiendo que no me había equivocado. Una estancia impresionantemente amplia, donde un cocina sencilla y unos sofás ocupaban apenas el 40%. Mas adelante dos puertas, la habitación con una cama de matrimonio y un armario de una pare entera, que ni toda mi ropa lo llenaría y un baño con bañera, ducha y jacuzzi. Una exageración en toda regla. Consistía en salir de allí, no encerrarse en el lugar. Me tire de cara a la cama cayendo con todo mi peso. Tenia que reconocer que por lo menos era comodísima. Escuche abrir la puerta y supe que Edward ya había llegado. Lo que menos me apetecía ahora era una discusión con el, asíque opte por hacerme la dormida.

Te dije hace un rato que te conocía demasiado. No te hagas la dormida por favor- me dijo mientras acariciaba mi espalda con pequeñas caricias y se sentaba a mi lado.

-¿Cómo lo has sabido?- pregunte sin abrir los ojos.

-Me encanta verte dormir, y jamás, a no ser que este yo a tu lado lo haces boca abajo-.

-Muy observador-.

-Contigo si-.

-Bueno, pues entonces déjame dormir un rato- dije colocándome en una postura mas cómoda para mi.

-Necesito hablar contigo Bella-.

-¿De que?-.

-De lo que acaba de pasar por ejemplo-.

-No hay nada más que decir-.

-A los dos nos quedas cosas por decir-.

-Pues ya me las contaras luego Edward-.

-Estoy intentando no ponerme nervioso, ni histérico ni nada parecido, asíque agradecería que colaborases un poco Bella- me senté con las piernas cruzadas encima de la cama mirándole dándole a entender que comenzase. –No entiendo nada- dijo sin más.

-¿Eso es todo?-.

-Solo queríamos lo mejor para estas vacaciones-.

-¿Y lo mejor es esto?-.

-En cuestión de calidad…-.

-¿Habéis comprobado las otras habitaciones? ¿Esas que miramos y con las que todos estábamos de acuerdo?-.

-No mucho…-.

-Pues te diré una cosa. En esas habitaciones a lo mejor no había jacuzzi ni bañera, solo una ducha, pero suficiente para ducharte. A lo mejor no tenía una televisión de plasma, pero para que la quiero si no pienso verla en un mes. Probablemente su entrada se redujese a un sofá y la cocina a una pequeña nevera y un grifo, pero no nos pasaría como en este, donde para encontrarte tengo que hacer un tour que poco mas y necesito un mapa y andar a gritos. Quería estar con-ti-go- dije separando las letras y dándole con el dedo en el pecho, -me basta un metro para eso, nada mas. ¿Pensaste tú, y solo tú, en algo así, o pensaste en que yo querría esto? Porque entonces me conoces muy, pero que muy poco Edward-.

-Solo pensé… pensamos que aquí estarías mas cómoda-.

-¿Mas cómoda? ¿Acaso no hay camas en otro tipo de habitaciones? Porque no pensaba utilizar este sitio para nada más que dormir y estar junto a ti. Nada mas. ¿Algún uso adicional en tu mente Edward?-.

-Tienes más descanso que en las demás, alguien que se puede ocupar de ti…-.

-Pero es que a mi no me gustan los criados Edward. Y lo peor de todo, ¡es que lo sabéis! Quería mezclarme con la gente, empaparme de la cultura. Ese era uno de los propósitos de este viaje. Si hago que ese señor pida por mí, haga por mí, hable por mí, ¿de que me sirve haber venido aquí y no a la vuelta de la esquina? Estoy empezando a ver que aquí no todo pensábamos lo mismo- dije dejándome tirar en la cama, esta vez, boca arriba.

-¿Nos puedes perdonar la vida por querer hacerte feliz, a ti y a Ángela?- me dijo poniéndose encima mía pero sin dejar su peso.

-Esto esta bien, es increíble, no puedo negar que me encanta. Pero no es lo que yo venia esperando. Quizá he reaccionado de una manera poco adecuada, es un regalo y se que esta echo con buena intención… dios, soy lo peor, me siento fatal- dije tapándome la cara con las manos. Note como se agitaba ligeramente encima de mí y como con todo el amor del mundo me quitaba las manos de la cara y dejaba dos besos en cada una de mis mejillas.

-Nos lo merecemos, por idiotas, por pensar en nosotros, porque si, eso fue lo que hicimos. Emmet, Jasper y Ben mencionaron que esto pasaría, pero el resto hicimos oídos sordos, y para variar, tenían razón-.

-¿Me puedes hacer dos favores?-.

-Los que quieras. Dime-.

-El primero, olvidar lo que ha pasado y disfrutar de esto. Todos juntos-.

-No hay nada que me apetezca más. ¿Cuál es el segundo?-.

-Que me des un beso- dije pasando mis dedos por sus labios mientras ambos sacábamos nuestras sonrisas.

-Mentí antes. Si hay algo que me apetecía mas- dijo acercándose despacio a mi boca y mordiendo suavemente mi labio superior para después besarlo con tremenda dulzura. Poco a poco el beso paso de un perdón sin palabras a un "te necesito". Las sutilezas quedaron de lado cuando saque su camiseta de un solo tiron y término al borde de la cama. Con un brazo y algo de ayuda me ayudo a subir hasta el cabecero de la cama y seguir con lo que habíamos empezado. 4 tremendos golpes a la puerta nos hicieron separar nuestras bocas.

-¿Has hablado ya con ella Edward?- se escucho la vocecilla de Alice gritando dese el otro lado. Al igual que yo no podía contener mi risa el solo bufo y se levanto.

-¡No!- grito.

-No te creo. Abre la puerta-.

-Vete Alice-.

-Estamos todos- dijo Emmet. –Abre o la abro yo-.

-Bella por favor, nosotros solo…- empezó Alice a decir suavemente. Sabía que de un momento a otro rompería a llorar.

-Iros por favor- dije yo en su mismo tono. Se escucharon pasos alejarse y supe el momento exacto en el que ya no nos oirían aunque hablásemos a gritos. –Ya esta- dije separándome de la puerta y escuchando las carcajadas que salían de la boca de Edward.

-¿Pensaste ser actriz en algún momento?- dijo levantándose del suelo y secándose las lagrimas.

-Que vergüenza- dije poniendo cara de asco mientras el me cogia por la cintura.

-Pues te lo digo yo, valdrías, y serias muy buena-.

-Ahora me siento peor- dije ahogando un quejido en su hombro mientras le abrazaba por la cintura.

-Eres de lo que no hay- dijo cogiendome una mano y guiándome hasta la puerta.

-¿A dónde vas? Estábamos…-dije señalando la cama.

-Tenemos muchas horas y muchos días por delante para nosotros solos y disfrutar de nuestra tranquilidad. Arregla las cosas primero, te sentirás mejor-.

-Gracias-.

-Por nada boba- dijo besándome el dorso de la mano y saliendo de allí. Apenas tardamos unos minutos en localizarles. Todos estaban sentados en un lugar apartado de una terraza con un refresco, los cuales aprecian seguían intactos de tal y como los habían dejado desde un principio a la mesa. Edward se encargo de tranquilizarme un poco con un sutil apretón en la mano.

-¡Bella!- grito Alce mientras todos se levantaban corriendo y se dirigían hasta donde estábamos. –Bella, en serio solo…- la corte poniendo la mano en su boca y sonriendo haciéndole saber que no eran necesarias ni mas palabras ni mas disculpas por parte de nadie. La abrace como pocas veces hice y mi abrazo fue correspondido inmediatamente. De repente note mas brazos y más cuerpos a mí alrededor y supe que aquello no era algo exclusivo de Alice y mío.

-¿Ya tenemos permiso para divertirnos?- soltó Emmet entre aquella masa de gente abrazándose.

-¡Emmet!- dijo Rose golpeándole el brazo con fuerza.

-En serio tío, ¿tu sentido del oportunismo donde lo tienes?- dijo Jasper.

-Vamos a tomarnos anda, ya desharé las maletas en otro momento- dije colgándome del cuello de Emmet mientras el me elevaba mas y terminaba andando conmigo encima subida a caballito.

1 mes después…

-Parece que fue ayer cuando llegamos aquí- dijo cogiendo un trozo de fruta y llevándomelo a la boca. –A sido el mejor mes de mi vida- dije mirándole a los ojos y sonriéndole. Si los ojos de Edward a la luz del día eran espectaculares, verlos deslumbrar a la luz del fuego era algo parecido a la magia. Nos encontrábamos en nuestro trocito escondido de playa. Y era nuestro ultimo día en México, pero sobre todo era nuestro ultimo día de vacaciones juntos, al día siguiente yo cogeria un vuelo a Nueva York y el con destino hacia algún país asiático con sus padres y Alice que le mantendría ocupado el resto del verano. Se había encargado de organizar una cena alrededor de la hoguera para los dos. Algo, como el decía, muy mío. Sándwiches, fruta, helado y un par de refrescos, eso era todo lo que había en la cesta, junto a su compañía, el mar y las estrellas hacían de aquello lo mas maravilloso del mundo. Durante el mes hice todo tipo de cosas, mas incluso de las que nunca pude imaginar. Se encargaron hacer realidad uno de mis sueños, nadar con delfines; terminamos convenciendo a Alice de ir a dar una vuelta nosotros solos con mapa, la pobre iba realmente atemorizada de perderse en un ciudad desconocida con un idioma que solo manejaba una, terminamos perdiéndonos, pero Alice lo recuerda como el mejor día de todos; excursiones por cuevas submarinas; viajes en barcos a islas perdidas, y un sin fin de cosas que hicieron del viaje el mejor de mi vida. Aunque sin ningún tipo de duda lo mejor fue la compañía, Edward y mis amigos hicieron de aquello lo que realmente fue. Disfrutamos de cada momento como si no hubiera un mañana, pero lamentablemente lo hay, y era para mí lo más triste.

-¿Qué hora es?- pregunto sentándose de frente para mirarme.

-No se… espera- dije mirando dentro de la mochila buscando mi móvil. –Son las 00:05- dije mirándole para verle sonriendo y con una cajita en la mano hacia mi.

-Feliz cumpleaños preciosa-.

-Te has acordado- dije sin poder evitar sonreír yo también.

-¿En serio pensabas que se me iba a olvidar algo así?-.

-No se…como no has dicho anda durante estos días… no se- dije cogiendole del cuello y tirandole a la arena mientras le besaba. -¿Eso no será un regalo?- pregunte encima suyo mientras señalaba la mano.

-¿Tu que crees?- dijo levantando la ceja de forma cómica.

-Edward el regalo me dijiste que era la habitación- dije sentándome a un lado mientras el también se incorporaba.

-¿En serio pensabas que no iba a regalar nada el día de tu cumpleaños? Además Bella, los 20 no se cumplen todos los días-.

-Dios 20, me siento muy mayor ya-.

-Pues para tener 20 no estas nada mal-.

-Idota- dije dándole en el hombro mientras los dos nos reíamos.

-¿Piensas abrirlo?- dijo tendiéndome la cajita. La cogi con manos temblorosas imaginando lo que podía ser, aunque pocas cosas cabían en algo tan pequeño. Abrí la aterciopelada caja para encontrarme un anillo de plata sencillo con una piedra central verde. Era simplemente precioso en todos los sentidos.

-Es… es…-.

-Se que te encanta el verde, y la dependienta me dijo que para ella era el mas bonito para regalar. Me fié de su criterio y del poco que tengo yo pero si no…-.

-Shh, es precioso Edward, en serio. Precioso. Dije tocando con sumo cuidado la piedra que adornaba el aro de plata.

-Quiero que simbolice algo. No te voy a pedir matrimonio, somos demasiados jóvenes y estamos en la universidad todavía, pero quiero que si te lo pones sea porque quieres estar conmigo para siempre. Digamos que es aceptar que yo algún día pueda pedirte que seas mía y tu aceptes- dijo terminando con una risa nerviosa.

-Yo ya soy tuya-.

-Lo se, pero es algo que no se explicar…-dijo cogiendose el puente de la nariz. Me reí levemente por aquella actitud y cogi sus manos con cariño para quitárselas de la cara, volví a levantar una para acariciarle la mejilla.

-Dímelo- dije mirándole a los ojos y con sus manos entre las mías.

-Te amo, eso es algo que ya lo sabes tu y que lo sabe quien quiera saberlo, yo a ti te amo. Pero para mi es especial que lleves el anillo, no se porque, pero es algo que siento. Te pediría que te casases conmigo ahora mismo Bella, eso te lo puedo asegurar, pero creo que seria demasiado precipitado por… por todo en general. Ese anillo me recordara que el día que de verdad podamos sin mas problemas yo te lo diga y tu aceptes. No me he explicado bien creo-.

-No- dije riéndome levemente. –Pero o que me has dicho de una forma u otra es precioso. Toma- dije dándole la cojita, -pónmelo-. Su sonrisa se ensancho y con manos indecisas cogio el anillo, me miro a los ojos intentando pedirme permiso que yo con una sonrisa acepte. Sus dedos, acariciaron el mió mientras lo ponía en el lugar que debía.

-Mía- dijo cuando termino.

-Siempre tuya- dije cogiendole la cara y besándole. –Gracias por el regalo. En serio s precioso. Pero me da miedo levarlo todos los días. Se me puede perder, o romper, o rayar…-.

-Me daría igual- dijo con indiferencia. –Temía el momento en el que no quisiese, una vez puesto lo demás me parece secundario-.

-Pero te debe de haber costado una fortuna-.

-Nada comparado con lo que vales tu. Si te pierdo a ti si que seria algo de importancia-.

-Tienes suerte, el anillo me lo impide-.

-Ya, el anillo- dijo riéndose y acercándose a mi mientras me tumbaba suavemente sobre la manta sobre la que estábamos sentados. –Y ahorCapitulo 21

-¿Billetes?- pregunte.

-Un dos, tres… ocho, si todos- contesto la voz de Edward.

-¿Pasaportes?-.

-Todos junto a los billetes-.

-¿Maletas?-.

-¿Te parece que faltan maletas cariño?- dijo en tono irónico mostrando con sus manos la cantidad de maletas que había ante nosotros mientras el resto estaba sentado en el sofá esperando al fin del recuento.

-Es serio Alice, llevas 3 maletas, vas a tener que pagar por una maleta más y reapuesto que cada una supera el peso. Vamos un mes a un lugar donde la ropa de tela que mas tela tiene es un pantalón corto. ¿Qué llevas ahí dentro?-.

-No tenéis ni idea ninguno- se limito a decir.

-Del lo demás que se cupe cada uno. Podemos salir- dije dando saltando al cuello de Edward mientras el me daba vueltas en el aire. -¡Nos vamos!- grite sin poder ocultar lo emocionada que estaba.

-Sol, playa, un mes solos… si me suena bien- me dijo bajito mordiéndome el lóbulo de la oreja.

-Nada mal la verdad- le conteste besándole el cuello.

-¿Podéis dejar esas cosas para el hotel? Nada mas llegar pienso invitaros a lo que sea. ¡Que estoy graduado señores!- dijo alzando los brazos y haciendo que todo el edificio fuese consciente de la noticia. Hacia una semana que habían terminado las clases, y todos habíamos pasado el segundo curso limpios, una noticia inmejorable. Emmet se había graduado con honores en la universidad, nada mas empezar el siguiente curso académico, tenia practicas para conseguir un buen trabajo. Los mejores empezaban a rifárselo, y terminaría mejor que bien situado. La emoción estaba más que justificada.

-Dino algo que no sepamos ya- comento Ben.

-Cállate, ya te veré a ti dentro de dos años cuando estemos en su situación- le reprendió Ángela.

-Si llegamos- termino Jasper.

-Claro que si que llegaremos. No me deprimas Jasper- dije sin querer siquiera imaginarme que por algún casual alguno no llegásemos.

-Un favor. Vacaciones, sol, playa, cero estudios hasta dentro de 2 meses- dijo Rosalie juntando sus manos. Un montón de sonrisas correspondieron a sus peticiones.

-¡Vámonos!- grito Alice mientras todos entre risas y conversaciones distendidas cogiamos nuestras maletas y bajábamos a la puerta esperando a los taxis que habíamos llamados para que nos acercasen al aeropuerto ya que llevar el coche seria absurdo, sobre todo por la cantidad de dinero que tendríamos que dejarnos en el parking.

-Nosotros vamos en el siguiente- dije mientras Rose, Emmet, Alice y Jasper se subían, no sin cierta dificultad por el excesivo equipaje de Alice en el taxi, mientras Ángela, Ben, Edward y yo nos teníamos que quedar en esperando al siguiente. Daba gracias de que hubiésemos salido con tiempo de sobra.

-Chicos, ¿os importaría ir a comprarnos unos refrescos? Estamos muertas de calor

dijo Ángela cogiendome de repente de la mano y abanicándose con ella.

-¿Si?- dije yo sin entender nada.

-Sois unas vagas- dijo Edward dándome en la pierna mientras se dirigía con Ben a la cafetería.

-Ángela, ¿de que va esto?-.

-Tienes 5 minutos-.

-¿Qué…?-.

-Hola Bella- me gire de golpe al reconocer la procedencia de esa voz. Hacia poco más de un mes que la había visto por última vez y no tenia intención de volver a verle, pero el destino, y que vivíamos a poco más de 100 metros dificultaban mis intenciones. Apenas recordaba ya la conversación, solo me venia a la mente cuando alguien le recordaba por algún motivo, y eso bastaba para amargarme el día. –No tardare más de 5 minutos Ángela-.

-¿Qué quieres?- pregunte sin andarme por las ramas. Ni quería ni podía.

-¿Esa es tu forma de saludar a un viejo compañero después de no verle en más de un mes?-.

-Esta es mi forma de saludarte a ti-.

-Vamos, las cosas no fueron bien la ultima vez pero estoy intentando cambiar las cosas-.

-¿Eso es bueno que lo sepa o tiene algo de peligroso?-.

-Bella, eres excesivamente rencorosa-.

-No Jacob, soy excesivamente idiota cuando se trata de ti. Me preocupe por ti y me lo pagaste de la peor manera posible. Hazme el favor de olvidarme-.

-Llevo intentándolo desde hace tiempo, pero mírame, es lo único que no puedo cambiar-.

-Jacob por favor-.

-Tu querías saber todo…-.

-Exacto, todo. Pero tu solo sueltas prenda de lo que te interesa, y a saber con que fin. Felices vacaciones Jacob- dije dándole la espalda y cogiendo las maletas mientras el taxi aparcaba delante de nosotros.

-Disfrútalas Bella, porque no pienso dejar las cosas así. Adiós- dijo mientras yo estaba de espaldas. Al girarme para contestarle había desaparecido y por más que buscaba con la mirada, al igual que Ángela no había rastro de que nadie hubiese estado en aquel lugar antes.

-¿Que buscáis?- preguntaron Edward y Ben asustándonos a las dos. –El calor os tiene mal- dijo Ben dándonos nuestros refrescos.

-¿Estas bien?- pregunto mas discreto Edward tocándome la frente con la mano comprobando mi temperatura.

-Si, solo la emoción- dije dándole un beso para tranquilizarle. El viaje el taxi apenas duro 15 minutos, estábamos cerca y además apenas había trafico.

-Bella, ¿me puedes explicar lo que ha pasado antes?- me dijo Ángela sentándose a mi lado en la sala a la espera de que pudiésemos embarcar. El resto estaba n la barra del bar comiendo algo, a mi, francamente, no me entraba ni un cacho de pan.

-No lo se ni yo Ángela. Llevaba un mes sin saber nada de su vida-.

-¿Y que fue eso de lo de olvidarte…?-.

-Eso- dije recordándolo de nuevo. Era peor que un dolor de muelas.

-Si eso-.

-¿Recuerdas el día que fui a su casa?- pregunte mientras ella asentía con la cabeza. –Bien, pues no se le ocurrió otra cosa que declararse-.

-¿Cómo que declararse?-.

-Pues eso, decir que me quería y no se que mas. No se, mi memoria tiene bloqueado el recuerdo completo, pero no el mensaje en concreto…-.

-¡Bella!- chillo Ángela mientras toda la terminal giraba sus cabezas en nuestra dirección y nuestros amigos nos miraban alarmados. Mi gesto de "estoy muerta de vergüenza" les relajo imaginándose de que aquello solo era una confesión vergonzosa y sorprendente entre amigas. -¿Cuándo pensabas contárnoslo?- dijo entre dientes menos emocionada.

-¿Nunca? No se Ángela, no quiero saber nada del tema, jamás, en la vida. Lo de hoy me ha descolocado, ya esta…-.

-Ahora toda la conversación coge otro sentido- dijo sentándose de nuevo bien apoyándose en el respaldo con los brazos cruzados.

-Sinceramente Ángela, como mucho volverá a su juego de niños con Edward. Quiero olvidarlo, por lo menos hasta septiembre. Vacaciones y esas cosas, ¿recuerdas?-.

-Bella, es que no me explico… nada, no entiendo nada. ¿Edward por supuesto…?-.

-No, no sabe nada, y tengo intención de seguir así-.

-Pero Bella…-.

-Calla Ángela, ya vienen- dije mirándola y transmitiéndole con la mirada mi suplica de silencio.

-¿Qué paso Ángela? No te había escuchado gritar jamás- dijo Jasper sentándose a su lado.

-Nada, Bella, que saca lo peor de mi- dijo mientras el resto se reían. Estaba claro que tenían la cabeza en otro lado, si no hubiesen pillado a la perfección el mensaje irónico y a la vez realista de Ángela. El vuelo duro 6 horas, de las cuales solo me desperté para meter comida a mi estomago, y ni siquiera fui yo la que me levante, Edward tuvo que avisarme. Un potente rayo de sol y la voz del piloto anunciando que nos abrochásemos los cinturones que el aterrizaje estaba próximo, mi sueño se esfumo de repente y unas ganas inmensas de bajar, aunque fuese saltando del avión.

-Todavía falta una de mis maletas así que os esperáis- decía una impaciente Alice, aunque nos mas que los demás, que mirábamos la puerta de cristal que nos separaba de México como un caramelo gigante.

-Eso te pasa por traer más de lo que debes- dijo irritado Edward.

-No empecemos otra vez- dije cortando la discusión de raíz.

-Dime que es esa que viene por ahí Alice…- dijo Emmet tapándose la cara con las manos.

-¡Es esa! ¡Mi maleta, mi maleta!- grito Alice saliendo corriendo hacia ella.

-¡La maleta, la maleta!- empezamos a saltar todos gritando igual que ella. Es ese momento no supe si estábamos peor nosotros u Alice.

-Nos podemos ir ya- volvió Alice andando como si nada hubiese pasado. Como si no llevásemos más tiempo del necesario allí dentro. Las chicas, que éramos las que no cargábamos maletas, literalmente nos peleamos por pasar primero la puerta que nos dejaba paso al sol y el calor de México. Solo quedaba una docena de personas esperando, entre ellas un señor que portaba un cartel donde ponía "Edward y Alice Cullen" que eran los que habían alquilado el viaje.

-Esos somos nosotros- le dijo Alice al señor en un pobre español mientras de daba la mano sonriéndole.

-Encantado- contesto en un perfecto ingles, algo que noto aliviaba a los demás por los profundos suspiros de dejaron soltar. ¿Me acompañan? El coche les espera- dijo señalándonos con la mano el camino poniéndose después el delante. Una furgoneta verde oscuro con cristales tintados se encontraba con sus puertas abiertas a la puerta de la salida del aeropuerto. –Me llamo Carlos señores. Espero disfruten la experiencia. Si me permiten- dijo a los chicos señalando las maletas mientras el, y el que suponía era el conductor las cogian y metían al maletero, los demás subimos y nos acomodamos repartiéndonos entre las 2 filas de asientos con dos cada uno.

-Esto es como de broma- dijo Ángela mirándome con la misma cara de impresión que tenia yo. –En la vida me han tratado así en un viaje-.

-Mi familia y yo éramos mas de mapas y buscarnos la vida solitos- dije riéndome mientras Emmet se reía y me miraba señalándome haciendo entender que aquel era su estilo.

-¿De verdad? ¿Y no os perdéis? ¿Y quien carga todas las maletas?- pregunto Alice realmente impresionada dejándonos a los demás aun mas sorprendidos.

-Alice se puede sobrevivir sin criados, ni asistentes ni nada de eso. Si no mírame, yo sigo viva- le conteste aunque con un poco de enfado encima. Me gire y apoye mi cabeza en el pecho de Edward mientras el me rodeaba con sus brazos y me besaba la cabeza.

-Ya sabes como es. No se lo tengas en cuenta. A veces puede ser demasiado cerrada de mente- me dijo en un tono donde solo yo podía oírle.

-Lo has notado- le respondí viendo como el si que había notado el tono de mi voz.

-Te conozco demasiado bien para tu propio bien-.

-Me alegro entonces- dije recuperando la alegría perdida segundos antes. Durante el viaje apenas se oían susurros y expresiones de emoción al ver aquellos. Unas aguas increíblemente azules se extendían ante nosotros hasta el infinito, mientras la arena blanca te invitaba a hundir los pies en ella y dejarla acariciarlos. Los pájaros volaban tan cerca que podías ver su expresión, y la naturaleza te daba de estar ante una civilización tan natural como extraña para gente de urbes como las estadounidenses. El trayecto fue largo, ya que el complejo hotelero no se encontraba en medio de la ciudad, si no más bien apartado de todo el estrés. Al llegar comprobamos que el lugar reunía a México en apenas unos metros, o quizá incluso kilómetros cuadrados.

-Si siguen este camino encontraran sus habitaciones, tal y como pidieron los señores Cullen en primera línea de playa. Ya tienen listas sus maletas en cada dependencia. Los desayunos se sirven en el restaurante o en cualquier bar del complejo y basta con enseñar las pulseras para que se lo sirvan, de la misma manera que cuando quieran comer o beber cualquier cosa, o incluso una adquisición. Tienen apuntado mi número en ella por si surgiese algún tipo de petición. Las visitas y excursiones serán recordadas por la mañana en un cartel que se dejara en la puerta. Y sin mas que disfruten de la estancia-.

-¿Primera línea de playa?- saltamos Ángela y yo a la vez girándonos para los dos posibles culpables. –Dijimos lo mas asequible posible- seguí yo-.

-Y no creo que primera línea de playa lo sea- continuo Ángela.

-Vosotras habéis pagado una habitación normal. Los extras nosotros, es nuestro regalo-.

-¿Vosotros?- pregunte yo señalándoles completamente incrédula.

-¿Regalo de que?- dijo Ángela con los nervios mas controlados que los míos.

-A mi me da igual. No quiero regalos y menos uno de tantísimo dinero. No- dije saliendo disparada a recepción.

-Frena Bella- me dijo Edward cogiendome del brazo. –Es por tu cumpleaños. Queda un mes y este quería que fuese tu regalo, y lo de Ángela lo hemos pagado entre todos. Todos sabíamos las habitaciones que escogíamos, pero…-.

-Pero nada Edward. Sabes que odio infinitamente que me regalen cosas y si son caras peor aun. Y vais y me regaláis lo que queda de un apartamento, en México a orillas de la playa. Sabes que os lo agradezco, ¿pero habéis pensado, que quizá yo, no quiera eso, quiera algo normal, donde este más a gusto? No, pensáis que el dinero puede dar mejores cosas. Una vez más, todos equivocados-.

-Lo hemos hecho porque creíamos que os gustaría- trato de defenderse Alice.

-Alice, tu comentario de hace un rato me deja serias dudas si esto es por nosotras o vosotros. No tendrías un criado 24 horas al día, las maletitas las tendrías que coger tu… en fin- dijo Ángela.

-Ya os lo dije…- dijo Ben sentándose en el suelo apoyándose en una palmera, esperando lo que por supuesto de imaginaba.

-¿Entonces que es lo que queréis?- pregunto Edward extendiendo los brazos en busca de una explicación.

-Ser gente normal. Venia aquí para compartir con vosotros una experiencia increíble. Conocer gente mientras disfrutábamos de la piscina y la comida, no estar rodeada de ricos que no te mirarían ni aunque te tirasen al suelo. Porque el 99% de los que se pueden permitir esto son así-.

-Bella, tu te lo puedes permitir…- empezó Rose.

-Rose cállate- le corto Emmet, pero Rose ya me había encendido.

-Llevo trabajando dos años, todas las tardes como una condenada para conseguir un poco de dinero para ir a ver a mi familia, y he decidido gastármelos en venir aquí con mis amigos. ¿¡En serio me estas diciendo que yo soy como esa gente!- le dije sin poder evitar gritar.

-Por favor…- intento intervenir Jasper.

-Déjalo. Edward dame las llaves- dije extendiéndole la mano para que las depositara en ella.

-¿Qué haces?- pregunto mientras las dejaba.

-¿Yo? Disfrutar de mi verano. No he venido aquí ha discutir. Gracias por el regalo chicos- dije cerrando la mano en un puño y siguiendo el camino que me llevaría a mi habitación. Comprobé que el número de llave se correspondía con el de la parte superior de la puerta. Comprobé desde la puerta lo que ya me imaginaba, una casa de una sola planta pero lo suficientemente grandes para que se alojasen dentro 20, separadas por verjas y con camino a la playa particular y otro hacia un resort de piscinas con chiringuito dentro. Lo veía ya que los nuestros estaban lo suficientemente cerca para poder escuchar cualquier grito de alegría desde allí, si hubiese alguien divirtiéndose. Pase y vi nuestras maletas, asíque respiré aliviada sabiendo que no me había equivocado. Una estancia impresionantemente amplia, donde un cocina sencilla y unos sofás ocupaban apenas el 40%. Mas adelante dos puertas, la habitación con una cama de matrimonio y un armario de una pare entera, que ni toda mi ropa lo llenaría y un baño con bañera, ducha y jacuzzi. Una exageración en toda regla. Consistía en salir de allí, no encerrarse en el lugar. Me tire de cara a la cama cayendo con todo mi peso. Tenia que reconocer que por lo menos era comodísima. Escuche abrir la puerta y supe que Edward ya había llegado. Lo que menos me apetecía ahora era una discusión con el, asíque opte por hacerme la dormida.

Te dije hace un rato que te conocía demasiado. No te hagas la dormida por favor- me dijo mientras acariciaba mi espalda con pequeñas caricias y se sentaba a mi lado.

-¿Cómo lo has sabido?- pregunte sin abrir los ojos.

-Me encanta verte dormir, y jamás, a no ser que este yo a tu lado lo haces boca abajo-.

-Muy observador-.

-Contigo si-.

-Bueno, pues entonces déjame dormir un rato- dije colocándome en una postura mas cómoda para mi.

-Necesito hablar contigo Bella-.

-¿De que?-.

-De lo que acaba de pasar por ejemplo-.

-No hay nada más que decir-.

-A los dos nos quedas cosas por decir-.

-Pues ya me las contaras luego Edward-.

-Estoy intentando no ponerme nervioso, ni histérico ni nada parecido, asíque agradecería que colaborases un poco Bella- me senté con las piernas cruzadas encima de la cama mirándole dándole a entender que comenzase. –No entiendo nada- dijo sin más.

-¿Eso es todo?-.

-Solo queríamos lo mejor para estas vacaciones-.

-¿Y lo mejor es esto?-.

-En cuestión de calidad…-.

-¿Habéis comprobado las otras habitaciones? ¿Esas que miramos y con las que todos estábamos de acuerdo?-.

-No mucho…-.

-Pues te diré una cosa. En esas habitaciones a lo mejor no había jacuzzi ni bañera, solo una ducha, pero suficiente para ducharte. A lo mejor no tenía una televisión de plasma, pero para que la quiero si no pienso verla en un mes. Probablemente su entrada se redujese a un sofá y la cocina a una pequeña nevera y un grifo, pero no nos pasaría como en este, donde para encontrarte tengo que hacer un tour que poco mas y necesito un mapa y andar a gritos. Quería estar con-ti-go- dije separando las letras y dándole con el dedo en el pecho, -me basta un metro para eso, nada mas. ¿Pensaste tú, y solo tú, en algo así, o pensaste en que yo querría esto? Porque entonces me conoces muy, pero que muy poco Edward-.

-Solo pensé… pensamos que aquí estarías mas cómoda-.

-¿Mas cómoda? ¿Acaso no hay camas en otro tipo de habitaciones? Porque no pensaba utilizar este sitio para nada más que dormir y estar junto a ti. Nada mas. ¿Algún uso adicional en tu mente Edward?-.

-Tienes más descanso que en las demás, alguien que se puede ocupar de ti…-.

-Pero es que a mi no me gustan los criados Edward. Y lo peor de todo, ¡es que lo sabéis! Quería mezclarme con la gente, empaparme de la cultura. Ese era uno de los propósitos de este viaje. Si hago que ese señor pida por mí, haga por mí, hable por mí, ¿de que me sirve haber venido aquí y no a la vuelta de la esquina? Estoy empezando a ver que aquí no todo pensábamos lo mismo- dije dejándome tirar en la cama, esta vez, boca arriba.

-¿Nos puedes perdonar la vida por querer hacerte feliz, a ti y a Ángela?- me dijo poniéndose encima mía pero sin dejar su peso.

-Esto esta bien, es increíble, no puedo negar que me encanta. Pero no es lo que yo venia esperando. Quizá he reaccionado de una manera poco adecuada, es un regalo y se que esta echo con buena intención… dios, soy lo peor, me siento fatal- dije tapándome la cara con las manos. Note como se agitaba ligeramente encima de mí y como con todo el amor del mundo me quitaba las manos de la cara y dejaba dos besos en cada una de mis mejillas.

-Nos lo merecemos, por idiotas, por pensar en nosotros, porque si, eso fue lo que hicimos. Emmet, Jasper y Ben mencionaron que esto pasaría, pero el resto hicimos oídos sordos, y para variar, tenían razón-.

-¿Me puedes hacer dos favores?-.

-Los que quieras. Dime-.

-El primero, olvidar lo que ha pasado y disfrutar de esto. Todos juntos-.

-No hay nada que me apetezca más. ¿Cuál es el segundo?-.

-Que me des un beso- dije pasando mis dedos por sus labios mientras ambos sacábamos nuestras sonrisas.

-Mentí antes. Si hay algo que me apetecía mas- dijo acercándose despacio a mi boca y mordiendo suavemente mi labio superior para después besarlo con tremenda dulzura. Poco a poco el beso paso de un perdón sin palabras a un "te necesito". Las sutilezas quedaron de lado cuando saque su camiseta de un solo tiron y término al borde de la cama. Con un brazo y algo de ayuda me ayudo a subir hasta el cabecero de la cama y seguir con lo que habíamos empezado. 4 tremendos golpes a la puerta nos hicieron separar nuestras bocas.

-¿Has hablado ya con ella Edward?- se escucho la vocecilla de Alice gritando dese el otro lado. Al igual que yo no podía contener mi risa el solo bufo y se levanto.

-¡No!- grito.

-No te creo. Abre la puerta-.

-Vete Alice-.

-Estamos todos- dijo Emmet. –Abre o la abro yo-.

-Bella por favor, nosotros solo…- empezó Alice a decir suavemente. Sabía que de un momento a otro rompería a llorar.

-Iros por favor- dije yo en su mismo tono. Se escucharon pasos alejarse y supe el momento exacto en el que ya no nos oirían aunque hablásemos a gritos. –Ya esta- dije separándome de la puerta y escuchando las carcajadas que salían de la boca de Edward.

-¿Pensaste ser actriz en algún momento?- dijo levantándose del suelo y secándose las lagrimas.

-Que vergüenza- dije poniendo cara de asco mientras el me cogia por la cintura.

-Pues te lo digo yo, valdrías, y serias muy buena-.

-Ahora me siento peor- dije ahogando un quejido en su hombro mientras le abrazaba por la cintura.

-Eres de lo que no hay- dijo cogiendome una mano y guiándome hasta la puerta.

-¿A dónde vas? Estábamos…-dije señalando la cama.

-Tenemos muchas horas y muchos días por delante para nosotros solos y disfrutar de nuestra tranquilidad. Arregla las cosas primero, te sentirás mejor-.

-Gracias-.

-Por nada boba- dijo besándome el dorso de la mano y saliendo de allí. Apenas tardamos unos minutos en localizarles. Todos estaban sentados en un lugar apartado de una terraza con un refresco, los cuales aprecian seguían intactos de tal y como los habían dejado desde un principio a la mesa. Edward se encargo de tranquilizarme un poco con un sutil apretón en la mano.

-¡Bella!- grito Alce mientras todos se levantaban corriendo y se dirigían hasta donde estábamos. –Bella, en serio solo…- la corte poniendo la mano en su boca y sonriendo haciéndole saber que no eran necesarias ni mas palabras ni mas disculpas por parte de nadie. La abrace como pocas veces hice y mi abrazo fue correspondido inmediatamente. De repente note mas brazos y más cuerpos a mí alrededor y supe que aquello no era algo exclusivo de Alice y mío.

-¿Ya tenemos permiso para divertirnos?- soltó Emmet entre aquella masa de gente abrazándose.

-¡Emmet!- dijo Rose golpeándole el brazo con fuerza.

-En serio tío, ¿tu sentido del oportunismo donde lo tienes?- dijo Jasper.

-Vamos a tomarnos anda, ya desharé las maletas en otro momento- dije colgándome del cuello de Emmet mientras el me elevaba mas y terminaba andando conmigo encima subida a caballito.

1 mes después…

-Parece que fue ayer cuando llegamos aquí- dijo cogiendo un trozo de fruta y llevándomelo a la boca. –A sido el mejor mes de mi vida- dije mirándole a los ojos y sonriéndole. Si los ojos de Edward a la luz del día eran espectaculares, verlos deslumbrar a la luz del fuego era algo parecido a la magia. Nos encontrábamos en nuestro trocito escondido de playa. Y era nuestro ultimo día en México, pero sobre todo era nuestro ultimo día de vacaciones juntos, al día siguiente yo cogeria un vuelo a Nueva York y el con destino hacia algún país asiático con sus padres y Alice que le mantendría ocupado el resto del verano. Se había encargado de organizar una cena alrededor de la hoguera para los dos. Algo, como el decía, muy mío. Sándwiches, fruta, helado y un par de refrescos, eso era todo lo que había en la cesta, junto a su compañía, el mar y las estrellas hacían de aquello lo mas maravilloso del mundo. Durante el mes hice todo tipo de cosas, mas incluso de las que nunca pude imaginar. Se encargaron hacer realidad uno de mis sueños, nadar con delfines; terminamos convenciendo a Alice de ir a dar una vuelta nosotros solos con mapa, la pobre iba realmente atemorizada de perderse en un ciudad desconocida con un idioma que solo manejaba una, terminamos perdiéndonos, pero Alice lo recuerda como el mejor día de todos; excursiones por cuevas submarinas; viajes en barcos a islas perdidas, y un sin fin de cosas que hicieron del viaje el mejor de mi vida. Aunque sin ningún tipo de duda lo mejor fue la compañía, Edward y mis amigos hicieron de aquello lo que realmente fue. Disfrutamos de cada momento como si no hubiera un mañana, pero lamentablemente lo hay, y era para mí lo más triste.

-¿Qué hora es?- pregunto sentándose de frente para mirarme.

-No se… espera- dije mirando dentro de la mochila buscando mi móvil. –Son las 00:05- dije mirándole para verle sonriendo y con una cajita en la mano hacia mi.

-Feliz cumpleaños preciosa-.

-Te has acordado- dije sin poder evitar sonreír yo también.

-¿En serio pensabas que se me iba a olvidar algo así?-.

-No se…como no has dicho anda durante estos días… no se- dije cogiendole del cuello y tirandole a la arena mientras le besaba. -¿Eso no será un regalo?- pregunte encima suyo mientras señalaba la mano.

-¿Tu que crees?- dijo levantando la ceja de forma cómica.

-Edward el regalo me dijiste que era la habitación- dije sentándome a un lado mientras el también se incorporaba.

-¿En serio pensabas que no iba a regalar nada el día de tu cumpleaños? Además Bella, los 20 no se cumplen todos los días-.

-Dios 20, me siento muy mayor ya-.

-Pues para tener 20 no estas nada mal-.

-Idota- dije dándole en el hombro mientras los dos nos reíamos.

-¿Piensas abrirlo?- dijo tendiéndome la cajita. La cogi con manos temblorosas imaginando lo que podía ser, aunque pocas cosas cabían en algo tan pequeño. Abrí la aterciopelada caja para encontrarme un anillo de plata sencillo con una piedra central verde. Era simplemente precioso en todos los sentidos.

-Es… es…-.

-Se que te encanta el verde, y la dependienta me dijo que para ella era el mas bonito para regalar. Me fié de su criterio y del poco que tengo yo pero si no…-.

-Shh, es precioso Edward, en serio. Precioso. Dije tocando con sumo cuidado la piedra que adornaba el aro de plata.

-Quiero que simbolice algo. No te voy a pedir matrimonio, somos demasiados jóvenes y estamos en la universidad todavía, pero quiero que si te lo pones sea porque quieres estar conmigo para siempre. Digamos que es aceptar que yo algún día pueda pedirte que seas mía y tu aceptes- dijo terminando con una risa nerviosa.

-Yo ya soy tuya-.

-Lo se, pero es algo que no se explicar…-dijo cogiendose el puente de la nariz. Me reí levemente por aquella actitud y cogi sus manos con cariño para quitárselas de la cara, volví a levantar una para acariciarle la mejilla.

-Dímelo- dije mirándole a los ojos y con sus manos entre las mías.

-Te amo, eso es algo que ya lo sabes tu y que lo sabe quien quiera saberlo, yo a ti te amo. Pero para mi es especial que lleves el anillo, no se porque, pero es algo que siento. Te pediría que te casases conmigo ahora mismo Bella, eso te lo puedo asegurar, pero creo que seria demasiado precipitado por… por todo en general. Ese anillo me recordara que el día que de verdad podamos sin mas problemas yo te lo diga y tu aceptes. No me he explicado bien creo-.

-No- dije riéndome levemente. –Pero o que me has dicho de una forma u otra es precioso. Toma- dije dándole la cojita, -pónmelo-. Su sonrisa se ensancho y con manos indecisas cogio el anillo, me miro a los ojos intentando pedirme permiso que yo con una sonrisa acepte. Sus dedos, acariciaron el mió mientras lo ponía en el lugar que debía.

-Mía- dijo cuando termino.

-Siempre tuya- dije cogiendole la cara y besándole. –Gracias por el regalo. En serio s precioso. Pero me da miedo levarlo todos los días. Se me puede perder, o romper, o rayar…-.

-Me daría igual- dijo con indiferencia. –Temía el momento en el que no quisiese, una vez puesto lo demás me parece secundario-.

-Pero te debe de haber costado una fortuna-.

-Nada comparado con lo que vales tu. Si te pierdo a ti si que seria algo de importancia-.

-Tienes suerte, el anillo me lo impide-.

-Ya, el anillo- dijo riéndose y acercándose a mi mientras me tumbaba suavemente sobre la manta sobre la que estábamos sentados. –Y ahora el último regalo de cumpleaños- dijo acariciando lentamente el contorno de mi ombligo.

-Este creo que me va a encantar- dije arqueando mi espalda hacia arriba sintiendo ya la anticipación.

-De eso me encargo yo- dijo capturando mis labios con los suyos e iniciando un viaje que nos llevaría juntos al lugar mas placentero del universo. El otro.

a el último regalo de cumpleaños- dijo acariciando lentamente el contorno de mi ombligo.










HOLA CHICAS ESPERO Y LES GUSTE ESTE CAPITULO LO HICE CON MUCHO CARI?O BESOS CUIDENSE!!! :D "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 240478


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Mensaje por Nejix 28/10/2011, 2:08 pm

Me encantan aunque a veces a Bella le daria un pape (golpe en la cabeza) es muy testaruda
Por otro lado no me gusta nada que ella se quede sola porque intuyo que Black se aprovechara de eso ay!! que mal me cae ese chucho
cariños NEJIX

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Mensaje por Ebys Cullen 2/11/2011, 12:09 pm

Buen cap Yuri... ansiosa por mas.... Besotesss!!!
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Mensaje por analuna.arredondo 14/12/2011, 12:13 am

Me muero !! me he aventado todo el fic y puedo observar QUE NO HAY MAS !!!!!!!!!!1 morire !!!!!!!!!!!

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Mensaje por Ebys Cullen 15/12/2011, 8:48 am

No te preocupes Analuna.aredondo la vamos a convencer para que vuelva... TIENE QUE TERMINARLO POR DIOSSSSSS!!!

Yuri estamos reclamando por mas y se va agregando mas gente a este pedido... SUBEEEE MAASSSSS!!!!... QUIRO SABER QUE PASSAAAA
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Mensaje por yuri cullen 21/12/2011, 10:19 pm

Hola chicasss perdon por no haver actuilizado pronto este Fic pero enverdad no habia tenido tiempo pero les prometo que lo actualizare mas seguido y no se preocupen todavia le quedan varios capitulos.... todavia no se libran de miii.... besos

yuri cullen
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"Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 Empty Capitulo 22

Mensaje por yuri cullen 21/12/2011, 10:32 pm

Capitulo 22

Llegue a casa cargada con 3 bolsas llenas de libros enormes los cuales tendría que utilizar durante mi tercer año de carrera. Los solté encima de la cama como si literalmente me hubiese quitado 20 kilos de encima. Todavía quedaban dos semanas para comenzar el curso, pero ya que durante ese tiempo no tendría nada mejor que hacer, decidí comprarlos un poco antes para ojear mis próximas clases. Ninguno de mis amigos se encontraba en la ciudad, absolutamente todos estaba apurando sus vacaciones lo máximo posible, algo que no podía recriminar, si yo pudiese, estaría haciendo exactamente lo mismo. Mientras que Ben y Ángela habían decidido pasarlas en Hawai con su familia, Emmet y Rosalie las pasaban en México donde decidieron continuar lo que comenzamos todos allí. Por su parte Alice, Jasper y Edward estaban en Abú Dhabi, si, allí es donde les habían llevado sus padres, al lado vamos. Me comunicaba continuamente con ellos mientras ellos me describían las maravillas que veían todos los días. Me dolía menos la envidia que me daban, sana por supuesto, que lo lejos que tenia a Edward y lo que le echaba de menos. Comencé a ordenar mis cosas mientras dejaba la comida cocerse lentamente. Una vez terminado me tire en la cama a descansar y relajarme llevaba todo el día de pie y mis pies reclamaban un descanso urgente. Fue apoyar mi cabeza en el colchón y sonar el timbre. Chille ahogando el ruido en el colchón. No había cosa que mas rabia me diese que un momentote relax interrumpido por algo, que probablemente tuviese poca importancia para mí, ya que las personas que mas me importaban en cualquier sentido, estaban a miles de kilómetros de distancia. Me levante a regañadientes y arrastrando os pies descalzos obviamente, llegue hasta la puerta. Apoye mi mano en el picaporte y deje caer su peso sobre el, y abrí la puerta sin mirar por la mirilla, poco importante debía de haber tras ella que mereciese, ni siquiera mi mejor estado de animo. Pero estaba, cuanto menos, equivocada.

-¿Edward? ¡Edward!- dije tirándome a su cuello abrazándolo con todas las fuerzas del mundo.

-Hola mi amor- dijo alzando en brazos mientras nos pasaba a los dos dentro de la casa y cerraba la puerta con el pie. –Sorpresa- dijo sin soltarme.

-Pero eres tú…- dije soltándome y mirándole de arriba abajo sin saber que hacer con mis manos. -¡No me lo puedo!- repetí saltando de nuevo a su cuello.

-¿Quién voy a ser si no? Si llego a saber este recibimiento me iria mas a menudo-.

-Ni se te ocurra- solté dándole en el hombro. -¿Pero tu no venias en dos semanas?-.

-Convencía a mis padres para venir antes. Alice y Jasper se quedan con ellos. Yo me vengo que quiero estar con la chica mas guapa del mundo, y que por cierto, esta sola- dijo acariciando la mejilla. –Creo que eso por lo menos se merece un beso-.

-Los que quieras- dije besándole repetidas veces mientras ambos reíamos. Aquello se acercaba mucho a mi concepto de felicidad.

-Te e echado de menos unas barbaridad- dijo poniéndome un mechón de pelo detrás de la oreja mientras yo seguía colgada a su cuello sin planes inmediatos de soltarme.

-Y yo a ti. ¡Estas mas guapo que de costumbre!- le dije mientras el soltaba una sonora carcajada.

-Y dime, ¿en que cambie?-.

-Estas más moreno, aunque no sea complicado, pero te queda realmente bien. Y el pelo más corto te sienta de maravilla, además esta algo mas claro, como más rubio-.

-No me había fijado, pero gracias- dijo dándome un pequeño beso en los labios. –Tu… tu estas espectacular como siempre- me dijo cogiendome la mano y haciendo que diese una vuelta sobre mi misma.

-Idiota- dije poniéndole la palma de mi mano en la cara y empujándola suavemente hacia atrás sin que nada nos pudiese quitar la sonrisa del rostro.

-¿Qué? Es cierto. Tu siempre estas perfecta-.

-Cállate y siéntate. Iba a comer ahora y debes de estar reventado del viaje-.

-Me conoces bien- dijo sentándose en la mesa mientras me encargaba de poner un cubierto mas. –No, ven- dijo cuando me iba a sentar en la silla y el palmeando sus piernas. –No pensaras que después de un mes vas as estar a una mesa de distancia de mi, ¿verdad?-.

-Has vuelto idiota de verdad- dije sentándome en sus piernas. –Pero me gusta- dije besándole la mejilla. -¿Y que piensas hacer ahora?- dije acercando mi plato y mis cubiertos para comer en aquel curioso, pero no poco cómodo, nuevo asiento.

-Pasar más tiempo contigo obviamente. ¿Qué crees que iba ha hacer aquí?-.

-No se, a lo mejor ibas a dormir en tu casa, o tenias que arreglar algo… yo ue se Edward, esto es una sorpresa-.

-Mi principal y único objetivo de venir antes era este. Y si me dejabas, dormir aquí hasta que comencemos-.

-Lo voy a pasar mal cuando te vuelvas a ir, pero supongo que merece la pena-.

-Esa es mi chica. ¡Eh sigues llevando el anillo!- dijo cogiendome la mano y besándolo mientras de sus ojos aprecia que saltaban chispas.

-Claro que si, te lo prometí, yo siempre cumplo mi palabra-.

-Eso espero- dijo dándome un corto beso en los labios mientras se escapaba de su boca un gran bostezo. –Estas muerto de sueño-.

-Allí deben de ser altas horas de la madrugada. Cuando llegue y llame están durmiendo asíque imagínate-.

-¿Las maletas?-.

-Abajo en el coche-.

-Si que has vuelto idiota, si… Baja ahora mismo a por ellas. ¡En que estabas pensando para hacer semejante tontería? ¡Te las pueden robar!-.

-Pensaba en subir a verte corriendo, pero si eso es tan grave…- dijo levantándose alzando las manos en símbolo de disculpas. Paso delante mío y no pude evitar darle una cachetada en el culo, cosa que hizo que ambos soltásemos una carcajada. Después de retroceder y darme un beso, bajo a por ellas. Dos viajes después ya volvía a estar instalado oficialmente de nuevo en mi apartamento. –Hogar, dulce hogar-.

-Este no es tu hogar-.

-Claro que si. ¿Dónde estas tu? ¿Aquí no? Pues este es mi sitio-.

-Creo que el viaje te ha causado daños en la cabeza, adorables, pero daños. Duerme un rato-.

-No, así se pasa peor el jet lag-.

-Eres un mentiroso. Jamás desde que te conozco y has viajado te has quejado del jet lag. Eres inmune a eso, asíque duérmete un rato-.

-Solo si vienes conmigo-.

-Luego no dormiré por la noche-.

-Yo me encargo de mantenerte despierta- dijo besándome en cuello y recreándose en ello.

-Tienes una forma muy efectiva de convencer a las personas- dije mientras nos íbamos chocando por las paredes del pasillo rumbo a la cama de mi habitación.

-Lo estoy comprobando ahora mismo- dijo soltando pequeñas risas mientras caíamos ambos en la cama. No había terminado de incorporarme cuando ya dormía placidamente sobre el colchón. Le tape, le di un beso en la frente y salí de allí para que pudiese descansar después de lo que seguramente, había sido un viaje demoledor. Me senté en el sofá ordenando mis ideas. Hace apenas una hora creía que me quedaban dos semanas que prometían ser las mas pesadas, aburridas y largas de mi vida, y gracias a la aparición de la persona mas querida de mi vida, aquello se presentaba por sorpresa como un panorama claramente apetecible. No tarde mucho en decidir que debía de agradecérselo en condiciones, asíque rápidamente, ya que no sabía el tiempo que me quedaba por delante, le prepare una cena especial, con su plato preferido. El postre… el postre iba en plato aparte. 2 horas después ya estaba todo preparado, y solo quedaba que el príncipe despertase de un profundo sueño. Me asome al cuarto comprobando que seguía tal y como le deje. Le prometí que me dormiría con el, asíque que menos que cumplir con mi palabra. Me acurruque a su lado pasando mi brazo por su cintura, y disfrutando de ese contacto que llevaba sin sentir un mes.

Note como algo cogia mi pelo y lo rizaba con sus dedos. No me hacia falta comprobar visualmente de quien se trataba. Su tacto, su olor, incluso su sola presencia le delataban.

-¿Llevas mucho despierto?- pregunte alzando mi cara y mirándole.

-Solo 10 minutos. Son ya las 21:30 de la noche-.

-Perfecto- dije levantándome y extendiéndole mis manos para que se levantase.

-¿Perfecto para que?-.

-Para tu cena sorpresa. ¿Crees que eres el único que tienes derecho?-.

-¿Cena? Bella, la comida debe…-.

-Son platos fríos, asíque si, es perfecta-.

-Como echaba de menos tu comida- me dijo abrazándose detrás de mi a mi cintura mientras recorríamos el pasillo y se empezaba a oler la comida. –No me lo creo. Es mi comida favorita-.

-¿Qué esperabas que preparase?-.

-No esperaba nada de esto sinceramente- dijo besándome la mejilla que tenia mas cerca. –Gracias preciosa-.

-A ti por venir-.

-Va a ser dos de las mejores semanas de nuestra vida. Te lo prometo-.

-No espero menos de un Cullen- dije dándome la vuelta entre sus brazos con la intención de empezar la comida por el postre.

Aquellas dos semanas fueron tal y como me las imagine. Fuimos algo parecido como uña y carne, no nos separamos para nada. Tampoco es que quisiésemos. Fueron simplemente los días que yo soñaba de aquí hasta mi muerte, la compañía, la felicidad, mi todo compartía conmigo todo. Eso era lo que yo más deseaba en el mundo. Y su sonrisa me demostraba lo mismo. Nuestras miradas reflejaban os mismo, felicidad, el deseo que seguir juntos siempre.

Faltaban dos días para el regreso de los demás, y tres para el comienzo de las clases. No me importaba el comienzo de las clases, reconocía que había acertado en mi decisión de la carrera, la elección de amigos y mi compromiso de vida con Edward. Había apostado todo y había ganado el doble. Como todas las mañana nos fuimos a desayunar fuera y a dar un paseo por el campus. Era curioso ver como cada día iba llegando la gente. Al principio era cómodo, los becados y los primerizos los que daban la ilusión a aquel lugar, donde radicaba la magia de todo.

-Ei mira- me dijo parándonos en frente del tablón de anuncios e nuestra facultad. Sabía a lo que se refería, era el único folio, además de un amarillo que te podía hacer daño a los ojos si lo mirabas más de 2 minutos. No pensaba comprobarlo.

"Para alumnos de 3er año. Oportunidad de cursar el 4º año en la Universidad de Australia con prácticas en la embajada americana en Australia. Interesados y dudas comunicárselo al profesor Coen. Suscripciones validas hasta navidad"

-¿Y que criterios piensan seguir para darles a unos la oportunidad y a otros no?- dije apartando mi vista.

-¿Por qué no vamos a preguntárselo ahora? No tendrá tantas visitas aun y podremos hablar con el tranquilamente y…-.

-¿Piensas ir?-.

-Pues la verdad es que si me gustaría-.

-Ya- dije pensando en que si el se iba y yo no… aparte rápidamente esas ideas de mi cabeza, pasaba de pensar en cosas tan deprimentes en momentos tan buenos. –Vamos a hablar con el- dije cogiendole de la cintura nuevamente y caminando hacia el despacho. Llegamos hasta la puerta de madera situada en el último piso y tocamos la puerta.

-¿Profesor Coen?- dijo Edward entreabriendo un poco la puerta.

-Señor Cullen, adelante- se escucho al otro lado. Edward abrió la puerta completamente y aparecí yo también. –Señorita Swan, adelante por favor. Siéntese-.

-Hola profesor- le salude antes de sentarme.

-Que agradable sorpresa chicos. Os escucho- nos dijo quitándose las gafas y dejándolas encima de su escritorio y cruzando sus manos sobre la barriga en posición de atención.

-Venimos a pedir información sobre cursar en Australia el último año- inicio Edward la conversación.

-Ya veo. Los dos primeros alumnos interesados, ¿verdad?-.

-Si- se adelanto Edward a contestar antes de que yo pudiese dar mi opinión.

-Bien, veamos- dijo acercándonos unos papeles que tenia a un lado de la mesa. Estaba claro que tenia en mente varias reuniones como esta en un breve periodo de tiempo. –Solo se darán plaza a dos alumnos, y será el claustro de profesores quien lo decida. ¿Criterios? Muchos y diversos. Por supuesto ganas, que eso veo que a nadie les a faltar. Notas, se harán entrevistas personales, exámenes específicos y… esta por ver lo de las becas Bella. Usted desde luego puede encabezar perfectamente la lista de aspirantes, pero la crisis y esas historias y cosas que sinceramente me parecen meros cuentos, pero cosas que hay que acatar, es decir, los jefes piensan que bastante dinero cuesta una beca como para encima sumar mas dinero para la formación en otro lugar… yo te prometo que si puedes superar todo de manera brillante como hasta ahora luchare con mi nombre para que puedas lograrlo, pero sinceramente no prometo nada-.

-No pasa nada profesor. Yo aun no tengo claro si quiero o no irme. El deseo era estar aquí, y por ahora el deseo sigue en pie-.

-Me parece lo más sensato por ahora. De todas formas, ¿alguno quiero rellenar la solicitud ya?- yo simplemente negué con la cabeza, Edward después de mirarme por un largo tiempo son una mirada que me dejaba todo claro, se giro y asintió con la cabeza empezando a rellenar el formulario.

-Ya esta profesor- dijo arrastrando el papel sobre la mesa hasta el lugar del profesor.

-Perfecto. Mucha suerte señor Cullen. Hasta pronto- dijo despidiéndonos con la mano mientras salíamos por la puerta. Vi como Edward aceleraba el paso, casi corriendo dejándome a mí con un piso de diferencia detrás.

-¡Edward espera!- dije bajando las escaleras todo lo deprisa que mi torpeza me permitía. Vi cuando estaba en el primer piso y el salía por la puerta dando tremendo portazo. -¡Edward!- dije ya fuera del lugar.

-¿¡Que!- se giro con una mirada de rabia hasta ahora desconocida para mi en el. -¿Algo mas que quieras decirme a destiempo?-.

-Edward yo nunca te dije que quisiese ir- dije llegando hasta donde el estaba casi sin aire en los pulmones. –Decidiste por mí-.

-Disculpa por pensar en algo para los dos que me apetecía-.

-Me parece perfecto que hagas eso, pero consulta. Puede que tu anheles eso, yo lo tengo que pensar algo mas, no se si me entiendes-.

-No, no lo entiendo. ¿Cuál es el maldito problema de venirte conmigo a estudiar?-.

-Ese es el problema, que piensas en ti, en que tú quieres y yo te tengo que acompañarte a ti. Ya esta. ¿Qué problema puede tener cualquier persona? Claro, como Edward no tiene ninguno los demás tampoco. ¿Es así como funcionas?-.

-¡Maldita sea Bella! ¡Es irte a otro país! Ya esta-.

-¡Edward! Céntrate por favor. ¿Te estas escuchando? Estas totalmente obcecado. ¿Es la mayor ilusión de tu vida? Me alegra saberlos 2 años después, jamás me habías comentado nada como para poner un justificante a esta reacción. No es tan sencillo volver a dejarlo todo e irme. Pero descuida, no pretendo que lo entiendas- dije pasando a su lado y terminando el paseo antes de tiempo.

Llegue al piso y me metí en la habitación cerrando la puerta del dormitorio con pestillo y tumbándome en la cama con la intención de llorar hasta quedarme sin lagrimas. Podía intuir que la discusión terminaría en breves, Edward y yo no habíamos estado jamás enfadados como para que aquello supusiese una ruptura en la relación. Pero cada vez que nos pasaba me entraba una angustia en el cuerpo difícil de explicar. Aunque lo que mas me dolía eras los motivos, unos pensamientos totalmente ilógicos y egoístas que sacaba a relucir en los momentos de mayor tensión y que dejaban en mi cabeza un remolino de pensamientos complicados de ordenar e imposibles de entender. Note como se abría y se cerraba la puerta de la calle y unos pasos que se acercaban hasta mi cuarto. Como la manilla se agitaba intentando abrir la puerta, que a no ser que le diese una patada, no cedería.

-Bella abre la puerta por favor- no pensaba hacerlo, mi cara era un cuadro y no permitiría que me viese así. -¡Bella!- dijo dando tal golpe a la puerta que me asusto de verdad y tuve que sentarme en la cama mordiendo la sabana para no llorar en gritos. –Estoy harto. ¡Ábreme y déjame sacar mis cosas!- ¿sus cosas? ¿Cómo que sus cosas? Me acerque pasito a pasito a la puerta temblando de pies a cabeza. Quite el cerrojo y abrí apenas un centímetro la puerta. –Ábrela- me dijo sin mirarme, pero aunque quisiese tampoco hubiese podido. Abrí la puerta y me quede detrás de ella viendo como pasaba y sacaba sus maletas de debajo de la cama y empezaba a vaciar los armarios y los cajones donde se encontraba su ropa.

-¿Qué haces? ¿Por qué te vas?- dije en apenas un hilo de voz, que le llego a doler hasta a el por la expresión de su cara.

-¿Tu que crees? Hago que dejes de vivir con un egoísta, incomprensible e histérico. No deberías estar llorando-.

-Suelta ahora mismo eso- dije corriendo hacia el y haciendo que soltase el par de zapatillas que iban directas al fondo de la segunda maleta. –No tienes porque irte. Yo… yo quiero que sigas aquí. Sabes que no me molestas Edward…-.

-Mira tu quieres que me quede y yo que te vengas-.

-¿Es por venganza o algo así Edward?-.

-No, como tu bien has dicho es puro egoísmo-.

-¿¡Por que no lo puedes entender!- grite desesperada. -¿Por qué no te entra en la cabeza que no es algo sencillo?-.

-Porque no puedo entenderlo Bella. Quieres, puedes. Si no puedes, es por que no quieres. Una simple regla de tres. Yo me iría a cualquier lugar del mundo con un par de palabras tuyas Bella. Haría lo que fuese. Veo que a ti te cuesta un poco mas decidirte-.

-Es que para mi no es tan sencillo Edward. Párate por favor- dije llorando intentando detenerle de que siguiese echando cosas en la maleta. –Piensa. Imagínate por un momento que la echo, y no me cogen, y todas nuestras ilusiones a la basura y a ser replanteadas; o que me cogen, y para irme tenga que pagarme yo mis gastos, dime de donde saco el dinero y no me digas que me lo pagas tu; embajada americana, soy española Edward, allí no me dejarían porque son becas para estudiantes americanos, el profesor puede decir lo que sea, pero esa ha sido la forma mas sutil de decir "lo siento pero no hace falta ni que lo intentes", haces tu todo el papeleo de lo que supone cambiar de nuevo mi vida a otro país. Y lo más importante, dejo mi suelo Edward, porque este es mi maldito sueño, este país, esta carrera, esta universidad. Ahora si quieres ya puedes irte- dije dejándole paso y agachando mi cabeza. Aquella había sido una forma estupida de auto humillarme delante suya. Le daba explicaciones cuando no tenía que hacerlo, pero quizá de vez en cuando era mejor disculparse por nada. No paso nada durante un minuto, pero lo que si estoy segura es que ninguno de los dos movió ni un solo músculo, hasta que el timbre nos sobresalto a los dos. Fui hasta la puerta limpiándome la cara. Fuese quien fuese esa persona seguro que ni iba allí a ver a nadie en aquel estado.

-¿Profesor?- dije quedando profundamente sorprendida sobre aquella visita. -¿Qué hace aquí? Pase por favor-.

-No gracias señorita Swan, serán solo dos minutos. ¿Esta sola?-.

-Si, si estoy sola- dije descaradamente y en un tono lo suficientemente alto como para que Edward pudiese oírlo.

-No acostumbro ha hacer esto, pero creo que loe mejores alumnos que uno ha visto en su vida merecen consejos de un sabio zoquete como yo. Vi antes en mi despacho… por lo de las prácticas en Australia… Veras, pienso que mereces que sea sincero totalmente contigo, tienes una probabilidad del 99,9% de posibilidades de nos ser aceptada Bella. Dije aquello porque el señor Cullen parecía realmente emocionado sobre la noticia de que ambos pudiesen pero… eres inteligente, mas que cualquiera de la clase permíteme decirte, pero las leyes, las reglas…-.

-No hace falta que continúe profesor. Soy consciente de ello. Se que es prácticamente imposible que no me acepten en ella. Lo primero porque soy becada, lo segundo porque no soy americana y lo tercero porque no pensaba presentar la solicitud. Le agradezco enormemente su interés profesor-.

-No hay de que. Eres lista, inteligente y harás en la vida lo que te propongas Bella. Y si no es mucho pedir…-.

-Tranquilo, nadie sabrá que usted vino aquí-.

-Gracias. Nos vemos- dijo despidiéndose con la mano mientras yo cerraba la puerta convencida de que aquello tenia parte de sueño, porque si no, no podría haber pasado lo que había pasado. Me di la vuelta y me encontré a Edward parado en el salón, en un lugar donde desde la puerta no podía ser visto, pero si escuchar perfectamente una conversación a un nivel medio de voz como la que se había mantenido. Pase por su lado hasta que el me copio del brazo sin mediar palabra.

-Espera por favor-.

-¿Algo más que decir Edward?-.

-No se que decirte-.

-Entonces es mejor que te calles-.

-Se que un perdón no basta-.

-Pues no, esta vez no basta-.

-Dime lo que quieres escuchar-.

-Nada que sea parecido a un loro Edward. Quiero escuchar lo que tu quieres decirme, pero sobre todo quiero que me lo demuestres, que me demuestres que me quieres, que confías en mi Edward, que luches por lo que quieres sin meterme a mi por medio-.

-¿Acaso no lo estoy haciendo?-.

-Basta una simple discusión para llenarnos de mierda hasta las orejas y echarnos en cara todo-.

-Creo que no soy el único-.

-Estoy hablando en plural Edward. ¿Podrías escucharme cuando hablo? Piensas que todo lo malo va para ti, todo lo bueno va para ti, que si hago algo que no te gusta es para fastidiarte y no, las cosas no son así-.

-¿Y como son?-.

-Tienes 20 años Edward, no creo que te haga falta nadie para que te aclare ciertas cosas-.

-Entonces estamos en que yo he solicitado irme a Australia y tu no lo has hecho, ni lo harás, y si tenemos que ser realistas, aunque lo echases no te cogerian. ¿Qué pasan si me la dan?-.

-Pues que te vas-.

-¿Y que pasa con nosotros?-.

-Pues que tu estudias allí y yo aquí. Listo-.

-Ni de broma. No me voy-.

-Ni de broma. Tú te vas, como si te tengo que mandar allí de una patada Edward. No puedes renunciar a lo que quieres por esto-.

-¿Para ti esto no vale ni un…?-.

-Hazme el favor de no decir tonterías. Simplemente yo no me perdonaría nunca que tú te estancases aquí cuando puedes triunfar allí. Somos jóvenes, y nuestro futuro empieza ahora, si te cortas ahora las alas no pretendas que te crezcan a los 40-.

-No soporto la idea de estar un año sin verte- dijo abrazándome por la cintura mientras hundía su cara en mi hombro y yo pasaba mis brazos por su cuello.

-No lo pienses ahora por favor. Vamos a disfrutar de este año como si fuera el ultimo, ¿vale? A lo mejor con un poco de suerte no te la dan-.

-No te creas que me entristecería mucho-.

-Yo si-.

-Pues yo no amor- dijo juntando nuestros labios. –Perdona por ser así de bestia antes. Tengo que aprender a controlar mis nervios. Y hazme un favor, no vuelvas a llorar nunca por mí. No merezco eso-.

-Mereces eso y mucho más Edward. Aunque te cueste creerlo eres importante en mi vida, y si me dolería no verte en un año pero piensa que tendremos mucho tiempo mas para disfrutar- dije sin pensar, ya que todavía no tenia decidido que iba ha hacer al final de carrera, si quedarme en los Estados Unidos o irme a España y retomar mi vida allí.

-Desde luego-.

Los días pasaron volando, y antes de darme cuenta la universidad volvía a estar llena de prepotentes e chavales ilusionados que caminaban por el campus en busca o de la facultad correspondiente o de su grupo de amigos. Los nuestros habían vuelto, con la baja de Emmet, que claro esta, estaba haciendo unas prácticas en algún tipo de compañía de viajes. En nuestra facultad el tema estrella era el mismo: el curso en Australia. Creo que las palabras "Sydney" y "yo quiero" nunca había sido tan repetidas en tan poco espacio ni tan poco tiempo. Me tenían harta, y a juzgar por la actitud de Edward cada vez que las escuchaba, no era mucho de su agrado.

-Uau chicos- dijo Alice parándose delante de nosotros a las puerta del edificio esperando que saliesen los demás de sus primer día de clases. -¿No seria genial irnos a estudiar todos a S…?-.

-¡Basta!- dijo Edward apretando la mano que tenia entre ella a la mía.

-Edward, me has hecho daño- dije quitándole rápidamente y masajeándola.

-Perdona vida- dijo volviéndola a coger y masajeándola el.

-¿Qué rayos te pasa?- dijo extrañada Alice.

-Evita ese tema. Listo- se limito a decir.

-¿Por qué? A mi me hace ilu…-.

-Alice- la corte. –Si te lo pide es por algo, ¿vale?- "luego hablamos" le articule con la boca.

-Esta bien, esta bien. Chicos ni una palabra del tema- dijo Alice cuando el resto llego.

-¿Es que acaso se ha puesto toda la universidad de acuerdo?- dijo Edward exasperado mientras comenzábamos a caminar hacia el comedor. Caminamos unos pasos mas adelante que los demás, mientras el solo miraba el sueño yo le acariciaba el brazo dándole besos, que el solo me correspondía con pequeñas sonrisas. Aquello, sin dudas, me bastaba.

-No quites esa sonrisa- dije después de sacarle una verdaderamente preciosa. –Debería ser ilegal no ver esta cara sonreír- dije dándole un beso en la mejilla.

-No aguanto estar escuchando sobre el tema continuamente Bella. Es que no…-.

-¿Crees que es agradable para mi Edward? no, no lo es. Pero intenta estar bien. Sabes las consecuencias de estar mal tanto tiempo, ¿verdad? Que te toque y…-.

-No me va a tocar. Este no será nuestro ultimo año- dijo serio hasta el limite. Me puse de puntillas y le di un corto beso en los labios.

-No estés triste. Te amo-.

-¿Cómo voy a estar triste si me dices esas cosas?- dijo sonriendo ampliamente pasando nuestras manos unidas detrás de mi cabeza y descansando el brazo en mi hombro mientras continuábamos caminando hacia el comedor.

En el comedor nos dividimos chicos y chicas, y allí les pude contar con todo detalle el motivo del agobio de Edward al escuchar cierto tema. Omití la visita del profesor diciendo simplemente que hale con el. Gracias a ellas entendí que mi postura era compartida, pero que al igual que yo, entendía y se compadecían del dilema de Edward. Sabia que dentro de un año yo estaría en el mismo, pero no me jugaría mi futuro, si no mi relación con el, y el simple echo de pensarlo me producía pinchazos en la cabeza y el corazón.

-Black te esta mirando- me dijo Ángela al oído en un momento de despiste del resto de la mesa.

-¿Qué?- dije girando mi cabeza hacia ella. ¿Qué hacia Black en aquel lugar para empezar? Vi como detrás de su cabeza, una cabellera morena, sentada en la última mesa del comedor, apoyaba sus brazos en la mesa y buscaba con su mirada mi atención. Comprobé que seguía exactamente igual que antes del verano. Algo que me preocupaba seriamente. Alzo su mano en señal de saludo, a lo que yo correspondí girando mi cabeza al lado contrario y cerrando los ojos fuertemente, como si después de aquello el desaparecería de allí, de mis recuerdos, y milagrosamente de mi vida.

-No te va a dejar en paz- me dijo Ángela.

-Gracias por ayudarme a superarlo amiga-.

-Es una realidad. Deberías hablar con…-.

-Olvídalo. Por ahora añadí, ya que sabía que si las cosas seguían así, Edward se enteraría por una parte u otro del asunto. –Me espera un tercer curso interesante- dije apoyando mi cabeza en el hombro de Ángela mientras esta me acariciaba la espalda.

-No estarás sola por lo menos-.

-Eso ya lo se- dije sonriendo sabiendo la gran certeza de aquella frase.




Hola chicas perdon por la tardanza no se volvera a repeti...... besos

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Mensaje por Ebys Cullen 22/12/2011, 12:37 pm

YURIIIII!!! que alegría saber de ti... ahora que esta dicho que te ESXTRAÑEEEEEEE!!!

Llore con este capitulo... odio cuando ellos se pelean pero cuando el decide de cabeza dura irse POR DIOOOSS quería matarlooooo!!!
QUIERO MASSSSS

te cuento algo... ya que no estas al tanto creo... ahora soy la nueva administradora de los fic asi que ya subi tu imagen... espero que te guste... Besitos y no te pierdasss Ebys
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Mensaje por yuri cullen 24/12/2011, 4:52 pm

Hola Ebys pues muchisimas Feliciidades que ya eres la administrador de los fics en hora buena "Estudiante Extranjera"(T) (COMPLETO)  - Página 5 240478 iii sii no estaba al tanto y muchisimas gracias por el aviso y por subir la imagen de verdad que si gracias besos..... y hoy les dejo su regalo adelantado de Navidad... Los mejores desos... bye

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Mensaje por analuna.arredondo 25/12/2011, 11:58 pm

Wiiiiiiiiiiiiiiiii ke felicidad !!!

Dios llevo dias esperando tu actualizacion las situaciones son geniales !!!

Feliz navidad por cierto !!! k dios te siga llenando de bendiciones!!! y super muxisisisisima mas inspiracion para k sigamos recibiendo tus grandiosas publicaciones !!!


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